Título: Breakeven
Extención: TwoShot
Autora: Ayaa
Parejas: Yabu Kota - Ryutaro Morimoto [YabuTaro]
Género: Yaoi-Angst[?]
Nota1: Lo siento si odian los fics en dos partes, esta vez fue necesario, ya llevo más de 40 páginas, en Times New Roman, tamaño 12, para que no crean que exagero -w-
Y bueno, pensé "Nadie va a querer leer una cosa tan larga" Así que decidí dividirlo en dos partes, igual la segunda ya no le falta mucho y seguro será un poco más larga que esta, pero solo asi no se aburriran.
Nota2: ¡Lo más importante! ¡¡Este fic va especialmente para Yuuki!! Ella hizo un concurso y bueno, le fui sincera, al igual que ahora lo soy con ustedes también, no soy buena para los concursos, nunca he entrado a uno y no creo hacerlo en un futuro, en parte porque soy una vaga y no cumplo con las fechas y por otra parte, bueno, no me gusta, escribo fics porque me gusta, no es para demostrar nada ni ganar nada, así que por eso no entro :3
Así que Yuuki, aqui tienes un YabuTaro largo~ que deseo te guste, igual espero no haber errado con el género xD soy medio tonta para eso por eso generalizo en Yaoi o Shounen-ai
Y como esto ya es de por si largo, mejor dejo de escribirles más cosas y mejor lean y disfruten (^.^)/
-Breakeven Parte I-
-Los
Ángeles. Otoño 2012-
Miraba
fijamente aquella fotografía, le traía tantos recuerdos, todos
ellos hermosos, bueno, casi todos. Había uno que aún le causaba
dolor y tristeza, el día en que tuvo que separarse de él.
Lo
había decidido porque así tenía que ser, estaba cansado de un amor
que jamás sería correspondido, estaba cansado de ser el mejor
amigo, el que a pesar de todo siempre está ahí aunque eso
signifique escuchar cosas que desearía omitir.
Núnca
se había enamorado de alguien así, ni siquiera tenía el valor de
admitir que aquello era amor, de esos que no son correspondidos sin
importar lo intenso y fuerte que sea. Al final, decidió quedarse con
los buenos recuerdos, con las sonrirsas, tonterias y locuras.
No
lo odiaba, era incapaz de hacerlo, porque a pesar de todo, él núnca
fue una mala persona, todo lo contrario, a pesar de saber sus
sentimientos, jamás lo trato diferente.
-Porque
para él siempre fui su mejor amigo-
-Tokio.
Primavera 2010 -
-Al
fin eres un chico grande Ryutaro, entraste al bachillerato,
felicidades-
Le
dijo un chico alto, delgado y castaño, con una ambale sonrisa
mientras le revolvía los cabellos con un movimiento juguetón de su
mano. Odiaba eso, pero a la vez, le gustaba.
-¡Yabu!
¡No me molestes! Te he dicho muchas veces que odio que me despeines.
¿A que has venido?-
Pregntó
Ryutaro con su habitual ceño fruncido.
-Bueno,
es tu primer día, quería saber que tal te fue. Te invitó a comer
algo, ¿vienes?-
No
tenía motivo para negarse, así que asintió rápidamente.
-Tengo
ganas de una hamburguesa, si no mal recuerdo hay un restaurante de
hamburguesas en esa dirección-
Afirmó
Yabu señalando a la derecha.
-No,
el restaurante está de aquel lado-
Dijo
Morimoto señalando a la izquierda.
-¡Claro
que no! Estoy seguro de que lo vi en esa dirección, así que vamos-
Insistió
Yabu, en ese momento Morimoto se preparo para tomar el camino
equivocado, siempre era asi, el mayor resultaba ser demasiado necio y
con frecuencia se perdían por ello, así que solo lo siguió, y como
siempre, se aseguró de prestar atención para poder regresar.
Como
era de esperarse, Yabu se perdió después de caminar por treinta
minutos.
-Estoy
seguro de que estaba por aqui... que extraño-
Morimoto
solo suspiró profundo.
-Es
por aqui-
Sin
más, dio media vuelta y comenzó a caminar, casi enseguida Yabu
comenzó a seguirlo.
-¿Estás
seguro?-
Ryutaro
no respondió y continuo caminando, esta vez a paso apresurado, ahora
él también moría de hambre.
Cuando
llegaron al restaurante, ambos tomaron asiento junto a la ventana y
ordenaron.
-¿Así
que era por aqui? Yo estaba seguro de que no-
Ryutaro
miró a Yabu con una sonrisa burlona.
-Siempre
crees en eso, ya estas mayorcito como para perderte de esa forma
¿Qué? ¿Necesitas vovler a la escuela elemental Kota-kun?-
-¡Hey!
¿Desde cuando hablas así?-
Preguntó
Yabu con un poco de resentimiento, pero Morimoto solo sonrió
burlonamente.
Enseguida
les sirvieron su comida.
-¡Ah!
¡Muero de hambre!-
Ryutaro
observó fijamente a Kota y después de darle un mordisco a su
hamburguesa, no pudo evitar el preguntar.
-¿En
verdad solo viniste para invitarme a comer? ¿Que no tienes clase?-
-Si,
pero hasta más tarde-
Respondió
Yabu mientras comía. Ryutaro observó fijamente al mayor por unos
segundos, después continuo comiendo.
-A
decir verdad, algo me preocupa-
Dijo
Yabu al terminar de comer.
-¿Qué
pasa ahora?-
-Bueno,
verás... mi relación con Hikaru terminó... anoche para ser exacto-
-¿Y?
Me dijiste que pronto terminarían, que ya estabas mentalmente
preparado-
-Lo
sé, pero me siento extraño, ¿Te das cuenta que siempre es lo
mismo?-
Ryutaro
soltó una risita burlona.
-¿Hasta
ahora lo notas? Núnca tienes algo serio con nadie-
-Eres
el único que sabe eso, ¿Cómo cuantas relaciones he tenido? Tu
debes saberlo puesto que te he contado todas-
Afirmó
Yabu con seguridad.
-No
lo sé, no llevo la cuenta-
A
decir verdad si lo sabía, nunca olvidaba lo que Yabu le contaba e
inconsientemente llevaba la cuenta, eran 5 en total, al menos desde
que lo había conocido.
-Bueno,
el número no importa. He decidido cambiar, ya no quiero llevar mi
vida así-
Confesó
Kota mientras se recargaba por completo en el respaldo del asiento.
-Eso
lo dijiste la vez pasada-
Dijo
Ryutaro con un tono algo fastidiado.
-Pero
esta vez lo digo en serio, ya me cansé, la próxima vez que me guste
alguien, iré en serio-
-Vaya,
es bueno escuchar eso por segunda vez-
Se
burló Ryutaro mientras al fin terminaba su hamburguesa.
-Por
ahora no voy a buscar a nadie, necesito estar libre por un tiempo, sé
que pronto encontraré a la persona indicada-
-Eso
espero-
Respondió
Ryutaro en tono cortante.
-¿Terminaste?
¿No quieres comer algo más?-
-No,
estoy satisfecho-
-Entonces
vámonos, te acompaño a tu casa-
Le
dijo Yabu con una sonrisa.
-No
tienes que hacerlo, dijiste que tenías clase más tarde, si me
acompañas no llegarás-
Respondió
Ryutaro con seriedad.
-Esta
bien, entonces solo te acompañaré a la estación del autobús,
¿Está bien?-
-De
acuerdo-
Ambos
caminaban por las calles, Yabu conversaba cosas sin la mayor
importancia, aún así Ryutaro le prestaba toda su atención, siempre
era así.
-Creo
que aún me odia, pero no puedo evitarlo, soy más popular-
Comentó
Yabu justo cuando llegaron al fin a la estación.
-Tienes
el ego bastante elevado-
-Por
supuesto-
Ambos
rieron y miraron como al autobús llegaba.
-Gracias,
ya puedes irte-
Dijo Ryutaro mientras observaba como las puertas se abrían, enseguida
subió y tomó asiento junto a la ventana.
Justo
en ese momento, su mirada se cruzó con la de Yabu, quien lo miraba
fijamente, con esa sonrisa tan amplia y encantadora que agitaba su
corazón. Observó como el mayor agitaba su mano mientras le decía
“Nos vemos”. No podía escucharlo pero si leer sus labios.
Inevitablemente sonrió, era feliz con aquello tan insignificante.
El
autobús arrancó y pudo observar como Yabu continúo ahí de pie
hasta que estuvo fuera de su vista. Siempre hacía lo mismo, sabía
bien que el mayor no se marchaba hasta que el autobús estuviera
lejos.
Ryutaro
sonreía ampliamente, era tan feliz. Lo conocía desde hace tiempo,
si sus calculos no le fallaban, hace cuatro años aproximadamente.
Todo gracias a una hermosa casualidad. Él solo tenía 11 años y
Yabu 16. Resultó que ambos coincidieron en una fiesta de cumpleaños
y de inmediato Yabu le dirigio la palabra al verlo tan alejado de los
demás niños. En un principio creyó que el mayor debía estar loco,
era demasiado alegre y social. Después de aquello, descubrió que
vivian relativamente cerca así que se encontraban a menudo, hasta
que fue inevitable que se hicieran amigos, a tal grado que Ryutaro
terminó siendo el confidente exclusivo de Kota. Este le contaba
todo, absolutamente todo, sus romances fallidos, experiencias,
detalles familiares, todo, no había cosa que Ryutaro no conociese de
Kota.
