jueves, 20 de enero de 2011

[OneShot] In you're eyes



Titulo:
"In Your EYES"
Autora: Ayaa
Parejas: Yuma Nakayama / Chinen Yuri [YumaChii]
Extensión: One-shot
Género: Shounen Ai

In Your EYES

“Esos ojos…
Tú mirada…
Maldición… por más que lo intento… no salen de mi cabeza…
Te odio… por entrar en mi mente… estar siempre ahí cuando quiero estar solo… con esa sonrisa y sobre todo… esa mirada… la detesto tanto… más sin embargo soy adicto a esos ojos…”

-Yuma…-
Murmuró en voz baja mientras terminaba de ponerse la camisa y soltaba un gran suspiro. Su vista se dirigió hacia el calendario en su pared.
-Es hoy…-
Se dijo mientras miraba fijamente el número trece en el mes de Enero. Con un poco de iniciativa, tomó su teléfono móvil, estaba dispuesto a escribir un mensaje de felicitación cuando una llamada entró.
-¿Si?-
Respondió sin muchos ánimos.
-Chinen, ¿Puedes pasar por mi?-
-Ah… ¿Ahora?-
Preguntó no muy feliz por aquella petición.
-Si, ahora, de todas formas tenemos trabajo juntos, ¿Acaso ya saliste?-
-Lo siento Yama-chan, es que tengo algo que hacer… nos veremos allá ¿de acuerdo?-
Se disculpó con torpeza.
-¿Irás a ver a Yuma cierto?-
Preguntó Yamada con voz curiosa.
-¿Eh?… N-no… ¿Qué te hace pensar eso?-
Dijo nervioso mientras sentía sus mejillas ligeramente ruborizadas.
-Hoy es su cumpleaños, ¿Acaso lo olvidaste?-
Era evidente que Chinen no olvidaría tal fecha, después de todo había algo en Yuma que no le permitía olvidarlo ni por un segundo, sin embargo decidió mentir.
-Lo olvidé, no sabía que hoy es su cumpleaños, a decir verdad quería pasar a comprar unas cosas antes de llegar a la compañía, esa es mi razón, así que me iré antes de que sea más tarde, nos vemos-
Y así, sin esperar respuesta de Yamada, colgó.
Estaba nervioso, agitado, ¿Por qué Ryosuke había pensado en algo así? ¿Qué le hacia pensar que iría a ver a Yuma justo ahora? Eso era… absurdo… ni siquiera él lo había pensado.

Salió de su casa a paso lento, se puso sus lentes obscuros antes de cruzar en la siguiente esquina, debía darse prisa, sabía que no tenía el tiempo para caminar con calma, sin embargo su cuerpo no reaccionaba. Continuaba caminando, mirando los aparadores de las tiendas, pensando en tantas cosas, no, no tantas, a decir verdad lo que rondaba era una sola cosa, o más bien persona.
-Maldita sea…-
Murmuró en voz baja mientras se detenía y bajaba la mirada.
-Tengo que darme prisa-
Se dijo mientras se disponía a continuar con su camino, pero de pronto algo llamó su atención, había una señora con un pequeño puesto sobre la acera, vendía pequeños osos de peluche hechos a mano. Con curiosidad Chinen se acercó y observó fijamente uno de esos pequeños osos, eran tan pequeños que al tomar uno pudo sentir como cabía perfectamente en la palma de su mano, era suave y con una tierna sonrisa, de color blanco con un moño rojo acomodado en el cuello.
-¿Lo llevaras? Es un oso muy especial, ayuda a expresar lo que más deseas-
Le dijo la señora con una sonrisa serena en el rostro, Chinen la miró sorprendido y volvió a mirar el oso.
-¿Cómo un juguete puede ayudarme con algo que ni siquiera sé si exista?-
Preguntó sin apartar la mirada de aquel oso.
-Existe, por el solo hecho de que estés confundido significa que existe dentro de ti-
Chinen dirigió su mirada hacia aquella señora y frunció los labios.
-¿Es verdad lo que dice?-
-No puedo equivocarme, te ves confundido, seguramente hay alguien a quien amas y no has querido darte cuenta-
Chinen abrió sus ojos de par en par, bajó un poco sus lentes para ver a aquella señora.
-¡Yo no amo a… ese sujeto!-
La señora no dijo nada, solo sonrió.
-Llévatelo, te lo regalo, deseo que te ayude a aclarar tus sentimientos-
Chinen miró a aquella señora con desconfianza, sin embargo ella solo sonreía tranquilamente.
-Gracias… no creo que funcione… pero le agradezco el regalo…-
La señora solo inclinó un poco su cabeza y sonrió, sin más, Chinen continuó con su camino y guardó aquel pequeño oso dentro de su mochila.

En cuanto llegó a la agencia se dirigió directo a la sala en donde seguramente Yamada y Nakayama ya lo estaban esperando junto con los de producción para planear la siguiente actividad.
Justo caminaba por aquel pasillo cuando vio algo que lo dejo sorprendido, haciendo que instintivamente se escondiese detrás de una maquina expendedora pero sin dejar de observar.
-¡¡Yuma-kun!!-
El nombrado se acercó al niño que lo llamaba y le sonrió. Chinen sintió envidia, muy pocas veces Yuma le sonreía de esa forma.
-Shintaro-kun, ¿Qué sucede?-
El niño se acercó a Yuma y lo abrazó con ternura, después se separaron y le dijo sonriente.
-¡Feliz Cumpleaños Yuma-kun!-
-Gracias-
Dijo el mayor ligeramente sonrojado y sonriendo de igual forma, Chinen comenzaba a sentirse molesto ante tal acontecimiento.
-¿Qué harás hoy?-
-Bueno… no lo sé… tendré trabajo-
-Ya veo… si te desocupas temprano llámame, te invitaré al cine-
Le dijo Shintaro sonriente.
-De acuerdo, es una genial idea-
Dicho esto, el menor le dio una palmada en el brazo y se alejó corriendo, Yuma lo observó un rato, después continuo con su camino.
Segundos después, Chinen salió de su escondite y con los brazos cruzados continuó con su camino, aceleró el paso y le dio alcance a Yuma, justo al pasar a su lado le dijo con voz burlona.
-Parece que te gustan los niños Yuma-
El nombrado se sorprendió al ver y escuchar el comentario de Chinen, sin embargo este continuo caminando sin esperar respuesta por parte de Yuma.
-¿Pero que le pasa?-
Se preguntó confundido mientras observaba como Chinen entraba en aquella sala y cerraba la puerta tras de si.

