Extensión: OneShot
Autora: Ayaa
Pareja: Yamada Ryosuke - Nakajima Yuto [YamaJima]
Género: Yaoi-Lemmon
Nota1: Vannia hermosa, tarde una vida pero más vale tarde que nunca, este es uno, aún me falta darte uno tal y como lo quieres, por ahora te doy este ^^
Nota2: Sigo agradecida con todas las personas que me leen, aún tengo muchos fics que dar así que me tendrán para un buen rato más Ü
-Kiss me in the darkness
Siempre
era igual, ese lugar solo era visible después de media noche, un
circo mágico que solo daba funciones a aquellos curiosos que se
acercaban al lugar, o al menos esos eran los rumores que circulaban
por ahí.
Realidad
o mera ilusión, en una época en donde la gente a creado cajas
llamadas carruajes para que estas sean jaladas por caballos, en donde
las apariencias lo son todo y las inmoralidades ocurren a escondidas,
las damas llevan elegantes vestidos pomposos y mucho maquillaje, las
de alta sociedad por supuesto, los hombres de un traje elegante y
sombrero, un lugar en donde un circo es un lugar prohibido, sucio
pero sin embargo interesante y que llama la atención, en especial si
es uno fuera de lo común, en donde no hay animales normales, solo
los que la mente te permita observar. ¿Un mundo diferente? Aquí es
en donde nuestra historia comienza, quien sabe si sea en este mundo u
otro lugar del que jamás hemos escuchado.
Dejando
a un lado todo aquello, centremos nuestra atención en un joven
especial, si, especial, lo es incluso aunque el lo desconozca. Su
nombre, Nakajima Yuto, estudiante de biología, 18 años de edad,
curioso explorador y además alegre. Físicamente es más sencillo de
describir, un joven alto, se podría decir que más de lo normal,
cabello negro y muchas veces desalineado, ojos negros y profundos y
con una alegre sonrisa la cual mostraba casi todo el tiempo, pero
algunas damas interesadas aseguran que cuando tiene una expresión
seria es realmente apuesto, aunque claro, muchas veces su excéntrico
gusto por los insectos ha ahuyentado a varias interesadas. Una
persona simple y a la vez enigmática, que puede parecer transparente
pero que a la vez puede guardarse demasiados secretos.
Una
mañana, como de costumbre, salio de su casa, la densa neblina le
dificultaba ver un poco pero como sabía el camino de memoria no
tenía problema con perderse, le gustaba salir temprano, cuando la
gente aún dormía ya que así no tendría que esquivar carruajes o
pasar entre los grandes tumultos de gente, no es que odiara a la
gente pero era de la idea de que los grandes vestidos que vestían
algunas mujeres eran demasiado estorbosos incluso para quien
intentase pasar a su lado.
Lejos
de la ciudad, llegó a un gran campo, su lugar preferido para buscar
insectos, siempre llevaba consigo una pequeña caja de cartón, en
donde capturaba los que llamaban su atención o debía estudiar,
después los regresaba, no podía conservarlos en casa ya que su
madre podría matarlos en cualquier momento, además de que estaba
consciente de que el lugar al que pertenecían era de donde los había
tomado.
Observó
cuidadosamente a un escarabajo, se acercó con cuidado de no hacer
ruido y con voz baja dijo.
-Ya...
te tengo-
Así,
lo metió en su caja y sonriente buscó un lugar para sentarse.
Además
de llevar siempre su caja de cartón, también llevaba un pequeño
morral que contenía hojas de papel, un frasco de tinta y una pluma.
Siempre observaba a los insectos que capturaba por horas, los
dibujaba cuidadosamente y comenzaba a hacer anotaciones, un solo
insecto podía tomarle todo el día, Pasar hambre nunca fue un
problema, cuando eso sucedía sacaba una fruta de su morral, ya sea
una manzana, naranja o lo que fuera, incluso hasta pedazos de pan, no
estaba dispuesto a regresar a casa solo para comer, sería un
desperdicio de tiempo.
Amaba
lo que hacia, y siempre que tenía algo nuevo corría con su profesor
para mostrarle sus anotaciones y dibujos y este siempre reconocía su
arduo trabajo y entrega hacia la materia.
Ese
día estuvo ahí hasta el atardecer, cuando terminó de escribir la
última palabra sonrió, dejó en libertad a aquel insecto y guardó
sus hojas con cuidado.
Miro
al cielo y contemplo las estrellas.
-Supongo
que debe ser tarde, cerca de media noche tal vez, mejor regreso antes
de que mi madre se de cuenta de que no he llegado-
Miró
de reojo el camino de regreso, suspiró profundo, estuvo a punto de
dar el primer paso pero algo lo detuvo, un presentimiento, algo lo
llamaba a detenerse, sin si quiera imaginar en sentir miedo miró
hacia atrás, nunca había ido hacia allá, mucha gente decía que
era peligroso y por ende lo tenía prohibido totalmente, su madre
confiaba en que no rompería su promesa de ir tan lejos, pero ya no
era un niño, y realmente tenía curiosidad por saber que había más
allá,
-¿Y
si encuentro especies nuevas más allá?-
Se
preguntó con ilusión.
Quería
ir, podía sentir como todo su cuerpo anhelaba dar un paso hacia
adelante, como si algo lo llamara, era una fuerza extraña, más allá
de una simple curiosidad, era algo más. Fue entonces cuando intentó
recordar el por qué la gente decía que ese lugar era peligroso.
Una
brisa helada acarició su rostro en ese instante, tragó saliva con
dificultad y comenzó a vacilar, entonces recordó que tenía que
volver a casa y sin más, tan solo echando un último vistazo
retrocedió y emprendió su camino de regreso.
Llegó
a su casa y cerró cuidadosamente la puerta, no quería despertar a
nadie. Subió las escaleras y llegó a su habitación, se quitó la
ropa y se puso la pijama, apagó la vela que iluminaba su habitación
y se recostó sobre la cama, se cubrió con una cobija y cerró sus
ojos.
De
pronto, estaba en otro lugar, miró a su alrededor.
-¿En
donde estoy?-
Se
dijo mientras trataba de distinguir bien, había muy poca luz, un
aroma extraño, como incienso, miró hacia abajo y se sorprendió al
verse con los zapatos puestos pisando la tierra.
-¿Pero
que...-
Se
preguntó al mismo tiempo que se percataba de su vestimenta, era
justo lo mismo que llevaba puesto hace unos momentos, su camisa, su
chaleco café y su pantalón.
-¿Qué
haces aquí?-
Escuchó
una voz, nunca antes la había escuchado, estaba seguro de que
pertenecía a un chico pero no estaba seguro, no era del todo clara,
miró a su alrededor pero no había nadie.
-¿Quien
eres y que haces aquí?-
Se
volvió a escuchar pero aún así Yuto no lograba ver a nadie.
-Disculpa...
¿En donde estoy? ¿Quien eres? ¿En dónde estas?-
Preguntó
al aire mientras se giraba para tratar de ver a su alrededor.
-No
deberías estar aquí-
Dijo
esa voz nuevamente.
-¿Eh?
¿Por qué? Ni siquiera sé como llegue aquí, ¿Por que no puedo
verte?-
Insistió
Yuto.
-No
me ves porque tu mente y corazón no están abiertos, por eso no
debes estar aquí, este no es un lugar para ti así que no te atrevas
a venir-
Respondió
aquella voz, todo era muy confuso, estaba seguro de que escuchaba con
claridad lo que decía pero por más que miraba no era capaz de ver a
nadie.
-¿Venir?
Pero ya estoy aquí-
Dijo
Yuto aún más confundido, después se escuchaban pasos, como si esa
persona que hablaba se estuviese moviendo, caminando muy cerca de él
pero aún así era incapaz de verle.
-En
realidad no estas aquí, abre los ojos-
Estaba
aún más confundido que antes, estaba seguro de que tenía los ojos
abiertos.
-Anda,
abre los ojos, ahora... ¡Abre los ojos Yuto!-
-¿Como
sabes mi nombre?-
Preguntó
y fue entonces cuanto todo desapareció.
Lentamente
abrió los ojos y observó el blanco techo de su habitación, poco a
poco se acostumbraba a la luz que entraba por su ventana, ya era de
día y al parecer había dormido de más puesto que ya había
suficiente ruido en las calles.
Con
un pesado suspiro se reincorporo sobre la cama y sintió que su
cabeza le dolía, ¿Acaso había dormido demasiado?
De
pronto alguien toco a la puerta.
-Adelante-
Era
su madre quien entró con un semblante de preocupación.
-¿Que
haces todavía en casa? Me extraña que no hayas salido como de
costumbre-
-¿Que
hora es?-
-Es
medio día-
Esto
lo alarmo, nunca antes había dormido tanto así que salió
rápidamente de la cama.
-¿Te
sientes bien?-
Le
preguntó su madre.
-Estoy
bien, creo que anoche regresé muy tarde y por eso he dormido de más-
-Ya
veo, ¿Hoy verás al profesor?-
-No,
mañana, hoy solo iré al campo-
-Bueno,
entonces desayuna algo antes de irte, ya ordené que te sirvieran
algo así que en cuanto estés listo baja-
Dicho
esto, su madre salió de la habitación.
Después
de un rato llegó al comedor y tomo asiento, su madre le hacia
compañía.
-¿Cuanto
tiempo más vas a seguir con lo mismo Yuto? Te la vives en el campo
solo observando insectos, tienes que pensar en tu futuro y dejar ese
tema de los insectos a un lado para cuando estés con una chica-
Dijo
su madre. Era inútil intentar discutir con ella al respecto, el
tiempo y la experiencia le habían enseñado que entre menos pudieran
discutir mejor, así que solo asintió con la cabeza y continuó con
su desayuno.
Tras
quedar en silencio, volvió a sentirse extraño, recordando el sueño
que había tenido, aunque dudaba que lo fuera, había sido algo
demasiado real, incluso la voz de aquel joven aún resonaba en su
cabeza y fue así como recordó su curiosidad por ir más allá,
quería saber porque la gente decía que era peligroso y quería
preguntárselo a su madre, claro, sin dar a notar su curiosidad por
explorar esos rumbos.
-Madre,
he escuchado que la gente dice que ir más allá del campo, casi en
las profundidades del bosque hay algo peligroso, ¿Acaso hay animales
salvajes?-
Su
madre tomó un poco de té y dejó su elegante taza de porcelana
sobre la mesa.
-No
hay nada ahí Yuto, solo delincuentes, gente que roba y mata a quien
se acerque ahí, se dice que quienes han entrado no han salido jamás,
incluso soldados han entrado con armas pero ha sido inútil, se
desconoce que hay ahí por eso es peligroso-
-Vaya,
eso suena... muy peligroso-
Comentó
torpemente.
-Es
por eso que jamás debes acercarte, te permito ir al campo porque tu
mismo me has prometido no alejarte más y en verdad confío en que no
lo harás-
-Por
supuesto, no tengo interés en ir, solo pregunte para tener un tema
de conversación, eso es todo-
Dijo
rápidamente.
Al
salir de su casa se topo con lo que siempre intentaba evitar, gente,
mucha gente caminando de aquí para allá, presumiendo, riéndose, y
sobre todo, carruajes, desagradables carruajes haciendo más ruido.
Respiró
profundo, no tenía más opción así que comenzó con su camino,
intentando no rozar con algún elegante vestido, ya había sido
regañado muchas veces por “ensuciar” algunos cuando solo había
pasado cerca de alguna dama.
Cuando
al fin estuvo en el campo se sentó debajo de un árbol, cerró los
ojos y disfruto del silencio, la cálida brisa y olor a pasto.
Por
un momento se olvidó de todo, de los insectos, de su madre, de su
profesor, absolutamente todo excepto una sola cosa, aquel sueño.
-¿Que
habrá sido todo eso?-
Se
pregunto mientras abría los ojos y se giraba para ver hacia atrás,
hacia aquel camino prohibido. De inmediato sacudió su cabeza y se
enderezó, mirando de nuevo hacia el frente. No podía si quiera
seguir pensando en ello, estaba mal, su madre se lo había dicho
claramente, confiaba en él y en que nunca se atrevería a ir hacia
aquel lugar, no podía traicionar esas palabras, sin embargo sabía
que tenía mucha curiosidad, tal vez demasiada para su gusto, ¿Cómo
ignorar semejante sentimiento?
Entonces
trató de pensar un poco, ¿Como era posible que todos estuviesen tan
seguros de que había gente mala en aquel lugar? ¿Y si no era
cierto? Había una pequeña posibilidad de que todo fuesen solo
suposiciones que la gente había inventado, ¿Pero entonces como
explicar las desapariciones?
