martes, 10 de julio de 2012

[OneShot] Olor a nostalgia

Titulo: Olor a nostalgia
Pareja: Inoo Kei - Arioka Daiki [InooDai]
Género: Shounen Ai
Extensión: OneShot
Autora: Ayaa~ :D
Nota: Para tooooodaaaas las que ya deseaban algo InooDai en este mundo [con mundo me refiero al blog xD] Y pues ya~ espero les guste, es super ñoño, ñoño, ñoño xD como yo~ 



Olor a nostalgia.

Uno normalmente piensa en enamorarse de alguien, tal vez de una forma inolvidable, como en los doramas o en la películas. Algo especial, fantástico y encantador, pero ¿Qué pasa si no es así?
Muchas veces tenemos a esa persona más cerca de lo que imaginamos, siempre esta ahí, tal vez sea más cercana a nosotros o no tanto, pero ahí esta para sonreírnos o para escucharnos, todo depende de que tan abiertos tengamos nuestros ojos, pero más importante aún, nuestro corazón.
No podrán negar que la mayoría nos hemos fijado en la persona equivocada y como resultado salimos lastimados y es ahí donde pensamos que nadie nos amará de verdad, nos deprimimos y lloramos, muchas veces solos y otras con los amigos más cercanos. Tal vez esa persona no este ahí para limpiar tus lágrimas pero puede estar ahí para darte una sonrisa cuando más lo necesitas o alguna palabra de aliento, algo que te haga sentir vivo de nuevo y olvidar todo aquello que te ha hecho sentir mal.
Bien es cierto que en la mayoría de los casos no logramos ver a esa persona, pasa desapercibida por completo y terminamos con alguien más, pero aquello no significa que no logremos alcanzar la felicidad, claro que podemos alcanzarla pero puede llegar a ser efímero y convertirse rápidamente en monotonía.
Eso es lo que pienso, solo es mi punto de vista, no puedo decir que soy una persona experta en el tema, nadie lo es, no importa si has tenido demasiadas relaciones o ninguna, todos estamos en la misma situación, todos buscamos esa persona a la que podemos llamar “Verdadero amor”.
¿Suena demasiado cursi? Yo también lo pensé, pero ahora creo que es algo maravilloso si lo analizas bien, si te pones a imaginar que sería de tu vida si encuentras a esa persona ¡Cuán feliz podrías llegar a ser!
Resulta maravilloso, fantástico, y muchas veces solo una ilusión.
¿Por qué no creer? No perdemos nada, esta vida se alimenta de ilusiones de toda clase, el amor es una de ellas. ¡Vamos a creer en ello! Aunque muchas veces no resulte como esperamos, como deseamos, siempre hay que saber levantarnos y continuar, porque así es la vida.
Quiero que llegue el día en el que al fin pueda decir: “Te encontré” pero más importante aún es decir “Y estarás a mi lado para siempre”.

- - - -

Arioka Daiki, un chico de 21 años, alegre, infantil, caprichoso de vez en cuando, pero a pesar de todo, no mostraba sus debilidades tan fácilmente, también sabía ocultar sus tristezas y preocupaciones. Se había empeñado tanto en forjar esa imagen de niño tierno y adorable que no deseaba causar preocupaciones a nadie.
-¿A dónde irás después de clases?-
Le dijo un chico alto y castaño el cual bebía un jugo frente a el.
-A casa-
Respondió con normalidad mientras dejaba de mirar a su alrededor, después de todo no había nada interesante dentro de la cafetería de la universidad. Pero el solo hecho de mirar hacia otro lado era fingir indiferencia hacia la persona que tenía enfrente, todo para ocultar lo que realmente sentía.
-Hace poco me gané una entrada doble para ir al cine. ¿Quieres venir conmigo?-
Sonrió ligeramente, pudo sentir esa punzada de felicidad en su pecho, pero claro, habría que aparentar.
-¿El popular Takaki Yuya me invita al cine? ¿A mi? ¡Que gracioso!-
Exclamó mientras reía con cierto tono de burla.
-¿Qué tiene eso de extraño?-
Preguntó Takaki extrañado.
-Nada, solo es que no esperaba que me invitaras a mi y más cuando tienes tantos amigos-
Respondió con la misma sonrisa.
-Oh vamos Daiki, sabes muy bien que no invitaría a cualquiera-
Si no fuese por el hecho de que Takaki le gustaba estas palabras no hubiesen significado absolutamente nada, para su desgracia no era así.
-Esta bien, dado que será gratis no puedo rechazar tu invitación-
-¡Bien! Entonces te veo en la estación a las tres. ¿De acuerdo?-
Daiki solo sonrió. ¿Qué más podía hacer?

Su siguientes clases fueron tranquilas, intentaba no pensar demasiado en lo que haría más tarde, luchó con todas sus fuerzas para no ilusionarse con absolutamente nada. Estaba seguro de que a Takaki jamás le interesaría de ninguna otra manera más que como amigos. Simplemente se había rendido sin siquiera intentar nada, lo único que hacía era dejarse llevar por las actitudes del mayor, estas, según él, eran la mejor prueba de ello.
-Dai-chan-
Lo llamó alguien mientras caminaba por uno de los pasillos, ante lo cual se detuvo, se giró y miró a esa persona.
Un chico alto, piel blanca y cabello negro, con ese semblante demasiado relajado a pesar de que debajo de sus ojos había unas enormes ojeras.
-Inoo, ¿Qué tal?-
Lo saludó con gusto, después de todo hace tiempo que no lo veía.
-Bien, ¿Y tú? ¿Ya te vas?-
Sabía que ese “bien” era completamente falso, era evidente que estaba cansado, pero no quiso decir nada al respecto.
-Todo normal, ahora voy con Takaki al cine-
-¿Takaki te invitó al cine? Vaya, que sorpresa-
Dijo Inoo con una sonrisa.
-Lo mismo le dije-
Respondió Daiki.
-Bien, pues diviértete, nos vemos luego-
-Si, cuídate-
Así, ambos sonrieron. Inoo continuó con su camino y Daiki solo lo observó por unos segundos su figura cansada mientras caminaba. Sonrió un poco para sí y mejor continuo con su camino, dentro de poco sería la hora acordada y no deseaba hacer esperar a Takaki.

Miró a su alrededor, miraba su reloj, ya habían pasado treinta minutos.
“-Seguramente esta por llegar-”
Pensaba mientras volvía a mirar a su alrededor. Era muy extraño, Takaki no solía llegar tarde y no le constaba que dejara a la gente plantada, debía tratarse de algo realmente importante para que no llegase a tiempo. Sabía que no le quedaba más que ser paciente y solo esperar.
De pronto, escuchó unos pasos, justo cuando estaba comenzando a resignarse, había pasado casi una hora.
-Daiki, lo siento....-
Al parecer había llegado corriendo.
-¿Que ocurre? No sueles retrasarte tanto Takaki-
-Lo siento, olvidé que tenía que ayudar para un proyecto y me obligaron a quedarme más tiempo. ¿Estás enojado verdad?-
Preguntó Takaki con cierto temor. Daiki no podía sentirse molesto al ver semejante expresión, era evidente que con esa mirada le rogaba que no se enojara con él, así que solo le sonrió y dijo.
-No importa ya, ahora estás aquí, dejemos de perder el tiempo y vámonos-
Mostró su mejor sonrisa, después de todo se sentía aliviado y feliz de no haberse quedado esperando, así que lo demás ya no importaba.

El resto de la tarde fue para Daiki lo que siempre soñó, vieron una película de comedia, le fascinaba escuchar la risa de Takaki, más que reírse de las escenas reía por ver al mayor. Después fueron a comer algo juntos, el mayor no dejaba de hablar, Daiki lo escuchaba con atención y en realidad hablaba poco, pero aún así parecía hechizado a cada segundo que pasaba.
Por último, dieron un pequeño paseo por la ciudad, recorriendo diferentes tiendas de ropa, que era lo que a Takaki le interesaba puesto que deseaba comprar algo, de aquí para allá, de tienda en tienda por un rato hasta que el mayor estuvo satisfecho. A pesar de que Daiki ya se sentía cansado no fue capaz de decirlo, después de todo no quería desaprovechar esta oportunidad tan importante para él.
Así pues, se despidieron después de un par de estaciones en el metro.
-Gracias por acompañarme Daiki, te debo una-
-No fue nada, además me invitaste al cine así que estamos a mano-
Takaki sonrió ampliamente y antes de que se cerraran las puertas sonrió, abrazó rápidamente al menor y después salió del vagón.
Por ese instante el tiempo se detuvo para Daiki, no sabía que hacer, todo había sido tan repentino y tan rápido que no estaba seguro si estaba soñando o era realidad.

