Cap. 9
Solo, en su habitación, cansado de tener que estar en cama, hacía ejercicios para poder mejorar la movilidad de su pie, deseaba poder caminar de nuevo, poder hacer sus tareas diarias, poder serle de utilidad a Kei, eso era lo que más deseaba.
-Debo regresar a mis actividades pronto…-
Se decía mientras ejercitaba su adolorido pie, estaba conciente de que si lo forzaba solo terminaría por lastimarse más, así que lo hacia con sumo cuidado.
Kei llegaba de nuevo a la sala cuando escuchó a un caballo.
-Deben ser ellos-
Se dijo mientras caminaba rumbo al gran portón.
Yabu bajó primero del caballo, y con cuidado tomó a Daiki de la cintura, levantándolo para ayudarlo a bajar. Instintivamente el menor se apoyó en los hombros de Yabu y para cuando sus pies tocaron el suelo, su rostro estaba demasiado cerca del rostro de Yabu, ocasionando un nuevo revoltijo en su interior acompañado de un rubor evidente.
Al ver semejante escena, Kei se sorprendió, se quedó inmóvil, ¿desde cuando Yabu y Daiki lucían tan cercanos? Esto no le agradaba en lo absoluto, así que después de unos segundos, se acercó de prisa y habló, no le gustaba la forma en la que Daiki y Yabu se miraban.
-Vaya, regresaron-
Aquellas palabras sonaban cortantes, furiosas. Yabu pudo sentir la molestia en Kei y se alejó de Daiki para poder saludarlo con normalidad.
-Y justo a tiempo por lo que veo, ¿Ya estas desocupado?-
Kei continuaba mirando con fastidio a Yabu, aún así respondió.
-Un poco, lo suficiente para recibirlos, ¿Quieren pasar?
-Por supuesto, estamos cansados de caminar, un poco de té nos caería muy bien-
Dijo Yabu, manteniendo una sonrisa en el rostro, mientras que Daiki no decía nada, siempre mantuvo la mirada baja, no quería que Inoo lo viese así.
-Muy bien, entremos para tomar algo-
Así, de forma un poco posesiva, tomó la mano de Daiki y se lo llevo, Yabu solo observó y no dijo nada, solo mantuvo su distancia detrás de ellos, en cambio Daiki solo se dejó llevar, sin mirar a Kei, pudo sentir el enojo en el mayor, pero no dijo nada al respecto.
En cuanto los tres estuvieron en la sala, el ambiente continuaba tenso, ninguno de los tres dijo nada hasta que una de las criadas dejó las tres tazas de té sobre la mesa de centro y se retiro.
-¿Y en dónde estuvieron?-
Preguntó Kei mientras tomaba un poco de té.
-Estuvimos caminando por los alrededores, hace mucho que no lo hacía y he notado que no ha cambiado mucho por aquí-
-Me alegra escucharlo-
-¿Y tú que estuviste haciendo?-
Preguntó Yabu.
-Unas cosas… nada relevante en verdad-
En ese momento el rostro de Kei mostró tristeza, cosa que Daiki no notó, estaba tan concentrado tomando de su té para lograr calmarse.
-¿Acaso tu-
-No hablemos de eso ahora-
Interrumpió Kei a Yabu, esta vez con una torpe sonrisa.
-¿Por qué no mejor nos hablas de tu vida en el extranjero?-
Yabu tomó un poco de té, sonrió y comenzó a contar, Kei le prestaba atención y hacia unos cuantos comentarios, poco a poco el ambiente se amenizaba, la forma en la que Inoo se dirigía a Yabu era cada vez más relajada y animada, como si nada hubiese sucedido. Sin embargo Daiki seguía igual, no sacaba de su mente el momento en el que Yabu lo cargó para bajarlo del caballo, la cercanía de su rostro, su aroma, su suave respiración sobre su rostro, su mirada, todo… pero ¿Qué estaba pensando? Eso estaba mal, él estaba con Kei ahora, ¿Por qué confundirse ahora?
Justo se decía eso cuando miraba a Yabu, su forma de hablar, su sonrisa, su voz, ¡¡¡¿Qué rayos estaba sucediendo?!!!
De pronto, comenzó a sentir ganas de gritar, estaba desesperándose, pero lo único que hizo fue girar la cabeza para mirar a Kei, lo observó detenidamente, su voz, sus facciones, el movimiento de sus manos al hablar o reír, pero no, no era igual, en eso pensaba cuando Inoo se giró para verlo y le preguntó.
-¿No lo crees así Daiki?-
Estaba sorprendido, no había prestado atención a una sola palabra de la conversación, estaba tan preocupado y absorto en sus propios pensamientos.
-¿Eh?-
-¿Te sientes mal?-
Preguntó Yabu mientras observaba preocupado a Daiki, este miró a Yabu y de inmediato desvió la mirada.
-N-no… es que… estaba pensando en otras cosas… perdón-
Al decir esta última palabra, miró a Kei con un poco de desesperación.
-Si no te sientes bien puedes ir a descansar a mi habitación-
Dijo Kei, le preocupaba el rostro desesperado de Daiki.