Tal
vez, y solo tal vez, aquellos soldados habían decidido escapar, irse
a otro lado aparentando ir a investigar y que tal vez la gente que
había entrado ahí por curiosidad solo hubiese seguido su camino
hacia un lugar más lejano para cambiar de vida. Claro, todo esto
eran solo meras suposiciones que podía hacerse, y tal vez no eran
del todo descabelladas.
¿Que
pasaría si se atrevía a ir mas allá? Aquello lo emocionaba y al
mismo tiempo lo asustaba, después de todo la incertidumbre de no
saber que había en aquel lugar era lo que le aterraba de algún
modo, pero al mismo tiempo la curiosidad era un poco más grande,
entonces ¿Que hacer?
De
nueva cuenta miró fijamente hacia aquel camino, podía sentirlo, ese
espíritu de aventura que lo invadía por completo, queriendo ir más
allá.
Temeroso,
dio un paso hacia adelante, se detuvo unos cuantos segundos, o tal
vez fueron minutos, hasta que pudo dar un segundo paso. Estaba
experimentando una extraña combinación de nerviosismo y emoción,
podía sentir la adrenalina recorriendo su cuerpo. A pesar de no
estar del todo convencido, dio un tercer paso seguido de un cuarto y
así continuo avanzando, no tenía intensión de mirar atrás, sabía
que si lo hacia iba a arrepentirse y entonces jamás volvería a
intentarlo, este era el momento.
Podía
sentir una helada brisa acariciar su rosto, cosa extraña a plena luz
del día, todo parecía indicar que nada podía detenerlo ahora, al
menos hasta que una voz familiar lo llamó,
-¡Yuto!
¿Que haces?-
Se
detuvo en seco, su garganta se secó y lentamente se giró, era su
profesor.
-Ah...
nada solo... busco algo-
Mintió,
pudo sentir la mirada de incredulidad del adulto y esperó
fervientemente no ser descubierto.
-¿Ah
si? Por un instante pensé que irías más allá-
-¡Para
nada! En verdad solo estaba buscando algo... nada en especial-
Dijo
de inmediato mientras sonreía con cierto nerviosismo.
-Esta
bien, te conozco y sé que no harías algo tan estúpido como ir más
allá, te creo, ahora, ¿Quieres venir conmigo? Hay algo que quiero
mostrarte-
-Claro-
Respondió
Yuto sin más alternativa, era extraño pero sentía que por alguna
razón su profesor había llegado en el momento justo, aunque parecía
algo absurdo y difícil de creer aún le seguía pareciendo algo
fuera de lo común.
Así,
por toda la tarde su mente estuvo ocupada en otras cosas,
investigaciones, insectos y más insectos, no hubo más, tuvo tiempo
de olvidarse de esa descabellada idea de ir hacia aquel lugar, lo
olvidó todo, hasta que anocheció y tuvo que regresar a casa.
-Hasta
luego profesor, fue una tarde verdaderamente interesante-
Dijo
Yuto con una amplia sonrisa.
-Lo
mismo digo, me has compartido tantas cosas realmente interesantes,
cada día me convenzo de que fue una buena idea haber ido al campo
para ver si estabas-
-Nos
veremos la próxima semana entonces-
Se
despidió Yuto y salió de la casa del profesor. Ya debía ser
bastante tarde, ya no había gente en las calles, todo estaba tan
solitario y a la vez tan cómodo para él, podía caminar
tranquilamente.
Por
un instante estaba decidido a ir directamente a casa, eso era lo que
debía hacer después de todo puesto que ya era tarde, pero se detuvo
a mitad del camino y miró hacia lo lejos, hacia el camino que
llevaba al campo.
-Es
una tontería-
Se
dijo mientras sacudía la cabeza. Pensó, y estaba seguro de que era
lo correcto, en volver a casa, pero esa curiosidad regreso e invadió
su mente una vez más, estaba tomando el control sobre su cuerpo
nuevamente y honestamente no estaba oponiendo resistencia alguna.
Esta
vez ya no fue con la misma lentitud que esa tarde, fue con pasos
seguros y decididos, ¿Qué podría pasar? Eso poco le importaba
ahora, solo quería aventurarse e ir hacia aquel lugar, ver con sus
propios ojos que no era un lugar terrible, o si lo era estar seguro
para volver y decirle a todos la verdad, aunque claramente odiaba la
idea de ser una especie de héroe que va hacia la aventura, que más
daba el motivo, quería hacerlo por el placer de satisfacer su propia
curiosidad, solo eso, así de simple, y eso iba a hacer, así que sin
más, continuo con su camino, esta vez asegurándose de no ser visto
por nadie, de no ser interrumpido por nadie, tenía que ser discreto
y ágil, aunque por la hora que era tal vez nadie se daría cuenta,
estaba seguro de que volvería antes del amanecer para que su madre
no sospechara nada.
Así,
su caminó comenzó, no tenía intensión de arrepentirse, de
detenerse, al contrario, algo le decía que debía seguir adelante,
seguir caminando, lo que encontraría ahí con seguridad era algo que
jamás se hubiese esperado.
Justo
en el limite se detuvo, respiro profundo al mismo tiempo que cerraba
los ojos, después los abrió, estaba ya tan cerca de saber que se
ocultaba ahí. De nueva cuenta sintió una helada brisa, esta vez más
escalofriante y sin embargo era como si lo estuviese invitando a
continuar, a entrar en aquel territorio desconocido.
¿Que
podía perder? Nada, solo tenía que continuar, y eso hizo.
Curioso
miraba a su alrededor, todo era en extremo normal, no había
criaturas extrañas, ni siquiera estaba convencido de que hubiese
gente por ahí, si es que era cierto que había gente que mataba y
robaba seguramente deberían estar acechándolo desde lo alto de
algún árbol, escondidos entre los arbustos tal vez, pero nada, no
había ningún ruido, nada que le dijera que estaba siendo observado
ni vigilado, además no llevaba nada de valor consigo así que si de
casualidad llegaba algún ladrón no tendría nada que quitarle.
De
pronto escuchó música, risas, aplausos, todo a lo lejos, no estaba
seguro de que podría tratarse, había una combinación de ruidos
bastante peculiar, algunas carcajadas demasiado extrañas, como si
estuvieran locos o locas.
Bueno,
si había gente ahí divirtiéndose entonces no podía pasar nada
malo, así que continuo caminando, tratando de seguir aquellos
sonidos, entre más caminaba más fuerte se escuchaban, cada vez más
fuerte hasta que de pronto pudo ver algo de luz.
Aquello
lo hizo sonreír, estaba ya tan cerca de encontrar algo que incluso
aceleró el paso, fue entonces cuando lo vio, era algo increíble,
sin embargo, lejos de sentir miedo estaba curioso, ¿Que era todo
aquello?
Frente
a él tenía una gran carpa, la más grande que jamás hubiese
imaginado, estaba seguro que tenía el tamaño de un palacio o tal
vez más, a su alrededor había antorchas, grandes y majestuosas,
lanzando fuego para iluminarlo todo a su alrededor, la música al
parecer provenía del interior de aquella carpa, guitarra, flautas,
violines y demás instrumentos sonaban alegremente al compás de
risas y aplausos, podía ver alrededor jaulas vacías, no estaba muy
seguro pero tal vez y eso era un circo.
¿Como
era posible que la gente le tuviese tanto miedo a un circo? Era algo
totalmente absurdo, increíble, o bueno, tal vez ni siquiera sabían
que había un circo ahí.
Más
tranquilo y seguro de que no se trataba de nada peligroso, decidió
seguir avanzando, todo lucía bastante normal, rodeo aquella carpa
hasta que encontró lo que parecía ser la entrada y no dudó en
echar un vistazo antes de decidirse a entrar, fue ahí donde todo
cambio.
Lo
que vio fue tan asombroso que ni siquiera podía creerlo, la gente...
no era normal... eran sombras, solo eso, sombras que reían y
aplaudían ante lo que tenían en frente, miró hacia el escenario y
había lo que parecía ser un payaso haciendo malabares mientras unos
instrumentos, como si por arte de magia fuese, se movían solos y
dejaban salir aquellos sonidos.
¿Acaso
todo eso era real? ¿No estaba soñando? Se talló los ojos, a lo
mejor y ya estaba viendo todo mal, pero después de escuchar como la
música repentinamente se detenía regresó su mirada hacia el
interior, las risas se habían detenido, por un momento imagino que
tal vez lo habían descubierto pero no fue así, el siguiente acto
estaba por comenzar y miró curioso al escenario una vez más.
Lo
que estaba por comenzar al parecer tenía al público muy atento,
como si ya supieran de que se trataba, lo cual intrigaba a Yuto mucho
más.
Así,
un chico apareció en el escenario, llevaba consigo una especie de
bastón muy largo, miró como se reverenciaba ante el público y este
aplaudía, aún trataba de creer que estaba viendo algo mal y que eso
no eran solo sombras.
De
pronto un violín comenzó a sonar, aquel chico, el cual observó
detenidamente y al parecer lucía tan normal como él, se acercaba a
una escalera, era tan alta que no sabia si en algún momento iba a
terminar de subir, en la cima lo esperaba solo una cuerda que llegaba
hacia el otro extremo, es decir, era una cuerda floja.
Por
alguna razón se sintió intrigado, aquel joven lucía tan tranquilo,
no era posible lucir así a semejante altura, no era normal, al menos
no para el, pero pensando en que era alguien que se dedicaba a esto
todos los días entonces para él no debía haber problema, aún así
no dejaba de ser arriesgado, peligroso, ni siquiera había algo que
lo protegiera en caso de caer, el suelo estaba limpio, al menos
debería haber una red o algo pero no, no había nada, lo que quería
decir que si aquel joven caía, con seguridad moriría, aunque bueno,
después de echarle otro vistazo al público comenzó a dudar de esa
posibilidad.
Cuando
al fin aquel joven llego a la cima, observó como respiraba
profundamente y sin más comenzaba a caminar por aquella delgada
cuerda, usando aquel largo bastón para mantener el equilibrio, debía
ser algo que requería mucha concentración, no se escuchaba ruido
alguno, a comparación de hace unos momentos, el público estaba
atento y en silencio, lo único que se dejaba escuchar perfectamente
era el sonido de aquel violín, el cual había cambiado su ritmo en
cuanto el joven comenzó a caminar por la cuerda.
Pudo
sentir como su respiración era más lenta y se le oprimía el pecho,
no deseaba ver la caída de ese joven así que en verdad esperaba que
llegase sano y salvo al otro extremo.
Los
minutos parecían eternos, como si fueran horas las cuales estaban
llenas de angustia, hasta que al fin, victorioso, el joven llegó al
otro extremo. De inmediato se hicieron sonar estruendosos aplausos e
incluso Yuto también aplaudía, al fin podía respirar con más
tranquilidad,
De
inmediato otro acto comenzó y el joven desapareció en una nube de
humo, sin necesidad de bajar al escenario nuevamente, era algo
fascinante, increíble, único.
-¿Que
haces aquí?-
Escucho
a su espalda y asustado se giró, podría ser que ahora se estuviese
metiendo en un problema por observar el espectáculo gratis, pero
todo cambio al ver que la persona quien estaba ahora frente a él era
aquel joven de hace un momento, el de la cuerda floja.
Antes
de responder lo observó detenidamente, intentando comprobar que era
un ser humano y no una sombra como parecía ser la gente que estaba
ahí dentro, si a eso se le pudiese llamar gente.
-Te
hice una pregunta, ¿Que haces aquí? ¿No piensas responder?-
Hablo
de nuevo, esta vez hubo algo que llamó su atención, estaba seguro
de que esa voz ya la conocía pero no podía recordar en donde la
había escuchado antes.
-Ah...
lo siento, yo solo llegue sin querer y observaba un poco...-
Respondió
con cierto nerviosismo.
-No
tienes por qué estar aquí, este no es lugar para alguien como tú,
¿Por que te has atrevido a venir a pesar de mi advertencia?-
Preguntó
aquel chico.
-¿Eh?
¿Advertencia?-
Yuto
estaba confundido.
-¿Tan
pronto lo olvidaste? Bueno, no importa, mejor, hazme caso ahora y
vete, no tienes nada que hacer aquí, tienes que irte antes de que se
den cuenta de tu presencia-
Le
dijo aquel joven con seriedad.
-¿Eh?
¿Quienes? ¿Por qué?-
-Ellos,
no tienes que dejar que te vean, ahora vete-
Dicho
eso, aquel chico tomó a Yuto del brazo y comenzó a llevárselo
lejos, justo por el camino por el cual había llegado.
