Son pasadas de las 3 a.m y sigo aqui!! No cabe duda que mi amor por el InooChii me hace fuerte :'3
Si~ es un InooChii... sé que a nadie le gusta, que soy la única rara que los ama y asi... y que muy probablemente nadie lo leera xD pero que más da~ lo hice para mi :3
Jajaja que mal sonó eso xD pero pues si alguien lo lee y le gusta sería bonito *--* así se expande el amor InooChii por todo el planeta y seremos felices *U*
Bueno, me dejo de tonterias y lo pongo xD
Titulo: Rainy Days
Pareja: Inoo Kei - Chinen Yuri [InooChii]
Género: Shounen Ai
Extensión: OneShot
Autora: Ayaa~ :D
Nota:¡¡Perdón si tienen horrores de ortografía!! D: Son las 3:17 a.m y no lo revisé xD era tantas mis ganas de publicarlo cuanto antes que no me fije si había errores u_u igual luego le doy su revisada y corrigo lo que haya que corregir n.n
La imagen no tiene nada que ver LOL pero me gusto *o* asi que pues ya~ xD
Rainy Days
-¿De qué estás hablando?-
-Lo siento, pero ya no puedo seguir
haciendo esto contigo, no puedo seguir engañando a la persona que
más amo-
No podía creerlo, después de casi dos
años de un “amor” casi completo, escondido, travieso, él,
Yamada Ryosuke, la persona que había logrado robar su corazón,
estaba terminando con todo aquello que el consideraba “felicidad”.
-Pero... ¿Por qué ahora?-
Preguntó con la voz temblorosa, no
quería llorar, luchaba con todas sus fuerzas por tragarse aquel
doloroso nudo ya formado en su garganta.
-No puedo más... trata de comprender
lo mal que me siento al engañar así a la persona que quiero,
además tú dijiste que solo era un juego para ti ¿cierto? Bien,
pues terminemóslo ya-
Dicho esto, Ryoske se fue, dejándolo
ahí, en aquel café lleno de gente, no pudo detenerlo, no supo
detenerlo, en todo este tiempo al parecer había sido él quien había
logrado enamorarse.
-No puedes irte...-
Murmuró en voz muy baja, casi
imperceptible, pero ya era tarde, Ryosuke ya no estaba.
Respiró profundo y con la expresión
más normal que logró aparentar pidió la cuenta, pago y con pasos
torpees logró salir del lugar.
Se quedó de pie unos segundos,
inmóvil, tratando de encontrar el aliento para continuar con su
camino e ir directo a casa cuando de pronto comenzó a llover, las
gotas caían con fuerza, mojándolo todo rápidamente.
“Esto no podría ser peor”
Pensó mientras sonreía débilmente y
miraba al cielo. Sintió como su rostro se mojaba por completo,
después de unos instantes regreso su vista al frente y observó como
la gente comenzaba a abrir sus sombrillas, otros corrían para
resguardarse, pero a él no le importaba nada ahora, si se mojaba que
más daba así que sin más comenzó a caminar rumbo a la estación
del autobús.
Pasos lentos y desganados, estaba
completamente mojado, alguna gente lo golpeaba al caminar pero poco
le importaba, ¿Cómo era posible que cayera en lo que más odiaba?
Desde un principio todo fue claro,
“Solo será por diversión” dijo aquel día a Ryosuke, aún podía
recordar la mirada incredula de aquel chico ante semejante propuesta.
-“No lo sé Chinen, tú sabes que
Yuto y yo...”-
Le había dicho.
-”Lo sé, pero no pasará nada más,
además él no tiene porque enterarse”-
Le había insistido. Hasta que
practicamente obligó a Ryosuke a seguir el juego, lo acorraló, lo
dejó sin salida, lo sedujo sin ponerse a pensar en las
consecuencias, en las graves consecuencias.
Muy pronto todo dejo de ser un juego
para él, las citas, los encuentros a escondidas, los pequeños
detalles, todo comenzó a ser demasiado especial, sin embargo seguía
tragandose esas dos simples palabras cada vez que estaban en la cama,
ahora se preguntaba ¿Que hubiese pasado si las hubiese dicho?
Tal vez hubiese sido peor, tal vez en
ese mismo instante Ryosuke lo hubiese rechazado y terminado con todo
con la menor delicadeza posible, porque a pesar de todo el mayor
seguía repitiendo aquel nombre entre sueños.
“Yuto”
Decía mientras sonreía, esto siempre
causaba una herdia en su interior, la cual intentaba opacar
abrazandose al cuerpo desnudo de Yamada con más fuerza, pero era
inútil, siempre era igual.
-Tal vez fue bueno que todo terminara
así-
Se dijo mientras sentía como una
lágrima lograba escapar y recorría su mojado rostro.
Al fin había llegado a la estación,
estaba vacía así que tomó asiento y decidió esperar.
Sabía muy bien que después de dejar
escapar una lágrima las demás comenzarían a salir de forma
natural, odiaba eso, odiaba llorar, núnca lo hacía ¿Por qué
ahora?
Por más que intentó luchar para
oprimirlas no funcionó, así que terminó por darse por vencido y
solo agachó la cabeza para ocultar su deprimente rostro.
-¡¡Ah!! Maldito clima... no se supone
que llovería hoy-
Escuchó a alguien decir, no le tomó
importancia.
-¡¡Ah!! ¡¡Mis planos!!-
Después escuchó como acomodaba sus
cosas y sintió una ligera curiosidad, así que miró de reojo. Era
un chico, alto, de cabello ondulado, negro, al parecer venía de la
escuela, no podía adivinar su edad pero seguramente era mayor que
él.
Poco después llegó el autobús,
observó como aquel chico abría de nuevo su paraguas, le pareció un
poco absurdo, ¿Que tanto podría mojarse hasta llegar al autobus?
Entonces vió que llevaba lo que
parecía ser unos rollos de palel y por la manera en la que los
protegía debían ser muy importantes.
Con un suspiro limpió su rostro, se
puso de pie y detrás de aquel chico subió al autobús. Este estaba
casi vació, encontró la parte de atrás vacía así que tomó
asiento junto a la ventana, tal vez ver la lluvia caer y la ciudad le
ayudaría a tranquilizarse un poco, al menos hasta llegar a casa.
El autobús comenzó a moverse y se
olvidó de todo, quería secar su rostro pero fue inútil intertal
hacerlo con la manga de su chaqueta, esta estaba igual de mojada que
el resto de su ropa, así que se resignó a quedarse así.
