martes, 30 de octubre de 2012

[TwoShot] Breakeven Part. I

Título: Breakeven
Extención: TwoShot
Autora: Ayaa
Parejas: Yabu Kota - Ryutaro Morimoto [YabuTaro]
Género: Yaoi-Angst[?]
Nota1: Lo siento si odian los fics en dos partes, esta vez fue necesario, ya llevo más de 40 páginas, en Times New Roman, tamaño 12, para que no crean que exagero -w- 
Y bueno, pensé "Nadie va a querer leer una cosa tan larga" Así que decidí dividirlo en dos partes, igual la segunda ya no le falta mucho y seguro será un poco más larga que esta, pero solo asi no se aburriran.
Nota2: ¡Lo más importante! ¡¡Este fic va especialmente para Yuuki!! Ella hizo un concurso y bueno, le fui sincera, al igual que ahora lo soy con ustedes también, no soy buena para los concursos, nunca he entrado a uno y no creo hacerlo en un futuro, en parte porque soy una vaga y no cumplo con las fechas y por otra parte, bueno, no me gusta, escribo fics porque me gusta, no es para demostrar nada ni ganar nada, así que por eso no entro :3
Así que Yuuki, aqui tienes un YabuTaro largo~ que deseo te guste, igual espero no haber errado con el género xD soy medio tonta para eso por eso generalizo en Yaoi o Shounen-ai
Y como esto ya es de por si largo, mejor dejo de escribirles más cosas y mejor lean y disfruten (^.^)/



-Breakeven Parte I-

-Los Ángeles. Otoño 2012-

Miraba fijamente aquella fotografía, le traía tantos recuerdos, todos ellos hermosos, bueno, casi todos. Había uno que aún le causaba dolor y tristeza, el día en que tuvo que separarse de él.
Lo había decidido porque así tenía que ser, estaba cansado de un amor que jamás sería correspondido, estaba cansado de ser el mejor amigo, el que a pesar de todo siempre está ahí aunque eso signifique escuchar cosas que desearía omitir.
Núnca se había enamorado de alguien así, ni siquiera tenía el valor de admitir que aquello era amor, de esos que no son correspondidos sin importar lo intenso y fuerte que sea. Al final, decidió quedarse con los buenos recuerdos, con las sonrirsas, tonterias y locuras.
No lo odiaba, era incapaz de hacerlo, porque a pesar de todo, él núnca fue una mala persona, todo lo contrario, a pesar de saber sus sentimientos, jamás lo trato diferente.
-Porque para él siempre fui su mejor amigo-

-Tokio. Primavera 2010 -

-Al fin eres un chico grande Ryutaro, entraste al bachillerato, felicidades-
Le dijo un chico alto, delgado y castaño, con una ambale sonrisa mientras le revolvía los cabellos con un movimiento juguetón de su mano. Odiaba eso, pero a la vez, le gustaba.
-¡Yabu! ¡No me molestes! Te he dicho muchas veces que odio que me despeines. ¿A que has venido?-
Pregntó Ryutaro con su habitual ceño fruncido.
-Bueno, es tu primer día, quería saber que tal te fue. Te invitó a comer algo, ¿vienes?-
No tenía motivo para negarse, así que asintió rápidamente.
-Tengo ganas de una hamburguesa, si no mal recuerdo hay un restaurante de hamburguesas en esa dirección-
Afirmó Yabu señalando a la derecha.
-No, el restaurante está de aquel lado-
Dijo Morimoto señalando a la izquierda.
-¡Claro que no! Estoy seguro de que lo vi en esa dirección, así que vamos-
Insistió Yabu, en ese momento Morimoto se preparo para tomar el camino equivocado, siempre era asi, el mayor resultaba ser demasiado necio y con frecuencia se perdían por ello, así que solo lo siguió, y como siempre, se aseguró de prestar atención para poder regresar.