Caminó lentamente por la calle que lo llevaría a casa, seguía un poco impresionado, además de que continuaba recordando cada momento que había pasado junto a Takaki, cada sonrisa, cada broma, todo, absolutamente todo. Entonces sintió que caminaba sobre suaves nubes de algodón, todo era de un color diferente, más vivo. ¿Cómo era posible sentirse así? Sabía que significaba, lo podía intuir muy bien y le agradaba, fue entonces que pensó algo descabellado pero que le provocó un revoltijo en el estomago.
“-¿Y si él siente lo mismo que yo?-”
Una pregunta tan sencilla pero tan importante, que todas las respuestas posibles le daban tanta ilusión, obvio todas positivas, no había espacio ni tiempo para pensar negativamente, estaba seguro de que ese abrazo debía significar algo y que seguramente era algo especial. ¿Por qué no? Todo era posible, y eso lo hacia sonreír aún más, lo hacía soñar aún más y tal vez... estaba esperando demasiado.

Los días transcurrieron con demasiada normalidad, más de lo que se esperaba, ya que como siempre veía a Takaki de vez en cuando, pequeño detalle de ir en diferentes facultades, además de que él mayor continuaba actuando tan normal, como si nada hubiese pasado, no podía ser posible... le parecía extraño, pero después de pensarlo un poco llegó a la conclusión de que en Takaki podía ser una reacción normal, o un comportamiento normal, después de todo era tan torpe.
Sonrió triunfante para sí mientras continuaba garabateando en su cuaderno de apuntes, pensando en lo que podría pasar si de pronto Takaki le dijera aquello que esperaba escuchar con tanta ansiedad.
Daiki estaba volando demasiado alto, olvidándose por completo de lo que había sobre tierra firme, en esos momentos nada le importaba, se estaba ilusionando.

Así, una tarde, caminando por uno de los pasillos, mientras soñaba despierto, chocó con alguien.
-Lo siento-
Se disculpó aún conservando su torpe e ingenua sonrisa.
-Andas muy despistado Dai-chan, ¿Todo en orden?-
Era Inoo, lo miró sorprendido, lucía más ojeroso y desalineado que la vez pasada.
-Estoy bien, pero tu Inoo no te ves muy bien, ¿Estás enfermo?-
Preguntó preocupado.
-Ah... enfermo no... algo peor-
Respondió con una aparente seriedad, Daiki espero atento a escuchar lo siguiente.
-¿Has oído hablar de los exámenes finales? Son peor de lo que te puedas imaginar-
Escuchar esta respuesta lo hizo sentir alivio, e inevitablemente sonrió.
-Inoo-chan ¡Me asustaste! Creí que en verdad te pasaba algo malo-
-Los exámenes finales son malos, pero lo estoy superando, esta semana termino al fin y creo que podré relajarme un poquito-
Su forma tan calmada de hablar, siempre tranquilo y torpe era algo único en Inoo, de cierta manera Daiki admiraba mucho esa parte de él porque a pesar de todo siempre sacaba las mejores notas y nunca se quejaba de no poder dormir o comer bien.
-¡Ánimo Inoo-chan! ¡Eres fuerte!-
Expresó Daiki con una amplia sonrisa al mismo tiempo que le daba una palmada en la espalda al mayor.
-Gracias Dai-chan, creo que con tus palabras podré sobrevivir sin problema-
Ambos se sonrieron.
-¿Estás ocupado?-
Le preguntó Daiki.
-No, bueno no mucho, pensaba ir a comer algo a la cafetería antes de volver al salón de dibujo-
Respondió Inoo con tranquilidad, parecía que sus ojos luchaban por mantenerse abiertos.
-Bien, aprovechemos tu tiempo disponible para conversar, hace mucho que no lo hacemos, ¿Que dices?-
-¡Si!-
Respondió el mayor con entusiasmo al mismo tiempo que su mirada se llenaba de un brillo especial, Daiki pudo notarlo pero pensó que podía ser por que estaba cansado.

Ya en la cafetería, Inoo fue el que más comida pidió, Daiki se conformó con un jugo y un sándwich.
-¿Seguro que no vas a comer más?-
Preguntó Inoo al ver lo que Daiki comería.
-Estoy bien, sé que sueles comer mucho pero esto es más que otras veces... ¿Desde cuando no comes?-
Preguntó Daiki curioso, ante lo cual Inoo respondió con la boca casi llena.
-Dogsh diaghs-
-¿¡Qué!? ¿¡Dos días!?-
Gritó Daiki mientras golpeaba la mesa con fuerza y se levantaba de su silla. Inoo lo miró curioso, terminó de masticar y tragó.
-Si, dos días, no he dormido en tres, tú preguntaste-
-¡¡Tienes que dormir y comer bien!!-
Volvió a gritarle Daiki, en cambio Inoo solo sonrió torpemente y siguió comiendo.
-Se supone que ya eres un adulto, sé más responsable contigo mismo por favor-
Dicho esto, Daiki tomó asiento nuevamente y tomó un poco de su jugo. Inoo no dijo nada y solo se concentró en seguir comiendo.
-¿Y qué me cuentas de nuevo? ¿Qué te ha pasado para que andes como en las nubes?-
Preguntó Inoo cambiando el tema.
-¿Cómo sabes que ando en las nubes?-
Preguntó Daiki sorprendido.
-No lo sabía, solo lo intuí, pero ahora que me lo confirmas sería bueno saber el por qué-
-Bueno... eso es por...-
De inmediato el rostro de Daiki se ruborizó y no sabía como decirlo.
-Ah, espera, déjame adivinar, seguramente tiene algo que ver con Takaki y su salida al cine de la otra vez, ¿cierto?-
Ante la sonrisa tan segura de Inoo, no pudo más que bajar un poco la cabeza y acertar torpemente.
-¿Pasó algo bueno?-
Preguntó Inoo.
-Ah... no sé si sea bueno pero... tengo el ligero presentimiento de que es posible que él sienta algo por mi...-
-¿De verdad?-
Preguntó Inoo, esta vez su tono de voz fue ligeramente más serio de lo normal, sin embargo Daiki no fue capaz de notarlo.
-Bueno... no estoy completamente seguro pero es posible que así sea-
-Vaya, eso es bueno-
Sonrió Inoo.
-Lo sé, aunque después de ese día casi no lo he visto, no he tenido oportunidad de confirmar mi presentimiento... pero espero que sea verdad-
-Ten paciencia, sabes que Takaki es un poco lento-
-Si, lo sé-
Después se hizo un silencio largo, Daiki tenía la mirada baja por lo avergonzado que se sentía al recordar a Takaki. Solo transcurrieron escasos segundos cuando Inoo se puso de pie.
-Debo irme Dai-chan, suerte y se paciente. Espero y todo salga como deseas-
Así, le sonrió una vez más, tomó sus cosas y se marchó sin más. Daiki lo observó alejarse, como la vez pasada, su silueta, un poco encorvado por el cansancio, no podía evitar el sentirse preocupado por su amigo, pero nada se podía hacer cuando Inoo se decidía a esforzarse en sus estudios.

Más días pasaban y por alguna razón sus esperanzas y sueños iban en picada, cada vez llegaba más al suelo, a veces se levantaban un poco cuando lograba ver esporádicamente a Takaki y este le sonreía.
Aún así estaba llegando a su limite, sabía que la paciencia no era su mejor virtud pero esta vez ya había aguantado demasiado, quería ver a Takaki, estar con él una vez más y tal vez atreverse a decirle lo que sentía por él, a fin de cuentas ¿Qué podía perder?
Una mañana, se levantó temprano, tal vez más de lo habitual, todo debía ser perfecto, se miró en el espejo, respiró profundo, se armó de valor y salió de su casa.
Tenía más o menos todo planeado, estaba seguro de que podía encontrarlo “casualmente” al llegar a la universidad, fingiría no haberlo visto y después de saludarlo arreglaría todo para que se vieran más tarde y entonces decírselo al fin.
No podía ser un plan más perfecto, al menos para Daiki lo era. Pero al llegar a la escuela, espero y espero verlo pero Takaki jamás apareció, no sabía que hacer, pensó en llamarlo pero recapacitó y se le hizo una muy mala idea.
Su clase estaba por comenzar así que resignado mejor continuo con su camino, ya encontraría otra oportunidad para verlo.

