viernes, 24 de diciembre de 2010

Recuérdame [Cap. 1]

Recuérdame.

Capitulo 1

“Viviendo un infierno, cada día de mi vida ha sido igual, desde que tengo memoria, desde que aquello sucedió, es verdaderamente difícil olvidar las cosas, pero especialmente me cuesta demasiado olvidarme de ti. Aunque puedo apostar a que tu ya te has olvidado de mi, sin embargo, yo no puedo, en toda mi larga vida jamás había conocido a alguien como tu, pero ahora solo puedo quedarme con tu recuerdo… solo con eso.”

Cansado, dejó escapar un suspiro.
-¿Qué pasa Yuya? ¿Recordando aquello de nuevo?
Al escuchar aquella voz, giró la cabeza, encontrándose con su único amigo y tal vez el culpable de todo.
-Oh… Yabu, estas aquí
-Eso es evidente, no tenías por que decirlo
Dicho esto, Yabu tomó asiento junto a Takaki.
-¿Hasta cuando dejarás de recordarlo?
-No lo se… me queda demasiado tiempo de vida para mi gusto…
Suspiro y desvió la mirada.
-Sabes que la solución es bastante sencilla.
En ese momento, Yuya miró a Kota con bastante frialdad, como si al fin hubiese comprendido algo.
-¿Tu se lo dijiste?
En ese momento una sonrisa traviesa se dibujo en el rostro de Kota, se puso de pie y acarició el rostro de Yuya.
-¿Y si lo hice que? No tiene nada de malo.
Con fastidio, Yuya alejó la mano de Kota de su rostro.
-No quiero verte.
Y sin más, se puso de pie bruscamente, hizo a Yabu a un lado y salió de aquella habitación azotando la puerta.
-De todas formas, no puedes remediar el pasado Yuya, acéptalo.
Murmuró para si mientras observaba por la ventana.

Yuya se detuvo en la entrada de la biblioteca, estaba a punto de entrar, pero no lo hizo, solo se quedó ahí, de pie, sin moverse, clavando su mirada en el enorme ventanal que tenía frente a el.
-Hay demasiada luz…
Murmuró, cerró su puño y entonces decidió entrar.
En cuanto dio el primer paso, su cuerpo comenzó a temblar, sin embargo ya no tenía ganas de nada, si debía desaparecer por el simple contacto de la luz solar, era preferible que vivir una eternidad sin la persona que más amaba.
Al sentir los primeros rayos del sol sobre su piel, sintió el dolor, sin embargo no se detuvo, estaba decidido, así, mientras continuaba avanzando, su cuerpo ardía lentamente, causando pequeños daños, mientras que las lágrimas caían lentamente de sus ojos, así, los recuerdos comenzaron a invadir su mente, deseando así volver al lado de aquella persona.

-Un mes antes-

Al fin las tediosas clases habían terminado, estaba cansado y ansioso por salir, por alguna extraña razón tenía un presentimiento, no podía expresarlo claramente, simplemente lo sentía y era de cierta manera emocionante.
En cuanto terminó de guardar sus cosas, salió del salón de clases, sin embargo, cuando estaba por atravesar el pasillo, alguien lo llamó.
-¡Chinen-kun! ¿Te vas tan rápido?
Sonriente, miró a su compañero y le respondió.
-Lo siento Yama-chan, tengo algo que hacer, nos veremos mañana.
Mintió, no tenía nada que hacer, sin embargo quería salir rápido, y el hecho de esperar a Yamada era quedarse hasta que su practica de futbol terminase.
-De acuerdo, ¡Hasta mañana!
Le grito, Chinen sonrió de nuevo y continuo con su camino. De pronto Yamada gritó.
-¡Oye! ¿No tienes que esperarlo?
Pero fue inútil, Chinen ya iba demasiado lejos.

Justo cuando caminaba rumbo a la salida, al doblar en la esquina del último pasillo, chocó con alguien bruscamente, cayendo al suelo inevitablemente.
-¿Estás bien?
Escuchó a un chico preguntar, lentamente levantó la mirada, era un chico alto, castaño, de mirada ligeramente fría y vacía, pero sin embargo bastante apuesto.
-Ah… estoy bien.
Dijo torpemente mientras se ponía de pie, al hacerlo pudo observar detenidamente a aquel chico, su vestimenta era demasiado… cubierta… a pesar de que el clima era bueno, el chico cubría cada parte de su piel a excepción de su cara, pero para eso llevaba un sobrero blanco, el cual no llevaba puesto pero que sostenía con la mano, era extraño.
-¿Seguro que estas bien?
Preguntó aquel chico, Chinen salió de aquel transe y respondió sonriente.
-Si, de verdad lo siento.
-Ten más cuidado.
Así, aquel chico le revolvió los cabellos con delicadeza y se alejó, Chinen lo observó por unos instantes y después continuo con su camino.

