miércoles, 30 de junio de 2010

En tus manos [Cap. 1]

Capitulo 1

En una de esas escuelas para gente adinerada, uno de los chicos mas ricos y sobre todo, caprichosos, se aburría a sobre manera, solo por el hecho de no encontrar la diversión necesaria dentro de aquel colegio. Las clases eran de muy bajo nivel para el, quien había estudiado en otro país por mucho tiempo, desde un principio se opuso a la orden de su padre de entrar en aquella escuela, pero tal fue la insistencia que termino aceptando, pero siempre que volvía a casa no dejaba de reprocharle a sus padres la mala decisión que habían tomado.
-¿Por qué no entraste a clase de nuevo?-
Le preguntó uno de sus compañeros mientras caminaban juntos hacia la salida.
-Por que me aburre, ya te lo había dicho, esa clase de francés es inútil para mi-
-Si tu lo dices…-
Dijo su amigo con un suspiro.
-Vamos Chinen, no lo digas de esa forma, yo sé que te mueres por pedir mi ayuda-
Dijo Ryosuke en un tono bastante seductor, al mismo tiempo que se acercaba demasiado al rostro de Chinen, el cual se ruborizó de inmediato y desvió la mirada, estaba sintiéndose muy nervioso.
-No necesito tu ayuda-
Respondió fríamente.
-Bueno, me alegra escucharlo, por que no tengo tiempo para ayudarte, nos vemos-
Dicho esto, Ryosuke se adelantó un poco y enseguida, un hombre se acercó a el, le hizo una reverencia y abrió la puerta del auto que estaba enfrente.
-Nos vemos mañana-
Se despidió antes de entrar al auto, aquel hombre cerró la puerta y segundos más tarde el auto arrancó, Chinen solo observó como se alejaba.
-Algún día va a terminar con mi paciencia…-
Murmuró para después dejar salir un suspiro.
-¿Y que piensas hacer cuando tu paciencia acabe?-
Preguntó un chico un poco más alto que Chinen, este sorprendido se giró para ver de quien se trataba.
-Dai-chan… me asustaste…-
Dijo ligeramente avergonzado.
-Lo siento, te escuché murmurar y no pude evitar el preguntar-
Le dijo Daiki en tono de broma.
-Entonces, ¿responderás a mi pregunta?-
Chinen bajó la mirada y suspiró.
-Lo golpearé, ¿de acuerdo?-
-Completamente-
Respondió Daiki de forma satisfactoria.
-¿Nos vamos juntos?-
Preguntó curioso, el menor lo miró con una sonrisa.
-Bien-
Ambos se sonrieron y comenzaron a caminar juntos.

Extrañamente, había demasiado tráfico, el auto estaba detenido, no lograban avanzar.
-Tal parece que estaremos aquí un buen rato joven Ryosuke…-
Anunció el chofer, Ryosuke lo miró con fastidio.
-¿No puedes tomar otro camino? Me aburren los embotellamientos-
-Lo siento mucho, pero ahora es imposible-
El chico dejó salir un suspiro lleno de fastidio, se cruzó de brazos y se recargo en el respaldo del asiento.
Pasados unos minutos, estaba más que desesperado, tal fue su desesperación que se puso a jugar con el botón que abría la ventana, se distraía viéndolo subir y bajar una y otra vez, miraba por la ventana, luego volvía a subir el vidrio, después lo bajaba nuevamente y así continuaba, estaba desesperado, pero justo cuando estaba a punto de explorar y gritar por aquella frustración, observó como un chico alto, delgado, de vestimenta muy desalineada, mejor dicho, muy descuidada, corría lo más rápido que podía por la acera y se escondía en un estrecho callejón, después un par de sujetos con muy mala pinta pasaban justo frente a el, se sorprendió bastante al ver que uno de esos sujetos llevaba un arma colgando del pantalón, después logró escuchar.
-¿En donde se ha metido?-
-No lo sé, lo perdimos-
-¡¡No podemos perderlo!! ¡Hay que encontrarlo!-
-!Sí!-
Y sin más continuaron con su camino, según ellos buscando lo mejor que podían. Ryosuke no dejaba de observar curioso, esto era como una película y ahora prácticamente estaba en primera fila, era algo así como un entretenimiento gratis.
Al parecer, aquel joven sintió que ya estaba fuera de peligro, así que salió lentamente de aquel callejón, pero todo hubiese sido perfecto de no ser por que tropezó con un bote de basura, haciendo un gran escándalo y por ende llamando la atención de aquellos sujetos.
-¡¡Ahí esta!!-
-¡¡Maldito!! ¡No escaparás!!-
El chico se puso pálido e intentó correr, Ryosuke miraba un poco asustado esta escena, sentía que debía hacer algo, pero de pronto sintió como el auto comenzaba a avanzar, todo estaba sucediendo tan rápido. Así que sin pensar, abrió la puerta del auto mientras este comenzaba a tomar velocidad y gritó.
-¡¡¡Súbete!!! ¡¡Rápido!!-
Aquel joven escuchó la voz de Ryosuke, lo miró por un segundo, después pudo ver como aquellos sujetos estaban cada vez más cerca, y como uno de ellos tenía la mejor intención de sacar su arma, así que sin más, corrió hacia la avenida y de un solo salto entró al auto, Ryosuke cerro la puerta con fuerza.
-¡Acelera Hiroshi, no te detengas por nada!-
-Pero joven-
-¡Haz lo que te digo!-
Gritó Ryosuke muy exaltado y el chofer no tuvo más alternativa que aceptar, pisó el acelerador. Ryosuke y aquel joven solo observaban por la ventana como se alejaban a gran velocidad de aquellos sujetos, y como uno de ellos trataba de dispararle al auto, sin lograr alcanzarlo.
-Eso estuvo cerca…-
Suspiró Ryosuke, sintiéndose cansado sin razón alguna.
-¿Estas bien?-
Le preguntó al chico, quien estaba realmente exaltado, con la respiración entrecortada, temblando terriblemente.
-Yo…-
Imposible, el chico no lograba articular palabra.
-Tranquilo, ya estas a salvo, solo tranquilízate, esos tipos no nos alcanzaran-
Le dijo Ryosuke mientras lo tomaba del brazo y lo frotaba tratando de calmar al chico, quien solo cerró sus ojos y trataba de recuperar el aliento.
-Joven, ya casi llegamos a la casa-
-No te detengas hasta que estemos dentro-
Indicó Ryosuke con frialdad.
-Entendido-
Así, el chofer siguió conduciendo, aquel chico seguía en un estado de conmoción del cual al parecer no saldría pronto, esto preocupaba a Ryosuke, deseaba llegar a casa lo antes posible.

Unos minutos más tarde, el auto se detuvo.
-Hemos llegado joven-
Dijo el chofer, quien se disponía a salir del auto para abrirle la puerta a Ryosuke, pero este bajo antes.
-Que lo lleven a mi habitación por ahora, buscaré a alguien para que llame a un médico-
-De acuerdo joven-
Dijo el chofer con una reverencia, entró al auto y sacó al chico en brazos, mientras que Ryosuke entró de prisa a la casa, empujando con fuerza el enorme portón, sin notar que eso debió hacerlo la servidumbre.
-Joven Ryosuke, disculpe yo esta-
-Llama al médico y que suba a mi habitación, ¿Esta mi padre?-
Dijo interrumpiendo lo que una sirvienta estaba por decir.
-No joven, salió desde hace un rato, pero su madre esta en la biblioteca-
-Bien, ayuda a Hiroshi, y manda a alguien para que preparen una habitación-
-Si joven-
Dijo la sirvienta, se inclinó y observó como Ryosuke caminaba de prisa, atravesando el vestíbulo y subiendo por unas escaleras que daban exclusivamente a la biblioteca.

El chofer entró en la casa, se dirigió a las escaleras y con esfuerzo comenzó a subirlas, al parecer el joven que llevaba en brazos ahora estaba inconsciente.
-¿Qué paso?-
Preguntó la sirvienta mientras caminaba a su lado.
-El joven lo recogió, no sé bien lo que paso, ahora solo hay que atenderlo-
-Bien, iré a llamar al medico-
Así, la sirvienta y el chofer terminaron de subir por las escaleras y al estar sobre el pasillo comenzaron a travesarlo, hasta llegar a la lujosa habitación del joven Ryosuke, en donde Hiroshi dejó a aquel joven sobre la suave y enorme cama mientras que la sirvienta tomaba el teléfono.

-Madre-
Dijo Ryosuke abriendo la puerta de golpe.
-Ryosuke, ¿Qué ocurre?-
-He traído a un invitado, quiero tu permiso para que viva aquí-
-¿Quién es?-
-Un pobre chico que estaba en la calle, necesita ayuda y yo-
-¿De donde lo conoces?-
Preguntó la señora con cierto tono de fastidio.
-Es complicado, solo te pido que me dejes cuidar de el-
-Ryosuke, no cuidas al perro que te regalo tu padre, lo tienen que cuidar por ti aún cuando prometiste hacerlo, ahora pretendes tener una mascota humana-
-No es eso madre-
La señora suspiró y se acercó a su hijo.
-Sabes bien que tu padre y yo nos iremos esta noche a Londres, se suponía que vendrías con nosotros por que quieres volver allá, ¿lo olvidaste?-
-Eso ya no importa madre, solo quiero que estés enterada de que mi amigo se quedará-
-Primero me pides mi consentimiento y ahora simplemente me estas avisando, por favor, deja de ser tan obstinado-
-Así me has educado-
Respondió Ryosuke burlonamente.
-Bien, como quieras, solo no le des problemas a tu padre-
-No lo haré-
Dijo con una amplia sonrisa, besó a su madre en la mejilla y salió de la biblioteca a paso veloz rumbo a su habitación.

Estando fuera de su habitación, se topo con una sirvienta.
-¿Llamaste al medico como te lo pedí?-
-Si joven, lo esta viendo ahora mismo-
Indicó la joven señalando la puerta que estaba cerrada.
-Bien, puedes irte-
La chica se reverenció y se marchó. Ryosuke decidió esperar afuera hasta que el medico saliese. A lo cual no tuvo que esperar mucho, puesto que en cuestión de minutos, la puerta se abrió y el medico salio.
-Joven Ryosuke, buenas tardes-
Saludó el medico con una reverencia.
-Buenas tardes, ¿Cómo se encuentra?-
-Bueno… solo esta en un estado de conmoción, nada de gravedad, presenta signos de desnutrición y al parecer no ha dormido en varios días, dejé un medicamento sobre la mesa, lo ayudará a recuperarse mejor, debe tomarlo antes de cada comida, necesita descansar y comer bien, es todo lo que puedo decirle-
Ryosuke escuchaba con atención las indicaciones.
-Muchas gracias-
Ambos se inclinaron y el medico se marcho.
Ryosuke lo observó marcharse, después se acercó a la puerta de su habitación y la abrió lentamente, evitando hacer ruido al entrar, y ahí estaba el chico, recostado sobre la cama, se le veía un poco más calmado, al menos ya no temblaba y eso ya era un alivio para el.
-Supongo que tardará en despertar-
Dijo en voz baja, se alejó y se dirigió a una pequeña puerta, la abrió y entro, ese era su armario, que era una habitación pequeña, llena de ropa, ahí se quito su uniforme y se dispuso a ponerse algo más cómodo, pero justo cuando lo único que le faltaba por ponerse era su playera, escuchó un grito, esto lo asustó, y con la playera en la mano abrió la puerta y vio a aquel joven sentado sobre la cama, con una expresión de miedo absoluto.
Se acercó rápidamente a el sentándose en una orilla de la cama.
-¿Qué ocurre? ¿Te sientes mal? ¿Pasa algo?-
Aquel joven trataba de recuperar el aliento, miró lentamente a Ryosuke.
-¿En donde estoy? ¿Quién eres tu?-
-Estas en mi casa, te ayude a escapar de eso sujetos, ¿lo recuerdas?-
Le respondió Ryosuke, el chico se quedó pensativo y su cara cambio a un poco de alivio cuando recordó lo ocurrido.
-Si… lo recuerdo, pero aún no me dices quien eres…-
-Yamada Ryosuke, ¿y tu?-
-Nakajima Yuto…-
-Mucho gusto Yuto-kun-
Dijo Ryosuke con una sonrisa.
-Igualmente…-
-Vamos, no hay que ser tan tímidos!-
Dijo Ryosuke dándole una palmadita en la espalda, después de eso, dejo salir un estruendoso estornudo.
-Tengo frío… ¿Por qué será?-
Yuto lo miró con una sonrisa.
-Creo que debes ponerte algo encima-
Ryosuke se sorprendió y bajo la mirada para ver su desnudo pecho.
-Ahora comprendo, todo esto es tu culpa-
Dijo Ryosuke mientras se ponía la playera, Yuto lo miró extrañado.
-¿Mi culpa?-
-Me asustaste, creí que algo malo te pasaba y olvidé terminar de vestirme-
Respondió con cierto tono reclamo, pero solo provocando la risa de Yuto.
-¿Te sientes mejor?-
Preguntó Ryosuke aliviado.
-Si, muchas gracias, en verdad estoy muy agradecido-
Ante este comentario, Ryosuke solo sonrió traviesamente.
-Más te vale estarlo, te quedarás aquí hasta que estés mejor, el medico me ha dicho que no comes bien, necesitas descanso y tomar un medicamento-
-¿Eh? No… yo no puedo quedarme… sería demasiado…-
-No te estoy preguntando, simplemente te indico que te quedaras aquí, bueno más tarde te trasladarás a tu habitación, por que esta es la mía y no comparto cama con nadie-
-¿Habitación? ¿Esto es tu habitación?-
Miró Yuto muy sorprendido a su habitación, por un momento pensó que se trataba de una casa.
-Si, es pequeña, me gustan los espacios pequeños ¿sabes?, mis padres querían algo más grande pero me negué-
-¿Pequeña?-
Dijo Yuto, estaba seguro de que esa habitación era tan grande cómo una casa normal.
-Bueno, ahora, descansa-
Dijo Ryosuke mientras recostaba a Yuto sobre la cama.
-Gracias… de verdad muchas gracias…-
Ryosuke observo el sonriente y agradecido rostro del chico.
-Aún no me agradezcas-
-En verdad, no sé como agradecerte tanto…-
Ryosuke solo dejó salir una sonrisita.
-Yo si sé como puedes hacerlo Yuto-kun-
Dijo al mismo tiempo que se ponía de pie y miraba a Yuto con cierto aire de misterio.
-¿Cómo? Haré lo que sea-
Dijo Yuto muy seguro mientras volvía a sentarse sobre la cama.
-¿Lo que sea? ¿Estas seguro?-
Dijo Ryosuke mientras se acercaba demasiado al rostro de Yuto.
-Si-
Respondió este con demasiada seguridad.
-Me gusta tu actitud, bien, prepárate para lo que sea Yuto-kun, por que no se puede obtener sin dar nada a cambio, no lo olvides…-
Dicho esto, Ryosuke se acercó más al rostro de Yuto, estaba tan cerca que pudo sentir la nerviosa respiración del chico sobre su rostro, y sin esperar más, juntó sus labios con los de Yuto por un segundo, después miró el sonrojado rostro de Yuto y sonrió.
-Por ahora, te dejo, tu comida no tarda en llegar, yo volveré más tarde-
Y volviendo a besar a Yuto en los labios, se alejó de el y salió a paso lento de la habitación.
Yuto estaba sorprendido, no sabía como reaccionar, de pronto comenzó a sentirse frustrado.
“-Ese… ese fue… mi primer beso… y me lo dio un chico…-”
Al pensar eso, se llevo dos dedos a los labios, y recordó aquel contacto.
-¿Ahora que hago? ¿Debería irme?-
Dijo en voz baja, pero de pronto se sorprendió al ver entrar a una joven con uniforme que llevaba consigo una bandeja con comida.
-Joven, su comida-
Dicho esto dejo la bandeja sobre una mesa, era un mini comedor con solo dos sillas, que estaba como a veinte pasos de la cama.
-Con permiso-
Dijo la joven tras acomodar los alimentos y se fue. Yuto estaba completamente sorprendido, y tras escuchar los rugidos de su estomago, salió de la cama y se acercó a la mesa, tomó asiento y sin poder contenerse, comenzó a comer.
“-Supongo que… puedo quedarme un poco…-”