El camino fue tranquilo, tuvo el tiempo
suficiente para lograr tranquilizarse y de que su corazón asimilara
todo, sabía que no había marcha atrás y que su vida debía
continuar, aunque no tuviese las ganas suficientes, así eran las
cosas.
Cuando se dio cuenta ya era tiempo de
bajar, la próxima parada estaba cerca, seguía lloviendo con la
misma intensidad.
Se puso de pie y con cuidado se acercó
a la puerta, cuando el autobús se detuvo bajó con cuidado y escuchó
como una sombrilla se abría detrás de él.
-No debes mojarte de esta manera o
enfermarás-
Escuchó que alguien hablaba detrás de
él y curioso se giró, si mal no recordaba era aquel chico que había
visto en la estación en donde abordó el autobús.
-¿Eh?-
Fue lo único que logró decir ante su
sorpresa.
-Toma, ve a casa y toma un baño, te
hará bien, y si tienes ganas de llorar puedes hacerlo, el llorar no
te hara menos hombre-
Dicho esto, aquel joven tomó su manó
para darle la sombrilla y guardando sus rollos de papel bajo su
chamarra se fue corriendo sin decir más.
Chinen se quedó ahi unos segundos,
perplejo, ¿Como era posible que un extraño le diese su sombrilla
con semejante lluvia?
Sonrió débilmente y observó como
aquel joven se alejaba cada vez más, después él también tomó su
camino y se fue a casa.
Un fuerte estornudo se hizo sonar por
casi todo el salón de clases, se avergonzó de que algunos voltearán
a verlo.
-¿Estás bien?-
Le dijo su compañero de al lado que
también resultó ser su mejor amigo.
-Si, eso creo-
Respondió mientras intentaba limpiar
su nariz con un pañuelo desechable.
-¿Seguro? Parece que te has resfriado-
Insistió su amigo.
-Tonterías, estoy bien, creo que es
porque no he dormido muy bien estos días-
-Kei, te esfuerzas de más, esta bien
que te tomes el proyecto en serio pero nada ganarás si te enfermas-
-Descuida Kou-chan, estoy bien, ya casi
termina el mes, además ayer me mojé un poco, seguramente por
eso...-
Se detuvo, sabía que acababa de decir
algo que no debía.
-¿Te mojaste ayer?-
Escuchó la voz aún más preocupada de
su amigo.
-Ah... solo un poco, de la estación
del autobús hasta mi departamento, no fue mucho en realidad-
Dicho esto volvió a estorunudar y de
nueva cuenta, con otro pañuelo, limpió su nariz.
-¿No se supone que ayer traías
sombrilla?-
-Si, pero la extravié-
Respondió con tranquilidad mientras
dirigía su vista al frente y continuaba haciendo anotaciones en su
cuaderno.
-No te entiendo-
Dijo Kota negando con la cabeza.
Moría de sueño, a duras penas lograba
mantener sus ojos abiertos, las palabras de aquel joven rondaron su
mente por un largo rato.
“-Toma, ve a casa y toma un baño, te
hará bien, y si tienes ganas de llorar puedes hacerlo, el llorar no
te hara menos hombre-”
Era extraño, ¿Como diablos se dio
cuenta de que quería llorar?
Esa tarde, cuando llegó a casa, tomó
un baño, uno largo, se sumergió en la tina con agua caliente,
pensando, tratando de buscar la manera de continuar su vida normal,
sin volver a sentirse herido.
Intentó llorar, pero no pudo, después
de un rato dejó de intentarlo, tal vez eso estaba bien así tal vez
podría superarlo más rápido de lo que pensaba.
Ahora estaba en plena clase de
matemáticas, sabía que no podía pensar en otra cosa más que en
poner toda su atención, pero era imposible, en verdad moría de
sueño, necesitaba dormir.
Estaba cabezeando de nuevo cuando
alguien le entregó una nota.
Incrédulo la abrió y leyo.
“¿Te encuentras bien?”
Miró a su alrededor y su mirada se
curzó con la de Keito, había olvidado que le tocaba con él en esa
clase.
Tomó su lápiz y respondió.
“Estoy bien. Solo tengo sueño.”
Poco después recibió como respuesta.
“¿Seguro que estás bien?”
Leer esto le hizo saber que Keito podía
imaginarse lo que estaba pasando, así que para que este dejase de
preguntar se giró y le sonrió lo más natural que pudo, esperando
que con esto pensara que estaba diciendo la verdad.
La mitad del día terminó y la hora
del almuerzo llego, guardó sus cosas y se dirigió a la cafetería,
compró lo de siempre, un pan y leche, siempre era lo mismo, no solía
comer demasiado.
Antes de salir logró mirar de reojo a
Ryosuke, quien estaba sentado junto a Yuto, ambos se veían
tranquilos, conversaban y sonreían e inclusó lograba ver el ligero
sonrojo en el rostro del castaño, un sonrojo que él jamás logró
provocar en él mayor.
Sin ganas de deprimirse más salió sin
ser visto y se dirigió al lugar donde sabía no iba a ser molestado,
la azotea.
Trabajó en despejar su mente y pensar
en otras cosas, cuando terminó de comer se recostó y clavó su
mirada en el despejado cielo.
-¿Lloverá hoy?-
Se preguntó con melancolía.
-Ah... ¿Lloverá hoy?-
Preguntó mientras miraba al cielo.
-No lo sé, no revisé el canal del
clima hoy-
Respondió Kota con cierta burla.
-Yo pensé en hacerlo pero lo olvidé,
espero que no llueva-
Dijo Kei mientras tomaba un poco de su
jugo.
-Solo alguien como tu puede perder su
sombrilla-
Kei solo sonrió torpemente ante el
comentario de su amigo.
-Tengo clase, me voy, te vere más
tarde-
Así, sin más se fue, dejando a Kota
solo como casi siempre lo hacía.
Después de un largo día de clase, al
fin llegó a casa, estaba cansado, tenía demasiado sueño pero no
tenía ganas de dormir, por un momento estuvo demasiado concentrado
en no encontrarse con Yamada, no estaba listo para verlo a la cara
después de lo ocurrido, aún dolía.
Subió a su habitación para cambiarse
de ropa, ya no soportaba llevar el uniforme de la escuela, después
pensó en hacer tarea, talvez eso lo mantendría ocupado un rato.
Las horas pasaron, luchaba para no
quedarse dormido y comenzó a sentir hambre, fue a la cocina en busca
de algo pero no había nada, fue entonces cuando recordó que su
madre le había pedido que fuera a comprar algunas cosas para la
cena.