Pensó durante sus primeras clases, hasta que al fin tuvo otra idea. Podía encontrarlo “casualmente” al pasar por su facultad e invitarlo a comer o algo parecido, era perfecto. Una vez más se llenó de confianza y estaba decidido a tener éxito.
Pero el fracaso llegó más rápido de lo que esperaba, había tanta gente ahí que fue difícil buscar, el poco tiempo del que suponía se agotó y no tuvo más que volver a clase.
Esto era desesperante, ¿Qué tan difícil podía ser el ver a la persona que te gustaba? ¿Por qué debían existir tantos obstáculos?
Se sentía enojado con todo, no entendía el por qué no podía ver a Takaki cuando el quería, pero también estaba conciente de que podía llamarlo y quedar con él, pero esa idea no entraba dentro de su “situación perfecta para confesarse”. Así que no le quedaba más que esperar.

Ese día salió un poco más tarde de lo habitual, tantos proyectos que terminar entre otras cosas lo habían entretenido durante un buen rato.
Cansado y fastidiado, caminaba rumbo a la estación, casi arrastrando los pies, lo único que deseaba era volver a casa, tomar un baño y dormir un poco.
Subió las escaleras lentamente y justo al llegar arriba, se detuvo en seco, no podía creerlo, a pesar de que estaba seguro de que éste no era un día bueno, parecía que todo mejoraría, sus ojos brillaron e inevitablemente sonrió antes de dar un paso más hacia adelante.
Ahí estaba, Takaki, sentado esperando al próximo tren, la ilusión regresó a él como por arte de magia, esta feliz, emocionado y comenzaba a sentir ese nerviosismo.
Respiró profundo y justo al dar el primer paso el tren llegó, después todo fue muy rápido, del vagón bajó un chico que jamás había visto, le llamó la atención por que en un instante Takaki se puso de pie y este corrió hacia él, instantes después, se besaron.
Sorprendido, asustado, incrédulo, se sentía de estas y muchas otras maneras que solo pudo quedarse ahí, sin moverse, solo observando lo que jamás hubiese querido ver en su vida.
Poco a poco su cuerpo comenzó a reaccionar y lo único que pudo hacer fue salir corriendo, se giró y bajó aquellas escaleras tan rápido que estuvo a punto de caer en dos ocasiones.
Corrió tan rápido, como nunca antes lo había hecho, quería estar solo, deseaba creer que había visto mal, que era un sueño, una pesadilla, que no era real.

Sin darse cuenta, regresó a la universidad, esquivó a varios estudiantes, chocó con otros pero jamás se detuvo, su vista comenzaba a nublarse, esas amenazantes lágrimas estaban por salir.
No supo como pero llegó a la biblioteca, estaba casi vacía, pero de eso no pudo darse cuenta, caminó rápidamente hacia el fondo, un lugar recóndito y casi abandonado. Se ocultó entre los estantes llenos de libros y lentamente se dejó caer al suelo. Se abrazó a sus piernas, recargando su espalda en la pared y las lágrimas comenzaron a brotar lentamente, aún se estaba reprimiendo, sabía que si dejaba salir todo ese sentimiento terminaría por llamar la atención.

Llorar en silencio, es lo único que te queda cuando te sientes devastado y no quieres que nadie te vea, no tienes ganas de contárselo a nadie, solo quieres llorar.

-¡Inoo!-
Al escuchar su nombre se giró curioso.
-¡Takaki! ¡Que honor verte!-
Exclamó en tono de broma y sonrió.
-Lo mismo digo, eres tú el que se oculta de todo el mundo-
-No me oculto, solo estoy más ocupado que los demás-
Ambos sonrieron.
-¿Tienes algo que hacer?-
Preguntó Takaki. Una de esas preguntas que no importa la respuesta, solo se dicen por tener algo de que hablar.
-Si, tengo mucho que hacer todavía. ¿Y tú?-
Pues yo solo regresé para mostrarle a alguien este lugar-
-¿A alguien? ¿A quien trajiste?-
-Ah... bueno... es una larga historia, ahora esta en el baño y lo estoy esperando-
-Oh-
Inoo no preció muy interesado en saber de quien se trataba, pero instantes después todo fue muy claro.
De pronto llegó un chico bajito, de piel blanca y cabello negro. Demasiado adorable para ser real, eso fue lo primero que pudo pensar.
-Yuya, no hay con qué secarse las manos-
Se quejó aquel chico en un tono infantil.
-Ah, y yo olvidé mi pañuelo-
Respondió Yuya con torpeza. De forma educada, Inoo sacó su pañuelo y se lo dio a aquel chico.
-Toma-
-Muchas gracias-
Dijo con una amplia sonrisa, secó sus manos y le devolvió el pañuelo.
-¿Quien es él Yuya?-
-Ah, lo siento. Los presentaré. Él es Inoo Kei, un amigo mío, estudia arquitectura aquí. Y el es Chinen Yuri, mi...-
-Soy su novio-
Interrumpió aquel chico el cual respondía al nombre de Chinen.
-Oh... No puedo creer que ya tengas una pareja estable Takaki-
Se burló un poco Inoo, después continuó hablando.
-Mucho gusto-
Se hizo un poco de silencio, después Chinen tomó la mano de Takaki, al parecer al chico no le importaba en lo absoluto que la gente los viera, de alguna manera envidió un poco esa actitud.
-Quiero que me sigas mostrando este lugar-
Pidió con una sonrisa.
-De acuerdo, vamos a la cafetería entonces. Nos vemos luego Inoo-
-Hasta luego-
Se despidió y observó como se marchaban, sonriendo y aún tomados de la mano.
Pensaba que aquella imagen era linda y adorable, pero entonces se preocupó, sabía muy bien que alguien saldría lastimado si los veía.
-¿En dónde estará? Espero y ya se haya ido a su casa-
Dijo para si en voz baja mientras miraba su reloj. Evidentemente su preocupación era Daiki, más porque hace poco el muchacho lucía tan ilusionado con respecto a Takaki, no quería ni imaginar lo que pasaría si se enteraba de que éste ya tenía pareja.
Por un momento pensó en llamarlo, solo para asegurarse de que estaba en su casa y de que al menos por el momento no se enteraría de sorpresa, pero recordó que había olvidado su teléfono, así que solo espero que Daiki no los viera.

