Cap. 4
Sus clases en la universidad transcurrieron con normalidad, entregó su trabajo con éxito y ahora trataba de descansar un poco en la cafetería de la escuela, esta vez estaba solo. No era por que no tuviese amigos, los tenía, pero en momentos así pensaba que era mucho más agradable estar solo, así trataría de despejar su mente, aunque eso estaba resultando bastante difícil, puesto que cierto chico no salía de su cabeza.
-Necesito otro café
Se dijo torpemente mientras se ponía de pie y se disponía a comprar otro, pero entonces, a mitad del camino, su teléfono comenzó a sonar, sin muchos ánimos respondió.
-¿Si?
-¡Kei!
Sabía de quien se trataba, así que con un suspiro de fastidio logró responder.
-¿Qué quieres?
-¡¡Dime que no es verdad que te retiras!! … Supongo que anoche estabas cansado cuando te llame ¿No es así?
-Si, estaba cansado y ocupado, pero aún así mi decisión es definitiva.
-¡No! No me puedes hacer esto…
-Escucha, nada de lo que digas me hará cambiar de opinión, así que por favor deja de llamarme.
Así, bruscamente, colgó, guardando su teléfono en el bolsillo.
Al fin la hora del almuerzo había llegado, de cierta forma estaba ansioso por comer algo, esperando así que aquella sensación desapareciese rápidamente. Guardó rápidamente todas sus cosas y salió del salón rumbo a la cafetería, compro un desayuno y tomó asiento en una mesa vacía, estaba a punto de comenzar cuando la voz de Hikaru lo distrajo.
-¡Ahí esta!
Pudo observar que detrás de Hikaru iban Yabu y después Takaki, poco después los tres llegaron hasta su mesa y tomaron asiento.
-¿Por qué estas solo?
Preguntó Takaki ligeramente distante.
-Lo siento, quise esperarlos pero tengo demasiada hambre.
Mintió. Bueno, no estaba seguro si tenía hambre, pero eso esperaba.
-De acuerdo, Hikaru y yo iremos a comprar algo, Yuya, tu te quedas con Daiki.
Así, Yabu y Hikaru se pusieron de pie y se fueron para comprar algo. Daiki se quedó en silencio unos segundos, aún se sentía inquieto, así que sin esperar más tomó los palillos y su tazón de arroz.
Al primer bocado no sintió algún cambió, esto era extraño, sin embargo continuo comiendo, un poco de carne, curry y más arroz, todo casi al mismo tiempo. Al darse cuenta de la forma en la que estaba comiendo, Takaki lo detuvo.
-Come más despacio o te ahogaras, ¿Tanta hambre tienes? ¿No desayunaste en tu casa?
Daiki tenía la boca llena, por lo que solo respondió moviendo la cabeza de forma afirmativa.
-De acuerdo, aún así tienes que comer más despacio.
Esta vez Yuya sonaba más cercano, pero Daiki no le dio mucha importancia, no dejaba de sentir aquel extraño sentimiento y eso lo estaba desesperando bastante.
Al no poder tragar todo lo que tenía en la boca, tomó un poco de agua, cuando su boca estuvo vacía, dejó los palillos sobre la mesa y bajo la mirada, esto no estaba nada bien, ¿Por qué no dejaba de sentirse así?
-¿Ocurre algo?
Preguntó Yuya un poco preocupado ante la expresión de Daiki.
-Nada… es solo que… algo no anda bien…
-¿Qué sucede?
Preguntó aún más preocupado.
-Siento… algo extraño… aquí…
Daiki se llevo una mano al pecho y miró a Takaki.
-¿Te duele? ¿No puedes respirar?
Ahora Yuya estaba alarmándose demasiado.
-No… no es eso… es un sentimiento extraño… me siento muy inquieto… pensé que era por que no había desayunado, pero ya comí y no desaparece
Takaki trató de asimilar lo que Daiki estaba diciéndole, pero antes de que pudiese decir algo, Hikaru y Yabu tomaron asiento, al parecer habían escuchado lo que Daiki había dicho, por lo tanto fue Hikaru quien habló.
-¿Aun te sientes así?
Yabu y Takaki miraron sorprendidos a Hikaru.
-¿Cómo que aún?
Preguntó Yabu.
-Esta mañana me lo tope y me dijo exactamente lo mismo.
-¿Eso es verdad?
Preguntó Yabu, mirando a Daiki, este solo asintió con la cabeza.
-¿Hay algo que te preocupe?
Preguntó Hikaru.
-No…
Y era verdad, no había algo que lo preocupara, aún así no se explicaba este sentimiento tan agobiante.
Sus clases ya habían terminado, al fin, miró su reloj, era temprano.
-Sus clases terminan en un par de horas.
Dijo para si mientras sonreía.
-Iré a darme un baño.
Volvió a decir en voz baja mientras comenzaba a caminar, tenía el tiempo suficiente así que no llevaba prisa.
En cuanto llegó al edificio en donde vivía, logro ver un auto estacionado, se le hacía familiar pero decidió no darle importancia, después de todo muchos autos eran parecidos y era probable que solo fuese una confusión.
Con normalidad entró al edificio, uso el elevador y llegó a su piso, caminó por el pasillo rumbo a su departamento, sacó la tarjeta llave de su bolsillo, la introdujo en la pequeña hendidura y la puerta se abrió, justo abrió la puerta cuando alguien apareció por detrás y le cubrió la boca, Kei estaba asustado, no quería pensar de quien se trataba, pero sus miedos se volvieron realidad cuando escuchó esa voz.
-Te dije que no podías dejarme, ahora me darás lo que quiero.
Imposible, era ese sujeto, de verdad su perversidad no tenía limite alguno, ¿Cómo era posible que hubiese llegado a ese extremo?
Pues bien, lo era, así que mientras cubría la boca de Inoo, con la otra mano lo tomó de la cintura y lo empujó para que ambos entraran al departamento. De una patada cerró la puerta, aventó a Kei al suelo y sonrió maliciosamente.
-¿Te lo dije cierto?
Kei se puso de pie con dificultad, las piernas le temblaban, sin embargo no estaba dispuesto a mostrar aquel temor.
-Espera un segundo, ¿Qué es lo que quieres?
-Te lo dije por teléfono, es para lo único que te llamo, y te lo advierto, no voy a permitir que te deshagas de mí tan fácilmente.
Dicho esto acarició el rostro de Kei, esto lo hizo sentir realmente repugnante y se alejó con fastidio.