Mientras tanto, Ryosuke caminaba por los pasillos de la gran mansión, con una sonrisa victoriosa en el rostro.
-Al fin algo entretenido, algo mejor que un simple perro…-
Pensó mientras llegaba al jardín y veía como su perro jugaba con uno de los jardineros, hecho al cual no le dio importancia, se acercó a una banca y tomo asiento, enseguida tomó su teléfono y comenzó a marcar.
-Señor director, disculpe si lo molesto-
-Joven Yamada, sabe que estamos a sus ordenes-
-Gracias-
Dijo con cortesía.
-Sabe, necesito un favor-
-Lo que usted necesite-
-Ha llegado un amigo mío y desea entrar al colegio, por supuesto mi familia corre con los gastos necesarios-
-No hay problema joven Yamada, tenemos un lugar para su buen amigo-
-Muchas gracias señor director, le mandaré los datos de mi amigo más tarde, hasta luego-
Dicho esto, termino con la llamada, ahora quería lo que deseaba, algo nuevo con que distraerse, en casa y en la escuela, ¿Qué podría ser mejor?

[FanFic] En tus manos


Nombre: "En tus manos"
Género: Yaoi / Lemon +18
Autora: Ayaa
Parejas: Yamada Ryosuke - Yuto Nakajima (YamaJima) --- Chinen Yuri - Arioka Daiki (DaiChii) --- Yabu Kota - Takaki Yuya (TakaBu)
Capitulos: 12+SP

Capitulo 01

Capitulo 02
Capitulo 03
Capitulo 04
Capitulo 05
Capitulo 06
Capitulo 07
Capitulo 08
Capitulo 09
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12 -FINAL-


~Especial de San Valentín~

miércoles, 23 de junio de 2010

Say Goodbye [Parte II]

Say Goodbye [Part. II]

Lentamente la lluvia al fin se detuvo, pero el seguía sentado en aquella banca. Estaba completamente empapado, pero eso no le importaba en lo más mínimo, de pronto pudo escuchar unos pasos acercándose a el.
Tal y como aquella vez, sentía algo muy inquietante, tal vez podría ser…
Pero al levantar la mirada, solo logró ver a su amigo, el cual se acercaba a el con un abrigo en las manos y una expresión de preocupación.
-Hasta que te encuentro, mira como estas, otra vez vagando solo, ¿Cuándo vas a dejar de hacerlo?-
Preguntó su amigo mientras le ponía aquel abrigo encima. Pero el se quedó en silencio, solo mirando tristemente a su amigo.
-Será mejor que te lleve a tu casa-
Al sentir como su amigo intentaba levantarlo con cuidado, lo apartó lentamente.
-No quiero, esa casa esta llena de…-
-¿Recuerdos? ¿Hasta cuando vas a seguir así?-
-Hasta que encuentre la forma de vivir con ello-
Su amigo dejó salir un gran suspiro de resignación.
-No puedes continuar así, entiende que el se fue y jamás volverá, ahora tu tienes una vida por delante-
-Una vida que ha perdido sentido-
En ese momento se puso de pie y miró con una sonrisa fingida a aquel amigo.
-No te preocupes por mi, puedo regresar solo-
-No puedes irte así-
-Si tu preocupación es si haré alguna locura puedes estar tranquilo, soy demasiado cobarde cómo para intentar algo así-
Y dedicándole una mirada suplicante, se dio media vuelta y se marcho, dejando a su amigo atrás con un semblante lleno de preocupación.

Mientras caminaba lentamente entre toda la gente, aquellos recuerdos continuaron.

----------

Instantes más tarde, después de besarse, se separaron lentamente y se miraron fijamente, después Yuri sintió como Yuya recargaba su frente en la de el.
Ambos deseaban decir tantas cosas, en especial Yuri, deseaba preguntarle a Yuya el por que lo había hecho, pero simplemente las palabras no salían de su boca, pero de pronto, aquel silencio estaba desesperándolo demasiado, así que tomo aire, abrió la boca para decir algo, pero fue interrumpido, una tonadita se hizo presente, al parecer provenía del teléfono móvil de Yuya. Pero al parecer este no tenía deseos y ninguna intensión de responder, pero eso solo ponía más inquieto a Yuri, así que separándose un poco de Yuya, pero sin mirarlo, le dijo con voz débil.
-¿Qué… no piensas contestar?-
Yuya dejó salir un suspiro, se alejó aún más de Yuri y sacó el aparato del bolsillo de su pantalón.
-Mamá, ¿Qué ocurre?… nada… no… eso no tiene nada que ver conmigo… ah… dile que le haga como quiera…. bien, adiós-
Yuri solo observaba un poco sorprendido.
-¿Ocurre algo?-
-No es nada-
Respondió Yuya fríamente.
-Mientes-
Dijo Yuri mirándolo fijamente, pero Yuya no estaba dispuesto a responder, así que dejo salir un suspiro y sin más, se dio media vuelta y comenzó a subir las escaleras de prisa hasta que solo se pudo escuchar como cerraba con fuerza la puerta de su habitación, dejando a Yuri solo.
-¿Pero que le pasa?-
Se dijo en voz baja, pensó en ir a buscarlo de nuevo, pero al recordar lo sucedido con anterioridad pudo sentirse muy avergonzado, así que solo se dirigió a la sala y se dejó caer sobre el sillón, cerrando sus ojos y volviendo a recordar aquel beso, mientras que en su pecho lograba sentir una calidez inmensa.
----------
Podré soportarlo de algún modo.
Puedo resistirlo de alguna manera…

Día a día me voy apagando…

----------
A la mañana siguiente, al intentar acomodarse mejor, sintió un gran golpe por todo su cuerpo, al parecer se había caído. Al lograr abrir los ojos se llevo una gran sorpresa, al parecer se había quedado dormido en el sillón toda la noche, pero mayor fue su sorpresa al notar la pequeña cobija que tenía encima. No recordaba que hubiese una cobija sobre el sillón, ¿acaso…
-¿Aún sigues aquí?-
Esa voz, era de Yuya, al verlo se ruborizó de inmediato y desvió la mirada, aún se sentía confundido y cansado, después de todo el sillón no era el ideal para dormir toda una noche, así que se sentía ligeramente adolorido.
-En donde yo este no es problema tuyo…-
Respondió en voz baja mientras se levantaba del suelo, pero al parecer Yuya lo había escuchado.
-Olvidé ese detalle-
¿Era su imaginación o Yuya estaba molesto con el? Deseaba preguntar pero no lograba encontrar las palabras correctas sin que aquello tuviese relación con el beso de la tarde anterior, así que solo logró decir.
-Alguien amaneció de mal humor-
Yuya solo miró de reojo a Yuri mientras este dejaba la cobija sobre el sillón y comenzaba a caminar rumbo al comedor.
-En realidad-
-Eso no tiene nada que ver conmigo-
Interrumpió Yuri fríamente mientras sacaba el envase de leche del refrigerador.
-No es eso…-
Dijo Yuya en voz baja, pero Yuri decidió ignorarlo, tomó un poco de leche, dejó el envase sobre la mesa y se dirigió rumbo a las escaleras, dispuesto a ignorar a Yuya, pero este no iba a permitir que Yuri lo ignorara de esa forma, después de todo este no tenía la culpa de su mal humor, así que justo cuando el menor paso a su lado lo detuvo tomándolo del brazo.
-Espera, por favor-
Yuri se detuvo en seco.
-¿Qué?-
-No te vayas así… no era mi intención ser frío contigo-
De cierta forma Yuri se sintió fastidiado, y soltándose del agarre de Yuya lo miró al fin a la cara y le dijo.
-Primero haces lo de ayer y ahora me tratas como si yo te hubiese hecho algo, si vas a comportarte de esa forma no deseo que me dirijas la palabra mientras vivas aquí-
Y con una mirada llena de fastidio, miró a Yuya por última vez y subió de prisa las escaleras hasta llegar a su habitación.
Al estar ahí caminó directo hacia su cama y se dejó caer sobre ella, hundiendo su rostro en la almohada.
“-Estupido Yuya… ¿Cómo puedes hacerme esto?-”
En esto pensaba cuando escuchó como tocaban a su puerta suavemente, después la voz de Yuya sonó detrás de la puerta.
-Yuri… ¿Puedo?-
Estaba sorprendido, no esperaba que Yuya fuese a buscarlo, al parecer sonaba triste.
-¿Qué quieres?-
Preguntó fríamente mientras se acercaba a la puerta.
-Hablar… contigo…-
-¿Ahora quieres hablar? Pero yo no-
-Bien, si quieres no abras, solo escúchame-
-Y si no-
Pero Yuya lo interrumpió, pegándose más a la puerta para que Yuri lo escuchara mejor.
-Discutí con mi madre ayer… de hecho… tengo unos problemas… eso por eso que salí de casa… es algo difícil de explicar, solo quiero que sepas, que lo que hice ayer… no me arrepiento, haz provocado en mí sentimientos que jamás imaginé tener por alguien… no deseo lastimarte ni tratarte mal… por eso… lo siento…-
Yuri podía escuchar como la voz de Yuya se apagaba lentamente, así que no pudo más y abrió la puerta de golpe, encontrándose con el triste rostro de Yuya, solo bastó verlo por unos segundos y sin pensar en lo que estaba haciendo, lo abrazó fuertemente, recargando su cabeza en el pecho del mayor y aferrandose con fuerza a su espalda.
-No eres el único… yo… no sé que me sucede… todo es tu culpa-
Al escuchar las palabras de Yuri no pudo más y lo abrazó de vuelta, con la misma fuerza que el menor lo abrazaba a el.
-No sé que sea esto pero…-
Comenzó a decir Yuya, pero Yuri lo interrumpió.
-No quiero saberlo-
Dicho esto, Yuri se alejó lentamente de Yuya, solo unos pocos centímetros.
-No quiero saberlo… solo… quiero sentir que estas aquí… para mi… esto es más que suficiente-
Yuya observaba fijamente a Yuri.
-Sabes… eres tan pequeño y tierno-
Al escuchar esto, Yuri levantó la mirada, estaba dispuesto a reclamarle a Yuya por haberlo llamado ’pequeño’ pero sus intenciones fueron interrumpidas por los suaves labios de Yuya, quien lo besó de repente, y casi de inmediato Yuri cerró sus ojos, comenzando a responder a aquel dulce beso.
----------
Nuestro amor nos trae tanto dolor
Que ahora ya no tengo nada…
Nada que decir…

----------

Al separarse lentamente, se miraron a los ojos, ambos sintiéndose absorbidos por sus miradas.
-Tengo hambre-
Dijo Yuya de repente, provocando una sonrisa de Yuri.
-De acuerdo, bajemos a desayunar-
-Tengo una mejor idea-
-¿Qué?-
Yuri observaba la enorme sonrisa en el rostro de Yuya.
-Salgamos, te invitaré algo-
-Bien, solo quiero darme un baño, estaré listo en unos minutos-
Yuya estuvo de acuerdo, así que Yuri entró de nuevo a su habitación mientras Yuya se dirigía a la suya.

Poco después, ambos caminaban por las calles, al parecer Yuya buscaba un lugar.
-¿Aún no? Muero de hambre-
Dijo Yuri mientras miraba con fastidio a Yuya.
-Creo que estamos cerca, no falta mucho…-
-Eso dijiste dos calles atrás…-
Reprochó Yuri en voz baja, pero Yuya no logró escucharlo puesto que al parecer había dado con el lugar que buscaba.
-Ahí es-
Dijo con entusiasmo mientras señalaba una pequeña cafetería, bastante normal.
-¿Tanto camino para llegar aquí? ¿Tienes idea de cuantas cafeterías pasamos?-
-Lo sé, pero el pan de aquí es único, no se compara con el resto de los lugares-
Respondió Yuya mientras comenzaba a caminar rumbo a aquel lugar, Yuri lo siguió no muy convencido.
Al estar sentados en una pequeña mesita, Yuya lucía como un niño pequeño, como si fuese la primera vez que salía de paseo con alguien.
-Pide lo que quieras-
Yuri se quedó pensativo.
-Dijiste que el pan de aquí es delicioso, así que lo probaré-
Yuya solo dejo salir una sonrisa y minutos después ambos se encontraban desayunando un delicioso pan acompañado de un enorme vaso con leche.