Las horas pasaron, pero sentía que cada segundo era eterno, no sabía que hacer, no sabía como iba a salir de ese lugar ahora, con que cara, con qué se iba a encontrar después, cómo iba a afrontarlo y sonreír como si nada pasara. ¿Cómo?
Levantó su mirada lentamente, observó como apagaban las luces y escuchó como cerraban la puerta.
Tenía que ser una broma, no podían dejarlo ahí encerrado. Así que se puso de pie lentamente, miró a su alrededor, todo estaba vacío y obscuro. Poco a poco el miedo comenzaba a apoderarse de él, no podía ser posible. Daiki odiaba la obscuridad, comenzaba a desesperarse, entre más caminaba más solo se sentía.
Estuvo a punto de llegar a la salida cuando escuchó un ruido que le erizó la piel, se detuvo en seco, aquello resultaba ser aterrador.
Tragó saliva con dificultad y se giró lentamente, casi no podía ver nada así que sacó su móvil del bolsillo y con la poca luz que este podía brindarle intentó ver más allá.
-¿Hay... hay alguien ahí?-
Preguntó al iré con la voz temblorosa, pero no hubo respuesta, justo estaba a punto de pensar que tal vez y había sido solo su imaginación cuando otro ruido se escuchó, esta vez fue como si un libro hubiese caído. Tenía miedo, demasiado.
-¿Qui... quién anda... ahí?-
Volvió a preguntar mientras continuaba avanzando y tratando de ver con la luz de su teléfono, entre más caminaba más asustado se sentía, poco a poco avanzó hasta que a lo lejos, en el segundo piso, logró ver una luz. Definitivamente debía haber alguien ahí, no es como si los fantasmas necesitaran encender la luz para ver mejor, aunque no estaba seguro de esa teoría, aún así continuo caminando y lentamente subió las escaleras, intentando ser lo más sigiloso posible.
Al llegar al segundo piso, pudo ver que había alguien más ahí, una persona, en una de las mesas de estudio con la luz encendida, era extraño, el miedo había desaparecido, de alguna manera le aliviaba el saber que no era el único encerrado ahí.
-¿Quién eres?-
Preguntó en voz alta mientras continuaba acercándose.
Al parecer, esa persona levantó la mirada, llevaba consigo unas enormes gafas. Daiki estaba casi seguro de que conocía a esa persona, continuo caminando y efectivamente, pudo confirmarlo, era Inoo.
-¡Inoo! ¡Eres tú!-
Exclamó aliviado y poco le faltó para soltarse a llorar de la emoción.
-¿Daiki? ¿Qué haces aquí?-
-Es una larga historia, por lo que veo tu sigues estudiando, ya es tarde, ¿Por qué no has vuelto a tu casa?-
Le preguntó Daiki.
-¿Eh? ¿Qué hora es?-
Preguntó Inoo completamente despistado, al parecer había estado tan absorto en sus apuntes que no había notado que era tarde y que ya habían cerrado la biblioteca.
-Son las once... ¿Cómo puedes ser tan despistado?-
Inoo solo sonrió y comenzó a guardar sus cosas.
-Bien, es hora de irnos de aquí, tal vez aún alcances el último tren para ir a casa ¿no?-
Daiki bajó la cabeza y con voz casi baja respondió.
-No quiero ir a casa...-
Esto evidentemente tomó al mayor por sorpresa.
-¿Por qué?-
Daiki pudo sentir la preocupación de Inoo, pero no quiso entrar en detalles puesto que esto implicaba recordar y ya no tenía deseos de llorar más.
-No quiero hablar de eso-
Confesó mientras bajaba la mirada y respiraba profundo.
-¿Entonces que harás? No puedes quedarte aquí toda la noche, es bastante incómodo, créeme, no te lo recomiendo-
Ante las palabras de Inoo sintió curiosidad.
-¿Ya te has quedado a dormir aquí?-
Su pregunta estaba llena de curiosidad y sorpresa.
-Unas cuantas veces-
Confesó mientras reía torpemente.
-No puedo creerlo... Sabes... Todo tiene un limite...-
Inoo no dijo nada, como de costumbre, además de que esta era una de las pocas veces en las que Daiki le hablaba tan serio. No deseaba hacerlo enojar con alguno de sus comentarios tontos así que prefirió guardar silencio.
-Esta bien, iré a casa ahora, ya que tú no quieres ir a la tuya ¿Quieres venir conmigo? Si nos damos prisa aún alcanzaremos el autobús-
La sugerencia de Inoo no le pareció nada mal, al contrario, podría aprovechar para distraerse y no volver a pensar en lo mismo. Todo lo contrario a lo que ocurriría si se iba a casa.
-No me parece una mala idea, además aunque no quisiera ya no hay trenes a esta hora-
Inoo sonrió, tomo sus cosas y se puso de pie.
-Entonces vamos-
Así, ambos bajaron lentamente por las escaleras.
-¿Y cómo vamos a salir de aquí? Ya cerraron-
-¿Eh? Nunca cierran, bueno, solo apagan las luces pero la puerta se puede abrir con normalidad-
Respondió Inoo.
-¿Cómo lo sabes?-
Preguntó Daiki.
-No sé si deba decirte, siento que ya te has enojado demasiado conmigo en un rato-
Ante la inseguridad de Inoo, no hizo más que sonreír un poco.
-De acuerdo, pero ya me lo imagino-
Dicho esto, salieron de la biblioteca.

El camino hacia el apartamento donde vivía Inoo fue corto, unas tres estaciones en autobús solamente, bastante cerca.
-No entiendo, si vives tan cerca por qué te quedes en la biblioteca de vez en cuando-
Le dijo Daiki mientras entraba y se quitaba los zapatos.
-Es que a veces ya es demasiado tarde y me da pereza caminar, pero bueno, ¿Tienes hambre?-
-Un poco-
-Creo que tengo algo por aquí-
Así, Inoo entro en la pequeña cocina y comenzó a buscar.
-¿Te gusta el ramen instantáneo?-
Preguntó con una sonrisa torpe.
-He de suponer que no tienes otra cosa ¿cierto?-
Preguntó Daiki mientras se cruzaba de brazos, Inoo solo continuó sonriendo torpemente.
-Te ayudo, estás tan cansado que seguramente quemarás algo-
Así, Daiki se introdujo en la cocina, hizo a un lado a Inoo para tomar un poco de agua y ponerla a calentar en la estufa.
-Lo siento-
Se disculpó el mayor al darse cuenta que estorbaba en el camino de Daiki.
-Espera por allá, yo llevaré todo-
Dijo Daiki mientras comenzaba a picar un poco de cebolla y pimientos.
-Si-
Respondió Inoo obediente.
Paso un rato y ambos comían ramen instantáneo sentados en el suelo y con los platos sobre una pequeña mesa de madera.
-¡Sabe bien!-
Exclamó Inoo con felicidad.
-Claro que sabe bien-
Ambos rieron y comenzaron a platicar de cosas sin sentido.

En aquellos momentos Daiki dejó su mente en blanco, era algo normal cada que estaba con Inoo, no importaba que problemas pudiese tener, si conversaba con él todo parecía desaparecer, le transmitía tanta tranquilidad que resultaba ser muy agradable.
-Ya es tarde, iré por un futón para que puedas dormir-
Dijo Inoo mientras se ponía de pie.
-Gracias-
Así, observó como el mayor entraba en su habitación y en poco tiempo salía con un futón, una cobija y una almohada.
-Listo, ahora puedes entrar-
-¿Eh?-
Daiki no entendió que quiso decir Inoo con esa indicación.
-Yo dormiré aquí, aún tengo cosas que hacer, tú dormirás en mi habitación-
-¿Cómo? ¿Aún no dormirás? Ya es más de media noche, deberías dormir-
Dijo Daiki con preocupación.
-Solo un poco más, terminaré pronto-
Sabía que era inútil tratar de convencer a Inoo de lo contrario, así que terminó aceptando y entro en la habitación del mayor para irse a dormir.

Al estar recostado, con la luz apagada y la puerta cerrada, por alguna razón no podía dormir, siempre que se giraba podía notar que Inoo seguía despierto, la luz de afuera continuaba encendida, eso podía notarlo al mirar por debajo de la puerta.
-¿Que no piensa dormir?-
Se preguntó en voz baja mientras miraba el reloj digital que estaba sobre su buró. Ya pasaban de las dos de la mañana.
-Es un mentiroso-
Dijo con cierta molestia mientras se movía para quedar boca abajo y hundir su rostro en la almohada.
Respiró profundo y entonces pudo notar aquel suave aroma tan distintivo en Inoo. No era ninguna loción ni nada parecido, casi estaba seguro de que se trataba del olor que Inoo desprendía naturalmente, podría sonar descabellado pero conocía al mayor muy bien y estaba conciente de que no era de las personas que usaran lociones y esas cosas. Tampoco era el olor del desodorante y mucho menos del jabón, era algo único de Inoo.
Aquel aroma le provocaba tanta nostalgia, recordaba los días en los que pasaba junto a Inoo, día y noche, a cada instante, siempre habían sido amigos, desde pequeños, y Daiki sabía bien que Inoo tenía ese aroma desde el primer día que lo conoció.
De cierta manera extrañaba aquellos días, desde hace tiempo que ya no se veían tan seguido, no suficiente con eso, Inoo se mudó para vivir solo en cuanto entró a la universidad, haciendo la distancia aún más notable.
Además, no supo en que momento el mayor se hizo tan afecto a estudiar tanto, tal vez nunca lo había notado.
De igual forma, siempre que estaba con Inoo era feliz, todo era tan tranquilo y relajado, no existían preocupaciones ni problemas, solo algo especial, no sabía bien que podría ser aquello pero le agradaba bastante.
Paso el tiempo y no pudo más, le preocupaba que Inoo no fuese a dormir en toda la noche, así que decidido, salió de la cama y después de la habitación. Buscó con la mirada y encontró a Inoo en su mesa de dibujo. Se acercó lentamente y antes de poder decir algo descubrió que éste se había quedado completamente dormido.
-Claro, era de esperarse, pero no te puedes quedar aquí-
Dijo Daiki en voz baja, respiró profundo y con delicadeza tomó a Inoo para enderezarlo un poco, pudo sentir que estaba mucho más delgado que antes y esto no hizo más que incrementar su preocupación por él.
Como pudo lo puso de pie, tomándolo con fuerza de la cintura para que no cayera. En realidad no pesaba, pero no deseaba despertarlo, aunque dudaba que eso pasara, después de tantos días sin dormir quien sabe si el mayor sería capaz de despertar tan fácilmente.
Con sumo cuidado logró recostarlo sobre el futón que éste había acomodado en el suelo con anterioridad.
-Pondré la alarma para él, estoy seguro de que si se llega a quedar dormido va a enojarse-
Así, regresó a la habitación, tomó el reloj digital y comenzó a programarlo para que sonará con tiempo para ir a su primera clase.
Lo arropó con gentileza, observó como dormía, en verdad lucía cansado.
-¿Cómo puedes esforzarte tanto?-
Preguntó mientras apartaba un mechón de cabello de su rostro. Después comenzó a sentir sueño, bostezó ampliamente y sin ganas de regresar a la habitación, se acomodó fácilmente en aquel futón junto a Inoo.
Tras haberlo hecho pudo percibir ese suave aroma que se desprendía del cuerpo de Inoo, tan agradable y lleno de nostalgia para Daiki que poco a poco comenzó a quedarse profundamente dormido, olvidando todos sus problemas, sus tristezas y decepciones, solo durmiendo tranquilo y con esa sensación de felicidad inexplicable.