Al estar fuera, caminaba de forma más tranquila, de pronto olvidó por que necesitaba salir tan de prisa, sin embargo trato de no darle mucha importancia y continuar con su camino, pero de pronto, su teléfono comenzó a sonar, así que respondió sin fijarse en quien llamaba.
-¿Si?
-¿En dónde estas?
-Ah… ¿Por qué preguntas?
-Vine por ti pero me dijeron que saliste antes, ¿en dónde estas?
-Pues no muy lejos de la escuela, en la siguiente cuadra.
-De acuerdo, no te muevas, voy para allá.
-Espera Inoo.
Pero fue demasiado tarde, la llamada había terminado, así que sin más opción, se hizo a un lado y espero. No tuvo que esperar mucho, puesto que Inoo llegó a los tres minutos, cansado, había corrido con todas sus fuerzas.
-Hola.
Saludó Chinen con una sonrisa en el rostro, Inoo trató de recuperar el aliento y después de unos segundos más logró hablar.
-¿Olvidaste que vendría por ti?
-Eh… creo que si…
En ese momento Inoo se cruzó de brazos y miró a Chinen con cierta molestia.
-Claramente te dije ayer que hoy vendría por ti, ¿Por qué lo olvidaste si siempre lo hago?
Chinen bajó la mirada y respondió.
-No lo se…
En ese momento Inoo se acercó a Chinen y le dijo muy cerca del oído.
-¿Acaso pensabas en alguien más y te olvidaste de mi?
De inmediato las mejillas de Chinen se tornaron rojas y sus ojos se abrieron sorprendidos.
-¿Q-qué?
-De acuerdo, solo bromeaba, vamos, te acompaño a casa.
Un poco nervioso aún, asintió, así ambos comenzaron a caminar lentamente, platicando de otras cosas.
Sin embargo, Chinen no dejaba de observar a Inoo, siempre lo hacía y le gustaba hacerlo, lo admiraba, no podía negar esa atracción que sentía por el, pero era una atracción diferente, le gustaba, pero no al grado como para decírselo.

Cuando ambos llegaron a casa de Chinen, después de haber reído durante todo el camino con las ocurrencias de Inoo y los comentarios que Chinen solía complementar, ambos dejaron escapar un suspiro.
-Bien, joven Yuri, esta usted a salvo en su casa como lo prometí.
Ante tal comentario, Kei se reverencio un poco mientras sonreía, esto solo hizo a Chinen reír un poco.
-Muchas gracias señor Kei, buen trabajo.
Dijo esto en un cierto tono de mando pero sin dejar de ser un juego.
Ambos se miraron y sonrieron, después el teléfono de Kei comenzó a sonar, era un mensaje.
-Bueno, ya que mi misión ha sido completada, debo irme, me esperan en la facultad, nos veremos mañana, como siempre, esta vez no lo olvides y espérame.
Chinen sonrió y dijo con voz fuerte.
-Prometo no hacerlo.
-Bien, hasta mañana.
Así, con una sonrisa, Inoo se despidió de Chinen, este al ver que el mayor ya estaba lejos, decidió entrar a la casa.

Como siempre, estaba vacía, ya no era extraño, simplemente algo normal.
Dejó su mochila sobre el sillón y se dirigió a la cocina para tomar un poco de agua, mientras bebía pensaba.
“-¿Cómo es que olvidé que Kei iría por mi?”
Era extraño, Inoo siempre, desde que era pequeño, iba por el a la escuela, desde aquel día el mayor juró ir siempre por el a la escuela, a pesar de que ahora Chinen tenía diecisiete años Kei continuaba cuidando de él como siempre.
-Ahora que lo pienso… ¿Qué fue lo que sucedió exactamente aquel día?
Dijo para sí mientras dejaba el vaso sobre la mesa del comedor, trató de hacer memoria, pero todo era muy confuso, imágenes borrosas, la sensación de que alguien lo seguía, una desesperación ante un peligro latente, y después… un fuerte dolor en la cabeza lo hizo salir de aquellos recuerdos.
-Duele…
Se dijo mientras tocaba su cabeza, siempre que intentaba recordar sucedía lo mismo, ¿Por qué no podía recordar? Quería hacerlo, deseaba recordar, no es normal perder una parte de tu vida, deseaba saber más, sin embargo cada que le preguntaba a Inoo este le respondía:
“-No le des importancia, yo estoy para protegerte y eso es todo lo que debes saber-”
Después siempre cambiaba el tema.
-Necesito dejar de pensar en tantas cosas.
Dijo para sí mientras caminaba hacia las escaleras, subió y entró a su habitación.