Con un pesado suspiro tomó el dinero
que había sobre la mesa del comedor, lo guardó en su bolsillo y
antes de salir escuchó como comenzaba a llover.
-Así que siempre si llueve...-
Se dijo mientras suspiraba, se acercó
a la puerta, en un rincón estaban las sombrillas, solo había dos,
tomo una y miró cuidadosamente la que se había quedado.
-Esto... ah... es de aquel chico-
Se dijo, recordando lo sucedido el día
anterior.
-Tengo que devolverselo... ¿Pero en
dónde lo puedo encontrar?-
Se preguntó, entonces pensó que si
tal vez regresaba a la parada del autobús en donde lo había visto
por primera vez tal vez podría encontrarlo.
Con decisión y con las dos sombrillas
en la mano, salió de casa.
-¿Qué hare?-
Se preguntó mientras observaba por la
ventana la lluvia caer, estaba en la biblioteca, tenía que terminar
una investigación, había estado sumergido en sus libros por tanto
tiempo que no supo exactamente desde cuando había empezado a llover.
-Supongo que no me queda más que
esperar a que deje de llover...-
Se dijo mientras continuaba
escribiendo, tenía tanto por terminar que tal vez no saldría hasta
muy tarde.
Al fin había llegado a la estación
del autobús en donde había visto a ese chico, miró para todas las
direcciones posibles, esperando que llegara corriendo en alguna
dirección.
-¿Y si hoy no toma el autobús?-
Se preguntó torpemente mientras tomaba
asiento. Entonces comenzó a sentirse extraño, ¿Por qué molestarse
tanto en devolver una sombrilla?
Y la respuesta fue simple, porque esa
persona se había molestado en darle su sombrilla a pesar de no
conocerlo.
Tal vez era una razón extraña pero se
sentía comprometido a regresarla, así que sin más se decidió a
esperar un poco.
Las horas pasaron y el progreso era
evidente, pero ahora estaba cansado, miró su reloj, eran casi las
ocho de la noche, bien, ya había sido suficiente y al parecer había
dejado de llover.
Guardó sus cosas en su portafolio y
tomó los libros que había estado consultando, los dejó en el
carrito y salió de la biblioteca a paso lento.
Estaba cansado, ya había perdido la
cuenta de cuanto tiempo llevaba sin descanzar apropiadamente, pero
tenía sus esperanzas puestas en aquel proyecto, estaba seguro de que
si todo salía bien sería la oportunidad de su vida para viajar a
Roma y tener la oportunidad de aprender mucho más.
Atravesó la facultad, aún había
gente, algunos tomando clase y otros solo perdiendo el tiempo, como
envidiaba a la gente que se podía dar el lujo de perder el tiempo en
tonterias, extrañaba eso, pero estaba conciente de que todo valía
la pena.
Salió de la universidad y se dirigió
a la estación para tomar el autobús, el clima estaba fresco,
después de todo estuvo lloviendo, no sabía bien por cuanto tiempo
pero debió ser el suficiente para que refrescara, ahora tenía un
poco de frío.
Cuando llegó tomó asiento después de
haber revisado el horario, el proximo autobús era el que debería
tomar así que solo quedaba esperar unos cuantos minutos.
Se sentía cansado, le dolía el cuello
y la espalda, se recargó un poco y estiró sus brazos, todo parecía
normal hasta que sin querer, giró su cabeza, y vio a un chico
sentado al otro extremo, llevaba dos sombrillas pero al parecer
estaba dormido.
Curioso, lo observó fijamente, le
parecía un poco familiar pero no podía recordar de donde. Entonces
el autobús llegó, estuvo a punto de abordar pero no podía dejar a
ese chico ahí asi que decidió despertarlo.
-¡Hey! Despierta, el autobús esta
aquí-
Dijo mientras sacudía a aquel chico,
esperó un poco y observó como este abría lentamente los ojos.
-¿Eh?-
-Despierta, el autobús esta aqui-
Le dijo Kei con voz amable.
-¡Ah! ¡Eres tú!-
Exclamó el chico con sorpresa.
No supo en que momento se quedó
dormido, y tampoco supo por cuanto tiempo, pero cuando sintió que
alguien lo despertaba fue como volver a la realidad de golpe.
Gran sorpresa se llevó al ver que la
persona que lo despertaba era el dueño de la sombrilla.
-¡Ah! ¡Eres tú!-
-Si... eso creo, siempre he sido yo-
Respondió aquel joven con una torpe
sonrisa.
-Ahora date prisa o se irá el autobús-
Volvió a decirle, lo tomó del brazo y
ambos subieron. Chinen estaba por sacar las monedas de su bolsillo
para pagar pero aquel chico fue más rápido y pago por él.
-Toma-
Le dijo mientras le daba el dinero,
pero aquel chico lo ignoró y lo sentó junto a la ventana.
-Descuida, no hace falta-
Su voz era tan amable, clara y delgada,
simplemente agradable.
-Gracias-
Logró decir con cierta timidez antes
de clavar su mirada en la ventana.
-¿Qué hacias ahí dormido?-
-Ah... no lo sé, me quedé dormido sin
darme cuenta, en realidad te estaba esperando-
Confesó Chinen con naturalidad.
-¿A mi?.
Preguntó con incredulidad.
-Si, toma. Esto es tuyo-
Le dijo Chinen mientras le entregaba su
sombrilla.
-¡Ah! Ahora te recuerdo, con razón
sentía que ya te había visto en alguna otra parte pero no lograba
recordar-
-Sentía que debía regresartela,
después de todo me la diste sin importar que no me conocieras-
-Descuida, solo sentí que debía
hacerlo, espero y ya te encuentres mejor-
La forma en la que había dicho aquello
le provocó algo extraño, tal vez era la forma tan tranquila de
hablar que tenía.
-Gracias-
Se hizo un pequeño silencio, ambos
sonrieron.
-¿Como te llamas?-
-Chinen Yuri, mucho gusto-
Se presentó con amabilidad.
-Mi nombre es Inoo Kei, mucho gusto-
Ahora que sabían sus nombres ya no
eran extraños. Después de otro pequeño silencio, Kei estornudo y
sacó de su bolsillo un pañuelo desechable.
-Lo siento-
Se disculpó torpemente.
-Descuida-
Le dijo Chinen con amabilidad. Entonces
cayó en la cuenta de que Inoo se pudo haber enfermado a concecuencia
de darle su sombrilla.
-¿De casualidad estás así porque te
mojaste ayer?-
Preguntó timidamente.
-No estoy seguro-
Respondió Kei con tranquilidad, no
quería darle demasiada importancia a aquello.