Al terminar, ambos salieron del lugar y comenzaron su camino de regreso a casa.
-Es mi imaginación o te gustan demasiado los lugares sencillos-
Dijo Yuri en tono de broma, sin embargo Yuya solo se limitó a sonreír, y sin esperar más, tomó la mano de Yuri, este correspondió entrelazando sus dedos con los de Yuya y así, caminaron juntos de regreso a casa.

---------
La noche se apodera de este cuarto
Y estoy solo en el,
Y no puedo ver el rostro de la persona
Que sonríe en mis fotos…

----------

Al llegar a casa, ambos fueron recibidos por la madre de Yuri, quien al parecer estaba cansada.
-Chicos, ¿a dónde fueron tan temprano?-
-Salimos a desayunar y a caminar un poco, ¿cansada?-
Preguntó Yuri mientras se sentaba junto a su madre en el sillón.
-Un poco, ya sabes, trabajo, de hecho solo vine por un poco de ropa, tengo que ir a Okinawa-
-¿Por qué?-
-Bueno, habrá una convención especial y trataremos de cerrar unos cuantos negocios-
-¿Y hasta cuando volverás?-
-Estaré ahí un par de semanas, pero te estaré llamando-
-De acuerdo-
Dijo Yuri con un tono de resignación, Yuya no decía nada y solo se dedicó a observar.

Rato después, la madre de Yuri partió con una maleta, se despidió de ambos chicos y los dejo solos.
-¿No querías que se fuera cierto?-
Preguntó Yuya mientras a Yuri, quien se encontraba tumbado sobre el sillón.
-Ya me acostumbré a casi no verla, así que esta bien-
Dicho esto, dejó salir un suspiro y se puso de pie, se dirigió a las escaleras y comenzó a subir. Yuya solo lo observó, quiso seguirlo pero pudo comprender que el menor deseaba tal vez estar solo.
Así que resignado, caminó rumbo a la cocina, tomo un poco de jugo del refrigerador, todo estaba tan tranquilo, hasta que su teléfono comenzó a sonar. Miró el número, no deseaba responder, sin embargo lo hizo.
-¿Si?-
-Yuya, ¿Cómo estas?-
-Mamá… bien, estoy bien-
-Me alegro, ¿como están tu tía y tu primo?-
-Bien, todo bien-
-Me alegra…-
-¿Para que has llamado?-
Pregunto Yuya muy frío, después de todo estaba conciente de que su madre no llamaba nada más por que si.
-Tú padre no deja de preguntar por ti-
-¿Y? ¿Le has dicho en donde estoy?-
-Por supuesto que no… pero cada vez esta más desesperado…-
Yuya suspiró, necesitaba guardar la calma.
-Le llamaré más tarde-
-De acuerdo, por favor, vuelve pronto…-
-No lo haré hasta que el me deje en paz, eso lo sabes bien, por que de seguro sigue con esa estúpida idea ¿cierto?-
Ahora fue la madre de Yuya quien dejo salir un suspiro, pero este estaba lleno de preocupación.
-Bien sabes que todo esto es por tu futuro, y por el bien de todos-
Yuya dejó salir una risita burlona.
-¿Por el bien de todos? ¿Y en dónde queda el mío? ¿En dónde quedo yo?-
-Yuya…-
-Olvídalo, no pienso hacer lo que él quiera-
Y sin más, terminó con la llamada y botó su teléfono sobre la mesa del comedor con fastidio.
Se sentía realmente frustrado, enojado, así que sin más, y olvidando por completo a Yuri, salió de la casa.

Yuri se encontraba en su habitación, pensando en todas las veces en la que su madre se iba y lo dejaba solo. Ahí estaba, recostado sobre su cama, mirando hacia el techo, cuando de pronto escucho la puerta cerrarse con fuerza, se levantó de prisa, caminó a su ventana y vio que era Yuya quien salía de prisa.
Sin pensarlo, abrió la ventana y le gritó.
-¡¡¡¿A dónde vas?!!!-
Yuya se detuvo en seco al escuchar la voz de Yuri, dirigió su mirada hacia aquella ventana y solo respondió.
-¡No tardo!-
-¿Puedo ir contigo?-
Preguntó un poco tímido.
-No, necesito ir solo-
Y sin más, Yuya comenzó a alejarse, Yuri solo lo observó, y no pudo evitar el pensar.
“-Tú también me dejas solo…-”
Así, cerró la ventana y se regresó a su cama, se recostó de nuevo y cerró sus ojos.

Mientras tanto, Yuya caminaba furioso por entre las calles, esto ya era demasiado para el.
Llegó a un pequeño parque, tomó asiento en uno de los columpios y comenzó a balancearse, al sentir el aire sobre su rostro trató de calmarse, de olvidar todos sus problemas, sabía que tenía que llamarle a su padre, al menos para decirle que no lo buscara, pero de tan solo pensar en escuchar su voz, era mejor no llamarle nunca. Pero las cosas no podían quedarse así. Saco su teléfono del bolsillo y comenzó a marcar a la oficina de su padre. Después de unas cuantas timbradas, al fin alguien respondió.
-¿Si diga?-
-Soy yo-
Dijo Yuya sin muchos ánimos.
-Vaya, hasta que te dignas a llamar-
-Lo hago por si estabas preocupado-
-Bien, supongo que llamas por que has entrado en razón ¿cierto?-
-Por supuesto que no, solo quiero dejarte bien en claro que no voy a volver hasta que tú decidas dejarme en paz, primero me enseñas a ser yo mismo, a no seguir reglas, y ahora quieres imponerme algo que no quiero, solo por que te conviene-
El padre de Yuya bufó un poco.
-No me vengas ahora con que la culpa es mía, si te deje vivir libremente hasta ahora es por que ha llegado tu turno de corresponder y centrarte-
Yuya comenzaba a desesperarse.
-Bueno, pues ahora te toca esperar si yo quiero aceptarlo, por que no pienso permitir que me manejes a tu antojo-
-Más te vale que regreses pronto, sabes que puedo encontrarte en cualquier momento, no hagas las cosas más difíciles-
-No te tengo miedo-
Dijo Yuya con mucho resentimiento y colgó, estaba realmente de mal humor, no pensaba permitir que su padre lo manejase de esa forma, estaba dispuesto a ser feliz aunque eso significase salir de la familia, además, ahora tenía a alguien especial a su lado… a Yuri…
-¡Yuri!-
Gritó mientras se ponía de pie.
“-¿Cómo pude dejarlo solo ahora?-”
Pensó mientras se revolvía el cabello, se sentía realmente como un tonto, dejarse llevar por su preocupaciones y no pensar en lo solo que Yuri se sentía, y de pronto, la cara de Yuri preguntando si podía acompañarlo apareció en su mente.
“-Tengo que volver-”
Pensó, y sin más, comenzó a correr de regreso.

Yuri seguía solo en su habitación, no dejaba de pensar en Yuya.
“-¿Qué habrá pasado para que haya salido de esa forma?-”
Estaba preocupado, pero no había nada que el pudiera hacer, así que se levantó de la cama y salió de su habitación, estaba bajando las escaleras cuando la puerta se abrió y Yuya entró de prisa.
-¡Yuri!-
Le dijo al verlo, y sin quitarse aún los zapatos, caminó de prisa hacia el y lo abrazó con fuerza.
-Perdóname…-
Le dijo con voz suave muy cerca del oído, Yuri simplemente seguía sorprendido, no comprendía la actitud de Yuya, sin embargo le aliviaba sentirlo de nuevo tan cerca, así que sin poder evitarlo, se dejo abrazar, y lentamente comenzó a corresponder aquel abrazo, sintiendo una calidez por todo el cuerpo.
-¿De que de disculpas?-
Preguntó Yuri mientras hundía su rostro en el pecho de Yuya.
-Por dejarte solo…-
Respondió Yuya mientras acariciaba la cabeza de Yuri y lo abrazaba con más fuerza.
-No importa…-
Dijo Yuri aferrandose con más fuerza a la espalda de Yuya. De pronto, este se separó un poco del menor, tomo aquel rostro entre sus manos y comenzó a acercarse lentamente. En cuanto Yuri percibió este acercamiento, no pudo evitarlo y cerró sus ojos lentamente, instantes después, pudo sentir como los labios de Yuya se posaban sobre los suyos, y de inmediato, ambos comenzaron a besarse lentamente, a un ritmo acompasado, entre besos cortos y profundos, uno tras otro. Al separarse, Yuya miraba sonriente el rostro sonrojado de Yuri.
-No puedo creer que seas capaz de alejar todas mis preocupaciones, con un solo beso…-
Esto hizo que Yuri se ruborizara aún más.
-Yo… pienso lo mismo-
-¿Aún sigues pensando en no querer saber que es esto?-
Preguntó Yuya en tono curioso, Yuri desvió la mirada.
-¿Necesitas ponerle nombre a todo?-
Preguntó con cierto fastidio.
-No a todo, solo que hay algo que quiero decir, pero no sé como…-
Respondió avergonzado.
-Entonces no lo digas aún-
Dijo Yuri mientras tomaba el cuello de Yuya con sus manos y lo acercaba de nuevo a el, solo para besarlo de nuevo, Yuya comenzó a besarlo de inmediato, volviendo a aquellos suaves y delicados besos llenos de eso que ambos sabían perfectamente, solo que aún no estaban listos para decirlo.

---------
No hay manera de que pueda olvidarte
Así que por favor, no te desvanezcas de mi mente
No puedes borrar así los días que pasamos juntos…

---------

Al separarse, ambos se sonrieron y se abrazaron tiernamente, después Yuya tomó a Yuri en sus brazos y lo llevo a la sala.
-¿Qué haces?-
Preguntó Yuri avergonzado mientras se aferraba con fuerza a Yuya.
-Te obligo a ver una película conmigo-
Respondió sonriente mientras sentaba al menor en el sillón, después comenzó a prepararlo todo y puso una película que estaba en el mueble de la televisión.
-Esa ya la ví-
Reclamó Yuri.
-Si, lo supuse, pero no conmigo, así que guarda silencio-
Yuri dejó salir una risita, después Yuya se sentó a su lado y ambos comenzaron a disfrutar de aquella película.

------------------------------

Al fin había llegado a casa, como siempre estaba vacía, su madre había salido, eso no era novedad.
En cuanto entró a la casa, la soledad lo recibió como un fuerte golpe en el estomago, a pesar de que el tiempo había pasado, no dejaba de extrañarlo tanto. Se acercó a aquel sillón, tomo asiento y las lágrimas comenzaron a salir de nuevo, al mismo tiempo que se dejaba caer solo para quedar recostado, encogió las piernas y se abrazó a sí mismo.
-Te extraño… ¿Por qué te fuiste?…-

---------
Dije que podía vivir sin ti
Pero por más que lo intento, no puedo hacerlo…
Trato de llenar la desesperación….
No quier un día más sin ti,
Te lo ruego…
Por favor hazme olvidarte, ya que mi vida sin ti…
Esta perdida…

----------

Así, el sueño comenzaba a vencerlo, pero con él, los recuerdos seguían llegando a su mente, aún en sus sueños.

------------------------------

Esa noche, después de haber pasado el resto de la tarde juntos, de haber comido y cenado juntos, conversado, y de más, el cansancio los había vencido, así que cada quien se dirigió a su habitación, despidiéndose con un “Buenas noches” y una sonrisa.
Yuri se puso su pijama, acomodó su cama, estaba a punto de recostarse, cuando Yuya abrió sigilosamente la puerta.
-¿Sigues despierto?-
-Estaba a punto de dormirme-
-¿Te importa si…-
Dijo Yuya cerrando la puerta detrás de si.
-Supongo que no-
Respondió Yuri con una sonrisa, así, Yuya se dirigió a su lado, Yuri apagó la luz y así, ambos se acomodaron en la cama, sin dudarlo, Yuya abrazó a Yuri y este se acomodó entre sus brazos, ambos comenzando a quedarse dormidos, y antes de hacerlo, Yuri dijo en voz baja.
-Yuya… ¿Estarás a mi lado siempre?-
Yuya suspiró, abrazó con mas fuerza a Yuri y respondió.
-Por supuesto-
Yuri solo sonrió y se pego más al cuerpo de Yuya, así, ambos se quedaron profundamente dormidos.

---------
Pienso en ti
Quiero verte y no puedo
Lo siento tanto, pero aún te amo…
Todo fue una mentira, no lo supe
Ahora lo sé

---------

“-Realmente creí en esas palabras… y ahora ya no estas aquí…-”
Pensó con los ojos aún cerrados, mientras las lágrimas continuaban cayendo.

Fuera de esa casa, alguien luchaba contra su voluntad, su corazón le pedía entrar, pero su cabeza le decía que no debía hacerlo, así que con todo el dolor que había en su pecho, se dio media vuelta y se marcho.
“-Con tal de protegerte… no he podido escoger otro camino… perdóname… Yuri-”

[OneShot] [ 誕生日 プレゼント ] - (Tanjoubi Present)



Titulo:
"[ 誕生日 プレゼント ] (Tanjoubi Present)"
Genero:
Yaoi
Pareja: Inoo Kei / Daiki Arioka (InooDai)
Capitulos: -One Shot-
Autora: Ayaa
Nota: Y sigo celebrando a Inoo-chan *---* es cortito pero esta hecho con amorsh!!


[ 誕生日 プレゼント ]
(Tanjoubi Puresento)

Hoy, al fin es 22, si, 22 de Junio, un año más de vida, que gracioso, jamás imaginé llegar a los 20 tan rápido, imaginé que se sentiría diferente, especial, magnifico, o algo por el estilo, sin embargo me sigo sintiendo igual que siempre, siento que nada ha cambiado en mi.
Oh, claro, lo olvidaba, por supuesto que algo ha cambiado en mi, desde hace tiempo, alguien ha cambiado muchas cosas dentro de mi, pero aún sigo en la espera de un avance, de algo que me indique que esa persona es realmente para mi.

