jueves, 3 de enero de 2013

[OneShot] Immortality


Título: Immortality
Extensión: OneShot
Parejas: Takaki Yuya – Chinen Yuri [TakaChii]
Genero: Yaoi
Autora: Ayaa



Immortality

“No dijimos adiós.
Yo sé que debimos hacerlo.
Inmortalidad. Haré mi viaje a través de la eternidad.
Seguiré recordándote junto a mi. Dentro de mi.” - Immortality – Celine Dion ft. BeeGees

La vida puede cambiar en un segundo, cuando crees tenerlo todo de repente, abres los ojos y te ves con las manos vacías, crees ser feliz y de un segundo a otro todo se ha ido, es por eso que debes vivir cada instante como si fuera el último, tomar riesgos, disfrutar, reír, llorar, todo sin contenerte ante nada, porque nunca sabes lo que pasará en el futuro y tal vez puedas arrepentirte.
--
-El baile de esta noche será espectacular, no puedo esperar más-
Dijo su madre mientras elegía entre tantos vestidos elegantes, pomposos y llenos de color, eso para Yuri era exagerado.
-No sé porqué te toma tanto tiempo elegir-
-No es necesario que lo entiendas, si no tienes nada que hacer mejor déjame sola-
Yuri suspiró y sin más mejor salió de aquella lujosa habitación, camino por aquel largo pasillo cuando de pronto sintió que alguien lo tomaba del brazo y lo jalaba hacia una de las habitaciones, cerrando la puerta.
Al lograr reaccionar, sonrió al ver a la persona que tenía en frente.
-Yuya, me asustaste-
Intentó reprocharle pero era imposible enojarse con él.
-Estoy aburrido y todo el mundo está ocupado con los preparativos del baile, ¿Quieres jugar cartas?-
Aquel chico alto se alejó y caminó hacia una elegante mesa, tomó asiento y esperó respuesta.
-Siempre me buscas cuando estás aburrido, deberías tener amigos-
Respondió Yuri mientras tomaba asiento frente a él.
-Tú tampoco los tienes, podría decirse que yo soy tu único amigo-
-¿Eso piensas?-
-¡Claro! Hemos crecido juntos, sabes todo de mí, ¿Acaso eso no nos hace amigos?-
Yuri sonrió.
-Tienes razón-

Pero la verdad, en su interior, era completamente diferente, él no lo consideraba un amigo, guardaba un sentimiento en su interior más grande de lo que imaginaba, sabía que tal vez no era normal, después de todo Yuya era un hombre, pero al parecer para su corazón aquello no importaba, lo quería, deseaba estar a su lado, pero temía expresar sus sentimientos, después de todo ambos estaban comprometidos con bellas damas, con las cuales estarían obligados a bailar toda la noche.
-Yuya-
Lo llamó con voz suave mientras se levantaba y se acercaba a la gran ventana.
-¿Qué ocurre?-
-¿En verdad quieres casarte con ella?-
Yuya pareció sorprendido.
-Bueno, no creo que mi opinión valga mucho, mis padres lo han decidido, también a ti te han comprometido-
-Pero yo aún no la conozco, tal ves la conozca ésta noche, según dice mi madre, pero no se... no quiero casarme con alguien de esta manera, ni siquiera quiero casarme-
Confesó sin querer, no temía a ser juzgado por Yuya, él jamás lo haría.
-Tal vez piensas así porque aún eres joven, no estas en la edad para pensar en el matrimonio-
Yuri se giró mi miró a Yuya a los ojos con firmeza.
-¿Y tú lo estás?-
Yuya se quedó callado, lo pensó un poco y se puso de pie, caminó lentamente hacia Yuri y miró fijamente hacia la ventana.
-No es algo que haya pensado mucho, no me interesa, pero no puedo negarme, el nombre de mi familia está en juego-
Yuri bajó la cabeza y suspiró.
-Supuse que dirías algo así, yo tampoco tengo alternativa, pero si tuviera una razón para negarme... lo haría-
En ese momento miró a Yuya fijamente.
-¿A que razón te refieres?-
Quería decírselo, en ese momento pensó que sería capaz de confesar sus sentimientos, pero tal vez ese no era el momento de hacerlo, alguien tocó a la puerta y enseguida entraron los padres de Yuya.
-¡Oh! ¡Aquí estás Yuya!-
Exclamó su madre acercándose a él.
-Te he estado buscando, tu padre también, queremos llevarte con Kyoka-san, al fin ha llegado y quiere verte-
-Iré enseguida-
Antes de retirarse, ambos adultos le sonrieron a Yuri, después se fueron.
-Supongo que tienes que irte, no te entretendré más-
Yuri estaba por salir pero Yuya lo detuvo.
-¿Qué te pasa? Parece que de un momento a otro estás molesto por algo-
-No es nada, solo estoy cansado, te veré más tarde-
Dicho decidió continuar con su camino.
En ese momento, tras quedarse solo, sintió un vacío, era la primera vez que Yuri lo dejaba solo, evidentemente esa sensación no le gustaba, quería estar con él más tiempo, pero tenía otro asunto que atender así que con resignación, tuvo que dejar las cosas tal cual.

La tarde transcurrió y el anochecer llegó, todas las luces se encendieron en aquella gran mansión, los carruajes comenzaron a llegar y de ellos bajaban elegantes damas, apuestos caballeros y adorables parejas.
Saludaban con una sonrisa cortés a la familia anfitriona, los violines sonaban alegremente y la servidumbre comenzaba a ofrecer copas con vino y pequeños bocadillos, todo era perfecto.
Sin embargo, Yuri aún permanecía en su habitación, había tardado en arreglarse, odiaba vestir tan elegante y tener que sonreír a todo el mundo, pero no tenía alternativa, si no bajaba su madre se enojaría y no deseaba aquello. Acomodó su sacó y se miró por última vez al espejo, parecía otra persona, pero definitivamente lo que veía no le gustaba, no era libre.
Al salir de su habitación pudo escuchar a la gente que ya se encontraba en el gran salón disfrutando del baile, caminó lentamente por aquel largo pasillo hasta encontrarse con alguien en el camino, era Yuya.
-Vaya, creí que no bajarías por eso vine por ti-
Yuri lo miró fijamente, lucía tan apuesto en ese traje, su corazón se detuvo por un segundo y sintió sus mejillas enrojecer.
-Tardé un poco pero ya voy para allá-
No deseaba que el mayor notara su sonrojo, así que desvió la mirada y continuo caminando hasta que pasó a su lado sin mirarle siquiera.
-Yuri, ¿Te pasa algo?-
Le preguntó Yuya con voz preocupada.
-Estoy bien, solo... tengo que hacer lo de siempre-
Respondió con voz débil, continuando con su camino sin mirar atrás. Sin embargo, Yuya se quedó ahí, solo, una vez más, mirando como Yuri se alejaba. Pudo sentir como lentamente sus latidos volvían a la normalidad, tenía que aceptarlo, el menor lucía tan apuesto en esos momentos, sabía que era ridículo verlo de esa forma, pero no podía evitarlo y trataba de ocultarlo con todas sus fuerzas.