-No voy a hacer nada de lo que tu pides, así que por favor lárgate de una buena vez.
Kei estaba serio y furioso, sin embargo se asustó al ver la sonrisa psicópata de aquel sujeto.
-¿Qué no vas a hacer nada?… bien, eso vamos a comprobarlo.
De pronto, el sujeto, después de soltar una carcajada, tomó a Kei por la fuerza e intentó besarlo, sin embargo este opuso resistencia de inmediato y alejó a aquel sujeto con todas sus fuerzas.
-¡¡Te dije que te largaras!!
Gritó furioso e intentó dirigirse hacia la puerta para salir, pero el sujeto fue más rápido y de un solo movimiento tomó a Kei por la cintura, pegándolo con fuerza a su cuerpo y comenzando a besar lascivamente su cuello.
Kei intentaba alejarse, lo empujaba, lo golpeaba, pero era inútil, aquel sujeto era mucho más fuerte que él. Sin embargo, Kei no tenía intensión de dejar que aquel sujeto se saliese con la suya, así que con habilidad, logró patear a aquel sujeto en la espinilla, su objetivo era lograr golpearlo en su parte baja, pero fue imposible debido a la cercanía de los cuerpos.
-Eres un salvaje Kei-chan… no tenía idea que ahora te gustaban los golpes.
Respondió el sujeto mientras se inclinaba para frotarse un poco la pierna, para ese entonces Kei se había alejado de aquel sujeto, estaba por tomar el teléfono para pedir ayuda cuando recibió un fuerte golpe en la cara, el cual lo hizo caer al suelo y que sangre saliese por la comisura de sus labios.
Aquel golpe había sido demasiado fuerte, a tal grado que el miedo de Inoo era más que evidente, no podía dejar de temblar, deseaba escapar, pero era imposible, justo logró ponerse de pie cuando aquel sujeto lo golpeo de nuevo, esta vez en el estomago, sacándole todo el aire y tirándolo al suelo nuevamente, en dónde después aquel tipo comenzó a patearlo con fuerza mientras aquella sonrisa no desaparecía de su rostro.
-¿Querías golpes no es cierto? Pues bien, ahora no voy a detenerme.
Dicho esto, continuo golpeándolo con brutalidad, Kei trataba de protegerse, pero los golpes lo dejaban sin energía, pronto, quedo casi inconsciente. Cuando el sujeto logro reaccionar ante el daño causado, se dejó caer de rodillas para tomar el rostro de Kei entre sus manos, acercándolo al suyo.
-¿Te lastime demasiado? Traté de no tocar no hermoso rostro… tú comenzaste con esto y yo… no pude parar… quiero que entiendas que soy capaz de hacer cualquier cosa para tenerte.
Dicho esto, besó a Kei en los labios, sin embargo la respuesta de Inoo fue morder al sujeto, ocasionando que su labio sangrara, y como señal de repulsión escupió la sangre mientras lo miraba con odio.
-De-déjame… y… lar-lárgate.
Logró decir Kei con la poca fuerza que aún le quedaba, sin embargo, las cosas parecían empeorar, la forma en la que el sujeto se limpió la sangre del labio y después miró a Kei fue aterradora. Con dificultad Kei tragó saliva, como pudo junto todas las energías que le quedaban, se puso de pie lo más rápido que pudo y corrió hacia la puerta, pero de nueva cuenta el sujeto lo detuvo, golpeándolo con fuerza dándole una fuerte patada en la espalda, haciendo que Kei cayese al suelo.
-No me importa si tengo que matarte para que seas mío… Inoo-chan.
La última clase parecía eterna, por más que miraba el reloj este avanzaba muy poco, sentía que estaba descompuesto o algo. Su impaciencia no desaparecía, ese nerviosismo extraño, esa ansiedad, ¿Qué significaban?
De pronto, de la nada, un escalofrío recorrió su espalda, fue aterrador, un mal presentimiento.
-Kei…
Dijo para si mientras sus ojos se abrían de par en par.
-Tengo que salir de aquí.
Dicho esto, se puso de pie a mitad de la clase.
-Arioka-kun, ¿Qué te sucede?
Preguntó el profesor mientras todos sus compañeros lo observaban.
-Me… me siento mal… ¿Puedo ir a la enfermería?
-¿Qué es lo que tiene?
-En verdad… me siento muy mal…
De no ser por que en verdad Daiki lucía mal, preocupado, ansioso, el profesor no le hubiese creído que estaba enfermo.
-De acuerdo.
-Gracias.
Así, sin guardar sus cosas, salió del salón a paso rápido, pero en cuanto dobló para bajar las escaleras, comenzó a correr.
Justo estaba llegando a la salida cuando se topó con Takaki.
-Dai-chan ¿Qué haces aquí? No me digas que te saltas las clases.
Dijo el mayor en tono de broma, pero cuando menos se lo espero, Daiki pasó corriendo a su lado.
-¡Hey! ¿A dónde vas?
-¡¡Tengo que irme!!
Fue lo único que logró decir, Takaki lo miró alejarse y no pudo evitar el preocuparse, así que miró a su alrededor y comenzó a seguirlo.
Corría con todas sus fuerzas, deseaba llegar, anhelaba que ese mal presentimiento haya sido todo un mal entendido y encontrar sano y salvo a Kei, rogaba tanto por ello.
Sus piernas temblaban un poco, sin embargo no le dio importancia y continuo corriendo. Rápido, cada vez más y más rápido, hasta que al fin logró llegar al edificio en dónde Kei vivía.
-Tiene que estar aquí.
Se dijo mientras presionaba desesperadamente el botón del elevador, sin embargo este estaba tardando demasiado, así que sin más alternativa, subió por las escaleras a toda prisa.
Cuando observó como Daiki entraba en aquel edificio se alarmó un poco, se detuvo para respirar, no se esperaba que Daiki tuviese tanta prisa.
-¿Qué rayos es este lugar?
Se pregunto mientras se apresuraba a entrar, no quería perder a Daiki de vista.
-Va a tener que explicar muy bien todo esto.
Pensó mientras observaba como Daiki subía por las escaleras.
Cansado y agitado, logró llegar al piso correcto, con rapidez corrió hacia el departamento de Kei y tocó el timbre. No hubo respuesta.
-Tiene que estar…
Murmuró mientras continuaba tocando el timbre desesperadamente, de pronto escuchó un ruido extraño, seguido de un grito, no logró distinguir muy bien pero estaba seguro de que esa era la voz de Kei.