Salgo de la cama al fin, con mucho esfuerzo, debo ir a clases, pero no tengo muchos ánimos, después de todo ¿Quién quiere asistir a clases el día de su cumpleaños?
Bueno, yo debo hacerlo, perder un día de clases sería como perder lo que más importa en la vida, esta bien, exageré, pero aún así tengo que ir. Mientras me termino de ponerme la ropa, escucho un sonidito muy especial, mi corazón se acelera, comienzo a rogar a todos los dioses habidos y por haber que seas tú, así que de prisa termino de abrocharme el pantalón y tomó mi teléfono, al abrirlo la decesión inundó mi rostro, sin embargo no me sentí tan mal, era la primera felicitación del día de nadie más que de Yabu, al leer el mensaje no pude evitar el dejar salir una pequeña sonrisa.

“Inoo-chan
Otanjoubi Omedettou~!
Deseo ser el primero, aunque espero y tu cara de decepción no sea tan obvia, sé de quien esperas que sea este mensaje, lo cual significa que sé que él no te ha mandado nada…. pero no te preocupes, lo hará!
Espero y pases el mejor cumpleaños de tu vida, como siempre, deseándote lo mejor.
Yabu. “

“-Odio que me conozcas tan bien Yabu…-”
Pensé, reí para mis adentros y cerré el teléfono, algo me decía que Yabu sabía de algo que yo ignoraba, pero decidí mejor no darle mayor importancia, sé que a veces Yabu suele bromear conmigo de esa forma.
Al salir de mi habitación ya con mis cosas, fui sorprendido por un fuerte abrazo por parte de mi hermana, la cual me dijo en un grito “Feliz Cumpleaños”, le agradecí con una amplia sonrisa y ambos bajamos a desayunar.
Al igual que mi hermana, mis padres hicieron lo mismo, solo que de una forma menos eufórica.
-¿Qué harás esta tarde Kei?-
Preguntó mi madre.
-No lo sé, tal vez vea a unos amigos-
Le respondí mientras comía un poco de arroz.
-De acuerdo, no olvides que te estaremos esperando con un delicioso pastel esta noche-
-Muchas gracias mamá-
Dije con una sonrisa, me sentía tan bien, me encanta ser consentido por mi familia, y que mejor ocasión que mi cumpleaños para que eso sea mejor.
Después de desayunar y conversar un poco con mi hermana, tomé mis cosas y salí rumbo a la universidad, me sentía entusiasmado, fue como si de repente un buen presentimiento invadiera mi cuerpo, sentía que este sería un gran día.

Al llegar a la facultad, las felicitaciones de mis compañeros y amigos no se hicieron esperar, fueron tantas que jamás imaginé que tanta gente estuviese enterada de mi cumpleaños, esto solo me alegró más.
Después de eso, mientras me encontraba en clase de matemáticas, mi teléfono volvió a sonar, nuevamente mi corazón se aceleró, sin embargo traté de guardar la calma, lo saque rápidamente de mi bolsillo y lo leí.

“¡¡¡Feliz Cumpleaños Inoo-chan!!!
Sé que debes estar en clase, así que espero no molestarte demasiado, solo quiero decirte que ahora que ya eres todo un adulto, deberías pensar en comportarte como tal (risas)
Sin embargo, así como eres esta bien para mi, por que después de todo contigo me divierto a lo grande.
Feliz Cumpleaños de nuevo!
Hikaru.”

Una ligera decepción se expandió por todo mi ser, sin embargo al leer nuevamente el mensaje de Hikaru volví a sentirme mejor, después de todo el mensaje de Hikaru era agradable para mi, así que no dudé en responder con un “Gracias” y otras frases.
El resto de la mañana avanzaba con normalidad, no dejaba de echarle un vistazo a mi teléfono de vez en cuando.
“-¿Por qué no me ha mandado nada aún?-”
Pensé, estaba comenzando a impacientarme, el único mensaje que necesitaba leer para que mi día fuese completamente perfecto era el de él, sin embargo parecía que no lo recordaba.
“-¿Se habrá olvidado de mi cumpleaños?-”
Me dije, quise escribirle un mensaje recordándole mi cumpleaños, pero me sentí un poco tonto, ¿Cómo era posible que no lo recordara si cada año me felicitaba?
Bueno, aunque siempre era el último, esta vez pensé que sería diferente, traté de no desanimarme, después de todo el día aún no terminaba, lo cual quería decir que aún tenía tiempo de recibir su mensaje, así que con una ilusión decidí continuar con la espera.

Los mensajes continuaron llegando, el de Takaki fue realmente simple.

“¿Hoy es tu cumpleaños cierto?
…..
Bien, pues, felicidades
Bienvenido al mundo de los adultos
Takaki.”

¿Qué clase de felicitación era esa? Bueno, era Takaki, no podía esperar algo mejor. Reí un poco y continué comiendo. Cuando terminé unos amigos llegaron con un pequeño pastel, me cantaron el típico “Happy Birthday” y disfruté de un delicioso pastel sabor chocolate en compañía de mis amigos, sin embargo seguía pensando que lo más importante seguía faltándome, tú.

Como era de esperarse, los mensajes del resto de los JUMP continuaron llegando, me sorprendí bastante al leer el de Yamada, pero sonriente, agradecí a cada uno por sus felicitaciones, pero ¿Qué rayos pasaba contigo? Esto comenzaba a preocuparme, comenzaba a terminar el día y tu mensaje no llegaba, ¿De verdad te habías olvidado de mi?
“-Quiero verte…-”
Pensé mientras caminaba rumbo a mi casa, intenté llamarte pero jamás respondiste, esto me deprimió un poco, pero traté de ocultarlo, después de todo no podía mostrarle un rostro deprimido a mi familia, así que al abrir la puerta de mi casa, traté de aparentar estar bien.
De nueva cuenta mi familia me felicitó, esta vez con más alegría, me abrazaron y me llevaron al comedor, en donde me esperaba un delicioso pastel que tenía escrito “Happy Birthday Kei”
Sonreí, el cariño de mi familia era tan cálido, que por unos instantes olvidé lo mal que me sentía por tu ausencia. Festejé con mi madre, mi padre y mi hermana, comimos pastel todos juntos, conversamos, me dieron mis regalos, reímos, lloramos, y después, cansados, todos nos fuimos a la cama.

Estando en mi habitación, solo, miré mi reloj, eran ya las once de la noche, una hora más y mi cumpleaños habría terminado, y tu ni un mensaje me habías mandado, me sentí triste, decepcionado, sentía como algo me oprimía el pecho, sentí ganas de llorar, pero no quise hacerlo, después de todo aún era mi cumpleaños y no deseaba llorar.
Estaba a punto de quitarme la ropa y ponerme la pijama, cuando mi teléfono comenzó a sonar, pero esta vez no sentí ninguna emoción. Con fastidio me acerque a mi escritorio y tomé el aparato, y de pronto, sentí como el color se me subía a la cara, al fin, era tu mensaje.
Tarde mucho en reaccionar, no sabía que hacer, mi cuerpo no se movía, hasta que respiré profundo y logré presionar el botón para abrir el mensaje.

“Afuera”

¿Qué quería decir eso? ¿Afuera de dónde?
Pensé que tal vez había leído mal, tallé mis ojos y volví a ver mi teléfono, pero no había nada malo en mi vista, claramente solo había escrito esa simple palabra. ¿Qué rayos significaba? Yo realmente deseaba poder leer una felicitación de tu parte.
Traté de pensar, caminé en círculos alrededor de mi habitación, me daba pequeños golpes en la cabeza, intentando pensar, pasaron unos minutos y volvió a sonar mi teléfono.

“Hace frío…”

Otra vez tú y esas extrañas palabras, ¿Qué era todo esto?
Primero “Afuera” y después “Hace frío…”. ¿Sabes? No te pedí el informe del clima.
Después me puse a pensar, repasando aquellas palabras una y otra vez, me acerqué a mi ventana, miré el cielo, traté de pensar, de pronto, una sombra llamó mi atención, había alguien afuera de la casa, ¿Un ladrón?, pensé.
De pronto sentí como si alguien me hubiese golpeado la cabeza, al fin comprendí todo.
-¡Daiki!-
Grité, después salí corriendo de mi habitación, baje las escaleras lo más rápido que mis piernas me lo permitían, casi me tropiezo en el último escalón pero logre evitar la caída, me puse mis zapatos rápidamente y abrí la puerta de golpe.

Y ahí estabas, a punto de escribir un nuevo mensaje, tenía la respiración muy agitada, el corazón me latía tan fuerte que temí por que saliera de un momento a otro de mi pecho.
Al escuchar el ruido de la puerta despegaste la mirada de tu teléfono para mirarme a mi, me sonreíste, yo aún no podía creerlo, estabas a escasos metros de distancia de mi. Cerré la puerta y caminé hacia ti.
-Dai… chan… ¿Qué haces aquí?-
Te miré completamente atónito, sin embargo tu me sonreíste.
-Siento la tardanza… es solo que… no encontraba el valor…-
¿Valor? No entendía a que te referías con encontrar valor, ¿que tanto valor necesitarías para felicitarme?
No te dije nada, solo me limité a observarte tratando de asimilar si esto no era un sueño.
-Intenté escribirte un mensaje, pero alguien me dijo que un mensaje no sería lo correcto, pensé en llamarte pero tampoco pude hacerlo, quise venir antes pero tenía miedo, pero ahora estoy aquí, y…. ah…. Esto es difícil-
Te rascaste la cabeza, ¿estabas nervioso?
-Dai-chan, por un momento pensé que te habías olvidado de mi-
Te dije en tono de broma, pero tu me respondiste muy serio.
-Eso jamás, ¿Cómo puedes pensar que me olvidé de ti si solo tu estas en mi mente?-
Me sorprendí, no supe que decir en ese momento, después me miraste, con esos ojos llenos de ternura, sonreíste, y sin más, me abrazaste, tu abrazo era tan fuerte, que me hizo reaccionar, definitivamente esto no podía ser un sueño. Así que sin pensarlo más, también te abracé de vuelta, entonces fue cuando dijiste en voz baja mientras hundías tu rostro en mi pecho.
-Feliz Cumpleaños-
Te abracé con más fuerza, en ese momento sentí el deseo de decirte lo que tanto he guardado, lo mucho que te quiero, lo mucho que te amo, pero tu hablaste primero, te alejaste unos centímetros, me miraste, pude ver como tus mejillas se tornaban ligeramente rojas, entonces dijiste.
-Te amo-
Esta si que era una gran sorpresa, no supe como reaccionar, y como si eso no hubiese sido suficiente, tomaste el cuello de mi camisa, lo jalaste para que me acercará a ti, y me besaste.
En el momento en el que sentí tus suaves y cálidos labios sobre los míos mi corazón se detuvo, sentí como el color se me subía al rostro, y después de digerirlo, cerré mis ojos, tomé tus manos suavemente, y ambos comenzamos a besarnos dulcemente, a un ritmo suave y lento.
Después, nos separamos un poco, me miraste y dijiste.
-Este es mi regalo de cumpleaños para ti-
-Daiki… gracias-
Te dije en voz baja, me sonreíste y te besé, no podía creerlo, definitivamente este era mi mejor cumpleaños.
-Disculpa que haya tardado…-
Me dijiste tímidamente, miré mi reloj.
-Aún es mi cumpleaños, y tú eres mi mejor regalo-
Te sonreí, noté como te ruborizabas, suspiré y te dije.
-Te amo-
Me miraste con ilusión, besándonos nuevamente sellamos aquel momento, al separarnos volviste a felicitarme.
-Feliz Cumpleaños-
Entonces te respondí.
-Gracias por ser mi mejor regalo de cumpleaños-
Nos sonreímos y nos abrazamos con fuerza, me sentí plenamente feliz, jamás olvidaré este día, ni los siguientes después de este, por que ahora estarás a mi lado, ahora y siempre.

F I N

jueves, 17 de junio de 2010

A new song [Cap. 5]

Capitulo 5

A la mañana siguiente, Jun se despertó primero que Sho, aún era temprano, faltaban treinta minutos para que su despertador comenzara a sonar, sin embargo ya no podía seguir durmiendo, así que salió despacio de la cama, intentando no despertar a Sho.
Estando ya en la sala, dejó salir un suspiro al mismo tiempo que estiraba sus brazos, se dirigió a la puerta que daba a la pequeña terraza, la abrió y salió a respirar un poco de aire matutino. Aún no digería bien lo que había ocurrido entre el y Sho, aún no quería creerlo, después de todo, no se sentía plenamente feliz por ese hecho, lo cual le parecía una tontería, puesto que debería estar más que emocionado, pero definitivamente esto no era lo que el planeaba sentir si esto ocurría, además, por que la imagen de Jin aparecía en su cabeza en un momento así, esto realmente no tenía ningún sentido, y esto lo preocupaba un poco.
De pronto, escuchó unos pasos acercarse a el y poco después como Sho lo abrazaba dulcemente, rodeando su cintura con ambos brazos y recargaba su cabeza en su cuello.
-Buenos días-
Dijo Sho mientras le daba un pequeño beso al cuello de Jun solo para después recargar su cabeza en la espalda de este.
-Buenos… días-
Respondió débilmente, ¿Por qué no lograba sentirse satisfecho?
-¿Quieres desayunar algo? Aún es temprano y nos da tiempo-
Dijo Sho, al parecer no había notado el estado de humor en Jun, y eso, de cierta forma, era bueno.
-Si, no es mala idea-
Respondió Jun, pero aún su voz era débil y carente de un sentimiento emotivo.
-Bien, buscaré algo en tu cocina-
-Si…-
Y sin más, Sho soltó a Jun y se fue rumbo a la cocina.
“-¿Qué me pasa?-”
Se pregunto mientras seguía observando la ciudad, la cual poco a poco entraba en actividad.

Esa misma mañana, un fuerte dolor en la espalda hizo que Jin se despertara, al abrir los ojos notó que se había quedado dormido en el sillón, lentamente se reincorporó y abrió por completo los ojos, se puso de pie y entró al baño, mientras se enjuagaba el rostro, recordaba como había tratado a Kame.