Al cambiarse de ropa y dejar el uniforme en el lugar de siempre, se dejó caer sobre su cama, aún le dolía un poco la cabeza, así que solo cerró sus ojos e intentó dejar su mente en blanco, pensaba que esa sería la mejor solución. De pronto, algo extraño sucedió en el, una extraña opresión en el pecho, una angustia inexplicable lo invadió. Se reincorporó de golpe y miró a su alrededor, no había nada, estaba solo, pero no dejaba de sentirse inquieto ¿Por qué?
Torpemente se puso de pie, caminó rumbo a la ventana y observó, no había nada.
-Creo que necesito buscar algo que hacer… me estoy volviendo loco.
Se dijo mientras cerraba los ojos y se daba media vuelta, de pronto, escuchó un ruido, era como una voz, algo que se quejaba. A pesar de no ser muy normal, no le dio miedo, al contrario, solo despertó su curiosidad.
-¿Qué?
La voz trataba de decir algo, pero no lograba distinguir bien sus palabras, así que trató de concentrarse.
“-A-ayúdame…-”
De golpe abrió los ojos y de nuevo miro a su alrededor.
-¿Quién esta ahí?
Preguntó con voz temblorosa.
“-Ayuda… me”
De pronto la voz de desvaneció, Chinen estaba confundido, de pronto, se giró de nueva cuenta para ver por la ventana, y lo que logro distinguir lo asustó, alguien acababa de desplomarse justo frente a la casa. Sin pensar claramente las cosas salió corriendo de su habitación, bajo las escaleras y salió de casa sin zapatos. Al estar cerca de esa persona, primero trato de hablarle.
-¿Se encuentra bien?
Tuvo miedo de tocarlo, podría estar muerto, eso fue lo primero que pensó, pero al observarlo detenidamente, pudo darse cuenta de que respiraba. Ante tal descubrimiento dejó salir un suspiro de alivio.
-Oye…
Intentó moverlo un poco, pero fue inútil, estaba inconsciente, así que sin más, lo levantó con cuidado y lo llevó al interior de la casa.

Al estar dentro, lo recostó sobre el sillón, lo miró detenidamente y se llevó una gran sorpresa.
-Es el chico… que vi en la escuela…
Con delicadeza le quitó aquel sobrero de la cabeza, si, definitivamente era él.
-¿Qué tendrá?… Se ve… pálido…
No sabía que hacer, le tocó la frente pero el chico no tenía fiebre, buscó alguna herida pero no había nada.
-¿Será… que se desmayó por hambre?
Al decir esto, lentamente aquel chico comenzó a abrir los ojos.
-¿En… donde estoy?
Preguntó mientras intentaba sentarse, pero fue inútil, no tenía fuerzas.
-Cuidado, no te levantes, estas en mi casa… te desmayaste… ¿estas enfermo?
El chico miró detenidamente a Chinen.
-Tu… te he visto antes.
Chinen solo asintió con la cabeza.
-Que coincidencia, nos encontramos hoy hace unas horas y ahora estas aquí en mi casa, enfermo…
-No estoy enfermo, solo algo débil.
Respondió el chico, esta vez logrando sentarse sin caer, clavando su mirada fijamente en el rostro de Chinen.
-¿Cómo te llamas?
Pregunto el chico curioso.
-Chinen… Yuri ¿y tu?
-Takaki Yuya, mucho gusto Yuri.
Chinen estaba sorprendido, era la primera vez que alguien lo llamaba por su nombre de esa forma, con un tono de voz muy diferente, sincero, seductor, agradable, sin razón alguna su corazón comenzó a latir más rápido, a cada segundo encontraba a ese chico más atractivo.
-Igual…
Ambos se miraron fijamente, Chinen se sentía absorbido por la mirada de Takaki, y este sentía algo especial en el menor.
-¿Co-cómo te sientes?
Preguntó torpemente desviando la mirada.
-Ya te dije, me siento débil.
-¿Quieres que te lleve al hospital?
-Si quieres ver una desgracia entonces llévame.
-¿Una desgracia?
Preguntó incrédulo.
-Olvídalo, mejor solo… déjame así, tengo que irme.
-¿Te irás así?
-Solo tengo hambre pequeño, no es nada importante.
Al escuchar la palabra “pequeño” Chinen se molestó un poco, aunque también hace mucho que nadie lo llamaba de esa forma.
-No soy pequeño, tengo diecisiete años.
Reprochó. Yuya solo sonrió ante tal comentario.
-Eres pequeño de todas formas, yo soy más grande que tu.
-No creo que seas tan grande cómo para tomarte el atrevimiento de llamarme pequeño.
Reclamó mientras se cruzaba de brazos y le lanzaba una mirada desafiante a Takaki.
-¿En verdad lo crees?
Preguntó Yuya con normalidad.
-Debes tener… unos veinte.
Calculó sin miedo a equivocarse, sin embargo Takaki solo sonrió y dijo.
-Bueno, si, tengo veinte, podría decirse…
-¿Cómo que podría?
-Si, eso es lo que dije, ahora debo irme.
Dicho esto, Yuya se puso torpemente de pie, estuvo a punto de volver a tropezar pero logró detenerse.
-¿Seguro que estarás bien?
-Se arreglará en cuanto me alimente.
-Bueno, si ese es el caso… ¿quieres comer conmigo? Estaba a punto de preparar la cena, si quieres… puedes quedarte.
Yuya miró a Chinen, estaba asombrado.
-Que interesante y temerario de tu parte al invitar a un completo desconocido, ¿No crees que podría ser peligroso?
Dicho esto, Takaki sintió como Chinen lo observaba fijamente, como si lo analizara, y eso hacia, después de unos segundos dijo con toda su seguridad.
-No eres una mala persona.
Sorprendido y curioso por tal respuesta, Yuya preguntó.
-¿Qué te hace estar tan seguro?
-Lo sé… no tienes la mirada de una mala persona.
-¿Eso crees?
-Si lo fueras, ya hubieses hecho algo, ¿O me equivoco?
Takaki sonrió ante tal comentario.
-Agradezco tu ofrecimiento, pero debo irme.
-No puedes irte así.
Insistió, extrañamente le preocupaba demasiado que Yuya saliese en tal estado.
-Come un poco y después podrás irte, si sales así volverás a colapsar.
-No puedo quedarme.
Respondió fríamente mientras bajaba la mirada.
-Esta bien… como quieras.
-Gracias por preocuparte por un desconocido.
Esta vez la frialdad había desaparecido de su rostro y en su lugar había una cálida sonrisa, así, a paso lento y torpe, se dirigió a la puerta, y sin más, salió.
Chinen no dejaba de sentirse extraño, ¿Cómo era posible encontrarse dos veces con la misma persona en situaciones así? Y además, ¿acaso había escuchado la voz de Takaki pidiendo ayuda?
Esto no dejaba de alterarlo, estaba ansioso, nervioso y preocupado.