-¡¡Kei!! ¡¡Kei!! ¿Estas ahí?
Pegó su oído a la puerta y trató de escuchar.
-¡A-ayúdame!
Dicho esto, escuchó como si alguien lo hubiese golpeado. Tenía que hacer algo y pronto. Miró a su alrededor, como esperando a que alguien pasase para pedir ayuda, pero fue inútil. Trato de abrir la puerta, golpeándola con fuerza, pateándola, pero era inútil, necesitaba la tarjeta llave para conseguir abrirla.
-¿Qué rayos haces Daiki?
Esa voz, no se lo esperaba, sorprendido miró a su alrededor hasta que detrás de el se topó con la fría mirada de Takaki.
-Takaki…
-Te hice una pregunta Arioka.
Estaba molesto, sin embargo eso era lo que menos importaba ahora, necesitaba encontrar la forma de abrir la puerta.
-Tengo que entrar.
-¿Qué? ¿Estas loco? ¿Para que rayos quieres entrar?
Preguntó Takaki con fastidio.
-¡Kei esta en peligro! ¡Tenemos que hacer algo!
Gritó Daiki desesperado, Takaki lo miró fijamente, nunca había visto a Daiki tan preocupado y ansioso por algo. Sin más remedio dejó escapar un suspiro.
-Primero tranquilízate, hay que buscar al dueño para que abra la puerta.
-¡¡No hay tiempo!!
Gritó nuevamente, esta vez las lágrimas desesperadas amenazaban con salir de sus ojos. Así, sin más, volvió a golpear la puerta.
-¡¡No vas a conseguirlo de esa forma Daiki!!
Le gritó Takaki alejando a Daiki y tomándolo con fuerza de los hombros.
-¡¡No hay otra forma!! ¡¡Si no la abro ahora Kei estará demasiado herido!!
Gritó Daiki mientras se aferraba a la camisa de Takaki. Este volvió a suspirar profundo y con voz calmada le dijo.
-Iré con el dueño, mientras sigue intentando abrir la puerta. ¿De acuerdo?
Daiki asintió con la cabeza, fue así como Takaki salió corriendo escaleras abajo, seguramente podrían ayudarlo en la recepción.
Golpeaba con todas sus fuerzas, no dejaba de gritar que abrieran, no paso mucho tiempo cuando Takaki estuvo de regreso con la tarjeta llave y sin esperar más, abrió la puerta. El primero en entrar fue Daiki, se quedó sorprendido al ver a un sujeto encima de Kei, ambos en el suelo. Aquel sujeto besaba el cuello de Inoo mientras le desabotonaba la camisa. El mayor estaba gravemente herido y ligeramente inconsciente.
-¡¡Quítale las manos de encima!!
Gritó Daiki mientras se lanzaba sobre aquel sujeto y lograba hacerlo aun lado de un golpe.
Asustado, miró Kei, este, con voz débil logro decir.
-Es-estas aq-aquí…
-¡Kei!
Exclamó mientras tomaba el débil cuerpo del mayor entre sus brazos con delicadeza.
-Estarás bien.
Le dijo con suavidad mientras acariciaba su rostro.
-¡¡Aparta tus manos de mi Kei!!
Gritó el sujeto abalanzándose contra Daiki, pero fue interceptado por Takaki, quien lo tomó con fuerza.
-¿Este es el loco que te atacó cierto?
Preguntó Takaki mirando a Kei, este asintió con la cabeza.
-Me encargaré de él, Daiki, llama a una ambulancia.
Ante la voz firme de Takaki, Daiki obedeció al instante, de pronto Kei cayó inconsciente.
No supo cuanto tiempo paso, le dolía todo el cuerpo, sin embargo la extrañeza de estar sobre una suave cama y un extraño olor a alcohol lo hizo despertar.
Lentamente abrió los ojos, topándose con un techo poco familiar, al mirar más detenidamente a su alrededor, pudo notar que estaba en un hospital. Trató de reincorporarse, pero no pudo, su cuerpo estaba débil y además dolía, a pesar de que ya había sido atendido el dolor era persistente.
Sin moverse demasiado, miró a su alrededor, estaba solo, al menos así lo fue hasta que la puerta se abrió, por ella entró Daiki, quien al ver a Kei despierto sonrió y se acercó a el.
-Al fin despiertas, me tenías preocupado.
-Daiki… ¿Qué haces aquí?
Preguntó confundido, había pensado que la aparición de Daiki había sido alguna clase de sueño.
-¿Qué clase de pregunta es esa? Estoy cuidando de ti ¿Qué no es evidente?
-Eso quiere decir… que no fue un sueño… ¿cierto?
Daiki negó con la cabeza.
-Cuando logré entrar ese tipo te había golpeado y… él estaba…
-No lo digas, ya sé lo que estaba haciendo conmigo.
-Takaki y yo entramos a tiempo, ahora esta arrestado, Takaki se encargó de todo, no volverá a lastimarte.
Kei miró fijamente a Daiki y no dijo nada, solo sonrió débilmente. De pronto la puerta se abrió nuevamente, ahora quien entraba era Takaki, quien miraba serio a Kei.
-Vaya, despertaste… Daiki ¿Puedes ir a traer algo de beber? No logro encontrar un lugar en donde comprar.
Daiki miró confundido a Takaki.
-Pero si hay una máquina expendedora a la vuelta del pasillo…
-Por favor.
Dijo Takaki con una sonrisa suplicante, Daiki dejó escapar un suspiro y sin más remedio dijo
-De acuerdo…
Dicho esto salió.
Takaki se acercó a Kei y tomó asiento en el banco que estaba junto a la cama.
-Gracias por la ayuda, tú debes ser Takaki.
Dijo Kei mientras sonreía amablemente.
-Y tú el sujeto que se mete en problemas con un psicópata sexual.
Ahora la expresión de Takaki era seria. Ante tal comentario Inoo bajó la mirada.
-Sé lo que haces, ese sujeto declaró que te pagaba por cumplir sus deseos sexuales pero que ahora tú ya no querías continuar y que por esa razón te ataco, de todas formas estará arrestado.
Takaki suspiró y se cruzo de brazos mientras su mirada fría hacia Kei continuaba.
-¿Daiki lo sabe?
Preguntó con frialdad. Kei asintió con la cabeza y después dijo.
-No con detalles pero si, lo sabe.
-¿Ahora te das cuenta de lo peligroso que es que alguien como Daiki este con alguien como tu? No es por ofenderte, pero ese sujeto pudo enterarse de lo que hay entre Daiki y tu y entonces ahora…
-Sé a lo que te refieres.