-Kei tiene razón, deberías intentar descansar un poco-
Comentó Yabu.
-¿Quieres que te lleve?
Ante tal pregunta, Daiki solo asintió con la cabeza, en seguida Kei se puso de pie.
-Anda, ven-
Así, extendió su mano para que Daiki la tomase, lo cual hizo de forma tímida, Kei le sonrió y lo acercó un poco, después ambos comenzaron a caminar.
-Ahora vuelvo-
Le dijo a Yabu, este solo asintió con la cabeza y continuo observando, era evidente todo el amor que Kei sentía por Daiki, pero eso no lo hacía sentir bien, no sabía por que, solo tenía la sensación de que Inoo le arrebataba algo, pero al pensarlo mejor llego a la conclusión de que esa era una idea absurda, no había motivo para pensar de esa forma, así que después de sacudir su cabeza, tomó el resto de su té de un solo trago y se recargó por completo en el respaldo del sillón, cerrando sus ojos para así intentar despejar su mente de tales pensamientos sin sentido.
Aquel beso se profundizaba cada vez más, Ryosuke rodeo el cuello de Yuto con ambos brazos mientras que este soltaba el rostro del mayor para bajar sus manos lentamente y así tomarlo por la cintura. Aquel beso era cada vez más demandante, apasionado. Esto hubiese continuado así de no ser por que Yuto logró escuchar unas pisadas acercándose, sin embargo se alejó lentamente del rostro de Ryosuke.
-Creo que por ahora es suficiente-
Ryosuke miró fijamente el rostro de Yuto, este notó la seria mirada del mayor y no pudo evitar el preguntar.
-¿Pasa algo?-
-Si-
Dijo rápidamente, de inmediato su mirada se tornó desafiante.
-¿Qué pasa?-
Preguntó Yuto un poco preocupado.
-Aún no lo has dicho-
-¿Decir que?
Preguntó confundido.
-Quiero que digas que te gusto-
Al ver la expresión infantil en el rostro de Ryosuke, Yuto sonrió maliciosamente, se cruzó de brazos y le respondió.
-Yo no voy a decir eso-
Sorprendido, Ryosuke abrió sus ojos lo más que pudo y con voz molesta preguntó.
-¿Por qué?-
Yuto sonrió de forma traviesa, se acercó al rostro de Ryosuke y le dijo.
-Porque no me gustas-
Ryosuke estaba consternado, comenzaba a enfurecerse cuando Yuto le dio un suave beso en los labios, después de separarse le susurró al oído con voz suave y dulce.
-Te quiero-
De inmediato las mejillas de Ryosuke enrojecieron, Yuto sonrió al verlo.
-Bueno, es hora de marcharnos, alguien se acerca-
Dicho esto tomó a Ryosuke por ambos hombros y lo hizo caminar delante suyo, el mayor aún estaba impresionado y sin habla.
En cuanto estuvieron en la habitación, Kei sentó a Daiki sobre la cama.
-¿Qué tienes? ¿Necesitas algo?-
Daiki movió la cabeza negativamente, quería hablar pero por más que lo intentaba no lo lograba, ni siquiera se atrevía a mirar a Kei a la cara.
-Esta bien, descansa, volveré enseguida ¿De acuerdo?-
Daiki asintió con la cabeza, Kei lo miró fijamente y con ternura acarició su rostro.
-Tu tienes algo… ¿No quieres decírmelo?-
Por primera vez Daiki levantó la mirada, encontrándose con los tristes ojos de Kei, esto le causo un fuerte dolor en el pecho, se sentía mal, pero no comprendía el por qué.
-Estoy bien… solo me siento un poco mareado… estaré bien no te preocupes-
Mintió, ¿Pero que más podía hacer? Ni siquiera el comprendía el por qué se sentía de esa forma.
-Esta bien, estaré un poco más con Yabu, si necesitas algo aquí estaré-
Al contemplar la hermosa sonrisa de Kei, a Daiki no le quedó más que sonreír de la misma manera.
-De acuerdo-
Así, Kei se levantó, le dio un pequeño beso en la cabeza y salió de la habitación, dejando a Daiki solo, confundido y con un dolor en el pecho, por lo cual no hizo más que recostarse sobre la cama, quería despejar sus ideas, y que mejor que dormir un poco, tal vez eso ayudaría bastante.
Al bajar, Kei se dirigió de nueva cuenta hacia donde estaba Yabu.
-¿Se encuentra bien?-
Preguntó preocupado, Kei tomó asiento y dejó salir un pesado suspiro.
-Eso creo, me dijo que se siente mareado pero que no me preocupe, de todas formas voy a estar al pendiente-
-Me parece bien-
Dijo Yabu, era lo único que podía decir.
-Supongo que es hora de irme-
-¿Tan pronto?-
-Si, debo volver a casa antes de que mi madre se preocupe, pero nos veremos mañana, ¿te parece?-
Kei bajó la mirada y respondió.
-A decir verdad, tengo mucho que hacer… ¿te importaría que fuese en otra ocasión?-
-Tu padre ¿cierto?-
Kei asintió con la cabeza.