Dos días transcurrieron de forma normal otra vez, como de costumbre Kei iba por Chinen a la escuela y lo llevaba a casa, al menos así fue hasta que para el tercero Kei tuvo que disculparse de forma demasiado insistente por teléfono aquella noche.
-De verdad lo siento mucho, no puedo evitarlo.
-Tranquilo, no estoy molesto, te comprendo, después de todo tienes tus responsabilidades.
Chinen escuchó a Kei suspirar.
-No lo digas así… tengo una promesa contigo, nunca te he fallado.
-Yo no lo veo de esa forma Inoo-chan, descuida, ¿estarás tranquilo si te llamo en cuanto este en casa?
De nueva cuenta Inoo suspiro.
-De acuerdo, hazlo, pero no lo olvides.
-No lo haré, descuida no me pasará nada.
Antes de colgar, Kei dijo con seriedad.
-Por favor, cuídate mucho.
-Deja de preocuparte tanto, no tiene por que pasarme nada.
-De todas formas, por favor, cuídate, iré a verte en la tarde mañana ¿de acuerdo?
-Esta bien, nos vemos mañana.
-Chinen…
-Dime
La voz de Inoo sonaba algo… diferente, como angustiada.
-Nada, descansa.
-Adiós.
Así, terminó la llamada y se acomodó en la cama, estaba cansado y necesitaba dormir.

A la mañana siguiente, caminando rumbo a la esuela recordó a aquel joven, a Takaki.
-No lo he visto desde ese día…
Pensó, sentía curiosidad por si se encontraba bien. Se detuvo en la parada del autobús y se quedó mirando hacia el frente, realmente no miraba nada, solo se quedo pensando, en su apariencia, su voz, su mirada…
-¿Qué tal?
Esa voz lo sacó de todo pensamiento y observó a la persona que estaba de pie junto a el, increíblemente se trataba de Takaki, llevaba lentes obscuros, un elegante sombrero negro, las manos metidas al los bolsillos del pantalón y una playera que le cubría el cuello y los brazos por completo.
-¡¡Estás aquí!!!
Exclamó sorprendido.
-Bueno, me llamaste y aquí estoy.
Respondió Yuya mientras miraba hacia el frente, Chinen lo observó extrañado.
-Yo… no te llame.
-Pensabas demasiado en mi, así que por eso pude saber en dónde estabas y aquí me tienes.
-¡¡Eso es imposible!!
Exclamó de nueva cuenta, en ese instante Takaki bajó un poco sus lentes y miró a Chinen con una sonrisa en los labios.
-Tienes razón, en realidad pasaba por aquí y te vi, pero tu reacción me dice que si estabas pensando en mi.
De inmediato las mejillas de Chinen se tornaron rojas y desvió la mirada.
-Eso… eso no es cierto.
-Claro.
Dijo Takaki volviendo a colocar sus lentes en su lugar y su vista al frente.
-¿A dónde vas?
Preguntó Chinen tímidamente.
-Pues no lo se, nunca me dirijo a un lugar fijo, simplemente camino por la ciudad, aunque se supone que no debería hacerlo, igual ya no se molestan conmigo, han comprendido que no puedo vivir sin salir a la luz del día.
Las palabras de Takaki eran extrañas, Chinen estaba confundido, pero sobre todo muy curioso por descubrir lo que estas querían decir en realidad.
-¿Tus padres no te permiten salir en el día?
Pregunto curioso, Takaki se giró para verlo y le sonrió burlonamente.
-Yo no tengo padres, pero si lo tengo prohibido.
Chinen estaba completamente lleno de curiosidad, así que, observando a Takaki con detenimiento, logró darse cuenta que siempre vestía de la misma forma, cubriendo su piel de los rayos del sol.
-¿Acaso estas enfermo o algo parecido?
-¿Enfermo yo?
Preguntó Takaki sorprendido mientras reía un poco, después se quedó pensativo, Chinen no dejaba de observarlo.
-Puede ser… pero es una enfermedad que no tiene cura y que tendré por el resto de mis días…
-¿Qué enfermedad es?
Takaki bajó un poco sus lentes y miró a Chinen fijamente, este de igual forma observaba a Takaki, pero con mucha curiosidad y un brillo especial en la mirada
-Mi enfermedad se llama…
Takaki estaba hablando y justo en ese momento el autobús llegó, haciendo ruido y opacando la voz del mayor, Chinen solo pudo observar detenidamente el rostro de Takaki e intentó leer sus labios, la palabra que había logrado distinguir era increíble. Sin embargo mucha gente comenzó a bajar del autobús, así fue como perdió de vista a Yuya, al parecer este se había marchado.
Se encontraba buscándolo entre toda la multitud, pero no lograba verlo, era demasiada gente, de pronto, la voz de aquel día volvió a su cabeza, esta vez con un tono más agradable.
“-¿Acaso no tienes que subir?-”
Esa voz… estaba seguro de que era la voz de Takaki, no había duda alguna, ansioso, continuo buscando a su alrededor, pero no estaba, el autobús estaba por cerrar sus puertas cuando la voz regresó.
“-Si no subes ahora llegaras tarde-
Fue así como logró regresar a la realidad de golpe, tenía que ir a clases, así que rápidamente subió al autobús.