La junta comenzó, todos se ponían de acuerdo, de vez en cuando Yamada comentaba algo, después Chinen, Yuma solo observaba y afirmaba cuando le preguntaban si estaba de acuerdo.
De ratos Chinen miraba a Yuma, se perdía al ver aquellos grandes ojos, tan atentos, concentrados, ese rostro serio que rara la vez veía, sentía algo en su interior, no lograba explicarlo, pero en cuanto Yuma se sentía observado y miraba a Chinen sin querer, este desviaba la mirada de forma fría y se ponía a jugar con Yamada, hecho por el cual Yuma se sentía molesto, odiaba ver a Chinen tan cerca de Ryosuke.
Un par de horas más y todo terminó, los de producción salieron primero de aquella sala de juntas.
-¡Estoy cansado!-
Gritó Yamada mientras se ponía de pie y estiraba sus brazos hacia arriba.
-Deja de quejarte Yama-chan, aún hay mucho por hacer-
Le dijo Chinen mientras le picaba las costillas, provocando que Yamada riera y bajara los brazos rápidamente.
-¡No hagas eso!-
Se quejó entre risas, Chinen solo sonrió y continuo molestándolo.
-Ya me voy-
Dijo Yuma en voz baja mientras tomaba sus cosas y caminaba hacia la puerta.
-Espera Yuma, tengo algo para ti-
Dijo Ryosuke mientras sacaba una pequeña cajita de su mochila y se la daba a Yuma, este la tomó y dijo con una sonrisa.
-Gracias-
-Feliz Cumpleaños-
Dijo Yamada sonriente.
-Bueno, yo me voy, quiero hacer algo antes de ir a los ensayos, nos vemos Chinen-
Dicho esto, Yamada fue el primero en salir de la sala, Yuma observó como este se marchaba, guardó la cajita en su mochila y continuo caminando hacia la puerta.
Chinen observó como Yuma se disponía a marcharse sin decir nada.
-¿A si que es tu cumpleaños? No lo sabía-
Dijo Chinen con voz fría mientras caminaba hacia la puerta.
-No esperaba que lo recordaras, seguramente tienes tantas cosas en las que pensar-
Le respondió Yuma mientras desviaba la mirada.
-Si, tienes razón, no tengo nada para ti, así que solo… te felicitaré-
Yuma miró a Chinen sin expresión alguna.
-Feliz Cumpleaños-
Dijo Chinen con cierta timidez mientras desviaba la mirada. Yuma sonrió y le dijo.
-Gracias-
Chinen lo miró de reojo y al notar tal sonrisa se ruborizó de inmediato, desviando así la mirada rápidamente.
-Nos vemos-
Se apresuró a decir, abrió la puerta y salió de prisa. Caminó por el pasillo y de pronto se detuvo, sentía que alguien lo seguía y eso lo puso aún más nervioso, se giró para ver hacia atrás y se encontró con Yuma a unos cuantos pasos detrás de él.
-¡¿Por qué me sigues?!-
Preguntó Chinen alzando la voz, sin embargo Yuma lo miró extrañado.
-No te estoy siguiendo, este es el único camino-
Torpemente Chinen miró a su alrededor, después quedó atrapado por la mirada curiosa de Yuma.
-¡No me mires así!-
Le dijo ligeramente exaltado, Yuma estaba más extrañado, Chinen actuaba muy extraño.
-Pues entonces continua con tu camino o hazte a un lado para que pueda pasar-
Dijo Yuma con tranquilidad mientras comenzaba a avanzar para ahora estar más cerca de Chinen.
-¿Por qué te acercas?-
Preguntó con fastidio sin dejar de ver a Yuma.
-Ya te dije que este es el único camino y tu estas a la mitad-
Ahora estaban frente a frente, solo un paso los separaba, eso era demasiado cerca, Yuma miraba fijamente a Chinen, y este comenzaba a ponerse nervioso por semejante acercamiento, sin embargo fue incapaz de decir o hacer algo, quería hacerse a un lado para dejarlo pasar, pero sus piernas no le respondían, estaba completamente absorbido por aquella ojos, esa mirada.
De igual forma, Yuma se quedó en silencio, no se movía, solo observaba a Chinen, como si con eso pudiese comprender lo que pensaba, el por que de su mal humor y actitud agresiva hacia él.
Ambos se miraban fijamente, sin intención de separarse, al contrario, a cada instante se acercaban un poco más, al grado de que Chinen sentía la suave respiración de Yuma sobre su rostro, solo esto lo hizo reaccionar, estaba confundido, tanto que sus ojos se abrieron de par en par, sin embargo no se alejó.
-Yuma…-
Dijo en voz baja mientras sentía como este se acercaba un poco más. De pronto, unos pasos se escucharon, alguien se acercaba. Yuma dejó de ver a Chinen, rápidamente lo tomó del brazo y ambos entraron de regreso a aquella sala de juntas y se escondieron debajo de la mesa.
-¿Pero que-
Dijo Chinen pero Yuma le cubrió la boca con su mano, al parecer alguien se acercaba a aquella sala.
-¿Por qué nos escondemos?-
Preguntó Chinen en voz baja mientras tomaba la mano de Yuma.
-Shhh…-
Expresó Yuma mientras miraba fijamente hacia la puerta.
-Esto es una tontería-
Dijo Chinen mientras también miraba hacia la puerta, de pronto esta se abrió y ambos se miraron sorprendidos.
-¿En dónde están?-
Escucharon a uno de los de producción preguntar, al parecer buscaba algo. Mientras tanto Yuma y Chinen continuaban mirándose fijamente, comenzando así, nuevamente, a sentir aquella atracción que los unía.
-Lo encontré…-
Dijo aquella persona y poco después salió de aquella sala, cerrando la puerta.
-Creo que… podemos salir-
Dijo Yuma sin dejar de ver a Chinen.
-Si… se ha ido…-
Respondió con torpeza.
-Bien… ya… podemos salir de aquí-
Dijo Yuma, pero no se movió ni un centímetro. De igual forma Chinen solo asintió con la cabeza pero tampoco se movió, siempre que miraba los ojos de Yuma era como caer en una especie de hechizo especial, había algo que lo absorbía por completo, que le provocaban sentimientos extraños y que una inquietud invadiese su interior.
Ambos continuaban sintiendo esa atracción extraña, acortando cada vez más la distancia entre ellos, hasta que llego el punto en el que nuevamente Chinen fue capaz de sentir la respiración de Yuma sobre su rostro, eso lo hizo volver a la realidad, alejándose rápidamente.
-Tengo que irme-
Estuvo a punto de salir de aquel escondite cuando Yuma lo tomó del brazo, sorprendiéndolo por completo.
-¿Por qué te vas?-
Preguntó torpemente.
-Porque… tengo que ir a los ensayos-
Respondió con voz débil.
-Es verdad…-
Dijo Yuma mientras soltaba el brazo de Chinen y lo dejaba ir, sin embargo este se quedó sin energía para marcharse, ahora ya no deseaba hacerlo, así que volvió sentarse en el suelo, junto a Yuma, y con una sonrisa tímida le dijo.
-No olvidé tu cumpleaños-
Sorprendido, Yuma observó a Chinen, pero antes de que pudiese decir algo, este habló.
-Es solo que… no quería reconocer que… lo recordé… que en toda la semana solo pensé en este día…-
Chinen desvió la mirada mientras hablaba.
-¿Pensabas en mi?-
Preguntó Yuma con curiosidad. Chinen se puso nervioso e intentó defenderse.
-No pienses cosas raras… es solo que… bueno… somos compañeros de trabajo… es inevitable no pensar en ti… así como también pienso en Yamada o en los demás…-
-Si… claro…-
Dijo Yuma con voz débil mientras bajaba la mirada, se sentía un poco decepcionado, después de todo, esa no era la respuesta que tanto había deseado escuchar.
-Te… tengo algo para ti…-
Yuma miró a Chinen con curiosidad mientras este abría su maleta y buscaba algo.
-Chinen…-
Dijo Yuma con voz ligeramente desesperada al ver que el chico no encontraba lo que buscaba.
-Espera un segundo… sé que lo tengo aquí…-
Chinen buscaba entre todas sus cosas, sabía que lo había guardado, estaba completamente seguro. Cuando al fin lo pudo encontrar, sostuvo aquel pequeño oso entre sus manos y se quedó pensativo, recordando lo que aquella señora le había dicho.
“-No puedo equivocarme, te ves confundido, seguramente hay alguien a quien amas y no has querido darte cuenta… Llévatelo, te lo regalo, deseo que te ayude a aclarar tus sentimientos-”
-Mis sentimientos…-
Dijo Chinen en voz baja, Yuma logró escuchar, se preocupó un poco al notar que Chinen no se movía.
-¿Pasa algo? No… es necesario que aparentes traer algo…-
Lentamente Chinen encerró aquel pequeño oso entre sus manos y se giró lentamente para ver a Yuma, al fin había comprendido algo, al fin sabía que hacer.
-Si tengo algo para ti, solo que… necesito que cierres los ojos-
Yuma se ruborizó ligeramente y miró sorprendido a Chinen.
-¿Qué… que cierre los… ojos?-
Chinen asintió con la cabeza y sonrió, sin más remedio, Yuma dejó escapar un suspiro de resignación y cerró los ojos, después de todo siempre resultaba difícil para él negarse a lo que Chinen le pidiese.
Al ver que Yuma ya había cerrado sus ojos le dijo con tono travieso.
-No se te ocurra abrirlos hasta que yo te diga-
-De acuerdo…-
Respondió Yuma aún con los ojos cerrados, estaba nervioso.
Lentamente Chinen separó sus manos y observó aquel pequeño oso.
-Solo espero que de verdad funcione…-
Murmuró para si, Yuma escuchó pero no preguntó nada, su mente se bloqueo en el instante en el que Chinen tomó su mano con suavidad, deseaba abrir los ojos en ese instante, más sin embargo no lo hizo.
Al tomar la mano de Yuma, lentamente comenzó a acercarse a su rostro, su corazón latía con fuerza al mismo tiempo que un calor invadía su pecho, sin embargo no tenía intensión alguna de detenerse, no ahora.
Poco a poco la distancia que lo separaba del rostro de Yuma era menos, con su otra mano seguía agarrando aquel oso, acercándolo a su pecho. Cerró lentamente sus ojos hasta que al fin fue capaz de depositar un suave beso sobre los labios de Yuma, este, al sentir aquel contacto, abrió sus ojos, estaba sorprendido y su corazón latía rápidamente, no lograba creer lo que estaba sucediendo.
Lentamente Chinen se alejó un poco de Yuma y lo miró a los ojos.
-Hiciste trampa… te dije que no abrieras los ojos-
Yuma no dijo nada, no lograba articular palabra alguna, esta feliz, nervioso, incrédulo, todo al mismo tiempo.
-Feliz Cumpleaños Yuma-
Le dijo Chinen una vez más, se alejó otro poco y puso sobre su mano aquel pequeño oso blanco.
Aún nervioso, miró fijamente aquel pequeño regalo, fue así como logró preguntar.
-¿Es… para mí?-
Chinen asintió con la cabeza mientras sonreía. De inmediato Yuma sonrió, estaba feliz, deseaba abrazar a Chinen con todas sus fuerzas, sentirlo cerca de nuevo, y no tuvo motivo para contenerse.
Al sentir como Yuma lo abrazaba con fuerza, correspondió de inmediato, aferrandose fuertemente a su cuerpo, se sentía feliz, ahora ya no estaba confundido.
-Supongo que esa señora tenía razón-
Dijo Chinen con voz traviesa, confundido, Yuma lo alejó un poco y preguntó.
-¿Qué señora?-
-Una señora me dijo que este oso me ayudaría a expresar mis sentimientos, y ha dado resultado-
Yuma sonrió al escuchar estas palabras, así que tomó entre sus manos el rostro de Chinen y lo acercó al suyo.
-Gracias… yo también te quiero-
Al escuchar estas palabras los ojos de Chinen se abrieron de par en par, y antes de que pudiese decir algo, Yuma lo besó tiernamente. Tardó un poco pero logró corresponder, haciendo de aquel contacto un beso cada vez más profundo, lleno de ese sentimiento que ambos al fin compartían.
Cuando se separaron, se miraron a los ojos y rieron torpemente.
-Prometo guardarlo siempre-
-Y yo prometo quererte siempre-
Le respondió Chinen, así, ambos juntaron sus frentes y sonrieron. En cuanto Chinen abrió los ojos se topo con los grandes ojos de Yuma mirándolo fijamente.
-Nunca apartes esos ojos de mi-
Yuma sonrió y asintió con la cabeza.

Después salieron de aquella sala de juntas, mientras caminaban, se tomaron de la mano.
-Me duele el cuello-
Se quejó Yuma con torpeza.
-Es tu culpa, no teníamos por que escondernos debajo de la mesa-
Le dijo Chinen con una sonrisa burlona.
-Pero valió la pena-
Dijo Yuma con una sonrisa mientras miraba a Chinen, este, sin más remedio, sonrió de vuelta y ambos continuaron con su camino.

F I N

jueves, 13 de enero de 2011

Obsess [Cap. 11]

Capitulo 11

Había regresado a aquella habitación para terminar con su limpieza secreta, poco a poco toda la servidumbre se retiraba de sus labores, nadie más que Ryosuke sabían que él se encontraba en el salón de música, un lugar prohibido por el padre de Kei.

Ryosuke estaba sirviendo un poco de leche tibia para dársela a Ryutaro, cuando repentinamente Kei entró a la cocina.
-Joven… ¿Se le ofrece algo?-
Kei miró a Ryosuke.
-¿Eso es para ti? Creí que ya habías cenado-
-No… es para Ryutaro… el aún no ha cenado-
Kei se sorprendió ante tal comentario.
-¿En dónde esta?-
Preguntó serio mientras se disponía a salir de la cocina.
-Eh… pues… yo creo que… digo… él… esta en su habitación-
Respondió con torpeza. Inoo miró fijamente a Ryosuke, sabía que algo andaba mal.
-Te preguntaré de nuevo y espero esta vez respondas con la verdad, ¿En dónde esta Ryutaro?-
-En su habitación… creo…-
Mintió Ryosuke con nerviosismo mientras sentía la penetrante mirada de Kei.
-Iré a verlo-
Dijo Kei mientras se daba media vuelta y se disponía a marcharse, Ryosuke tenía que hacer algo y pronto.
-¡Espere! ¡No puede!-
Extrañado, Kei se giró para mirar a Ryosuke.
-¿Por qué no puedo?-
Preguntó mientras arqueaba la ceja.
-Es que… dijo que… se bañaría… debe estar con eso ahora-
-Oh…-
Dijo Kei con cierta sorpresa, después se giró nuevamente y dijo.
-Dile que mañana tengo que hablar con el, ¿entendido?-
-Si-
Dijo Yamada con timidez mientras observaba como Kei se alejaba.