-¿En que grado vas? ¿Eres de
secundaria?-
Preguntó Kei para crear un nuevo tema
de conversación.
-No, voy en bachillerato, tercer grado-
-¡Vaya! Lo siento, creí que eras más
chico-
Chinen sonrió a medias.
-Lo sé, mucha gente me lo dice-
-Pero esta bien aparentar ser más
joven, al menos eso pienso-
Le dijo Kei con una amplia sonrisa.
-¿Y tu? ¿Estudias?-
Preguntó Chinen curioso.
-Si, estoy estudiando Arquitectura-
-Oh... eres universitario-
-¿Sorprendido?-
Preguntó Kei en forma graciosa.
-Un poco, me parece genial-
Después de eso ambos comenzaron una
conversación relajda y poco reelevante, sobre sus estudios,
pasatiempos, cosas que odiaban y otras que les gustaba hacer. Se
había formado un ambiente bastante relajado entre los dos, tanto que
fue inesperado saber que en la próxima parada debian bajar.
-¿Vives por aqui?-
Preguntó Chinen ya estando ambos en la
estación.
-Vivo en esa dirección, en un
departamento, no esta lejos de la universidad y puedo tener mi propio
espacio-
Sonrió Inoo.
-Yo vivo por este camino-
Señaló Chinen la dirección
contraria.
-Eso quiere decir que aqui nos
separamos-
Dijo Inoo, esto solo era el inicio de
una inevitable despedida.
-Eso parece, pero me alegro de haber
podido devolverte tu sombrilla, de nuevo, muchas gracias-
Sonrió Chinen al mismo tiempo que
hacia una corta reverencia.
-No es nada, desde que te vi en la
estación me preocupé un poco, te veías muy triste y con ganas de
llorar, pero ahora que te vuelvo a ver me da gusto saber que estas
bien y es bueno verte sonreír-
Inoo sonrió. ¿Que había sido eso?
Era la primera vez que sentía cierto revoltijo en el estomago ante
un comentario así, a pesar de que no era la primera vez que le
decían que su sonrisa era hermosa nunca antes se había sentido
ligeramente avergonzado ante ello.
-Es que... ese no había sido un buen
día... pero lo estoy superando-
Dijo con la mirada baja.
-Si algún día necesitas conversar con
alguien puedes buscarme-
En ese momento Inoo sacó un pedazo de
papel y una pluma de su portafolio, cuando termino de anotar algo se
lo entregó a Chinen.
-Es mi dirección y mi número, ahora
debo irme, fue un placer conocerte Chinen-kun, espero que nos veamos
otro día-
Dicho eso, con una ambale sonrisa, Inoo
se despidio y comenzó a alejarse lentamente. Chinen lo observó, su
andar era tan relajado, tranquilo, despreocupado, no lo conocía pero
casi podía asegurar que era una persona libre, que no se agobiaba
por cosas que no merecían la pena.
Leyó aquel pedazo de papel y dijo en
voz alta su nombre.
-Inoo-san...-
Sonrió, dio media vuelta y comenzó su
camino de regreso a casa, olvidando por completo que no había
comprado nada para la cena.
Tres días transcurrieron y no había
día sin pensar en mandarle un mensaje a Inoo, pero algo lo detenía,
se le hacia extraño, ya tenía su número guardado en su telefono
pero sentía que era tonto enviarle algo que no fuese importante.
-Chinen, ¿Que haces?-
Le preguntó alguien de quien reconoció
muy bien la voz. Tuvo temor a levantar la mirada, más sin embargo lo
hizo.
-Ah, Yuto... solo... leía un
mensaje...-
Dicho esto guardó rápidamente su
telefono en el bolsillo de su pantalón.
-¿Quieres venir con nosotros el sabado
a un concierto? Keito también vendra-
Sabía muy bien que ese nosotros eran
Ryosuke y él, desvió un poco la mirada, no quería ir, tenía que
pensar en alguna excusa.
-Lo siento... ese día no puedo-
-¿Eh? ¿Por qué? ¡Vámos! Será
divertido-
¿Cómo explicarle que sería incómodo
verlos juntos? No podía, no había manera puesto que Yuto no sabía
absolutamente nada, y así debía permanecer.
-Lo siento, será mejor otro día-
Dicho esto se marchó, dentro de poco
las clases comenzarían de nuevo y no quería terminar aceptando de
forma obligatoria.
El resto de la mañana fue incómoda,
mientras se dirigía al laboratorio de química se encontró con
Ryosuke, quien caminaba tranquilamente junto a Yuto, intentó pasar
desapersivido pero fue inútil, el alto había logrado verlo y no
dudo en hablarle.
-Chinen ¿A dónde vas?-
Trató de ocultar su expresión
incómoda y respondió.
-Voy al laboratorio, ¿U...ustedes no
tienen clase?-
Preguntó mirando exclusivamente a
Yuto, no quería ver a Ryosuke, aún no.
-Tenemos hora libre-
Respondió Yuto tranquilamente.
-Bueno, yo tengo que irme, adiós-
Y se fue corriendo, no quería seguir
sonriendo frente a ellos, especialmente frente a Ryosuke.
Al salir de clase tuvo mucho cuidado de
no encontrarse nuevamente con Yuto, sabía que si se lo encontraba
terminaría por arrastrarlo a algún lugar para pasar un rato juntos
y eso implicaba que Ryosuke también estuviese presente.
Sin pensarlo mucho tomó la dirección
opuesta a la de siempre y tomó el primer autobús que encontró, no
sabía hacia donde se dirigía pero eso no importaba por ahora.
“-¿Que estoy haciendo?-”
Se preguntó mientras estaba sentado,
mirando por la ventana. Se sentía tonto, infántil, tratando
desesperadamente de evitar ver a Ryosuke y a Yuto, era algo muy
tonto.
“-No puede ser que yo sea el único
que se siente así-”
Pensó mientras cerraba sus ojos e
intentaba cambiar su expresión preocupada, respiró profundo y
decidió bajar del autobús en la siguiente parada.
-¿Otra vez mirando tu telefono?
¿Esperas una llamada importante?-
Le preguntó Yabu mientras le entregaba
su café.
-¿Eh? Ah... no, solo quería ver la
hora-
Mintió mientras guardaba el aparato en
el bolsillo de su pantalón y tomaba un poco de su café.
-Tengo el presentimiento de que estás
mintiendo, pero esta bien, si no me quieres decir nada esta bien-
Kei solo sonrió y desvió su mirada
hacia el ventanal de aquella cafetería, observando hacia la calle,
todo parecía normal cuando hubo algo que llamó su atención.