El sol comenzó a iluminar cada rincón de ese pequeño departamento, un nuevo día había comenzado y con él tal vez muchas cosas nuevas.
Con trabajo logró abrir los ojos, no tenía idea de como había llegado al futón ni cuanto tiempo había dormido. De pronto, sintió algo extraño, al mirar con atención se llevó una gran sorpresa, Daiki estaba a su lado, durmiendo tranquilamente, con una sonrisa infantil, como siempre.
Sintió algo revolverse en su estomago al mismo tiempo que sus mejillas ardían ligeramente, se sintió feliz, emocionado, pero no al extremo de querer gritar, era una felicidad diferente. ¿Cómo explicarlo? Era esa especie de felicidad que no podía ser plena, muy a su pesar sabía que por mucho que lo quisiera su corazón pertenecía a otra persona. Lo tenía tan presente que bajó de su nube más rápido de lo que hubiese querido, se reincorporó y con cuidado se puso de pie, no deseaba despertarlo. Tomó su chaqueta, su cartera y sus llaves y salió sin hacer ruido.

Aquel sonidito no se detenía, era la alarma del reloj, él mismo la había programado y se maldecía por haberlo hecho. No quería despertar, se sentía aún con mucho sueño, de alguna manera esperaba escuchar a Inoo levantarse o algo, pero nada, todo estaba en completo silencio. Entonces, aún con los ojos cerrados, comenzó a preocuparse. ¿Y se había quedado dormido? ¿Y si por su cansancio no escuchaba la alarma?
Tantas preguntas bombardearon su mente que ya no pudo seguir con los ojos cerrados así que los abrió de golpe y se giró.
¿Cómo?
Inoo no estaba, se reincorporó lentamente y miró a su alrededor, todo estaba en silencio, estaba seguro de que no había nadie más que él.
¿Por qué?
¿En dónde estaba Inoo?
Como pudo se puso de pie y con pasos torpes decidió echar un vistazo en la habitación de Inoo, después de todo guardaba la pequeña esperanza de encontrarlo ahí. Pero no fue así.
Estaba confundido. ¿Acaso se había ido a clase antes de lo esperado?
Tantas dudas, tanta preocupación se despejaron en el momento en que la puerta se abrió y entró Inoo, el cual llevaba consigo un par de bolsas de compra.
-Ah, Dai-chan, despertaste. Buenos días-
Le dijo con la misma sonrisa y amabilidad de siempre.
-Si... ¿A dónde fuiste tan temprano?-
-¿Te desperté?-
Preguntó Inoo preocupado tras haber dejado las bolsas en la cocina.
-No... acabo de despertar-
-Es que desperté con hambre y creí que no querrías desayunar ramen instantáneo, así que fui a comprar unas cosas-
-Ya veo-
Estaba aliviado, y eso lo expresó en la sonrisa que le regaló al mayor.
-¿Que has traído?-
Preguntó Daiki curioso mientras le echaba un vistazo a lo que Inoo sacaba de una de las bolsas.
-Pues, compré de todo un poco, no sabía bien que sería bueno hacer así que terminé comprando todo esto-
Era inevitable no sonreír, la torpeza de Inoo era algo tan natural.
-Es demasiado-
Le dijo Daiki con una sonrisa burlona.
-¿Que quieres hacer?-
Preguntó Inoo después de haber sacado todo.
Así, ambos sugirieron y terminaron por decidir juntos el desayuno, ambos cooperaron, mientras uno cortaba un poco de verdura el otro preparaba otras cosas.
Daiki sabía que Inoo amaba los desayunos tradicionales japoneses, estaba seguro de que él mayor no había desayunado uno en mucho tiempo, así que fue fácil elegir.

Una mañana más agradable de lo que pudo haber esperado, todo, absolutamente todo, era diferente, se olvidó de Takaki, no hubo momento en que recordara lo ocurrido, además de que ayudó mucho que Inoo no le preguntara detalles del por qué había estado hasta tarde en la biblioteca.
Después de haberle ayudado a limpiar un poco, Daiki decidió ir primero a casa antes de ir a clase.
-¿Quieres que te acompañe?-
Le preguntó Inoo.
-Estaré bien, solo me daré un baño y me cambiaré de ropa, además supongo que mi mamá debe estar enojada, no le avisé que no llegaría así que debo decirle que no me paso nada malo y esas cosas-
Dijo Daiki con un ligero fastidio pero al fin resignado.
-Te espera una larga platica familiar Dai-chan-
Ambos sonrieron y sin más, Daiki se despidió.
-Bueno, me voy a casa, gracias por todo. Te veré más tarde-
-De acuerdo, ve con cuidado-
Se miraron, sonrieron y después Daiki se dio media vuelta para salir del apartamento, después de haber tomado sus cosas.

El camino fue tranquilo, se sentía muy bien, aunque lo natural fuese que se sintiera deprimido, sentía que ya no tenía caso, además, siempre había pensado que por algo pasaban las cosas.
Muy probablemente estaría completamente deprimido si le hubiese confesado sus sentimientos a Takaki y éste le dijera que no podía ser, que ya tenía a alguien. Analizándolo desde esa perspectiva podía considerarse afortunado. Su corazón salió herido pero no fue demasiado, además estaba sanando más rápido de lo que se esperaba.
¿Esto quería decir entonces que sus sentimientos hacia Takaki no eran lo suficientemente fuertes?
Era posible, estaba 80% convencido de que gran parte de su atracción hacia Takaki era por su físico. El otro 20% ni siquiera estaba seguro.
Ante tal descubrimiento sonrió con torpeza.

Puedes sentirte atraído con facilidad por alguien y decir “Me gusta” pero entre ese sentimiento y un “Te quiero” hay una diferencia abismal, por que un Te Quiero lleva consigo algo más fuerte, algo que puede estar cerca de un Te Amo cuando de esa persona “especial” se trata. Muy diferentes.
El problema es cuando no puedes distinguir entre uno y el otro y solo por que alguien te gusta llegas a creer que ya lo quieres, pero solo hay que darse cuenta del tiempo que esa persona esta en nuestra cabeza y de las señales que tu cuerpo te da, porque no solo sentimos con el corazón cuando de querer se trata. Todo nuestro cuerpo reacciona cuando estamos cerca de esa persona especial, desde nuestros ojos hasta nuestros pies. ¿Acaso no lo has notado?

Fue capaz de tolerar los gritos desesperados de su madre, después de todo estaba conciente de que había hecho mal en lo decirle nada. Después de una larga regañada pudo subir a su habitación y hacer lo que tenía planeado. Tenía que darse prisa si aún quería llegar a su clase.
En toda la mañana no dejó de sonreír, había algo diferente, algo que extrañaba y que hace mucho que no sentía.
¿Desde cuando?
Pensó un poco, evidentemente tuvo que remontarse al pasado y sorpresivamente llegó a los días en los que estaba con Inoo todo el tiempo.
Si, esos días, tranquilos, sin preocupaciones, divertidos y diferentes. A pesar de que no hacían mucho, y tal vez siempre lo mismo, para Daiki eran nuevos. Nunca sabía con que clase de comentario aleatorio podría salir Inoo y hacerlo reír a carcajadas. Bromas, chistes, comentarios torpes y sin intensión de ser gracioso. Le encantaba eso, no había más.
Y claro, su aroma. Siempre que estaba junto a él, Daiki adoraba su aroma, tan suave, tan de él, único.
Nostalgia, sentía mucha nostalgia por aquellos días, por aquellos momentos. Esa mañana pareció un deja-vu, un regreso al pasado en donde se la pasaba a su lado.
Habían pasado tantas cosas, tantos cambios tal vez a la vez que no se dio el tiempo de extrañarlo cuando se mudó.
Un año tuvo que pasar para volverlo a ver, pero con menos frecuencia. Inoo siempre estaba ocupado estudiando y poco a poco Daiki comenzó a hacerse de nuevas amistades. Una parte de él se enfoco en buscar cosas nuevas, experiencias y sentimientos. Todo evolucionaba, él mismo cambiaba, tanto física como mentalmente, pero conservando su personalidad.
Aquellos momentos, casi esporádicos en los que lograba ver a Inoo eran divertidos, pero no eran suficientes para mantenerlo sonriente todo el día. No como ahora.
Se había llenado tanto de aquel suave aroma, de su dosis de nostalgia y tranquilidad que parecía sentirse como nuevo. Todo lo veía diferente y estaba seguro de que si se encontraba con Takaki nada pasaría, no lloraría, no se escondería y definitivamente mantendría esa sonrisa.