Como era de esperarse, Yabu se perdió después de caminar por treinta minutos.
-Estoy seguro de que estaba por aqui... que extraño-
Morimoto solo suspiró profundo.
-Es por aqui-
Sin más, dio media vuelta y comenzó a caminar, casi enseguida Yabu comenzó a seguirlo.
-¿Estás seguro?-
Ryutaro no respondió y continuo caminando, esta vez a paso apresurado, ahora él también moría de hambre.

Cuando llegaron al restaurante, ambos tomaron asiento junto a la ventana y ordenaron.
-¿Así que era por aqui? Yo estaba seguro de que no-
Ryutaro miró a Yabu con una sonrisa burlona.
-Siempre crees en eso, ya estas mayorcito como para perderte de esa forma ¿Qué? ¿Necesitas vovler a la escuela elemental Kota-kun?-
-¡Hey! ¿Desde cuando hablas así?-
Preguntó Yabu con un poco de resentimiento, pero Morimoto solo sonrió burlonamente.
Enseguida les sirvieron su comida.
-¡Ah! ¡Muero de hambre!-
Ryutaro observó fijamente a Kota y después de darle un mordisco a su hamburguesa, no pudo evitar el preguntar.
-¿En verdad solo viniste para invitarme a comer? ¿Que no tienes clase?-
-Si, pero hasta más tarde-
Respondió Yabu mientras comía. Ryutaro observó fijamente al mayor por unos segundos, después continuo comiendo.
-A decir verdad, algo me preocupa-
Dijo Yabu al terminar de comer.
-¿Qué pasa ahora?-
-Bueno, verás... mi relación con Hikaru terminó... anoche para ser exacto-
-¿Y? Me dijiste que pronto terminarían, que ya estabas mentalmente preparado-
-Lo sé, pero me siento extraño, ¿Te das cuenta que siempre es lo mismo?-
Ryutaro soltó una risita burlona.
-¿Hasta ahora lo notas? Núnca tienes algo serio con nadie-
-Eres el único que sabe eso, ¿Cómo cuantas relaciones he tenido? Tu debes saberlo puesto que te he contado todas-
Afirmó Yabu con seguridad.
-No lo sé, no llevo la cuenta-
A decir verdad si lo sabía, nunca olvidaba lo que Yabu le contaba e inconsientemente llevaba la cuenta, eran 5 en total, al menos desde que lo había conocido.
-Bueno, el número no importa. He decidido cambiar, ya no quiero llevar mi vida así-
Confesó Kota mientras se recargaba por completo en el respaldo del asiento.
-Eso lo dijiste la vez pasada-
Dijo Ryutaro con un tono algo fastidiado.
-Pero esta vez lo digo en serio, ya me cansé, la próxima vez que me guste alguien, iré en serio-
-Vaya, es bueno escuchar eso por segunda vez-
Se burló Ryutaro mientras al fin terminaba su hamburguesa.
-Por ahora no voy a buscar a nadie, necesito estar libre por un tiempo, sé que pronto encontraré a la persona indicada-
-Eso espero-
Respondió Ryutaro en tono cortante.
-¿Terminaste? ¿No quieres comer algo más?-
-No, estoy satisfecho-
-Entonces vámonos, te acompaño a tu casa-
Le dijo Yabu con una sonrisa.
-No tienes que hacerlo, dijiste que tenías clase más tarde, si me acompañas no llegarás-
Respondió Ryutaro con seriedad.
-Esta bien, entonces solo te acompañaré a la estación del autobús, ¿Está bien?-
-De acuerdo-