Tal vez, solo tal vez, era producto de
su agotamiento fisico, una alusinación, pero estaba casi seguro de
haber visto a Chinen pasar por ahi.
-Ah... ¿Sera?-
Dijo en voz baja.
-¿Quien? ¿Dónde?-
Preguntó Yabu curioso.
-Acabo de recordar algo importante,
gracias por el café te veo más tarde-
Y así, con su vaso de unicel en la
mano el cual contenía un capuccino recién hecho, salió de aquella
cafetería sin darle más explicaciones a su amigo, solo dejándolo
ahí solo y confundido.
Después de bajar del autobús comenzó
a caminar sin rumbo, se sentía tonto, triste tal vez, no quería
admitirlo pero continuaba sintiendo un hueco en su pecho, odiaba eso.
-Chinen... eres la persona más
lamentable del mundo-
Se dijo mientras se detenía en una
esquina, el semáforo estaba en rojo así que no podía cruzar.
-Yo no lo creo-
Escuchó que alguién decía detrás de
él, sus ojos se abrieron de par en par y lentamente se giró para
asegurarse de que no había escuchado mal, conocía esa voz, la
recordaba muy bien.
-Inoo-san...-
Dijo casi en un balbuceo mientras lo
observaba fijamente.
-¿Que haces caminando de nuevo con esa
expresión en tu rostro? Me pregunto ¿Qué es lo que te tiene tan
triste? No pareces ser el tipo de persona que se la pasa llorando por
cualquier cosa-
-¿Cómo lo sabes?-
Preguntó Chinen mirando de nuevo hacia
el frente.
-Bueno, esa impresión tengo-
Respondió Inoo con tranquilidad, como
siempre lo hacía.
No supo que más decir, en ese momento
el semáforo se puso en verde y entonces podían cruzar, y así lo
hicieron.
-¿Hacia dónde vas?-
Preguntó Chinen, tratando de que su
voz sonara normal.
-Voy a la universidad, aún tengo
clase, solo vine por un café-
Dijo Inoo mientras mostraba sonriente
su café.
-Vaya, debe ser duro ser un estudiante
universitario-
-Bueno, mientras te guste lo que haces
no tiene por qué ser duro, además de que todo el esfuerzo bien vale
la pena-
-Seguramente-
Sonrió Chinen, era extraño, entre más
tiempo pasaba con Inoo mejor podía sentirse, como si la sola
presencia del mayor fuese suficiente para olvidar sus problemas,
absolutamente todo.
-¿No vas a casa?-
Preguntó Inoo curioso.
-Ah... bueno... por ahora creo que no-
-¿Tienes algo más que hacer?-
-No...-
Respondió Chinen un poco serio.
-En ese caso, ¿Quieres ir a comer
conmigo?-
Propuso Inoo con entusiasmo.
-¿Eh? ¿Ahora? ¿No se supone que
tienes clase?-
Preguntó Chinen sorprendido.
-Si tengo, ¿Crees poder esperarme
mientras termino?-
¿Habia escuchado bien? Inoo le acababa
de pedir que lo esperase mientras tomaba su clase, era sorprendente
la confianza que el mayor tenía para hablar con él.
-Esta bien... no tengo nada importante
que hacer-
-¡De acuerdo! Te veré en la estación
del autobús, puedes mientras hacer otra cosa-
Su expresión era tan fresca, tan
relajada, que era inevitable no sonreírle.
-Esta bien-
Dijo con una sonrisa, caminaron un poco
más hasta llegar a la universidad, después de despedirse Inoo entró
y él solo observó como se alejaba.
-Es agradable-
Se dijo mientras sonreía
inconcientemente, aún no sabía que haría para esperarlo, pero de
seguro algo se le ocurriría.
Después de caminar un poco llegó a la
estación, ahora comprendía porque lo había conocido ahí, era la
estación más cercana a la universidad.
Tomó asiento, sacó su reproductor de
mp3, se colocó los audifonos y después de poner música sacó un
libro de su mochila, siempre lo llevaba consigo pero muy pocas veces
podía leerlo, al parecer ahora recuperaría el tiempo perdido con su
lectura, lo cual era agradable, era la primera vez que no se sentía
fastidiado con la idea de tener que esperar a alguien.
-¿A dónde fuiste?-
Preguntó Kota a mitad de clase.
-Ah, por ahí-
Respondió Kei sin darle mucha
importancia.
-¿Qué clase de respuesta es esa? Me
estas ocultando algo y eso es extraño en tí-
-¿Ah si? No te estoy ocultando nada-
Sabía que era inútil continuar
insistiendo, Kei no iba a decirle nada más, siempre era lo mismo,
asi que solo lo dejo en paz y continuó prestando atención a la
clase.
Mientras tanto, Inoo miraba
continuamente su reloj, por alguna razón deseaba que su clase
terminara pronto, entonces comenzó a cuestionarse. ¿Por qué sentía
esa necesidad de salir corriendo? ¿Por qué se sentía tan diferente
cuando estaba con Chinen? Era un chico común y corriente, eso pensó
al principio, pero al mantener la imagen del menor en su mente por un
largo rato comenzó a notar que no era verdad, su cabello negro, sus
largas pestañas, sus profundos ojos, su sonrisa, su baja estatura,
todo aquello lo hacían diferente, adorable y a la vez no, ¿Por qué?
La primera vez que lo vio, sentado en
la parada del autobús, con los ojos llenos de lágrimas, no
comprendió nada e incluso intentó ignorarlo, pero fue dificil, más
aún cuando sus ojos lo buscaban una vez estando abordo del autobús.
¿Por qué?
Al verlo en aquel estado, triste,
empapado, sintió la necesidad de hacer algo por él, aunque fuese
algo insignificante, y así lo hizo dándole su sombrilla, sin
importarle que sus planos se mojaran, solo quería ayudarlo. ¿Por
qué?
Saber que lo había estado esperando
solo para regresarle la sombrilla, poder verlo de nuevo cuando creía
que ese encuentro no volvería a repetirse, se sintió afortunado,
feliz, incluso hasta llegar al punto de darle su dirección y número
telefónico para que pudiesen estar en contacto. ¿Para qué?
Esperar ansioso a que le enviara un
mensaje, aunque fuese solo para saludar, no importaba, el estaba
dispuesto a responder de la misma manera, dejando incluso su telefono
encendido por las noches cuando normalmente siempre lo apagaba. ¿Qué
de lógica tenía todo aquello?