En los últimos días Takaki se comportaba distante con Chinen, era algo inevitable, ese maldito compromiso rondaba por su cabeza.
-¿Qué es lo que voy a hacer ahora?-
Se preguntaba mientras caminaba de un lado a otro en su habitación, estaba presionado, desesperado, tenía que hacer algo. De pronto alguien tocó a la puerta y con fastidio dijo.
-No quiero ver a nadie-
Al parecer la persona que tocaba no estaba decidida a marcharse-
-¡Quiero estar solo!-
Gritó mientras se desplomaba sobre el sillón, después escuchó una voz que lo hizo reaccionar.
-Yuya-sama… traigo su cena…-
Esa voz, era Chinen, se puso de pie y rápidamente abrió la puerta.
-Lo siento…-
Dijo con tristeza mientras miraba al menor.
-Descuide, dejaré esto y me marcharé-
Sin poder decir nada solo se hizo a un lado para que Chinen pasara, en cuanto este dejó la bandeja con comida en una pequeña mesa se reverencio ante Yuya y se dispuso a marcharse, sin embargo, justo cuando paso junto a Takaki, este lo detuvo tomándolo del brazo y cerrando la puerta al mismo tiempo.
-Espera… quédate…-
Pidió con desesperación, Chinen observó la mirada triste de Takaki y sonrió.
-¿Sucede algo?-
Takaki desvió la mirada y soltó el brazo de Chinen.
-Desde que tu madre vino a verte estas muy… extraño… me evitas… necesito saber que sucede-
Pidió Chinen con desesperación, entonces Takaki lo miró nuevamente y solo lo abrazó con fuerza, acariciando su cabeza con suavidad.
-No es nada de lo que debas preocuparte Yuri… estoy bien… solo que… a veces siento que no merezco tal felicidad…-
Mintió, no podía decirle lo del compromiso, no hasta no haber hecho algo para evitarlo, pero ¿Cómo iba a explicar la repentina llegada de aquella chica? No quería lastimar a Yuri, necesitaba pensar en algo y pronto.
-Yuya… si tu eres feliz a mi lado entonces no eres capaz de imaginar como me siento… siempre he sido feliz a tu lado y justo ahora… es un sentimiento que no podría describirte-
Dicho esto se aferró con más fuerza al cuerpo de Yuya.
-Yuri… te amo-
Dijo Yuya con cierta desesperación mientras abrazaba con más fuerza a Yuri.

El día llegó con un clima frío, a pesar de ser otoño, se notaba que este estaba por terminar dando así poco a poco la bienvenida al frío invierno.
Cuando los días amanecían así de nublados y fríos, prefería dormir hasta tarde, sin embargo en su casa no se acostumbraba eso, así que lo despertaron a la hora acostumbrada.
-¿Por qué no puedo quedarme en mi cama por más tiempo?-
Preguntó mientras tomaba asiento en el comedor.
-No esta bien que duermas tanto Kota, aprovecha el día-
Le dijo su madre mientras tomaba un poco de jugo de naranja fresco.
-¿Quieres acompañarme hoy a la ciudad?-
Preguntó su padre mientras se limpiaba con la servilleta.
-¿A que ciudad?-
Preguntó curioso mientras le llevaban el desayuno.
-La que esta a unos cuantos kilómetros de aquí, necesito ver a unos accionistas, al parecer la importación de pescado da sus frutos-
-¿Pero no se supone que nos dedicamos a la madera?-
Preguntó Yabu.
-Bueno, he estado incursionando en nuevos mercados Kota, todo ha salido como lo esperaba-
-¿Es necesario que te acompañe?-
Su padre termino de tragar bocado y volvió a limpiarse.
-No es necesario, solo quiero saber si quieres venir-
-Deberías ir con tu padre-
Sugirió su madre.
-No lo se, ir allá es para volver hasta mañana ¿no es así?-
-Bueno, tu sabes, los negocios son así, y no me gusta salir de noche, dicen que hay una pandilla de ladrones por el bosque, además no me gusta abusar de mis caballos-
Kota rió con tal comentario.
-Tal vez te acompañé la próxima vez, hoy quiero visitar a Yuya, iré junto a Kei y Daiki, pero la próxima vez te acompañaré-
El padre de Kota suspiró y dejó la servilleta sobre la mesa, terminó de beber su café y dijo con resignación.
-De acuerdo, solo ten en cuenta que no siempre estarás divirtiéndote con tus amigos, además, ellos también tienen cosas que hacer, por lo que se el señor Inoo ha estado en negocios importantes, seguramente debe tener a Kei con eso también-
Ante este comentario, Kota suspiró y con fastidio dijo.
-Ese señor esta muy mal padre, abusa del cariño de su hijo, lo alejó del arte por simple capricho, eso esta muy mal-
-Si, algo sé de eso-
Dijo la madre de Yabu con un aire de tristeza.
-Su madre era adorable, incluso el señor Inoo lucía feliz, pero en cuanto murió todo cambió, fue una bendición saber que Kei había nacido con el mismo don que su madre para tocar el piano, aún no comprendo por que se lo prohíbe y lo trata de esa forma-
Terminó de decir la señora con la mirada distante.
-Es una pena, pero cada quien sabe que hacer por su familia y es algo en lo que no hay que meternos, ¿Entendiste Kota?-
Dijo su padre con seriedad al notar la furia en su rostro por la triste situación de Kei.
-Pero es que no es justo padre, Kei merece hacer lo que tanto le gusta-
-Eso es lo que tu piensas porque eres su amigo, su padre debe tener sus razones para no permitirle tocar el piano y meterlo en los negocios familiares, te pido de favor que controles tu sentido de justicia y no te metas en los asuntos de la familia Inoo ¿Entendido?-
Kota suspiró resignado y continuo comiendo.
-Ahora debo irme, volveré mañana por la tarde, Kota, ya sabes, no metas tus narices en donde no te llaman, no quiero problemas con esa familia-
-Si padre…-
Dijo Kota con resignación, así, su padre se puso de pie, besó a su esposa y revolvió los cabellos de su hijo, después se marcho.
-¿Ya esta listo el carruaje?-
Preguntó al mayordomo.
-Todo esta listo señor-
Yabu miró como su padre se marchaba desde la ventana del gran comedor.
-¿Qué has sabido de Daiki?-
Preguntó su madre con curiosidad.
-Esta bien, no sé que haga ahora su familia, no he platicado con él de eso-
Respondió Yabu con tranquilidad.
-Sé que su padre continua con las investigaciones, junto a esa gente, pero afortunadamente los ataques a su familia se detuvieron-
-La gente de este lugar no sabe apreciar los avances científicos, por eso viven aislados-
Comentó Kota con rudeza.
-En eso tienes razón, por eso he comentado con tu padre que deberíamos marcharnos de aquí e irnos a la ciudad, pero no me responde-
En ese momento la expresión de Yabu cambió.
-¿Quieres irte de aquí?-
Preguntó sorprendido y casi pálido.
-Bueno, tu acabas de decirlo, la gente de aquí es muy extraña, ¿No piensas que sería un buen cambio?-
Yabu desvió la mirada.
-No lo sé madre… no quiero irme otra vez de aquí… tengo mis amigos y…-
-No toda la vida podrás ver a tus amigos Kota-
-Lo se… pero ahora… no quiero irme…-
Su madre dejó escapar un suspiro.
-No nos iremos ahora, tu padre lo esta pensando, pero si se decide que nos iremos quiero que te prepares-
Yabu no dijo nada, esta sorprendido, no tenía la intención de que con su comentario su madre sacara este tema.
-También he escuchado que la señora Takaki desea casar a Yuya con la hija de los Watanabe-
Este cambio de tema tan drástico confundió a Kota.
-¿Quiere que Yuya se case? No recuerdo a los Watanabe…-
-Son una familia muy bien acomodada, viven a las afueras del pueblo, se dice que su fortuna es tal que no necesitaran trabajar por unas tres generaciones más, sin embargo son una familia que ha luchado por todo lo que tienen, y su hija es muy hermosa, yo había pensado en ella pero cuando la conocí hubo algo en ella que no me agrado-
Yabu miró confuso a su madre.
-¿Algo? ¿Qué fue lo que no te gusto de ella?-
-Tiene un rostro demasiado hermoso, piel blanca y suave, pero su sonrisa, su mirada son… siniestras… hay algo que no me gusta de esa chica… es extraña-
-¿Y la madre de Yuya planea casarlo con esa extraña? Esa señora no tiene limites-
Dijo Yabu con enojó mientras bebía un poco de jugo.
-Es evidente que tiene amoríos por todas partes, es obvio que Yuya no es hijo del señor Takaki, sin embargo este lo cuida como tal-
-Si, Yuya también lo sabe, por eso respeta mucho a su padre, a pesar de que no son de la misma sangre lo cuido y educo adecuadamente, Yuya esta agradecido por eso y de igual forma no tolera el comportamiento de su madre, ¿Por qué todo tiene que ser tan retorcido?-
La madre de Kota puso una expresión triste.
-No lo se Kota… tal vez por que así es la humanidad, tu has tenido la fortuna de tenernos a tu padre y a mi que te queremos más que a nada, espero y todo esto te enseñe que la maldad existe en este mundo y debes cuidarte de ella-
Kota asintió con la cabeza, dejó la servilleta sobre la mesa y terminó con su jugo.