¿Por qué?

Gran pregunta, era complicado. ¿Amistad? Podría ser, pero tenía tantos amigos y con ninguno lograba sentirse así. Nunca había intentado pensar en Inoo como algo más. Siempre lo había visto de la misma forma; un chico sencillo, divertido y amable. Su mejor amigo.
¿Cómo atreverse a sentir algo por su mejor amigo? Era descabellado. Había visto suficientes películas con esa trama y todas terminaban bien, pero eso no era garantía de nada, después de todo era simple ficción, algo que se crea para hacer soñar a la gente, solo eso, soñar.
¿Y si solo se tratase de soñar?
¿Qué podía perder?

Salió de su clase, pensar en todo esto lo dejo un poco aturdido así que fue por algo refrescante.
Tomó asiento en una pequeña mesa en la cafetería de la universidad y comenzó analizar todo de nuevo.
¿Inoo era apuesto? No lo tuvo que pensar demasiado, la respuesta llego más rápido que si se hubiera preguntado cuanto era uno más uno.
Si, claro que lo era. Pero nunca había querido verlo así. Tenía que aceptar que había cambiado, ahora era más alto, pero sus facciones se conservaban casi intactas, pero esto no lo hacia de apariencia infantil, algo muy diferente a su caso. Daiki sabía que podía pasar sin problemas por un chico de 16 años y sorprender a todos al decir su edad. Inoo no era así.
Continuo pensando, no había algo que le desagradara de él, en términos simples, era perfecto. Bueno, con el pequeño detalle que se descuida demasiado cuando de estudiar se trata. Pero aquello tenía una fácil solución.
“-Yo puedo cuidar de él-”
Pensó. De inmediato algo se revolvió en su interior. Su corazón hizo un fuerte “boom” y pudo sentir aquel sonrojo aparecer en sus mejillas.
¿Estaba hablando en serio?
Bueno, no era una idea tan descabellada. ¿Por qué no intentarlo? Podía hacerlo. Pero la cuestión no era si podía o no, lo importante era ¿Por qué?
Una pregunta bastante profunda y confusa.
Entonces cayó en la cuenta de que llevaba todo el día pensando en Inoo, algo que ni siquiera le había pasado con Takaki.
En esos momentos, como nunca antes, Inoo era su centro de atención. Hace tanto que no se sentía así.
De pronto todo se volvió más claro, más evidente y poco a poco comenzó a tomar sentido.

¿Por qué buscar algo que siempre ha estado a tu lado?

Que locura.
No tenía caso lamentarse o pensar más en ello, no era tarde. Eso pensaba, no estaba seguro de que Inoo estuviese enamorado de alguien...
Bueno... no precisamente enamorado... interesado tal vez...

Su cabeza era un caos de ideas y pensamientos, estaba dándole muchas vueltas a lo mismo. Si, en efecto Inoo le gustaba, pero no era un gusto cualquiera, era algo más profundo, con más importancia. Tal vez y era ese otro sentimiento, ese “Te quiero”.
De pronto, comenzó a sentir ganas de verlo. De estar con él. Miró su reloj, tal vez estaría en clase ahora, pero su anhelo era tanto que podía esperar.

Por otro lado, Inoo trataba de concentrarse, nunca se distraía en clase y la única razón por la que lo hacía ahora no podía ser más que por Daiki.
Había extrañado tanto pasar más de una hora con él. Con el tiempo cada vez era menos probable verlo, estar con él.
Ese sentimiento que se había obligado a reprimir durante quien sabe cuánto tiempo. ¿Desde el bachillerato? Tal vez.
Consideraba que no era una persona que se enamoraba con facilidad, la prueba de ello era que había estado enamorado de la misma persona por cinco años aproximadamente, si no es que más. Pero no estuvo conciente de sus sentimientos por Daiki hasta el bachillerato. ¿Por qué no le dijo lo que sentía en ese entonces?
Muy fácil. No estaba seguro de como el Daiki de esa época lo tomaría, después de todo no sabía si le gustaban los chicos. No quería perturbar su amistad por esas cosas, solo por esa razón guardó silencio, y continuo haciéndolo durante todo este tiempo.
Después entró a la universidad y se vio obligado a separarse de él, quería madurar, enfocarse en sus estudios, su futuro, sus sueños y ambiciones. ¿Que tenía de malo? Tal vez y así podría hacer a un lado esos sentimientos frustrados y continuar con su vida con normalidad.
Pero no tardo mucho en encontrar a Daiki en la misma universidad. Verlo significó mucho, en el momento en que pensaba olvidarlo, superarlo y seguir con otras cosas aparece y lo cambia todo en un segundo, todos sus esfuerzos se fueron tan veloces que ni pudo verlos. ¿Qué más daba seguir enamorado de él?
Se resignó. Tal vez era cruel, callarse y solo observar. Pero así eran las circunstancias, más cuando se enteró de que a Daiki le gustaba Takaki. Ver la ilusión en su mirada, sus ligeros sonrojos y aquellos suspiros le hicieron ver que el menor jamás lo vería a él. Jamás se daría cuenta de que él estaba ahí, justo a su lado para amarlo por completo sin pedir nada a cambio.
¿Qué tan difícil era hacerle saber que no debía buscar a quien querer cuando él estaba ahí dispuesto a amarlo?
No lo sabía, llegó al punto de solo pensar en estudiar, estudiar y estudiar. Sin detenerse, sin mirar a su alrededor, sin mirar atrás. Solo cuando estuviese con Daiki se permitiría soñar un poco, suspirar y volverlo a querer.
¿Cuántas veces lo había vuelto a querer? Ya eran tantas que ni siquiera llevaba la cuenta.
Sin embargo, tanto lo quería que no se atrevería jamás a decirle que había visto a Takaki con alguien más, con su pareja. Deseaba protegerlo tanto, no quería verlo sufrir, no podría tolerarlo jamás. Si tenía que guardar ese secreto durante un tiempo bien podía con ello.
Sabía de todo lo que podía ser capaz para protegerlo, después de todo lo amaba con todo su ser y lo atesoraba como tal.

Aún distraído, salió de su clase después de que ésta finalizó. Tenía hambre. Tenía tiempo para ir a comer algo a la cafetería y después ir a la biblioteca a terminar con unos planos.
Así que eso hizo. Pidió el menú especial y buscó una mesa, se sorprendió y casi no daba crédito a lo que sus ojos veían. Daiki estaba ahí, solo en una mesa. Lucía pensativo. No pudo evitar el preocuparse, podía ser que tal vez ya supiese lo de Takaki. Así que sin pensarlo más, se acercó a él lo más normal posible.