Ambos caminaban por las calles, Yabu conversaba cosas sin la mayor importancia, aún así Ryutaro le prestaba toda su atención, siempre era así.
-Creo que aún me odia, pero no puedo evitarlo, soy más popular-
Comentó Yabu justo cuando llegaron al fin a la estación.
-Tienes el ego bastante elevado-
-Por supuesto-
Ambos rieron y miraron como al autobús llegaba.
-Gracias, ya puedes irte-
Dijo Ryutaro mientras observaba como las puertas se abrían, enseguida subió y tomó asiento junto a la ventana.
Justo en ese momento, su mirada se cruzó con la de Yabu, quien lo miraba fijamente, con esa sonrisa tan amplia y encantadora que agitaba su corazón. Observó como el mayor agitaba su mano mientras le decía “Nos vemos”. No podía escucharlo pero si leer sus labios. Inevitablemente sonrió, era feliz con aquello tan insignificante.
El autobús arrancó y pudo observar como Yabu continúo ahí de pie hasta que estuvo fuera de su vista. Siempre hacía lo mismo, sabía bien que el mayor no se marchaba hasta que el autobús estuviera lejos.
Ryutaro sonreía ampliamente, era tan feliz. Lo conocía desde hace tiempo, si sus calculos no le fallaban, hace cuatro años aproximadamente. Todo gracias a una hermosa casualidad. Él solo tenía 11 años y Yabu 16. Resultó que ambos coincidieron en una fiesta de cumpleaños y de inmediato Yabu le dirigio la palabra al verlo tan alejado de los demás niños. En un principio creyó que el mayor debía estar loco, era demasiado alegre y social. Después de aquello, descubrió que vivian relativamente cerca así que se encontraban a menudo, hasta que fue inevitable que se hicieran amigos, a tal grado que Ryutaro terminó siendo el confidente exclusivo de Kota. Este le contaba todo, absolutamente todo, sus romances fallidos, experiencias, detalles familiares, todo, no había cosa que Ryutaro no conociese de Kota.
Esto, con el tiempo, despertó un sentimiento especial en Ryutaro, el cual ahora ya tenía 15 años, demasiado joven para sentirse enamorado pero justo en la edad de gustar de alguien, y ese alguien, evidentemente, era Kota.
¿Por qué? Cuando lo pensaba, era algo absurdo, el mayor era torpe, obstinado y en ocasiones chismoso, siempre escuchaba de él aventuras amorosas, pero era divertido estar con él, núnca se aburría, todo lo contrario. Cuando salían juntos se sentía tan bien, relajado, sonreía más que de costumbre, cuando contaba algo, Kota lo escuchaba con atención, y a pesar de que nunca lo aconsejaba u opinaba, estaba seguro de que lo escuchaba. Sabía bien que él no era de los que dan consejos, todo lo contrario, es de quien los necesita a cada instante, y para eso estaba Ryutaro ahí, para dárselos cuando el mayor los necesitase.
A veces creía que era absurdo que alguien de su edad aconsejara a Kota, pero resultaba ser algo fácil ya que sus problemas no eran nada complicados, solo necesitaban un poco de sentido común para resolverlos, algo que en definitiva el mayor no poseía.
Los momentos que podía verlo eran preciados para él, podía sentirse feliz, tranquilo. Le gustaba, sí, pero aún no había alguna señal de esperanza, las pocas que había creído ver, solo eran malos entendidos, aún así, una parte de él guardaba la esperanza de que algo pudiera surgir entre los dos, algo más que amistad.

Los meses transcurrieron, ver a Yabu se volvía un poco complicado, este estaba en la universidad y había ocasiones en las que estaba muy ocupado así que solo se enviaban mensajes de texto.
Ya eran contadas las veces en las que Ryutaro podía verlo y estar con él, pero aún así no dejaba de disfrutar de cada momento, de igual forma su vida también tomo un ritmo especifico, ocupado con las acitividades de la escuela, conociendo gente nueva, aunque en sus momentos a solas, extrañaba a Kota.
Pronto, un año nuevo inicio, llegó el 2011 y con ello, cosas bastante inesperadas.