Estaba cansado, los brazos le pesaban, la espalda le dolía demasiado y no lograba despertar, se había quedado dormido sobre el suelo del salón de música. De no haber sido por que escuchó unos pasos cerca no se hubiese despertado en un buen rato más. Lentamente abrió los ojos y pudo ver como la puerta se abría, quien entraba sigilosamente era Ryosuke.
-¿Cómo es posible que te hayas quedado aquí toda la noche?-
Preguntó molesto mientras se acercaba a él.
-Estoy bien, logré terminar… solo mira a tu alrededor, ¿No es hermoso?-
Le dijo Ryutaro con una débil sonrisa, Ryosuke miró sorprendido a su alrededor.
-Limpiaste todo…-
Dijo Ryosuke sorprendido.
-¿Qué hacen aquí?-
Al escuchar esa voz Ryosuke se giró sorprendido para mirar a la puerta, Ryutaro abrió los ojos de par en par pero no pudo ponerse de pie.
-Joven Kei… nosotros… bueno… estábamos…-
Kei estaba de pie junto a la puerta, observando detenidamente a Ryosuke y como Ryutaro estaba en el suelo.
-Este no es lugar para que ustedes dos estén haciendo quien sabe qué, ¿No saben que esta prohibido? Ahora salgan-
Dijo con rudeza.
-No, no es lo que usted piensa… Ryutaro se quedó dormido aquí y yo acabo de llegar-
Admitió Ryosuke con miedo, después de todo para él eran más que suficientes los celos de Yuto hacia Ryutaro, no necesitaba que también su amo pensara cosas que no eran.
Ryutaro miró furioso a Yamada y con esfuerzo se puso de pie.
-¿Eso es verdad?-
Preguntó Kei mirando a Ryutaro, este desvió la mirada y respondió sin más alternativa.
-Si… lo siento-
Kei suspiró enojado, cerró los ojos intentando calmarse mientras bajaba la cabeza.
-Ryosuke sal de aquí-
Dijo con seriedad aún con los ojos cerrados, el nombrado miró a Ryutaro con preocupación, este le indicó con la cabeza que se fuera.
-Si…-
Dijo y después salió a paso apresurado, cerrando la puerta tras de sí.
-Me vas a explicar que estabas haciendo aquí, ahora-
Pidió Kei con frialdad mientras abría los ojos para mirar duramente a Ryutaro.
-Yo solo vine a limpiar, es mi trabajo hacerlo, eso es todo-
Dijo con la misma seriedad, manteniendo la mirada baja.
-Sabes muy bien que la entrada a este lugar esta estrictamente prohibida, ¿Qué hubiese pasado si mi padre te encuentra aquí? ¡Eh! ¡Ahora mismo estarías en la calle y todo lo que he hecho por ti no habría significado nada!-
Gritó Inoo, estaba muy molesto, no podía contenerse, ¿Por qué siempre tenía que discutir con Ryutaro?
-Lo siento-
Dijo con voz baja sin mirar a Kei.
-No, tú no lo sientes, no eres conciente de nada, ¡¿Qué tengo que hacer para que entiendas?!-
Ryutaro no respondió, se sentía mal, triste, deseoso de soltarse a llorar, de salir corriendo, pero no, no iba a hacerlo, no iba a mostrar su debilidad, debía ser fuerte y aguantar la furia de Kei, aunque esto significase salir herido con cada palabra, sabía que debía soportarlo.
-Espero y no vuelvas a desobedecer las ordenes de mi padre, no quiero que vuelvas a esta habitación, ¿entendiste?-
Ryutaro no respondió, no se movió si quiera.
-Te estoy hablando-
Dijo Kei con seriedad.
-Entonces… debo deducir… que su promesa… fueron solo palabras… ¿cierto?-
Dijo Ryutaro aún con la cabeza baja. Kei lo miró confuso.
-¿De que promesa hablas?-
-Si no puede recordar algo tan simple esta bien, yo prometo no volver a este lugar, si eso lo hace feliz eso haré, estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por usted, lo que sea-
Al decir estas palabras Ryutaro miró a Kei a los ojos, con una mirada suplicante e inocente.
-Yo siempre estaré a su lado, siempre, no importa si usted ya no me necesita, si le enoja mi presencia, yo vivo para usted-
La mirada de Ryutaro y su débil sonrisa lo hicieron sentirse mal, culpable por haberle hablado de esa forma, por siempre discutir con él.
-No digas eso… por favor no…-
Dijo Kei con voz baja y suplicante.
-Es la verdad-
Afirmó Ryutaro con firmeza.
-Ahora, debo retirarme, mis deberes no se harán solos, si necesita algo puede decirme-
Dicho esto Ryutaro se reverenció, caminó lentamente, paso junto a Kei y al llegar a la puerta, giró la perilla, abrió y salió de la habitación, cerrando de nuevo la puerta.
Al estar completamente solo levantó la mirada y miró a su alrededor.
-Esta… como antes…-
Dijo con un nudo en la garganta mientras caminaba alrededor de aquel salón.
Los libros, las partituras, el piano, todo era como antes, limpio y reluciente. Sin poder contenerse, tomó asiento en el banquillo frente al piano, con cuidado levantó la tapa, todo estaba perfectamente limpio. Con las manos temblorosas, rozó las teclas con la yema de sus dedos, cerró los ojos, la nostalgia comenzó invadirlo, extrañaba tanto aquellos días, así que sin esperar más, con uno de sus dedos, tocó una de las teclas. El piano estaba bien afinado a pesar del tiempo, el resonar de aquel cálido sonido por toda la habitación le hizo respirar profundo y disfrutarlo. Después abrió los ojos lentamente, sabía que tenía que salir de ese lugar, así que lentamente se puso de pie, no sin antes recordar aquella promesa.
-Sé que prometí tocar para ti… pero tengo miedo… sin embargo te has esforzado tanto que yo… voy a hacerlo… por ti-
Murmuró mientras le echaba un último vistazo a aquella habitación, después salió, cerrando la puerta con cuidado.

Yuya se encontraba en su habitación leyendo un poco, eso lo relajaría, al menos eso esperaba, aunque era inevitable el pensar que cada vez faltaba menos para que su madre llegase con aquella chica.
“-Tengo que evitar este maldito compromiso…-”
Pensó mientras cerraba su libro y lo dejaba sobre sus piernas.
-Yuya… Aquí esta el agua ¿Necesitas algo más?-
Preguntó Chinen mientras entraba a la habitación de Takaki.
-Si, ven aquí-
Respondió señalando un lugar a su lado en aquel sillón, Chinen dejó los baldes con agua caliente en el baño y se acercó a Yuya. Tímidamente tomó asiento y miró al mayor a los ojos.
-Te ocurre algo… estoy seguro-
Dijo Chinen con firmeza, Takaki solo dejó escapar un suspiró y tomó al menor entre sus brazos, acariciando con suavidad su cabeza.
-No es nada, es tu imaginación eso es todo-
-Te equivocas, yo sé que algo malo esta sucediendo, tu mirada me lo dice todo, estas muy pensativo, ¿Acaso es algo que no puedes contarme?-
Ante la suplicante voz de Yuri, solo pudo suspirar y tratando de hacer sus preocupaciones a un lado, se separó de el y le dijo con una amplia sonrisa en el rostro.
-En verdad es solo tu imaginación, ahora quiero bañarme, anda-
Dicho esto, se puso de pie y tomó la mano de Chinen, poniéndolo también de pie.
Cuando ambos llegaron al baño, Takaki comenzó a desabotonarse la camisa mientras que Chinen aprovechó para llenar la tina con el agua caliente que había traído.
-Yuri-
Dijo Yuya mientras se quitaba la camisa y miraba al menor.
-¿Si?-
-¿Quieres bañarte conmigo?-
Ante tal pregunta, Chinen pudo sentir como el calor se le subía a la cara, no sabía bien que responder así que solo atino a expresar su asombro.
-Anda, ven-
Dijo Yuya mientras tomaba a Chinen y lo acercaba a él. Este con timidez tocó el desnudo pecho del mayor puesto que estuvo a punto de tropezar.
-Es que… yo…-
-No seas tímido, es solo un baño, además ya he visto tu cuerpo antes-
Dijo Takaki con tranquilidad mientras terminaba de desvestirse.
-No… no es por eso… es que… es… raro…-
-¿Eh? ¿A que te refieres con raro?-
Preguntó torpemente mientras se metía a la tina con agua caliente.
-Ese espacio… es solo para una persona…-
Dijo Chinen avergonzado mientras señalaba la tina, y si, Takaki ocupaba todo el espacio, sin embargo esto no pareció importarle al mayor, puesto que dobló un poco sus piernas para hacer espacio.
-Listo, problema solucionado, ahora entra o el agua va a enfriarse-
Takaki sonreía ampliamente, Chinen observó por unos segundos y ruborizado completamente, comenzó a quitarse la ropa.
En cuanto ambos estuvieron dentro de la pequeña tina, Takaki tomó el jabón y comenzó a limpiar uno de los brazos de Chinen, jalándolo un poco para acercarlo a él.
Chinen miraba la concentración de Yuya con mucha atención, intentaba encontrar algo diferente en su mirada, pero el chico lucía tan concentrado en lo que hacía que todo parecía indicar que se encontraba tranquilo, como siempre.
-Yuya…-
Dijo Chinen con voz baja mientras acariciaba el rostro del mayor con su mano mojada. Al sentir la mano del menor sobre su rostro lo miro a los ojos.
Así, sin decir nada más, se acerco al rostro de Takaki y lo besó con ternura, de forma inmediata el mayor correspondió al beso con la misma ternura, tomando el cuello de Chinen para así acercarlo más a su cuerpo. Mientras tanto Yuri tomó el rostro de Yuya con ambas manos y continuo besándolo. Lentamente ambos profundizaban aquel suave contacto, abriendo sus bocas a un mismo ritmo, entrelazando sus lenguas, intercambiando suspiros, la felicidad que invadía el interior de Yuya era inmenso, tal que todo problema desapareció de su cabeza, era como si en el mundo solo existieran ellos dos y nada más, justo en ese momento Takaki pudo comprender que debía haber algo que hacer para no permitir ese compromiso, después de todo la persona que amaba se encontraba justo a su lado, besándolo con ternura, viviendo solo por él, tal y como él lo hacía.
Lentamente se separaron y se miraron fijamente a los ojos, después juntaron sus frentes y cerraron los ojos.
-Te necesito tanto a mi lado… Yuri-
Murmuró Yuya mientras acariciaba el rostro de Chinen.
-Yuya… te amo tanto-
Estas palabras provocaron que un nudo se formase en la garganta de Takaki, sin embargo se contuvo, no deseaba mostrarle a Chinen aquella preocupación, no sin antes hacer algo para remediar las cosas.
-Igual yo… te amo demasiado-
Dicho esto y antes de que Chinen notase la desesperación en la voz de Yuya, este lo besó con ternura nuevamente.
Al separarse, Yuya dijo con una sonrisa torpe.
-Tengo frío, es hora de salir de aquí-
Chinen también sonrió y asintió con la cabeza. Yuya se puso de pie y salió primero de la tina, tomó rápidamente su bata y se la puso, salió de prisa del baño, tomo una toalla y volvió a entrar, justo Chinen estaba saliendo de la tina cuando lo cubrió con la suave toalla.
-Gracias-
Dijo sonriente.
-Apresúrate antes de que te enfríes-
Así, ambos salieron del baño, secaron sus cuerpos y se vistieron, como Chinen fue el primero en terminar de vestirse, se apresuró en tomar otra toalla, esperaba ansioso por cumplir con su deber. Al notarlo, Yuya lo miró con una sonrisa y le dijo tranquilamente.
-Hoy no quiero que seques mi cabello-
De inmediato la sonrisa se desvaneció del rostro de Chinen, estaba por preguntar el por qué cuando Takaki volvió a hablar.
-Esta vez quiero hacerlo yo, así que ven aquí-
Le dijo mientras tomaba asiento sobre el sillón e invitaba a Chinen a tomar asiento a su lado. Ligeramente ruborizado, el menor sonrió y se acercó a Takaki, sentándose a su lado.
Con delicadeza, Yuya tomó la toalla que Chinen tenía en las manos y así, comenzó a secar su cabello, con movimientos torpes, jamás había hecho esto antes, Chinen no dejaba de reír de vez en cuando, era gracioso sentir las manos torpes de Takaki sobre su cabeza.
-Soy malo con esto… lo siento-
Se disculpó con torpeza mientras continuaba secando el cabello de Yuri.
-Descuida, es agradable que lo hagas-
Así, ambos pasaron un rato agradable, en cuanto Takaki terminó de secar el cabello de Chinen, este hizo lo acostumbrado y los papeles se invirtieron, ambos sonreían, eran felices, ahora Yuya estaba seguro que tenía una gran razón para luchar contra los deseos de su madre, la felicidad que Yuri le daba era suficiente motivo para hacer lo que fuese necesario.