Interrumpió Kei mientras bajaba la cabeza.
-Si lo sabes entonces sabes lo que tienes que hacer.
Lentamente Kei levantó la mirada, topándose con la fría mirada de Takaki.
-¿Te preocupa que algo como esto se repita?
Preguntó Inoo, en respuesta Takaki bufó y con una sonrisa burlona le dijo.
-¿Acaso me vas a negar que ese sujeto es el único “cliente” que tienes? Es evidente que toda esa gente esta enferma y harán lo que sea para tenerte cada que les plazca, tú no eres adecuado para estar con Daiki.
De pronto la puerta se abrió y entró Daiki, lucía molesto, había escuchado aquel comentario de Takaki, y no estaba dispuesto a quedarse callado, así que con voz firme le dijo.
-Tú no eres quien decide con quien sería “adecuado” estar, lo que sucedió fue un accidente y no es culpa de nadie.
-Claro que es culpa de alguien, ¡El es el culpable desde un principio por dedicarse a algo como eso!-
Gritó Takaki señalando a Inoo.
-¡Estas equivocado! ¡No sabes lo que dices!
Gritó Daiki en respuesta.
-¡¿Y tu si sabes?! Te lo diré claramente, un sujeto como él no debe estar a tu lado, nunca sabrás cuando se canse de ti y cuando menos lo esperes te dejará.
-¡Esas son tonterias!
Exclamó Daiki furioso. Kei estaba cansado de escuchar aquella conversación.
-¿Pueden salir de aquí por favor?
Pidió Kei mientras permanecía con la cabeza baja sin mirar a nadie.
-Yo no voy a irme.
Dijo Daiki decidido mientras se cruzaba de brazos, fue así como Kei levantó lentamente la mirada y miró a Daiki.
-Por favor… quiero descansar…
Sin mas remedio, Daiki asintió.
-De acuerdo, pero vendré mañana, puedes contar con eso.
Dijo esto último mirando a Takaki con cierto desafío, Kei simplemente sonrió débilmente. Entonces Daiki se acercó a la cama, haciendo a Takaki a un lado y le dio un tierno beso en la frente, después le dijo en voz baja.
-Estarás bien, mañana vendré a verte, te dije que no te ibas a deshacer de mi tan fácil y este no va a ser el motivo.
De nueva cuenta Inoo solo sonrió y no dijo nada. Daiki se alejó y caminó hacia la puerta, antes de abrirla se giró para ver a Takaki, después la abrió y salió primero, dejando abierto para que Takaki saliese enseguida.
Antes de salir, miró a Kei con seriedad.
-Espero y pienses lo que te dije.
Así, salió, cerrando la puerta tras de si.
Al fin estaba solo, dejó escapar un suspiro mientras dirigía su mirada hacia la ventana, en donde el sol del atardecer lo deslumbro un poco.
-Tiene razón… lo supe desde el principio… nadie puede estar a mi lado ahora.
Murmuró para si mientras cerraba los ojos y dejaba escapar un pesado suspiro, quiso pensar en otra cosa, pero lo primero que venía a su mente siempre era la sonrisa de Daiki, la forma en la que le había hablado cuando le dijo que le gustaba y que nada más importaba.
-Es evidente que lo demás si importa… Daiki…
Suspiró al mismo tiempo que un dolor le oprimía el pecho, se sentía triste, le dolía el hecho de pensar que alejarse de Daiki era lo correcto, si deseaba que el menor estuviese a salvo esa era la solución.
Ambos caminaban por la calle, Takaki había recibido una llamada de Yabu, a ambos los esperaba en la entrada de la escuela con las cosas de Daiki, sonaba preocupado por la desaparición tan repentina de ambos.
Cuando llegaron a la escuela, Daiki se acercó a Yabu y tomó sus cosas.
-Gracias.
Dijo distante, estaba dispuesto a marcharse sin despedirse pero Yabu habló.
-¿Ocurre algo Daiki?
Este miró a Yabu con timidez y le dijo.
-Lo siento, no es nada.
Estaba por marcharse cuando Takaki habló.
-Espero y no regreses para verlo, quiero que entiendas que él y tu.
No pudo continuar, la fría mirada que Daiki le lanzó lo dejo callado, así, sin decir nada se marcho sin más.
-¿Se puede saber ahora que le hiciste?
Preguntó Yabu mientras se cruzaba de brazos y miraba de forma reprobatoria a Takaki.
-Es solo que…
Takaki respiró profundo.
-¿Podemos ir a otro lugar?
-De acuerdo.
Dijo Yabu aún molesto, así, ambos se dirigieron al parque que estaba cerca de la escuela. Fue ahí donde Takaki comenzó a contar todo lo ocurrido, expresando su opinión acerca de Kei y lo mucho que reprobaba el hecho de que Daiki saliera con él.
Yabu escuchó con atención todo lo que Takaki decía, dejó que este se desahogara y cuando supuso que había terminado habló.
-¿Te das cuenta de lo mal que estas?
Preguntó con tranquilidad, Takaki lo miró alarmado.
-¿Mal? ¿Yo?
-Si, tú.
-¿Y eso por qué?
-No te has dado cuenta de nada, para empezar, tú no eres quien para prohibirle cosas a Daiki, y mucho menos si se trata de ver a la persona que quiere, Takaki, no eres su padre, si Daiki te trató de esa forma por un tiempo fue por la ausencia de su verdadero padre en gran parte de su vida, y te lo tomaste más en serio cuando sus padres se separaron, sin embargo, tu eres solo su amigo, para él ahora es así, no puedes imponerle cosas así.
-Pero yo solo…
-Se que tratas de evitar que salga lastimado, temes que algo le pase, pero ¿No has pensado que tal vez ese chico, Inoo-kun, haga todo por protegerlo? Tú mismo dices que el chico dejó aquel trabajo solo por Daiki, de todas formas, si algo llegase a ocurrir, Daiki nos tiene a nosotros, sus amigos.
La voz tranquila de Yabu estaba logrando su objetivo, hacer recapacitar a Takaki sobre sus duras palabras hacia Kei y hacia Daiki.
-¿Acaso no recuerdas lo sonriente que esta desde que conoce a ese chico?
Yuya bajó la mirada, era cierto, Daiki lucía realmente feliz.
-Lo se. Tienes razón, estoy exagerando…
-Al menos te has dado cuenta.