El baile era de lo mejor para todos los invitados, había risas por todas partes, conversaciones interesantes, buena música, excelente vino y unos bocadillos deliciosos, pero aún así Yuri no se divertía en lo absoluto, sonreía falsamente a todos, aparentando estar disfrutando de la velada, cuando le presentaron a su futura esposa tuvo que invitarla a bailar unas cuantas veces, no había visto a Yuya en mucho rato, pero podía imaginarse en donde se encontraba.
Después de un rato, evidentemente, estaba cansado, fastidiado de fingir, de tener que soportar a tanta gente, así que en la primera oportunidad que tuvo, se escapó, sigilosamente pensaba en dirigirse a su habitación, al menos ahí se relajaría un momento para después volver.
Caminaba por aquellos pasillos silenciosos, casi obscuros pero llenos de tranquilidad, no podía dejar de pensar en Yuya, anhelaba tanto verlo, sonreír a su lado como siempre, pero entre más lo pensaba más se convencía de que todo era absurdo, no había forma de que estuvieran juntos, era obvio.
A penas tocó la perilla de la puerta y escuchó aquella voz que lo hacia sentir tantas cosas al mismo tiempo.
-Te encontré-
Lucía serio, no era normal ver a Yuya así.
-Ah, Yuya... ¿Qué haces aquí?-
-Lo mismo te pregunto, deberías seguir disfrutando de la noche con tu prometida, ¿No estabas haciendo eso hace un momento?-
Yuri se sorprendió, ¿Es que acaso Yuya lo había estado observando?
-Vine por algo que necesito... ¿Y tú? ¿Por qué no regresas? Tu prometida debe estar buscándote ¿O me equivoco?-
Yuya no respondió, tomó a Yuri del brazo y entró en la habitación de éste, cerrando la puerta y acorralando y mirándolo fijamente a los ojos.
-¿A que estás jugando? ¿Qué pretendes que haga? ¿Acaso me estás provocando? Porque estoy por llegar a mi limite-
Yuri estaba sorprendido y aquello lo expresaba en su mirada atónita, trataba de entender pero justo en ese momento pudo sentir como los labios de Yuya se posaban sobre los suyos, tan fríos, húmedos.
No podía creerlo, estaba tan sorprendido que no podía hacer nada, simplemente se quedó ahí, congelado, sin mover un músculo.
Fue entonces que Yuya se separó de él y lo miró fijamente a los ojos.
-Lo siento... no sé que me pasa...-
Lucía tan confundido como él, pensó que tal vez no debió besarlo, pero tal y como se lo había dicho a Yuri, había llegado a su límite y había hecho aquello sin pensar en nada más, no podía seguir guardando aquel sentimiento.
Por otra parte, Yuri continuaba mirando fijamente a Yuya, intentaba comprender la situación hasta que de pronto, dejó de pensar en todo, no quería que el mayor se alejara más, quería que volviera a mirarlo fijamente, quería volver a sentirlo así de cerca, así que sin esperar más, tomó al mayor por el cuello de la camisa y lo acercó a él hasta besarlo, esta vez el sorprendido fue Yuya, pero no duró demasiado, así que ambos comenzaron a besarse lentamente, temiendo romper con el encanto de aquel momento.
Después se miraron y sonrieron, era evidente lo que sentían, no podían seguir guardándolo más, así que lo dijeron.
-Te amo-
Les sorprendió escucharse hablar al mismo tiempo, sonrieron torpemente y volvieron a besarse, con tanto anhelo, con tanto amor, abrazandose fuertemente, deseando permanecer juntos para siempre.

A la mañana siguiente, en medio del desayuno, la madre de Yuri hizo una pregunta.
-¿En dónde te metiste casi todo el baile?-
Yuri luchó para no escupir su comida y lo más relajado que pudo respondió.
-Estuve ahí, solo que con tanta gente seguramente no me notaste-
-Ví a Haruka sola mucho tiempo, ¿Seguro que estuviste con ella?-
Había olvidado por completo a su prometida, después de lo ocurrido con Yuya lo había olvidado todo.
-La deje un momento porque necesitaba algo de aire fresco y ella no quiso salir, eso es todo-
Al parecer no habrían más preguntas, su padre cambió el tema por algo más aburrido así que pudo respirar y continuar su desayuno más tranquilo.

Por la tarde, después de sus lecciones, corrió al gran jardín y hasta lo más recóndito, done seguramente nadie lo encontraría, a excepción de una sola persona, Yuya.
-¿En dónde estás?-
Lo escuchó no muy lejos, comenzó a reír traviesamente y se escondió a propósito.
-No lo sé, eres demasiado torpe para encontrarme-
Yuya sonrió, le encantaba ese lado travieso de Yuri, lo conocía tan bien que sabía en donde buscar para encontrarlo, y así lo hizo.
-No soy torpe-
Dijo Yuya en tono victorioso mientras sonreía.
-Ya lo sé, lo dije para que no te rindieras y me buscaras más-
Le dijo Yuri mientras se sentaba sobre el suave pasto.
-No es necesario, tengo suficientes ganas de estar a tu lado como para motivarme y encontrarte a donde quiera que vayas-
Yuri se sonrojo tras escuchar estas palabras, sonrió y miró como Yuya se sentaba a su lado, ambos se miraron fijamente, cerraron sus ojos poco a poco hasta que estuvieron tan cerca, entonces se besaron.

Después de aquello sus encuentros a escondidas aumentaron, por razones obvias no podían ser vistos por nadie, pero no les importaba dejar cosas pendientes para verse en secreto, cuando alguien les preguntaba algo, ellos siempre sabían que responder para no levantar sospechas. Los días se convirtieron en meses y estos en años, fortaleciendo a cada instante aquel amor tan profundo que se tenían, un amor que creían indestructible.
-Yuya se casara la próxima semana, ¿No es una maravillosa noticia?-
Al escuchar a su madre decir estas palabras, su corazón dolió, pudo sentir como algo se rompía en su interior y como poco a poco perdía fuerzas.
-¿Yuri? ¿Te encuentras bien?-
Preguntó su madre con preocupación, Yuri lucía pálido y débil, por un momento creyó que podría estar enfermo.
-Estoy bien, creo que estoy muy cansado, voy a mi habitación un rato-
Así, se retiró, dejando a sus padres preocupados.
Cuando estuvo solo, se dejó caer sobre su gran cama, sentía un vacío en su interior, sabía bien que este día llegaría pero aún así era demasiado doloroso, sabía que no iba a soportar aquello, no quería estar ahí el día de la boda del amor de su vida... ¿Porqué las cosas tenían que ser así?
Fue entonces que las lagrimas comenzaron a salir, derramandose por su rostro, tenía tanta tristeza en su interior, sabía que Yuya era tan leal a su familia que el echo de pedirle que escaparan era impensable, ilógico, simplemente el mayor no podría aceptar.
Después de tanto llorar, se quedó dormido poco a poco, hundido en un profundo y triste sueño, en el que Yuya evidentemente, se apartaría de su lado.

Al sentir como una mano acariciaba su rostro supo que debía despertar, y así lo hizo, encontrandose con el rostro de Yuya tan cerca del suyo.
-Yuri-
Lo llamó dulcemente, enseguida sus ojos se rozaron y lo abrazó con fuerza. Yuya lo abrazó de vuelta y tragó saliva con dificultad, aquel nudo en su garganta era tan doloroso.
-Perdóname Yuri... perdóname...-
Escuchar la voz de Yuya lo hizo sentir más triste, pero sabía que no era su culpa, así que negó con la cabeza y se alejó un poco de él.
-No es culpa tuya... es algo que tienes que hacer... y está bien... yo también lo haré algún día, es algo inevitable-
Yuya miró con tristeza el rostro lloroso de Yuri, lo tomó entre sus manos y lo besó con ternura.
-Yo solo te amaré a ti, eso jamás lo olvides-
Yuri no pudo contener más las lagrimas, estás salían por sí solas.
-Yuya-
Lo llamó con voz quebrada, tragó saliva y continuo.
-Tu eres la persona más importante en mi vida, no importa cuanto tiempo pase, yo te voy a amar para toda la eternidad, siempre, siempre estaré esperando por ti-
Se miraron y unieron sus frentes, Yuri intentaba no llorar más, al mismo tiempo que Yuya luchaba para hacerlo.

El día llegó y Takaki se casó con aquella hermosa joven, Yuri tuvo que asistir a la boda, pero después de la ceremonia religiosa fingió estar enfermo y regresó a casa.
El tiempo paso y dejó de verlo, era lo mejor, sabía que si lo veía correría a sus brazos en cualquier momento, eso definitivamente no estaba bien.
-Yuri, tenemos que hablar contigo-
Le dijeron una tarde sus padres mientras comían.
-Haruka se irá al extranjero y creemos que tu deberías ir con ella, sería bueno que el próximo año ustedes se casaran-
-No quisiéramos que te fueras lejos, pero creemos que sería lo mejor para que te acerques más a Haruka-san-
Tras escuchar lo que sus padres le dijeron, solo asintió con la cabeza.

Una mañana, llegó un elegante carruaje a la puerta de su casa, de éste bajó su prometida, lo saludó alegremente, él solo pudo sonreír débilmente. Observó como el mayordomo acomodaba sus valijas junto a las de su prometida.
-Viajaremos en barco, será emocionante ¿No lo crees?-
Yuri solo sonrió, se despidió de sus padres y se marchó, sin despedirse de Yuya, sin decirle nada, simplemente se marchó y jamás volvió, quedandose con aquel sentimiento, con aquel amor clavado en lo más profundo de su corazón.
Para Yuya, enterarse de la partida de Yuri fue tan doloroso que casi enferma, pero pudo reponerse, a pesar de necesitar verlo con tanta intensidad, no podía hacer nada, así que continuó con su vida, conservando aquel gran amor.