Yabu caminaba por aquel viejo camino que llevaba a casa de Daiki, pensaba pasar a ver si el chico se encontraba en casa, aunque casi podía apostar que se encontraba en casa de Kei como era su costumbre. Sin embargo, para su suerte, justo al llegar a la casa, Daiki salía con una expresión muy seria y pensativa, tal era su concentración en sus propios pensamientos que paso junto a Yabu y no logró notarlo.
Al sentirse ignorado sin razón, decidió hablar para llamar la atención del menor.
-Dai-chan-
Y es que Daiki no había dormido bien, habían tantas cosas en su cabeza, la cercanía de Yabu eran una de esas cosas, después venía Kei, ¿Por qué todo tenía que ser tan complicado?
Pero justo al escuchar la inconfundible voz de Yabu, se detuvo en secó y se giro sobre sus talones para mirar hacia atrás.
-Ya… Yabu…-
-Estas muy distraído, ¿Pasa algo?-
-Si… digo… ¡No! Nada, no pasa nada-
Yabu miró a Daiki con desconfianza mientras se cruzaba de brazos.
-¿Ahora que es lo que te sucede eh?-
-No es nada… ¿Qué… que haces aquí?-
Cambió el tema rápidamente, Yabu pudo notarlo, pero pensó que si Daiki no deseaba responder no tenía por que insistir.
-Vine a verte, bueno más bien a recogerte para ir a casa de Kei y de ahí ir a ver a Yuya, ¿Olvidaste que ayer quedamos en eso?-
Daiki bajó la mirada y respondió.
-No, no lo olvidé, solo que no esperaba que vinieses a mi casa-
-Bueno, pues aquí estoy así que… ¿Nos vamos? Debes estar ansioso por ver a Kei ¿no es así?-
Por alguna extraña razón, Yabu pronunció estas palabras con pesadez y una sonrisa fingida.
-Si, claro, pero ahora no iba a casa de Kei-
-¿Ah no? ¿A dónde ibas?-
Daiki levantó la mirada torpemente y miró a Yabu con timidez.
-Iba a verte… quería hablar contigo…-
-¿Conmigo? ¿Sucede algo malo?-
Preguntó Yabu preocupado.
-Solo… quería hablar contigo…-
-¿Sobre qué?-
-Ya… ya lo olvidé…-
Respondió mientras desviaba la mirada.
-¿Cómo que lo olvidaste?-
Daiki no respondió, continuo mirando hacia otra dirección, evitando todo contacto visual con Yabu, sin embargo este se estaba preocupando demasiado, así que sin más, se acercó a Daiki y le dijo con voz suave, como siempre solía hablarle.
-Si esta sucediendo algo malo sabes que estoy aquí para escucharte-
Lentamente Daiki dirigió su mirada hacia Yabu, lo cual ahora pensaba que había sido un grave error puesto que había quedado absorbido por aquella mirada sincera, ese rostro que tanto había cambiado en los últimos años y sin embargo continuaba siendo el mismo, su aroma, su sonrisa, todo. Daiki se quedó sin habla, había olvidado todo aquello que vivió en su interior antes de que Yabu se marchase y ahora… todo era extraño.
-¿Por qué volviste?-
Preguntó Daiki con voz distante sin dejar de mirar a Yabu a los ojos, este de igual forma estaba prendido de los ojos de Daiki, aquella inocente mirada, ese rostro que no había cambiado mucho y sin embargo continuaba siendo tan hermoso como siempre.
-Tenía que volver…-
Respondió con la misma voz distante de Daiki, ambos no podían dejar de verse.
-Aquel día… cuando me salvaste… sentí algo… algo húmedo y suave… sobre… mis labios… dime algo Yabu… ¿tu me-
-¿Te bese? ¿Es eso de lo que querías hablar conmigo?-
Lo interrumpió Yabu sin apartar sus ojos de Daiki, este solo asintió lentamente con la cabeza sin dejar de ver al mayor.
-No lo se… no puedo recordarlo… estaba tan preocupado por ti que hice tantas cosas… llame médicos… moví a los criados para que te atendieran… estaba preocupado por ti… no recuerdo semejante cosa… además… ¿Eso importa ahora?-
Al escuchar esta respuesta, Daiki se quedó pensando.
-Tienes razón, lo que hayas hecho ya no importa… si no lo recuerdas es por que no era nada importante y entonces no hiciste nada de lo que yo pensaba, lo cual esta bien-
Daiki fingió sonreír mientras daba un paso hacia atrás.
-Bueno, vámonos, quiero ver a Kei ahora-
Dicho esto, Daiki comenzó a caminar rápidamente, sin embargo Yabu le dio alcance rápidamente y lo tomó del brazo para detenerlo.
-¿Y que sucedería si te digo que te bese? ¿Cambiarías tus sentimientos ahora?-
Daiki se quedó en shock, pudo sentir como su corazón se detenía y su respiración se agitaba.
No pudo responder nada, solo bajó la mirada.
Y es que en cuanto escuchó que Daiki deseaba ver a Kei, ese sentimiento se apoderó de su razón, no comprendía por que hacía esto, estaba conciente de que Daiki estaba con Kei ahora, sabía que lo que el menor significaba para su amigo y lo feliz que era, sabía que había llegado tarde, sin embargo ahora actuaba por puro impulso, sin darse cuenta de la confusión que despertaba dentro de Daiki.
-Lo siento…-
Dijo Kota con tristeza mientras soltaba el brazo de Daiki y daba un paso hacia atrás.
-¿Por qué te disculpas?-
Preguntó Daiki aún dándole la espalda. Yabu no respondió, fue entonces cuando el menor se giró lentamente y miró a Kota con desesperación, al mismo tiempo que dijo con voz baja.
-¿Me besaste?-
Kota solo desvió la mirada y asintió con la cabeza.
-Sé que no tiene caso recordar cosas como esas, éramos unos niños, tal vez lo hice sin pensar, ya deja de darle importancia-
Daiki escuchó las palabras de Yabu y con una sonrisa fingida le dijo.
-Tienes razón, eso ya no importa ahora, bien, me voy a adelantar, nos veremos en casa de Kei-
Y así, sin más, Daiki comenzó a correr, deseaba correr con todas sus fuerzas, así, inevitablemente unas cuantas lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas, ahora más que nunca necesitaba un abrazo, y Kei fue en la primera persona que pensó, sabía que tal vez eso estaba mal, pero era lo único que le quedaba.

Kei se encontraba bajando las escaleras, deseaba ir a los establos y estar un rato con su caballo, cuando de pronto pudo ver como la puerta se abría y Daiki entraba.
-Daiki-
Dijo sorprendido mientras terminaba de bajar las escaleras. En cambio, en cuanto el menor vio a Kei, corrió hacia el y lo abrazó con fuerza, dejando salir así más lágrimas.
Preocupado por el llanto de Daiki, Kei no pudo evitar el preguntar.
-¿Qué ocurre? ¿Te sientes mal? ¿Pasa algo?-
Daiki solo negó con la cabeza y se aferró con más fuerza al cuerpo de Kei. Este, sin comprender bien las cosas, abrazó a Daiki de vuelta, acariciando su cabeza con suavidad, escuchando como este lloraba y como su pecho se humedecía lentamente.
-Tranquilo… todo esta bien… no llores más… por favor Daiki… dime que te ocurre-
Sin embargo Daiki no respondió y solo se aferró con más fuerza al cuerpo de Kei.
En cuanto el mayor notó que las criadas que pasaban alrededor los miraban, decidió soltar a Daiki, con delicadeza lo alejó de su cuerpo, y sin decirle nada, lo tomó de la mano y lo llevó a su habitación.
Al llegar, Kei cerró la puerta y sentó a Daiki sobre el sillón junto a la ventana.
-Ya deja de llorar y dime que te sucede-
Le dijo Kei con dulzura mientras limpiaba su rostro con un pañuelo.
-Solo… quería verte… estar contigo… eso es todo-
Mintió mientras abrazaba de nuevo a Kei con fuerza, haciendo que este se recostase sobre el sillón y Daiki quedase sobre de él.
-Daiki… tranquilo, no tienes que llorar así, actúas como si te fueras a separar de mi-
Dijo Kei con una sonrisa burlona mientras acariciaba la cabeza de Daiki, pero este no respondió nada y solo se aferró más al cuerpo de Kei. Lentamente dejó de llorar hasta que se quedó completamente dormido. Inoo solo acarició su cabeza con ternura, cuidando de sus su sueño y esperando a que el menor se tranquilizara un poco al despertar.
-Eres tan extraño… mi pequeño…-
Murmuró Kei mientras lo abrazaba por completo, instintivamente Daiki se acurrucó en su pecho y continuó abrazándolo.
Pero entonces, sucedió algo inesperado, algo que Kei preferiría no haber presenciado, algo que deseaba no haber escuchado. Justo cuando Daiki se acomodo sobre el pecho de Kei, susurró algo, un nombre, el cual dejó a Kei sorprendido y confundido.
-Ya…bu-
-¿Qué?-
Preguntó confundido, pero Daiki no respondió, ahora estaba profundamente dormido mientras una última lágrima corría por su mejilla.