-Primavera 2011-

-El próximo mes será tu cumpleaños Morimoto-kun, ¿Quieres que salgamos a celebrar por ahi?-
Le preguntó uno de sus compañeros.
-No sé, no me gusta hacer planes-
Respondió un poco distante, ya llevaba un buen rato sin saber de Yabu, desde su cumpleaños, en Enero, ya estaban a finales de Marzo y ni un mensaje o una llamada, nada.
-¡Vamos! ¡Podemos ir al karaoke!-
-Lo voy a pensar, ya me voy, tengo que llegar temprano a casa, nos vemos-
Dicho esto, tomó sus cosas y salió del salón.

Caminó hasta la estación de siempre, exactamente en donde Yabu solía dejarlo cuando se veían. Tomó asiento y respiró profundo. Lo extrañaba, sentía que este era el tiempo más largo sin verlo, aún asi no quiso caer en la desesperación, necesitaba ser paciente, era lógico que el mayor necesitaba tiempo para sus estudios.
Mientras esperaba, sacó un libro de su mochila y comenzó a leer, tratando así de despejar su mente y encontrar un poco de espacio para dejar de pensar en Yabu.
De pronto, escuchó el sonido de un claxón, al principio no le prestó atención, pero al parecer comenzaba a sonar demasiado insistente, así que curioso, apartó la mirada de su libro y se llevó una gran sorpresa.
-¿Yabu?-
Se preguntó aún sorprendido.
-Sube, te llevo a casa-
-¿Esto... es tuyo?-
Ryutaro continuaba sorprendido, no se esperaba ver a Yabu en esos momentos y mucho menos en un automóvil.
-Por supuesto que es mio, anda súbe-
Aún sin creer en lo que estaba viendo, subió al auto.
-Ponte el cinturón de seguridad-
Le indicó Yabu mientras arrancaba.
-Ya lo sé, no soy un niño que necesites cuidar-
-Claro que eres un niño, si fueras un adulto estarías conduciendo-
-El hecho de que puedas conducir ahora no te hace un adulto-
Refunfuñó Ryutaro mientras se cruzaba de brazos. En respuesta, Yabu solo rió un poco.
-¿Desde cuando lo tienes?-
Preguntó curioso.
-No mucho, lo compré en una tienda de segunda mano, pero no está nada mal. Mi padres me ayudaron a comprarlo, fue un regalo de cumpleaños-
-Vaya, que bien-
-¿Que tal van tus clases?-
Preguntó Yabu.
-Normal, un año más y se termina-
-Lo dices como si no te gustara-
Ryutaro sonrió.
-No es eso, me gusta, por eso llevó la cuenta-
-Acaba de empezar tu segundo año y ya sientes que terminarás el bachillerato, eso si que es raro, deja de pensar en esas cosas y solo disfrútalo, ya que no voverás a vivir estos días-
-¿Por qué lo dices?-
Yabu suspiró.
-Después entrarás a la universidad y todo será más pesado-
-¿Quieres decir que no te gusta estar en la universidad?-
Preguntó Ryutaro con curiosidad.
-Claro que me gusta, si no me gustara ya la hubiera dejado hace mucho, pero a veces es demasiado pesada, aunque hay detalles que la hacen soportable-
Ryutaro observó la sonrisa de Yabu y supo que ahí había algo diferente.
-¿A qué te refieres?-
Yabu guardó silencio unos segundos, en ese momento Ryutaro tuvo un presentimiento, tal vez era mejor no haber preguntado, pero ya estaba hecho.
-Alguien me gusta-
Los ojos de Ryutaro se abrieron de par en par, pero enseguida lo disimuló y trato de actuar con normalidad.
-¿De verdad? ¿Esta vez de quien se trata?-
-He ahí el detalle, ya no es un “esta vez”. Porque ahora es diferente, siento que no es alguien con quien solo duraría unas semanas, en verdad me gusta-
Algo en el interior de Ryutaro se desmoronó, era la primera vez que Yabu decía eso, la primera vez que tenía ese brillo en la mirada y esa radiante sonrisa.
-¿En... en serio?-
Logró preguntar, esta vez desviando la mirada hacia el frente.
-¡Si! Aunque... creo que tiene a alguien, no importa, yo esperaré a tener una oportunidad, por ahora somos muy buenos amigos y creo que él también siente algo por mi-
-Ah... que bien, pues ojalá y todo salga como quieres-
Dijo al fin con una sonrisa fingida, era lo único que podía hacer, se sentía mal, pero no podía permitirse ser egoista, aún no pasaba nada en concreto así que... ¿Estaba bien guardar un poco de esperanza no?