Los años pasan, crecemos y envejecemos para después morir. Es inevitable, así es la vida, nacemos para después morir. Peo la vida sigue su curso, la humanidad lo hace todo el tiempo, crece, cambia, evoluciona.
Nuestras almas tal vez hagan lo mismo, podemos volver a encontrarnos de nuevo después de tantos siglos, no es algo certero pero en está ocasión, el destino decidió brindar una segunda oportunidad.

Aquel teléfono timbraba una y otra vez, al parecer era una llamada importante, pero para Takaki Yuya no había cosa más importante que dormir, así que pasaba por alto todo, pero al parecer la persona que llamaba era demasiado insistente, al grado que no tuvo más opción que despertar de mala gana, tomar el aparato y presionar el botón para responder.
-¡¿Por qué demonios no respondes?! ¡¿Tienes idea de la hora que es?!-
-Deja de gritar mamá, no sé que hora es, acabas de despertarme, para eso vivo solo, para que no tengas que molestarme-
-¡Seguramente te la has pasado de fiesta toda la noche como siempre!-
-¿Para que me has llamado?-
Preguntó mientras dejaba escapar un gran bostezo.
-Estamos en el aeropuerto, ¿Acaso olvidaste tu regalo de cumpleaños?-
En ese momento Yuya despertó por completo y recordó que sus padres le habían regalado un viaje a Paris a motivo de su cumpleaños.
-¿A que hora es el vuelo?-
-Tienes una hora para llegar, gracias a Dios yo me quedé con el boleto-
-¡Gracias por llamar mamá! ¡Te quiero!-
Colgó de prisa, no tenía tiempo de bañarse así que se vistió con lo primero que encontró, tomo una maleta de su armario y comenzó a meter ropa, cosas que necesitaría y demás, después salió corriendo de su departamento y a mitad del camino se topó con su vecino, quien resultaba ser su mejor amigo también.
-Olvidaste tu viaje ¿Verdad?-
-¡Te encargo mi departamento! ¡Te veré en dos semanas!-
Yuya siguió corriendo hasta llegar al elevador, éste lo llevó al estacionamiento, dejó su maleta en la parte de atrás y condujo lo más rápido posible hacia el aeropuerto.

Después de ser regañado por su madre en el aeropuerto, de documentar su equipaje y demás, ya estaba sentado tranquilamente en aquel avión rumbo a Paris, se moría de ganas por llegar, estaría dos maravillosas semanas que no pensaba desperdiciar.
Después de un largo viaje, llegó al aeropuerto de parís, cambió dinero y emprendió el camino, tenía la dirección del hotel donde había echo reservación su madre, estaba tan emocionado, correría a dejar sus cosas y pasearía por las calles, sí, eso deseaba hacer.

Estaba convencido de que aquella ciudad era hermosa, a pesar de no conocer bien el idioma lograba darse a entender para comprar algunas cosas como comida, souvenirs y alguna que otra bebida.
El día transcurrió rápidamente, estaba anocheciendo y deseaba descansar, así que Yuya emprendió el camino de regreso al hotel.
Afuera de éste observó a un chico que estaba observando fijamente un mapa, parecía perdido, llevaba consigo una enorme mochila en la espalda, parecía de esos viajeros que solo cargan consigo lo necesario y se van a la aventura.
Cuando estuvo un poco más cerca pudo notar que era japonés, por lo que sintió ganas de preguntarle si necesitaba ayuda, y eso hizo.
-¿Necesitas ayuda con algo?-

Efectivamente, estaba perdido, había llegado a Paris hace horas pero no sabía a donde ir, comenzaba a anochecer y necesitaba un lugar para dormir.
Cuando intentaba ubicarse por medio de un mapa, escuchó a alguien hablarle en un japonés que le resulto tan maravilloso, como una salvación.
Levantó la mirada y frente a él estaba un chico alto, de cabello teñido de un rubio deslavado, parecía un turista más. Rápidamente se puso de pie y sonriente le respondió.
-¿Eres japonés?-
-Así es, parece que has estado mucho tiempo perdido, ¿Necesitas ayuda con algo?-
-Es que... estoy perdido, mi francés es horrible y no logro comunicarme con nadie, y mi inglés tampoco es muy bueno... Necesito un lugar para dormir... estoy desesperado, no logró encontrar un lugar que no sea tan caro...-
-¿Cómo te llamas?-
Le preguntó curioso.
-Chinen Yuri, mucho gusto-
-Takaki Yuya, igualmente-
Ambos se sonrieron.
-Bueno, ya es tarde, si quieres puedes quedarte conmigo esta noche, estoy hospedandome aquí-
Señaló Takaki hacia el hotel. Chinen se sorprendió, lucía un lugar más caro que todos en los que había logrado preguntar, se sentía avergonzado, pero necesitaba un lugar para dormir, así que no tuvo más que aceptar su amable oferta.
-¡Muchas gracias!-
Le dijo con una efusiva reverencia.
-Tranquilo, no es para tanto, anda, entremos-
Le sonrió amablemente y ambos entraron al hotel.

-¡Esto es enorme!-
Exclamó Chinen al estar dentro de aquella lujosa habitación.
-No es para tanto, si necesitas un baño puedes hacerlo, voy a ordenar la cena, ¿Quieres algo en especial?-
Takaki preguntó con tanta naturalidad, con tanta confianza, que para Chinen no resultó extraño, se sintió tan cómodo al instante, así que sonriente le dijo.
-Lo que tú quieras está bien para mi, gracias-
-De acuerdo, entonces pediré, puedes dejar tus cosas por ahí-
Chinen asintió y dejó su gran mochila sobre uno de los sillones, aquella habitación de hotel parecía más un departamento, era increíble, y el paisaje que se lograba ver por la ventana era maravilloso, simplemente hermoso.
Cuanto Takaki terminó de pedir la cena vía telefónica, miró al chico que estaba pegado a la ventana completamente maravillado por el paisaje, no pudo evitar el sonreír y acercarse a él.
-Es muy bonito, ¿verdad?-
Chinen asintió con la cabeza.
-¿Por que has venido a Paris de esa forma?-
-Ah, ¿Te refieres a mi equipaje? Bueno, quería una aventura, quiero visitar diferentes ciudades de Francia y comencé por aquí, no traigo mucho dinero por eso no encontraba hospedaje, además de que me perdí completamente, sé que aventurarse a un país en el que no conoces bien el idioma resulta complicado, pero estoy dispuesto a salir adelante, debo agradecer tu gran ayuda de el día de hoy, en verdad muchas gracias-
Takaki escuchó atento y observó la radiante sonrisa que el chico le mostraba, por alguna razón lo ponía de buen humor, le gustaba esa expresión, se quedó pensando unos segundos, él jamás se habría lanzado así a una aventura, lo envidiaba por tener el valor de hacerlo, fue entonces que pensó que podría ser una buena oportunidad para llenarse también de esa experiencia.
-Eres muy valiente, ¿Cuántos años tienes?-
-Diecinueve-
Takaki rió un poco.
-Creí que eras más pequeño-
-Lo sé, todo el mundo me lo dice, no es mi culpa ser bajito-
Refunfuñó un poco.
-Lo siento, no quise ofenderte-
Se disculpó rápidamente.
-Está bien, de alguna forma estoy acostumbrado, tu has de andar por los veinte ¿No?-
-Veintidós para ser exacto-
Chinen lo miró fijamente, parecía analizarlo.
-Si, eso imaginé-
-¿En que parte de Japón vives?-
Preguntó Takaki.
-Tokyo-
-¿En serio? ¡Yo también!-
Ambos se miraron asombrados, después sonrieron.
-Vaya, que sorpresa-
Dijo Chinen.
-Si que lo es-
En ese momento tocaron a la puerta, la cena había llegado.