Al estar dentro, logró tomar asiento, se sentía cansado, ¿Cómo era posible que escuchase la voz de Takaki dentro de su cabeza?
Era extraño, imposible, pero aún más extraña era la palabra que había leído en los labios de Takaki al preguntarle sobre su enfermedad.
“Mi enfermedad se llama… Eternidad.”
Su curiosidad estaba al máximo nivel, estaba completamente seguro de que había distinguido bien aquellas palabras antes de que toda esa gente y ruido llegaran, Takaki había dicho “Eternidad”
“-¿Pero que significa?-”
Se quedó pensativo durante todo el trayecto hasta que llegó a la escuela.

Las clases transcurrían con normalidad, pero Chinen no estaba prestando la suficiente atención en ellas. Cuando menos se dio cuenta, la hora del descanso había llegado.
-¿Qué es lo que te sucede Chii?
Al escuchar esa voz, levanto la mirada, encontrando a su amigo Yamada quien lo observaba con preocupación.
-Nada, ¿Por qué la pregunta?
Dijo con una sonrisa.
-Estas muy pensativo, extraño, ¿En verdad todo esta bien?
-Por supuesto, es solo que escuche algo… curioso y eso me tiene algo pensativo.
-¿Algo curioso?
Preguntó Yamada mientras se ponía en cuclillas y se recargaba en el pupitre de Chinen.
-Dime… ¿tu que pensarías… si alguien te dice… que esta enfermo de algo llamado “Eternidad?
La expresión curiosa de Yamada desapareció por una sonrisa burlona.
-Deja de ver tantos dramas Chii, no son buenos para ti si los confundes con la realidad.
-Solo responde a mi pregunta.
Pidió con ansiedad, Yamada lo observó detenidamente, suspiro, se cruzo de brazos y pensó.
-Bueno… lo primero que se me viene a la cabeza al escuchar la palabra “Eternidad” es… un fantasma o un vampiro.
-¿De verdad eso piensas?
Preguntó Chinen mientras comenzaba a pensar.
-Pero no le des mucha importancia a eso, si alguien te lo dijo seguramente te esta jugando una mala broma.
Dijo Yamada mientras le daba una palmada en la espalda a Chinen para animarlo un poco.
-Tienes razón.
Dijo Chinen con una sonrisa fingida mientras Yamada también sonreía.
-Mejor vamos por algo de comer, antes de que sea más tarde y el menú especial termine.
-Tienes razón.
Dijo Chinen mientras se ponía de pie, Yamada hizo lo mismo. Ambos se acercaban a la salida del salón cuando la voz de Takaki volvió a la cabeza de Chinen.
“-¿No tienes curiosidad ahora?-”
Chinen se detuvo en seco, un escalofrío recorrió su espalda.
-¿Qué pasa?
Preguntó Yamada, en cambio, Chinen trató de ocultar su expresión de asombro.
-Nada, no es nada.
Pero la voz de Takaki volvió.
“-Estoy arriba-”
Chinen se detuvo a la mitad del pasillo.
-¿Qué no quieres ir?
Preguntó Yamada con un poco de fastidio, Chinen estaba confundido, ¿En verdad Takaki estaba arriba? Pero… ¿Arriba en dónde?
-Ve tú primero, yo tengo algo que hacer.
Así, sin más, Chinen comenzó a correr en dirección contraria.
-¡¡¿Y qué vas a comer?!!
Le gritó Yamada.
-¡¡¡No tardo!!!
Fue lo único que Chinen logró gritarle antes de doblar en el siguiente pasillo para subir corriendo las escaleras.
“-¿Arriba? ¿Arriba donde?”
Pensó Chinen mientras llegaba al siguiente piso, miraba a su alrededor y corría a las siguientes escaleras. Así lo hizo hasta que llegó a la puerta que daba a la azotea.
“-Tiene que ser aquí… o me volveré loco.”
Pensó mientras tomaba un poco de aire, abrió con cuidado la puerta y así salió a la azotea. Se sorprendió bastante al encontrarse con Takaki recargado en la reja.
-No puede ser…
Dijo Chinen mientras caminaba lentamente hacia Takaki, este lo miró y le sonrió.
-Así que decidiste venir, espero y no te arrepientas.
Le dijo Takaki con una voz seductora. Chinen sentía algo diferente dentro de si cada vez que escuchaba la voz de Takaki, era… como si ya la hubiese escuchado antes… como un recuerdo, algo que le daba paz.
-¿Qu-qué eres?
Preguntó tímidamente al mismo tiempo que se detenía frente a Takaki.
-Bueno, tienes dos opciones según tu amigo, ¿Tú que piensas que es más probable?
La sonrisa en el rostro de Takaki no desaparecía, sin embargo, ligeramente asustado, Chinen dijo.
-¡Ninguna de las dos es probable!
-¿Entonces que soy para ti?
Chinen desvió la mirada, no dejaba de sentirse extraño.
-Tu voz… es demasiado familiar para mi… pero… ¡No puedo recordarlo! Estoy ansioso, mi cabeza dice que debería tener miedo, sin embargo no lo tengo, al contrario, tengo curiosidad… y mi corazón… siente un alivio y una paz al verte… ¡¿Qué rayos significa todo esto?!
Chinen sonaba desesperado, Takaki lo observó fijamente, se acercó un poco más a Chinen y le dijo con voz suave.
-Trata de recordar, en tus recuerdos esta la respuesta de todo.
Chinen miró a Takaki con desesperación.
-¿Quién eres? ¿Qué eres?
-Recuérdalo… recuérdame.
Ante la suave voz de Takaki, Chinen cerró sus ojos y pudo sentir como el mayor depositaba un suave beso sobre su frente, entonces fue así como su mente lo llevó a los recuerdos que se supone estaban perdidos, ahora parecían fluir sin dolor alguno.