-Dime algo, ¿Por qué no hablas con Daiki acerca de tu padre? ¿Aún no sabe que el te obligo a dejar el piano cierto?-
-No quiero preocuparlo con mis problemas…-
Yabu suspiro mientras se ponía de pie.
-Una relación como la de ustedes necesita más que solo palabras bonitas Kei, no alejes a Daiki de tus problemas, tampoco lo hagas parte, solo hazle saber que puede apoyarte y escucharte-
-Tienes razón… pero no quiero que Daiki se preocupe siempre por mi, y más por lo que haga mi padre, es algo que simplemente prefiero mantener aparte-
-No lo hagas Kei, necesitas desahogarte, que alguien te escuche, ¿Acaso Daiki no puede hacerlo?-
-¡¡Claro que si!! Es solo que…-
-Entonces, permite que conozca tus preocupaciones, no lo alejes-
Kei bajó la cabeza y dijo con voz débil.
-Comprendo lo que dices Yabu… pero… no quiero que mi padre tenga que ver con que Daiki se preocupe por mi… ya es suficiente con todo lo que hace conmigo…-
Al escuchar estas palabras, Yabu se acercó a Kei y le dio una palmada en el hombro izquierdo.
-No lo veas de esa manera, piensa bien en lo que estas diciendo-
Kei miró a Yabu y le sonrió.
-Lo pensaré-
-Ahora ve con él, yo me iré ahora-
-De acuerdo, gracias por el consejo-
-No es nada-
Dijo Yabu con una sonrisa y así, caminó para salir de la sala y dirigirse a la salida.
Yuto continuaba llevando a Ryosuke, sin dejar de sonreír, y justo cuando iban llegando al gran portón, Yabu se cruzó en su camino.
-Ah… ¡¡Joven Kota!!-
Reaccionó Ryosuke mientras hacía una reverencia y se hacia a un lado.
-¿Ryosuke-kun? ¿Eres tú?-
-Si… soy yo-
-Haz crecido, ¿Cómo estas?-
-Muy bien joven, gracias por preguntar, veo que usted se encuentra saludable-
-Bueno, alguien se encargo de eso incluso cuando no tenía tiempo para comer-
Al escuchar esto Ryosuke se giró para mirar a Yuto, sin embargo este desvió la mirada rápidamente y dijo.
-¿Nos vamos joven?-
-Así es, trae tu caballo y a Júpiter, deben estar en los establos-
-Iré por ellos-
Dijo amablemente, Ryosuke se había quedado con Yabu, pero este le dijo con una sonrisa.
-¿No lo acompañarás?-
-¿Eh?… Ah… -
-Necesitará ayuda para traer los dos caballos ¿no lo crees?-
-Ah ¡Es verdad!-
Exclamó Ryosuke, entonces salió corriendo detrás de Yuto, en cambio Yabu solo sonrió y se sentó en uno de los escalones de cemento para esperar, mientras contemplaba el despejado cielo.
-¿Qué haces?-
Preguntó Yuto al ver a Ryosuke.
-Te ayudo, no podrás con los dos caballos-
-Claro que puedo-
Dijo con seguridad.
-Aún así vengo a ayudarte, así que dame eso-
Le dijo mientras le quitaba las riendas de uno de los caballos.
-Debes portarte muy bien como para que te haya dado tu propio caballo… seguramente lo cuidaste muy bien en Inglaterra-
Yuto pudo sentir la molestia en la voz de Ryosuke, sin embargo no dijo nada y ambos continuaron caminando. Pero justo antes de llegar hacia donde estaba Yabu, Yuto le dijo con voz tranquila.
-No tienes por que estar celoso, el joven Kota solo será eso, y si lo cuido es porque es parte de mi trabajo, tú haces lo mismo con el joven Kei e incluso con Ryutaro, tomando en cuenta que el niño ese no es tu responsabilidad-
-Pero es mi amigo, ya te lo dije-
-Si, eso ya lo sé-
Dijo Yuto con indiferencia, así, ambos llegaron y Yuto, quien llevaba a Júpiter, se lo entregó a Yabu, el cual montó de inmediato.
-Es hora de irnos, fue un gusto verte Ryosuke, nos veremos luego-
-Igualmente joven Kota-
Respondió sonriente, Yuto montó su caballo y miró a Ryosuke.
-Ahora si ya puedes preocuparte todo lo que quieras por ese niño, nos vemos mañana-
-Esta bien, eso haré-
Le respondió con una sonrisa burlona, entonces Yuto le hizo señas para que se acercara más, lo cual hizo cautelosamente, y aprovechando que Yabu estaba de espaldas, besó a Ryosuke rápidamente en los labios, sonrió y le dijo.
-Te espero mañana en el lago al atardecer-
-¿Eh? ¿Por qué ahí?-
Preguntó confundido, sin embargo la voz de Yabu los hizo reaccionar.
-Yuto, ¿todo bien?-
-Si joven, ahora voy-
Sin más, solo le sonrió a Ryosuke y se alejó para alcanzar a Yabu.