Esto,
con el tiempo, despertó un sentimiento especial en Ryutaro, el cual
ahora ya tenía 15 años, demasiado joven para sentirse enamorado
pero justo en la edad de gustar de alguien, y ese alguien,
evidentemente, era Kota.
¿Por
qué? Cuando lo pensaba, era algo absurdo, el mayor era torpe,
obstinado y en ocasiones chismoso, siempre escuchaba de él aventuras
amorosas, pero era divertido estar con él, núnca se aburría, todo
lo contrario. Cuando salían juntos se sentía tan bien, relajado,
sonreía más que de costumbre, cuando contaba algo, Kota lo
escuchaba con atención, y a pesar de que nunca lo aconsejaba u
opinaba, estaba seguro de que lo escuchaba. Sabía bien que él no
era de los que dan consejos, todo lo contrario, es de quien los
necesita a cada instante, y para eso estaba Ryutaro ahí, para
dárselos cuando el mayor los necesitase.
A
veces creía que era absurdo que alguien de su edad aconsejara a
Kota, pero resultaba ser algo fácil ya que sus problemas no eran
nada complicados, solo necesitaban un poco de sentido común para
resolverlos, algo que en definitiva el mayor no poseía.
Los
momentos que podía verlo eran preciados para él, podía sentirse
feliz, tranquilo. Le gustaba, sí, pero aún no había alguna señal
de esperanza, las pocas que había creído ver, solo eran malos
entendidos, aún así, una parte de él guardaba la esperanza de que
algo pudiera surgir entre los dos, algo más que amistad.
Los
meses transcurrieron, ver a Yabu se volvía un poco complicado, este
estaba en la universidad y había ocasiones en las que estaba muy
ocupado así que solo se enviaban mensajes de texto.
Ya
eran contadas las veces en las que Ryutaro podía verlo y estar con
él, pero aún así no dejaba de disfrutar de cada momento, de igual
forma su vida también tomo un ritmo especifico, ocupado con las
acitividades de la escuela, conociendo gente nueva, aunque en sus
momentos a solas, extrañaba a Kota.
Pronto,
un año nuevo inicio, llegó el 2011 y con ello, cosas bastante
inesperadas.
-Primavera
2011-
-El
próximo mes será tu cumpleaños Morimoto-kun, ¿Quieres que
salgamos a celebrar por ahi?-
Le
preguntó uno de sus compañeros.
-No
sé, no me gusta hacer planes-
Respondió
un poco distante, ya llevaba un buen rato sin saber de Yabu, desde su
cumpleaños, en Enero, ya estaban a finales de Marzo y ni un mensaje
o una llamada, nada.
-¡Vamos!
¡Podemos ir al karaoke!-
-Lo
voy a pensar, ya me voy, tengo que llegar temprano a casa, nos vemos-
Dicho
esto, tomó sus cosas y salió del salón.
Caminó
hasta la estación de siempre, exactamente en donde Yabu solía
dejarlo cuando se veían. Tomó asiento y respiró profundo. Lo
extrañaba, sentía que este era el tiempo más largo sin verlo, aún
asi no quiso caer en la desesperación, necesitaba ser paciente, era
lógico que el mayor necesitaba tiempo para sus estudios.
Mientras
esperaba, sacó un libro de su mochila y comenzó a leer, tratando
así de despejar su mente y encontrar un poco de espacio para dejar
de pensar en Yabu.
De
pronto, escuchó el sonido de un claxón, al principio no le prestó
atención, pero al parecer comenzaba a sonar demasiado insistente,
así que curioso, apartó la mirada de su libro y se llevó una gran
sorpresa.
-¿Yabu?-
Se
preguntó aún sorprendido.
-Sube,
te llevo a casa-
-¿Esto...
es tuyo?-
Ryutaro
continuaba sorprendido, no se esperaba ver a Yabu en esos momentos y
mucho menos en un automóvil.
-Por
supuesto que es mio, anda súbe-
Aún
sin creer en lo que estaba viendo, subió al auto.
-Ponte
el cinturón de seguridad-
Le
indicó Yabu mientras arrancaba.
-Ya
lo sé, no soy un niño que necesites cuidar-
-Claro
que eres un niño, si fueras un adulto estarías conduciendo-
-El
hecho de que puedas conducir ahora no te hace un adulto-
Refunfuñó
Ryutaro mientras se cruzaba de brazos. En respuesta, Yabu solo rió
un poco.
-¿Desde
cuando lo tienes?-
Preguntó
curioso.
-No
mucho, lo compré en una tienda de segunda mano, pero no está nada
mal. Mi padres me ayudaron a comprarlo, fue un regalo de cumpleaños-
-Vaya,
que bien-
-¿Que
tal van tus clases?-
Preguntó
Yabu.
-Normal,
un año más y se termina-
-Lo
dices como si no te gustara-
Ryutaro
sonrió.
-No
es eso, me gusta, por eso llevó la cuenta-
-Acaba
de empezar tu segundo año y ya sientes que terminarás el
bachillerato, eso si que es raro, deja de pensar en esas cosas y solo
disfrútalo, ya que no voverás a vivir estos días-
-¿Por
qué lo dices?-
Yabu
suspiró.
-Después
entrarás a la universidad y todo será más pesado-
-¿Quieres
decir que no te gusta estar en la universidad?-
Preguntó
Ryutaro con curiosidad.
-Claro
que me gusta, si no me gustara ya la hubiera dejado hace mucho, pero
a veces es demasiado pesada, aunque hay detalles que la hacen
soportable-
Ryutaro
observó la sonrisa de Yabu y supo que ahí había algo diferente.
-¿A
qué te refieres?-
Yabu
guardó silencio unos segundos, en ese momento Ryutaro tuvo un
presentimiento, tal vez era mejor no haber preguntado, pero ya estaba
hecho.
-Alguien
me gusta-
Los
ojos de Ryutaro se abrieron de par en par, pero enseguida lo disimuló
y trato de actuar con normalidad.
-¿De
verdad? ¿Esta vez de quien se trata?-
-He
ahí el detalle, ya no es un “esta vez”. Porque ahora es
diferente, siento que no es alguien con quien solo duraría unas
semanas, en verdad me gusta-
Algo
en el interior de Ryutaro se desmoronó, era la primera vez que Yabu
decía eso, la primera vez que tenía ese brillo en la mirada y esa
radiante sonrisa.
-¿En...
en serio?-
Logró
preguntar, esta vez desviando la mirada hacia el frente.
-¡Si!
Aunque... creo que tiene a alguien, no importa, yo esperaré a tener
una oportunidad, por ahora somos muy buenos amigos y creo que él
también siente algo por mi-
-Ah...
que bien, pues ojalá y todo salga como quieres-
Dijo
al fin con una sonrisa fingida, era lo único que podía hacer, se
sentía mal, pero no podía permitirse ser egoista, aún no pasaba
nada en concreto así que... ¿Estaba bien guardar un poco de
esperanza no?
Al
fin llegaron a casa de Ryutaro, este se quitó el cinturón de
seguridad, y antes de abrir la puerta, miró a Yabu con una sonrisa.
-Gracias
por traerme-
-De
nada, hace mucho que no te veía, no te desaparezcas así de nuevo-
-¿Eh?
¿Yo?-
-Sí,
tú, ¿Quién más? Ya no te comunicas conmigo como antes, por eso
tuve que venir a buscarte-
Esto
hizo sentir extraño a Ryutaro, una luz de esperanza que se hacia un
poco más grande en su interior.
-Pues...
creí que estarías ocupado por eso esperé a que te comunicaras
primero-
-Sabes
bien que a veces se me olvida, por eso tú no dejes de comunicarte,
después no se nada de ti y estoy seguro de que te olvidas de mi-
Ryutaro
bajó la mirada timidamente.
“-Jamás
me olvido de ti-”
Pensó,
sin embargo solo le sonrió al mayor.
-Está
bien, me mantendré en contacto contigo-
Dicho
esto, abrió la puerta del auto y salió.
-Regresa
con cuidado-
-Eso
haré, ahora entra a tu casa-
Le
indicó Yabu con una sonrisa. Ryutaro le sonrió de vuelta, cerró la
puerta del auto y se dio media vuelta, introdujo su llave en la
puerta de la casa, y antes de abrirla, notó que el auto de Yabu aún
estaba ahi.
Le
sonrió y con su mano, moviendola de lado a lado lentamente, le dijo
“Nos vemos”. Al notar que Yabu hacía lo mismo hizo que su
corazón pegara un brinco de felicidad.
Enseguida
abrio la puerta de su casa y entró, al cerrar la puerta escuchó como el auto
arrancaba y Yabu se marchaba al fin. El hecho de que se haya ido
hasta ver que ya estaba en su casa le provocó en él una gran
felicidad, la cual se reflejó de inmediato en una enorme sonrisa.
Los
días transcurrían hasta convertirse en semanas, llegó el mes de
Abril y con este, su cumpleaños.
-¡Vamos!
Ya le dije a todos que estarías ahí-
Le
dijo uno de sus compañeros-
-Yo
no sabía nada de esto, no quiero ir-
Respondió
Ryutaro mientras miraba su telefono.
-¿Porqué
no? ¿Tienes planes o algo?-
Le
preguntó curioso.
-No...
no tengo planes pero... pueden surgir-
-¡Claro
que no! Anda, vámos, todos están esperando ya-
Dicho
esto, su compañero tomó su mochila y se encargo de arrastrar a
Ryutaro hacia aquel karaoke.
Estaba
pasando un rato agradable, entre todos le compraron un pastel de
cumpleaños y recibió unos presentes muy bonitos, estaba feliz. Pero
estaba conciente de lo que le faltaba para ser feliz por completo era
Yabu. No había recibido ni un mensaje de él, nada. Se sentía tonto
de solo pensar en enviarle uno reclamándole, no lo hizo, fue así
como pasó todo el día.