“-¿Quién eres tú y en dónde dejaste a MI Jin?-
Sin poder evitarlo Jin dejó salir una risita burlona.
-TU Jin ya no existe, por que jamás fui exclusivo para ti-
-Y me lo dices ahora…-”

-¿Cómo le dije esas cosas?-
Se pregunto en voz baja mientras se miraba en el espejo. Sin embargo no tenía deseos de disculparse, sentía que ya había pasado demasiado tiempo junto a Kame, esto definitivamente no podía seguir así, pero el tan solo pensar en terminar con el un pequeño dolor aparecía en su pecho, ligeramente punzante, un sentimiento muy parecido a la culpabilidad, después de todo sabía cuanto lo amaba Kame, pero desde hace mucho que el no lo quería de la misma manera.
-¿Qué me esta pasando?-
Se dijo mientras se secaba el rostro con una toalla, después salió del baño y se dirigió a su cama, no tenía ánimo de salir a la calle para comprar algo, además aún era demasiado temprano para el, miró su reloj y dijo.
-A esta hora Matsumoto se alista para ir a trabajar…-
Y de pronto una sonrisa se formo en su rostro, al notarlo, sacudió su cabeza, y dejó el reloj sobre el buró nuevamente, para después hundir su rostro en aquella almohada.
Estaba dispuesto a intentar dormir un poco más, pero no podía, esto comenzó a fastidiarlo así que sin más salió de la cama.


Jun y Sho desayunaban en silencio, y es que simplemente Jun no sabía que decir, y temía que si decía algo, Sho le pidiese una respuesta a su confesión anterior, a la cual, no tenía una respuesta clara.
-Hoy estas muy callado, no es normal en ti-
-¿Ah si?… bueno, lo que pasa es que no tengo nada que decir-
Sho miró sorprendido a Jun.
-¿Y eso a que se debe?-
-No lo sé, debe ser por la presión del trabajo-
Dijo Jun suspirando.
-Deberías de tomar un descanso entonces-
-No puedo hacer eso ahora-
-Tienes razón, ¿y si mejor programamos algo? Ya sabes, para salir juntos-
Jun miró extrañado a Sho, el cual al notar eso sonrió torpemente.
-Prometo cumplir con eso-
-Pues entonces elige tu el día-
-De acuerdo, lo consultare con mi agenda y te llamaré-
Jun dejó salir un suspiro, ¿Qué significaba eso de consultar con su agenda? ¿acaso Jun era uno de sus clientes empresarios?
Cuando terminaron, Sho recogió los platos, los llevó a la cocina y comenzó a lavarlos, Jun lo observó pero no dijo nada, en cambio se fue a su habitación y comenzó a arreglarse. Un rato después y ya estaba listo, miró su reloj, era hora de partir.
-¿Te puedo llamar esta noche?-
Preguntó Sho un poco tímido mientras tomaba su abrigo.
-Por supuesto-
-Aún… aún no sé si haz aceptado mis sentimientos…-
Dijo Sho mientras se acercaba lentamente a Jun.
-Lo sé… solo dame un poco de tiempo… en estos momentos no sé que decirte-
Dijo Jun desviando la mirada, se sentía incapaz de ver a Sho a los ojos.
-De acuerdo, estaré esperando por esa respuesta-
Jun solo asintió con la cabeza, de pronto Sho se acercó a el y le dio un suave beso en la frente.
-Es hora de irnos-
Le dijo con una sonrisa, Jun se giró para tomar su portafolios y así ambos salieron del departamento.
Al estar fuera del edificio Sho dijo un poco desanimado.
-Yo debo irme por este lado, tengo que ir a casa a cambiarme-
-Bien, entonces nos veremos después-
-Te llamaré esta noche-
Dijo Sho con una amplia sonrisa, después se dio media vuelta y comenzó a alejarse, Jun solo lo observo por unos cuantos segundos, no lograba comprender el por qué no se sentía feliz, así que dejando salir un profundo suspiró se dio media vuelta y emprendió su camino rumbo al trabajo.

Jin caminaba por las calles, había salido de su departamento, por alguna razón no deseaba quedarse encerrado, se sentía muy ansioso.
Trataba de buscar un lugar para desayunar, pero ni siquiera se sentía con hambre, por más que pasaba por lugares en donde podía entrar a comer algo, sentía que nada se le antojaba, esto si que era un verdadero fastidio para el.
Mientras caminaba, a lo lejos, pudo ver a alguien que le resultaba demasiado familiar, se detuvo en seco y talló sus ojos torpemente, estaba casi seguro de quien caminaba a lo lejos era Matsumoto, así que sin pensarlo corrió de prisa, debía alcanzarlo antes de que este se atravesara a la acera de enfrente. Y justo al llegar a la esquina logró interceptarlo.
Respiró profundo, se calmo, tocó el hombro del chico con delicadeza y lo saludó.
-Buenos días-
Jun iba tan concentrado en su mundo, que al sentir como alguien lo tocaba y después lo saludaba lo sorprendió por completo.
-Ah… ¿Jin?-
Dijo con sorpresa al ver al chico.
-Eso creo-
-¿Qué haces-
-Te vi desde hace rato y pensé en saludarte, ¿Cómo sigues?-
Preguntó temiendo escuchar la respuesta.
-Pues… supongo que bien-
-No suenas muy convencido, ¿Acaso no te fue bien anoche?-
-Supongo que si…-
-¿Supones?-
Preguntó Jin un poco extrañado ante las respuestas secas de Jun.
-Lo que pasa es que… ah… voy tarde, tengo que irme-
Dijo Jun un poco nervioso mientras miraba su reloj.
-¿Es muy necesario que vayas a trabajar?-
Preguntó Jin con una sonrisa.
-Si, tengo que hacer-
-No importa, desde ahora estas bajo mi custodia, así que vámonos-
Y sin prestar atención a lo que Jun decía, lo tomó de la mano y comenzó a llevárselo en dirección contraria.
-¡Espera Jin! Tengo que ir-
-¡No te escuchó!-
Gritó Jin mientras se tapaba un oído con la mano libre que le quedaba, mientras que con la otra sujetaba la mano de Jun, este, al sentir como Jin entrelazaba sus dedos con los suyos sintió algo extraño, un sentimiento demasiado cálido lo invadió por dentro, y sin comprender bien lo que estaba haciendo, se dejo llevar por Jin, mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.
Poco después, ambos llegaron a un edificio, Jin se detuvo, miró a su alrededor, parecía que inspeccionaba el área.
-¿En donde estamos?-
-Dame un segundo, solo espérame aquí-
Le indicó Jin mientras soltaba su mano y entraba sigilosamente en aquel edificio, Jun lo observó extrañado, pero decidió seguir la indicación de Jin, después de unos minutos, al fin salió.
-¿Ocurre algo?-
-No hay moros en la costa capitán-
Dijo Jin con una sonrisa y le hizo una señal a Jun, la cual significaba que podía entrar, no lograba comprender muy bien la actitud de Jin, pero sin preguntar comenzó a caminar hasta entrar al edificio.
No era muy moderno, pero tampoco tan viejo como aparentaba, simplemente no era a lo que Jun estaba acostumbrado, pero no le desagradaba, se acercaron a las escaleras y ambos comenzaron a subir.
Minutos más tarde estaban en el cuarto piso, Jun se sentía ligeramente agotado, después de todo estaba acostumbrado a usar elevadores siempre, pero trato de ocultar su agotamiento. Caminaron por un pasillo hasta casi llegar al fondo, Jun simplemente no podía dejar de mirar a su alrededor, era un lugar un poco descuidado, con cierto olor a humedad, pero aún así estaba fascinado, pocas veces tenía la oportunidad de estar en un lugar así.
De pronto, Jin se detuvo.
-Aquí es-
Dijo señalando a la puerta con el número 507.
-¿Aquí es qué?-
Preguntó Jun confundido.
-Lo que llamo mi espacio, o para que entiendas, aquí vivo-
Así, Jin abrió la puerta y dejo que Jun entrara primero. Dicen que la primera impresión es la más importante, y simplemente Jun no se esperaba ver un departamento tan desordenado, simplemente no toleraba el desorden.
-¿En serio vives… aquí?-
Preguntó señalando a la sala, en la cual había ropa por todos lados, en el suelo envases de cerveza, hojas de papel regadas con letras de canciones, la mesa también estaba llena de hojas, las cortinas cerradas, al entrar un poco más notó el mismo desorden en la pequeña cocina, con envases de sopa instantánea regados en la mesa, envolturas de frituras, una cajetilla de cigarros, el bote de basura vomitando basura.
-Disculpa el desorden, es solo que-
-Si, no te gusta limpiar… pero deberías intentarlo-
Jin caminó directo al sillón, hizo su guitarra a un lado para que Jun pudiera sentarse.
-Algún día lo haré, de eso puedes estar seguro-
Jun sonrió nerviosamente, tomó asiento y recogió unas cuantas hojas del suelo, sin poder evitar echarles un vistazo.
-¿Esto es lo que compones?-
-Claro-
Dijo Jin mientras encendía un cigarrillo.
-¿No crees que es muy temprano para fumar?-
-Lo siento-
Dijo apagándolo de inmediato en el cenicero lleno de colillas de cigarro, esto ya era demasiado para Jun, así que sin más se puso de pie.
-¿Tienes un trapo?-
-¿Eh?-
Preguntó Jin extrañado.
-Olvídalo, ya vi uno-
Dijo al entrar a la cocina y encontrar uno lleno de polvo.
-Espero que no te importe despedirte de toda esta basura hoy-
-¿Eh?-
Jin solo observaba como Jun echaba toda la basura en una gran bolsa negra que había encontrado.
-¿Qué es lo que haces?-
-Necesito que pongas todas tus hojas bien ordenadas en otro lugar si no quieres que terminen en la basura-
Decía Jun mientras recogía toda la basura del lugar, Jin lo observó con una sonrisa dibujada en el rostro y obedeció a lo que Jun le había indicado.
Así, ambos se pusieron a limpiar el lugar, el rostro lleno de concentración de Jun no dejaba de cautivar a Jin, perdiéndose de vez en cuando en aquella expresión.

Las horas pasaron y Jun al fin estuvo tranquilo, solo para terminar corrió las ventanas para que la luz del sol entrara al lugar.
-Mucho mejor-
Dicho esto se dejo caer sobre el sillón, ahora estaba completamente cansado, lleno de sudor y de polvo, había tenido que quitarse su saco y dejarlo a un lado, las mangas de su camisa estaban arremangadas arriba de sus codos y su corbata ya estaba chueca.
-Esto… no es mi departamento-
Dijo Jin sorprendido, ahora el lugar lucía más amplio, habían limpiado todo, Jun en gran parte trabajó más que Jin, toda la ropa ya estaba acomodada, la basura ya no estaba, ya no había polvo ni ese olor a cigarrillo.
-Si es tu departamento, solo que mucho mejor ahora-
Dijo Jun mientras se frotaba la frente con su brazo.
-Ahora mírate, lleno de sudor y de polvo-
-Si, lo sé, estoy hecho un asco, de haber sabido que esto me esperaba hubiese ido a trabajar-
Dijo en tono de broma mientras le sonreía a Jin.
-Bueno, ahora de raptaré más seguido, ¿Una vez a la semana esta bien?-
-No-
Dijo Jun riéndose al igual que Jin, y entonces este se acerco y tomo asiento a su lado.
-Gracias Matsumoto-
-No es nada-
Ambos estaban tumbados sobre el sillón, pero lógicamente Jun mucho más cansado que Jin.
-Si gustas, puedes darte un baño-
-¿En serio?-
-Claro, te daré una toalla, espera-
Dijo Jin mientras se ponía de pie, entro a su habitación y tomo la única toalla que tenía.
-Usa esta, y puedes ponerte esto, te quedara un poco grande pero no puedes volver a usar eso después de bañarte-
Dijo Jin señalando la camisa llena de tierra de Jun.
-Te lo agradezco-
Dijo poniéndose de pie y tomando lo que Jin le daba.
-Es lo menos que puedo hacer-
Y así, Jun entró al baño, se sentía tan bien, había olvidado por completo su trabajo y a Sho, era como si todo eso no existiera ahora, así que dejando salir un suspiro lleno de alivio comenzó a desvestirse.
Mientras Jun se bañaba, Jin se aseguraba de que Kame no llegara, pensó en llamarlo, pero eso solo lo haría ir corriendo, debía pensar en algo, y lo primero que se le ocurrió al ver la puerta, fue cerrarla con seguro y poniendo la cadena. Después se dirigió a su habitación y se dejó caer sobre la cama, estaba cansado, sentía que ahora, si lo intentaba, podría dormir un poco, y eso es lo que le estaba ocurriendo.