La puerta de la habitación estaba cerrada, pero la del baño solo estaba emparejada, Yuya acababa de meterse a la tina con agua caliente mientras Chinen acomodaba su ropa.
-Yuri-
Al escuchar su nombre, se acercó a la puerta del baño.
-¿Si Yuya-sama?-
-Ven-
Dijo con voz seria, Chinen abrió lentamente la puerta del baño y entró, quedándose de pie junto a la puerta.
-¿Qué se le ofrece Yuya-sama?-
Ante tal pregunta, Yuya carraspeó la garganta y no respondió, Chinen entendió el significado de aquel molesto sonido.
-Lo siento…-
Yuya suspiró y le dijo con voz amable.
-Acércate-
Con timidez, Chinen se acercó hacia Takaki.
-¿En que habíamos quedado Yuri?-
El menor se ruborizó y bajó la mirada.
-Lo siento Yuya… sa… ¡ah!-
Exclamó con pesadez.
-¿Acaso es mucho pedir ser solo Yuya para ti?-
Ante la suplicante mirada de Takaki, Chinen respondió rápidamente.
-¡No!… No es eso… es que es difícil… pero… prometo esforzarme-
Al notar el rubor y el brillo en la mirada de Chinen, sonrió, se movió dentro de la tina solo para darle la espalda a Chinen.
-Necesito ayuda… ¿Crees poder ayudarme?-
Preguntó mientras levantaba la esponja con jabón, Chinen sonrió y la tomó, después comenzó a tallar suavemente la espalda de Takaki.
-No pido que me digas así todo el tiempo, solo cuando estemos solos… por favor-
Chinen sonrió aún más y dijo con voz tranquila.
-De acuerdo… Yuya-
Takaki sonrió y en el momento en que Chinen pasaba la esponja por su hombro, tomó su mano, se giró lentamente, sin soltar la mano del menor, mientras que con la otra tomaba su rostro con suavidad. Así, sin decir nada, acercó el rostro de Chinen al suyo solo para besarlo suavemente. El menor no lo pensó siquiera y correspondió aquel beso con la misa ternura.
Al terminar, Takaki dijo con una sonrisa en el rostro.
-Gracias-
Chinen negó con la cabeza y dijo.
-No es nada-
-Ahora voy a salir, ya sabes que hacer-
De inmediato Chinen se alejó, sonrío y salió del baño, tomó la toalla con la que siempre secaba el cabello de Yuya y espero a que este saliera, lo cual no tardo mucho. Con su elegante bata cubriéndole el cuerpo tomó asiento en la orilla de la cama, Chinen se acercó y como siempre, comenzó a secar el cabello de Takaki.
-Es tan relajante cuando haces esto-
Dijo Takaki mientras sentía como Chinen continuaba secando su cabello con movimientos suaves.
-Es bueno saberlo-
Respondió con una sonrisa en el rostro.
En cuanto termino, Yuya levantó la cabeza y tomó a Chinen por la cintura, acercándolo más a él.
-Pero siempre es mucho más preferible tenerte así de cerca-
-Es lo que siempre espero-
Dijo Chinen mientras colocaba sus manos sobre los hombros de Yuya, acercándose lentamente a su rostro, ambos estaban a punto de besarse cuando alguien tocó a la puerta.
Asustado, Chinen se alejó de Takaki, pero este no permitió que se alejara mucho puesto que lo tomó con más fuerza de la cintura mientras gritaba.
-¿Si?-
-Joven Yuya, su madre a llegado y dice que quiere hablar con usted-
-Dile que me espere en el estudio, enseguida bajo-
Chinen pudo observar la expresión llena de fastidio en el rostro de Yuya.
-Debes vestirte ahora, tu madre te espera-
-No se a que viene… debió avisar antes-
-Tranquilo, deberías alegrarte de que tu madre viene a verte-
Le dijo Chinen mientras acariciaba su cabello con delicadeza.
-Estoy seguro que solo viene a molestar, como siempre-
Chinen solo continuo acariciando sus cabellos.
-De todas formas es tu madre, anda, vístete, yo tengo que ayudar en unas cosas de la cocina-
-Trata de que no te vea, no quiero que te moleste otra vez-
Dijo Yuya con preocupación, y es que siempre que la mama de Yuya lo visitaba, molestaba a Yuri de alguna forma, si no era con trabajos pesados era con comentarios hirientes, nunca se perdía de una oportunidad para hacerlo sentir menos, tenía cierta afición a solo molestarlo a el más de lo que molestaba a los demás sirvientes.
-Descuida, estaré en la cocina o si no en otro lado-
Dicho esto, Chinen intentó alejarse de Yuya para retirarse, pero este se lo impidió.
-No puedes irte aún-
Le dijo con una sonrisa, Chinen lo miro sonriente y sin más, se acercó y lo besó con ternura. De inmediato Yuya lo acercó un poco más a su cuerpo y subió una de sus manos hacia su nuca para después acariciar su rostro.
Al terminar aquel beso, ambos juntaron sus frentes y sonrieron.