Después
de muchas horas de risas y diversion y de haber evitado que lo
pusieran a cantar, se despedía de sus amigos.
-¿No
quieres ir a los videojuegos un rato?-
Le
preguntó uno de ellos.
-No,
ya estoy cansado y es tarde-
-De
acuerdo, al menos estuviste aqui y nos alegra verte sonreír,
ultimamente estabas como muy distraido y se te veía deprimido, eso
no esta bien, es por eso que en parte hemos organizado esto, no solo
por motivo de tu cumpleaños, sino para levantar tu animo también-
Ryutaro
sonrió y se lanzó hacia sus amigos, abrazandolos a todos.
-Muchas
gracias-
-Nos
vemos-
Le
dijeron mientras se despedían. En ese momento su telefono comenzó a
vibrar, estaba recibiendo una llamada. Extrañado, sacó el aparato y
al ver el nombre en la pantalla su corazón se detuvo. Nervioso,
respondió.
-¿Si?-
-¿En
dónde estás? Vine a tu casa y me dice tu hermano que avistaste que salías con tus amigos-
-¿Estás
en mi casa?-
-Pues
claro, te envié un mensaje anoche diciendote que no hicieras planes
hoy y es lo primero que haces-
Al
parecer Yabu sonaba un poco molesto, pero esto solo lo hizo sonreír.
-Ya
voy de regreso, espera ahi-
-Sabes
que odio esperar-
Reprochó
Yabu.
-No
te cuesta nada, ya estás ahí-
Dicho
esto, Ryutaro colgó y comenzó a correr, en esos momentos deseaba
tener alas y volar rápidamente de regreso a casa, pero como no era
así, solo corrío con todas sus fuerzas hacia la parada del autobús.
Después
de un trayecto no muy largo, al fin llegó, bajó del autobús y
comenzó a correr de nuevo hacia su casa, estaba ansioso, pensaba que
tal vez Yabu ya se habría ido, pero entonces vio su auto estacionado
frente a su casa, esto lo alivio y corrío con más fuerza.
Al
llegar, fue recibido por su hermano.
-Bienvenido-
-Estoy
en casa. ¿Y Yabu?-
-Está
en la cocina con mamá, mirá lo que trajo-
Dijo
Shintaro con emoción mientras llevaba a Ryutaro al comedor.
Sus
ojos se abrieron tanto por la sorpresa, su corazón parecía querer
estallar de pura felicidad. Justo en el centro de la mesa había un
pastel, grande, de su sabor favorito, vainilla.
En
él, había una placa de chocolate la cual decía “Feliz Cumpleaños
Ryutaro”
-Se
ve delicioso ¿Cierto? Yabu-san lo trajo para ti-
Dijo
Shintaro con emoción.
Ryutaro
se quedó sin habla, estaba tan feliz y emocionado que no lograba
articular palabra alguna. Enseguida, Yabu salió de la cocina,
seguido de la madre de Ryutaro, con unos platos listos para ponerlos
en la mesa.
-Te
tardaste, ya me estaba desesperando, ¿Que ya no sabes leer?-
Le
reclamó Yabu con torpeza.
-Es
que... no me llegó tu mensaje por eso fui con unos amigos al
karaoke-
-¿Fuiste
a un karaoke? Nunca has querido ir conmigo, te has vuelto un
adolescente muy malo, y yo que todavía te traje un rico pastel-
Ryutaro
no sabía como interpretar el berrinche de Yabu, estaba confundido
pero en el fondo debía admitir que aquello le hacia feliz,
demasiado.
-Lo
siento, me llevaron a la fuerza, para la próxima iré contigo a uno-
-Para
la próxima yo no querré ir-
Respondió
mientras dejaba los platos sobre la mesa.
-¿Ahora
te vas a enojar conmigo en mi cumpleaños?-
Preguntó
Ryutaro con una sonrisa burlona.
Yabu
respiró profundo y después sonrió.
-Lo
dejaré pasar por hoy, pero mañana sigo enojado y tendrás que hacer
algo al respecto-
Se
escucharon las risas de su madre y hermano.
-Ya
dejen de pelear y mejor comamos pastel, Shintaro, apaga la luces-
Dijo
su madre mientras terminaba de poner las velitas en el pastel.
Cuando
todo estuvo oscuro y solo la luz de las velitas iluminaban la
habitación, Yabu sentó a Ryutaro en una silla frente a la mesa y así, todos
comenzaron a cantar un desentonado “Happy birthday to you”
Ryutaro
era inmensamente feliz en ese momento, ya no importaba no haber
recibido una llamada de Yabu antes, ahora estaba ahí, a su lado, y
le había llevado un pastel de cumpleaños, ¿Que más podía pedir?
Al
terminar, todos aplaudieron y Ryutaro sonreía tan ampliamente, que
para Yabu, era la primera vez que lo veía tan feliz.
-Te
ves tierno ¿En verdad eres tan feliz?-
Ryutaro
levantó la mirada y miró a Yabu, sin decir nada y manteniendo
aquella sonrisa, solo asintió con la cabeza, como lo hacen los niños
pequeños.
-Es
por eso que sigues siendo un niño-
Le
dijo Yabu mientras le revolvía los cabellos.
La
velada fue tan amena, llena de platicas y risas, recuerdos y alguna
que otra broma por parte de Yabu, aún así, Ryutaro estaba feliz,
demasiado.
-Es
tarde, debo irme-
Dijo
Yabu mientras miraba su reloj, el cual marcaba las once.
-Gracias
Yabu-kun, el pastel estuvo delicioso-
Agradeció
la madre de Ryutaro mientras comenzaba a limpiar la mesa, Shintaro se
había quedado dormido en uno de los sillones.
-Te
acompaño a la puerta-
Dijo
Ryutaro.
Yabu
estaba afuera, junto a su auto.
-Gracias,
no creí que fueses a venir y menos con un pastel, esta vez me has
sorprendido demasiado-
Le
dijo Ryutaro.
-Bueno,
tenía que hacer al fin algo por ti, siempre me escuchas y ayudas así
que bueno, solo sentí que debía hacer esto-
-Gracias-
Yabu
sonrió junto con Ryutaro.
-Viendote
así, pareces estar esperando algo más-
Le
dijo Yabu con una sonrisa traviesa. Ryutaro no comprendió del todo a
lo que Yabu se refería, hasta que entonces el mayor se acercó a el
y sin más, lo abrazó.
-Con
esto termina mi regalo de cumpleaños. Feliz cumpleaños pequeño
Ryutaro-
Esta
vez con seguridad sentía que podía estallar en mi pedazos de pura
felicidad, esto hizo que esa luz de esperanza en su interior se
incrementara más del doble.
Con
manos temblorosas, Ryutaro lo abrazó de vuelta.
-Gra...
gracias-
Dijo
con voz débil. Estuvieron así unos segundos más, entonces se
separaron.
-Es
hora de irme, te veré luego, cuidate-
Así,
después de sonreírle, Yabu entro al auto, arranco y se marchó.
Ryutaro estaba seguro de que este, había sido el mejor cumpleaños
de toda su vida, era tan feliz que no podía creer que fuese real.
Los
días transcurrían nuevamente, de vez en cuando Ryutaro le enviaba
mensajes a Yabu, el cual respondía, a veces tarde pero al menos
trataba de hacerlo, hasta que un día ya no fue así.
Sucedió
lo mismo durante meses, hasta que el verano llegó.
-Verano
2011-
-¡Al
fin vacaciones de verano!-
Gritó
su hermano mientras se desplomaba sobre el sofá.
-Hermano,
vayamos a la playa-
Pidió
con ojos tiernos. Ryutaro se sentó en una silla del comedor y
respondió un poco frío.
-Tienes
tarea, y yo también, cuando la termines veremos-
-¡No
seas cruel! ¡Hay que ir! ¡Es verano!-
-Si
quieres ir ve tú entonces, yo tengo mucha tarea-
Así,
tomó agua y se puso de pie.
-¿Y
si le pides a Yabu-san que nos lleve?-
Esta
inocente pregunta causó una punzada en su pecho, hace tanto que no
sabía de él, había dejado de responder a sus mensajes y de nuevo
se sentía decepsionado.
-Seguramente
está ocupado, no podemos molestarlo con algo tan tonto-
Sin
más, Ryutaro subió a su habitación.
Estando
ahí, solo, se tumbó sobre su suave cama y tomó su telefono el cual
estaba sobre su mesita de noche. Nada,
no había nada, ni un mensaje o llamada perdida, absolutamente nada.
-¿Hasta
cuando te vas a comunicar? ¿Hasta que necesites algo de nuevo?-
Preguntó
con fastidio mientras dejaba el aparato a un lado, hundido entre las
almohadas.
Estaba
fastidiado, enojado, decepsionado, todo al mismo tiempo, odiaba no
saber nada de Yabu, odiaba el hecho de ser el único que parecía
pensar en ello, de enviarle mensajes que nunca eran respondidos, pero
a pesar de ello, no se atrevía a llamarle, no podía hacerlo, sentía
que con enviarle mensajes era suficiente, no quería dar a notar sus
ganas de verlo o de saber de él con una llamada, sentía que sería
descubierto con eso, así que solo se trago su tristeza y se conformó
a esperar algún mensaje o llamada por parte del mayor.
La
primera semana de vacaciones había terminado y con ella todos sus
deberes escolares también, se había dedicado por completo a
terminarlos para no tener que pensar en Yabu, tanto que terminó
demasiado pronto y ahora tenía mucho tiempo libre.