Ambos se sonrieron y Yabu le dio una palmadita en la espalda a Takaki para demostrarle apoyo y animarlo un poco.
Cansado, llegó a su casa, saludó a su madre y subió a su habitación, se cambió de ropa y bajó para comer algo.
-¿Sucede algo?
Preguntó su madre preocupada al verlo tan serio y distante.
-Estoy preocupado.
Dijo sinceramente mientras comía un poco de arroz.
-¿Por qué?
-Es que mi… amigo, esta hospitalizado… tuvo un accidente y… esta solo…
-¿Quién? ¿Takaki-kun?
Preguntó la señora un poco alarmada.
-No, él esta bien…
Dijo con cierto resentimiento mientras comía un poco más.
-No lo conoces.
Dijo para evitar que su madre mencionara a otra persona
-¿Y sus padres?
-No lo se…
Daiki suspiró y tomó un poco de agua.
-¿Quieres ir con él cierto?
Preguntó su madre al ver a Daiki con la mirada distante.
-Me gustaría estar con él…
Su madre, tras escuchar la respuesta, suspiró profundo.
-Deberías ir entonces, es tu amigo, los amigos se acompañan en situaciones como estas, ¿no es verdad?
En ese momento Daiki tragó con dificultad mientras miraba a su madre, estaba sorprendido, no se lo esperaba.
-Quiere decir que puedo…
-Termina de cenar y vas, si sucede algo por favor llámame ¿de acuerdo?
Sonriente, Daiki asintió con la cabeza y continuo comiendo, esta vez estaba desesperado por terminar y salir corriendo de vuelta al hospital.
Al fin había logrado conciliar el sueño después de mucho pensar, estaba decidido a hacer algo, las palabras de Takaki daban vuelta por su cabeza y no dejaba de pensar en que tenía razón en todo, después de todo lo sabía desde el principio, esto nunca fue una buena idea. Sin embargo no lograba imaginar un día sin ver a Daiki, sin abrazarlo, ver su sonrisa, hacerlo sonrojar, haciéndolo feliz.
Así, con los ojos cerrados, pudo sentir como una lágrima se deslizaba por su mejilla. De pronto, algo extraño sucedió, pudo sentir como algo suave, similar a unos dedos, acariciaban su rostro, limpiando el rastro de aquella lágrima.
Poco a poco abrió los ojos, se llevó una gran sorpresa cuando se topó con la tierna mirada de Daiki.
-Volviste…
Dijo con voz ronca y un poco adormilada.
Daiki asintió con la cabeza.
-¿Por qué lo hiciste? Si tu amigo se entera se molestará.
En ese momento Daiki frunció el ceño.
-Eso no me importa, yo sé lo que hago.
Con trabajo y esfuerzo Kei logró sentarse, el dolor ya era menos gracias a los medicamentos.
-No Daiki, no sabes lo que haces, será mejor que vuelvas a tu casa y no vuelvas.
-No voy a hacer eso, no quieras alejarme de esta manera solo por lo que dijo Takaki, él no sabe lo que dice.
Kei cerró sus ojos y suspiró profundo.
-¿Tú que crees que ocurra la próxima vez? Ese sujeto no es el único cliente con quien me acostaba cada que querían, ¿Qué te hace pensar que el próximo no te atacará?
Realmente Kei no deseaba decir estas palabras, le oprimía el pecho mientras hablaba.
-No sucederá, y si piensas que soy un niño débil que no sabe cuidarse estas muy equivocado.
-No se trata de que seas fuerte o no… entiende que las cosas no son tan fáciles.
-Nada es fácil, yo acepté estar contigo desde el principio, no importo las veces que me lo preguntaste ayer, mi respuesta siempre fue la misma y seguirá siendo igual.
-¡¡Entiende de una vez que las cosas no son así!!
Gritó Kei de forma desesperada.
-¿Qué es lo que tengo que entender?
Preguntó Daiki de forma suplicante.
-Tienes que irte.
-No voy a hacerlo.
Dijo cruzándose de brazos.
-Por favor Daiki.
-Ya te dije que no.
Insistió, mirando a Kei con firmeza.
-¡¡Entiende que no quiero que salgas lastimado!!
-¡No tengo porque salir lastimado! ¿Acaso no estarás ahí para protegerme en caso de ser necesario?
Daiki miraba a Kei de forma suplicante, este intentó desviar la mirada pero fue completamente absorbido por los ojos de Daiki.
-Tú dijiste que te gustaba, ¿No es cierto? Entonces debes estar dispuesto a protegerme ¿cierto?
Dijo Daiki con la voz quebrada mientras se abalanzaba para abrazar a Kei. Este intentó no responder el abrazo, pero al sentir como las lágrimas de Daiki mojaban su pecho, no pudo resistirse más así que lo abrazó de vuelta, acariciando su cabeza con ternura.
-Por favor… trata de entenderme… no quiero que nada te suceda…
Daiki se aferró con más fuerza a Inoo al escuchar estas palabras y dijo.
-No tiene por que suceder nada malo si permaneces a mi lado… jamás he tenido un sentimiento así, te lo dije, es la primera vez que me gusta alguien… no puedo dejar que esto termine así… no quiero separarme de ti.
Kei dejó escapar un suspiro.
-Yo también… es la primera vez que siento algo así… pero… tengo miedo.
Al escuchar estas palabras, Daiki se alejó un poco de Kei y se sentó a su lado.
-Kei… ¿A que le tienes miedo exactamente?
Ante tal pregunta Inoo bajó la mirada, pensó un poco. Sin embargo, al no escuchar una respuesta volvió a preguntar.
-¿Tienes miedo de que algo me suceda? O es que acaso… ¿Tienes miedo de sentir algo por mi?
Kei se quedó en silencio, con la mirada baja, Daiki no dejó de contemplarlo en la espera de alguna respuesta, al no haberla y quedar ambos en un incomodo silencio, por primera vez Daiki tomó el rostro de Kei entre sus manos.
-¿Tienes miedo de quererme?
Sin poder evitarlo, Kei fue absorbido por la suplicante mirada de Daiki, lo observó fijamente y respondió al fin.
-Si… pero no solo eso… lo que más me da miedo es que tu no me quieras de la misma forma… que algún día te des cuenta que no vale la pena estar a mi lado… y después tú…
Estaba por terminar aquella frase cuando los labios de Daiki se posaron sobre los suyos, besándolo con ternura. Lentamente Kei respondió a aquel contacto, tomando a Daiki de la cintura y después subiendo lentamente hasta llegar a su cuello y tomarlo con suavidad.