-Ahora debo irme-
-Te veo en la noche-
Chinen asintió con la cabeza, y esta vez, sin que Takaki lo impidiera, se alejó, caminó hacia la puerta y salió.
En cuanto estuvo listo, bajó y entro al estudio, ahí lo esperaba su madre.
-Vaya, ya era hora, ¿Qué estabas haciendo?-
-Terminaba de bañarme, ¿Algún problema?-
La señora solo arqueo la ceja y se levantó de su asiento solo para acercarse a Yuya, le acomodó un poco el cuello de la camisa y dijo.
-¿Qué has hecho en estos días?-
-Nada que te interese madre, mejor por que no dices de una vez a que has venido a la casa que tanto te desagrada y por la cual te fuiste de aquí-
-Ya Yuya, ¿Hasta cuando dejaras de reprocharme eso? Entiende que el clima de aquí no me gusta, a fin de cuentas tu padre terminó marchándose a trabajar lejos, ¿Por qué no te vienes conmigo hijo mío? Te extraño-
-Gracias madre, pero estoy bien solo, ¿Ya me dirás el motivo de tu visita?-
-Bueno, te pregunté que has hecho por que me interesa saber si ya has encontrado a alguna chica a quien cortejar-
-No madre, no me interesa-
-Pues debería interesarte pronto, vengo a decirte que tu compromiso con la hija de los Watanabe será anunciado oficialmente la próxima semana, vendré con ella el fin de semana-
-¿Qué? Estas diciendo tonterias-
-No son tonterias Yuya-
-¡Estas loca! ¡No voy a aceptar ese compromiso!-
Dijo con voz fuerte, pero al parecer a la señora no le importó.
-No vengo a pedir tu consentimiento, es un hecho ese compromiso, ya es momento de que pienses en tu madre y en el bienestar de esta familia, y como no sabes hacer nada pues te casarás con la hija de una buena familia y punto, fin de la discusión, nos vemos el fin de semana-
Y sin más, la señora salió del estudio, dejando a Yuya enojado, frustrado, pero sobre todo impactado con tal noticia, definitivamente no iba a permitir tal compromiso, no estaba dispuesto a alejarse de Yuri por culpa de los caprichos de su madre.
-Eso jamás-
Se dijo mientras tomaba asiento y trataba de pensar en algo.
Al entrar en su habitación visualizo a Daiki recostado sobre la cama, estaba profundamente dormido.
-Daiki…-
Dijo en voz baja mientras acariciaba su rostro. En ese momento pudo ver como una lágrima corría por la mejilla de Daiki.
-¿Por qué lloras?-
Volvió a decir en voz baja y sin más, con cuidado, se recostó a su lado, abrazándolo con ternura.
-No puedo permitir que te preocupes por mis problemas… prefiero ver siempre tu sonrisa…-
Dicho esto, abrazó con un poco más de fuerza el dormido cuerpo de Daiki, hasta que lentamente fue despertando.
-Kei…-
Dijo con voz adormilada mientras observaba de frente a Kei.
-¿Te sientes mejor?-
Preguntó con la mirada triste.
-Si, un poco, gracias-
-Daiki…-
Dijo en casi un susurro, al mismo tiempo acarició el rostro de este con ternura.
-Ahora tu estas extraño-
Daiki sonrió mientras tomaba la mano de Kei.
-¿Crees que soy infantil?-
-¿Por qué lo preguntas?-
Kei suspiro y dijo.
-Cuando te vi llegar con Yabu, cuando te ayudo a bajar del caballo sentí que de un momento a otro… te alejarías de mi para… para irte con él… y sentí un miedo enorme… después… fue cuando me acerque de forma un poco… brusca, lo siento-
Dicho esto, Kei bajó la mirada y dejó salir un suspiro.
-No… no tienes porque pensar eso-
Mientras decía eso, no podía evitar el recordar lo que había sentido ante la cercanía de Yabu.
-Lo sé… pero no pude evitarlo… quiero que me perdones por actuar así, sé que aprecias mucho a Yabu, que es como tu hermano mayor-
¿Era por eso que se había sentido así? Daiki intentó analizarlo un poco, si, tal vez era por eso, pero entonces ¿Por qué continuaban sus ganas de gritar desesperadamente y de llorar?
-Kei… yo… lo siento-
Antes de que Kei pudiese hacer o decir algo, Daiki se aferró a el con fuerza, hundiendo su rostro en el pecho de Kei.
-No tienes de que disculparte-
Dijo con ternura mientras abrazaba a Daiki de vuelta, sin embargo él sabía que debía disculparse, se sentía muy mal por aquel sentimiento, no quería cambiar, deseaba continuar queriendo a Kei con la misma intensidad, así que de pronto, se separó un poco de él y lo beso torpemente en los labios.
Inoo estaba sorprendido, Daiki nunca había hecho algo así, sin embargo comenzó a responder a aquel contacto, besándolo más profundamente.
Al sentir los suaves labios de Kei sobre los suyos, pudo comprender que él era lo más importante que tenía, lo que mas adoraba, lo que más quería y deseaba permanecer a su lado. Como si hubiese sido solo un mal entendido, todas sus preocupaciones comenzaban a desvanecerse, concentrándose tan solo en el momento en el que besaba a Kei con tal intensidad.