Quería
salir, sentía que lo necesitaba, así que se puso ropa cómoda y
fresca, tomó su cartera, su telefono y sus llaves, no necesitaba
chaqueta o algún sueter, el clima era demasiado caliente así que
solo se conformó con su camisa y unos pantalones cortos.
-Voy
a salir-
Le
dijo a su madre.
-De
acuerdo-
-¿A
dónde vas? ¿Puedo ir contigo?-
-Voy
solo por ahí, ¿Ya terminaste tus deberes?-
Preguntó
serio, en respuesta, Shintaro solo bajó la mirada triste y dijo.
-Si
no quieres llevarme dilo así, no tienes porque recordarme los
estúpidos deberes-
Ryutaro
rió al ver como su hermano continuaba refunfuñando mientras subía
a su habitación. Sin más que hacer o decir, se marchó.
Después
de un corto viaje en autobús, llegó a su escuela, ahi se encontro a
unos compañeros que tenían clases extra y lo invitaron a ir al
parque de diversiones. No tenía razón para negarse, además quería
divertirse un rato así que aceptó.
-¡Yo
quiero subir a la montaña rusa!-
Exclamó
un chico emocionado mientras corría por el parque, Ryutaro solo
sonrió y todos corrieron trás él.
La
estaba pasando realmente bien, como debía ser, no quiso pensar en
nada más que esos momentos de diversión, solo eso.
Casi
al final del día ya estaba muerto de cansancio, pero al parecer los
chicos querían ir a otro lugar.
-¡Vamos
a los videojuegos! ¿Qué dices Ryutaro?-
-No
sé, estoy cansado y ya casi no me queda dinero-
Respondió.
-¡Vamos!
Será divertido-
Insistió
uno de ellos.
-Esta
bien, pero solo un rato-
Terminó
por aceptar, así que todos emprendieron el camino. Pero antes de
llegar, su telefono comenzó a sonar, lo sacó del bolsillo mientras
estaban detenidos esperando a que el semaforo les permitiera el paso.
Había recibido un mensaje, era de Yabu, al leerlo, se sorprendió
bastante.
-“Ya
te vi. ¿A dónde vas?”-
Sorprendido,
miró en todas las direcciónes posibles pero estaba seguro de que
Yabu no estaba por ahí, sin embargo respondió.
-”¿En
dónde estás? No te veo”-
Enseguida
recibió como respuesta.
-”Observa
bien. ¿En verdad no me ves?”-
Aún
más extrañado, miró de nuevo a su alrededor, esta vez a mas
detalle, pero nada, entre la gente que andaba por ahi no estaba Yabu,
fue entonces que su mirada se dirigió a los autos que estaban
estacionados y entonces lo encontró, ahi estaba, en su auto.
Al
verlo, pudo ver como Yabu lo observaba fijamente mientras sonreía,
en ese instante el semáforo cambio y la gente comenzó a cruzar.
-¡Ryutaro!
¿Qué pasa?-
Le
preguntó uno de los chicos.
-¡Lo
siento, tengo algo que hacer, iré con ustedes la proxima vez!-
Gritó
en respuesta y comenzó a acercarse al auto de Yabu. Se inclinó para
ver por la ventanilla, este bajó el vidrio y lo saludó.
-Hola,
¿Qué haces por aqui?-
-Estaba
con unos amigos ¿Y tú?-
-Acabo
de dejar a alguien y ya me iba cuando te vi ¿Te llevo a casa?-
-De
acuerdo-
No
tenía fuerzas para negarse, había anhelado tanto el poder verlo que
en el fondo estaba feliz, aunque tenía que actuar como si nada, lo
cual era duro.
Al
subir al auto y ponerse el cinturón de seguridad, Yabu le dijo.
-¿Tienes
tiempo de ir a otro lugar?-
-¿A
dónde?-
Preguntó
Ryutaro con curiosidad.
-Tengo
hambre, no he comido, vamos a comer ¿Si?-
Le
rogó Yabu con una expresión infántil, aquello fue más que
suficiente para no poder negarse a tal petición.
-Esta
bien, yo también tengo hambre así que tú invitas-
-¿Y
por qué yo?-
Preguntó
Yabu mientras arrancaba el auto y se ponian en marcha.
-Porqué
tu eres el mayor aqui, no te quejes-
Le
dijo Ryutaro con un poco de seriedad pero sin dejar de sonar
bromista.
Fue
un trayecto corto para llegar al restaurante que Yabu había elegido,
ambos entraron y ordenaron.
-Así
que hoy tienes antojo de ramen, eso quiere decir que tienes algo que
contar-
Dijo
Ryutaro con cierta resignación mientras que Yabu casi se atraganta
con lo que comía.
-¿Tan
obvio es? ¿Desde cuando me conoces tanto?-
Ryutaro
soltó una risita burlona y bufó.
-Siempre
que quieres contar algo me traes a este lugar-
-Cierto...-
Yabu
terminó su bocado, respiró profundo y dijo.
-Pues
si, tengo algo que contarte, pero a diferencia de todo lo que te he
contado antes, esto es algo diferente-
-¿Qué
es?-
Preguntó
Ryutaro antes de llevarse unos cuantos fideos a la boca.
-Ya
estoy saliendo con alguien-
Yabu fue directo, para esto, Ryutaro masticó bien y después de tragar
miró al mayor muy sorprendido.
-¿Desde
cuándo?-
Yabu
se quedó pensativo y después respondio.
-Mmm...
como un mes, bueno, un poco menos, es que tuvimos algo hace un mes y
en lo que se acomodaban las cosas pues en realidad llevamos como dos
semanas de relación-
-Vaya-
Dijo
Ryutaro tratando de mantener tranquilo a su corazón.
-¿Recuerdas
que te conté que alguien me gustaba?-
La
sonrisa en el rostro de Yabu definitivamente era otra, pudo notarlo
rápidamente y aquello dolió.
-Si,
recuerdo-
-Bueno,
pues las cosas salieron bien, terminó con la persona que salía y
ahora está conmigo, creo que el tipo ahora me odia pero no me
importa-
Ryutaro
no supo como fue capaz de sonreír, su corazón dolía pero aún así
se negaba a demostrarlo.
-Que
bien, ¿Esta vez si irás en serio?-
-¡Por
supuesto! Ya estoy en edad de estar en una relación seria, sin juegos
ni nada de esas cosas, además, él me gusta mucho, me siento muy
bien a su lado, me divierto, le tengo confianza, siempre estoy
pensando en él-
Para
Ryutaro ya era suficiente, no deseaba seguir escuchando lo que Yabu
tuviese que decir, pero ¿Cómo detenerlo? ¿Como escapar?
No
podía, sería infántil, no podía comportarse de esa forma, ni
pensarlo.
-Eso
es bueno-
Fue
lo único que fue capaz de decir, de inmediato perdió el apetito y
dejo su plato a un lado.
-¿Ya
no vas a comer?-
Preguntó
Yabu con sorpresa.
-No,
ya... ya estoy lleno-
Respondió
con una falsa sonrisa, era lo único que podía hacer.
Después
de aquello, sus días fueron grises, tristes, deprimentes, el resto
de sus vacaciones pasaron de esa forma hasta que terminaron, después
no sabía de donde sacaba la energía para salir e ir a la escuela,
para poner un poco de atención en clase, se daba lástima, pero al
mismo tiempo se sentía enojado. ¿Por que Yabu no se daba cuenta de
sus sentimientos? ¿Por qué buscar en alguien más lo que tal vez él
podría darle?
Entonces
las respuestas llegaron por si solas, Yabu no se daba cuenta de lo
que sentía por el simple hecho de que nunca se lo había dicho, si
no hablas, no podrán escucharte.
En
respuesta a lo otro, fácil, Yabu buscaba a alguien de su mundo, no
pensaba en tener una relación con un niño de bachillerato, sería
absurdo, tonto, definitivamente no era lo que el mayor buscaba, así,
Ryutaro entendió al fin, que Yabu no era para él.
-¿Por
qué estás tan triste Ryutaro?-
Le
preguntó un chico tan solo dos años mayor, de nombre Yuto.
-No
estoy triste-
Le
respondió con frialdad mientras tomaba la malteada que el chico le
había servido.
-Mientes,
todo esta escrito en tu cara, estas deprimido, ¿Qué es lo que te
pasa? Si me lo dices, tal vez no pueda ayudarte, pero creo que con
escucharte puede ser suficiente, ¿No lo crees?-
Ante
las palabras de Yuto, no pudo más que sonreír ya que de alguna manera se sintió identificado con eso.
-Tienes
algo de razón, no puedes ayudarme, pero no quiero contarlo-
-¿Es
acaso por ese chico que tanto te gusta?-
Ryutaro
miró a Yuto sorprendido y completamente sonrojado.
-No
te sorprendas así, es bastante obvio que te gusta, cualquiera se
daría cuenta-
-¿En-enserio?
¿Quieres decir que yo soy...-
-Bueno,
tal vez exageré un poco, pero al menos yo me di cuenta hace tiempo-
Yuto
le sonrió a Ryutaro y se marchó, el mayor trabajaba ahí, en aquel
restaurante, eran amigos a pesar de que había dos años de
diferencia, pero eso no importaba.
Se
habían conocido en la escuela primaria, todo gracias a que Yuto le
habló primero, tal vez no eran los amigos entrañables de toda la
vida, pero lo consideraba un buen chico.
-Ryutaro,
ya terminó mi turno ¿Regresamos juntos?-
Le
preguntó Yuto con esa habitual sonrisa.