-Espera...
¿Por qué? ¿Quien eres tu y por qué dices todo eso?-
Justo
antes de llegar a los limites del bosque, el joven se detuvo.
-Es
peligroso, tienes que irte, creí que con advertirte en tus sueños
sería suficiente, no puedo creer que hayas hecho todo lo contrario,
yo que te creía una persona que sabía razonar.... ¡No te atrevas a
regresar! ¿Entendiste?-
-Espera
un momento... tu... ¿me conoces?-
Preguntó
Yuto, estaba más confundido que antes.
-Eso
no importa, tienes que irte-
-¿Y
si me niego?-
Aquel
joven parecía querer guardar la calma, Yuto observaba fijamente y
entonces recordó.
-Tu
voz... tu fuiste quien estaba en mi sueño... ¿verdad?-
No
hubo respuesta.
-¿Por
qué? ¿Como puedes hacer eso? ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué yo?-
Preguntó
Yuto con voz suave.
-No
importa, tienes que irte-
-¿Como
te llamas?-
Insistió
Yuto, no quería irse así sin más.
-Ya...
Yamada-
Respondió
el chico desviando la mirada.
-¿Y
tu nombre?-
-Ryosuke-
Yuto
sonrió.
-Mucho
gusto, mi nombre es-
-Ya
se cual es tu nombre-
Lo
interrumpió Ryosuke.
-¿Como
lo sabes?-
-No
hay tiempo, por favor, tienes que irte-
Esta
vez en su voz había suplica, Yuto intentaba comprender pero parecía
complicado.
-Esta
bien, pero volveré-
-¡No!
¡No puedes volver! Si lo haces...-
Ryosuke
se detuvo y no completó su frase.
-¿Si
vuelvo que?-
Preguntó
Yuto curioso.
-No
puedo decírtelo ahora, si te vas directo a casa y duermes... tal vez
pueda encontrarme contigo-
Las
palabras de Yamada lo confundieron y no pudo evitar el preguntar.
-¿Te
refieres a... vernos en mi sueño?-
-Vete-
Le
dijo una vez más Ryosuke mientras lo empujaba con fuerza hacia
adelante.
Sin
más opción, lo miró por última vez y decidió regresar a casa,
dio tan solo unos cuantos pasos, después se giró para mirar atrás
y se sorprendió bastante, Yamada ya no estaba ahí.
Sacudió
su cabeza y tan solo continuó con su camino, al parecer en verdad
necesitaba dormir, y ahora tenía una razón para hacerlo, esperaba
que las palabras de aquel chico fuesen ciertas.
Silenciosamente
entró en su casa, caminó hasta estar en su habitación, no podía
esperar más, tal vez era una locura, pero estaba seguro de lo que
había visto y ahora ya nada parecía que lo sorprendería, así que
se apresuro para dormir, lo cual fue complicado puesto que no tenía
sueño, no después de haber visto todo aquello. ¿Que había sido
todo eso? ¿En verdad eran solo sombras o alguna especie de
espíritus?
Bueno,
eso tal vez lo descubriría al dormir, al menos eso quería seguir
creyendo así que al estar recostado sobre su suave cama, cerró con
fuerza sus ojos y se concentró en lograr dormir, solo eso.
No
tardo mucho en lograrlo, de nuevo se repitió el mismo escenario que
el sueño pasado, pero esta vez si logró ver a aquel chico, Yamada.
-¿En
verdad estoy soñando todo esto?-
Le
preguntó al chico castaño que tenía enfrente.
-Si,
tu cuerpo se encuentra en tu habitación-
Respondió
Yamada con frialdad.
-¿Que
fue todo aquello?-
Preguntó
Yuto confundido.
-¿Tu
que te imaginas que es?-
-Bueno...
a simple vista es un... es un... circo... pero lo que había ahí
dentro es algo que jamás había visto antes... ¿Que clase de
público es ese?-
Yuto
observó como Ryosuke desviaba la mirada y respiraba profundo.
-Son
gente-
-¡Eso
no puede ser! Conozco perfectamente a la gente y estoy seguro de que
eso no eran personas-
-Es
la gente que ha sido encerrada en esa carpa y que al olvidalo todo,
su nombre, su familia, su propia existencia, se han convertido en
eso, su presencia es lo que mantiene al circo con vida-
Respondió
Ryosuke con seriedad.
-¿Con
vida? ¿A que te refieres?-
-No
voy a decirte más, solo te advertiré una cosa. No vuelvas a ese
lugar, si lo haces terminarás como ellos y jamás podrás salir de
ahí, si ellos te ven no te dejaran escapar por eso tienes que
prometer que jamás volverás-
Ante
las palabras de Yamada se confundió y no pudo evitar el preguntar.
-¿Por
qué me adviertes todo eso? Si eres capaz de hacerlo ¿Por que no le
advertiste a toda esa gente que ha entrado ahí y que han quedado
atrapados para siempre convertidos en simples sombras?-
Reclamó
Yuto con cierto enojo.
-Lo
intenté, no tienes idea de cuantas veces lo he intentado, tu no eres
la primera persona que le digo que se aleje pero jamás hacen caso,
la curiosidad es el peor defecto de los seres humanos y siempre
termina por orillarlos a su propia destrucción-
Yuto
no supo que decir, sentía que podía confiar en las palabras de
Yamada.
-Sé
que tú tienes mucha curiosidad de saber que hay ahí, puedo sentir
que no estas conforme con lo que has visto pero te puedo asegurar que
no va a gustarte-
-¿Cómo
sabes eso? No es posible que yo termine como esas sobras... ¿o si?-
Yuto
quería insistir, ya había visto un poco de aquello y evidentemente
quería saber más.
-¡Eres
tú el que no sabe lo que esta diciendo!-
Gritó
Yamada.
-Si
regreso será bajo mi propio riesgo y responsabilidad ¿no es así?-
Dijo
Yuto con tranquilidad.
-Esta
bien, ahora sé que me he equivocado contigo, no eres como yo lo
imaginé, a fin de cuentas eres igual que todos los demás... he
intentado detenerte pero no quieres hacerme caso, bien, será como tu
quieras-
Yuto
pudo percibir la decepción en la voz de Yamada, al mismo tiempo de
que pudo ver tristeza en sus ojos.
No
tuvo tiempo de decir nada, justo cuando iba a hacerlo todo se volvió
totalmente obscuro y sin más, despertó.
Exaltado
miró a su alrededor, efectivamente estaba en su habitación y ya era
de día, quería salir, deseaba salir corriendo hacia aquel lugar y
buscar respuestas pero sobre todo, ver a Yamada, esa mirada, con tan
solo recordarla le provocaba una punzada en el pecho, era extraño
pero quería aclarar que él no era como pensaba, que no era como
todos los demás y la única forma de hacerlo era regresando ahí.
Pero
no iba a ser fácil, justo al bajar a desayunar su madre estaba ahí,
pudo notar como le ordenaba a una criada entregar una carta.
-Buenos
días-
Saludó
con voz débil mientras tomaba asiento en el comedor, de inmediato le
sirvieron el desayuno.
-Buenos
días-
Le
respondió su madre.
-¿Ocurre
algo malo?-
Preguntó
Yuto con curiosidad.
-No,
al contrario, hemos sido invitados a una comida elegante, así que
por favor hoy quedate en casa y arreglate como es debido que irás
conmigo-
-¿Eh?
Pero no quiero, a mi no me gustan esas cosas-
Replicó
rápidamente.
-No
te estoy preguntando si te gusta o no, irás conmigo y así será-
No
hubo más que decir, no había más que replicar, la orden estaba
dada y no podía decir nada en contra, solo hacer lo que ella
decía... se sentía mal pero así eran las cosas.
Esa
tarde fue difícil de soportar, era la típica comida con gente rica
que no hablaba más que de sus lujos sin sentido, al menos para Yuto
así era. Quería irse, pero no podía, su madre lo observaba
fijamente cuando tenía intensión de escapar, oprimiendo así sus
intensiones y así solo lo forzaba a quedarse quieto.
Sabía
bien las intensiones de su madre, era evidente que quería
presentarlo con diferentes jovencitas solo con la finalidad de
encontrar a “la adecuada” pero eso no iba a funcionar ya que a
Yuto ni siquiera le interesaba aquello.
Después
de largas e interminables horas de sonreír, o más bien fingir una
sonrisa, todo terminó, ya era tarde por supuesto, siempre esas
comidas terminaban siendo también cenas, en verdad solo deseaba
escapar de ese lugar y bueno, agradeció el hecho de que su madre ya
se sintiese cansada y con deseos de volver a casa.
-Voy
a salir un momento-
Dijo
Yuto una vez estando de regreso en casa.
-¿A
donde irás? Ya es de noche-
-Lo
sé, pero necesito hacer algo, volveré en un rato, lo prometo-
-Esta
bien-
Dijo
su madre con cierto tono de indiferencia, en verdad a ella le daba
igual en estos momentos a donde fuera su hijo, estaba cansada y solo
quería dormir, lo cual favoreció a Yuto puesto que al lugar al que
se dirigía estaba totalmente prohibido.
Sin
esperar más salió de su casa a paso veloz, esta vez ni siquiera se
dio el tiempo de disfrutar del camino, solo quería llegar a aquella
carpa, a aquel circo y saber que más escondía, deseaba saber todos
los secretos que Yamada guardaba, sentía que era algo mucho más
fuerte que una simple curiosidad, y si eso le iba a dar como
resultado su propia destrucción en ese momento no importaba.
De
nueva cuenta estaba ahí, en el limite del camino, un paso más y
estaría dentro de lo prohibido, lo cual lo hacía aún más
interesante, no iba a retroceder así que con más valor solo
continuo, esta vez sus pasos eran sigilosos, Yamada le había
mencionado algo importante.
“-...
No vuelvas a ese lugar, si lo haces terminarás como ellos y jamás
podrás salir de ahí, si ellos te ven no te dejaran escapar por eso
tienes que prometer que jamás volverás-”
No sabía bien de quien debía
cuidarse, eso no se lo había explicado pero estaba seguro de que si
alguien, a excepción de Yamada, lo veía, estaría en problemas y
tal vez terminaría atrapado ahí para siempre.
Se
estaba acercando a aquella carpa, lo sabía, podía ver la luz de las
llamas a lo lejos y escuchar de nuevo aquella música, esta vez
decidió ocultarse un rato detrás de unos arbustos, tenía que
buscar la manera de llegar a Yamada sin ser visto.
Desde
su escondite podía observar de nuevo aquellas jaulas vacías, ¿Acaso
tenían animales ahí?
¿Que
clase de animales podían ser? Trato de pensarlo, de imaginarlo por
un instante y fue aterrador, tal vez eran bestias horribles, un
escalofrío recorrió su espalda y trato de pensar en otra cosa.
Continuo
vigilando, todo era en apariencia, normal, no parecía haber alguien
vigilando o merodeando en busca de algún intruso, tal vez era su
oportunidad de escabullirse, y eso hizo.
Caminaba
lentamente, escondiéndose detrás de aquellas jaulas o de cualquier
cosa que le sirviera para ocultarse, pero algo andaba mal, era
demasiado extraño que no hubiese alguien vigilando o merodeando, sin
embargo no iba a confiarse.
Después
de un rato de escabullirse logró ver una pequeña entrada, tal vez
podía ser la entrada trasera de aquella carpa, estaba decidido a
entrar por ahí, miró a su alrededor, debía ser cuidadoso puesto
que estaba demasiado cerca, se ocultó detrás de un gran árbol y
decidió observar un poco, al parecer si había alguien, podía
escuchar muchas voces y pasos, mucho movimiento.
Asomó
un poco la cabeza para lograr ver, al parecer era toda la gente que
“trabajaba” en aquel circo, ahí estaban los payasos, algunos
acróbatas y malabaristas, lo sorprendente es que no eran sombras,
estaba casi seguro de que eran humanos, tal y como Yamada podía
serlo, no estaba seguro al cien por ciento puesto que un ser humano
“normal” no tiene la habilidad de meterse a los sueños de las
demás personas, pero al menos era mucho mejor que aquellas
escalofriantes sombras.
De
pronto todo estuvo despejado, al parecer habían salido al escenario,
era su oportunidad de entrar, pero solo dio un paso hacia el frente
cuando sintió como alguien lo tomaba por atrás, cubriéndole la
boca y jalándolo hacia atrás.
Se
asustó, había sido visto, ¿Ahora que pasaría?