Todo iba muy bien, pero repentinamente, el último acercamiento que tuvo con Yabu apareció en su mente, imaginando cosas de más, proyectando en su mente que a quien besaba no era Kei.
“-¡No!-”
Exclamó internamente y de golpe se alejó de Kei, sentándose sobre la cama con la respiración agitada, tenía ganas de llorar, pero no iba a hacerlo.
-¿Qué ocurre?-
Preguntó Inoo preocupado.
-Nada… no es nada… solo que… acabo de recordar que… debo volver temprano a casa-
Dicho esto torpemente se puso de pie.
-Te acompaño-
-No… descuida… veré a mi madre a mitad del camino… gracias…-
Kei se levantó y se acercó sigilosamente a Daiki.
-¿Me estas evitando?-
Daiki se sorprendió con semejante pregunta.
-No-
Respondió débilmente.
-De acuerdo, esta bien, te acompaño a la salida-
Dijo Kei con tristeza, desvió la mirada y comenzó a acercarse a la puerta, cuando de pronto Daiki lo abrazó por la espalda.
-No te estoy evitando… es solo que no me siento bien, pero te prometo que mañana estaré mejor-
Dicho esto abrazó con más fuerza a Kei, este tomó ambas manos de Daiki y se soltó del agarre para girarse y quedar frente a él.
-Esta bien, confío en ti-
Al sentir la penetrante mirada de Kei, Daiki sonrió y lo abrazó con fuerza, después le deposito un suave beso en la mejilla y se alejó.
-Nos veremos mañana-
-De acuerdo-
Dijo Kei con una sonrisa, así, ambos salieron de la habitación.
-¡¿Qué haces!?-
Exclamó al ver a Ryutaro de pie intentando caminar en el pequeño espacio de su habitación.
-Ejercito mi pie-
Respondió tranquilo mientras se apoyaba con fuerza en la pared y levantaba un poco su pie para intentar mover su tobillo en círculos.
-Te estás forzando demasiado, anda, ve a tu cama-
Dijo Ryosuke mientras se acercaba a él, pero Ryutaro se negó.
-Un poco más, entiende que no quiero estar más en esa cama, quiero volver a hacer mis cosas, por favor-
Ryosuke lo miró preocupado, sin embargo comprendió que no podía hacer nada para hacer cambiar a Ryutaro de opinión.
-¿Es por el joven Kei cierto?-
Preguntó mientra se sentaba en la cama a observar a Ryutaro.
-También es por mi, no puedo permanecer más tiempo si hacer nada, además ya casi no me duele, pude llegar bien a la biblioteca, necesito comenzar a moverme más-
Ryosuke dejó escapar un suspiro de resignación.
-Te ayudaré-
Dijo mientras se acercaba a Ryutaro, tomó el pequeño banco de madera, se sentó y con cuidado tomó el pie del menor, moviéndolo en círculos lentamente.
-Gracias-
Dijo con una sonrisa mientras dejaba que Ryosuke lo ayudara.
Caminaba solo de regreso a casa, sentía un gran peso sobre su pecho, una gran opresión, de pronto se detuvo y dejó escapar ese gran grito que tanto anhelaba salir.
Aquel grito era desesperado, lleno de frustración y culpa, acompañado de unas cuantas lágrimas que escaparon de sus ojos.
Al terminar, se dejó caer de rodillas al suelo y cubrió su cabeza con ambas manos.
-No puede ser… no debo sentirme así…-
Se dijo en voz baja, la mirada de Kei no salía de su cabeza, sus tristes palabras, pero enseguida el rostro de Yabu aparecía en su cabeza, recordando así aquel día.
“-¡¡¡Deténganse!!!
Escuchó gritar entre toda la gente que lo rodeaba, de pronto Yabu apareció y de forma protectora se puso frente a el.
-¡¡¿Qué creen que hacen?!! ¡¿Acaso son unos salvajes?!-
Daiki pudo escuchar los murmullos de la gente, pudo sentir como Yabu temblaba de coraje, sin embargo él no era capaz de hacer nada, estaba herido y asustado.
-¡¡¡Háganse a un lado!!!-
Gritó con todas sus fuerzas, en ese momento la gente comenzó a esparcirse sin dejar de murmurar, de pronto Yabu se giró para verlo, pero todo se volvió borroso y después obscuro.
Antes de despertar, pudo sentir algo suave sobre sus labios, algo húmedo, acompañado de unas pequeñas gotas caer sobre su mejilla.
Lentamente abrió los ojos y distinguió el rostro de Yabu, el cual, al verlo despierto, lo abrazó con fuerza, llorando más fuerte.
-Ya-Yabu…-
-No digas nada, tranquilo, ya todo termino, estarás bien, solo tienes pequeñas heridas, nada grave, te vas a poner bien-
El recuperar más el sentido pudo sentir los vendajes en sus brazos, piernas y cabeza.
-Tengo miedo…-
Dijo con lágrimas en los ojos mientras se aferraba a Yabu.