-Esta
bien, te espero-
Respondió.
Ambos
caminaban de regreso a casa, vivían en el mismo vecindario así que
no había problema, se separarían solo una calle antes de llegar a
casa de Ryutaro.
-¿Por
qué te tiene tan triste ese chico?-
Preguntó
Yuto, estaba seguro de que no preguntaba por simple curiosidad, podía
darse cuenta de que el chico en verdad estaba preocupado por él.
-Bueno,
él es de esas personas que pueden hacerte sentir feliz en un
instante y enseguida cambiar por completo ese sentimiento por
tristeza-
Explicó
Ryutaro mientras continuaba caminando.
-¿A
que te refieres? ¿Te rechazó?-
Ryutaro
rió débilmente, Yuto continuó observandolo fijamente.
-Ni
siquiera se lo he dicho, pero ya no tiene caso, él ahora a
encontrado a alguien con quien ser feliz y me dijo que esta vez...
esta vez... quiere ser feliz al lado de esa persona... -
Ryutaro
se detuvo, su vista comenzó a nublarse debido a que las lagrimas
comenzaron a acumularse rápidamente en sus ojos.
Yuto
lo observo, no sabía que decir, le dolía ver a Ryutaro así de
destrozado, después de todo llevaba queriando a Yabu desde hace
tanto tiempo.
-¿Por
qué al menos no se lo dices? No creo que pierdas nada, al contrario,
puedes sentirte mejor después de decirselo, si no te corresponde al
menos no te arrepentirás después de no haberlo hecho-
Por
donde lo viera, Yuto tenía razón, sin embargo Ryutaro no se sentía
con el valor suficiente de decirlo, menos ahora que sabía que Yabu
ya salía con alguien.
-Tengo
miedo-
Dijo
Ryutaro con voz débil.
-Lo
sé, pero si no se lo dices tal vez te sientas peor-
Yuto
se acercó a Ryutaro y tomándolo por ambos hombros le dijo con
firmeza.
-Tal
vez esto no haga que sus sentimientos cambien, pero al menos no te
arrepentirás después de no haberselo dicho y podrás olvidarlo con
el tiempo-
Ryutaro
pensó detenidamente en esas palabras, no le parecía una mala idea
del todo, aún así, seguía sin encontrarle sentido al hecho de
confesar sus sentimientos sabiendo que era inútil.
-No
lo se... voy a pensarlo-
Dicho
esto, continuaron caminando.
El
verano estaba por terminar y seguía sin saber nada de Yabu, estaba
comenzando a desesperarse hasta que un día, un domingo por la
mañana, se animó a enviarle un menaje de texto.
-”¿Cómo
estás? Supongo que has estado muy ocupado, si estas libre ¿Vamos a
comer algo?”-
Lo
pensó un poco antes de presionar el botón de enviar, suspiró
profundo y recordó lo que Yuto le había dicho, tal vez debería
decirle lo que sentía de una buena vez, así sería más fácil
comenzar a olvidarlo.
Sin
más que pensar, envió el mensaje y espero por una respuesta, la
cual no llegó hasta el anochecer.
-”Perdón,
deje el telefono en casa y acabo de ver tu mensaje. En forma de
disculpa, te invito yo a comer mañana ¿Puedes? Paso por ti a tu
escuela.”-
Ryutaro
sonrió inevitablemente, le causaba gracia cómo después de
preguntar si tenía tiempo daba por hecho que aceptaría e incluso
acordaba pasar por él.
-Tonto-
Dijo
para si mientras dejaba el aparato sobre su mesita de noche y se
disponía a dormir, estaba nervioso y ansioso, estaba seguro de lo
que haría y ya no había vuelta atrás.
Todo
el día pasó tan lento, sus clases y actividades parecían no tener
fin, incluso sentía que el reloj avanzaba más lento, llego a pensar
que tal vez estaba descompuesto, pero no era así, simplemente estaba
demasiado ansioso.
Pero
al fin, cuando la campana del fin de clases sonó, su corazón pegó
un brinco y los nervios comenzaron a causar estragos en su interior.
-¿Qué
te pasa? ¿Te sientes mal?-
Le
preguntó uno de sus compañeros.
-No,
estoy bien, tengo que irme, nos vemos mañana-
Respondió
lo más natural posible, guardó sus cosas y se fué.
Cuando
al fin estaba por salir de la escuela, su corazón latía más y más
fuerte, pensaba en mejor no decir nada, pero una parte de él le
decía que debía hacerlo, era ahora o nunca, así que juntó todo su valor para
continuar.
Al
salir, vió de inmediato el auto de Yabu, sonrió feliz de saber que
estaba ahí y que no lo dejaría plantado, por alguna razón había
tenido ese mal presentimiento, ahora se alegraba de que no fuese así.
-Hola-
Lo
saludó Ryutaro asomándose hacia la ventana del auto en donde estaba
Yabu.
-Te
tardaste, creí que no saldrías-
Reprochó
con voz infántil, lo cual solo hizo sonreír a Ryutaro-
-Perdón,
ya estoy aqui-
-Súbe-
Le
indicó Yabu, así, Ryutaro rodeó el auto y abrió la puerta del
copiloto.
-Tanto
tiempo sin verme y solo me regañas, ¿Que clase de amigo eres?-
Le
dijo Ryutaro aparentando estar serio.
-Pues
es que te tardaste, se supone que saldrías lo más rápido posible ya
que te estaba esperando ¿no?-
-¿Quien
dice?-
-Yo
digo, sabes que odio esperar-
Terminó
Yabu, después arrancó el auto.
-¿A
dónde iremos?-
Preguntó
Ryutaro para cambiar el tema.
-No
sé, supongo que al mismo lugar de siempre ¿Que dices?-
-Por
mi está bien-
Accedió
Ryutaro, ante lo cual Yabu sonrió y continuo el camino hacia el
restaurante de siempre.
-Quiero
comer udón-
Ordenó
Ryutaro a la mesera.
-Yo
quiero ramen, el especial del día-
Pidió
Yabu.
Después
de un rato, les sirvieron su respectiva comida.
-Parece
que has estado muy ocupado últimamente-
Le
dijo Ryutaro mientras comenzaba a comer.
-Así
es, tengo un proyecto muy importante, estamos en planes pero esa es
la parte más complicada, es por eso que casi no he podido
comunicarme contigo-
Explicó
Yabu.
-Esta
bien, de alguna manera comprendo eso, después de todo ya eres todo
un adulto-
Bromeó
Ryutaro.
-Pues
aunque te de risa si lo soy, niño-
Dijo
Yabu con cierto tono de berrinche, ante lo cual Ryutaro solo sonrió
y continuó comiendo. No podía evitar el darle vueltas al mismo
asunto, aún dudaba de lo que pensaba hacer, pero pensando en las
palabras de Yuto, no podía seguir guardandose ese sentimiento,
aunque no tuvieran futuro, necesitaba expresarlos.
-Yabu...
hay algo que quiero decirte-
Dijo
Ryutaro al mismo tiempo que dejaba sus palillos sobre la mesa.
-¿Qué?-
Preguntó
Yabu después de tragar bocado.
-Ahm...
más tarde, primero terminemos de comer-
-¿Por
qué? Ya me entró la curiosidad, díme-
-Después-
Dicho
esto, Ryutaro continuo comiendo en silencio, podía sentir aquel
nerviosismo por todo su cuerpo, más sin embargo debía calmarse,
tranquilizarse para poder decir las palabras correctas.
Cuando
terminaron de comer y salieron de aquel restaurante, Ryutaro miró a
su alrededor, caminó junto a Yabu rumbo al auto y antes de que el
mayor entrase, le dijo.
-Tengo
que hablar contigo de algo importante-
-¿Qué
es?-
Preguntó
Yabu mientras se detenía y miraba a Ryutaro.
-Bueno...
verás... es que...-
No
podía, las palabras correctas se borraron de su mente, ya no las
recordaba, no estaba seguro.
-¿Qué
pasa? Díme, me preocupas-
Le
dijo Yabu mientras lo miraba fijamente, lo que ocasionó que Ryutaro
se sintiera más nervioso.
-Pues...
verás...-
No,
era imposible, pensó que sería mejor no decir nada, decir cualquier
tontería y escapar. No, no podía escapar más, debía afrontarlo,
solo decirlo, sin importar qué debía decirlo y ya, solo irse, si,
eso haría.
Respiró
profundo, miró fijamente al suelo por unos instantes, despues,
lentamente, miró a Yabu, por un instante se perdió en aquella
mirada, podía decirlo, tenía que decirlo, era el momento de
hacerlo.
-¿Qué
pasa? ¿Es algo malo?-
-No...
no es malo, supongo...-
Volvió
a respirar profundo, miró fijamente a Yabu y con voz firme, lo dijo
al fin.
-¡Me
gustas!-
De
inmediato sus mejillas se tornaron rojas y luchó por mantener la
mirada firme.
Se
hizo el silencio, ninguno de los dos dijo nada por unos segundos,
hasta que Yabu metió sus manos a los bolsillos del pantalón y con
absoluta calma, dijo.
-Ya
lo sabía-
Ryutaro
se sorprendió y aquello se reflejó en su rostro.
-¿Qué?
¿Ya lo sabías?-
-Si,
¿No te acuerdas? Ya me lo habías dicho, aunque estabas hablando
dormido esa vez-
Ryutaro
se quedó sorprendido, pero sobre todo confundido al respecto.
-¿Cuándo?-
-Pues
verás...-
-Unos
cuantos años atrás-
Ryutaro acababa de entrar en la secundaria y Yabu lo había
invitado a un campamento. Durante el primer día hicieron un sin fin
de actividades, corrieron, jugaron, rieron hasta llorar, en fin, un
día bastante divertido para ambos.