Absolutamente nada. Fue entonces cuando
pudo comprenderlo, era algo absurdo pero no había otra explicación:
Amor a primera vista.
¿Qué otra razón podía haber?
Ninguna. Todo estaba tan claro ahora que no pudo evitar el sonreír
ampliamente mientras su mirada se perdía mirando al pizarrón, sin
poner atención a la clase.
-¿Qué te pasa? ¿Por qué sonríes
así? Das miedo-
-¿Doy miedo? Claro, es natural,
alguien que no había pensado en el amor a primera vista y que lo ha
experimentado debe dar miedo al darse cuenta de su propia ignorancia.
¿No lo crees?-
Miró a su amigo quien no dejaba de
verlo con sorpresa.
-No entiendo muy bien lo que te pasa,
pero siempre eres un misterio así que no importa-
Ante las palabras de Kota, no hizo más
que continuar sonriendo, miró de nuevo su reloj, ya faltaba menos
para poder salir, debía ser paciente.
Leía tranquilamente, estaba relajado,
tenía un poco de hambre pero era capaz de soportarla mientras Inoo
salía de su clase.
Estaba ansioso, sentía que ya había
pasado mucho tiempo pero en cuanto miraba su reloj a penas habían
pasado unos minutos.
Por un instante se hartó de leer, su
mente estaba tan ocupada en otras cosas que no se estaba concentrando
debidamente en su lectura, así que mejor cerró el libro, sin
embargo no dejó de escuchar música, al contrario, parecía que esta
era de mejor ayuda para que el tiempo pasara más rápido.
Miró a su alrededor y recordó el día
en que vio a Inoo por primera vez. ¿Que habrá pensado cuando lo vio
ahi sentado, llorando y empapado? Y después, cuando bajaron del
autobús, ¿Por qué le había dado su sombrilla? ¿Que lo había
impulsado a hacerlo?
Era extraño, pero aquello no resultaba
un sentimiento desagradable o de preocupación alguna, todo lo
contrario, podía incluso decir que era afortunado que alguien como
Inoo lo hubiese notado e incluso le hubiese dado aquellas palabras de
aliento, a él, que en ese momento era un completo desconocido.
Extraño, algo muy extraño, más sin
embargo reconfortante, tal vez esa fue la razón por la cual esa
noche ya no pudo llorar.
Llorar... ahora recordaba el motivo de
su tristeza aquel día... ¿Por qué las cosas habían tenido que ser
así? ¿Por qué había sido tan inconciente? Tan infántil. Ese era
el adjetivo correcto, buscar divertirse a escondidas de alguien, eso
era tonto, descabellado. Era evidente que lo que lo había llevado a
semejante locura eran sus sentimientos ocultos, a él desde hace
mucho que ya le gustaba Ryosuke, pero no era capaz de admitirlo
siquiera porque sabía que el chico ya tenía a alguien a su lado. Y
sin embargo no se detuvo, lo acorraló, lo orilló a formar parte de
semejante tontería, de semejante aventura.
Sabía que Yamada era débil, además
en ese tiempo Yuto estaba ocupado con algunos asuntos familiares.
Había sido un oportunista, un sucio oportunista, aprovechandose de
todo para poder enredar a Ryosuke en todo aquello.
¿Que clase de persona era? La peor.
Pero que castigo había recibido por
todo aquello, enamorarse de Yamada solo para ser abandonado sin más,
que sus sentimientos fuesen pisoteados. ¿Pero que derecho tenía de
sentirse la victima? Todo se lo merecía, el mismo se lo buscó, por
intentar destruir una relación a base de mentiras.
Su gran error fue intentar vivir de una
felicidad falsa, autocreada y sucia. Sabía bien que Ryosuke no tenía
la culpa, solo fue débil y además él supo manejarlo bien, a su
antojo.
Ahora sabía que todo se lo tenía
merecido, ese era el precio que debía pagar por ser así, por jugar
con los sentimientos de una persona que ya tenía a quien amar.
-Una persona como yo... no merece ser
feliz...-
Se dijo en voz baja.
El cielo comenzó a nublarse, el sol
desapareció por completo, el viento se volvió frío y sin más, la
lluvia comenzó a caer.
Era algo curioso, parecía que el clima
reflejaba su estado de ánimo.
-Me lo merezco-
Se dijo una vez más, bajó su cabeza,
no quería llorar, luchaba para evitar hacerlo, pero el nudo en su
garganta era cada vez más doloroso y las lágrimas amenazaban con
salir furiosas cada vez más. Odiaba eso.
Las gotas de lluvia comenzaron a
golpear contra las ventanas.
-¡Ah! ¡Otra vez!-
Exclamó Yabu con cierto fastidio.
Inoo observó fijamente, llovía con
fuerza, por un momento se quedó pensativo, miró su reloj, aún
faltaba media hora para que su clase terminara. Sin embargo ese no
fue motivo suficiente para quedarse ahi por más tiempo, guardó lo
más rápido que pudo sus cosas, tomó su sombrilla, que
afortunadamente la había llevado consigo y sin más, salió del
salón a toda prisa.
Kota lo miró extrañado pero no
intentó detenerlo, era la primera vez que Kei actuaba de esa manera,
seguramente debía ser algo realmente importante.
“-El me está esperando-”
Pensó mientras comenzaba a correr
mientras salía de la universidad.
Su humor había cambiado tan
drásticamente, primero estaba tan relajado y ahora, volvia a
sentirse triste, pero no solo eso, se sentía de lo peor, eso no era
normal, lo sabía. ¿Pero que hacer al respecto? No había forma de
evitarlo, no podía olvidarlo tan fácilmente, o tal vez no era eso,
tal vez no eran sus sentimientos por Ryosuke, tal vez solo era su
conciencia la que no lo dejaba tranquilo, por haber hecho semejante
cosa.
¿Tan malo había sido? Si, demasiado.
¿Que hubiese ocurrido si era descubierto por Yuto? Tal vez no se
hubiese perdonado aquello jamás, porque sabía que Ryosuke correría
a los brazos de Yuto buscando su perdón, porque lo amaba. Y entonces
el resultado probablemente hubiese sido el peor.
-Sabía que esto pasaría-
Era la voz de Inoo.
-Algo me decía que si comenzaba a
llover así probablemente estarías triste de nuevo-
Escuchó atentamente y después levantó
la mirada, con aquellos ojos húmedos miró a Inoo, de pie junto a el
con la sombrilla en la mano y su portafolio en la otra.
-¿Puedo conocer el motivo de tu
tristeza?-
Preguntó Kei con seriedad. Para Chinen
era la primera vez que lo veía así y se sorprendió demasiado.