Intentó
calmarse y en cuestión de segundos esa persona lo giro, gran
sorpresa se llevó al ver quien era, pudo sentir como todo su cuerpo
se relajaba en un instante y casi gritaba de alivio, pero se contuvo.
-¿Que
haces aquí de nuevo? Creí haber sido lo suficientemente claro al
decirte que no volvieras-
Yamada
lucía enfadado, pero también asustado, Yuto podía verlo tan
claramente que se sintió avergonzado, torpe.
-Yo...
tenía que volver-
-¿Para
qué?-
Le
dijo Yamada rápidamente con voz furiosa, poco le faltaba para
gritar, pero al parecer se estaba conteniendo.
-Pues...
no podía quedarme tranquilo, después de lo que he visto es normal
que desee saber que hay detrás de todo esto-
La
voz de Yuto fue firme, estaba decidido a escuchar una respuesta.
-Creí
que mientras estudiaras a tus insectos serías feliz, no imagine que
fueses una persona tan curiosa y obstinada... -
Ante
las palabras de Yamada no hizo más que hacerse más preguntas, pero
no articulo ninguna de ellas.
-Parece
que sabes más de mí de lo que yo imaginaba, eso no es justo, en ese
caso yo merezco saber de ti también-
-Es
diferente, tu eres una persona normal, con una vida tranquila y sin
maldiciones-
Con
esto ultimo Yamada cubrió su boca, al parecer había hablado de más.
-¿Dijiste
maldición? Explicate-
Yamada
miró el rostro de Yuto, esa mirada estaba tan llena de decisión,
sabía que ahora no podía tratar de evadirlo.
-De
acuerdo, pero aquí no, sígueme-
Dicho
esto Yamada dio media vuelta y comenzó a caminar lejos de la carpa,
adentrándose más en el bosque.
Caminaron
y caminaron, por un instante Yuto temió que estuviesen perdidos,
pero no fue así.
-¿A
donde vamos?-
Preguntó
tímido.
-Ya
falta poco-
Respondió
Yamada mientras continuaba al frente sin mirar atrás, sin querer la
curiosidad de Yuto iba en aumento.
De
pronto, se detuvieron, Yuto no tenía ni la más mínima idea de en
donde se encontraban, pero confiaba en que tal vez Yamada lo llevase
de regreso después.
-¿Por
qué me trajiste tan lejos?-
Preguntó
con curiosidad, esperó a que Yamada se girase para verlo a la cara
pero no fue así.
-Lo
siento, quería estar lejos, no quiero arriesgarme a que alguien te
vea-
-¿Por
qué?-
Insistió.
-Dijiste
que no estarías tranquilo hasta saber la verdad, así que he
decidido contarte todo, pero antes, debes prometer que en cuanto lo
sepas no volverás ¿Entendido?-
Esta
condición no le parecía justa, más sin embargo no le quedaba otra
opción.
-De
acuerdo-
Tras
escuchar la respuesta de Yuto, respiró profundo, se giró
lentamente, levantó la mirada y comenzó a contar.
-Hace
mucho tiempo, todos formamos este circo, uno normal, común y
corriente, nuestro público eran seres humanos normales, todo era
perfecto, eramos como una familia a pesar de que nuestros orígenes
eran diferentes al igual que nuestros pasados, ha pasado tanto tiempo
que ya he olvidado el mio, pero eso no importa ya...-
Hizo
una pequeña pausa para recuperar el aliento.
-Fuimos
de pueblo en pueblo, recorrimos tantos lugares, hasta que llegamos
aquí. Normalmente no tenemos idea del lugar al que llegamos por
primera vez, pero siempre procurábamos no causar molestias, nuestro
deber era simple, traer entretenimiento a las personas a cambio de
dinero para poder vivir, así de simple. Pero no contábamos con que
justo en este lugar hay una maldición y nos acomodamos
tranquilamente.-
-¿Maldición?-
Interrumpió
Yuto.
-Si,
se supone que a todo aquel que pase por este lugar, una terrible
maldición le caerá desde la obscuridad, desconozco el origen y el
por qué, solo sé que ahora estamos sufriendo las consecuencias, ya
que esa noche todo cambió, una sombra apareció frente a nosotros,
nos dijo que ahora jamás podríamos movernos de aquí, que estábamos
condenados, es por eso que cada ser humano que entra a nuestra carpa
termina por convertirse en una sombra, no están muertos pero tampoco
están vivos, es por eso que te dije que no debes permitir que te
vean, porque aunque no entres a la carpa, si uno te ve, quedarás
atrapado en este lugar como ellos-
Escuchó
con tanta atención cada palabra que se quedó mudo, no sabía que
decir, todo le parecía tan increíble que de no ser porque en verdad
lo había visto con sus propios ojos diría que todo era mentira, un
cuento inventado.
-¿Y
cómo es que tu... puedes aparecerte en mis sueños?-
Preguntó
Yuto después de unos largos segundos de silencio.
-No
lo sé, a decir verdad es la primera vez que logro hacerlo,
normalmente solo podía entrar en sus mentes y hablar con la gente
para advertirles, contigo es la primera vez que entro al sueño de
alguien-
-¿Eso
quiere decir que no eres humano?-
-No
lo se...-
Respondió
Yamada con tristeza.
-Hemos
pasado tanto tiempo aquí, sin sentir hambre, sin enfermar, que todo
eso me hace pensar que ya no somos humanos... incluso dudo de que
este vivo... he perdido completamente la noción del tiempo-
Yuto
observó la tristeza en los ojos de Yamada y no pudo evitar el querer
hacer algo.
-Estás
vivo, de eso estoy seguro-
Yamada
observó a Yuto fijamente, confundido.
-No
puedes asegurar algo que no sabes-
-Lo
sé, el hecho de que estés aquí, frente a mi, hablando conmigo,
todo eso me dice que estas vivo, además, puedo tocarte-
Al
terminar de decir esto, Yuto estiró su mano y suavemente tocó con
su dedo indice la mejilla de Yamada, una parte de él temía que su
dedo no tocara nada, como a un fantasma, pero se alegró al ver que
fue todo lo contrario, en verdad pudo tocarlo.
-¿Ves?-
Yamada
observó fijamente a Yuto, se sintió feliz e inevitablemente sonrió.
-Incluso
puedes sonreír, ¿Acaso eso no es estar vivo?-
Se
sintió satisfecho de ver a Yamada sonreír, tanto, que incluso le
sonrió de vuelta. De pronto el semblante de Yamada volvió a ser
serio.
-Ahora
que ya te he contado todo, debes cumplir el trato, te acompañaré de
regreso-
-No
creo poder cumplir con esa parte del trato, después de lo que me has
contado no puedo dejarte aquí, quiero ayudar-
Insistió
Yuto con suplica.
-¡No
hay nada que puedas hacer! Por favor... vete de aquí y no vuelvas,
entiende que no quiero verte transformado en una de esas sombras-
-¿Por
qué? ¿Por qué te preocupas tanto por mi?-
Preguntó
Yuto con mucha curiosidad.
-No
lo entenderías-
Respondió
Yamada desviando la mirada.
-Si
me explicas puedo entender-
Insistió,
en verdad deseaba saber los motivos de Yamada, pero este parecía no
estar dispuesto a decir nada, quiso volver a preguntar pero tuvo una
mejor idea.
-¿Qué
pasaría si sales de aquí?-
Aquella
pregunta lo tomo por sorpresa, nunca había pensado en esa
posibilidad.
-No
lo sé... nunca lo he intentado... pero seguramente es imposible para
mi-
Respondió
con torpeza.
-Si
jamás lo has intentado entonces no puedes estar tan seguro de que es
algo imposible, ven, salgamos de aquí-
Después
de decir estas palabras, Yuto tomó la mano de Yamada, suavemente, y
así comenzó a caminar.
-¿Es
por aquí cierto?-
Preguntó
con una sonrisa mientras continuaba caminando y miraba de reojo hacia
atrás para ver a Yamada, fue en ese momento en el que logró ver su
rostro ligeramente ruborizado, tal vez era su imaginación, después
de todo era de noche.
-Si,
sigue derecho...-
Respondió
Yamada con voz nerviosa, podía sentir la cálida mano de Yuto sobre
la suya, no podía comprender del todo lo que estaba sintiendo, pero
era demasiado agradable.
Después
de un rato llegaron al limite del bosque, Yuto reconoció el camino,
dentro de poco estarían fuera de ese lugar.
-Espera-
Dijo
Yamada con voz temblorosa mientras se detenía precipitadamente y
lograba zafarse del agarre de Yuto.
-¿Qué
pasa?-
-No...
no puedo ir...-
-Claro
que puedes-
-¡No!
¡Esto esta mal!-
Gritó
Yamada con desesperación, pensó en darse media vuelta y regresar lo
más rápido posible, pero su cuerpo no le respondía.
-No
tengas miedo-
Dijo
Yuto con voz suave al mismo tiempo que sonreía. Mientras tanto,
Yamada lo observó fijamente.
-Nada
malo va a pasarte, te lo prometo-
Las
palabras de Yuto lo estaban convenciendo, en verdad quería dar un
paso al frente y salir de aquel bosque, poco a poco ese miedo
desaparecía.
Respiró
profundo y al fin pudo hacerlo.
-¿Ves?
No paso nada malo-
Yamada
miró a su alrededor esperando tal vez que algo pasara, pero nada, el
ambiente continuaba tranquilo.
-Ahora
que has podido salir, ¿Te gustaría venir conmigo a casa?-
-¿Eh?-
-Ven,
te gustará-
Así,
una vez más, Yuto tomó su mano y comenzó a llevárselo, era
extraño, todo estaba demasiado tranquilo, tanto que resultaba
ligeramente aterrador.
Llegaron
a casa de Yuto y entraron sigilosamente, subieron las escaleras y
llegaron a la habitación del menor.
-Listo,
hemos llegado-
Yamada
observaba fijamente a su alrededor.
-Este
lugar es... ¿Tu habitación?-
Yuto
pudo percibir su asombro y perplejidad.
-Así
es, ¿Te gusta?-
Yamada
no respondió, seguía observando a detalle, la cama, el librero, la
ventana, las paredes, aquel cuadro con un bello paisaje colgado cerca
de la cama, sus libros, sus papeles con apuntes sobre el escritorio,
todo, era fascinante, todo lo que Yuto era estaba reflejado en esas
cuatro paredes y por un instante fue maravilloso.
-Ya
había olvidado lo que era estar en una habitación... todo esto sé
que un día yo también lo tuve, pero no puedo recordarlo muy bien-
Yuto
miró con cierta ternura a Ryosuke y no pudo evitar preguntar.
-¿En
verdad no recuerdas cuánto tiempo has estado en ese lugar?-
En
forma de respuesta Yamada solo afirmo con la cabeza al mismo tiempo
que calvaba su mirada en el suelo.
-No
lo se... lo he olvidado... mi vida antes de llegar al circo es
borrosa, solo sé que yo antes... tuve una habitación, incluso más
grande que esta... pero no estoy seguro-
La
mirada de Ryosuke se tornó sombría y triste. Una parte de Yuto se
sintió mal de presenciar aquello así que intentó cambiar el tema
de conversación.
-¿Sabes?
Hoy fui obligado a ir a una cena elegante-
Yamada
observó a Yuto, en la espera de escuchar algo más.
-Y
fue... muy aburrido, no sé, esas cosas no son para mí pero solo voy
porque mi madre me lo ordena, si tuviera que elegir, pasaría todo mi
tiempo en el campo-
-Observando
insectos ¿Cierto?-
-No
sé hacer otra cosa-
Suspiró
Yuto mientras sonreía débilmente.
-Seguramente
tú también crees que es una pérdida de tiempo ¿No?-
-No
creo que lo sea, mientras te guste no tiene porque ser una pérdida
de tiempo, además, tu expresión mientras estás ahí, observándolos
y haciendo tus notas es especial, tus ojos brillan y sonríes, no
creo que sea algo malo que seas feliz haciendo lo que te gusta-
Yuto
sonrió agradecido por aquellas palabras, estuvo a punto de decir una
cosa pero cayó en la cuenta de las palabras de Ryosuke.
-Antes
dijiste algo similar, dime, ¿Cómo es que sabes tanto de mi?-
Avergonzado,
Yamada desvió la mirada, sus piernas flaquearon y sin más se dejó
caer sobre la cama, quedando sentado y aún con la mirada baja.