Después
de lograr armar la casa de campaña entre los dos, Ryutaro estaba muy
cansado ya.
-Me
iré a dormir primero-
-No
puedes ir a dormir ahora, acabo de poner la tienda y no has visto las
estrellas, veamoslas un rato mientras comemos malvaviscos ¿Que tal?-
-Come
tú solo, yo quiero dormir-
Respondió
Ryutaro mientras iba en camino a la tienda de acampar, pero de
inmediato Yabu lo detuvo.
-Solo
un rato, anda, no seas aguafiestas, te arrepentirás después de no
haber visto las estrellas en un lugar tan bonito-
Fue
así como Yabu arrastró a Ryutaro cerca de la fogata y logró que se
sentara sobre el pasto, le dio una barilla con tres malvaviscos y se
sentó a su lado.
-Ponlos
cerca del fuego con cuidado de no quemarlos, ¿Me escuchaste?-
-¡Ya
te dije que estoy cansado y tu insistes en quemar malvaviscos a esta
hora! ¡Ya se que no hay que quemarlos, lo he hecho antes!-
Refunfuñó
el menor mientras de mala gana acercaba sus malvaviscos al fuego.
-Ya,
ya, deja de quejarte y disfruta, mira, ¿Apoco no es bonita la
vista?-
Le
dijo Yabu mientras señalaba el cielo nocturno bañado de estrellas.
De mala gana Ryutaro levantó la vista y se sorprendió.
-Es
hermoso...-
-Te
lo dije, todavía de que comparto esta experiencia contigo de enojas,
eres un mocoso berrinchudo-
Bromeó
Yabu mientras comía sus malvaviscos y observaba el cielo, en ese
instante, Ryutaro sonrió, se sintió tan relajado y emocionado, que
siguió contemplando las estrellas por un buen rato, pero su cuerpo
no aguantó demasiado así que poco a poco se recostó sobre el
pasto, dejando sus malvaviscos a un lado, miró fijamente una
estrella, cerró sus ojos y el sueño lo venció.
Yabu
lo notó cuando le habló al menor y no obtuvo respuesta.
-Este
niño, tan pronto y se quedó dormido-
Sonrió
al verlo, se veía tan tranquilo y relajado. De pronto, la sonrisa en
el rostro dormido de Ryutaro se hizo más grande al mismo tiempo que
decía entre sueños.
-Yabu...
me gustas mucho-
Sorprendido
por aquellas palabras, no hizo más que girarse rápidamente y volver
a mirar las estrellas, mientras que inevitablemente una sonrisa se
dibujaba en su rostro.
--
-Y
así fue como supe-
-¿Y
porqué no dijiste nada?-
Preguntó
Ryutaro aún sorprendido, ahora sentía que su confesión perdía
significado.
-Porque
no es algo que digas así de fácil-
Ante
la forma tan tranquila de hablar de Yabu, fue como pudo comprender la
situación, sin embargo no pudo guardarse la siguiente pregunta.
-¿Acaso...
el saber aquello no removió algo en tu interior?-
-¿En
mi interior?-
Preguntó
Yabu con torpeza.
-Quiero
decir que si eso no te hizo sentir algo por mi-
Dijo
Ryutaro con cierta desesperación.
-Sabes
que no, creí que se te pasaría, después de todo eras más pequeño,
no voy a negar que ahora me sorpende saber que tus sentimientos no
han cambiado, pero piénsalo por un instante, eres un adolescente,
tienes mucho por vivir, no puede gustarte alguien como yo, además,
sabes bien lo que yo siento, tengo a alguien que me gusta, te lo dije
la otra vez-
Tenía
razón, odiaba eso, odiaba tener que darle la razón y más en esta
situación, había perdido, sin remedio, estaba derrotado.
-Lo
sé... pero aún así quería decirlo-
-Para
mí eres alguien importante, mi mejor amigo, casi como un hermano,
quiero que así sea siempre Ryutaro, no te sientas mal por esto,
mejor, ¿Te parece si vamos al cine? Vamos a divertirnos y a olvidar
esto ¿Que tal?-
El
entusiasmo de Yabu lo lastimaba, le dolía, quería estar solo,
quería llorar.
-Creo
que mejor me voy a casa, es tarde, te veo después ¿Te parece?-
-¿Por
qué?-
Preguntó
Yabu con curiosidad.
-Es que...
quiero estar solo, te veo después-
Dicho
esto, se dio media vuelta y comenzó a marcharse.
-¡Te
llevo!-
Le
gritó Yabu, entonces se detuvo y le dijo, fingiendo su mejor
sonrisa.
-¡Está
bien! ¡Puedo volver solo! ¡Gracias por la comida!-
En
el instante en el que sintió una lagrima escaparse de su ojo, se
giró rápidamente y aceleró el paso, dio vuelta en una calle
estrecha que solo era de paso peatonal por si acaso Yabu lo seguía,
pero cuando se dio cuenta, el auto del mayor paso de largo, a la
misma velocidad, sin detenerse.
Aquello
le dolió, pero estaba bien, aquello significaba que no le importaba
tanto como imaginaba, o que tal vez Yabu era lo suficientemente
maduro para darle su espacio y respetar su decisión de estar solo.
Ahora tenía miedo, miedo de que el mayor ya no le hablase más,
núnca.
Sus
pasos lo llevaron al restaurante en donde Yuto trabajaba, entró e
ignorando al otro trabajador que le daba la bienvenida, tomo asiento
en donde siempre lo hacía.
-¿Te
pasa algo malo?-
Escuchó
la voz de Yuto, lentamente levantó la mirada pero no podía
distinguir bien el rostro del mayor, sus ojos, inundados de agua, le
impedian ver claramente.
-Ryutaro...
¿Qué tienes?-
Le
preguntó una vez más Yuto, pero no hubo respuesta.
-Espera
un momento, mi turno terminó, voy por mis cosas, no te muevas-
Se
apresuró a decir y corrió a la parte trasera del restaurante.
Como
lo había prometido, en poco tiempo, Yuto estuvo de vuelta y tomó a
Ryutaro para así, ambos salir del lugar.
Sus
pasos los llevaron a un pequeño parque, solo, tomaron asiento en una
de las bancas y antes de que Yuto pudiera preguntar de nuevo, Ryutaro
habló.
-Ya...
ya se lo dije...-
Yuto
se sorprendió.
-¿De
verdad?-
No
se atrevió a preguntar más, por la actitud del menor se imaginaba
el resultado de aquella acción.
-Él
ya lo sabía y aún así... me trató como si no lo supiera, para
él.... para él siempre he sido su mejor amigo... como su hermano...
eso jamás va a cambiar... una parte de mi lo sabe bien, siempre lo
he sabido pero... pero entonces... ¡¿Qué hago yo con este
sentimiento?!-
Gritó
Ryutaro al mismo tiempo que sus lágrimas comenzaban a caer una tras
otra. Yuto no sabía que decirle, lo único que pudo hacer fue
abrazarlo y tratar de reconfortarlo con eso, era lo único que estaba
a su alcance.
Escuchar
el llanto desesperado de Ryutaro le partió el alma, jamás se
imaginó que los sentimientos del menor hacia Yabu fuesen tan
fuertes, tan profundos.
-Es
injusto... a pesar de quererlo tanto... él no puede corresponderme y
quiere a alguien más... ¿Que se supone que haga? Ni siquiera puedo
odiarlo... no ha hecho algo para que lo haga, después de escuchar lo
que le dije, no se enojo, e incluso quiso amenizar las cosas... ¿Que
se supone que haré ahora?-
Continuó
diciendo entre sollozos, era lo único que podía hacer, llorar, con
todas sus fuerzas, sacarlo todo, hasta quedarse sin lagrimas. Yuto
solo estuvo ahí, a su lado, escuchándolo y dandole palmadas de
aliento, era todo lo que podía hacer por él ahora.
Los
días siguientes parecía un alma en pena, su madre estaba preocupada
pero no se atrevía a preguntar más, puesto que Ryutaro siempre
respondía que todo estaba bien, que era su imaginación.
De
igual forma, sus compañeros de clase estaban preocupados, pero para
Ryutaro no quedo más que aprender a fingir estar bien, sonriendo
falsamente, no había más.
Solo
había pasado una semana después de aquello y estaba seguro de que
Yabu no volveía a hablarle, que seguramente cuando se encontrasen en
la calle, éste lo ignoraría, de alguna manera ya se estaba
resignando y aceptando esa idea.
Pero
justo esa tarde, al salir de la escuela, solo cruzó la puerta y
escuchó su voz, no pudo darle crédito a lo que escuchaba, pero
después de un segundo llamado, se detuvo y miró al frente. Ahí
estaba él, sonriente como siempre, como si nada hubiese ocurrido.
Temeroso,
se acercó a él, no se sentía con el valor de ignorarlo y escapar
de ahí, puesto que una parte de él estaba feliz de verlo de nuevo,
no podía evitarlo, lo quería demasiado como para huir de él.
-Hola-
Lo
saludó Yabu como de costumbre.
-Ho-la-
Dijo
Ryutaro con voz débil.
-¿Estás
ocupado?-
Preguntó
Yabu, ante lo cual Ryutaro solo negó con la cabeza.
-Perfecto.
¿Me acompañas a un lugar? Creo que necesito ayuda con algo-
Ryutaro
se sorprendió, más aún cuando Yabu le abrió la puerta del auto
para que subiera.
-Vamos-
No
pudo negarse, aún sin saber porque era requerido, subió al auto.