-No temas… yo estoy aquí para protegerte-”
Al recordar, lentamente se puso de pie, jamás olvidaría aquel día, la calidez de Yabu al abrazarlo y llorar por él.
-Pero te fuiste…-
Murmuró mientras daba los primeros pasos para continuar con su camino, limpió su rostro de aquellas lágrimas y sin deseos de pensar más, se concentró en el camino que tenía por delante.
La noche había caído silenciosamente, con el frío acompañándola y una hermosa luna llena.
Kei se encontraba encerrado en la biblioteca, desde que Daiki se marchó se encerró con la intensión de dedicarse a sus deberes impuestos por su padre, estaba cansado, de pronto alguien tocó a la puerta.
-Adelante-
Dijo sin dejar de escribir.
-Joven Kei, la cena esta lista-
Ante tales palabras despegó la vista de aquel pergamino y miró hacia la puerta.
-Gracias Ryosuke, cenaré más tarde-
-¿Quiere que le traiga algo?-
-No, gracias, yo saldré más tarde-
-De acuerdo-
Y con una pequeña reverencia cerró la puerta y se marcho.
Las horas transcurrieron y Kei no salía de la biblioteca, la mayoría de la servidumbre continuaba esperándolo, unos cuantos ya bostezando del cansancio, hasta que una de las criadas fue a verlo y regreso con la noticia de que el joven no cenaría, que todos podían retirarse a descansar.
-Pobre… todo por su padre… un padre que no lo quiere por ser igual a su madre…-
Dijo una de las criadas mientras se retiraba.
Sin remedio, Ryosuke hizo lo mismo, estaba por llegar a su habitación cuando decidió pasar a ver a Ryutaro.
-Debe estar dormido…-
Se dijo mientras tocaba a la puerta, pero gran sorpresa se llevó al ver al chico abriendo la puerta.
-Pasa-
Dijo mientras se hacia a un lado.
-¿Sigues sin descansar?-
Preguntó preocupado.
-Ya descansé, solo quise pararme para abrir, ya no es tan difícil-
Ryosuke se cruzó de brazos.
-No te fuerces demasiado, ya te lo dije-
-Si, ya lo sé-
Respondió con tranquilidad mientras se acercaba a la cama y tomaba asiento.
-Pero veo que ya caminas con más facilidad-
-Y lo seguiré haciendo-
Dijo con decisión.
-Esta bien, bueno, solo vine a despedirme, me voy a dormir, ¿no quieres nada?-
-No, ya cené-
-Bien, nos vemos mañana-
Dijo con una sonrisa.
-Hasta mañana-
Se despidió devolviendo la sonrisa, pero antes de salir, Ryosuke le dijo.
-Sabes, el joven Kei sigue encerrado en la biblioteca, no quiso cenar-
Ante tales palabras, Ryutaro se sorprendió.
-Pero en fin, nada podemos hacer, solo espero y no se duerma tan tarde-
Ryutaro bajó la mirada, sin embargo no dijo ni comentó nada.
-Bueno, me voy, hasta mañana-
Ryutaro solo asintió con la cabeza y observó como Ryosuke se iba.
“-Tengo que hacer algo…-”
Pensó, no era posible que Kei se quedara solo en aquella biblioteca, sentía que debía pagar el favor por tanta amabilidad de parte del mayor, así que decidido, se puso de pie y lentamente salió de su habitación, agarrándose de la pared para no caer al momento de pisar con el pie lastimado.
Después de haber cenado, Takaki subió a su habitación, todo el día estuvo pensativo y preocupado, a tal grado que casi no le hablaba a Yuri, lo cual preocupaba al menor, y después de terminar su última tarea, subió al cuarto de Yuya.
Al tocar la puerta no recibió respuesta alguna.
-¿Estará dormido?-
Se preguntó, entonces abrió la puerta lentamente y pudo distinguir la luz de la vela sobre el buró de Yuya, este estaba recostado en su cama, al parecer muy absorto en sus pensamientos.
-Yuya…-
Dijo con voz suave, el mayor reaccionó y miró hacia la puerta.
-Pasa-
Dijo con amabilidad mientras se reincorporaba.
-¿Te sientes mal?-
Preguntó preocupado mientras se acercaba a Yuya.
-No… solo tengo mucho en que pensar, no le des importancia-
-¿De verdad?-
Preguntó mientras se detenía justo frente a él.
-Por supuesto, me alegra que estés aquí-
Ante tales palabras, Chinen sonrió y abrazó a Yuya con ternura, este recargó su cabeza en el pecho de Yuri y pudo sentir como el menor acariciaba su cabeza con suavidad, relajándolo.
-Hoy estabas muy distante, ¿Paso algo con tu madre?
Yuya suspiro.
-No hablemos de eso, ahora solo quiero estar contigo y no pensar en nada más-
Dicho esto levantó la cabeza y Chinen se acercó a su rostro para besarlo tiernamente.
-Si hay algo que te preocupe puedes decírmelo-
Al escuchar estas palabras, Yuya tomó el rostro de Yuri con ambas manos.