Lentamente ambos se separaron y juntaron sus frentes.
-Es imposible que deje de quererte… aún ahora siento algo extraño dentro de mi… es como si aumentara a cada segundo…
Kei besó la frente de Daiki y lo abrazó con ternura.
-Daiki… no sé… si esto este bien… de lo único que estoy seguro… es que quiero que estés a mi lado… sin importar nada…
Con una enorme sonrisa en los labios, Daiki abrazó con un poco más de fuerza a Kei, cuidando de no lastimarlo, después de todo continuaba herido.
-De todas formas no pensaba alejarme de ti aunque lo pidieras.
Lentamente ambos se recostaron sobre la pequeña cama, Daiki se acomodó junto a Kei y ambos se quedaron ahí, abrazados, juntos, sin decir nada más que solo disfrutar del calor del otro, así hasta quedarse profundamente dormidos.
Así, tranquilamente dos días transcurrieron, Daiki visitó a Kei sin falta, le hacía compañía y ambos conversaban, cosa que les ayudaba a descubrir cosas nuevas del otro.
La tarde que al fin Kei pudo salir del hospital, Daiki lo acompañó a su departamento. Justo al llegar, en la puerta, Kei se detuvo y miro a Daiki.
-¿Recuerdas cuando te dije que lo que más me gustaba hacer era tocar el piano?
Asombrado, Daiki asintió con la cabeza.
-También dijiste que no podía decir que eso era sorprendente hasta que no te escuchara tocar.
Kei sonrió ante el comentario de Daiki.
-Tu memoria es buena.
-Me preocuparía que no lo fuese.
Dijo Daiki con una sonrisa burlona.
-Bien.
Dicho esto, Kei abrió el departamento, así ambos entraron.
-Ven, hay algo que quiero mostrarte.
Así, tomó la mano de Daiki, entrelazando sus dedos y comenzó a subir por la escalera, extrañamente el corazón del menor latía con fuerza, estaba ansioso por descubrir lo que Kei deseaba mostrarle.
Al llegar, Daiki miró a su alrededor, bien, todo estaba muy normal, las tres habitaciones como siempre. Imagino que se dirigirían a la habitación de Kei, pero las cosas fueron diferentes, estaban acercándose hacia la habitación que se encontraba cerrada. Estaba nervoso pero sobre todo una curiosidad muy grande lo inundaba, deseaba descubrir lo que encontraría detrás de esa puerta.
En cuanto se detuvieron, lentamente Kei giró la perilla, pero justo antes de decidir abrirla, dijo con voz suave.
-Cierra los ojos.
Daiki se sorprendió un poco.
-Por favor.
Dijo Kei con voz suplicante y una sonrisa en el rostro, ante tal petición Daiki no pudo negarse, así que sin más, cerró lo ojos. Kei lo tomó de ambas manos después de abrir la puerta. Con pasos lentos lo encaminó dentro de la habitación. Cuando se detuvo Daiki preguntó.
-¿Ya puedo abrirlos?
-Espera un segundo.
Dijo Kei mientras lo soltaba y se alejaba, Daiki tenía demasiada curiosidad, deseaba poder abrir los ojos cuanto antes. De pronto pudo sentir como el lugar se iluminaba, eso despertó aún más su curiosidad.
-¿Puedo abrirlos ahora?
Preguntó con insistencia.
-Solo un poco más.
Dijo Kei mientras se movía de lugar. Con los ojos cerrados Daiki pudo escuchar un sonido extraño, después de cómo al parecer Kei tomaba asiento.
-¿Qué sucede? ¿Ya puedo abrir los ojos?
Preguntó aún más impaciente, sin embargo esta vez no obtuvo respuesta, en su lugar, una suave melodía se esparció por toda la habitación, estaba seguro de que era el sonido de un piano.
Lentamente abrió los ojos y quedó maravillado con lo que logro apreciar. Kei sentado frente a un hermoso piano, tocando con los ojos cerrados y una tierna sonrisa dibujada en el rostro.
Miró a su alrededor, la habitación era amplia, con muy pocos muebles, bien iluminada.
Con pasos lentos se acercó a Kei y tímidamente se sentó a su lado, cerró los ojos y continuo disfrutando de aquella relajante y hermosa melodía.
Cuando Kei termino, dejó escapar un suspiro, lentamente Daiki abrió los ojos y miró a Kei.
-Es sorprendente.
Declaró con tranquilidad y una sonrisa dibujada en el rostro.
-Gracias.
Respondió con amabilidad mientras le daba un beso en la frente a Daiki.
-No esperaba esto… no imaginé que aquí tenías un piano…
-Bueno, nadie lo sabe, solo tú.
Daiki se sorprendió ante tal declaración.
-¿De verdad?
Kei asintió con la cabeza.
-¿Todo esto… lo tienes gracias a lo que tu…
-No, lo que ganaba con mi “trabajo” lo gastaba en cosas triviales como salir con mis amigos y comprar cosas inútiles, todo este departamento me lo regalo mi padre en realidad.
Daiki quedó sorprendido.
-No me lo esperaba…
Kei sonrió ante el asombro de Daiki.
-Bueno, hay muchas cosas que no te esperas de mi.
Daiki observó la sonrisa en el rostro de Kei y lentamente se acercó para juntar su frente con la del mayor.
-Eso lo hace aún más interesante.
Dijo con voz suave.
-Daiki…
Murmuró Kei, pero antes de decir algo más, ambos se acercaron hasta juntar sus labios en un tímido contacto.
Lentamente aquello se profundizó, convirtiéndose en un beso más profundo. Poco a poco abrieron sus bocas, sintiendo el suave aliento del otro, comenzando un lento juego con sus lenguas, besándose con el anhelo de no separarse jamás.
Mientras se besaban, Kei tomó las manos de Daiki y entrelazando sus dedos las dirigió hacia su pecho, después las soltó y abrazó a Daiki para poder tenerlo mucho más cerca.
La forma en la que continuaban besándose era única, intercambiando suspiros, embriagándose con el aroma del otro. Lentamente Daiki abrazó a Kei, rodeando su cuello con ambos brazos, por otro lado Kei abrazó a Daiki rodeando su cintura. Ambos estaban deseosos de sentir más, el sentimiento que crecía dentro de ellos estaba por explotar. Sin embargo quien terminó con todo al darse cuenta a donde los llevaría esto fue Kei, quien lentamente dejó de besar a Daiki y se alejó unos centímetros de su rostro.