-Que
bueno que estás libre, necesito comprar ropa nueva y sabes lo malo
que soy eligiendo algunas cosas, además, es cumpleaños de mi mamá
y también quisiera que me ayudaras a encontrar algo que le guste, tú
siempre le regalas cosas bonitas a tu madre así que tienes ese
instinto de buen hijo, ¿Qué opinas? ¿Me ayudarás?-
Ryutaro
miro fijamente a Yabu, al principio creyó que tal vez todo era un
sueño, pero no lo era y aún así estaba sorprendido.
-¿Para
eso viniste a buscarme? ¿Solo para que te ayude?-
Sin
dudarlo, Yabu respondió.
-Así
es, por favor-
Todo
era como antes, como si Ryutaro jamás le hubiese dicho nada, la
actitud de Yabu, su forma de mirarlo, todo en él era tan normal,
como si nada. Entonces pensó que aquello estaba bien, no tener que
soportar indiferencias que solo lo lastimarían, al contrario, solo
actuar normal, como si ese día jamás hubiese existido, estaba bien,
¿Por qué no?
Respiró
profundo después de pensar en ello y le dijo con una sonrisa, como
de costumbre.
-De
acuerdo, eres malo eligiendo cosas para tu mamá y al fin se merece
algo decente de tu parte, así que te ayudaré-
Yabu
sonrió agradecido.
-Gracias,
sabía que podía contar contigo-
Aquella
tarde fue como cualquier otra, divertida posupuesto, fueron de tienda
en tienda, compraron ropa para Yabu y el regalo de su madre, todo en
perfecta harmonía, no habían momentos incomodos, al contrario,
habían conversaciónes tontas por parte de Yabu y solo risas de
Ryutaro.
Fue
entonces que sintió tranquilidad, así estaba bien, no había más,
no podía ser exigente y pedir ser algo más para Yabu, si solo podía
ser su mejor amigo, como su hermano, estaba bien, se conformaría, y
justo en ese instante de tranquilidad, Ryutaro se propuso olvidar,
deshacerse de aquel sentimiento, dejarlo a un lado, disfrutar de la
amistad de Yabu y no pedir más que eso.
Y
así fue, las veces que hablaba con Yabu fueron como siempre, con
normalidad, el tema de aquella tarde, sus sentimientos, ya no
volvieron a ser comentados, no había necesidad, sin embargo, al paso
del tiempo, Ryutaro fue capaz de darse cuenta de algo, Yabu había
dejado de hablarle de sus cosas amorosoas, antes le contaba lo bien
que estaba en su relación y de algunos problemitas que llegaban a
tener pero nada importante, en esos casos, Ryutaro aprendió a ser
fuerte y aconsejarlo debidamente, diciéndole que no se enojara con él
tan fácilmente, que si en verdad lo quería tenía que aprender a
escucharlo y a expresar, sin peleas, lo que pensaba.
Pero
después, ya no hubieron más platicas así, ahora, cuando se veían,
solo hablaban de cosas tontas, anecdotas de ambos, paseaban un poco.
Era
extraño, sin embargo Ryutaro no se sentía con el valor de preguntar
al respecto, comenzó a pensar que si el mayor no tocaba aquel tema
era porque entonces todo iba de maravilla, lo cual estaba bien.
-Otoño
2011-
Los
meses pasaban y ya estaban a mitad de otoño, el clima ya no era
soleado, ahora comenzaba a hacer fresco por las tardes y las hojas
caían de los árboles.
-¿Ya
casi no hablas con Yabu-san verdad?-
Le
preguntó Shintaro una tarde mientras ambos miraban el televisor.
-No-
Respondió
secamente mientras miraba fijamente la pantalla.
-¿Por
qué? ¿Pelearon?-
-No,
él está ocupado, eso todo-
Al
menos era lo que suponía, para no saber nada de él en los últimos
días, seguramente era por eso.
-¿Por
qué no lo llamas?-
Insistió
Shintaro.
-No
quiero, siempre soy yo quien lo llama y seguramente lo molestaré,
así que no lo haré, deja de preguntar cosas tontas y dejame ver el
programa-
Shintaro
ya no hizo más preguntas. Ryutaro parecía molesto, y en verdad lo
estaba, no comprendía nada, se supone que Yabu era quien se quejaba
antes si no se coumunicaba con él, pero ahora sentía que se vería
muy tonto si le reclamaba, después de todo el mayor ya conocía sus
verdaderos sentimientos. Esto realmente lo ponía de mal humor, al
grado que ya no fue capaz de poner atención al televisor, así que
solo se puso de pie y se marchó.
-¿A
dónde vas?-
Le
preguntó su hermano, pero no hubo respuesta, tan solo se escuchó la
puerta de la casa cerrarse.
No
podía soportar más la curiosidad de su hermano, necesitaba caminar
para despejar su mente, tenía que dejar de pensar en él, por muy
dificil que pareciera, tenía que hacerlo.
Sabía
que no podía pasarse todo el tiempo deseando una oportunidad, era un
caso perdido, Yabu definitivamente era feliz con otra persona y en su
vida... no había espacio para él, ya no más.
-¿Que
harás ahora?-
Le
preguntó Yuto mientras tomaba asiento frente a él.
-Pues,
me concentraré en mis estudios, no puedo bajar mis calificaciones
ahora, después de eso solo... intentaré olvidar-
-¿No
vas a llamarlo?-
Ryutaro
bajó la mirada, suspiró y dijo.
-No,
esta vez no lo haré.... solo lo dejaré pasar de una vez, cuando me
sienta mejor, más seguro de haber enterrado este sentimiento,
volveré a buscarlo si él no lo ha hecho, para ese entonces estoy
seguro que podré sonreírle de nuevo y decirle que ya no siento nada
por él, hasta entonces, si no lo veo, será mucho mejor para mi-
Yuto
observó la expresión triste en el rostro de Ryutaro, sin embargo no
pudo hacer más que darle unas palmadas en la cabeza en forma de
afecto.
-Cuentas
conmigo si en algún momento sientes ganas de llorar o de hablar de
él, no te guardes nada, para eso somos amigos-
Ryutaro
le sonrió a Yuto como agradecimiento.
Los
meses continuaron pasando, lentos y vacíos, aún así, comenzaba a
acostumbrarse y a formar un nuevo estilo de vida, nuevos momentos y
sonrisas en donde Yabu ya no estaba presente.
-Invierno
2011-
El
frío invierno llegó, con él la nieve y muchas luces que iluminaban
la ciudad debido a un evento a nivel mundial llamado Navidad.
Se
sentía en paz consigo mismo, ya no dolían los recuerdos, tal y como
lo había planeado, se concentro por completo en sus estudios, en sus
amigos y otras actividades. Comenzó a pintar un poco, solo como
entretenimiento, nada profesional, solo le servía para relajarse.
Hubo
un instante, un breve instante, en el que se imaginó siendo feliz
junto a otra persona, es decir, se sintió capaz de gustar de alguien
más, sentía que era capaz de hacerlo, nada se lo impedía, sin
embargo no había porque apresurar las cosas.
Su
amistad con Yuto se hizo más estrecha, con el tiempo Ryutaro notó
que el mayor solo buscaba su tranquilidad, que fuese capaz de sonreír
por cualquier tonteria, y agradeció mucho aquello, de no haber sido
por Yuto, tal vez se hubiese hundido en una depresión sin fin.
-¿Vamos
al cine?-
Le
preguntó Yuto una tarde mientras caminaban de regreso a casa. A
Ryutaro ya se le había hecho costumbre ir al restaurante en donde
trabajaba Yuto y así regresar juntos.
-¿Ahora?-
Preguntó
Ryutaro no muy convencido.
-¿Por
qué no? Yo invito, ¿Que dices?-
Yuto
sonreía ampliamente, ante lo cual Ryutaro no pudo negarse.
-Esta
bien, aunque no tengo idea de que peliculas hay ahora, así que tú
decides-
Le
dijo con una sonrisa resignada.
-¡De
acuerdo! ¡Vámos!-
Así,
ambos emprendieron el camino hacia el cine.
Ahí,
Yuto compro los boletos para ver una pelicula de comedia, era lo más
atractivo que se veía de entre los demás titulos.
-¿Quieres
palomitas?-
Preguntó
Yuto.
-¿No
es demasiado? Ya pagaste las entradas, yo iré por las palomitas-
Dijo
Ryutaro dispuesto a ir a comprarlas.
-Te
dije que yo te invitaba, no seas así, esperame aqui-
Le
dijo Yuto mientras lo sentaba frente a una de las mesas de la
cafetería del cine y se marchó corriendo a la dulcería.
Ryutaro
lo observó con una sonrisa y por un instante, la idea de poder ser
algo más que un amigo para Yuto atravesó su mente, aunque claro, de
forma momentanea, después de todo no deseaba prestarle demasiada
atención a eso.
Poco
después, Yuto regreso con una cubeta grande llena de palomitas.
-Con
esto bastará-
-Es
demasiado-
Dijo
Ryutaro con sorpresa.
-¿Crees
eso? Yo digo que es más que suficiente, después de todo suelo comer
muchas palomitas cuando vengo al cine-
Yuto
sonrió.
-Si
tú lo dices, está bien, entonces vayamos, la función no tarda en
comenzar-
Dijo
Ryutaro con ánimo, así, ambos caminaron rumbo a la sala de cine.
La
pelicula resultó ser bastante divertida, ambos reían como niños,
en un momento Ryutaro pudo sentir que su estomago le dolía de tanto
reír, pero aún así lo disfrutaba, hace tanto que no reía hasta
llorar, nuevamente gracias a Yuto, se sentía muy agradecido de
contar con un amigo como él.