Al fin Jun había terminado de ducharse, ahora se sentía fresco y sobre todo limpio, aunque un poco extraño, la ropa que usaba Jin le quedaba ligeramente grande, no demasiado, además de que el usaba pantalones un poco más grandes, y la playera le quedaba ligeramente floja.
Pero podía percibir el aroma de Jin por todo su cuerpo, era tan agradable, aunque no fuese un aroma elegante y exquisito como el de Sho, que al contrario era un aroma a cigarrillo combinado a una colonia deliciosa, le agradaba bastante.
Salió del baño con la toalla sobre la cabeza, buscó a Jin con la mirada pero no lo veía por ningún lado, hasta que echó un vistazo a la habitación y ahí estaba, recostado sobre la cama boca arriba. Lo más silencioso que pudo Jun entró en la habitación, se quitó la toalla de la cabeza, se sentó junto a Jin y lo observó fijamente.
“-Se ve tan cansado…-”
Pensó, en esos momentos sintió unas enormes ganas de acariciar su rostro, pero se contuvo al ver como Jin abría los ojos lentamente.
-¿Terminaste?-
-Sí, gracias por la ropa-
-De nada, es obvio que mi ropa no es de tu estilo-
-En lo absoluto, es bastante cómoda, gracias-
Se apresuró a decir Jun.
-Te vez cansado-
Le dijo, Jin dejo salir un suspiro y lentamente se reincorporó.
-Solo un poco, pero ahora que estas aquí me siento mucho mejor, siento que he olvidado lo que me agobiaba-
Este comentario hizo que Jun se sintiera ligeramente avergonzado.
-Bueno, eso quiere decir que no soy una persona tan desagradable-
Jin solo dejó salir una risita.
-¿Pudiste arreglar las cosas con Sho-san? ¿Así se llama cierto?-
Preguntó Jin lleno de curiosidad.
-Ah… algo así, ¿Cómo sabes que-
-Anoche tu olvidaste-
-Oh cierto, me dijo que tu se lo entregaste, muchas gracias-
Interrumpió Jun recordando que Sho le había comentado sobre Jin.
-¿Hasta cuando dejaras de agradecerme?-
-¿Lo hago mucho?-
-Bastante, solo deja de hacerlo, no me gusta…-
Dijo Jin con una leve expresión de fastidio pero sin perder esa sonrisa y ese tomo bromista que ahora, comenzaba a gustarle a Jun.
-Así que ahora están saliendo, debes estar feliz-
-No… no estamos saliendo…-
Respondió Jun bajando la mirada.
-¿A no?-
-Anoche… me confesó sus sentimientos pero yo no pude responderle…-
De cierta forma, este comentario aliviaba a Jin.
-¿Y por qué no? ¿El te gusta cierto?-
-Si, me gusta, pero…. Han pasado tantas cosas-
En ese momento Jun miró tímidamente a Jin, después ambos se miraron fijamente y se quedaron en silencio, después, poco a poco, comenzaron a acercarse, era como si ambos estuviesen siendo atraídos por una especie de energía.
Justo cuando escasos centímetros los separaban, Jin preguntó en voz baja mientras anhelaba acercarse más.
-¿Si te beso ahora… seguirás confundido?-
En ese momento Jun trató de reaccionar, pero era imposible tratar de alejarse de Jin, después de todo anhelaba tanto aquel acercamiento, que solo logró responder en voz baja.
-Si me besas… yo-
Pero fue interrumpido por los suaves labios de Jin, que ahora estaban unidos a los suyos, y de forma inmediata, Jun cerró sus ojos y respondió a aquel beso.

Mírame [Cap. 2 -FINAL-]

Capitulo 2 - FINAL-

Al día siguiente, Chinen se levantó temprano, como todas las mañanas, y comenzó a alistarse. Justo estaba por salir cuando escuchó como su compañero, Ryosuke, despertaba.
-Aún es temprano, ¿Ya te vas?-
-Es que tengo algo que hacer, nos veremos más tarde-
-Si quieres te ayudo con lo de matemáticas-
-Eso ya lo hice-
Interrumpió Chinen con un tono indiferente.
-¿A si?-
Preguntó Ryosuke incrédulo.
-Si-
-¿Quién te ayudo? Por que Takaki estoy seguro que no fue-
En ese momento Chinen desvió la mirada, pero no pudo evitar el rubor en sus mejillas.
-Al… alguien… y ya no preguntes, tengo que irme-
Pero Ryosuke pudo adivinar con tan solo ver su rostro.
-¿Fue Inoo cierto?-
Preguntó con una sonrisa dibujada en el rostro, Chinen solo bajo la cabeza y no respondió.
-¿Fue él cierto?-
Volvió a preguntar con curiosidad, para esto Chinen solo asintió con la cabeza.
-¿Paso algo?-
Preguntó al mismo tiempo que salía de la cama y se acercaba a su amigo, pero este solo negó tímidamente con la cabeza.
-Si no ocurrió nada, ¿A que irás a los jardines? Siempre que sales temprano es por que vas al invernadero a despejar tu mente, y eso es siempre que algo te pasa-
Chinen miró a Ryosuke sorprendido.
-¿Desde cuando me conoces tan bien?-
Preguntó en forma de reproche.
-Desde hace mucho, eres mi compañero de habitación, tengo que conocerte bien, además eres mi amigo-
Ante este comentario Chinen dejo salir una sonrisa.
-¿Me contarás lo que ocurrió o irás a que las plantas te consuelen?-
Chinen dejó salir un suspiro, volvió a dejar sus cosas sobre el suelo y caminó rumbo a su cama, tomo asiento, Ryosuke hizo lo mismo, solo que en su cama, así ambos quedaron frente a frente.
-Ayer… todo fue muy extraño… después de que me ayudo con los ejercicios, fuimos a cenar, realmente estábamos teniendo una agradable platica, pero después, al terminar de cenar, cuando veníamos de regreso a los dormitorios… pues…-
Chinen se sentía demasiado avergonzado como para decirlo, así que tomó aire y continuo hablado.
-Me… besó…-
Esta declaración dejó a Ryosuke sorprendido.
-¿Inoo? ¿Te beso?-
Chinen solo asintió con la cabeza.
-¡Eso es una buena noticia!-
Dijo Ryosuke con una sonrisa.
-Claro que no lo es… el ya tiene a Daiki… creo que lo hizo solo para…-
-No saques conclusiones, si no sabes por que lo hizo ¿Por qué no le preguntas?-
-No puedo hacerlo, ni siquiera quiero verlo…-
Declaró Chinen bajando la mirada.
-¿Por qué no? ¿Qué tiene de malo?-
-No puedo… ¿Qué tal si me dice que todo era una broma?-
-Si hace eso pues te ríes y te vas-
Ante este comentario Chinen miró fríamente a Ryosuke.
-Nunca vas a saberlo si no se lo preguntas-
Terminó diciendo al mismo tiempo que se ponía de pie y comenzaba a cambiarse.
-Eso ya lo se… pero no puedo hacerlo…-
Al igual que Ryosuke, Chinen también se puso de pie, tomo sus cosas de nuevo, y antes de salir escuchó como Ryosuke le decía.
-Te ha gustado desde el primer día que lo conociste, y ahora que el ha dado un paso no puedes echarte para atrás, piénsalo-
Al escuchar estas palabras, Chinen giró la perilla de la puerta, la abrió y salió, cerrando la puerta con suavidad, se sentía confundido, no quería seguir pensando en eso, así que solo iría a tratar de relajarse a algún lugar de la escuela, no tenía humor de ver a nadie, así que debía ir a donde nadie lo encontrase.

Después de haber caminado un buen rato, evitando ir corriendo rumbo al invernadero, llegó al enorme auditorio, el lugar estaba completamente solo, perfecto para el. Con cuidado abrió la puerta con fuerza, todo estaba obscuro, con ayuda de la luz de su teléfono móvil logro ver el camino, se fue hacia los asientos de atrás, hasta el fondo, se sentó en una de las butacas y cerró los ojos.
Los recuerdos de aquel beso llegaban una y otra vez, después imágenes de Daiki e Inoo juntos, los había visto tantas veces tomados de la mano, caminar por los jardines, incluso los había visto besarse en más de una ocasión, simplemente era algo completamente imposible que Inoo lo hubiese besado, trato de pensar que solo había sido un sueño, pero incluso aún podía sentir los labios del mayor sobre los suyos, ¿como convencerse de que aquello fue un sueño si lo seguía sintiendo tan real?
Sin poder evitarlo más, las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, lentamente, se sentía confundido, y con unas enormes ganas de ver a Inoo.
De repente, como si aquel deseo hubiese sido escuchado por alguien, escuchó un ruido, como el de un interruptor, abrió los ojos observó como la luz del escenario se encendía, trato de limpiarse el rastro de aquellas lágrimas y tratar de ver mejor, y después, alguien caminaba en aquel escenario, no podía ver muy bien de quien se trataba, solo observaba como esa persona se dirigía al piano, estaba casi seguro de quien se trataba, y lo comprobó al escuchar como tocaba, era la melodía que Inoo siempre tocaba. En ese momento no sabía que hacer, trató de esconderse, pero estaba seguro de que no sería visto, después de todo estaba hasta atrás y la única luz que había era la del escenario. Así que solo se relajo, cerró los ojos y disfruto del espectáculo.
Minutos después, este termino, Chinen quiso aplaudir, pero se contuvo, entonces, alguien lo hacia por el. Se quedó congelado, ¿En que momento había entrado otra persona?
Esta vez si trato de esconderse detrás de una butaca, observando discretamente lo que ocurría, sintió una punzada en el pecho al ver como esa persona subía al escenario, sin duda alguna se trataba de Daiki, no podía escuchar claramente lo que decían, pero estaba feliz de no poder hacerlo, de tan solo verlos tenía deseos de salir corriendo de ahí.

Y es que Inoo se levantó demasiado temprano, se sentía extraño, y que mejor para relajarse que tocar el piano, hace una semana que no lo hacía y hoy tenía el tiempo necesario para hacerlo.
Así que después de alistarse con su uniforme y tomar sus cosas, se dirigió al auditorio, estaba seguro de que no habría nadie.
Mientras se encontraba tocando la melodía de siempre, no podía sacar de su cabeza el beso que le había dado a Chinen, comenzando a sentirse ansioso y a continuar tocando con más energía. Cuando termino escuchó unos aplausos, al ver de quien se trataba le sonrió amablemente a su único público, según el.
-Dai-chan, ¿Qué haces aquí?-
-Solo pasaba por aquí y te escuché, no pude evitarlo y entré-
Respondió este con tranquilidad.
-Me alegro de tener público-
-Pero, algo te pasa, no tocas aquí desde hace mucho-
Inoo miró sorprendido a Daiki.
-¿Cómo sabes que me pasa algo?-
-La forma en que tocabas era diferente-
Afirmó Daiki con una sonrisa confiada.
-Bueno… no es nada en especial-
-Pues yo no creo que eso sea verdad, pero igual si no quieres contarme..-
¿Y como iba a contarle que había besado a Chinen justo el día que terminaron? No quería sonar tan ruin, así que decidió solo inventarse algo.
-He estado un poco presionado, necesitaba relajarme, eso es todo-
Daiki lo miró incrédulo.
-Bien, te creeré-
-Gracias-
Dijo Inoo con una sonrisa.
-¿Te parece si nos vamos? No quiero llegar tarde a clase-
-Bien, solo tengo que apagar la luz, ¿me acompañas?-
Daiki asintió y ambos se dirigieron a la cabina para apagar la luz de nuevo, después con trabajos llegaron a la salida y se fueron.
Chinen simplemente los observó en silencio, y justo cuando la puerta se cerró, unas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, ahora estaba convencido de que no era nada importante aquel beso después de todo.
-Creo que ya no quiero estar aquí…-
Y aún con el rastro de aquellas lágrimas en sus mejillas y los ojos húmedos, se puso de pie y caminó rumbo a la salida.

Inoo y Daiki no iban muy lejos, pero el mayor recordó que había olvidado su reloj sobre el piano.
-Tengo que regresar por mi reloj, nos veremos después-
Daiki asintió y continuo con su camino.

Chinen ya estaba un poco más cerca de la puerta, solo unos pasos más y llegaría, pero de pronto, la puerta se abrió de golpe y se quedó congelado al ver a Inoo.
-¿Chinen-kun? ¿Qué-
No pudo seguir hablando, al notar las lágrimas que caían de los ojos del menor se quedó sorprendido.
-¿Qué te ocurre?-
Rápidamente Chinen limpió su rostro con la manga de su suéter.
-No es nada-
-¿Cómo que no es nada? Claramente estas llorando-
-No es verdad-
Dijo fríamente sin mirar a Inoo.
-¿Desde cuando estas aquí?-
No sabía por que lo preguntaba, y Chinen no quería responder.
-Ya te dije que no es nada-
Inoo trató de acercarse a el, pero Chinen solo retrocedió al ver las intenciones de Inoo.
-Chinen… ¿Qué te ocurre?-
-Nada-
Respondió fríamente ante la pregunta de Inoo, el cual comenzaba a preocuparse.
-¿Acaso me estas evitando?-
Preguntó, esta vez con curiosidad en la voz. Chinen se limitó a guardar silencio y desviar la mirada.
-Ya veo..-
Dijo, y sin que el menor se lo esperara, lo tomó del brazo y de un solo movimiento logró pegarlo a su cuerpo, sin soltarlo del brazo, no era un abrazo propiamente, solo había acercado a Chinen a su cuerpo.
-¿Estas molesto por lo de ayer?-
Chinen estaba nervioso y por ende no podía moverse ni un centímetro, no sabía que hacer.
-¿Por qué llorabas?-
En ese instante, la imagen Inoo sonriéndole a Daiki apareció en su mente, junto fuerzas y lo alejó rápidamente.
-Por nada-
-Nadie llora por nada Chinen-kun-
Dijo al mismo tiempo que intentaba acercarse de nuevo a Chinen.
-¡No te acerques!-
Gritó con rabia, no podía evitarlo, se sentía enojado, frustrado y confundido.
-Entiendo… ¿La razón por la que lloras-
-¡¡Vete!!! ¡¡Déjame solo!!-
Volvió a gritar mientras daba un paso hacia atrás.
-Chinen…-
Dijo Inoo en voz baja, no podía irse así.
-Te dije que te fueras ¡¿¡¿Por qué rayos no te vas con Daiki de una vez y me dejas a mi solo?!?!-
En ese momento Inoo lo comprendió todo.
-Chinen… yo ya he-
-Veo que no entiendes, así que mejor me voy yo-
Estaba molesto, caminó deprisa, haciendo a un lado a Inoo, estaba dispuesto a salir corriendo del lugar, pero el mayor lo detuvo y tomándolo con fuerza de ambos brazos lo pegó de un solo golpe a la pared.
-No voy a dejar que te vayas así-
Le dijo con voz suave muy cerca de su oído, Chinen intentó liberarse del su agarre, pero le era imposible, Inoo lo sujetaba con fuerza.
-¿Qué quieres? Suéltame-
Pidió Chinen, pero definitivamente comenzaba a perder sus fuerzas de tan solo sentir la respiración de Inoo tan cerca de su cuello.
-Quiero que me digas ¿Por qué estabas llorando?-
-No te lo diré…-
Dijo Chinen intentando liberarse.
-Chinen-
Dijo Inoo con voz firme, sonó demasiado duro, provocando que Chinen lo viese fijamente, muy sorprendido, pero Inoo solo aprovechó esta oportunidad para besarlo, el acercamiento fue lento, pero justo en el momento en el que juntó su labios con los de Chinen estaba dispuesto a profundizar más aquel contacto.
Sin embargo el menor no sabía que hacer, justo en el momento en el que pudo sentir los labios de Inoo sobre los suyos se quedo en un estado de shock, del cual le estaba costando regresar, una vez más Inoo lo estaba besando, y no sabía como reaccionar. Estaba a punto de comenzar a responder a aquel beso, pero justo antes de que sus ojos se cerraran por completo, recordó que Inoo salía con Daiki, así que con la poca fuerza que le quedaba logró separarse un poco de Inoo, pero solo había logrado apartar su rostro puesto que el mayor seguía sujetándolo con fuerza.
-No… esto no esta bien… Dai-chan… él y tu…-
-Terminamos-
Le dijo Inoo con voz suave mientras apreciaba el sonrojado rostro de Chinen.
-No… eso no es-
-Es verdad-
Dijo Inoo con determinación.
-Pero justo ahora…-
-Así que estuviste aquí todo el tiempo-
Le dijo Inoo con una sonrisa, Chinen solo se ruborizo y desvió la mirada.
-Desde antes que tu llegaras…-
-¿Ah si? Entonces haz malinterpretado muchas cosas, Daiki vino aquí por casualidad, pero en realidad el y yo terminamos desde ayer-
Chinen miró a Inoo tratando de convencerse de que eso realmente era verdad.
-¿Es por eso que ayer tu…?-
-No lo sé, pude haberlo hecho aún estando con Daiki, simplemente contigo no me puedo contener, cuando no estas cerca, inconcientemente te estoy buscando, esa es la verdad-
Declaró Inoo con una sonrisa mientras soltaba a Chinen, pero no se alejaba de el.
-¿Eso… es verdad?-
Preguntó tímido.
-Completamente-
-¿Por qué me dices esto?-
-Por que si no a quien se lo puedo decir, creo que me gustas-
Eso último provocó que Chinen se ruborizara por completo, Kei al verlo solo desvió la mirada.
-Dilo de nuevo-
Pidió Chinen mientras veía fijamente a Kei, pero este parecía no poder reaccionar.
-Inoo-chan… dilo de nuevo… dí que al fin eres capaz de verme solo a mi… anda… mírame y dilo-
Ante la petición de Chinen, Inoo dirigió lentamente su mirada hacia el, quedo maravillado ante aquel rostro completamente sonrojado y esos ojos llenos de lágrimas.
-Me gustas…. Más de lo que puedo imaginar….-
Dicho esto, acarició el rostro de Chinen, se acercó lentamente a el y lo besó de nuevo, esta vez obteniendo una respuesta inmediata, esto lo sorprendió bastante, el sentir como ahora, al fin, el menor cedía ante aquel beso le provocaba un sentimiento único. Ambos se encontraban tan cerca de la puerta, que a lo único que atino a hacer Inoo fue a cerrarla sin dejar de besar a Chinen. Aquel beso era suave y lento, poco a poco ambos comenzaron a abrir sus bocas, profundizándolo aún más, entrelazando sus lenguas mientras se abrazaban con fuerza.