-Es mejor detenernos.
Daiki miró confundido a Kei y le preguntó.
-¿Por qué?
-No… no esta bien… te lo dije desde el principio… no deseo ensuciar a alguien como tu… así que mejor dejemos las cosas así.
Lentamente Kei soltó la cintura de Daiki, su intención era alejarse pero el menor no se lo permitió puesto que él, en ningún momento soltó a Kei.
-¿Por qué piensas de esa manera? ¿Acaso mis sentimientos no cuentan?
Kei miró a Daiki tímidamente.
-No creo que comprendas lo que estas sintiendo… es mejor así…
-Eso no es verdad, Kei…. yo…
Daiki estaba por decir algo, pero Kei lo interrumpió.
-No esta bien lo que quieres continuar Daiki… no conmigo… yo me he acostado con demasiadas personas, no es justo que alguien como yo
-Te amo.
Lo interrumpió Daiki con voz firme mientras de nueva cuenta juntaba su frente con la de Kei, este estaba sorprendido, impactado, aquellas dos sencillas palabras seguían resonando en su cabeza, como si de un eco se tratase, no lograba pensar en otra cosa, al mismo tiempo un cálido sentimiento se esparcía en su interior.
Cuando logró reaccionar, con esfuerzo preguntó.
-¿Tú… t-tú me… me amas?
No podía creer lo que había escuchado, pensaba que tal vez había sido su imaginación o que incluso ahora Daiki se arrepintiera de decir esas palabras. Sin embargo eso no sucedió, al contrario, tímidamente Daiki respondió en voz baja.
-Si…
No lograba creerlo, estaba en un estado de shock muy grande, era la primera vez que alguien le decía esas palabras.
-¿En… en verdad tú… tú me amas?
-En verdad.
Respondió Daiki.
-Pero… ¿Por… por qué?
Preguntó confundido mientras se alejaba un poco del rostro de Daiki solo para lograr verlo a los ojos.
-No te lo puedo explicar… solo sé que es verdad.
Dijo Daiki mientras soltaba a Kei lentamente y se llevaba una mano al pecho.
Kei miró fijamente a Daiki, perdiéndose en su dulce mirada, de pronto, con voz suplicante dijo.
-Dilo de nuevo.
Daiki se ruborizó por completo, estaba nervioso, su estomago era un caos, su corazón latía con fuerza. Con esfuerzo tragó saliva y suspirando profundo, dijo con los ojos cerrados.
-Te amo.
Kei sonrió, el rostro de Daiki era tan tierno, lentamente tomó su rostro entre sus manos y le dio un pequeño beso en los labios. Al separarse le dijo mirándolo a los ojos.
-Mírame y dilo de nuevo… por favor.
Daiki miró a Kei con los ojos muy abiertos, sin embargo la sonrisa del mayor lo tranquilizo bastante, así que un poco más tranquilo logró decir nuevamente, mirando a Kei fijamente a los ojos.
-Te amo.
Esta vez con voz suave, una sonrisa dibujada en el rostro. De inmediato Kei sonrió y abrazó con fuerza a Daiki.
-Esto… es una locura… ¿Estas de verdad seguro de lo que dices?
De no ser por que la voz de Kei sonaba alegre hubiese pensado en responder más serio, sin embargo abrazó de vuelta al mayor y le dijo con voz tranquila.
-Si, completamente.
-¿En verdad me amas?
Ahora la pregunta de Kei era acompañada por su voz infantil, esto hizo reír a Daiki y respondió.
-En verdad te amo.
-¿Me amas? ¿Me amas? ¿Me amas?
-Te amo, te amo, te amo
Respondió Daiki con la misma emoción que Kei preguntaba. Lentamente se alejó del mayor y con una mirada sería le preguntó.
-¿Y tú?
Kei miró a Daiki a los ojos, antes de responder cualquier cosa, lo besó tiernamente, de forma inmediata Daiki respondió a aquel beso, como si en él estuviese la respuesta que deseaba escuchar. Sin embargo, aún así, deseaba escucharla.
Al terminar de besarse, Inoo miró fijamente a Daiki, acarició su rostro y con voz suave le dijo.
-Te amo… sé que es una locura… que tal vez no tenga sentido… pero es verdad, lo siento, y al igual que tu no tengo una explicación lógica… solo… estoy agradecido por haberte encontrado… le has dado a mi vida el sentido que tanto necesitaba encontrar.
Daiki sonrió y besó a Kei con ternura. Al separarse se miraron a los ojos, sin decir una palabra, solo mirándose fijamente.
-Quiero estar contigo… siempre.
Dijo Daiki en casi un susurro, Kei, al escuchar estas palabras, sonrió.
-Bueno, no es algo imposible.
Respondió con una sonrisa.
-También… quiero… quiero que aceptes todo de mi…
Daiki no sabía como expresar aquel sentimiento, pero para Kei fue algo fácil de entender.
-Por ahora… será mejor dejarlo así… son demasiadas emociones por un día… además…
Daiki observó fijamente a Kei, este se quedó en silencio y un ruido bastante peculiar se escuchó, al parecer era proveniente del estomago de Inoo.
-Tengo hambre…
-Te dije que comieras antes de salir del hospital.
Le reprochó Daiki mientras fruncía un poco los labios y se cruzaba de brazos.
-Pero… la comida del hospital es… es… bueno… no es mi comida favorita…
Daiki suspiró en forma de resignación.
-De acuerdo, entonces haz algo de comer, debes tener algo en la cocina.
Torpemente Kei negó con la cabeza.
-Esta bien… vayamos a comprar algo para comer entonces.
Kei sonrió como si fuese un niño pequeño, ambos se pusieron de pie y salieron de la habitación.
En el camino, Daiki se sentía bien, tal vez era demasiado pronto para llegar más lejos con Kei, aún este se sentía incómodo por pensar en ello, y bueno, Daiki estaba dispuesto a esperar, después de todo, tenían toda una vida por delante y no estaba dispuesto a separase de él por ningún motivo.
A la semana siguiente, Daiki estaba por salir de la escuela, como cada tarde, se vería con Kei en algún lugar. Sin embargo, sus amigos lo interceptaron justo en la entrada, el primero en hablar fue Yabu.
-¿A dónde vas Dai-chan?
-Eh… chicos…
Dijo con una sonrisa nerviosa.
-¿Vas a ver a ese chico cierto?