Al fin llegaron a casa de Ryutaro, este se quitó el cinturón de seguridad, y antes de abrir la puerta, miró a Yabu con una sonrisa.
-Gracias por traerme-
-De nada, hace mucho que no te veía, no te desaparezcas así de nuevo-
-¿Eh? ¿Yo?-
-Sí, tú, ¿Quién más? Ya no te comunicas conmigo como antes, por eso tuve que venir a buscarte-
Esto hizo sentir extraño a Ryutaro, una luz de esperanza que se hacia un poco más grande en su interior.
-Pues... creí que estarías ocupado por eso esperé a que te comunicaras primero-
-Sabes bien que a veces se me olvida, por eso tú no dejes de comunicarte, después no se nada de ti y estoy seguro de que te olvidas de mi-
Ryutaro bajó la mirada timidamente.
-Jamás me olvido de ti-”
Pensó, sin embargo solo le sonrió al mayor.
-Está bien, me mantendré en contacto contigo-
Dicho esto, abrió la puerta del auto y salió.
-Regresa con cuidado-
-Eso haré, ahora entra a tu casa-
Le indicó Yabu con una sonrisa. Ryutaro le sonrió de vuelta, cerró la puerta del auto y se dio media vuelta, introdujo su llave en la puerta de la casa, y antes de abrirla, notó que el auto de Yabu aún estaba ahi.
Le sonrió y con su mano, moviendola de lado a lado lentamente, le dijo “Nos vemos”. Al notar que Yabu hacía lo mismo hizo que su corazón pegara un brinco de felicidad.
Enseguida abrio la puerta de su casa y entró, al cerrar la puerta escuchó como el auto arrancaba y Yabu se marchaba al fin. El hecho de que se haya ido hasta ver que ya estaba en su casa le provocó en él una gran felicidad, la cual se reflejó de inmediato en una enorme sonrisa.

Los días transcurrían hasta convertirse en semanas, llegó el mes de Abril y con este, su cumpleaños.
-¡Vamos! Ya le dije a todos que estarías ahí-
Le dijo uno de sus compañeros-
-Yo no sabía nada de esto, no quiero ir-
Respondió Ryutaro mientras miraba su telefono.
-¿Porqué no? ¿Tienes planes o algo?-
Le preguntó curioso.
-No... no tengo planes pero... pueden surgir-
-¡Claro que no! Anda, vámos, todos están esperando ya-
Dicho esto, su compañero tomó su mochila y se encargo de arrastrar a Ryutaro hacia aquel karaoke.