Cuando todo estuvo servido, Chinen quedó maravillado, todo lucia tan delicioso, seguramente sería la única vez que lograría comer tan elegantemente y estaba feliz.
-¡A comer!-
Exclamó con entusiasmo, Takaki sonrió y lo secundó.
-A comer-
Fue así que comenzaron, después entablaron una conversación para conocerse un poco más, comida favorita, música, películas, libros, en fin, un poco de todo, estaban tan cómodos el uno con el otro que resulto ser una cena bastante agradable.
-¡Estoy lleno!-
Expresó Chinen mientras se dejaba caer sobre el sillón y se llevaba ambas manos al estomago.
-Eso es bueno, así tendrás energías para mañana-
-Si, mañana será un día largo, mi viaje continua, ¿Vas a quedarte en Paris más tiempo?-
Takaki lo pensó un poco, fue entonces que se animo en expresar su siguiente comentario.
-No lo sé, me gustaría saber si aceptarías a un acompañante extra en tu viaje de aventura-
Chinen se sorprendió, sin embargo no le pareció una mala idea, sentía que podía pasarla el doble de divertido con compañía.
-¿En verdad quieres venir conmigo?-
-Si, en realidad nunca he tenido un viaje de aventura, vine a aquí gracias a mis padres, ellos pagaron el boleto de avión, la reservación en el hotel y además me dieron dinero-
Chinen rió un poco al escuchar aquello.
-Ya me había dado cuenta de que eres rico-
-Yo no soy rico, lo son mis padres, todo es de ellos, realmente aún no hago mi propio dinero-
Era la primera vez que Takaki era tan franco, normalmente fanfarroneaba y presumía más, pero sentía que con Chinen no podía ser así.
-Creo que el aventurarme como tú me enseñara unas cuantas cosas, además de que será más divertido, ¿Que dices? ¿Me aceptas?-
Chinen le sonrió y amablemente le dijo.
-Bienvenido al viaje, más vale que vayas a dormir ahora, tomaremos el primer tren para ir al siguiente destino-
Takaki le sonrió de vuelta y asintió con la cabeza. Podía sentir una extraña emoción que jamás había experimentado, aquello le agradaba.

A la mañana siguiente, Chinen despertó a las 5:30 de la mañana, se dio un baño y alistó sus cosas después de cambiarse de ropa, miró a Takaki que dormía plácidamente así que no tuvo más opción que despertarlo.
-¡Takaki-san! ¡Es hora de despertar!-
Al parecer el mayor estaba sumergido en un profundo y agradable sueño, por lo que tuvo que moverlo con más fuerza hasta lograr despertarlo.
-¿Eh? ¿Qué pasa?-
-Debes alistarte, dentro de poco saldremos para tomar el primer tren-
Takaki aún estaba medio dormido, tardó en recordar lo ocurrido el día anterior hasta que vio con claridad el rostro de Chinen muy cerca del suyo, ante la sorpresa sus ojos se abrieron.
-Veo que ya estás bien despierto, anda, arregla tus cosas, tenemos que salir en 15 minutos hacia la estación-
Así, Chinen se alejó de él y lo miró sonriente.
-Espera... ¿Que hora es?-
Buscó un reloj y vio la hora.
-¡¡Es demasiado temprano!!-
Exclamó, no le gustaba despertar tan temprano.
-Lo sé, pero tenemos que aprovechar el día-
Sin más remedio, Takaki salió de la cama, se vistió y tomó su maleta.
-No creo que llevar eso sea muy cómodo, caminaremos mucho, ¿No puedes comprar algo más practico?-
Le pregunto Chinen al observar su maleta de viaje, definitivamente no era la adecuada para andar de aventura.
-Está bien, compraré una nueva, como la tuya, ahora salgamos y busquemos ¿Está bien?-
-De acuerdo, pero si no encontramos una rápido tendrás que comprarla más tarde-
Takaki estuvo de acuerdo, así que se armó de valor y salió de aquella lujosa habitación junto con Chinen, era hora de emprender la aventura.

Para Takaki fue fácil encontrar un lugar para cambiar su maleta, ahora traía una gran mochila, similar a la de Chinen, ahora ambos parecían unos verdaderos viajeros.
Llegaron a la estación y compraron el boleto de tren que los llevaría a la primera ciudad a visitar, estaban emocionados.
Ya en el tren, se miraron y sonrieron.
-¿Tienes una ruta?-
Le preguntó el mayor, entonces Chinen sacó su mapa del bolsillo y se lo mostró.
-Es ésta-
Takaki observó fijamente, resultaba interesante, tomaría tiempo pero sería divertido.
-Lo has planeado bien, si te tomaste el tiempo para crear tu ruta ¿Por qué no aprendiste el idioma antes?-
Chinen se avergonzó un poco y respondió.
-Bueno, solo pude ahorrar para el viaje, no pude invertir en unas clases de francés, yo solo quería venir, no pensé que sería tan difícil comunicarme-
Takaki sonrió, resultaba un poco tierno, tenía que aceptarlo.
-Bueno, mi francés no es perfecto pero podremos sobrevivir-
Después de horas de viaje, llegaron a su destino, se sentían cansados pero la emoción los hizo llenarse de energía.
-¡Llegamos!-
Exclamó Takaki con alegría, Chinen hizo lo mismo.
-Es hora de explorar-
Dijo Chinen con entusiasmo, sin embargo, Takaki lo detuvo.
-Es hora de desayunar, tengo hambre, ya es más de medio día-
En ese momento el estomago del mayor sonó, en verdad tenía hambre, y como iba a negarlo, él también estaba hambriento.
-Tienes razón-
Sonrió con torpeza, busquemos algo de comer-
Así, salieron de la estación y emprendieron la búsqueda, Chinen encontró una panadería y no dudó en entrar, moría por probar lo que hacían allí, Takaki lo siguió y al darse cuenta del problema del menor para comunicarse, decidió ayudarlo un poco. Al final, ambos salieron con un delicioso pan recién hecho y un chocolate caliente.
-¡¡Delicioso!!-
Gritó Takaki a mitad de la calle al dar la primera mordida, Chinen sonrió e hizo lo mismo.
-¡Esto es delicioso!-
Los ojos de ambos brillaban, como si hubiesen descubierto el manjar más exquisito de sus vidas. Encontraron un pequeño parque cerca de una plaza llena de turistas y tomaron asiento en una banca para terminar de comer.
Al terminar, continuaron su recorrido, caminaron por las calles, se perdieron, encontraron el camino de nuevo, miraban una guía que Takaki había decidido comprar, visitaban los lugares importantes, tomaban fotos, hasta que Chinen decidió que sería una buena idea tomar una foto con los dos juntos.
Como pudo, pidió a una persona que les tomara una foto y esta accedió amablemente, cuando la miró sonrió contento.
-Tenemos que tomar más fotos así, ¿No crees?-
Le preguntó a Takaki, el cual sonrió.
-Tienes razón, tenemos que crear muchos recuerdos de esta aventura-
Fue así como la tarde pasó y llego el momento de buscar donde dormir, esta vez eligieron un lugar no tan costoso, Takaki quería que Chinen se sintiera cómodo así que prefirió ignorar los lugares lujosos y caros.
Llegaron a una habitación ya más pequeña que la anterior, con tan solo dos camas, una mesita de noche y un baño, de inmediato Chinen dejó sus cosas a un lado y corrió a una de las camas, recostandose boca abajo.
-Estoy muerto...-
-Yo necesito un baño-
Dijo Takaki mientras sacaba de su mochila todo lo necesario para ducharse. Al terminar, salió ya con su pijama puesta, su cabello aún estaba húmedo así que quería esperar a que se secara por completo.
-¿Vas a bañarte?-
Le preguntó a Chinen, pero no obtuvo respuesta, al parecer el menor se había quedado profundamente dormido.
Sonrió al verlo y tomo asiento a su lado, por primera vez tenía la oportunidad de verlo más de cerca, observar cada detalle, era increíble lo cómodo que se sentía a su lado, lo fácil que era hablar con él, con tanta naturalidad, resultaba ser inexplicable pero no desagradable, al contrario, le gustaba la compañía del bajito.
Respiró profundo y se alejó de él para no despertarlo, espero a que su cabello se secara un poco más, apagó la luz y se recostó en su cama, él también estaba cansado, pero con una sensación de tranquilidad en su interior, nunca antes se había sentido así con alguien, mucho menos con alguien a quien apenas conocía.