Esto hubiese continuado de no ser por que escucharon las voces de unos profesores acercarse, después de todo el auditorio no era el lugar ideal para tener un poco de intimidad, así que se separaron lentamente y se sonrieron.
-Aún no haz respondido a mi declaración Chinen-kun-
-¿Tengo que hacerlo?-
Pregunto mientras le daba un pequeño beso a Inoo en los labios.
-Eso no estuvo mal, pero aún así quiero escucharlo-
Las voces estaban cada vez más cerca.
-Me gustas… en realidad, yo te quiero-
De inmediato Inoo se sonrojó, no se esperaba eso.
-¿Seguro?-
Preguntó incrédulo, la conversación hubiese podido continuar de no ser por que justo en ese momento la puerta del auditorio se abrió y ambos se separaron de prisa.
-¿Ustedes que hacen aquí?-
-Nada, ya nos íbamos-
Respondió Inoo con una sonrisa, tomó la mano de Chinen y ambos salieron de prisa del auditorio, caminando de prisa para no ser detenidos por alguno de los profesores.

Al estar bastante alejados, Inoo tomó a Chinen por ambos brazos y mirándolo fijamente a la cara le pregunto.
-¿Acaso dijiste que… me quieres? ¿Eso no es demasiado?-
-Por supuesto que no… tu me gustas desde hace mucho tiempo… y ahora con todo esto, puedo decir que de verdad te quiero-
Respondió Chinen con una sonrisa, y sin que Inoo se lo esperara, lo besó sorpresivamente, Inoo tardo en reaccionar, pero ahora, nuevamente ambos se estaban besando.
Cuando lograron separarse, Inoo no podía dejar de mirar a Chinen fijamente, ahora el era quien no podía creer lo que estaba ocurriendo.
-¿De verdad te gusto desde hace mucho? ¿Por qué nunca lo dijiste?-
-Por que… cuando me había decidido… tu ya estabas saliendo con Daiki, así que no pude hacerlo…-
-Ah… ya veo… pero sabes… puede que tu me gustes desde hace tanto tiempo… solo que no lograba darme cuenta…-
Dicho esto, Inoo junto su frente con la de Chinen, ambos sonrieron y cerraron sus ojos.
-Eso me alegra-
Chinen dejo salir un suspiro, pero recordó que tenía que ir a clases.
-Tengo que irme, dentro de poco tendré clase de Inglés…-
-¿Quieres ir?-
Preguntó Inoo con una sonrisa.
-Tengo… nunca he faltado a sus clases y sigo siendo el mejor de la clase, si falto alguien puede desbancarme-
Inoo dejó salir una pequeña risita.
-De acuerdo, te buscaré a la hora del almuerzo.
Chinen asintió con la cabeza.
Así, Chinen se fue hacia su salón, Inoo tomo el camino contrario, puesto que sus clases estaban en direcciones diferentes.

Toda la mañana Chinen no pudo ocultar su excesivo buen humor, tanto era que Ryosuke no se atrevía a preguntar.
-Al fin, matemáticas, estoy preparado-
Dijo Chinen con determinación mientras frotaba sus manos.
-Llevas actuando extraño todo este tiempo, algo excesivamente bueno te esta pasando-
-¿Eso crees?-
Preguntó tratando de sonar serio.
-Lo sé, te conozco, ¿Tiene que ver con Inoo?-
Chinen solo se quedó en silencio, y antes de que Ryosuke continuara preguntando, la profesora de matemáticas entro.

Mientras tanto, Inoo también estaba extrañamente de muy buen humor.
-Para alguien que acaba de terminar con su pareja te vez muy bien-
-¿Eso crees?-
Preguntó Inoo sin dejar de sonreír.
-Eso veo-
-Bueno, como te dije antes, terminé bien con Daiki, y ahora me siento bien-
Hikaru miró incrédulo a Kei.
-Bueno, si puedes sonreír así entonces supongo que todo esta bien-
-Por supuesto, nada puede ser mejor-
-Insisto en que aquí hay algo más…-
Murmuró Hikaru en voz baja, pero Inoo no logró escucharlo, y sin embargo dijo.
-¿No crees que Chinen se ve realmente pequeño desde aquí?-
-Eso ya lo dijiste ayer-
Le reclamó Hikaru.
-Lo sé, pero esta vez si lo estoy espiando…-
Declaró Inoo mientras no dejaba de observar desde lejos al pequeño Chinen.
-Vaya… ¿y el motivo es?-
-No te lo diré-
Respondió Inoo con una sonrisa burlona mientras regresaba su atención al pizarrón y comenzaba a hacer anotaciones.
-Estas loco…-
-No tienes por que recordarme mi estado mental-
Respondió burlonamente, Hikaru solo sonrió al escuchar ese comentario, puesto que era el mismo que había dicho antes.

Así, unas horas más, y la hora del almuerzo llegó, Chinen guardaba sus cosas cuando Ryosuke se acercó a el con una sonrisita traviesa.
-Hay alguien en la entrada…-
Sorprendido, Chinen dirigió su mirada hacia la puerta, ahí estaba Inoo, esperándolo, tal y como había prometido.
-Hoy al fin estarás a solas con Yuto-
Dijo Chinen en voz baja mientras le daba una palmadita en la espalda a Ryosuke, el cual se ruborizó, y antes de poder decir algo, solo observó como Inoo y Chinen se alejaban.

-Llevo toda la mañana intentando asimilar todo lo que paso…-
Dijo Inoo mientras se rascaba la cabeza y se dejaba caer en el suelo, ambos se encontraban en la azotea de la escuela, completamente solos.
-Igual yo-
Declaró Chinen con una sonrisa.
-¿Te arrepientes?-
Pregunto un poco inseguro, entonces Inoo se reincorporo y tomo su rostro entre sus manos.
-Por supuesto que no, dije que me gustas, que te quiero, y no pienso retractarme-
Chinen dejó salir una sonrisa llena de alivio.
-¿En verdad estarás a mi lado ahora?-
-¿Aún no estas convencido cierto?-
Preguntó Inoo con una sonrisa burlona.
-Creo que, puedes convencerme de alguna manera-
Respondió Chinen con cierto tono seductor en la voz. Inoo sonrió y besó a Chinen dulcemente, después ese besó se volvió más y más profundo hasta que ambos se separaron lentamente.
-¿Ahora si estas convencido?-
-Bastante…-
Dijo Chinen con una sonrisa, después rodeo el cuello de Inoo con sus brazos y lo abrazó tiernamente.
-Te quiero Inoo-chan-
Inoo respondió a este abrazo, rodeando la cintura de Chinen, ambos aún seguían sentados sobre el suelo.
-Igual yo Chinen… te quiero-
Así, ambos se abrazaron con fuerza, se separaron y volvieron a besarse, ahora este era el comienzo de lo que ambos habían estado deseando desde el momento en el que se conocieron, y estaban dispuestos a entregarse por completo el uno al otro, para siempre.

F I N

miércoles, 16 de junio de 2010

[OneShot] Let Me Be The One


Titulo: "Let Me Be the One"
Genero:
Yaoi - Lemmon+18
Pareja: Inoo Kei / Daiki Arioka (InooDai)
Capitulos: -One Shot-
Autora: Ayaa


Let me be the one
“Quiero ser el único al que ames…
Muy a pesar de que sé a quien perteneces…
Solo… déjame ser el único para ti”


Una vez más, Kei perdía el tiempo paseando por los pasillos de la escuela, mirando por las ventanas, buscando a esa persona que le aliviaba el corazón, aunque cada vez que lo veía, no estaba solo.
-Inoo-chan ¿Qué haces?-
-Camino-
-Eso ya lo sé, pero es raro que andes solo-
Inoo se detuvo y miró a Hikaru con una sonrisa.
-Ya que me has encontrado, invítame algo de comer-
-¿Eh?-
-¡Vamos!-
Exclamó Kei con entusiasmo mientras tomaba a Hikaru del brazo.

-¿Por qué no comes?-
Preguntó Kei con la boca llena.
-Te dije en todo el camino que no tengo hambre…-
-¿Ah si? No te escuche… bueno, ya pagaste, así que te lo agradezco-
Hikaru solo se cruzó de brazos mientras Kei disfrutaba de su ramen.
-¿Qué harás esta tarde?-
Preguntó Hikaru curioso.
-Tengo que volver a la biblioteca, necesito hacer el reporte de un libro para mañana-
Hikaru se sorprendió.
-¿Aún no lo haces? ¿Entonces que hacías perdiendo el tiempo caminando como tonto por todo el colegio eh?-
Dicho esto le dio un golpe en la cabeza a Kei.
-Es solo que lo había olvidado… pero confía en mí, lo terminaré-
-Eso quiero verlo-
Y sin más, Kei terminó su gran plato de ramen y ordenó uno más.

Mientras, en uno de los pasillos de la escuela
-¿Podrás ayudarme?-
Preguntó Daiki en tono suplicante.
-Lo siento… pero tengo algo importante por hacer, ¿podrás solo?-
-Siempre estoy solo…-
Reprochó Daiki en voz baja.
-De verdad siento dejarte así, pero esto es muy importante Dai-chan-
-Claro, todo siempre es más importante que estar conmigo Yabu-
Esta vez Daiki alzó la voz, estaba molesto, después de todo siempre era lo mismo.
-Dijiste que me aceptabas con todo y mis ocupaciones, no sé de que te quejas-
-¿Quejarme? ¡Por dios Yabu! ¿Cuánto tiempo llevamos así eh? ¿Desde cuando no estas conmigo?-
-Bueno… si, ya tiene mucho, pero compréndeme un poco-
-Si, yo te comprendo, ¿pero quien me comprende a mi?-
La voz de Daiki comenzaba a quebrarse, y un nudo en su garganta le impedía continuar hablando con dureza.
-Dai-chan… sabes cuanto te quiero, pero de verdad que hoy no puedo-
-Olvídalo… mejor terminemos con esto…-
Dijo Daiki en casi un susurro, pero Yabu fue capaz de escucharlo.
-¡No Daiki!-
Respondió alterado tomando al chico por ambos brazos con fuerza.
-Me estas lastimando…-
-¡¿Por qué quieres terminar?!-
Gritó Yabu desesperado, Daiki solo desvió la mirada.
-Por que ya estoy cansado…-
Y sin más, con toda la fuerza que tenía, logró liberarse del agarre de Yabu, lo empujó lejos de el y salió corriendo, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con salir de un momento a otro.
“-Desde un principio esto no debió darse..-”
Pensó mientras continuaba corriendo.