Estaba pasando un rato agradable, entre todos le compraron un pastel de cumpleaños y recibió unos presentes muy bonitos, estaba feliz. Pero estaba conciente de lo que le faltaba para ser feliz por completo era Yabu. No había recibido ni un mensaje de él, nada. Se sentía tonto de solo pensar en enviarle uno reclamándole, no lo hizo, fue así como pasó todo el día.
Después de muchas horas de risas y diversion y de haber evitado que lo pusieran a cantar, se despedía de sus amigos.
-¿No quieres ir a los videojuegos un rato?-
Le preguntó uno de ellos.
-No, ya estoy cansado y es tarde-
-De acuerdo, al menos estuviste aqui y nos alegra verte sonreír, ultimamente estabas como muy distraido y se te veía deprimido, eso no esta bien, es por eso que en parte hemos organizado esto, no solo por motivo de tu cumpleaños, sino para levantar tu animo también-
Ryutaro sonrió y se lanzó hacia sus amigos, abrazandolos a todos.
-Muchas gracias-
-Nos vemos-
Le dijeron mientras se despedían. En ese momento su telefono comenzó a vibrar, estaba recibiendo una llamada. Extrañado, sacó el aparato y al ver el nombre en la pantalla su corazón se detuvo. Nervioso, respondió.
-¿Si?-
-¿En dónde estás? Vine a tu casa y me dice tu hermano que avistaste que salías con tus amigos-
-¿Estás en mi casa?-
-Pues claro, te envié un mensaje anoche diciendote que no hicieras planes hoy y es lo primero que haces-
Al parecer Yabu sonaba un poco molesto, pero esto solo lo hizo sonreír.
-Ya voy de regreso, espera ahi-
-Sabes que odio esperar-
Reprochó Yabu.
-No te cuesta nada, ya estás ahí-
Dicho esto, Ryutaro colgó y comenzó a correr, en esos momentos deseaba tener alas y volar rápidamente de regreso a casa, pero como no era así, solo corrío con todas sus fuerzas hacia la parada del autobús.
Después de un trayecto no muy largo, al fin llegó, bajó del autobús y comenzó a correr de nuevo hacia su casa, estaba ansioso, pensaba que tal vez Yabu ya se habría ido, pero entonces vio su auto estacionado frente a su casa, esto lo alivio y corrío con más fuerza.

Al llegar, fue recibido por su hermano.
-Bienvenido-
-Estoy en casa. ¿Y Yabu?-
-Está en la cocina con mamá, mirá lo que trajo-
Dijo Shintaro con emoción mientras llevaba a Ryutaro al comedor.
Sus ojos se abrieron tanto por la sorpresa, su corazón parecía querer estallar de pura felicidad. Justo en el centro de la mesa había un pastel, grande, de su sabor favorito, vainilla.
En él, había una placa de chocolate la cual decía “Feliz Cumpleaños Ryutaro”
-Se ve delicioso ¿Cierto? Yabu-san lo trajo para ti-
Dijo Shintaro con emoción.
Ryutaro se quedó sin habla, estaba tan feliz y emocionado que no lograba articular palabra alguna. Enseguida, Yabu salió de la cocina, seguido de la madre de Ryutaro, con unos platos listos para ponerlos en la mesa.
-Te tardaste, ya me estaba desesperando, ¿Que ya no sabes leer?-
Le reclamó Yabu con torpeza.
-Es que... no me llegó tu mensaje por eso fui con unos amigos al karaoke-
-¿Fuiste a un karaoke? Nunca has querido ir conmigo, te has vuelto un adolescente muy malo, y yo que todavía te traje un rico pastel-
Ryutaro no sabía como interpretar el berrinche de Yabu, estaba confundido pero en el fondo debía admitir que aquello le hacia feliz, demasiado.
-Lo siento, me llevaron a la fuerza, para la próxima iré contigo a uno-
-Para la próxima yo no querré ir-
Respondió mientras dejaba los platos sobre la mesa.
-¿Ahora te vas a enojar conmigo en mi cumpleaños?-
Preguntó Ryutaro con una sonrisa burlona.
Yabu respiró profundo y después sonrió.
-Lo dejaré pasar por hoy, pero mañana sigo enojado y tendrás que hacer algo al respecto-
Se escucharon las risas de su madre y hermano.
-Ya dejen de pelear y mejor comamos pastel, Shintaro, apaga la luces-
Dijo su madre mientras terminaba de poner las velitas en el pastel.
Cuando todo estuvo oscuro y solo la luz de las velitas iluminaban la habitación, Yabu sentó a Ryutaro en una silla frente a la mesa y así, todos comenzaron a cantar un desentonado “Happy birthday to you”
Ryutaro era inmensamente feliz en ese momento, ya no importaba no haber recibido una llamada de Yabu antes, ahora estaba ahí, a su lado, y le había llevado un pastel de cumpleaños, ¿Que más podía pedir?
Al terminar, todos aplaudieron y Ryutaro sonreía tan ampliamente, que para Yabu, era la primera vez que lo veía tan feliz.
-Te ves tierno ¿En verdad eres tan feliz?-
Ryutaro levantó la mirada y miró a Yabu, sin decir nada y manteniendo aquella sonrisa, solo asintió con la cabeza, como lo hacen los niños pequeños.
-Es por eso que sigues siendo un niño-
Le dijo Yabu mientras le revolvía los cabellos.