Al ver a Daiki correr, decidió dejarlo y quedarse ahí, de pie, con la mirada baja.
-Si te bese… es algo que jamás he olvidado… y no olvidaré por el resto de mi vida… Daiki-
Dijo para sí mientras continuaba lentamente con su camino.

viernes, 7 de enero de 2011

En tus manos [Cap. 8]

Capitulo 8

Ambos se encontraban comiendo en un lugar lejano, en donde casi, o más bien, no había gente, sentados sobre el suave pasto.
De vez en cuando Yuto dejaba de comer para observar fijamente a Ryosuke, aún le intrigaba la forma en la que le había hablado a aquel chico, deseaba preguntar, pero no se atrevía, después de todo era un asunto que no le incumbía.
-¿Qué tanto me ves?-
Preguntó Ryosuke mientras tomaba un poco de jugo.
-Nada, ¿Qué no puedo verte?-
Dijo Yuto con tranquilidad mientras se terminaba de una mordida su bola de arroz.
-Es incómodo, parece que quieres decir algo, si es así solo dí lo que sea y deja de verme con tanta insistencia, me molesta-
Respondió con firmeza mientras miraba a Yuto, este comprendió así que decidió ser directo, después de todo no había nada que perder.
-Al chico de hace rato, lo trataste algo… mal… ¿Por qué?-
Ryosuke miró a Yuto mientras arqueaba la ceja y fruncía un poco los labios.
-¿Te interesa saberlo?-
Pregunto con cierta indiferencia, como si no fuese algo importante.
-Me intriga un poco-
Declaró Yuto con un poco de sorpresa en su mirada ante la reacción de Ryosuke.
-Es mi amigo… o eso creo… últimamente no lo he tratado muy bien… sé que le gusto, desde hace tiempo, pero yo no quiero ningún sentimiento de ese tipo, me aburre de tan solo pensarlo, el es solo mi amigo, pero le he estado demostrando de la peor manera que él no me interesa, igual me divierte-
Dijo con descaro mientras miraba fijamente a Yuto, por otro lado este estaba sorprendido ante tal declaración, ¿Cómo era posible que hiciese algo como eso? No quería creerlo, pero no había nada que dudar, la mirada y voz de Ryosuke eran firmes.
-¿Te divierte rechazar a las personas?-
-No-
Dijo serio mientras se cruzaba de brazos y soltaba un suspiro.
-Me divierte el hecho de que Daiki, el chico de la vez pasada, ¿lo recuerdas?-
Yuto asintió, recordando aquella tarde en las canchas de fútbol.
-Bueno, a él le gusta mucho Chinen, siempre lo protege, cuando yo le hago algo malo y se entera es cuando desea matarme, sin embargo no se atreve a confesarse, es divertido ver como todo se enreda alrededor mío-
Dicho esto Ryosuke esbozó una enorme sonrisa, al verlo, Yuto se molesto y no se contuvo para expresarle lo que pensaba.
-Yo creo que esta muy mal lo que estas haciendo, se supone que son tus amigos ¿cierto?-
Ryosuke asintió con la cabeza, estaba curioso de escuchar lo que Yuto estaba por decirle, así que no lo interrumpió.
-Si son tus amigos, deberías ayudarles a aclarar las cosas, Daiki piensa que tú solo estas jugando con los sentimientos de Chinen por que estas aburrido, y bueno, pienso igual que él, sin embargo sabes que uno quiere al otro, deberías respetar y no meterte en eso-
Ryosuke no se sintió ofendido ni molesto por las palabras de Yuto, en el fondo el sabía todo aquello, sin embargo respondió con tranquilidad, borrando su sonrisa burlona por una de resignación.
-Si piensas decirme que mejor los ayude para estar juntos en lugar de divertirme con la situación de una vez te digo que no lo haré… yo no soy así… no sé hacer esa clase de… cosas… si crees que esta mal que me comporte así con Chinen y Daiki, de acuerdo, puedo dejarlos en paz, pero no me pidas que ayude a esos dos por que no puedo hacerlo, además a mi no me corresponde-
Yuto observó a Ryosuke fijamente, estaba sorprendido, el mayor estaba conciente de la situación y del daño que estaba causando para Chinen y Daiki, y ahora decía que estaba dispuesto a dejarlos en paz pero que no estaba dispuesto a ayudarlos. ¿Qué clase de persona es en realidad este chico?
Suspiró profundo, tomó un poco de jugo y habló.
-De acuerdo, sabes que no esta bien lo que haces, al menos me alegra escuchar eso, así que ¿Podrías detenerte ahora? Solo… no los molestes, no los hagas sufrir más… solo… mantén tu distancia-
Ryosuke bajó la mirada y dijo seriamente.
-Lo se… pero igual… siento que es inútil que Daiki este tan enamorado de alguien que no es capaz de verlo como alguien a quien querer… de cierta forma espero que se de cuenta que mientras Chinen siga aferrado a mi de esa manera… él solo sufrirá más… creo que es mejor que Daiki busque a alguien más…-
Estaba sorprendido, de cierta forma sí estaba ayudando, aunque sus métodos eran poco comunes, tenía una buena intención detrás de todo, ¿Por qué este chico resultaba ser tan contrastante?
-Esta bien… entiendo tus intensiones… pero… ¿Es que no pudiste pensar en algo mejor para todo esto?-
Preguntó confundido, de nueva cuenta Ryosuke levantó la mirada y le dijo con una sonrisa débil.
-Ya te lo dije… no sé comportarme de otra forma… por eso todo el mundo se aleja de mi… un día… tú también lo harás-
-No cambies el tema así-
Dijo Yuto muy serio mientras desviaba la mirada y se recargaba en el tronco de un gran árbol que estaba detrás de él.
-Bien, si eso es todo, me voy, puedes quedarte aquí si quieres-
Dijo Ryosuke mientras se ponía de pie.
-¿A dónde vas?-
Preguntó Yuto mientras se enderezaba un poco.
-Eso no te incumbe, espero y hayas entendido que quiero estar solo, nos veremos después-
Dicho esto se dio media vuelta y se marchó del lugar, dejando a Yuto solo, confundido, ¿Por qué siempre que algo lo hacia sentir mal escapaba para estar solo?

Chinen se encontraba solo, en la biblioteca, intentaba leer un poco mientras el receso terminaba, no tenía mucha hambre, no deseaba regresar donde estaban sus compañeros, a pesar de que dejó su comida casi intacta, no quería volver.
Mientras leía, alcanzó a escuchar el grito de un chico, lo que dijo le provocó un escalofrío e inevitablemente dirigió su mirada hacia el enorme ventanal, por el cual podía ver la práctica del equipo de fútbol.
-¡Arioka! ¡Es para ti!-
Chinen observó como Daiki pateaba el balón y se lo lanzaba con éxito a uno de sus compañeros, dando así un buen pase a gol.
Todos comenzaron a festejar, el equipo de Daiki había ganado, aunque era una práctica entre mismos compañeros, se podía sentir la emoción. Inevitablemente Chinen sonrió al ver a Daiki feliz, festejando con sus compañeros de equipo, después observó como uno de ellos lo abrazaba de una forma que provocó cierta envidia en Chinen. Sabía que eso era una completa tontería, después de todo solo eran compañeros y estaban celebrando su victoria, pero fue inevitable sentirse así, de algo estaba completamente seguro, extrañaba a Daiki, y mucho.
Con un suspiro cerró aquel libro que intentaba leer, se puso de pie para dejarlo en su lugar, sin embargo, en su camino se topo con Ryosuke, quien al verlo le sonrió e intentó saludarlo de forma amable.
-Hola… de nuevo-
Con fastidio, Chinen desvió la mirada e intentó continuar con su camino.
-¿Qué quieres?-
Extrañamente, de forma tímida, Ryosuke comenzó a seguir a Chinen.
-Te quiero… pedir una disculpa… por mi comentario de hace rato… y por todo lo que he hecho…-
Sorprendido, Chinen se giró para ver a Ryosuke, no podía creer lo que estaba escuchando en esos momentos, Yamada jamás se disculpaba.
-¿Por qué te disculpas?-
Preguntó incrédulo mientras dejaba el libro en uno de los estantes para después cruzarse de brazos.
-Bueno… si no lo hacía alguien no me iba a dejar en paz…-
Respondió Ryosuke desviando la mirada y sonriendo burlonamente, después añadió.
-Además… bueno… eres mi amigo… y como tal creo que no debí hablarte así y mucho menos hacer lo que hice aquel día, hecho por el cual ya fui regañado por Arioka así que no te molestes en decirme algo más-
Dijo Ryosuke con un semblante tranquilo y una sonrisa tímida dibujada en el rostro.
-¿Eso es todo?-
Preguntó Chinen aún sorprendido.
-Si… supongo…-
Dijo Ryosuke con torpeza.
-¿Daiki te mando a hablar conmigo?-
-No, no fue el, bueno, nadie me mando, alguien me aconsejo cambiar mi actitud contigo y bueno, eso intento-
-¿Quién?-
Preguntó Chinen curioso.
-No te lo diré, no tengo por que hacerlo, ya vine a disculparme sinceramente contigo y no tengo nada más que hacer, nos vemos-
Dicho esto, Ryosuke se dio media vuelta para salir con paso lento de la biblioteca, dejando a Chinen completamente sorprendido e intrigado, el hecho de que Ryosuke se disculpara era aún increíble, no lograba reaccionar ante tal acontecimiento. Después de un rato solo sonrió y también salió de la biblioteca.

El resto del día transcurrió con cierta normalidad, Yuto se aburría a sobre manera en las clases, después de todo muchas de esas cosas ya las había aprendido, así que se dedicaba a hacer garabatos en su libreta, bostezaba de vez en cuando y trataba de entretenerse con algo, pero cada que intentaba entablar conversación con algún compañero era sorprendido y el profesor le llamaba la atención.
Al notar esto, Ryosuke solo atinó a esbozar una sonrisa burlona mientras continuaba con sus anotaciones, el igual se aburría un poco pero era divertido ver a Yuto.

Mientras tanto, cerca de los alrededores de aquella escuela, alguien esperaba pacientemente.
-Debe ser aquí…-
Murmuró para si mientras observaba fijamente aquella gran y lujosa escuela.
-Aquí esperaré a que salga-
Se dijo mientras se recargaba en una de las paredes y se cruzaba de brazos, le hecho un vistazo a su reloj, suspiró profundo y se dispuso a esperar.