-No es nada importante, descuida-
Así, lo besó lentamente, el menor correspondió y poco después ambos estaban recostados sobre la cama, llenándose de incontables besos y caricias, entregándose de la misma manera que lo habían hecho con anterioridad, hasta que al terminar ambos se quedaron dormidos, abrazándose con fuerza.
Estaba tan concentrado en lo que escribía, que no escuchó cuando alguien tocó a la puerta, hasta que el sonido fue más insistente.
-¿No les dije que se fueran a dormir?-
Dijo con fastidio mientras se ponía de pie y abría la puerta, gran sorpresa se llevó al ver a Ryutaro frente a el con una bandeja en la manos, en la cual llevaba un vaso con leche un poco de pan.
-¿Qué haces… aquí?-
Preguntó sorprendido.
-Su cena joven Kei-
-Pero…-
Estaba por reclamar pero la penetrante y firme mirada de Ryutaro lo dejaron sin habla, así que con una débil sonrisa tomó la bandeja.
-Gracias, ya puedes irte-
-Pensé que un poco de compañía le haría bien, ¿le molesta si me quedo con usted un poco más?-
A Kei le sorprendió las palabras de Ryutaro.
-Pero… deberías estar descansando…-
-Yo ya descansé todo el día, por favor deje que me quede con usted al menos un rato-
Sin poder negarse más, dejó entrar a Ryutaro, este, con pasos lentos, se acercó a una pequeña mesa, en donde siempre estudiaba, tomo asiento y se estiró un poco. Kei se acercó a su escritorio, de igual forma tomó asiento y comenzó a cenar.
-¿Cómo supiste que estaría aquí?-
-Ryosuke me lo dijo, pensé que no es bueno que usted se quede sin cenar algo, por eso estoy aquí, es todo lo que puedo hacer para que no se sienta tan mal en estos momentos-
Kei miró fijamente a Ryutaro y sonrió.
-Eres increíble, ¿Por qué te preocupas tanto por mi?-
Ryutaro lo miró fijamente y respondió con firmeza.
-Yo se cuanto le duele el trato de su padre, lo solo que se siente, sé que yo no puedo hacer mucho, pero siempre haré lo que pueda para hacerlo sentir mejor, para eso estoy aquí-
Por unos instantes, Kei se perdió en los profundos ojos del menor, la suave luz de las velas hacía remarcar sus maduras facciones a pesar de solo ser un niño de quince años.
-¿Cuándo creciste tanto?-
Preguntó con una sonrisa, Ryutaro sonrió de igual forma y no respondió nada.
-Joven Kei… ¿puedo hacer algo?
Kei lo miró curioso y respondió con amabilidad.
-Bueno, no lo sé. ¿Qué quieres hacer?-
En ese momento Ryutaro se puso de pie, torpemente caminó hacia el lugar de Kei, este, sorprendido, se giró para ver a Ryutaro.
-¿Qué sucede?-
Pero no obtuvo respuesta. En cuanto Ryutaro estuvo completamente cerca de Kei, le dijo con voz suave.
-¿Me permite?-
Kei no comprendió aquella pregunta, pero antes de poder decir algo, Ryutaro lo abrazó con ternura, acariciando suavemente su cabeza. Kei estaba impresionado.
-¿Q-qué-
-No diga nada… es solo… mi manera de apoyarlo… aunque sea un poco… por favor-
Kei se sentía extraño, podía escuchar los fuertes latidos provenientes del pecho de Ryutaro, pero comenzó a confundirlos con los suyos, ¿Por qué se sentía tan bien estar entre los brazos de Ryutaro?
De pronto comenzó a dejarse llevar, y con ganas de sentir más de aquella cálida sensación, se puso de pie rápidamente solo para abrazar con fuerza al menor, el cual lo abrazo de forma automática con la misma ternura, hundiendo su rostro en el pecho de Kei.
-Gracias Ryutaro…-
Dijo con un nudo en la garganta.
-Joven Kei…-
Dijo con voz débil, después pudo sentir como las lágrimas de Kei mojaban su hombro, así que se alejó un poco y con ternura limpió aquellas lágrimas.
-Todo va a estar bien…-
Al sentir las manos de Ryutaro acariciar su rostro, algo se revolvió dentro de el, perdiéndose en aquella amable y madura expresión. Así, tomó la mano del menor y volvió a pegarlo a su cuerpo, abrazándolo con fuerza.
-Gracias por estar aquí-
Ryutaro pudo sentir la mano de Kei temblar ligeramente y como su llanto salía lentamente.
-Yo siempre estaré aquí-
Dijo con voz suave mientras abrazaba de vuelta a Inoo.
1 comentario:
O_O por un instante me asuste cuando Yuto dijo que no queria a mi yama-chan pero cuando continue leyendo ufff que alivio, este YAMAJIMA esta asdadsadsasda *-*...OMG pobre el TakaChii, odio los compromisos arreglados ¬¬
OMG OMG que pasara??????? Daiki, Kei, Yabu, Ryu..????? cada capitulo es mas y mas interesante, gracias Ayaa-san por tu esfuerzo, seguire leyendo! ;D
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