La velada fue tan amena, llena de platicas y risas, recuerdos y alguna que otra broma por parte de Yabu, aún así, Ryutaro estaba feliz, demasiado.
-Es tarde, debo irme-
Dijo Yabu mientras miraba su reloj, el cual marcaba las once.
-Gracias Yabu-kun, el pastel estuvo delicioso-
Agradeció la madre de Ryutaro mientras comenzaba a limpiar la mesa, Shintaro se había quedado dormido en uno de los sillones.
-Te acompaño a la puerta-
Dijo Ryutaro.

Yabu estaba afuera, junto a su auto.
-Gracias, no creí que fueses a venir y menos con un pastel, esta vez me has sorprendido demasiado-
Le dijo Ryutaro.
-Bueno, tenía que hacer al fin algo por ti, siempre me escuchas y ayudas así que bueno, solo sentí que debía hacer esto-
-Gracias-
Yabu sonrió junto con Ryutaro.
-Viendote así, pareces estar esperando algo más-
Le dijo Yabu con una sonrisa traviesa. Ryutaro no comprendió del todo a lo que Yabu se refería, hasta que entonces el mayor se acercó a el y sin más, lo abrazó.
-Con esto termina mi regalo de cumpleaños. Feliz cumpleaños pequeño Ryutaro-
Esta vez con seguridad sentía que podía estallar en mi pedazos de pura felicidad, esto hizo que esa luz de esperanza en su interior se incrementara más del doble.
Con manos temblorosas, Ryutaro lo abrazó de vuelta.
-Gra... gracias-
Dijo con voz débil. Estuvieron así unos segundos más, entonces se separaron.
-Es hora de irme, te veré luego, cuidate-
Así, después de sonreírle, Yabu entro al auto, arranco y se marchó. Ryutaro estaba seguro de que este, había sido el mejor cumpleaños de toda su vida, era tan feliz que no podía creer que fuese real.

Los días transcurrían nuevamente, de vez en cuando Ryutaro le enviaba mensajes a Yabu, el cual respondía, a veces tarde pero al menos trataba de hacerlo, hasta que un día ya no fue así.
Sucedió lo mismo durante meses, hasta que el verano llegó.

-Verano 2011-

-¡Al fin vacaciones de verano!-
Gritó su hermano mientras se desplomaba sobre el sofá.
-Hermano, vayamos a la playa-
Pidió con ojos tiernos. Ryutaro se sentó en una silla del comedor y respondió un poco frío.
-Tienes tarea, y yo también, cuando la termines veremos-
-¡No seas cruel! ¡Hay que ir! ¡Es verano!-
-Si quieres ir ve tú entonces, yo tengo mucha tarea-
Así, tomó agua y se puso de pie.
-¿Y si le pides a Yabu-san que nos lleve?-
Esta inocente pregunta causó una punzada en su pecho, hace tanto que no sabía de él, había dejado de responder a sus mensajes y de nuevo se sentía decepsionado.
-Seguramente está ocupado, no podemos molestarlo con algo tan tonto-
Sin más, Ryutaro subió a su habitación.