“-Esto es aburrido…-”
Pensó mientras miraba al resto de sus compañeros haciendo sus anotaciones, de pronto, la campana que anunciaba el final de las clases resonó por toda la escuela, esto provocó que al fin Yuto se sintiese feliz, aliviado. En cuanto todos se reverenciaron para despedir al profesor, Yuto se estiró con fuerza y dejó escapar un gran bostezo.
-¡Al fin!-
Dijo con alegría mientras guardaba sus cosas en la mochila.
-Ya me dí cuenta que esto es como una tortura para ti, ¿no es cierto?-
Al escuchar esa voz, Yuto se giró rápidamente y se encontró con la mirada de Ryosuke, el cual sonreía burlonamente.
-¿Es muy obvio?-
Preguntó Yuto con fastidio mientras se hacía a un lado para dejar pasar a Ryosuke, este solo bufó un poco y comenzó con su camino.
-¿Por qué? ¿Acaso no te gusta estudiar?-
Preguntó el mayor de forma indiferente mientras se detenía para ahora caminar junto a Yuto.
-Si me gusta, pero te lo dije, eso ya lo estudie, es aburrido tener que aprender lo mismo dos veces-
-Pero tu dijiste que no habías ido a la escuela-
Dijo Ryosuke ahora ligeramente sorprendido.
-Y es verdad, todo lo que sé lo aprendí en casa-
Respondió Yuto de forma normal mientras continuaba mirando hacia el frente.
-Debiste decirlo antes-
Dijo Yamada de forma seria mientras se adelantaba.
-Pensé que lo había hecho-
Le dijo Yuto con un poco de sorpresa en la voz.
-Ya olvídalo, tengo hambre así que date prisa-
Dicho esto, Ryosuke comenzó a acelerar el paso, con dificultad Yuto pudo seguirlo.
Al salir de la escuela, Ryosuke se detuvo cerca de la entrada, miro hacia ambos lados, al parecer el chofer no había llegado.
-¿Por qué no esta?-
Preguntó con voz molesta mientras se cruzaba de brazos.
-Ya, tranquilo, no debe tardar-
Le dijo Yuto con tranquilidad mientras se ponía de pie a su lado. De pronto escuchó una voz bastante familiar.
-¡Yuto!-
Sorprendido, miró hacia su izquierda, no podía creer lo que sus ojos estaban viendo.
-¡Takaki-kun!-
Gritó emocionado y sin importarle que Yamada los viese, caminó hacia el chico y lo abrazó fraternalmente, el otro respondió al abrazo con el mismo sentimiento, después se separaron y se sonrieron, Ryosuke solo se limitó a observar con un semblante no muy feliz.
-¿Qué haces aquí? ¿Cómo supiste que estaba aquí?-
-Bueno, ya sabes, tengo mis mañas, no te fijes mucho en eso, más bien tú dime ¿Qué haces en una escuela como esta?-
Preguntó Takaki asombrado.
-Es… una larga historia-
Dijo Yuto mientras daba un paso hacia atrás para quedar un poco cerca de Ryosuke.
-¿Ese es amigo tuyo?-
Preguntó Takaki con curiosidad mientras señalaba a Ryosuke, este solo carraspeo un poco la garganta y dio un paso hacia el frente.
-Yuto, ¿Quién es este sujeto? Y ¿Por qué no tienes la educación de hacer las presentaciones correspondientes?-
Yuto esbozó una torpe sonrisa y se llevó una mano a la cabeza, después se aclaró la garganta y se dirigió a Takaki.
-El es Yamada Ryosuke, estoy viviendo en su casa ahora-
Después se dirigió a Ryosuke.
-El es Takaki Yuya, un viejo y gran amigo-
Ryosuke miró con curiosidad a Takaki, arqueando un poco la ceja.
-Mucho gusto-
Dijo Takaki mientras hacia una corta reverencia.
-Igual… ¿El es el preciado amigo del que siempre hablas?-
Preguntó con fastidio mientras continuaba mirando a Takaki.
-No… ah… por cierto, ¿Y Yabu?-
Le pregunto Yuto a Takaki, este solo dejó escapar un suspiro y dijo.
-Esta… bien… de hecho… bueno… tengo que hablar contigo de algo importante… por eso vine-
De pronto, al notar el extraño tono de voz de Takaki, la preocupación invadió a Yuto y exaltado preguntó.
-¿Le ha pasado algo?-
Yamada observo curioso la reacción de Yuto, sin embargo no dijo nada.
-No, esta bien, no te preocupes, es solo que…-
Justo en ese momento Takaki se vio interrumpido por la llegada del auto que recogía a Yamada y a Yuto.
-Es hora de marcharnos-
Dijo Ryosuke mientras abría la puerta y entraba.
-Iré más tarde… yo quiero-
-Lo que tengan que conversar podrán hacerlo en casa, ahora sube-
Dicho esto, dirigió su vista al frente, Yuto miró a Takaki y este comprendió el mensaje.

En cuanto llegaron a casa de Ryosuke, los tres bajaron del auto, el primero en entrar sin decir una sola palabra fue Yamada.
Tímidamente Takaki entró detrás de Yuto, ambos fueron recibidos por la servidumbre.
-¿Cómo rayos llegaste a este lugar?-
Preguntó Takaki mientras se sentía incomodo.
-Ya te dije… es una larga historia, vamos a mi habitación, ahí podremos conversar-
Dicho esto, Yuto comenzó a subir las escaleras, detrás de él iba Takaki, quien no dejaba de mirar a su alrededor, no muy delante de ellos iba Ryosuke, quien antes de entrar a su habitación espero a que Yuto pasara.
-No olvides que debes acompañarme a comer-
Yuto se detuvo y miró a Ryosuke.
-¿No podrías empezar sin mi? Tengo un asunto importante que atender-
Por primera vez, Ryosuke miró a Yuto con frialdad, y con voz seria le dijo.
-Es una orden-
Así, entro a su habitación, cerrando la puerta tras de sí para no tener que escuchar lo que Yuto iba a decirle. Takaki observó esto con demasiada curiosidad.
-¿Dijo que era una orden?-
Yuto dejó escapar un suspiro.
-Después te explico eso-
Así, continuo con su camino, Takaki trataba de comprender un poco, no podía evitar el sentirse un poco preocupado ante la actitud de Yamada hacia Yuto.

En cuanto ambos entraron a la habitación, Yuto dejó sus cosas sobre el pequeño sillón y tomó asiento, Takaki miró a su alrededor y torpemente también se sentó frente a Yuto.
-¿Por qué vives aquí? Es muy extraño-
-Tranquilo, no hay nada de lo que debas preocuparte, mejor dime a que has venido, ¿Qué pasa con Yabu?-
Tristemente Takaki bajó la mirada y le preguntó.
-¿Lo has visto verdad?-
-Si, hace poco-
-¿Cómo se portó contigo?-
-Pues… como siempre, estaba preocupado por mí, le dije que estoy bien y en donde puede encontrarme, ¿Por qué me preguntas eso? ¿Pasa algo?-
Takaki suspiró profundo y miró a Yuto.
-Solo… ten mucho cuidado… Yabu… esta algo… perturbado…-
-¿Cómo que perturbado?-
Preguntó Yuto casi gritando, estaba demasiado preocupado, después de todo Yabu era una persona muy importante para el.
-No te preocupes mucho por él, ya te dije que esta bien, lo que sucede es que últimamente… esta bajo mucha presión y… puede que lo vigilen… por eso… si te ves con él ten mucho cuidado…-
Mintió, no podía decirle a Yuto la verdad, que en realidad su querido Yabu buscaba la forma de hacerlo sufrir, de perjudicarlo de cualquier forma, de hacerle pagar cosas que ni siquiera tenían justificación, con un odio que no tenía razón de ser.
-¿Le han hecho algo?-
-No, ha sabido mantener contento al jefe, como sabes siempre es al que más consideraciones le tiene-
Yuto desvió la mirada, estaba furioso.
-Ese sujeto no tiene consideraciones por nadie… ni de su propia familia…-
-Yuto…-
Dijo Takaki con voz triste mientras miraba en los ojos de Yuto el odio reflejado.
-No pienses en eso ahora, lo importante es que ya estas fuera y debes mantenerte así-
-¡No! ¡Voy a volver para sacarte a ti y a Yabu!-
Takaki bajó la mirada ante la valentía y el coraje que se reflejaban en los ojos de Yuto.
-No lo hagas… yo estoy ahí por que quiero, y Yabu también, además yo te prometí cuidarlo y eso hago, no tienes de que preocuparte-
-¡¡Pero no es justo que ese sujeto los tenga a ustedes haciendo el trabajo sucio!!-
Yuto alzo la voz, estaba furioso.
-Ya no lo hacemos tan seguido como antes, esta perdiendo fuerza y ambición, la mayoría del tiempo no la pasamos de guardia evitando que los demás bandos nos invadan-
-Yo solo quiero que ustedes también salgan de ahí…-
Esta vez Yuto miraba a Takaki con tristeza en los ojos y con voz suplicante le dijo.
-Por favor cuida a Yabu y también cuídate tu-
-Sabes que lo hago-
Le dijo Takaki con una sonrisa tranquila, deseaba transmitir esa tranquilidad para Yuto.
-Prometo hacer lo posible para sacarlos de ahí-
Takaki suspiró profundo.
-Por ahora solo permanece aquí el tiempo necesario-
-Solo puedo estar aquí dos meses-
-¿Por qué? Ahora cuéntame como llegaste a este lugar-
Pidió Takaki, antes de hablar, Yuto bajó la mirada, suspiró y giró su cabeza para mirar hacia la ventana. Takaki lo observó fijamente y notó algo extraño, logrando ver así aquella marca en el cuello de Yuto.
-¿Qué es eso?-
Preguntó mientras señalaba el cuello de Yuto, este se giró para ver a Takaki y al recordar aquella marca se ruborizó de inmediato y la cubrió con su mano.
-Na-nada importante…-
Dijo con nerviosismo.
-¿Es un golpe?-
Preguntó ligeramente furioso.
-¡No!-
Exclamó Yuto, fue entonces cuando Takaki logró ver el ligero rubor que había en sus mejillas, miró extrañado a Yuto, se recargó por completo en respaldo del sillón y se cruzó de brazos y piernas.
-Te escucho-
Yuto dejó escapar un suspiro lleno de nerviosismo y comenzó a explicarlo todo. Comenzó contando desde la vez de la persecución, de cómo Yamada lo había salvado y de las condiciones que había puesto para darle asilo en su casa, omitió los detalles de los besos y otros acercamientos, sentía que no era necesario que Takaki los supiera. Cuando terminó, Takaki lo observaba atónito y con la boca abierta.
-¿Eres el juguete de ese niño?-
Preguntó incrédulo.
-No… solo quiere compañía mientras yo estoy aquí… es un chico solo… y bueno… no creí que fuese una mala idea, después de todo necesitaba un refugio-
-Pero… ¡¡Si escapaste de ahí para evitar el maltrato y te vienes a meter a algo similar!!-
Ante la molestia de Takaki, Yuto intentó tranquilizarlo.
-Te equivocas, es muy diferente… me dan de comer y muy bien, me lleva a la escuela, hasta me compro ropa nueva y duermo en esta habitación, solo tengo que soportar sus caprichos pero nada peligroso, en verdad estoy bien aquí-
Ante la tranquilidad en la voz de Yuto, Takaki lo observo detenidamente, fijo su mirada de nuevo en aquella marca que ahora Yuto había descuidado.
-Entonces… si eso no es un golpe… ¿Qué es?-
Estaba sin salida, no tenía idea de que inventar para justificar semejante marca, nerviosamente miró a su alrededor buscando una respuesta.
-No me digas que eso es un…-
-Es solo una marca de… de… de… de un golpe que me dí sin querer… si… eso… n-no le des im-importancia…-
De forma inmediata Takaki notó el nerviosismo en la voz de Yuto, y quien no la notaría, era demasiado evidente, solo alguien con poco cerebro no podría notar que Yuto ocultaba algo comprometedor. Sin embargo Takaki decidió no indagar más y solo dejó escapar un suspiro.
-¿En verdad te trata bien? Por que si no es así-
-Estoy bien, de verdad-
Dijo Yuto con un poco más de serenidad en la voz.
-De acuerdo, me alegra ver que estas bien, ahora debo irme, antes de que comiencen a preguntarse en donde estaba, y ya sabes, no olvides mi consejo, por lo que mas quieras-
-Esta… bien-
Respondió Yuto, no dejaba de encontrar extraña la advertencia de Takaki, después de todo ¿Qué malo podía pasarle estando cerca de Yabu?
Así, Takaki se puso de pie y salió de la habitación, detrás de él salió Yuto.
-Te acompaño a la puerta-
-No es necesario, sé el camino, no soy tan despistado como crees-
-De todas formas, déjame acompañarte-
Ambos chicos se sonrieron y continuaron caminando por el pasillo. En cuanto llegaron a la gran puerta, el mayordomo la abrió.
-A partir de aquí puedo solo, mejor regresa antes de que tengas problemas-
-Descuida, sé como controlarlo-
Takaki miró a Yuto y con curiosidad arqueo la ceja.
-Si… puedo notarlo-
De nuevo dirigió su mirada hacia aquella marca en su cuello, al notarlo Yuto se ruborizó y la cubrió torpemente con su mano.
-Nos veremos luego, cuídate mucho amigo, por favor-
-No te preocupes, eso haré-
Dijo Yuto con una sonrisa, Takaki sonrió de igual forma y ambos se abrazaron fraternalmente, se regalaron unas cuantas palmadas en la espalda y después se separaron.
-Nos vemos-
Yuto asintió con la cabeza, así, Takaki se dio media vuelta y se marchó, de inmediato el mayordomo cerró la puerta, antes de darse la vuelta para marcharse, dejó escapar un suspiro acompañado de una sonrisa, después de todo había sido reconfortante la visita de Takaki y ver que estaba bien después de todo.
-¿Tu amigo se fue?-
Preguntó Ryosuke mientras bajaba las escaleras y miraba a Yuto con cierta frialdad.
-Si, se ha ido-
-Bien, es hora de comer, así que anda-
Dicho esto se dirigió hacia el comedor, Yuto lo observó unos instantes.
-¿Y ahora por qué estará molesto?-
Se pregunto mientras decidía caminar tras Ryosuke.