-Pues...
no quiero que pienses mal de mi... no es mi intención acosarte o
algo parecido, pero... hace tiempo, mientras aprovechaba que todos
dormían, algo me hizo despertar, no sé bien que fue, solo sentí
que debía hacerlo, daba un paseo por los alrededores del bosque y
llegando a los limites te vi, no entiendo porque pero verte ahí,
feliz con lo que hacías me hizo pensar que más allá del bosque aún
quedaba gente que podía sonreír como tú lo hacías, que no tenía
preocupaciones, al menos esa impresión me diste y cuando menos me dí
cuenta te observaba día con día... por eso conozco esa parte de ti,
de alguna forma logré llevar insectos que solo habitan en el bosque
hasta donde tu estabas, deseaba verte sonreír...-
Yuto
se impresionó y sintió sus mejillas arder, aquello resultaba tan
tierno, nunca imagino que alguien pudiese hacer eso solo para hacerlo
feliz, era como si de alguna manera él aceptara su gusto por los
insectos, convirtiéndolo en la primera persona que lo hacía, además
de su profesor, claro. Resultaba ser inesperadamente algo
maravilloso.
-¿Sabes
algo? Siento que entre más hablo contigo... más cercano me siento a
ti... ¿No piensas lo mismo?-
Yamada
levantó tímido la mirada, observó cuidadosamente a Yuto, después
solo asintió con la cabeza. Temía aceptarlo pero era verdad, a cada
instante que pasaba con él sentía que algo los unía cada vez más.
-Pienso
que... tuve que esperar todo este tiempo solo para entrar en aquel
bosque y conocerte, es extraño... los dos somos hombres y aún
así... quiero estar contigo-
Dijo
Yuto, sus mejillas estaban totalmente enrojecidas.
-No...
no digas tonterías, no puedes estar con alguien que ya no existe,
como yo...-
Respondió
Ryosuke con precipitación.
-Mientes,
claro que existes, si no fuese así simplemente no estarías aquí,
frente a mi, tan real que hasta puedo tocarte ¿Cuántas veces debo
decírtelo?-
Dicho
esto, Yuto acarició suavemente el rostro de Ryosuke.
Ante
semejante contacto, el mayor pudo sentir un ligero escalofrío
seguido de un fuerte palpitar que provenía de su pecho.
-Yuto...-
Mencionó
su nombre con tanto anhelo, sus ojos brillaban y sus mejillas estaban
completamente sonrojadas.
-¿Si?-
Preguntó,
aún su mano estaba sobre la mejilla de Ryosuke. El mayor cerró sus
ojos y tomó suavemente la mano de Yuto.
-Tu
mano es tan... cálida...-
Sentir
como Ryosuke tomaba su mano hizo que su corazón se detuviera por un
instante para después comenzar a palpitar lentamente.
Después
de aquello, ninguno pronunció palabra alguna. Ryosuke abrió los
ojos y su mirada se cruzó con la de Yuto. Así, ambos se observaron
fijamente, como si fuesen capaces de comunicarse con tan solo una
mirada, transmitiéndose aquello que comenzaban a sentir. Era
extraño, apenas y se conocían, sin embargo Yuto no lo sentía así,
era como si toda su vida solo estuviese esperando para conocerlo. Por
otra parte, Ryosuke olvidó todo por ese instante, ya no había circo
ni maldición que lo preocupara, solo estaba ese momento, frente a
Yuto. El tiempo para ambos pareció detenerse de pronto.
Poco
a poco Yuto se inclinó para acercarse más a Ryosuke, mientras lo
hacía llevó su otra mano hacia el rostro del mayor.
Despacio,
no había prisa, sus corazones latían a un mismo ritmo, ya no había
marcha atrás. Cuando Ryosuke se percató de la cercanía de Yuto,
justo cuando ya podía sentir su respiración sobre su rostro, cerró
los ojos instintivamente.
Al
ver como Ryosuke cerraba los ojos, se sonrojó un poco, sin embargo
no se detuvo, continuó acercándose y cuando al fin sus labios
podían rozar con los de Ryosuke, sus ojos se cerraron lentamente
hasta que pudo sentir como aquel suave contacto se culminaba.
Aquel
beso, tan sencillo y delicado, tan solo ese sencillo contacto les
provocaba el más maravilloso sentimiento.
Poco
después, ambos buscaron profundizar aquel beso abriendo un poco sus
bocas, sintiendo el aliento del otro y haciendo contacto con sus
húmedas lenguas. Fue así como aquello se convirtió en un beso más
profundo, llenándose poco a poco de ese anhelo que los invadía cada
vez más junto con aquel sentimiento de deseo que comenzaba a
despertar dentro de ellos.
Era
algo inexplicable, algo que no se puede describir fácilmente con
palabras, con solo besarse ahora ambos se sentían al fin completos.
“Destino” tal vez sea la palabra correcta, eso no se puede saber,
aquello que llamamos destino es tan cambiante, todo depende de uno
mismo, pero en esta ocasión resultaba ser algo más fuerte.
Lentamente
comenzaban a besarse con más anhelo, deseaban sentirse más, tocar
más allá, conocer cada rincón de su cuerpo por completo.
Entre
besos y caricias que comenzaron a esparcirse por cada rincón de piel
visible, pronto no fue suficiente y comenzaron a desvestirse, sin
dejar de tocarse, de besarse, de sentirse.
Sus
mejillas estaban completamente rojas, sus respiraciones agitadas y
comenzaban a sudar, aún así no se detuvieron, aquello era algo que
anhelaban con todo su ser.
El
cuerpo desnudo de Ryosuke estaba sobre la cama, sobre las cobijas, a
pesar de la obscuridad podía ver el rostro de Yuto, tan cerca del
suyo.
Ambos
se habían repartido tantas caricias y besos por cada rincón de su
cuerpo y aún así sabían que aún había más.
No
decían absolutamente nada, sin embargo Ryosuke podía sentir la
inseguridad de Yuto, así que mientras le sonreía, levantó sus
brazos y con estos rodeo el cuello del menor, le regaló un suave
beso sobre los labios y lo miró fijamente, sin dejar de sonreír.
Ryosuke comenzó a sonrojarse al ver la sonrisa tímida de Yuto,
después de todo era la primera vez para ambos, se sentían extraños
pero aún así deseaban continuar.
Lentamente
Ryosuke separó sus piernas al mismo tiempo que el cuerpo de Yuto se
acomodaba para el siguiente paso.
Esperó
unos cuantos segundos más, miró de nueva cuenta a Ryosuke, la
inseguridad que había sentido desapareció en el instante en el que
el mayor lo miró con esa sonrisa. Se besaron. Y mientras eso pasaba
Ryosuke aprovechó para rodear con ambas piernas la cintura de Yuto,
una parte de él deseaba sentirlo lo antes posible, desconocía aquel
sentimiento pero no era desagradable, en lo absoluto.
Yuto
se sorprendió con aquel movimiento, pero no tardó en ser contagiado
de aquel sentimiento que desbordaba Ryosuke. Su mirada había
cambiado, su respiración también, ahora era más agitada, en verdad
deseaba aquello.
“Deseo”
esa era la palabra correcta para describir ese nuevo sentimiento,
aquello que los invadía a cada segundo.
Sin
más que esperar, Yuto comenzó a acercar aquel erecto miembro hacia
la entrada de Ryosuke. No dejaba de mirarlo, cuando al fin una parte
logró penetrarlo, pudo observar aquella mueca de dolor en el rostro
del mayor. Quiso detenerse y salir, tenía miedo de lastimarlo, pero
Ryosuke no lo permitió. Esa mirada le decía claramente “Continua”.
Las palabras ya no eran necesarias, así que sin más, Yuto continuó.
Cuando
ya estuvo completamente dentro, no se movió, aquello era tan
excitante, sentir las estrechas paredes de Ryosuke aprisionar su
miembro era exquisito.
Por
otro lado, Ryosuke necesitaba adaptarse, dejar que poco a poco su
cuerpo se acostumbrara a aquella intromisión, lo cual estaba
logrando. Deseaba sentir más, así que levantó ligeramente su
cadera al mismo tiempo que sus pies se apoyaban por completo en la
cama, dejando así de rodear la cintura de Yuto con sus piernas.
Comenzó a moverse, hacia abajo y hacia arriba, provocando que el
miembro de Yuto lo penetrara lentamente una y otra vez.
Tardó
un poco en adaptarse a los movimientos de Ryosuke, después era él
quien se movía cada vez más rápido, entrando y saliendo, sintiendo
como en cada penetración su cuerpo se llenaba de placer.
Miró
el rostro de Ryosuke y aquello le provocó algo extraño,
satisfacción tal vez, ya que este tenía los ojos cerrados, las
mejillas completamente ruborizadas y gemía despacio mientras sus
manos se aferraban a las cobijas.
Dentro
de poco los movimientos de ambos fueron más rápidos, ambos deseaban
gritar de tanto placer pero sabían bien que no podían, sin embargo
eso no limitaba lo que estaban sintiendo.
Cuando
el momento del clímax se sentía próximo, Ryosuke se aferró a la
espalda de Yuto, deseaba sentirlo cada vez más profundo, ahí en
donde sabía estaba su punto de placer.
Solo
bastó un poco más de aquello cuando al fin, Yuto dejó salir su
cálido líquido en el interior de Ryosuke. Su palpitante miembro
permaneció ahí dentro durante un poco más.
Ambos
estaban exhaustos, bañados en sudor pero sonrientes. Fue así como
Ryosuke aprovechó y se aferró aún más a Yuto, esta vez dejando
caer su espalda sobre la cama, la sensación de la piel del menor
sobre la suya le fascinaba, se sentía protegido.
Lentamente
Yuto salió del interior de Ryosuke y se recostó a su lado. Aún
ninguno de los dos decía nada, solo se sonrieron. Yuto acarició el
rostro de Ryosuke, después lo pegó a su cuerpo y así, ambos se
quedaron profundamente dormidos.
La
mañana llegó, radiante como siempre, solo que en esta ocasión para
Yuto tenía ya otro significado, se sentía diferente, era como si
ahora su vida hubiese tomado sentido al fin.
Lentamente
abrió los ojos, adaptándose a la luz, parpadeó un par de veces y
se sorprendió de inmediato.
Estaba
solo, podía sentirlo, aún así, con la esperanza de estar
equivocado, se levantó rápidamente y miró a su alrededor, aún sin
comprender bien la situación. Pero efectivamente, estaba solo,
Ryosuke ya no se encontraba ahí.
¿Por
qué? ¿Acaso todo había sido un sueño? ¿Una ilusión causada por
la maldición de aquel circo?
No,
no podía ser eso. Podía estar seguro de que lo sucedido esa noche
había sido totalmente real, pero entonces ¿En dónde estaba
Ryosuke? ¿En que momento se había marchado?
Bueno,
si se había marchado una razón debía de haber, tal vez no deseaba
ser visto por alguien de la casa, tal vez. Eso fue lo único que
logró imaginarse. Aún así no estaba tranquilo, pero no había
mucho por hacer, sabía que si regresaba a aquel bosque tal vez
podría encontrarlo, eso era lo más seguro.
-Debo
ir por él-
Se
dijo al mismo tiempo que salía de la cama.
-¿En
donde estuviste toda la noche?-
Le
preguntó una joven.
-Yo...
no estoy seguro...-
Respondió
con la mirada baja, estaba confundido ¿En que momento había
regresado al circo?
Estaba
seguro de haber dormido junto a Yuto toda la noche, y ahora estaba de
regreso en aquel lugar... ¿Por qué?
-Bueno,
como sea, sabes que debes prepararte, como siempre, tenemos función
esta noche-
-Lo
sé, siempre es lo mismo... ¿Cuándo será el día en que esto
termine?-
-¿De
que hablas?-
-¡De
todo esto! Siempre tener a esas sombras como publico, de no poder
movernos de aquí... ya no recuerdo nada de mi pasado, de donde
vengo, del por qué estoy aquí...-
-No
digas tonterias-
Le
dijo aquella joven y de inmediato se marchó, dejándolo solo.
Siempre era lo mismo, los demás estaban sumergidos dentro de aquella
maldición, para ellos no había semejante cosa, actuaban como si no
tuvieran otra cosa que hacer más que cumplir con la función noche
tras noche.
¿Por
qué era él el único que deseaba que esto terminara? ¿Por qué
solo él podía alertar a las personas de no entrar en ese lugar?
Todo
era tan confuso, a tal grado que llegaba a ser desesperante, deseaba
huir, escapar, pero a parecer el mismo hechizo se lo impediría, la
prueba estaba en que había regresado sin notarlo, justo cuando podía
sentirse libre... justo cuando había sucedido aquello con Yuto...
Yuto...