De nueva cuenta, fue Chinen que despertó primero, se bañó y después de alistarse despertó a Takaki.
-¿Otra vez temprano?-
Preguntó medio dormido.
-Así es, es hora de marcharnos a la siguiente ciudad, no hay tiempo que perder-
Dijo Chinen con entusiasmo mientras tomaba sus cosas, esperó a que Takaki se vistiera y estuviera listo.
Ahora ambos se dirigían a la estación una vez más y otra vez tomaron el tren, esta vez sería un recorrido más largo, pero la emoción se conservaba en ambos.
-¿Sabes jugar cartas?-
Preguntó Takaki mientras sacaba unas de su mochila.
-Un poco-
-Entonces juguemos-
Dicho esto Takaki desplegó una mesa, acomodó las cartas y ambos comenzaron a jugar. Entre ambos habían risas, malos entendidos, travesuras y bromas, aquello hizo el viaje mucho más corto de lo que esperaban y cuando menos se dieron cuenta, habían llegado a la siguiente ciudad.
-Es hora de buscar el desayuno de hoy-
Exclamó Chinen mientras Takaki se mostraba de acuerdo con esa idea. No tardaron en encontrar un lugar en donde comprar comida, y de nueva cuenta desayunaron al aire libre, después exploraron los alrededores, caminaron y caminaron, hasta que llegaron a una gran plaza llena de gente.
-Hay que tener cuidado o podríamos perdernos-
Le dijo Takaki con seriedad.
-Está bien, vayamos hacia allá, parece haber algo interesante-
Señaló Chinen, comenzando a caminar seguido por Takaki. Pero la gente era demasiada a medida que caminaban, llegó un punto en el que se perdieron de vista, Chinen miraba hacia atrás pero Takaki ya no estaba, de igual forma el mayor buscaba entre la gente pero no lograba ver a Chinen por ninguna parte, estaba preocupado, por él no habría problema, pero el menor no sabía hablar bien el idioma y podría perderse con facilidad, necesitaba encontrarlo rápido.
Entre más caminaba más perdido se sentía, no sabía en donde estaba y no lograba encontrar a Takaki por ningún lado, esto definitivamente no era bueno, trato de quedarse en un solo punto, con la esperanza de que el mayor pasara por ahí y lo viera.
Sin embargo Takaki estaba a punto de desesperarse, estaba muy preocupado y comenzaba a pensar que jamás lo encontraría, buscaba y buscaba entre la gente pero no lograba verlo, hasta que de pronto sintió un gran alivio, no muy lejos de él estaba Chinen, estaba de pie mirando en todas direcciones, al parecer nada malo le había sucedido y eso lo tranquilizó.
Caminó de prisa hasta llegar a él.
-¡Chinen!-
Lo llamó para que éste volteara a verlo y entonces observó como le sonreía con alivio.
-Takaki-san, creí que-
Chinen se quedó mudo al sentir como Takaki lo abrazaba fuertemente, después le dijo al oído.
-Estaba preocupado, no vuelvas a alejarte así, creí que ibas a perderte-
La voz de Takaki aceleró su corazón, estaba sintiéndose muy extraño, pudo sentir como sus mejillas se sonrojaban.
-E-estoy bien...-
Fue lo único que logró decir, después el mayor dejó de abrazarlo y lo miró sonriente.
-Eso me alegra, ahora será mejor salir de aquí, hay demasiada gente y no se puede ver nada-
Dicho esto, tomó la mano de Chinen y comenzó a llevárselo lejos de aquella multitud.

El resto del día transcurrió sin mayor contratiempo, aunque Chinen se sentía muy extraño, de igual forma le pasaba a Takaki, era la primera vez que se preocupaba tanto por alguien a quien a penas conocía, además, había tenido el impulso de abrazarlo y después tomarlo de la mano, eso definitivamente no era normal, había algo más allí, pero no sabía qué.
Llego el atardecer y la hora de cenar, así que ambos entraron a un restaurante y se dispusieron a disfrutar de lo que pidieron para comer.
-¿Te gusta?-
Preguntó Takaki con amabilidad, sin embargo Chinen aún sentía algo de nerviosismo por lo que respondió con torpeza.
-S-si, esta rico-
No hubo más, prácticamente comieron en silencio, lo cual era extraño puesto que siempre encontraba de que hablar, esta vez ambos se sentían extraños, nerviosos, por lo que aquello fue un poco incomodo, ninguno sabía que decir.

Cuando llegaron a un nuevo hotel, ambos entraron en aquella pequeña habitación, pero se llevaron una gran sorpresa, solo había una cama, era una matrimonial.
Ambos se miraron confundidos.
-Estoy seguro de haber pedido una habitación para dos personas...-
-Bueno, claramente es para dos personas... que duermen juntos...-
Dijo Chinen mientras miraba fijamente aquella cama.
-¿Que hacemos?-
Preguntó Takaki con torpeza.
-Puedes ir a pedir otra habitación-
-No, en la recepción dijeron que ésta era la única disponible-
Si que estaban en un lío, ahora tendrían que pensar como iban a dormir, aunque claro, la respuesta era obvia.
-Y ya es muy tarde para buscar otro lugar...-
Dijo Chinen mientras dejaba su mochila a un lado.
-Creo que puedo dormir en el suelo, tu usa la cama-
Sugirió Takaki con tranquilidad mientras observaba la alfombra, no sería muy cómodo pero al menos podría descansar lo necesario.
-No creo que sea buena idea, eres al que más trabajo le cuesta despertar y si duermes en el piso ni siquiera podrás dormir, tú usa la cama, yo puedo dormir en el suelo-
Dicho esto, Chinen se acercó a la cama, tomó una almohada y de su mochila sacó una pequeña cobija, se acostó en el suelo y dándole la espalda a Takaki, dijo al fin.
-Hasta mañana-
Takaki lo observó detenidamente, no se sentía cómodo ante esta situación, dejó su mochila sobre el suelo y se acercó a la cama, se sentó y se quito lentamente los zapatos, tenía que darse un baño primero.
Después de sacar lo necesario, se duchó con calma, mientras lo hacia no podía sacar de su cabeza aquella sensación, tener a Chinen entre sus brazos, tomar su mano, observar su sonrisa, todo aquello le provocaba un sentimiento tan extraño, tan desconocido, pero agradable, era inevitable sonreír con tan solo recordarlo.
Al salir de la ducha, ya vestido, se sentó a la orilla de la cama, Chinen dormía del otro lado, sobre la alfombra, aquello continuaba pareciéndole  incorrecto, no podía permitir que el menor durmiese ahí toda la noche. Suspiró profundo, sabía que hacer, así que sin más, se puso de pie, se acercó a él, al parecer estaba completamente dormido, se arrodilló para observarlo más de cerca, en efecto, dormía profundamente, se levantó y acomodó las cobijas de la cama, con sumo cuidado lo levanto en brazos y lo recostó sobre la cama, lo cubrió gentilmente y sonrió mientras le acariciaba cariñosamente la cabeza.
-Buenas noches-
Dijo en voz baja, caminó hacia el otro lado de la cama, tomó asiento y pasó la toalla por última vez por su cabeza, le dejó a un lado, apagó la luz de la lámpara y se recostó, cerró sus ojos e hizo todo lo posible para dormir y descansar, aún quedaba camino por recorrer y tenía que concentrarse en ello, nada más.

La mañana llegó como ya comenzaba a ser costumbre, se sentía cómodo, pero tenía que despertar, abrió poco a poco los ojos, aun no veía claro pero sentía una suave respiración sobre su rostro. Cuando logró ajustar la vista, se sorprendió, tanto que sus ojos se abrieron tanto, el rostro de Takaki, completamente dormido, estaba demasiado cerca del suyo, sus frentes estaban unidas, ¿Cuánto tiempo llevaban así? ¿Cómo había llegado a la cama? El recordaba que había decidido dormir en el suelo, entonces, ¿Por qué estaba ahí?
Trato de calmarse, se alejó lentamente hasta lograr salir de la cama, necesitaba tranquilizar los fuertes latidos de su corazón, se sentía muy extraño y aquello no era nada normal, Takaki era solo un extraño que hace poco conocía, sin embargo tenía que aceptarlo, resultaba ser un extraño bastante agradable, no podía dejar de recordar lo bien que la estaba pasando a su lado, su compañía era lo mejor que pudo haber deseado. En ese momento, un extraño sentimiento comenzó a invadirlo de pies a cabeza, su corazón latía diferente ahora, sintió sus mejillas enrojecer levemente y un suspiro poco común salió de su boca, llenando su pecho de un dolor nada molesto, ¿Que significaba aquello?
Sacudió su cabeza de tan solo pensar en tantas cosas, no era posible, tenía que despejar su mente así que decidió tomar un baño, aquello le daría la relajación suficiente. Ahora que lo pensaba, había algo curioso, él se bañaba por las mañanas y Takaki lo hacía por las noches, podía notarlo porque siempre estaba su toalla afuera, una sonrisa se dibujo en su rostro, sin razón aparente, simplemente aquello lo hizo sonreír torpemente.