Preguntó Hikaru con una sonrisa traviesa, Daiki intentó no mostrar demasiado su nerviosismo, sin embargo este era evidente.
-Pues…
De pronto, Takaki habló, desde aquel día Daiki no había charlado con él, de hecho lo evitaba y Takaki no hacía nada por acercarse a él. Sin embargo esta vez fue diferente.
-¿Y cuando piensas pasar un poco de tiempo con tus amigos?
La voz de Takaki era seria, tenía los brazos cruzados y miraba hacia otro lado menos a Daiki.
-Pues… es que justo ahora…
-No nos dejes tan abandonado Dai-chan.
Le dijo Yabu mientras lo abrazaba por los hombros.
-Lo siento…
Se disculpó torpemente.
-¿Todo esta bien?
Preguntó Takaki con su mismo tono de voz, Daiki respondió tímidamente.
-Si… no hay ningún problema…
-¡¡Eso es maravilloso!!
Expresó Hikaru abrazando también a Daiki.
-No olvides que si algo sucede… lo que sea… por muy pequeño que parezca…
Mientras hablaba, Takaki hizo una pausa para ver a Daiki a los ojos, después continuo.
-Tus amigos siempre estaremos a tu lado pase lo que pase.
A Daiki le alegró en demasía escuchar estas palabras, y más por que era Takaki, esto quería decir que él ahora estaba de acuerdo con su relación con Kei.
-Eso ya lo se.
Dijo Daiki mientras le daba una palmada en la espalda a Takaki y sonreía.
-¿Tienes mucha prisa Dai-chan?
Le preguntó Yabu con curiosidad.
-Algo así…
-Vaya…
Dijo Hikaru mientras soltaba a Daiki.
-De acuerdo, puedes irte ahora, pero promete que este fin de semana podremos verte ¿De acuerdo?
Dijo Yabu con una sonrisa en los labios mientras soltaba a Daiki.
-De acuerdo, es una promesa.
-¡Genial! ¡Iremos al karaoke!
Exclamó Hikaru. Todos sonrieron y sin más dejaron que Daiki se marchara.
Un poco más tarde, Daiki había llegado al lugar en donde Kei lo esperaba. Una pequeña cafetería cerca del departamento del mayor.
-Perdona la espera…
Dijo con esfuerzo mientras tomaba asiento.
-No importa, yo también acabo de llegar.
Le dijo Kei con una sonrisa.
-Sobre lo del fin de semana… ¿podemos posponerlo?
Kei miró confundido a Daiki.
-¿Ocurre algo?
-Es que… mis amigos quieren ir al Karaoke y no pude decirles que no…
Kei dejó escapar un suspiro.
-Esta bien… supongo que es normal… ¿Tu amigo… Takaki… te habla de nuevo?
Con una gran sonrisa, Daiki asintió.
-Fue raro al principio, pero todo parece indicar que ya no le molesta.
-Se preocupa por ti, eso es normal, esos son los verdaderos amigos.
Dijo Kei con un suspiro mientras tomaba un poco de su malteada.
-Ahora que lo pienso… no conozco a tus amigos.
-No tienes que conocerlos, son… normales.
Daiki miró con curiosidad a Kei.
-¿Con normales a que te refieres?
-A que son unos simples estudiantes como yo.
-Ya veo…
Dijo Daiki ante la respuesta tranquila de Inoo.
-¿Pedirás algo?
Preguntó Kei mientras se terminaba su malteada de chocolate.
-No.
Respondió tranquilamente.
-¿Entonces que quieres hacer?
Preguntó Kei curioso.
-Bueno, no tengo nada en mente… solo quiero estar contigo… para mí con eso basta.
Kei sonrió al ver el rubor en las mejillas de Daiki al decir estas palabras.
-Bien, entonces vayamos a mi departamento.
Daiki asintió y se puso de pie, al mismo tiempo Kei lo hizo, dejó unas monedas sobre la mesa y así, ambos salieron del lugar.
Ya estando en el departamento de Kei, Daiki se dejó caer sobre el sillón, estaba cansado, después de todo también había tenido un día complicado en la escuela.
-¿Cansado?
Preguntó Inoo mientras se sentaba a su lado.
-Un poco… tengo sueño… no dormí anoche, pero al fin los exámenes han terminado.
-Me alegra escuchar eso.
Le dijo Kei con una sonrisa mientras pasaba su brazo por los hombros de Daiki para pegarlo a su cuerpo y recargar su cabeza sobre la del menor.
-¿Tú no estas cansado?
Pregunto curioso.
-Bastante…
Dijo Kei con voz tranquila mientras cerraba los ojos.
-¿Te estás durmiendo?
Preguntó Daiki.
-Tengo sueño…
Dicho esto, Kei se deslizó en el sillón para quedar recostado y encima de él quedó Daiki. Este sin más remedio, acomodó su cabeza en el pecho del mayor y cerró los ojos.
Antes de quedarse dormidos, Kei dijo en voz baja.
-¿Me amas?
Siempre que estaban solos y abrazados, Kei preguntaba, para Daiki ya era algo normal, sin embargo jamás le molestaba aquella pregunta puesto que no se cansaba de repetirle a cada segundo lo que sentía.
-Por supuesto.
Al escuchar esta respuesta, Kei abrazó con más fuerza a Daiki.
-Yo también te amo.
Esta era una de las pocas veces que Inoo decía esas palabras, y cada vez que Daiki era capaz de escucharlas, algo dentro de él explotaba, así que lentamente levanto la cabeza y se acercó al rostro de Inoo solo para besarlo tiernamente.
Aquel beso fue largo, dulce, profundo y lleno de aquel sentimiento que inundaba a ambos. En cuanto se separaron, Daiki volvió a acomodarse, Kei abrazó a Daiki y así, se quedaron profundamente dormidos, juntos, dispuestos a superar cualquier obstáculo, pero sobre todo, agradecidos por el hecho de haberse encontrado, aunque de una forma extraña, desde esa noche sus vidas estaban destinadas a cambiar, ambos lograron encontrar lo que tanto necesitaban, alguien a quien amar y ahora estaban dispuestos a hacerlo sin importar nada mas.
F I N
1 comentario:
♥0♥ ♥0♥ ♥0♥ HERMOSO COMO TODO LO QUE HACES AAAAAAAAAAAAA AMO EL INOODAI AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA PERFECTO
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Lo has leído y... ¿Te gusto? ¿No? ¿Sientes que algo faltó?
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De igual forma: ¡GRACIAS POR LEER!