Sus
mejillas se tornaron rojas y un suspiró salió de lo más profundo
de su pecho, deseaba verlo, estar con él, salir de ese lugar y no
volver jamás. ¿Por qué no podía cumplirse su deseo?
-Ya
terminé, voy a salir-
Dijo
Yuto mientras se ponía de pie, dejo la servilleta sobre la mesa, se
disponía a retirarse del comedor cuando su madre lo interrumpió.
-Espera
un segundo, ¿Por qué tienes tanta prisa? ¿A dónde vas?-
-Estaré
en el campo, no me esperes para comer-
De
nueva cuenta estuvo por marcharse pero su madre volvió a detenerlo.
-Sería
mejor si comienzas a utilizar tu tiempo en cosas más productivas, ya
no eres un niño-
-Lo
que tu consideras productivo no toma en cuenta mis deseos, solo tu
bienestar económico, no estoy dispuesto a vivir de esa manera-
Era
la primera vez que le respondía así a su madre, pero no sentía
remordimiento alguno, estaba desesperado y deseoso de volver a ese
bosque y tomar a Ryosuke de vuelta, ante eso su madre ni nadie más
podrían impedirlo.
-¡¿Qué
es lo que te pasa?!-
Gritó
su madre mientras se ponía súbitamente de pie.
-Si
me disculpas, tengo prisa-
Así,
sin decir nada más, salió del comedor y a paso veloz también de su
casa, en estos momentos lo único que le importaba era llegar al
bosque lo antes posible.
-¿Por
qué volví? No lo entiendo... ¿Cómo es posible?-
Se
dijo mientras se cambiaba de ropa.
-¿Aún
no lo sabes, Ryosuke?-
Asustado
ante aquella voz, miró a su alrededor, estaba solo, completamente
solo, aparentemente, sin embargo estaba seguro de haber escuchado
aquello.
-¿Quién...
quién esta ahí?-
Preguntó
temeroso.
-Yo
siempre estoy aquí, soy lo que te tiene encerrado en este lugar,
¿Acaso no lo sabes? Sé todo sobre ti, sin embargo eres el único
que puede escucharme-
Esa
voz era tan extraña y sin embargo no daba miedo, era grave pero a la
vez suave, algo inexplicable.
-¿Eres
quien mantiene este lugar en las sombras?-
Preguntó
al aire.
-Yo
no tengo a nadie en las sombras, ustedes llegaron solos, sin embargo
tu eres diferente a los demás, por eso pudiste salir de aquí, por
eso estás consiente de todo lo que pasa a tu alrededor, todos los
demás viven prácticamente un sueño, para ellos nada a cambiado,
sus sueños se vuelven realidad, creyéndose el circo más exitoso
del mundo, no tienen idea de lo que realmente están viviendo-
Estaba
confundido, demasiado.
-¿Por
qué? ¿Por qué solo yo?-
-Tanto
tiempo aquí te ha hecho olvidar tu pasado, pero no tu presente, tu
alma y corazón siguen intactos, no como los otros, la respuesta es
muy sencilla... pero si te lo digo, no tendría sentido-
-¿Por
qué nos tienes aquí?-
-Yo
no los tengo aquí a la fuerza, pueden irse cuando quieran, pero no
quieren irse, están maravillados con todo lo que las sombras les
ofrecen, no tienes idea de lo bien que se la pasan los demás, todos
menos tú. Curioso, ¿No te parece?-
-¡¿Qué
puede tener de curioso?!-
Gritó
desesperado.
-Te
dejare para que lo pienses, te daré una pequeña pista, todo
terminará si recuerdas quien eres-
-¿Todo
terminara? ¿Qué quieres decir con eso?-
Ya
no hubo respuesta, ahora se encontraba más confundido y asustado que
antes. ¿Que había sido todo aquello?
-Entonces...
¿Eso significa que si no resuelvo esa pregunta esto jamás
terminara? ¿Es por eso que regresé?-
De
nueva cuenta no hubo respuesta. Nada, podía incluso asegurar que se
encontraba solo de nuevo, ahora podía comprender el porque había
regresado, hasta no resolver aquella pregunta la maldición no
terminará, mientras exista ese hechizo no podrá estar junto a
Yuto... jamás...
-Necesito
que los demás se den cuenta de lo que está pasando en realidad-
Caminaba
por la ciudad a toda prisa, esta vez poco le importó chocar contra
la gente, su desesperación era tal que ni siquiera le prestaba
atención a los ruidos que normalmente odiaba, estuvo a punto de ser
arrollado por un carruaje pero eso no lo detuvo, continuo caminando,
por primera vez sentía que el camino era demasiado largo, estaba
preocupado, no estaría tranquilo hasta no ver a Ryosuke sano y
salvo.
Cuando
al fin llegó al campo, comenzó a correr, iba directo hacia el
bosque, no había nada que lo detuviera.
Justo
cuando puso un pie dentro de aquel profundo bosque, una voz dentro de
su cabeza lo hizo detenerse, no era la de Ryosuke...
-¿Estás
seguro de lo que haces?-
Miró
a su alrededor en busca de alguien pero no había nadie.
-¿Quien
eres?-
-¿Estás
seguro de regresar a aquel lugar? No olvides que si esas sombras te
ven, te volverás uno de ellos y jamás saldrás de aquí-
-¡¡Eso
es mentira!! Yo solo he venido aquí para llevarme a Ryosuke, ni tú
ni esas sombras lo van a impedir-
-Haz
cambiado, ya no eres el mismo, interesante...-
-¿Quien
eres y por qué no te muestras?-
Preguntó
Yuto mientras continuaba mirando a su alrededor.
-No
puedes verme, una parte de ti no cree en mi, solo te diré que si
quieres que todo vuelva a la normalidad, ayuda a ese niño a
encontrar su pasado-
Estaba
sorprendido y un poco incrédulo.
-¿Por
qué me dices eso? ¿Que planeas? ¿Acaso eres tu quien manipula esa
maldición?-
-Yo
no manipulo nada-
-¿Qué
significa que no manipulas nada?-
-Ellos
están en esa situación porque así lo quisieron, pese a las
advertencias no hicieron caso, aunque claro, esto no tiene nada que
ver con ese niño, es por eso que él es diferente, pero lo ha
olvidado-
-¿Que
advertencias? Explicate-
-Hace
mucho tiempo, ellos estaban por llegar a este lugar, por supuesto,
les advertí que no se quedaran, los espíritus de este bosque son
muy caprichosos y estaba seguro de que los mantendrían aquí por
mucho tiempo, les dije que pasaran de largo y se fueran lo antes
posible, pero no hicieron caso, me ignoraron, no creyeron en mi así
que por eso están así-
Explicó
la voz.
-Entonces,
ellos ya sabía de todo esto, si es así ¿Por qué Ryosuke dice que
es una maldición?-
Preguntó
Yuto.
-Él
así lo ha comprendido, para él todo es diferente, él ve la
realidad, él ve las sombras como lo que son, el no fue atrapado en
las ilusiones que estas crean por una simple razón-
¿Cuál
es esa razón?-
Preguntó
Yuto de inmediato.
-No
puedo decirlo, es por eso que debes tener cuidado, las sombras se han
encaprichado con el circo, les divierte, es por eso que a cualquier
extraño que se acerca prefieren convertirlo en uno de ellos, quieren
evitar que alguien rompa su hechizo, por eso es que debes ser muy
cuidadoso, que no te vean, si realmente deseas ayudar-
-¡Quiero
ayudar! Pero necesito más pistas-
Pidió
Yuto con desesperación.
-Ya
te lo dije, ayuda a que Ryosuke recuerde su pasado, ayúdale a
descubrirlo, solo así será posible, no puedo decirte más-
-¿Por
qué no?-
Insistió,
pero ya no hubo más respuestas, solo el silencio regreso, bueno,
ahora tenía las cosas más claras, por ahora deseaba ver a Ryosuke
así que decidió acercarse sigilosamente a la carpa.
Ryosuke
meditaba lo que acababa de saber, si era cierto que todos vivían en
un sueño, en una ilusión, muy difícilmente le creerían. Tenía
que buscar la forma de hacerlos reaccionar ¿Pero cómo?
Decidió
salir a tomar un poco de aire fresco, tal vez eso le ayudaría un
poco, miró a su alrededor, los animales desde hace mucho habían
desaparecido, en un principio creyó que era por la maldición, pero
ahora comenzaba a sospechar que no era así, tal vez y porque ellos
no podían vivir en aquella ilusión simplemente se fueron, tal vez
fueron inmunes a todo aquello, y aún así nadie se daba cuenta.
De
pronto, escuchó un ruido proveniente de un arbusto cercano, antes de
tener miedo, miró a su alrededor, se acercó lentamente hacia donde
provenía el ruido y antes de poder decir algo Yuto estaba frente a
él.
Había
aparecido tan súbitamente que antes de sentir algún tipo de
nerviosismo primero se llevó un gran susto.
-¡Ah!
¿Pero que-
Fue
interrumpido de inmediato. Yuto le cubrió la boca con su mano y lo
acercó a el.
-No
grites, podrían escucharte y estaré en problemas, vayamos a otro
lugar para hablar-
Ryosuke
solo logró asentir con la cabeza y comenzó a ser guiado por Yuto
quien tomó su manó mientras lo llevaba lejos de aquel circo.
Cuando
estuvieron lo bastante alejados, Yuto soltó la mano de Ryosuke y se
giró para verlo fijamente.
-¿Qué
fue lo que paso? ¿Por qué te fuiste sin decir nada?-
Ryosuke
bajó la mirada avergonzado y respondió en voz baja.
-No
me fui porque quisiera hacerlo...-
Yuto
se extraño ante esta respuesta así que preguntó de inmediato.
-¿Qué
quieres decir?-
-Hasta
que no se deshaga el hechizo que mantiene así al circo no podré ser
libre, y para serlo tengo que resolver algo-
En
ese momento Yuto comprendió que aquella voz también había hablado
con Ryosuke.
-¿Es
sobre tu pasado no?-
Sorprendido,
miró a Yuto intentando comprender como es que lo sabía.
-No
te sorprendas tanto, esa voz también habló conmigo, me dijo que si
quiero ayudarte debo descubrir tu pasado-
-Así
es...-
Ambos
se quedaron en silencio, pensando.
-¿No
recuerdas nada de nada?-
Preguntó
Yuto.
De
inmediato, Ryosuke pareció querer recordar, algo, lo que fuese, pero
era complicado.
-Por
muy pequeño que sea ese recuerdo puede darnos una pista-
Insistió
Yuto al ver como Ryosuke se esforzaba en recordar.
Después
de un gran esfuerzo, de hurgar por su hueca memoria, en busca de algo
más allá del circo, llegó un recuerdo.
-El
día que llegamos aquí... solo abrí los ojos y... yo... yo no
llevaba ropa como la de todos... era como... como lo que tu usas...
algo normal... pero me la quitaron y de ahí comencé a ser parte de
aquí-
Yuto
meditó esas palabras, tratando de llegar a una conclusión.
-¿Despertaste
con ropas diferentes a las que usan todos? Eso quiere decir que tu no
formabas parte de las funciones. Tal vez y hacías otras cosas.
¿Siempre has andado por la cuerda floja?-
Ryosuke
cerró fuerte sus ojos, intentando recordar más cosas.
-No...
pero... ellos me animaron a intentarlo, recuerdo que decían que
sería divertido ahora que comenzaba a ser un circo famoso. En ese
momento no comprendía lo que decían porque yo lo único que veía
eran esas sombras-
-Y
sin embargo comenzaste a hacerlo, a formar parte de su función.
¿Antes de eso no recuerdas nada?-
Ryosuke
continuaba esforzándose por recordar cualquier cosa, era difícil,
por alguna razón en su memoria había un gran hueco y durante mucho
tiempo creyó que él era parte de aquel circo.
-Un
pañuelo... por un pañuelo ellos supieron mi nombre y... me hicieron
formar parte de ellos, todo era felicidad... yo ayudaba con pequeñas
cosas... alimentaba a los animales... ayudaba a poner la mesa y...-
-¿No
hay algún recuerdo que tengas antes de tu vida en el circo?-
Ryosuke
continuaba esforzándose, pero no había recuerdos más allá del
circo, solo una borrosa imagen de una gran habitación, él vestido
con elegancia mirándose en el espejo... de ahí todo era un caos.
-No
puedo recordar más...-
Dijo
con la voz débil mientras se dejaba caer de rodillas al suelo,
estaba exhausto.
-Tranquilo,
esta bien, por lo que me has dicho, puedo hacerme una ligera idea-
Dijo
Yuto con voz suave mientras le acariciaba el rostro para
tranquilizarlo.