Ambos comieron en absoluto silencio, Yuto miraba a Ryosuke de vez en cuando pero este solo se dedicó a comer. En cuanto llegó el postre Yuto no pudo más y preguntó.
-¿Te pasa algo malo?-
-No-
Respondió secamente mientras se metía un poco de pastel a la boca.
-¿Te molestó algo?-
Preguntó Yuto con cierta timidez.
-No-
Volvió a decir con frialdad y poco interés.
-¿Entonces por qué estás molesto conmigo?-
-Es tu imaginación-
Respondió sin mirarlo mientras tomaba un poco de té.
-No es mi imaginación, te conozco y sé que estas molesto-
Al parecer Ryosuke perdió la paciencia y bruscamente se puso de pie, miró a Yuto con molestia y le dijo.
-¡No me conoces!-
Así, molesto, se marcho rumbo a su habitación, Yuto lo miró sorprendido, pensó que lo mejor sería esperar a que se calmara, así que continuo comiendo de su postre con tranquilidad.

Takaki caminaba por la calle, aún no estaba lejos de la casa de Yamada, pero justo al llegar a la esquina, escuchó una voz que provocó que un escalofrío recorriese toda su espalda.
-¿Se puede saber que haces aquí?-
Takaki miró hacia la persona que tenía enfrente.
-Yabu…-
-Te hice una pregunta, ¿Apoco has venido a advertirle a tu querido Yuto acerca de mí?-
En el rostro de Yabu se dibujó una sonrisa burlona al mismo tiempo que se cruzaba de brazos.
-Solo vine a ver como estaba, ¿tú que haces aquí?-
-Yo solo vengo por simple curiosidad, aún no le digo nada al jefe pero planeo hacerlo esta noche, supongo que la casa más grande es en donde esta Yuto ¿O me equivoco?-
Takaki miró con fastidio a Yabu.
-¿Qué es lo que planeas hacer?-
-Puedo hacer muchas cosas y ni tu ni nadie podrán detenerme, puedes advertir todo lo que quieras a Yuto, el no va a creerte-
Takaki observó la gran sonrisa en el rostro de Yabu, no quería ver lo que este era capaz de hacer.
-Deja de hacer tonterias y no molestes a Yuto-
-Eso, lo decido yo, y mi respuesta es que no quiero hacerte caso-
Ante las palabras de Yabu, Takaki suspiró profundo y con la mirada suplicante le dijo.
-¿En verdad es lo que quieres?-
Yabu miró a Takaki, por solo un instante vaciló un poco, pero al parecer no funcionó del todo y respondió de forma tranquila.
-Voy a hacerlo, así que si quieres proteger a Yuto adelante, vete con él-
-A quien me interesa proteger es a ti-
Le respondió Takaki con voz firme.
-Pues pierdes tu tiempo, no necesito de tu protección-
Dijo Yabu con voz fría mientras se daba media vuelta y se marchaba. Con un suspiró de tristeza, Takaki continuo con su camino, siguiendo a Yabu.

Después de esperar un rato en su habitación, tomo la iniciativa y salió para dirigirse a la habitación de Ryosuke.
Al estar frente a ella, tocó y espero una respuesta, la cual no tardo demasiado.
-Adelante-
Escuchó, entonces suspiró y giró la perilla, abriendo la puerta y entrando tímidamente.
-Soy yo-
Dijo con voz débil.
-¿Qué quieres?
Preguntó Yamada desde su escritorio mientras continuaba escribiendo.
-Quiero hablar contigo, ¿Puedo?-
-Ya estas hablando-
Respondió Ryosuke sin dejar de escribir, Yuto respiró profundo y se acercó a aquel escritorio, tomando asiento en una silla frente a Ryosuke.
-¿Por qué estas molesto conmigo? Te recuerdo que el que debería estar molesto soy yo, después de todo me dejaste expuesto con esto todo el día-
Le dijo Yuto mientras señalaba aquella marca, pero Ryosuke continuo escribiendo.
-¿Quién es Yabu?-
Preguntó con curiosidad sin dejar de escribir. A Yuto le extraño mucho aquella pregunta, sin embargo respondió.
-Un amigo-
-¿Es él tu preciado amigo?-
-Si-
-Pues a mi me parece que es algo más que tu amigo, te preocupas demasiado por él, ¿Lo amas acaso?-
La pregunta de Ryosuke fue demasiado directa, tal que Yuto tardo en reaccionar.
-No… no lo amo… no tengo esa clase de sentimiento hacia Yabu, es algo completamente diferente, le debo muchas cosas, eso es todo-
-¿Ah si? ¿Qué cosas? ¿Dinero? ¿Favores? O ¿Tú vida?-
Ryosuke continuaba con su interrogatorio pero sin mirar a Yuto.
-Bueno, gracias a él sigo vivo-
-Vaya… te gusta meterte en problemas que exponen tu vida… que interesante-
-¿Puedes dejar de escribir? Si vas a hablar conmigo al menos ten la delicadeza de mirarme a los ojos-
Exigió Yuto ya fastidiado por la falta de atención por parte de Yamada.
-No quiero, estoy haciendo algo importante y tu has venido a interrumpir, te pregunto para distraerme un poco, pero no puedo dejar de escribir solo para darte toda mi atención-
¿Pero que rayos sucedía con la actitud de Ryosuke? Esto no lo iba a tolerar más.
-De acuerdo, yo quise hablar contigo, aclarar las cosas, disculparme si era necesario, pero tu no pones nada de tu parte, perfecto, me voy, si necesitas algo sabes donde encontrarme-
Dicho esto, Yuto se puso de pie y se acercó a la puerta, estaba a punto de salir cuando Ryosuke habló.
-¿Por qué le debes la vida a ese tal Yabu?-
Yuto se detuvo en seco ante la pregunta de Ryosuke, pero antes de responder Yamada hizo otra pregunta.
-¿De dónde vienes? No sé nada de ti, y bueno, me intriga saberlo-
Yuto se giró y miró a Ryosuke con tristeza.
-¿En verdad quieres saberlo?-
Yamada quedó asombrado ante la triste mirada de Yuto, sin poder hablar solo atinó a asentir con la cabeza.
-No es nada bonito… ni agradable…-
-Quiero saberlo-
Dijo Ryosuke con firmeza mientras se ponía de pie y se acercaba a Yuto, este lentamente volvió a cerrar la puerta y miró al mayor fijamente, había tristeza y preocupación en sus ojos.
-Yo… vengo de un mundo peligroso, algo que creo no deberías saber y mucho menos conocer-
-Ya te dije, quiero saberlo, no importa lo feo que sea, quiero escuchar lo que tengas que contar, desde que te salvé la vida, todo lo que tiene que ver contigo me incumbe, así que habla ahora-
Yuto suspiró profundo, se acercó de nuevo a aquella silla y tomó asiento, Ryosuke hizo lo mismo, recargo ambos codos sobre el escritorio y recargo su barbilla en ambas manos para así mirar fijamente a Yuto.