“Era pequeño, como seis años tal vez, por primera ocasión se aventuraba solo por la ciudad, su madre estaba ocupada y el deseaba poder ayudar con algo y que mejor que comprar los ingredientes para la cena.
Se sabía el camino de memoria, siempre pasaba por ahí con su madre, sin embargo estaba seguro que si atravesaba por una de la calles, ahorraría tiempo y llegaría más rápido.
De pronto, tuvo la sensación de que alguien lo seguía así que se detuvo, miró a su alrededor pero nada, no había nadie detrás o cerca de él. Intentó no darle importancia pero una voz bastante peculiar hizo que un escalofrío recorriese todo su cuerpo.
-Hola pequeño.
Chinen miró a su alrededor, asustado, no había nadie, sin embargo escuchaba esa voz demasiado cerca, ¿Acaso estaba dentro de su cabeza?
-Eres tan lindo que podría comerte…
Miraba constantemente a su alrededor, hasta que de pronto, como una suave ventisca, alguien apareció frente a él. Era un chico alto, delgado, de cabello corto y color negro, con una sonrisa en el rostro bastante aterradora.
-Creo que si puedo comerte.
De pronto, aquel chico sonrío más ampliamente, ahí fue cuando Chinen logró ver un par de filosos colmillos asomándose por la comisura de sus labios. Ahora tenía más miedo, sentía que si no corría aquel ser lo devoraría, lo mataría, sin embargo su cuerpo no reaccionaba, estaba inmóvil.
-No tengas miedo niño, esto será rápido.
Con pasos lentos, aquel chico se acercaba al pequeño Chinen. Cerca, cada vez más cerca, hasta que de pronto se escuchó un grito furioso muy cerca de ahí.
-¡¿Pero que demonios haces Yabu?!
Sorprendido, el nombrado se detuvo.
-¿Qué se supone que haces tú arruinando mi comida eh?
Preguntó con fastidio girándose para hablarle al chico alto y castaño que se encontraba detrás de él, era Takaki.
-Prometiste no hacerle daño a la gente de esta ciudad, estamos aquí temporalmente, son ordenes.
-Si, pero tengo hambre, además ya esta listo, será rápido.
Chinen estaba asustado, ¿Acaso entre esos dos sujetos iban a matarlo? No, el otro chico era diferente, podía sentirlo, más bien, lo sabía, ¿Lo conocía acaso? No lo comprendía, sin embargo estaba seguro de que no sería dañado por el.