Había estado ahí, sentado desde hace un par de horas pensando en lo mismo y sintiéndose de tantas maneras. Que cuando escuchó la voz de Inoo pensó que su imaginación le estaba jugando una broma, o algo parecido.
-Dai-chan, ¿Estás bien?-
Cuando levantó la mirada y notó que Inoo estaba sentado frente a el se sorprendió. Se puso nervioso y tardó unos segundos más en reaccionar.
-Ah... I-Inoo... ho-hola...-
No, no podía ponerse así de pronto o sería sospechoso, tenía que calmarse y ser natural, solo actuar como siempre.
-¿Te pasa algo malo?-
Inoo estaba preocupado y esperaba que Daiki solo estuviese más distraído de lo habitual.
-No, no, nada malo me pasa. ¿Por qué habría de pasarme algo malo?-
Demonios, estaba hablando como un idiota. ¿Qué tan difícil era hablar con normalidad? Como siempre lo hacía.
-Estás muy raro, ¿Te sientes mal? ¿En verdad no pasa nada extraño?-
Ahora Inoo sabía que estaba actuando raro, su torpe esfuerzo por mantenerse normal no estaba funcionando, evidentemente.
-Bueno, hay algo, pero luego te digo-
Confesó a medias mientras sentía sus mejillas arder.
Inoo se sintió confundido, por un momento creyó ver el rostro de Daiki rojo, pero no tuvo tiempo de verlo bien por que éste se levantó de prisa y dijo.
-Yo también tengo hambre, iré por algo, no tardo-

Comieron juntos y Daiki se esforzó, tal vez de más, en aparentar ser normal, incluso estaba hablando cosas sin sentido. Sin embargo Inoo no le dijo nada e intentó seguirle la corriente. Tal vez y no era algo de que preocuparse, pero no podía evitar el sentirse inquieto con lo que Daiki había dicho anteriormente.
¿Que podría ser eso que le diría después?
Ya un poco más tranquilo y relajado, Daiki se puso de pie.
-¿Tienes cosas que hacer ahora?-
Le preguntó.
-Pensaba ir a la biblioteca, tengo que hacer unos planos-
Respondió Inoo.
-¿Puedo acompañarte?-
¡Que pregunta tan inesperada! Nunca se imaginó que Daiki le preguntara algo así. Era extraño, si, pero agradable.
-Claro, pero seguro te aburrirás-
-No, prometo no molestarte si me aburro-
Sonrió Daiki, estaba feliz, bueno, no había pensado en que haría si Inoo le decía que no podía acompañarlo, estaba casi seguro de que éste diría que si. Siempre lo hacía.

Llegaron a la biblioteca y en silencio subieron al segundo piso, al fondo había una mesa desocupada, estaba perfecta así para Inoo puesto que iba a necesitar bastante espacio.
-¿Que harás?-
Preguntó Daiki en voz baja mientras observaba como Inoo comenzaba a sacar todo lo que ocuparía.
-Estamos haciendo el proyecto de un edificio, tengo que dibujar los planos de lo que podría ser una galería de arte-
-¿Tu elegiste hacer eso?-
Preguntó Daiki asombrado.
-Algo así-
Sonrió Inoo. Así, sin más, se puso a dibujar.
Trazaba por aquí, medía, calculaba, revisaba, borraba y volvía a trazar. Daiki estaba fascinado, no por el hecho de que le interesara la materia, más bien por la expresión de Inoo. Ese semblante lleno de concentración, serio, como un adulto. Estaba fascinado, era la primera vez que lo veía así, era como descubrir un tesoro. Sentía que era el primero en verlo así, aunque no podía ser del todo cierto puesto que seguro ya había colaborado con sus demás compañeros, pero seguramente ellos no lo conocían tanto como él.
Las horas pasaron y Daiki no se aburría, de vez en cuando se paseaba por los pasillos viendo los títulos de varios libros, solo lo hacía porque se había cansado de estar sentado y necesitaba estirar las piernas.
Por otro lado, para Inoo no era fácil concentrarse, sentía la mirada penetrante de Daiki, clavada sobre él. Curioso y tal vez emocionado. No podía, se sentía extraño, no por el hecho de ser observado si no que sentía algo diferente en Daiki.
Aún así, se esforzó en terminar, podía sentirse un poco relajado cuando Daiki se levantaba y se iba a pasear por ahí, pero al mismo tiempo se sentía preocupado. Y en una de esas veces en las que el menor volvía de su paseo para volverse a sentar frente a él, no pudo más y le preguntó.
-¿Estás aburrido?-
Daiki ladeó un poco su cabeza, aquella imagen le recordó mucho a la de un cachorro cuando algo le llama la atención, demasiado tierno.
-No, solo quería estirarme un poco. ¿Te molesta que este de un lado para otro?-
-Para nada, solo me preocupa que te aburras. Seguramente querrías estar haciendo algo mejor ahora-
Ante el comentario de Inoo, respondió de forma espontánea, sin pensarlo.
-No hay nada mejor que poder estar aquí contigo-
Para cuando pudo darse cuenta ya se había expresado. Tan natural, tan seguro y con esa amplia sonrisa que de inmediato ocultó desviando su mirada, nervioso y sonrojado.
-Ah... no que quise decir es que-
-Descuida Dai-chan, creo que ya entendí-
¿Cómo? ¿Tan predecible era? ¿Tan transparente? Estaba a punto de hacer estás preguntas cuando Inoo continuó hablando.
-Seguramente te regañaron muy feo en tu casa y no quieres volver ahora. ¿Quieres que te acompañe para explicarle a tu mamá que si estuviste conmigo?-
Se sorprendió por la pregunta de Inoo. ¿Como podía pensar en eso? Bueno, estaba bien, aún tenía oportunidad de confesarse como debía. Pero ahí estaba el detalle. ¿Cómo debía hacerlo? No tenía idea.
-Inoo-chan, ¿Te gusta alguien?-
Así, directo, era lo mejor.
Pero claro, para Inoo no fue una pregunta fácil de digerir y mucho menos para responder así de directo.
-¿Eh? ¿Qué?-
Fue lo único que logró decir.
-¿Te gusta alguien?-
Volvió a preguntar Daiki, con la mirada firme y con las mejillas ligeramente sonrojadas.
-¿Por qué la pregunta?-
-No respondas con una pregunta-
Pidió Daiki con la poca seguridad que le quedaba.
-Bueno... es algo que no esperaba... pero si te interesa pues... si, hay alguien que me gusta-
Confesó Inoo, estaba seguro de que tal vez Daiki no preguntaría más, en verdad eso esperaba puesto que no sabía que iba a decirle si le preguntaba quién era esa persona.
-A mi también me gusta alguien-
Dijo Daiki aún mirando a Inoo.
-Eso ya lo sé-
Le dijo Inoo con una sonrisa débil.
-No, no lo sabes-
-Te gusta Takaki, claro que lo sé-
-No es así-
Dijo Daiki, comenzaba a temblar, estaba muy nervioso.
-¿No?-
Preguntó Inoo.
-Takaki fue algo... pasajero, además de que ya tiene a alguien. Pero eso no me interesa-
-¿Así que ya lo sabes?-
-Si, pero eso ya no importa. Hay algo que es mucho más importante para mi-
Inoo no dijo nada y miró a Daiki tratando de predecir lo que éste podría decirle, pero era complicado.
De pronto, Daiki se puso de pie, rodeó la mesa y se detuvo junto a Inoo, quien aún permanecía sentado.
Respiró profundo, debía expresarlo de alguna manera y esto fue lo único que pudo dejar salir.
-Inoo-chan. ¿Puedo ser yo la persona que te gusta?-
Ahora si, sin poder ocultarlo, su rostro estaba completamente rojo, como un tomate.
-¿Qué? No... no te entiendo Dai-chan-
Obviamente, estaba confundido. No quería pensar en algo que tal vez podría estar mal interpretando, no podía precipitarse y decirlo todo.
-Quiero decir que yo... tú... me... no sé como decirlo, te puede parecer precipitado pero no lo es. Resulta ser bastante simple ¿sabes? Siempre has estado a mi lado y he sido tan ciego que no me he dado cuenta. Me gustas... más que eso... yo... yo... ¡Te quiero!-
Al fin, lo había dicho, estaba listo para cualquier tipo de respuesta, no importaba que tipo, solo quería escucharla.