La hora de partir llegó y ambos ya estaban en la estación del tren.
-El viaje esta por terminar…-
Comentó Takaki mientras observaba el mapa, tan solo quedaban dos lugares más por recorrer y la meta estaría completa, pero aquello no lo hacía feliz.
-Ah… es verdad-
Chinen también pudo sentir aquel vacío. Ambos sabían que después del viaje no habría razón para seguir juntos, para volver a verse.
Cuando entraron al tren buscaron sus asientos, como siempre era uno junto al otro, no quedaba mucho tiempo de aquella sensación de sus hombros chocando de vez en cuando, pero ninguno de los dos deseaba pensar mucho en ello, aún quedaban dos lugares más, podrían seguir disfrutando. Aunque para Chinen era complicado, deseaba disfrutar, pero ese nerviosismo no lo dejaba tranquilo, la imagen del rostro de Takaki tan cerca del suyo, aquel abrazo y la calidez de su mano aún estaban tan presentes que solo quería esconder el rostro para que el mayor no notará su sonrojo.
Para Takaki era similar, estaba ansioso, nervioso e inquieto, le gustaba la compañía de Chinen, sentirlo cerca, escuchar su voz, ver su sonrisa, la sensación de tenerlo entre sus brazos definitivamente había detonado algo en su interior, un sentimiento especial, algo que quería seguir sintiendo durante mucho más tiempo, no deseaba pensar en el final del viaje, solo disfrutar y dejarse llevar por lo que pudiese suceder en los últimos días.
Sin embargo ya estaban a mitad de viaje y ambos no decían nada, no sabían que decirse ahora, comenzaba a tornarse incómodo, ambos querían hablar, decir lo que fuera, pero al final era complicado.
-Chinen… ¿Estás enojado conmigo? Por haberte abrazado así…-
De inmediato miró a Takaki con sorpresa y respondió de inmediato.
-¡No estoy enojado!-
-Siento que… el ambiente entre nosotros ha cambiado, ¿Pasa algo malo?-
Takaki sentía cierto nerviosismo al hablar, pero se esforzaba en ocultarlo.
-No pasa nada malo, creo que me he quedado sin temas de conversación, eso es todo. ¿Hay algo que lo que quieras hablar?-
De igual manera, Chinen aparentaba que todo estaba bien con él, no quería demostrar que se sentía nervioso y avergonzado, él mismo ignoraba la razón.
-Bueno, ayer fue interesante, visitamos tantos lugares, aunque no puedo creer que tu francés siga siendo terrible-
Takaki sonreía infantil, Chinen lo miró y no pudo evitar secundarlo, al parecer poco a poco el ambiente volvía a la normalidad entre ambos y aquello era bueno, le agradaba, ahora podía sentirse mucho más cómodo.

El resto del viaje fue tranquilo, platicaron tanto como ya solían hacerlo, reían, jugaban, compartían experiencias tontas y otras no tanto, simplemente siguieron conociendose. Cuando llegaron a la siguiente estación, bajaron cansados, estiraron brazos y piernas y emprendieron la aventura, como de costumbre, explorarían los alrededores, conocerían los lugares importantes, buscarían algo para comer y un lugar para dormir.
Mientras caminaban, ambos sentían algo diferente, se sentían tan cercanos, se miraban de vez en cuando y había algo especial allí, una chispa, algo que en definitiva no le sucede a cualquiera.
-Quiero comer algo-
Dijo Takaki mientras se frotaba el estomago.
-Yo también, necesitamos buscar algo de comida-
-Lo mismo pensaba sugerir, ¿te parece si buscamos por aquí?-
-De acuerdo, espero que encontremos algo delicioso-
Se miraron, sonrieron y siguieron caminando. No tardaron mucho en encontrar un pequeño restaurante, los recibieron con amabilidad y no tardaron mucho en llevarles su orden. Mientras comían platicaban cosas sin importancia, hablaban de comida, lo que más extrañaban comer. Hasta que de pronto, a Takaki le surgió una duda, prácticamente ya conocía a Chinen de pies a cabeza, sabía sus gustos, sabía un poco de su familia, la cual era muy normal, lo que no le agradaba, su comida favorita, casi todo a excepción de una cosa, algo más privado, su vida amorosa, no sabía nada y de cierta forma tenía curiosidad.
-Hay algo de ti que me gustaría saber-
Chinen se sorprendió por el cambio en la conversación, justo hablaban de quesos y ahora Takaki pretendía sacar otro tema, no iba a detenerlo, si quería hablar de algo más interesante estaba bien.
-Tal vez sea algo muy atrevido de mi parte, si te sientes incómodo no respondas, no hay problema-
-¿Qué quieres saber?-
-Bueno, ya sé mucho sobre ti, tu familia, lo que te gusta, lo que no, lo que te divierte, lo que te aburre, tu comida favorita, lo que odias comer, películas, música y libros que te gustan, pero…-
Takaki guardó silencio un instante, Chinen lo observó fijamente y esperó.
-No haz mencionado tu lado sentimental, yo tampoco lo he hecho, pero no sé si tienes a alguien especial esperando por ti en Japón o no…-
Chinen lo miró fijamente, respiró profundo y habló.
-No hay nadie esperándome en Japón, nadie así, no he tenido muchas relaciones, pero la más reciente terminó hace poco, nada dramático, simplemente cambio de planes entre ambos, él se concentró en sus propias metas y decidió terminar, ya casi no nos veíamos así que fue algo fácil, aún nos hablamos pero solo somos amigos-
-Vaya-
De alguna forma, a Takaki le agradaba escuchar que el chico no tenía a nadie especial, era absurdo pero así se sentía.
-¿Y tú?-
Preguntó Chinen mientras lo miraba fijamente, con curiosidad, deseaba saber también.
-Yo solo me he divertido, no he tomado nada en serio, solo voy y vengo, voy de un lugar para otro pero jamás me quedo, ¿Cómo decirlo?-
-¿Eres de una sola ocasión?-
-Por así decirlo, no quiero lastimar a nadie, por eso dejo las cosas claras desde el principio con mis conquistas nocturnas-
Takaki dijo lo último con una sonrisa tímida.
-Entonces no has tenido una relación seria ¿Verdad?-
De alguna manera, Chinen quería saber más.
-Si he tenido, una, pero fue hace mucho-
-¿Y qué paso?-
Takaki suspiró, tomó agua y respondió.
-Me dejó,se había acercado a mí por la posición económica que poseo, como un tonto le di todo y hasta más de lo necesario, después me arrepentí y ya no quise saber más de aquel sentimiento, creo que por eso me volví de una sola ocasión, como dices-
Chinen observó la triste sonrisa en el rostro de Takaki.
-¿Aún te duele?-
-No, lo he dejado como una experiencia más, me deshice de aquel sentimiento y lo deseché después de un tiempo, hasta ahora solo pensé en divertirme, pasarla bien, con compromisos, sin involucrar sentimientos, hasta ahora-
Takaki fijó su mirada en Chinen, éste lo miró sorprendido y dejó que continuara.
-Creo que…-
Justo en ese momento llegó el mesero preguntando si deseaban algo más, aparentando tranquilidad, Takaki tan solo pidió la cuenta, cuando se fue ya no encontró el valor de continuar con lo que estaba por decir, se sintió avergonzado de recordar lo que estaba por decir, sabía que no estaba bien, así que trato de cambiar el tema en cuanto el mesero se fue.
Chinen había sentido como su corazón latía con fuerza, estaba ansioso por seguir escuchando, de no haber sido por aquel mesero quien sabe que habría pasado, por un instante sintió que caería rendido y dejaría salir aquel sentimiento que lo había estado atormentando últimamente.