Los ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, tenía demasiado miedo, deseaba gritar por ayuda pero su cuerpo no reaccionaba de ninguna forma.
-Déjalo ir.
-No te metas con mis cosas y lárgate de aquí.
Con un movimiento demasiado rápido, tal que Chinen no pudo distinguirlo con claridad, el castaño lo tomó entre sus brazos, cargándolo de forma protectora.
-No vas a hacerle nada a este niño ni a nadie.
-¿Y quien va a impedirlo?
Preguntó desafiante mientras se cruzaba de brazos. El castaño miró al pequeño Chinen, le sonrió y de pronto un suave viento acarició su rostro, todo era borroso, ¿Acaso se estaban moviendo?
Con fuerza, Chinen solo cerró sus ojos y se aferró al pecho de Takaki, mientras este lo tomaba con más fuerza, de cierta forma se sentía aliviado por ver al mayor, como si estuviese esperando por su aparición desde el principio.
De pronto, ambos estaban en un parque, Takaki bajó al pequeño Chinen.
-Disculpa que haya llegado tarde, ¿Estas bien? ¿No te hizo nada?
Preguntó Takaki preocupado, Chinen solo movió la cabeza en forma negativa.
-Estaba tan preocupado cuando no te vi y comencé a buscarte.
-Pero estoy bien gracias a ti.
Agradeció Chinen con una tierna sonrisa.
-Es un alivio.
Dijo Takaki mientras le sonreía a Chinen. De pronto una voz conocida se escuchó cerca de ellos, era Yabu.
-No creas que voy a permitir que te escapes tan fácilmente.
De inmediato Chinen se ocultó detrás de Takaki.
-¿Aún insistes?
Preguntó Yuya, estaba molesto.
-Solo tengo hambre y ese niño tiene un olor exquisito, ¿Acaso no lo has probado?
-¡Yuya jamás haría eso!
Exclamó el pequeño Chinen, lucía molesto por el comentario de Yabu.
-Eso es lo que tú crees, pero Yuya es igual que yo, comemos gente como tu, es lo que nos mantiene vivos y eternos.
Yabu sonrió ampliamente, mostrando sus filosos colmillos.
-Deja de decir tonterías y lárgate, o le diré a los mayores que has violado las reglas.
-Yo no he violado ninguna regla Takaki, simplemente sigo mi instinto, y eso es lo que siempre nos han enseñado, ahora hazte a un lado para que pueda continuar con lo que estaba haciendo.
Yabu tenía una sonrisa burlona dibujada en el rostro, su voz era tranquila y su mirada seductora.
-¡No voy a permitir que te acerques! Así que no me provoques Kota.
Yabu soltó una carcajada burlona ante las palabras desafiantes de Takaki.
-Solo me llamas por mi nombre cuando estas molesto, ¿Qué pretendes hacer protegiendo a un humano eh? Eso va más en contra de nuestros principios.
Yuya miró con furia a Yabu y oculto a Chinen detrás de él.
-¿Por qué lo proteges tanto? ¿Qué es este humano para ti eh?
Preguntó Yabu, esta vez comenzaba a fastidiarse por la necedad de Yuya.
-No voy a permitir que lo toques.
Dijo Takaki con seriedad y una mirada de odio se clavó sobre Yabu.
-Tú lo pediste.
En ese momento la sonrisa que se dibujo en el rostro de Yabu fue realmente aterradora, así fue como Chinen logró ver también los filosos colmillos de Yuya. Pero… esta no era la primera vez que los veía.

Todo sucedió muy rápido, los minutos pasaban y Yuya estaba gravemente herido, más sin embargo las heridas de Yabu eran superficiales, estaba asustado ante la situación, no podía permitir que siguiesen lastimando de esa forma a Takaki, quien estaba exponiendo su vida por protegerlo. Quería llorar, era lo único que podía hacer, le dolía ver a Takaki tan mal herido y aún así dispuesto a protegerlo.
-¡¡¡Detente!!!
Gritó desesperado, con lágrimas en los ojos, Takaki lo había alejado un poco para evitar que saliera herido, sin embargo no podía más, deseaba acercarse al mayor, y eso hizo, estaba por llegar cuando Takaki, quien estaba en el suelo, le gritó.
-¡¡No vengas!! ¡¡Corre!! ¡¡Vete de aquí!!
-¡¡No voy a irme así!!
Gritó Chinen, mientras se acercaba a Takaki, Yabu sonrió triunfante, esta era su oportunidad de tomar al niño, estaba a punto de tomarlo cuando alguien más lo tomó y lo apartó de prisa.
-Inoo-chan…
Dijo Chinen con voz débil, Inoo lo abrazaba con fuerza y no decía nada, solo observaba a Yabu como si lo retara a acercarse.
-Vaya, vaya, un humano más, esto se pone interesante.
-¡¡Llévatelo!! ¡¡Ahora!!
Le gritó Takaki a Inoo mientras con toda la poca fuerza que le quedaba tomaba a Yabu para inmovilizarlo.
-¡¿Qué te pasa Yuya?! ¡Suéltame!
Gritó Yabu mientras intentaba zafarse de aquel agarre, pero Inoo actúo rápido y tomando a Chinen en sus brazos salió corriendo.
-Te dije que no iba a permitir que le hicieras daño.
Dicho esto, Takaki juntó todas sus fuerzas y así, sin más, ambos desaparecieron.