-Ah...-
Fue el único sonido que logró salir
de su boca.
Silencio, no hubo más, Kei esperaba
que Chinen dijera algo y por otro lado el menor no tenía idea de que
responder.
Después de un rato y de la incesante
lluvia, un autobús llegó.
-De acuerdo, no tienes que decirme si
no quieres. ¿Nos vamos ahora?-
La forma en la que Chinen lo miró
enseguida le provocó un dolor en su pecho, deseaba saber el motivo
de su tristeza pero tampoco podía obligarlo. Así que sin más le
sonrió.
-Vamos-
Le dijo con voz suave.
Esto para Chinen fue inesperado, esa
sonrisa tan reconfortante era como una luz para él, así que intentó
sonreír un poco, se puso de pie y fue así como ambos subieron al
autobús.
Bajaron justo en la estación de
siempre, Chinen estaba confundido, después de aquello ya no estaba
seguro si Inoo aún deseaba comer con él.
-Inoo-san...-
-Lo siento, creo que pospondremos esa
comida para después, creo que necesitas tu espacio para
tranquilizarte y no quiero que te sientas obligado a sonreír, toma-
Le dijo, dándole una vez más su
sombrilla, continuaba lloviendo.
-Descuida, no es necesario, gracias-
Dijo Chinen con voz débil y sin más,
se fue corriendo, no era lo que se esperaba pero no sabía que hacer,
así que solo pudo correr con todas sus fuerzas, quedándo empapado
una vez más.
Inoo se quedó ahi, observando como el
menor se alejaba corriendo mientras la lluvia no dejaba de caer,
sostuvo con fuerza su sombrilla, respiró profundo, dio media vuelta
y se marchó a casa.
Al llegar subió directo a su
habitación y sin importar lo mojado que estaba, se tiró sobre la
cama, hundiendo su rostro en la almohada.
Se sentía decepsionado y tonto,
esperaba que Inoo fuese capaz de calmar esa tristeza que sentía, de
relajarlo con esa sonrisa, con su suave voz, platicando de cualquier
cosa.
¿Por qué había tenido que deprimirse
justo en ese momento?
Se odiaba demasiado por eso, lo había
arruinado todo.
Más sin embargo, aún deseaba verlo,
era un sentimiento diferente al que tenía hacia Yamada, era algo
más... ¿especial?
¿Que era eso? Era cierto que con él
se sentía tranquilo, sus problemas desaparecían, su sonrisa lo
aliviaba y su sola presencia lo hacía sentirse bien, en paz. Su
mirada, su rostro, tan fino, sus manos tan delgadas, aquellos dedos
afilados, todo... le gustaba.
Sus ojos se llenaron de agua una vez
más, se levantó despació y miró su escritorio, de inmediato
visualizó aquel pedazo de papel que Inoo le había dado.
Con torpeza lo tomó y leyó aquella
dirección, sabía llegar. Impulsivamente lo guardó en su bolsillo y
salió corriendo, sin importar que continuase lloviendo, solo...
quería verlo.
Corría tan rápido como sus piernas se
lo permitieron, esperaba estar corriendo en la dirección correcta.
Después de un largo rato de correr desesperadamente, al fin llegó,
se detuvo frente a un gran edificio, entró en el e intentando pasar
desapercibido, subió al elevador. En el papel estaba anotado el
número 8, ese debía ser el piso.
Al bajar buscó el número 8-02, hasta
que al fin lo encontró, al parecer estaba en lo correcto ya que a un
lado de la puerta habia una placa que decía “Inoo”.
Con la mano temblorosa y empapada logró
tocar el timbre y esperó ansioso. Pasaron unos cuantos segundos pero
no había respuesta, justo estuvo a punto de tocar de nuevo cuando la
puerta se abrió, era él quien abría.
-Ah... Chinen-kun... ¿Qué pasa?-
Preguntó Kei confundido, no se
esperaba semejante visita y mucho menos en ese estado.
-Inoo-san... yo... quiero hablar
contigo...-
Logró decir mientras recuperaba el
aliento.
-Claro, pasa-
Así, Kei se hizo a un lado y lo dejó
entrar.
-¡Lo siento mucho!-
Se apresuró a decir una vez estando
dentro, pegandose ligeramente a la puerta.
-¿Por qué?-
Pregunto el mayor confundido.
-Te he preocupado... me preguntaste la
razón de mi estado de ánimo y no te dije nada... por eso he venido.
Quiero decírtelo-
Chinen miró fijamente a Inoo y
continuo.
-Hace tiempo... comencé a tener una
aventura con mi mejor amigo, a pesar de que el ya tenía a alguien no
me importó y lo hice tener algo conmigo a escondidas... sin darme
cuenta comencé a encariñarme con él pero después de un tiempo el
me dejo diciendo que se sentía mal por lo que estaba haciendo y que
no quería hacerle daño a la persona que tanto quería... fue
entonces que me sentí mal... por un momento sentí que mis
sentimientos habían sido rechazados... por eso me conociste en ese
estado... y hoy me he dado cuenta que es mi conciencia la que no me
deja tranquilo, que soy una persona horrible por haber hecho todo
aquello y que no tengo derecho a ser feliz por ser como soy....
estuve a punto de hacerle daño a dos personas que realmente se
aman... entonces me di cuenta de que... me gustas pero... no tengo
derecho a sentir nada especial por nadie...-
Dijo al fin estallando en llanto.
En cierta forma, era una imagen
conmovedora para Inoo, aquel pequeño chico llorando de esa manera,
solo tenía ganas de abrazarlo, de decirle que todo estaba bien y que
lo demás no importaba, y eso hizo.
Se acercó a el y sin más lo tomó
entre sus brazos, sin importar que el menor estaba completamente
empapado, acarició gentilmente su cabeza y le dijo.
-Esta bien, todo esta bien. No digas
que no tienes derecho. Has aceptado tu error y estás arrepentido,
eso es lo importante, sería de verdad horrible si no te importase
todo aquello y sin embargo no es así. No digas que no mereces ser
feliz, dejame demostrarte lo feliz que puedo hacerte-
Aquellas gentiles palabras, esa suave
voz, era tan cálida, su corazón se detuvo por un instante, pudo
sentir sus mejillas arder de lo avergonzado que estaba, y al mismo
tiempo se sintió feliz, temoroso correspondió a aquel abrazao,
lentamente hasta que al fin pudo aferrarse a la espalda de Kei con
fuerza y cerró sus ojos. El aroma que se desprendía del cuerpo del
mayor era demasiado agradable, su sola presencia era ya relajante
para él, sentía que en verdad podía quedarse a su lado, así, para
siempre.