Una vez más caminaban en busca de un hotel, Takaki aparentaba estar tranquilo, pero aun no superaba lo que había estado a punto de decir, así que evitaba el mayor contacto visual con Chinen, ya que este aceleraba su corazón como nunca antes le había sucedido, ni con su antigua pareja había logrado sentirse así.
Cuando encontraron un nuevo lugar y lograron obtener una habitación, entraron juntos, ahora si había dos camas.
-Voy a bañarme-
Dijo Takaki rápidamente, entrando al baño con todo y su gran mochila. Chinen lo observó extrañado, pero trató de no darle importancia, no más de la necesaria, dejo sus cosas y se dispuso a acomodarse para dormir y descansar, aquel día había resultado más agotador mentalmente, no podía evitarlo, Takaki comenzaba a gustarle y aquello era extraño, más aún después de aquella platica en el restaurante.

Takaki se bañó, hizo lo posible para despejar su mente, llegó a la conclusión de que era inútil luchar contra ello, Chinen le gustaba, era obvio. Pero aún así necesitaba calmarse, no ser impulsivo, después de todo necesitaba acercarse más a él, convencerse más de aquel sentimiento, y que mejor forma de hacerlo que acercandose a él más y más.
Salió del baño y para su sorpresa, Chinen aún estaba despierto.
-Creí que ya estarías dormido, como siempre-
Takaki tenía el cabello mojado, una toalla alrededor de su cuello mientras vestía ropa cómoda.
-Ah… aún no tengo sueño-
-Deberías darte un baño, así te relajaras y tal vez te de sueño-
Chinen observaba fijamente al mayor, no iba a negarlo aquella imagen le gustaba aún más, pero se sentía más nervioso que de costumbre.
-Seca bien tu cabello, si duermes así te enfermarás-
Le dijo mientras desviaba la mirada, tratando de ocultar su sonrojo.
-Ah, sí, aún no voy a dormir, si quieres tu puedes hacerlo-
Takaki caminó hacia su cama y tomo asiento, de forma que le daba la espalda, mientras secaba su cabello con la toalla.
Chinen lo observó, sintió algo en su interior pero trató de calmarse, sacudió su cabeza y se acomodo de prisa entre las cobijas.
-Buenas noches-
-Buenas noches-
Le respondió Takaki con una sonrisa.

Aquella pequeña rutina se repitió a la mañana siguiente, tomaron el tren, ya solo quedaba un lugar, éste sería su último destino.
Se miraban a ratos durante el viaje, querían decir tantas cosas, pero las palabras no fluían.
-Estamos por llegar a la meta-
Le sonrió Chinen.
-Si, al fin termina tu recorrido-
Takaki le sonrió de vuelta, no había más que decir.
-Se siente extraño, ¿No lo crees?-
Preguntó Chinen mientras miraba por la ventana, Takaki comprendió aquel sentimiento, era claro que después del viaje ya no tendrían razón para frecuentarse.
-¿Cómo regresarás?-
Le preguntó Takaki.
-En avión, ya tengo el boleto, saldré mañana temprano-
-Tú siempre saliendo temprano-
Ambos sonrieron torpemente.
-¿Y tú?-
Preguntó Chinen.
-También volveré en avión, pero en un par de días más-
-Creí que volveríamos al mismo tiempo-
-Yo también, pero he revisado mi boleto y aún quedan dos días, supongo que me quedaré en Nice hasta entonces-
-Vaya-
Takaki observó como Chinen desviaba la mirada, de nuevo hacia la ventana, no quería más este ambiente, ese silencio, así que sacó sus cartas y aprovechando que el asiento frente al menor estaba vació, se sentó ahí.
-Juguemos, así no sentiremos que es el último viaje, ¿Qué dices?-
Chinen sonrió junto con Takaki y asintió con la cabeza. Así pues, ambos jugaron el resto del camino, platicaron, bromearon, como lo habían estado haciendo todo ese tiempo, algo que ya parecía natural entre ellos.

Llegaron a la estación y disfrutaron de la sensación de haber llegado a la meta, olvidándose de la despedida que llegaría al día siguiente.
-¡Vamos a la playa!-
Exclamó Takaki.
-¡Si!-
Le respondió Chinen con el mismo entusiasmo, corrieron y encontraron el camino que los llevaría a la playa, estaban ansiosos, y en cuanto llegaron dejaron su gran equipaje a un lado para correr al agua. Jugaron, nadaron, tomaron fotografías, las últimas fotografías juntos. Se recostaron sobre la arena y cerraron los ojos, no les importó no llevar traje de baño.
-Que bien se siente-
Dijo Chinen con un suspiro.
-Lo sé, es bastante relajan, es la primera vez que entro al mar con mi ropa normal-
-Eso hace de la experiencia algo especial, ¿No crees?-
-Seguramente-
Ambos giraron sus cabezas y se miraron, sonrieron y volvieron a mirar al despejado cielo.
-¿No tienes hambre?-
Preguntó Chinen.
-Un poco, ¿Vamos a buscar algo?-
-Si-
Fue así como se pusieron de pie, ya estaban un poco secos, tomaron de nuevo su equipaje y emprendieron el camino a buscar algo de comer. El ambiente era tranquilo en aquella ciudad, gente caminando tranquilamente usando lentes de sol, ropa ligera, sandalias.
Ambos observaban los alrededores y miraban las tiendas de ropa y souvenirs, todo muy llamativo. Mientras caminaban, de ves en cuando sus manos rozaban la una con la otra, trataban de no darle importancia pero con cada roce ambos sentían algo especial, algo inquietante. Llegó el momento en el que fue desesperante para Takaki, en el sentido de no querer controlarse más, así que sin pensarlo mucho, decidió tomar la mano de Chinen y seguir caminando tranquilamente.
Al principio se extraño, pero no quería soltarse, no dijo nada y tan solo disfrutó de la sensación de la mano de Takaki sobre la suya, hasta el punto de ser él quien entrelazara sus dedos con los del mayor. Se miraron y sonrieron tímidamente, más no se dijeron nada, sentían que no hacia falta, así que siguieron caminando.

La tarde paso tranquila, llegaron al hotel y cada uno se recostó en una cama.
-Estoy muerto de cansancio-
Dijo Takaki mientras hundía su rostro en la almohada.
-Siempre terminas así, ya debiste haberte acostumbrado a caminar todo el día-
-Estoy acostumbrado, pero aún así me canso, no soy una maquina-
-¿Que clase de comparación es esa?-
Se burlo Chinen mientras se sentaba y miraba a Takaki, quien poco a poco se reincorporaba.
-¿A que hora saldrás mañana?-
-A las siete-
-¡Es muy temprano!-
-Pero esta vez no voy a despertarte, así que tranquilo, vas a poder dormir todo lo que quieras-
Takaki bajó la mirada y dijo en voz baja.
-¿Así que te irás sin despedirte?-
Chinen se sorprendió, no era su intensión hacer eso.
-¿Tenemos que despedirnos?-
Le preguntó, Takaki lo miró y trato de comprender.
-Si decimos adiós significara que no nos volveremos a ver…-
Murmuró Chinen en un tono que fue perfectamente audible para Takaki.
-Tienes razón, entonces, asegurare de decirme "Hasta luego" y entonces… yo te veré de nuevo-
Ambos se miraron con nostalgia, Chinen sonrió debilmente.
-De acuerdo, lo diré-
-Bien-
Takaki sonrió aliviado y se puso de pie.
-Voy a darme un baño, si vas a salir temprano también deberías tomar uno antes de dormir-
-Me gusta bañarme en las mañanas-
-Bien, entonces duerme ya, aunque tampoco tienes problema para despertar temprano-
Takaki estaba por entrar al baño cuando Chinen lo llamó.
-Oye…-
-¿Si?-
Chinen quería decir algo, pero no sabía como, se sentía nervioso y las palabras no fluían con naturalidad.
-Me preguntaba si… puedo…-
Takaki observó fijamente a Chinen, de cierta forma se veía adorable, él también quería decir algo así que se adelantó. Dio un par de pasos al frente, acercandose a Chinen, y dijo con voz tímida.
-¿Puedo… decirte Yuri?-
Éste levantó la mirada, observó la timidez de Takaki y asintió.
-¿Yuya?-
Chinen también quería llamarlo por su nombre. Takaki sonrió de forma aprobatoria, dio un paso más al frente y estuvo lo suficientemente cerca del menor, se inclinó un poco y le dijo al oído.
-Eres el primero en llamarme por mi nombre-
La voz suave de Takaki tan cerca de su oído lo ruborizó e hizo que su pulso se acelerara.
-Yo tampoco dejo que cualquiera me llame por mi nombre-
Chinen miró fijamente a Takaki, éste comenzó a acercarse lentamente y al fin, unieron sus labios, cerrando los ojos al mismo tiempo, disfrutando de esa sensación tan dulce por primera vez, lo habían deseado en el fondo y ahora resultaba más maravilloso de lo que esperaban.
Se besaron con lentitud, ternura y desbordando poco a poco un sentimiento único, especial.
-Definitivamente te encontraré de regreso-
Le dijo Takaki al separarse de él, Chinen sonrió y asintió con la cabeza. Después se abrazaron, lentamente se dejaron caer sobre la cama, permanecieron abrazados, no deseaban soltarse, así que poco a poco se quedaron profundamente dormidos, sintiendo el calor del otro, respirando su aroma y guardando aquel momento en su memoria.