Si, evidentemente todo resulto muy extraño, demasiado increíble e inesperado. ¿Podría ser esto un sueño acaso? No, no podía serlo, se sentía tan real, el Daiki frente a él era tan real como lo que acababa de escuchar.
Había soñado tantas veces con esta situación y en todas imaginaba reaccionar diferente que justo ahora estaba en blanco. Por supuesto, un sueño, una ilusión, cuando se vuelven realidad pueden ser muy diferentes.
Así que solo se puso de pie, bajó la mirada, tragó saliva y lentamente volvió a mirar a Daiki, quien se mantenía firme frente a él, mirándolo.
No podía hablar, había algo en su garganta que no lo dejaba hablar, eran demasiadas emociones juntas que solo atinó a abrazar con fuerza a Daiki.
Tanto tiempo había anhelado tenerlo así, entre sus brazos, y fue aún más maravilloso cuando Daiki lo abrazó de vuelta. No, no podía ser un sueño, estaba casi seguro de que no lo era.
-Inoo-chan...-
Dijo Daiki con voz suave mientras se acurrucaba entre los brazos de Inoo. Se sentía tan bien, respiraba aquel aroma que tanto le encantaba, se sentía feliz.
Lentamente se separó del mayor, se miraron fijamente. Inoo continuaba sin decir palabra alguna, sus ojos estaban cristalinos, aún no encontraba como reaccionar.
-Inoo-chan-
Volvió a llamarlo. Con tal gentileza y cariño. Su cuerpo comenzó a actuar por si solo, como si estuviese esperando este momento toda su vida.
Se levantó un poco sobre las puntas de sus pies, sus manos se apoyaron en los hombros de Inoo y sin decir una sola palabra, se acercó hasta que logró estar tan cerca de sus labios.
Ambos se quedaron sin aliento, sus ojos se cerraron y el contacto se dio. Para empezar fue algo tímido, fue en ese momento en que Inoo estuvo completamente seguro de que no se trataba de un sueño ni de una ilusión. Era real, tan real que sentía que podía explotar de tanta felicidad.
Con cuidado, rodeó la cintura de Daiki con ambos brazos y lo pegó a su cuerpo. Para el menor, el sentir a Inoo aún más cerca le provocó pequeños toques eléctricos por todo el cuerpo.
Poco a poco aquel beso se profundizó más y más, dejó de ser solo un contacto suave, al mismo tiempo abrieron sus bocas, lento y con cuidado. Daiki pudo sentir el aliento de Inoo, tan cálido. Aquello solo provocó un desborde de emociones, si tuviesen que expresarlo podría ser complicado, no había palabras para describir aquello, esa sensación, esa felicidad, esa emoción y esas ganas de no separarse jamás.
Aún así lo hicieron.
Se miraron a los ojos, después pegaron sus frentes.
-Dai-chan... tú lo eres todo para mí. No pienso dejarte ir ahora. Lo que acabas de hacer es como firmar un contrato permanente, ahora ya no puedes deshacerte de mí-
Ante las palabras de Inoo, aunque serias tenían un toque relajado, como siempre solía hablar, no hizo más que sonreír y decir.
-Lo sé-
-Dijiste que me quieres. Yo debo decir lo mismo. Te quiero. Desde hace tanto tiempo.-
-¿Por qué no lo dijiste antes?-
Preguntó Daiki curioso separándose un poco para observar mejor a Inoo.
-No tiene caso pensar en eso ahora, justo en estos momentos no tienes idea de lo feliz que me siento-
Dijo Inoo mientras sonreía ampliamente, como si fuese un niño pequeño.
-Siento haber tardado tanto tiempo-
Con estas palabras, Daiki volvió a abrazar a Inoo, respiró de nuevo aquel aroma y se sintió tan bien. Deseaba cuidarlo tanto y al mismo tiempo sentirse protegido por él. Ambos sentían lo mismo. Después de tanto tiempo, estaban ahí, abrazados. Convirtiendo aquella nostalgia en un nuevo futuro juntos.

F I N

12 comentarios:

Akari Yamada dijo...

Ashhhhh que lindo el fic *-*
me mori de ternura con estos dos *-*
sin dudas es mi couple favorita *rueda de felicidad*

Inoo es demasiado tierno, mas cuando supo que a Daiki le "gustaba" takaki, simplemente lo apoyo y le dijo que sea paciente :)

y el final fue dsadasada me encanto, los dos son perfectos *-*

Natsumi-chan dijo...

Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
Increicble!!!!! O///O
Me encanto! Fue hermosiiisimo!!!
Uno de los oneshot InooDai que mas me han gustado!
*O^
¿Como haces para escribir tan bien?????
De verdad no tengo palabras para descrbir lo liiiindo que fue!!!^^
Aiii~ Inoo es muy kawaii!!
Me hizo reir la parte de la biblioteca :D
Estuvo muy divertida!!^^
Y en casa de Kei fue tan romaaaaaantico >3<
Asdasdasd LO AMEEEEEEEEEEE!!!
Sigue escribiendo mucho^^
Gracias por subir tan hermoooso y perfecto fic! ^O^

Soany dijo...

asdasdasad Me acabas de robar el corazón con este fics *///////////////////* que cosa más bella y romántica!!
mi corazón no paraba de latir mientras lo leía fue algo único ;w;
y como lo dije ese día cuando no tus fics siempre bellos, no esperaba menos <3
Me reviviste a un 200% con este fics *OOOOO* ahora si tengo energía para continuar!
Gracias aya <3

PD: Otro fics tuyo favorito -w-

yaoisaotaku dijo...

Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa¡¡¡¡¡Necesitaba ex`plotar de alguna< forma¡¡¡
Escribes hermosisisiismooo, ame el fic,
Cuando a inoo le empezaron a lloriquear los ojos yo ya estaba llorando a flor dde piel xD¡¡
Pero que fic tan alucinante>____<¡¡¡
Lo amee¡¡¡¡demasiado hermosooooosooo, no voy a olvidarlo con facilidad ommmggg¡¡¡
Yo tambn me quede toda.. O_o
Cuando taki-chan beso a chinen!!!Por un momento tambn pense que estaba enamorado de dai..se veia muy tierno ^^
Jjajaja inoo con ojeras xD!!Me lo imagino pero igualmente se ve hermosoooso¡¡menos mal que dai supo diferenciar esos dos terminos (me gustas al te quiero) lo amee¡¡
Dai tan directo fuer hermosoo¡¡¡
Quiero mas fics tuyos¡¡son ideales ¡¡lo amee¡¡¡Grasias por subirlo¡¡

Demi♥ dijo...

Ayaa, acabas de dejarme tonta.. ¡Tan hermoso te quedó! ¡Tan, pero tan hermoso! Enserio, lo amé extremadamente mucho.. Y sigo tonta xD
Hermoso ♥ ~

Sakura De Ryosuke dijo...

kyaaaaaaaaaa!!!!
me encantooooooooooo.....amooo....
inoodai♥............es lo maximo...

kei es tan tierno y kawaiii.. en verdad me gusto
mucho.....sayonara.........
y gambatte para que puedas seguir escribiendo mas fics
tan hermosos como este....arriba InooDai kyaaaaaaaa

Natii-chan dijo...

Te lodigo... lloré ;w; es como, si hubiera sentido la felicidad de Inoo asdhjgsajfkfds me meto tanto en las historias y esta me capturó por completo (*O*) !! Me encantó, gracias por este fic y sigue escribiendo (>w<) !! Simplemente maravilloso !! ♥

Anónimo dijo...

AMO EL FIC!!
AMO EL INOODAI!!
Me ha dejado tonta, no puedo dejar de sonreír
por dios que hermoso fic ♥

MUCHAS GRACIAS AYA ♥

Satommy dijo...

Me demoré pero lo leí Q_Q
Aasdasdadsads Aya ;w; por un momento creí que habría Tadaiki
y luego Daiki dejaría a Takaki LOL hahahaha aasdasdsd pero no ;3;
Aish y que amé el momento en que Daiki lo trató en su casa, cuidando a Inoo,
dándole la mantita y durmiéndose a su lado sin darse cuenta~
Awww ;3; y Kei que no se la creía y dejaba que el estudio
lo consumiera todo para olvidarse de sus sentimientos ;w;
Awww amé el oneshot! Realmente a veces somos muy torpes y no vemos
a quien está a nuestro lado ;w; sdadsds♥ Perfecto

mabelucome dijo...

Waaaaaaaaaaaa, me encantó!!!!!!!!!!!
Fue muy bonito, Daiki solo tenía que darse cuenta de que Kei SIEMPRE había estado a su lado, que siempre estaba ahí y siempre le ha gustado!!
Al igual que Inoo, si siempre te ha gustado díselo!! (muy fácil decirlo cuando no se está en esa situación)
Takaki no tenía que ser de Daiki porque este es de Inoo, así que Takaki, felizmente, tiene a su novio Chii para todo >///< Realmente, gracias a él Dai se dió cuenta de sus sentimientos *-*

Como todos tus fics, va a mi lista de fics favoritos, nunca me cansaré de decirte que eres mi escritora favorita <3

ButterMilk dijo...

SON TAN HERMOSOS TUS FICS Q_Q SIENTO QUE SE ME PASA EL TIEMPO VOLANDO ;o; ASDASDSD Ya se me hizo tarde, cuando puedo te seguiré leyendo, me encantaaan!♥

ariaddne krv dijo...

bello , me llenaste de felicidad, gracias escribes super .

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