Después de la gran comida que le había invitado Hikaru de forma obligatoria, ahora se sentía con los ánimos y la energía de hacer un poco de ese reporte, era temprano pero no era un libro sencillo.
Al entrar a la biblioteca, el silencio del lugar lo relajo un poco más, no era de sus lugares preferido pero al menos era agradable para el. Cuando preguntó por el libro que buscaba, la encargada le indicó que se encontraba en uno de los estantes de al fondo, en el segundo piso, bueno, le esperaba un largo camino, así que era mejor comenzar a caminar ahora.
Al pasar por entre tantos libros, comenzaba a desviarse de su camino, encontrando unos muy interesantes de música clásica en su camino.
“-Concéntrate Kei… concéntrate…-”
Pensaba mientras continuaba caminando, acercándose más a su destino, pero justo antes de llegar, escuchó un sonido muy similar al de un sollozo, decidió ignorarlo y continuar con su camino, pero aquellos sollozos comenzaban a repetirse cada vez más, eso lo incomodó un poco, después de todo no podía soportarlo, así que se asomó a aquel pasillo en donde pudo ver a un chico sentado en el suelo, con el rostro escondido entre las rodillas y cubriendo su cabeza con ambos brazos, casi grita al reconocer a aquel chico.
Pero al volver a escuchar un sollozo más, un dolor punzante invadió su pecho y le robo el aliento, así que con pasos lentos y muy suaves se acercó a el, se sentó frente a el y le acaricio la cabeza con ternura.
-Dai-chan… ¿Ocurre algo?-
En cuanto Daiki escuchó la voz de Kei y como su mano acariciaba con ternura levantó la cabeza de inmediato, aún sus ojos estaban llenos de lágrimas, pero le alegraba el hecho de no estar solo.
-Inoo-chan…-
-¿Qué pasa? Estas llorando…-
Dijo Inoo con voz suave mientras limpiaba aquellas lágrimas del rostro triste de Daiki con su mano.
-Solo un poco…-
Dijo Daiki tratando de sonreír.
-¿Quién te hace llorar ahora?-
Ante esta pregunta Daiki bajo la mirada.
-Entiendo… ¿Yabu cierto?-
Daiki solo asintió con la cabeza, Kei dejo salir un suspiro.
-Pero aún así lo quieres-
Dijo Kei con voz suave.
-Ya no sé…-
-¿Ah?-
-Ya no sé si lo quiero… nunca esta para mi… sus proyectos son siempre más importantes… desde hace mucho siento ya no me ve solo a mi…-
-¿Lo viste con otra persona?-
Preguntó Kei preocupado.
-No… claro que no, pero siempre esta pensando en otras cosas cada que puede estar conmigo… por eso hoy le dije que esto no puede seguir así-
-¿Así que terminaste con el?-
Pregunto Kei curioso.
-Si, bueno, de mi parte todo esta terminado, aunque el se negó…-
Kei miró con ternura a Daiki, la forma en la que contaba las cosas le provocaban unas enormes ganas de abrazarlo y al fin dejar salir aquel sentimiento que llevaba guardado desde hace tanto tiempo, sin embargo había algo que tenía que preguntar.
-¿Aún lo quieres?-
Daiki volvió a mirar a Kei, con una mirada anhelante, como si no hubiese deseado escuchar esa pregunta.
-Creo que…-
Kei comenzaba a sentirse mal, estaba seguro de la respuesta que iba a escuchar, después de todo no era necesario escucharla, así que dejó salir un suspiro y le sonrió a Daiki.
-Olvídalo, no respondas por favor, ya tuve suficiente con ver tus ojos-
Dicho esto, le dio una palmadita en la cabeza y se puso de pie.
-Será mejor que hables con el, deben arreglar las cosas-
Y con la mejor sonrisa de ánimo que podía regalarle a Daiki, se dio media vuelta, estaba dispuesto a marcharse.
Sin embargo Daiki no deseaba que se fuera, siempre tuvo el presentimiento de que Kei estaba enamorado de el, pero nunca tuvo el valor para confirmarlo, y ahora, sentía que debía hacerlo. Así que se puso de pie lo más rápido que pudo, pero desafortunadamente, al momento de dar el primer paso, su tobillo se dobló y solo atinó a agarrarse del estante, el cual no soportó el peso de Daiki y comenzó a tambalearse.
Kei notó esto y antes de que todo cayera encima de Daiki, se apresuró, lo jaló del brazo y lo pegó a su cuerpo, abrazándolo de forma protectora, después todos los libros comenzaron a caer sobre Kei al igual que la lluvia cae sobre el suelo. Sin embargo esto solo provocó que Kei abrazara con más fuerza a Daiki, evitando así que el menor saliera lastimado.
El corazón de Daiki latía con fuerza, esta era la primera vez que estaba tan cerca de Kei, recordando así aquellos días en el que el era el chico que tanto le gustaba, había olvidado lo agradable que era el aroma de Kei.
-¿Estas bien?-
Preguntó Kei mientras intentaba alejarse un poco de Daiki, el cual ya estaba ligeramente ruborizado.
-Si… gracias… no tenías que hacerlo-
-Cierto, no tenía que hacerlo, pero tampoco podía quedarme observando como todo esto se te caía encima, simplemente cuando se trata de ti no pienso con claridad-
Dijo Kei en tono de broma y con una sonrisa, Daiki lo miró tímidamente y pronto ambos se quedaron viendo fijamente, Kei perdido en los profundos ojos negros de Daiki, y este en los claros ojos color café de Kei.
-Inoo-chan… gracias…-
Logró decir tímidamente.
-Ya me lo habías dicho…-
Respondió Kei mientras aún ambos seguían en el suelo, Daiki aún debajo de Kei.
-Ah… bueno… solo quería decirlo de nuevo…-
Su corazón latía con demasiada fuerza, de cierta forma, era como si todo lo ocurrido con Yabu no hubiese ocurrido nunca.
-Dai-chan…-
Susurró Kei mientras lentamente se acercaba al rostro de Daiki.
-Inoo-chan…-
Dijo Daiki en voz baja mientras sentía algo extraño revolverle el estomago, sabía claramente que Kei se estaba aproximando a el lentamente, y ese acto no le desagradaba en lo absoluto.
-Dai-chan yo…-
Pero esa frase se quedó a la mitad, quedando sus labios muy cerca de los de Daiki, este solo cerró sus ojos, de alguna manera deseaba sentir aquel contacto, pero Kei estaba tardando, y es que no estaba completamente seguro de lo que estaba por hacer, escasos milímetros había de distancia entre ellos, sus labios comenzaban a rozarse.
-Daiki… te amo-
Y sin más, unió sus labios con los del menor, recibiendo una respuesta inmediata.
Aquellas palabras resonaban en la cabeza de Daiki, su corazón latía con demasiada fuerza, su estomago era un caos y sentía una calidez que lo invadía completamente.
Poco a poco, Inoo fue recostando a Daiki en el suelo, mientras continuaba besándolo lentamente, ambos abrían sus labios poco a poco, uniéndose y separándose a un mismo ritmo. En cuanto ambos estuvieron sobre el suelo, Kei encima de Daiki, el mayor buscó la mano de Daiki y la tomo con delicadeza, ambos entrelazando sus dedos, y con la mano que le quedaba libre sostenía la cabeza de Daiki, como si intentase pegarlo más y más a el. Por otro lado, Daiki, con la mano libre que tenía, tocó suavemente la espalda de Kei, aferrandose cada vez más a su cuerpo.
En ese momento la luz de todo el lugar se fue, quedando en completa obscuridad, pero eso no les importó, después de todo tenían los ojos cerrados, solo besándose con ternura.
Pronto, ese beso comenzó a ser cada vez más profundo, llenándose de pasión a cada segundo, así fue como Kei comenzó a deslizar su mano por el rostro de Daiki, después llegó a su cuello y pronto comenzó a desabotonar aquella camisa. Ante el acto de Kei, no pensaba quedarse atrás, así que Daiki comenzó a hacer lo mismo con la camisa de Kei.
En cuando ambos se deshicieron de sus camisas, dejaron de besarse, se miraron fijamente, tratando de recuperar el aliento.
-¿Realmente estas seguro de querer esto?-
Preguntó Inoo.
-Lo he deseado siempre-
Respondió Daiki con las mejillas sonrojadas mientras rodeaba el cuello de Kei con ambos brazos y lo besaba con cierta intensidad. Esta respuesta había sido realmente satisfactoria para Kei, así que continúo con lo que hacía.

Lentamente, después de separarse de los labios de Daiki, comenzó a besar su cuello, bajando así hasta su pecho, saboreando cada parte de este, mientras lo hacía, su mano se deslizaba lentamente hacía la cintura de Daiki, desabrochó el pantalón y comenzó a masajear el pequeño bulto que se había formado en la entrepierna de Daiki, provocando que este dejara salir pequeños gemidos mientras se aferraba a la espalda de Kei.
Al sentir cada vez más despierto al miembro de Daiki, introdujo su mano en la ropa interior y comenzó a masajearlo a un ritmo acelerado, y para evitar lo gritos del menor, lo besó apasionadamente. En cuanto Daiki se corrió, sacó su mano y bajó solo un poco el pantalón junto con la ropa interior del menor.
En respuesta, Daiki abrió un poco las piernas, Kei dejo salir una sonrisa llena de deseo al mismo tiempo que dejaba de besar a Daiki, entonces, sin más, comenzó a introducir uno de sus dedos por la entrada del menor.
Al sentir aquella intromisión, Daiki no pudo contener aquel grito lleno de dolor y placer, y enseguida de eso Kei lo volvió a besar para evitar que gritara nuevamente. En cuando Kei introdujo el segundo dedo y comenzaba a moverlos en círculos, inconciente mente Daiki comenzaba a mover sus caderas al mismo tiempo que se aferraba más a la espalda de Inoo.
-¿Puedo entrar ahora?-
Preguntó Kei con la voz agitada.
-Hazlo…-
Aceptó Daiki con una sonrisa, Kei le sonrió de vuelta, se posicionó y comenzó a penetrarlo lentamente, al sentir a Kei dentro de el contuvo aquel gemido, y como respuesta se aferró con fuerza a la espalda de Kei nuevamente, dejando marcados sus dedos en ella.
Lentamente Kei comenzó a moverse, sabía que no podía hacerlo tan rápido puesto que lastimaría a Daiki, pero al sentir que este comenzaba a demandar un poco más, respondió acelerando más las embestidas, llegando al punto en el que ambos estaban bañados en sudor, y así, llegaron al momento del más delicioso orgasmo, Daiki solo sintió como el liquido de Kei se expandía en su interior y las fuerzas de ambos se agotaban.
Kei cayó sobre Daiki completamente agotado, este lo abrazo con la poca fuerza que le quedaba y le susurró al oído.
-Igual yo te amo-
Al escuchar las palabras de Daiki, se reincorporó de prisa, solo para verlo a la cara, Daiki solo le sonrió y le regalo un pequeño beso.
En ese momento la luz regresó, debían vestirse de prisa o alguien podría verlos.

Al estar vestidos, levantaban los libros del suelo, era un alivio que nadie hubiese subido, sin embargo ambos estaban en silencio, regalándose miradas de vez en cuando, pero había algo que a Inoo no lo dejaba tranquilo, y cuando terminaron de acomodar los libros sobre el estante, no pudo callarse más.
-¿Desde cuando sientes esto por mi?-
Daiki se ruborizó un poco.
-Desde hace mucho tiempo… solo que no había tenido oportunidad de decírtelo-
-Si es así, entonces, ¿Por qué aceptaste a Yabu?-
-Por que yo estaba seguro de que tú jamás se aceptarías… y trate de olvidarte…-
Kei dejo salir un suspiro y se acercó a Daiki para abrazarlo suavemente.
-No vuelvas a pensar por mi ¿de acuerdo?-
Daiki solo asintió con la cabeza y abrazo de vuelta a Inoo.

Al día siguiente, Kei llegó temprano, pero con unas enormes ojeras debajo de los ojos.
-¿Terminaste?-
Le preguntó Hikaru preocupado.
-¿Tu que crees?-
Respondió Inoo con una sonrisa mientras le enseñaba un folder a Hikaru.
-¡Bien!-
Le dijo mientras le daba una palmada en la espalda.
-¿Lo entregas por mi? Tengo sueño…-
Hikaru miró con inconformidad a Kei.
-De acuerdo…-
Y sin más, tomó el trabajo de Kei, este le sonrió y se marchó. Todo iba bien, deseaba ver a Daiki, después de todo lo ocurrido el día anterior no podía sacárselo de la cabeza.
Pero justo doblando en uno de los pasillos, se encontró con el, pero no estaba solo, hablaba de algo con Yabu.
-Creo que me iré ahora…-
Dijo en voz baja, dando media vuelta antes de ser visto, pero un ruido lo hizo girarse de nuevo.

Yabu se sentía frustrado, así que golpeo la pared con toda su fuerza mientras acorralaba a Daiki.
-Te dije que solo era un poco de trabajo… ¿Por eso quieres terminar?-
-No es eso, yo quiero a otra persona-
Dijo Daiki firmemente.
-¿Ah si?-
Daiki estaba dispuesto a responder, pero detrás de Yabu apareció Inoo, quien tomaba el brazo de Yabu y lo apartaba de Daiki.
-Así es, ahora mejor no lo molestes-
Era la primera vez que Kei le hablaba tan fríamente a Yabu.
-Ya comprendo…-
Dijo Yabu furioso.
-Si lo comprendes entonces déjalo-
Yabu le dirigió una fría mirada a Daiki, después a Kei y se soltó del agarre de este.
-Ahora si nos disculpas-
Dijo Inoo mientras tomaba a Daiki y lo abrazaba, así, ambos se alejaron, dejando a Yabu solo.

Cuando estuvieron bastante alejados, Daiki se lanzo sobre de Inoo, abrazándolo con fuerza.
-Gracias-
-No fue nada, estará enojado pero en unos días se le pasara…-
Dijo Kei confiado y con una sonrisa.
-¿Por qué no estas en clase?-
-Por que estoy demasiado cansado, y ya que estas aquí necesito de tu ayuda…-
Daiki se quedó sorprendido y solo sintió como Kei lo tomaba de la mano y se lo llevaba.

Rato después ambos estaban en uno de los jardines.
-Siéntate-
Indicó Kei con una sonrisa, Daiki tomó asiento sobre el suave pasto, después observó como Inoo se alejaba un par de pasos, después tomaba asiento.
-Estas muy lejos-
Dijo Daiki con una sonrisa.
-Ahí estas bien, no te muevas-
Le dijo Kei muy serio, Daiki se sorprendió y no se movió, entonces, como si estuviese calculando, Kei se alejó un poco más.
-¿Hasta dónde-
Pero fue interrumpido al sentir la cabeza de Kei sobre sus regazo. Al verlo no pudo evitar sonreír.
-Ahora entiendo-
Y así comenzó a acariciar su cabello con suavidad. Kei se acomodó mejor y sentía como se quedaba dormido poco, y antes de perderse, logro decir.
-¿Me amas?-
-Siempre lo he hecho… eres el único para mi-
Respondió Daiki, así Kei se quedó completamente dormido y Daiki cuidaba su sueño.

F I N