-Estoy
confundido, demasiado, no sé que hacer... tengo mucho miedo-
Yuto
pudo sentir como el cuerpo de Ryosuke temblaba.
-No
digas eso, antes te mostrabas fuerte, seguro, no pierdas eso, si en
todo este tiempo no te ha pasado nada no tiene porque pasarte ahora
¿De acuerdo?-
Ryosuke
levantó la mirada para ver a Yuto.
-Tienes
razón...-
Dijo
intentando sonreír.
-Con
lo que me acabas de decir, puedo hacerme una ligera idea de lo que
pasa. Es muy probable que tu no hayas caído en la maldición porque
simplemente tu no formas parte de este circo, tu llegaste aquí por
otras circunstancias. Además recuerdo que anoche dijiste que tu
tenías una habitación incluso más grande que la mía, eso quiere
decir que tu hogar no es el circo-
-Si
este no es mi hogar... si no pertenezco aquí, entonces... ¿En dónde
debo estar?-
Preguntó
con desesperación.
-Tranquilizate,
no te precipites, yo te ayudaré a encontrar la respuesta, ahora solo
relajate-
-Pero...
¿Y si no pertenezco a ningún lugar?-
Ryosuke
estaba desesperado, triste, con miedo a saber que estaba solo en este
mundo, era a lo que más temía.
-No
digas eso, no olvides que pase lo que pase, yo siempre estaré
contigo, si no perteneces a ningún lugar entonces pertenecerás a
mi-
Ante
la dulzura con la que Yuto había dicho estas palabras, las mejillas
de Ryosuke se tornaron rojas de inmediato, al mismo tiempo su corazón
comenzó a latir con fuerza.
-¿Aún
tienes miedo?-
Preguntó
Yuto al ver que Ryosuke bajaba la mirada tímidamente.
-No...
creo que... ya no-
Respondió
con voz temblorosa, estaba muy nervioso pero a la vez feliz, muy
feliz, estaba seguro de que nunca antes había experimentado
semejante felicidad, el miedo, todos aquellos temores habían
desaparecido ya, ahora que sabía que Yuto estaría ahí, a su lado,
siempre, no había nada que temer.
Yuto
sonrió al verlo, se sentía aliviado, había estado tan preocupado
por él, pensando que ya no sería capaz de volverlo a ver, que tal
vez esas sombras buscarían la forma de castigarle o algo parecido
por haberse ido. Pero ahora estaba tranquilo, tal que no pudo
resistirse a tomar al chico entre sus brazos.
-Me
alegra ver que estas bien, no sabes lo preocupado que estuve-
Yuto
recargo su espalda en el tronco de un gran árbol mientras abrazaba
con fuerza a Ryosuke.
Este
solo sonrió y lo abrazó de vuelta, sintiéndose protegido,
disfrutando de aquella calidez que emanaba del cuerpo de Yuto.
-Tienes
que hacer un esfuerzo por seguir recordando, me quedaré a tu lado
hasta que recuerdes todo-
Ryosuke
se sorprendió ante tales palabras que se separó de Yuto
rápidamente.
-¿Qué
dices? ¡No puedes quedarte!-
-¿Por
qué no?-
Preguntó
Yuto con aparente tranquilidad.
-¡Ya
lo sabes! ¡No puedes quedarte!-
Le
gritó Ryosuke de forma desesperada.
-Ya
lo se, pero no pienso dejar que esas sombras me encuentren,
permaneceré por aquí en el bosque. ¿De acuerdo?-
-¡No!
En tu casa se van a preocupar por ti, definitivamente no puedes
quedarte-
-Deja
de preocuparte tanto, no van a preocuparse, ya arreglaré después
ese asunto-
Dijo
Yuto tratando de tranquilizar a Ryosuke, pero al parecer eso no iba a
suceder tan fácilmente.
-Mejor
regresa a casa, si llego a recordar algo, te lo haré saber, supongo
que aún puedo entrar en tus sueños, y si no sucede nada, entonces
podrás venir. ¿De acuerdo?-
No
había más que hacer, si de esta forma Ryosuke se encontraba más
tranquilo no le quedaba otra opción más que hacer lo que él le
pedía.
-Esta
bien, me iré a casa, pero promete que te veré más tarde, aún no
me acostumbro a decirlo pero tu sabes a lo que me refiero-
Ryosuke
sonrió ante el avergonzado rostro de Yuto.
-Descuida,
así será-
Sin
más que hacer, Yuto se despidió.
Después
de un rato, llegó al fin a casa, había caminado más lento de lo
normal, estaba pensativo, necesitaba una idea, una pista, lo que
fuese para ayudar a Ryosuke a recordar su pasado, aquello era vital
para sacarlo de ese lugar de una vez por todas.
-¿Qué
es lo que te pasa? ¿No vas a comer?-
Le
preguntó su madre con cierta molestia.
-Ah...
si-
Al
parecer ya llevaba un buen rato sin probar su cena, y esto estaba
desesperando a su madre, quien no toleraba ese comportamiento tan
distraído.
-Me
encontré con tu profesor y me dijo que no has ido a verlo-
-Es
que no he encontrado nada interesante que mostrarle estos días-
Respondió
Yuto con normalidad.
-¿Y
cuándo piensas dejar eso? Algún día vas a tener que madurar y
hacer cosas que realmente valgan la pena-
Era
inútil decirle a su madre que no pensaba dejar de estudiar insectos,
sabía que no había argumento valido para una madre que deseaba ver
a su hijo en otro tipo de actividades mas “maduras” según ella.
-Terminé,
voy a mi habitación-
Dijo
sin más, poniéndose de pie.
-¡No
he terminado de hablar contigo!-
Exclamó
su madre, pero no tenía la intensión de seguir escuchando, así que
la ignoró y se marchó directo a su habitación, cerrando bien la
puerta para evitar que entrara solo para decirle más cosas sobre el
mismo tema.
Ahora
tenía cosas más importantes en las que pensar, ¿Cómo iba a
averiguar algo sobre el pasado de Ryosuke? Quería ayudarlo pero no
tenía idea de donde empezar, estaba preocupado y ansioso, ni
siquiera podía conciliar el sueño, quería hacer algo, pero al
parecer aquello estaba fuera de su alcance.
Para
despejar su mente por un momento, decidió tomar un baño, lo
necesitaba, tal vez y aquello si lo ayudaría a relajarse y poder
dormir, así que eso hizo.
Después
de la función habitual, Ryosuke volvió al pequeño lugar donde
solía dormir, esta vez todo le parecía tan diferente, ahora que
prestaba atención, todos parecían felices, emocionados, realmente
él era el único en darse cuenta de la realidad.
-Eso
es porque... no pertenezco a este lugar... si es así entonces... ¿A
dónde?-
Se
preguntó mientras se recostaba sobre una vieja manta, intentó
recordar, cualquier detalle, un rostro, una voz, una imagen borrosa,
lo que fuese para recordar algo de su pasado.
Cerró
sus ojos e intento encontrar recuerdos. Exploró cada rincón de su
memoria, pero era complicado.
Al
no tener éxito, abrió de nuevo sus ojos y respiró profundo, sabía
bien que si comenzaba a desesperarse no iba a lograr nada, así que
mientras intentaba tranquilizarse, miró a su alrededor, no buscaba
nada en especial, lo había para tratar de pensar en cualquier otra
cosa.
De
pronto algo llamó su atención, pudo observar que no muy lejos de
donde se encontraba, había un baúl en uno de los rincones de
aquella habitación, cubierto de ropa desordenada y otras cosas.
Estaba seguro de no haberlo visto antes, o al menos no había
prestado la suficiente atención, pero lo curioso era que sentía la
necesidad de abrirlo, era algo que sobrepasaba a la curiosidad,
sentía que si abría ese baúl podría encontrar algo que lo
ayudaría. ¿Cómo explicar tal sensación? No lo sabía, así que
solo se dejo llevar por aquel repentino impulso y comenzó a quitar
todo aquello que cubría a aquel baúl.
Cuando
logró sacarlo, notó que no era tan grande como aparentaba, lo
observó detenidamente, algo había en ese baúl que le recordaba
algo, como si ya lo hubiese visto antes... pero no estaba del todo
seguro.
Sin
más, mejor decidió abrirlo, el aroma que salió de aquel baúl fue
extrañamente familiar, un aroma suave. Los recuerdos llegaban, pero
aún eran muy borrosos.
Observó
cuidadosamente lo que contenía, era ropa, pero lo primero que vio
fue un pañuelo blanco con una pequeña mancha de sangre en el
centro, en los bordes estaba escrito su nombre.
-¿Esto
es... mio?-
Se
preguntó mientras hacía a un lado aquel pañuelo y continuaba
observando la ropa. Tomó un elegante pantalón negro, un chaleco,
una camisa blanca y un saco. Todo parecía ser muy elegante y caro.
-¿Esto
también es mio?-
Sin
esperar más se quitó lo que llevaba puesto y comenzó a ponerse
aquellas elegantes ropas. Al terminar, busco el espejo más cercano.
Se
miraba tan diferente, como si fuese un chico normal pero... de buena
familia... familia... eso era... él tenía una familia... un
padre... una madre... un hogar...
“-Encontraste
el tesoro, felicidades, ahora sabes quien eres ¿Cierto?-”
Escuchó
a aquella voz. Con los ojos llenos de lágrimas, logró decir entre
sollozos.
-Lo
sé... ¡Se de donde vengo y porque estoy aquí! Tengo un padre y una
madre que deben estar tristes por mi... esos sujetos tienen la culpa
de que yo esté aquí... pero se han ido y yo perdí mis recuerdos-
Y
es que todo había vuelto a su mente al fin, absolutamente todo, aún
se sentía extraño, deseaba salir corriendo de ahí y buscar la
manera de ir a casa, no sin antes buscar a Yuto.
“-Pero
han vuelto, ahora solo debes desear salir de este lugar, volver a
donde perteneces-”
Dijo
aquella misteriosa voz.
-¡Quiero
volver a casa!-
Gritó
con todas sus fuerzas, de pronto se vio rodeado de una intensa luz y
todo desapareció a su alrededor.
Se
levantó de golpe de la cama, estaba seguro de haber escuchado la voz
de Ryosuke gritar algo, pero no estaba seguro de que podría
tratarse.
Estaba
preocupado, así que sin importarle nada, se puso solo su abrigo
sobre la pijama y salió de su casa a toda prisa.
Corrió
por la ciudad completamente desierta, atravesó aquel campo que de
pronto le pareció interminable, estaba cansado pero aún seguía
corriendo como si su vida dependiera de ello. Al fin llegó al bosque
y continuo corriendo, de pronto sintió que ya había pasado
demasiado, miró a su alrededor pero no había rastro alguno de
aquella carpa.
Dio
un paso hacia atrás y sintió el piso diferente, fue entonces cuando
cayo en la cuenta de que estaba de pie justo en el lugar donde se
supone debería estar el circo.
-¿Qué
esta pasando? ¿En dónde está?-
Se
preguntó sin dejar de mirar a su alrededor, esto no tenía sentido,
no era posible que se movieran tan rápido, además se supone que no
podía hacerlo... a no ser que...
-Se
rompió el hechizo... Ryosuke recordó...-
Murmuró
mientras se dejaba caer de rodillas al suelo.
-¿En
dónde estás? ¡¡Ryosuke!!-
Gritó
con fuerza, pero no hubo respuesta alguna, solo el eco de su voz.
-5
años después-
Aún
recordaba los días que había estado encerrado en su habitación,
triste, sin ganas de nada. Por más que lo había buscado no lograba
encontrar a Ryosuke por ningún lado, había preguntado en cada
familia, en cada rincón de la ciudad, pero nadie sabía quien era.
Sus
esfuerzos resultaban en vano, ya había sufrido la desesperación,
después llegó la resignación, pero aún así, cada que caminaba
por las calles, buscaba entre la gente a aquel chico al cual le había
entregado su corazón y su alma. No creía posible que hubiese
desaparecido así nada más, se negaba a creer que todo había sido
un sueño.
Después
de vivir de esa manera, decidió irse de la ciudad, le ofrecían una
beca universitaria y después de que su madre lo presionara terminó
por aceptarla.
Llegar
a una nueva ciudad le daba miedo, no deseaba marcharse de su ciudad
natal, había guardado la esperanza de que Ryosuke iba a volver,
incluso se esforzaba por encontrarlo en sus sueños, pero no había
pasado absolutamente nada, era como si en verdad todo hubiese sido
solo un sueño.