Al
terminar la función, ambos salieron del cine aún limpiando su
rostro de lagrimas provocadas por la risa.
-No
puedo creer que fueras capaz de reir tan fuerte-
Le
dijo Yuto a Ryutaro.
-Lo
mismo digo, por un momento creí que nos sacarian de la sala por tú
culpa-
-Fue
bueno que eso no sucediera-
-Creo
que ya es tarde, a penas alcanzaremos el último autobús-
Dijo
Ryutaro con una ligera preocupación mientras miraba su reloj.
-Entonces...
¡¡Corramos!!-
Exclamó
Yuto con entusiasmo, al mismo tiempo tomó la mano de Ryutaro y
comenzó a correr.
Ryutaro
no dijo nada y solo se dejó llevar, ¿Qué mas podría hacer, sentir
o pensar? No lo sabía, así que solo dejo que todo siguiera su
curso.
Cuando
llegaron a la estación, Ryutaro tomó asiento primero, estaba
exhausto y le faltaba el aliento, no estaba acostumbrado a correr de
esa manera.
-¿Te
cansaste?-
Le
preguntó Yuto mientras también intentaba recuperar el aliento.
-Si...
no teníamos que correr... tanto... exageraste... como siempre-
Ambos
se miraron y sonrieron torpemente.
-Creo
que al fin, pasaste un día tranquilo y reíste de verdad-
Ryutaro
miró a Yuto intentando comprenderlo.
-¿Por
qué lo dices?-
-Porque
habías estado esforzandote demasiado en sonreir y demostrar que todo
esta bien, ¿Crees que no me doy cuenta?-
Le
dijo Yuto directamente.
-Creo
que... no he podido engañarte. Pero me alegra que estés conmigo en
estos momentos, gracias a ti he logrado sentirme mejor-
De
nuevo, ambos sonrieron. Yuto tomó asiento a su lado y respiró
profundo.
-¿Aún
te duele recordarlo?-
Ryutaro
desvió la mirada hacia el frente.
-Ya
no tanto, me estoy acostumbrando a la idea de que él es feliz con
alguien más, supongo que el no saber nada de él me ayuda un poco-
-¿Eso
crees? ¿No será que eso te hace anhelar verlo más?-
Ryutaro
miró a Yuto y sonrió débilmente.
-En
ocasiones, me pregunto como estará, si en verdad es feliz... y no
puedo evitar el sentirme solo y desesperado, pero sé que lo
superaré, algún día, todo será un recuerdo, solo eso-
Se
esforzó por sonreir y mirar a Yuto.
-En
verdad espero y eso suceda, no es justo que sufras por eso, sé que
no debo pero, no puedo evitar odiarlo-
-¿A
Yabu?-
Preguntó
Ryutaro con asombro.
-Si.
No es posible que no pueda ver lo maravilloso que eres-
La
mirada seria de Yuto y su voz franca lo hiceron ruborizarse de
repente.
-¿Qué...
qué cosas dices?-
-Es
todo lo que voy a decirte, por ahora, no quiero que las cosas cambien
entre nosotros aún así que no diré más. Mira, el autobús esta
por llegar-
Yuto
cambió el tema, pero Ryutaro tenía cierta curiosidad, además, se
sentía ligeramente nervioso, era algo extraño, no se lo esperaba
tan de repente, de igual forma no pensaba pensar más en el asunto,
no por ahora.
Las
festividades pasaron como de costumbre, unas en familia y otras con
sus amigos de escuela, hasta que un nuevo año al fin llego y con él,
una oportunidad grande.
Continuará...
9 comentarios:
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
QUIERO MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS ;O; POR QUE DEMONIOS NO LO DEJASTE TODO?! NO IMPORTA CUANTAS PAGINAS FUESEN! YO QUERIA MAS! ;;O;; PEGADA LEYENDO, ODIANDO POR UN LADO PORQUE SABIA QUE TENIA SEGUNDA PARTE Y DE SEGURO ME QUEDARIA COMO ME ACABO DE QUEDAR ;;w;; POR QUE?!!
Y de paso maldigo a Yabu por hacer eso ._. pero esta historia es tan real ;__; que me parte el alma, porque por un lado me siento identificada con ryutaro ._. ... maldita adolescencia la mia... es en donde te pegas los traumas de la vida... aparte de que te pones califa(?) comienzas a ponerte sensible con los sentimientos... muy sensible e_e oooh... maldita adolescencia...
Quiero leer mas ;___; te juro que quiero leer mas!! Hasta lloré leyendo, me sentía super triste, pero si ryutaro (ya que es el personaje principal) comienza a sentirse bien, yo tambien lo hago, pero como yuto dijo... odio a kota por un lado ._. o sea, odio a ese mejor amigo que alguna vez me gusto(?) y me dejó de lado... malditos mejores amigos-malos amigos è_e
pero bueno, muchas gracias por dedicarmelo ;___; ultimamente leia poco, me cuesta encontrarle gusto a los fics porque en su mayoria son de solo sexo sexo y sexo, y una quiere algo historico. o tambien son fics donde todo esta muy resumido o las cosas se dan muy rapido. Queria algo mas real, algo como esto ;__; asdadasdadads lo amo, en verdad lo amo, y quiero pronto leer la segunda parte porque me estoy murieeeeeeeendooooooooooooo de la impaciencia! ;O; asdadasdasdasdadsadadads
no es como si me gustara el JimaTaro(?) pero yuto es realmente lindo, se aprende a querer a los personajes y a tener un nuevo vicio de pareja ._. haciendote un revoltijo extraño(?) en tus sentimientos y gustos, no desidiendo si realmente quiere que ryutaro se quede con yuto o que kota aprenda y se fije en ryutaro, quedandose con el.... pero no lo se ;O; lo que la autora(dios) quiera. Quiero leer la segunda parte ;___; -enciende una antorcha- puedo hasta quemar tu universidad con tal de que tengas tiempo para terminar el fic(?)
Aish te agradesco nuevamente por el fic
bvuoifsdvbjadvljNDSVLNÑWVDJBSFVNFKknvfdfknfdknm quiero másssssssssssssssssssssss >3< no puedo creer que hayas echo un fic así! hace tanto que no leo un fic angust tan bueno!!! T-T me has dejado con la piel de gallina >3< me has echo recordar tantas cosas del pasado con este fic, está hermoso. Estoy segura que las demás competidoras tendrán que esforzarse el doble si quieren vencerte !!!! xD(mi humilde opinión) jijijiji espero con demasiadas ganas la continuación..por fas no hagas sufrir tannnto~ a Ryutaro, me da tanta penita T_____T te deseo ÉXITOS! :D y gracias por tomarte el tiempo de hacerlo...creeme que te entiendo, la universidad te consume demasiado tiempo.
por la bendita!!!! omg omg omg omg omg..... Increible ayaa!! Me encantooooo!! No atendi nada de la clase por estar leyendo... Creo que reprobare.. Pero no importa espero la continuacion desesperadamente ^_^
kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!! esta tan genial *O* muero por leer la siguiente parte *O* !!!!!!!!!!! me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa porfavor la continuación
ai esta re buena la historia, se lee muy real senti que mi corazon se iso chiquito cunado yabu le dijo ya lo sabia OOOOOOOOhh pobre de mi nene Ryu T-T,
ya se que esto no se dice porque esta mal, Pero quiero leer mas lo siento pero es la verdad >_<, y que va a pasar con yuto ¿acaso yuto esta enamorado de Ryutaro? enserio se van a dar un besito?
Ok no lo he leído pero creo que lo haré mejor cuando lo termines o moriré de inanición por conti como las demás xDDD
oh God... los personajes son tan reales, ese tipo de situaciones se da, por eso me encantan tus fics *0*!!
pues ._. el morijima como pareja romántica no se me ha cruzado por la cabeza, pero para este fic podría funcionar... Yuto tiene algo qué decirle.
Por otro lado, creo que ha de ser peor que cuando te confiesas, te respondan con un "ya lo sabía" que con un rechazo, en lo personal no me ha pasado, pero... lo describiste tan bien... que por un momento sentí que me lo estaban diciendo a mí
y por último la pic, me gustó mucho las imágenes que usaste
Mi kokoro recibió tantas emociones
por esta primera parte
que no se como expresarme u.u
Llore demasiado por el dolor de Ryutaro
y todavía así no se me pasa este sentimiento de tristeza *suspira* me emocione tanto con su declaración q se me escapo mi ♥ pero al saber la respuesta de Yabu fue como un bofetón de agua helada me dejara sin emoción,
Yabu eres un $%&$#&"#"$"#$%$$#%$
Yuto eres un amor <3333
Ryuchan te adoro!
Aya una vez mas me dejas impresionada m(_ _)m
Arigatou!!! ♥
muchas gracias por esta primera parte ayaa, me encanto, la forma de escribir y las escenas stan muy buenas, hiciste que me acordara de una situacion parecida este año xD
pasa casi lo mismo, por eso me identifique mucho con ryutaro :3
muchas garcias de nuevo, por seguir escribiendo, y de esta forma tan linda que me encanta
ganbatte con Obsess, que quiero otro capi ;u;
cuidate y nos vemos
=)
d@nny
Publicar un comentario
Lo has leído y... ¿Te gusto? ¿No? ¿Sientes que algo faltó?
¡Me encantaría saber tu opinión sobre lo que acabas de leer! ^O^ Así que no dudes en hacérmelo saber, así podré mejorar un poquito más :3
De igual forma: ¡GRACIAS POR LEER!