La hora de despertar llegó, Takaki estaba tan dormido que fue incapaz de despertarlo para despedirse, le acarició la cabeza y besó su frente.
-Hasta luego, Yuya-
Dijo en voz baja, se alistó y después de un rato, tomó sus cosas y salió del hotel, ahora rumbo al aeropuerto.

-Ya ha pasado un mes y no lo encuentras, ¿seguro que vive aquí en Tokyo?-
Le preguntó su amigo.
-Estoy seguro, prometí encontrarlo y eso voy a hacer-
Respondió Takaki mientras se terminaba su café y dejaba la taza sobre la mesa de aquel restaurante.
-Ya buscaste por todos los lugares posibles, ¿cuando tiempo más vas a perder?-
-No es una perdida de tiempo, sé que él también desea verme-
Sin ganas de seguir discutiendo del asunto, se puso de pie.
-Tengo que irme, quede de ir con mis padres, nos vemos luego-
Dejó unas monedas sobre la mesa y se marchó del lugar. Caminó hacia su auto y entró, ya había pasado un mes desde que volvió de Francia, un mes sin verlo y sentía que ya era una eternidad, lo extrañaba como si hubiese vivido junto a él toda una vida, necesitaba encontrarlo.
Arrancó el auto y emprendió el camino, manejaba tranquilo, llegó a un semáforo y tuvo que detenerse, sin más que hacer que esperar, observó como la gente cruzaba la calle, unos a prisa, otros tranquilos, unos platicando con amigos o tomados de la mano, hasta que de pronto algo llamó su atención, creyó que tal vez era su imaginación, fijó bien su vista y se convenció de lo contrario, estaba seguro de que era él, tenía que serlo. Quería bajar del auto y alcanzarlo, pero no podía, estaba a mitad de la calle y el semáforo estaba por ponerse en verde. Miró bien hacia donde se dirigía, conocía el camino, así que en cuanto pudo, arrancó y lo siguió, lo vio entrar a un edificio así que se estacionó, bajó del auto y caminó de prisa para darle alcance.
Justo observó como estaba por subir al elevador, estaba seguro de que era él, no había equivocación, así que corrió, lo alcanzó y lo tomó del brazo, impidiendo que subiera al elevador.
-¡Yuri!-
Lo llamó con anhelo, este al verlo se quedo sorprendido y sonrió ampliamente.
-Yuya-
-Te dije que iba a encontrarte-
Sin más, lo jaló con suavidad y lo abrazó con ternura, la sensación de tenerlo entre sus brazos una vez más era incomparable, lo había anhelado tanto.
-Yo también te estuve buscando, pero te mueves demasiado, vas de un lugar a otro-
Le dijo Chinen mientras lo abrazaba de vuelta y no ocultaba su felicidad.
-¿En verdad me buscabas?-
-Si-
Se separaron y se miraron fijamente, se habían extrañado tanto.
-No soy bueno diciendo estas cosas pero… ¿Estarías bien con alguien como yo?-
Chinen sonrió ante la torpeza de Takaki.
-No lo sé, ¿No me vas a decir que solo será una ocasión?-
-Contigo no-
Ante la seguridad en las palabras de Takaki, no pudo evitarlo, lo besó fugazmente en los labios y lo abrazó de vuelta.
-Entonces está bien-
Takaki sonrió y lo abrazó de vuelta.
Ante ellos, esto solo era el comienzo de algo nuevo, un nuevo futuro juntos. Sin imaginar que siglos atrás, sus almas ya se habían encontrado. Resulta aventurado afirmar que pueda ser certero, sin embargo sucedió de alguna manera, una segunda oportunidad, y esta vez para permanecer juntos toda la vida.

F I N


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Espero y les haya gustado, hace mucho que no hacia un oneshot TakaChii y no se si habra quedado bien, sentí el final algo flojo pero no pude hacer mas xD
Prometo luego hacer otro que valga más la pena ^^
No pude guardarme la intension de escribir con ellos en Francia! Sigo traumada con su viaje, me gusto demasiado!! Creo que no quedo como yo quería... pero al menos ya es algo jejejeje xD No hay lemmon porque no lo crei necesario, queria hacer algo más ligero(?)
En fin, ya estoy pensando en hacer otro de todas formas xD Ya pronto verán de que va y se sorprenderan, al menos eso espero xD
Gracias por leer! :D

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanto, de verdad esta divino, yo también me he imaginado muchas historias de ellos en Francia gracias a su viaje, es que el programa estuvo mas que genial y lo adore.

Por momentos crei que el oneshot iba a terminar triste, pero que bueno que no, el final que hiciste esta muy lindo ;3

Gracias por hacer este oneshot tan Kawaiioso, esperare atenta el siguiente Takachii♥

I LOVE JUMP

marianarashi dijo...

OMG!!! esto era lo que necesitaba!! asdasdasdx takachii mucho amor en un takachii!! *0*! ayaa-chan!! gracias por escribirlo!! asdasdaa salvaste mi vida shipper!!! te quedo super lindo!!! *0*!!!!1

Ysawo-chan dijo...

nbclusdhvnabludsvnbalerfdvanerfjd mori!! x____X tan lindoooo ~ gracias por este hermoso regalo! necesitaba que alguien escribiera de ellos sobre su viaje! aún no termino de verlo por que estoy esperando a que lo subtitulen pero lo poco que llevo me ha dejado con demasiadas ideas en la cabeza. También creo que no era necesario el lemon y eso es raro en mi e.e jejejeje xD wiiiiiiiiiii quiero más!! vnjedblvud es que son demasiado kyaaa amo esta pareja! y nuevamente gracias Ayaa :3

Carol~ dijo...

el takachii SIEMPRE valdrá la pena o.ó son un amor juntos, su amor trasciende el espacio y tiempo */////*!!
su travesía por Francia inspira, la verdad yo espero muchos fics con temática así~ pero de momento solo he leído los de AmiS y este tuyo. gracias por compartir <3

miriacha dijo...

creo que a todas nos ha dejado nostalgicas el viaje de ellos a francias...por mi parte no queria que ese viaje termine...a i me encanto ^^

y sabes aya este shot tambien me gustó....y el viaje a francia fue una buena excusa para escribir....>///<
todo estubo muy bueno desde que su amor fue imposible la primera vez..hasta la segunda oprtunidad que tuvieron...
fue tan NOSTALGICO...hiciste que suspirara por ellos...por el takachiiii (cosa rara en mi)...
ahhhhhhhhhh (suspiro))

bello aya...
gracias por el fic..^^

AmiS dijo...

kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! tan lindos estos dos!!!... muy lindo.. me encanto...TAKACHII POWER!!!! *_____________*

lili kazuya dijo...

O por dios escribes hermoso realmente te admiro esribes tan bonito ame este TakChii wua casi me haces llorar

Anónimo dijo...

Bellisimo!!
Me gusto todo
pero explote aquí..

¡Yuri!-
Lo llamó con anhelo, este al verlo se quedo sorprendido y sonrió amplia mente.
-Yuya-
►-Te dije que iba a encontrarte◄ kyaaaaaaaaaaah!! sdfkjhsasuifhsdufihsdjfh morí ♥♥♥♥

Gracias Aya como siempre adoro tus fics *0*

Anónimo dijo...

Nyaaa!!!! aaaaaae takachiii fue hermoso lo ame me super mega encanto de verdad te juro q fue super hermosisimoooooooo cada vez amo mas como escribes y mis hermosos niños hasta la eternidad gamabatte ayyachan tkm <3
By: yuto nakajima ^w^

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