El
carruaje en el que viajaba se detuvo, había llegado. El chófer le
abrió la puerta y pudo salir, miró con detenimiento el que sería
de ahora en adelante su nuevo hogar. Aún se sentía inseguro, pero
debía hacerlo.
Después
de haber pasado casi toda la tarde desempacando sus pertenencias,
decidió salir a reconocer un poco la zona y ubicar lugares en los
que podía comprar cosas que pudiese necesitar.
Como
en la otra ciudad, también en esta había mucha gente, carruajes que
iban de aquí para allá, ruido, mujeres con estorbosos vestidos,
pero ya no le importaba tanto como antes.
Hacia
tanto que no se molestaba por algo, tampoco reía de verdad. Cinco
años se decía fácil pero eran cinco años por esperar saber algo
de la persona que tanto amaba, si, aún lo amaba.
Caminaba
por una calle tranquila, se detuvo en una librería, observando el
aparador, cuando de pronto le pareció ver una silueta bastante
familiar en reflejo del vidrio. En un principio creyó que había
sido una simple ilusión, aún así se giró de prisa, no podía
creer lo que estaba viendo. Justo del otro lado de la calle caminaba
un chico que estaba seguro de quien era.
Sin
más, Yuto atravesó la calle, evitando ser arrollado por un
carruaje. Ignoró los gritos del chófer y comenzó a caminar
rápidamente, justo antes de llegar a la esquina y de que éste
subiese a un carruaje, lo detuvo tomándolo del hombro.
Estaba
agitado por lo que no pudo decir nada, en cuanto aquel joven se giró
sintió que podía desmayarse, aún así eso no paso.
-Te
encontré...-
Dijo
Yuto aún con la respiración agitada.
-Tú...
tú... ¿En verdad eres tú? ¿Eres real?-
Preguntó
Ryosuke mientras sus ojos se iluminaban.
-¡Claro
que soy yo! ¿Tienes idea de cuanto te he buscado?-
Ryosuke
estuvo a punto de decir algo, pero el chófer de aquel carruaje lo
interrumpió.
-Joven
Ryosuke, debemos irnos pronto-
-Iré
más tarde, no me sigas-
Le
ordenó, después tomó la mano de Yuto y comenzó a llevárselo
lejos de ahí.
-¿A
dónde vamos?-
Preguntó
Yuto.
-A
un lugar tranquilo-
Respondió
Ryosuke, entonces, repentinamente se detuvo y miró a su alrededor.
Yuto pudo adivinarlo con tan solo mirarlo, era evidente que Ryosuke
no tenía idea de a donde ir.
-Ven-
Le
dijo Yuto mientras tomaba con fuerza su mano y comenzaba a llevarlo
al edificio en donde acababa de llegar para hospedarse.
-¿Vives
aquí?-
Preguntó
Ryosuke con curiosidad mientras observaba aquella habitación.
-Por
ahora sí-
-¿Por
qué?-
-Vine
a estudiar, deje de buscarte y no me quedo más opción que aceptar
este cambio de ciudad-
Ryosuke
bajó la mirada.
-¿Entonces...
todo si fue real?-
-¿Por
qué lo preguntas? ¿Qué fue lo que pasó? Cuando regresé a
buscarte el circo ya no estaba-
Yuto
observó como Ryosuke suspiraba y tomaba asiento frente al pequeño
escritorio.
-Recordé
lo que pasó y cuando me di cuenta ya estaba en mi casa, de vuelta,
me desmayé y estuve inconsciente unos días, por eso creí que
todo... había sido un sueño... algo dentro de mi creía en eso-
Ryosuke
levantó la mirada y dijo después.
-Pero
algo me decía que el haberte conocido no podía ser un sueño, sin
embargo no sabía en que ciudad vivías por lo que no pude salir a
buscarte... en verdad lo siento mucho-
Yuto
sonrió y se arrodillo frente a él.
-Yo
también llegué a pensar que todo había sido un sueño, me alegra
saber que no lo fue y ahora te tengo frente a mi de nuevo... cinco
años después pero eso no importa ya-
Ambos
sonrieron.
-¿Me
dirás que fue lo que paso?-
Yamada
asintió con la cabeza y comenzó a contar.
Todo
inicio cuando salía de viaje, pensaba ir a visitar a sus abuelos que
vivían en la siguiente ciudad de donde Yuto vivía.
Se
había vestido con sus ropas más finas, como siempre, subió al
carruaje y este emprendió el viaje. Pero a mitad del camino, unos
bandidos atacaron e incluso intentaron secuestrarlo ya que al notar
sus finas ropas estaban seguros de que podrían pedir alguna
recompensa.
Para
escapar de aquellos sujetos, corrió con todas sus fuerzas por el
bosque, esquivando árboles y grandes rocas, pero un paso en falso lo
hizo caer y golpearse la cabeza con una piedra. Lo último que logró
ver, antes de desmayarse, fue como un sujeto lo salvaba del bandido y
se lo llevaba lejos.
Después,
despertó en aquel alegre circo, le preguntaron de donde venía pero
no podía recordarlo, fue así como el circo decidió adoptarlo,
esperando poder regresarlo a su hogar en alguno de sus viajes, pero
no contaban con que llegarían a aquel bosque y cayeran dentro de
aquel hechizo.
-Cuando
recordé todo, esa voz me dijo que ya podía volver a casa, todo se
iluminó y cuando me di cuenta ya estaba aquí, en esta ciudad justo
frente a mi hogar. De la impresión me desmaye y días después
desperté en mi habitación. Nadie creyó lo que viví y fue así
como me hice a la idea de que todo tal vez había sido solo un sueño.
Pero ahora que estás frente a mi, sé que no lo fue... Yuto... te
extraé tanto-
Sus
ojos comenzaron a llenarse de lagrimas.
Con
gentileza, Yuto limpio su rostro y besó su frente.
-Ya
no importa, ahora estás aquí, de nuevo frente a mi, puedo tocarte,
sentir tu calor, el cual he estado anhelando desde el día en que
todo terminó. Por un momento creí que jamás te volvería a ver y
ahora todo parece un sueño. No vuelvas a desaparecer así jamás
¿Entendiste?-
Ryosuke
sonrió mientras asentía con la cabeza. Entonces, Yuto tomó su
rostro con ambas manos y sin poder esperar más, lo besó
cálidamente.
Aquello
resultó tan mágico, en verdad se habían extrañado demasiado, pero
el destino no podría ser tan cruel como para separarlos toda una
vida. Cinco años habían sido demasiados, pero lo suficientes para
mantener sus sentimientos intactos.
Ya
no había magia ni hechizos y por supuesto ninguna sombra que les
impidiera amarse libremente, todo había terminado solo para dar
inicio a toda una vida juntos.
F
I N
11 comentarios:
MIO MIO MIO MIO MIO MIO MIOOOOOOO~~~~ *lo roba y huye felizmente mientras rueda*
Espera, tenía que comentar primero XD Voy a leerlo y vuelvo a comentar cuando termine XD
Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! Amo tus Yamajimas son los mejores <3 me fascinó desde el inicio la trama estupenda como siempre ;-)
Dios casi muero de la emoción cuando Yamada se armo de valor para salir de ése bosque creí k desaparecería :'( y luego paso el lemon tan tierno y lleno de amor kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa maravillosa tu forma de escribir simplemente perfecta <3
Me emocioné y grite como una loca cuando Ryo recordó su pasado y luego Yuto fue a buscarlo y el circo ya no estaba más me llegó el sentimiento y casi lloro :-(
Después pasaron 5 años y se volvierón a ver <3 para quedarse juntos <3
Yamajima love soy fan de está pareja <3
Gracias por escribir tan hermosamente <3 y tienez un premio en mi blog ;-)
Ahora sí! ASDFGHJKLSDGHJKLSDFGHJKLSDFGHJKSXDCFGHJKSDFGHJKSDCFVGHBNMEXFCTHBJMZRSXFCHGBJZSDFVHBNJSXDFVHBJSEXCFTHBJRFCHGBFRDFGCGFHYFYJF! *rueda en el piso de amor*
No sabes lo feliz que me hace leer una YamaJima tuyoooooooo~~~~!!!! <3<3
La historia estuvo muy genial!! Me encanta que varías la trama bien bellamente <3<3
Ya se me quemaban las habas por leerlo, en la mañana comencé a leerlo pero ya que iba como 1/4 de lectura, me dicen por detrás "oye, está interesante" y casi muero de un paro por mi compañerito de atrás qwue estaba leyendo conmigo ASDFGHJK!!! O////O y después se enojó de que cerré la compu y no lo dejé seguir leyendo.. pero casi muero XDDDDDD
Aún así, vslió la pena la espera *O* <3<3 Gracias por volver a escribir, ya deja tus lapsus locos de depresión de escritora, porque sabes bien que eres buena en lo que haces, y que más que nada haces felices a muchas cuando escribes :DDD Aparte, somos fangirls, no creo que alguien te deje de molestar para que escribas algo, así que BULLYING!! XDD
naah, mentira, nomás son "pequeños recordatorios" para que escribas jajaja
Gracias <3 y sí, me lo adueñé XD
Ahora ve preparándote mentalmente para mi bullying para mi YJ con Yamada seme XDDDD wujuu~ <3
A-1
Aya este yamajima siiiiiiiiiii que fueeeeeeeeeeee uno de los mejores que he leido en toda mi vida ^^
todoooo esta re bueno..desde la trama, la parejita....todititito....!!!
no sabes son la 1:23 am en mi pais y aun estoy despierta ya que recien lo he terminado de leer y es que no podia irme a dormir in antes terminar de leerlo...de verdad cada vez que leia me concentraba mas y mas...y massssssssssss....n_n
lo mejor de lo mejor para esta noche (perdon madrugada ..jajjaj)
ahora si dormiré en PAZ y feliz >_<*
eres GRANDEEEEEEEEEEEEE...AYAAAAAAAAAAAAA...
NUNCA lo olvides....y recuerda que aunque pasen muchos años siempre nos tendras aqui para leer todo lo que tu linda imaginacion produzca...no importa si tardas centurias igual estare aquiiii....asi que GAMBATTE ...EN TODOOOOO!!!!
janne ^^*
awwwww hemosaaaaaaaaaaa historia me encanto le puse musica a mi reproductor de musica de piano y era perfecta me guto !! *¬*
hitomy-chan eres de culiacan sinaloa??
...... suspiro lento y tranquilo......comienzan los girtos kyaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!! te juro es lo mas hermosisimoooo que he leido en mi vida wuaaaa casi muero de paro cardiaco, no sabes lo feliz q me haces por escrbir un fic de esta pareja que es mi favorita kyaaaa lo amooo amooo, te juro que escribes como los angeles, kyaaa!!!! mi yamachan tan lindo como siempre y tambien mi hermosoooo yuto lo amooo, gracias de verddar por subir algo tan hermoso....
no sabes lo agradecida que estoy contigo te amooadoro, te quiero mil gracias por subirlo(haciendo una reverencia)
gracias gracias ayaa-chan amo tu forma de escribir, estare esperando con ansias otros de tus hermosos fics, si q si, gamabate....:)
aAasadfsasfafdsafsdafds <3 Ayaaaaa! Gracias por volver ._. sinto no haber comentado antes
*O* Oh Dios! Oh dios! >/////////< lo amé me encantó! Fue tan bonito u-u lloré cuando creí que Ryosuke desaparecería y cuando no se vuelven a ver ;w; Pobre Yutorin! pero por lo menos se vieron de nuevo *O* Oh si!
Fue muy lindo, una historia muy original
SUGOIIII!!!! AYA!! una vez mas me dejas sorprendida
con uno de tus fics *0*
ME ENCANTO!! <333333
mi ♥ esta acelerado,casi me quedo sin uñas, omg tantas emociones que no puedo expresar >o<
GRACIAS!!
Kyaaaaaa lo ame
Me puse a llorar cuando Yamada-kun desaparecio T.T
Fue tan tierno
Este YamaJima fue muy interesan
Arigato Ayaa-sempai <3 >.<
Hermoso me encantó, yo lo leí asé un año justamente un 5 de enero, y hoy lo vuelvo a leer me llena de felicidad y el recuerdo cuando lo encontré y lo leí en media noche.
Hermosa historia, yamajima mi pareja favorita muchas gracias!!!
Publicar un comentario
Lo has leído y... ¿Te gusto? ¿No? ¿Sientes que algo faltó?
¡Me encantaría saber tu opinión sobre lo que acabas de leer! ^O^ Así que no dudes en hacérmelo saber, así podré mejorar un poquito más :3
De igual forma: ¡GRACIAS POR LEER!