Chinen e Inoo estaban por salir de aquel parque, Kei no soltaba al pequeño Chinen, mientras que este se había desmayado ante semejante impresión.
Cuando recupero el conocimiento, estaba junto a Kei.
-¿Qué sucedió?
Preguntó con voz débil.
-Nada… ya todo esta bien.
Así, abrazó con fuerza al pequeño y le dijo.
-Yo voy a protegerte.
Tras escuchar estas palabras, cayó inconciente de nuevo.”

Ahora lo había recordado, ¿Por qué lo había olvidado? Al abrir los ojos se dio cuenta que estaba de rodillas en el suelo, con lágrimas en los ojos.
-¿Recordaste?
Le preguntó Takaki con voz tímida mientras se ponía en cuclillas para verlo a los ojos.
-Si… ese día… tú apareciste… me protegiste del otro chico… ¿Por qué me protegiste?
Ambos se miraron fijamente a los ojos, entonces Takaki dejó escapar un suspiro y bajó la mirada.
-Aún no lo recuerdas todo…
Extrañado, Chinen tomó a Takaki de los hombros y desesperado preguntó.
-¿Qué es todo? ¿Es que acaso hay más que recordar?
Takaki miró a Chinen con ternura y le dijo suavemente.
-Recordaste solo el último día que nos vimos… ¿En verdad borraste de tu mente los días anteriores?
Chinen estaba atónito, lentamente soltó a Takaki y se sentó sobré el suelo, bajó la cabeza y dijo con voz temblorosa.
-No sé porque no recuerdo nada… solo de algo estoy seguro… dentro de mi… estoy… feliz… feliz de verte otra vez… ¿Por qué?
Al hacer esta pregunta levanto la cabeza y miró fijamente a Takaki, este sonrió y le dijo con una débil sonrisa.
-Yo te prometí que volvería… tarde porque necesitaba estar seguro de que esta vez nadie te encontraría, todo este tiempo solo he estado en las sombras, cuidando de ti.
Chinen abrió sus ojos de par en par, estaba asombrado.
-¿Siempre… desde las sombras? ¿Haz cuidado de mi? Pero… ¿Cómo?
Takaki suspiró profundo y respondió.
-Solo… te observo desde lejos.
Estaba sorprendido.
-Sé que después de eso… Estuve dormido tres días… y cuando desperté ya no recordaba nada… ¿Tú hiciste que yo olvidara todo?
Preguntó incrédulo.
-No, yo jamás hubiese hecho que me olvidaras, no así, fuiste tú mismo, eras muy pequeño y para protegerte, tu subconsciente reprimió todo lo relacionado conmigo, por eso cada que tratas recordar algo tu cabeza dolía.
Chinen desvió la mirada.
-Tú… eres un…
-No lo digas… por favor… ya es suficiente condena con vivirlo todos los días… por favor no lo digas ahora.
La voz de Takaki era débil y suplicante, Chinen lo observó detenidamente, era tan hermoso, le dolía escucharlo hablar así.
-Tú… ¿Por qué me has buscado de nuevo?… dices que prometiste volver pero… ¿Por qué? ¿Por qué querer estar junto a alguien como yo?
-Porque tú eres lo más preciado que tengo desde que soy así… vivir siempre en la obscuridad, matando gente, viviendo sin un motivo, tú me lo diste.
Chinen miraba fijamente los ojos suplicantes de Takaki, algo diferente, extraño, pero cálido, comenzó a invadirlo por dentro.
-Hablas como… como si tú me…
En ese momento la campana que indicaba el fin del descanso resonó por toda la escuela. De inmediato Takaki se puso de pie y le sonrió a Chinen.
-Debes volver.
-No quiero, necesito respuestas.
Dijo poniéndose de pie y mirando seriamente a Takaki.
-Debes volver, tu amigo ya esta suficientemente preocupado por tu ausencia, anda, ve.
Chinen pensó en Yamada, lo había dejado solo sin decir a donde iría, si, seguramente estaba preocupado.
-De acuerdo, me voy.
Con fastidio, Chinen se dio media vuelta, caminó hacia la puerta pero se detuvo antes de abrirla, se giró y miró a Takaki.
-¿Volveré a verte?
Takaki sonrió y le dijo.
-Te veré en la noche.
Así, sin más, Takaki desapareció, Chinen miró a su alrededor, todo esto era increíble, sin embargo no podía dejar de sentir aquella felicidad al pensar que lo vería de nuevo, ahora necesitaba concentrarse más en sus recuerdos, sin embargo en lo único que lograba concentrarse era en Yuya.

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