-Dejame preguntarte algo-
Dijo Inoo mientras repentinamente
separaba a Chinen un poco. El menor solo lo observó fijamente con
los ojos bien abiertos.
-Creo que no escuché bien así que te
preguntaré. ¿Te gusto?-
Esta pregunta le cayó como un balde de
agua fría, tan repentino e inesperado que su rostro se tornó
completamente rojo al instante.
-Necesito estar seguro, así podre
decirte que tu también me gustas-
Sonrió gentilmente mientras lo tomaba
por los hombros.
-Ah... si.... me... me gustas-
Dijo Chinen completamente nervioso, era
la primera vez que se sentía así, pero le gustaba, era algo único
y más aún ver la sonrisa de Inoo después de haber dicho estas
palabras.
-Tu también me gustas, Chinen-
-Inoo-san...-
Ambos se miraron fijamente y se
sonrieron. Era algo tan especial aquello, diferente a todo lo que
hubiesen esperado, nunca hubiesen imaginado aquella situación ni en
sus sueños más descabellados.
Sin separarse de Chinen, lentamente
Inoo comenzó a acercarse a él hasta el punto en el que podía
sentir la respiración suave del menor sobre su rostro.
Le dirigió una última mirada como
buscando aprovación, recibiendo como respuesta que Chinen cerrara
sus ojos lentamente. Sonrió y pudo sentir como sus mejillas
enrojecían ligeramente. Sin más, se acercó un poco más, rozó
ligeramente los labios de Chinen, estaban tan fríos, podía respirar
el aroma del menor, tan suave y agradable.
Lentamente unieron más sus labios y
después de aquel suave y timido contacto, Inoo cerró sus ojos al
fin y tomó el rostro de Chinen entre sus manos con delicadeza, en
seguida este tomó la cintura del mayor.
Se quedaron así unos segundos, sin
moverse, hasta que poco a poco aquel beso se profundizo en el
instante en el que ambos, al mismo tiempo, abrieron un poco sus
bocas, solo para hacer de aquello un beso dulce y profundo, lento y
gentil, como si desearan que no terminara nunca.
Al separarse, juntaron sus frentes y
sonrieron, ambos estaban completamente sonrojados. Entonces,
inesperadamente, Chinen estornudó y fue así como Kei recordó que
el menor estaba completamente mojado.
-Te vas a resfriar si te quedas así,
anda, ve a darte un baño mientras prepararé un poco de chocolate
caliente-
La protección que le brindaba Kei lo
hacía sentir especial, feliz, así que sonrió y obedecio, podía
sentir al fin la tranquilidad en su corazón, aquella tristeza que lo
había estado atormentando desapareció por completo, era como si
nunca hubiese estado ahí.
Afuera dejó de llover poco a poco y
los rayos del sol regresaban poco a poco, anunciando nuevamente la
calma.
F I N
Se acabó *U*
¿Que tal?
Si... estuvo cortito xD pero asdasdasdasd es el mes de Inoo y asasdasd quiero hacer muchos shots de el xD bueno no hare muchos pero al menos unos tres xD
Estoy a la mitad de un InooDai asi que espero poder publicarlo pronto, mientras soporten este InooChii que fue para complacer mi propio gusto xD
9 comentarios:
waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...inoochii!!!! hermoso! mas!
Inoochiii!!!!! ♥///♥ asadafasdadfasdfss crei k en mi vida leeria uno!!!
y este lo amooo gracias gracias gracias me has echo muy feliz jejeje me empezo a gustar el inoochii a partir de un sueño (muy pervertido*¬*) y mas este kyaa kiero mas inoochii!!!
por fis escribe otro asi de lindo y hermoso!!!
me ha encantadoo como todo lo k escibes!!!! hahaha me gustaria k leyeras el mio y me dijeras si es ta bn o nunca mas buelvo a blasfemar esa Hermosisisimisima pareja!!!XD http://amomimundo-ll.blogspot.mx/2012/06/reino-de-las-mil-historias.html#comment-form
hahaha estare esperando hanciosa ese Inoodai!!♥
Que bueno que le encontraste el amor al InooChii *O*
Yo los amo desde asdasdasd hace mucho xD y aaaw me encantan~ espero poder escribir más de ellos *O*
Gracias por tu comentario~
Y si, leer tu fic, estoy segura de que me gustara n.n
Siii yo tambien agradesco el poder aver encontrado ese amor lindoo ♥///♥
hahaha sipp!! por favor!!!(yo sere pasiente y esperare!
(al igual aver si lega mas inspiraciona mi cabeza basia para escribir mas de ellos!!!*w*
*rueda feliz*
y denuevo mil gracias!!!XD
kyaaaaaaaaa inoochii
kawaii me encanto♥
es uno de los mejores fics que he leido
animo para que sigas adelante escribiendo
fics como este
me gustaria que visites mi blog y que me des tu
opinion hacerca de mis fics.
jump-forever.blogspot.mx
espero tu comentario.
O.O ni en mis mejores sueños me imagine un inoochii, estuvo hermoso, perfecto como todo lo que escribes, me facinoooooo, espero con ansias el inoodai y los incompletos, en especial obsses
bueno la verdad, no creo que sepas quien soy u_u , pero te dire algo ... llevo poco tiempo leendo tus fics .., sabes son muy hermosos , todos me encantan y te admiro demasiado n.n !! GRACIAS POR ESCRIBIR !!
Gracias :D
Bueno~ si te dejas como "Anónimo" pues no sabré quien eres, pero si en tu próximo comentario le agregas un Atte: con tu nombre, entonces ya sabré quien eres :3
Gracias por leer y me alegra mucho que te guste lo que hago ^^
Waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!
He leído muy pocas veces Inoochi y que lo hagas tu... hfdjnfvsjzdbvhsdjgvbcj es demasiado, me encanta, lo amo!!!!!! *////*
Estuvo MUY hermoso, se nota que se quieren desde el primer momento *-*
No me gusta lo que hacían Chii y Yamada, aunque Chinen lo quería tanto, eso no se hace ¬¬ luego se sufre asi... Pero gracias a eso se quedó con Inoo *^*
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Lo has leído y... ¿Te gusto? ¿No? ¿Sientes que algo faltó?
¡Me encantaría saber tu opinión sobre lo que acabas de leer! ^O^ Así que no dudes en hacérmelo saber, así podré mejorar un poquito más :3
De igual forma: ¡GRACIAS POR LEER!