Estando ahí, solo, se tumbó sobre su suave cama y tomó su telefono el cual estaba sobre su mesita de noche. Nada, no había nada, ni un mensaje o llamada perdida, absolutamente nada.
-¿Hasta cuando te vas a comunicar? ¿Hasta que necesites algo de nuevo?-
Preguntó con fastidio mientras dejaba el aparato a un lado, hundido entre las almohadas.
Estaba fastidiado, enojado, decepsionado, todo al mismo tiempo, odiaba no saber nada de Yabu, odiaba el hecho de ser el único que parecía pensar en ello, de enviarle mensajes que nunca eran respondidos, pero a pesar de ello, no se atrevía a llamarle, no podía hacerlo, sentía que con enviarle mensajes era suficiente, no quería dar a notar sus ganas de verlo o de saber de él con una llamada, sentía que sería descubierto con eso, así que solo se trago su tristeza y se conformó a esperar algún mensaje o llamada por parte del mayor.

La primera semana de vacaciones había terminado y con ella todos sus deberes escolares también, se había dedicado por completo a terminarlos para no tener que pensar en Yabu, tanto que terminó demasiado pronto y ahora tenía mucho tiempo libre.
Quería salir, sentía que lo necesitaba, así que se puso ropa cómoda y fresca, tomó su cartera, su telefono y sus llaves, no necesitaba chaqueta o algún sueter, el clima era demasiado caliente así que solo se conformó con su camisa y unos pantalones cortos.
-Voy a salir-
Le dijo a su madre.
-De acuerdo-
-¿A dónde vas? ¿Puedo ir contigo?-
-Voy solo por ahí, ¿Ya terminaste tus deberes?-
Preguntó serio, en respuesta, Shintaro solo bajó la mirada triste y dijo.
-Si no quieres llevarme dilo así, no tienes porque recordarme los estúpidos deberes-
Ryutaro rió al ver como su hermano continuaba refunfuñando mientras subía a su habitación. Sin más que hacer o decir, se marchó.

Después de un corto viaje en autobús, llegó a su escuela, ahi se encontro a unos compañeros que tenían clases extra y lo invitaron a ir al parque de diversiones. No tenía razón para negarse, además quería divertirse un rato así que aceptó.
-¡Yo quiero subir a la montaña rusa!-
Exclamó un chico emocionado mientras corría por el parque, Ryutaro solo sonrió y todos corrieron trás él.
La estaba pasando realmente bien, como debía ser, no quiso pensar en nada más que esos momentos de diversión, solo eso.
Casi al final del día ya estaba muerto de cansancio, pero al parecer los chicos querían ir a otro lugar.
-¡Vamos a los videojuegos! ¿Qué dices Ryutaro?-
-No sé, estoy cansado y ya casi no me queda dinero-
Respondió.
-¡Vamos! Será divertido-
Insistió uno de ellos.
-Esta bien, pero solo un rato-
Terminó por aceptar, así que todos emprendieron el camino. Pero antes de llegar, su telefono comenzó a sonar, lo sacó del bolsillo mientras estaban detenidos esperando a que el semaforo les permitiera el paso. Había recibido un mensaje, era de Yabu, al leerlo, se sorprendió bastante.
-“Ya te vi. ¿A dónde vas?”-
Sorprendido, miró en todas las direcciónes posibles pero estaba seguro de que Yabu no estaba por ahí, sin embargo respondió.
-”¿En dónde estás? No te veo”-
Enseguida recibió como respuesta.
-”Observa bien. ¿En verdad no me ves?”-
Aún más extrañado, miró de nuevo a su alrededor, esta vez a mas detalle, pero nada, entre la gente que andaba por ahi no estaba Yabu, fue entonces que su mirada se dirigió a los autos que estaban estacionados y entonces lo encontró, ahi estaba, en su auto.
Al verlo, pudo ver como Yabu lo observaba fijamente mientras sonreía, en ese instante el semáforo cambio y la gente comenzó a cruzar.
-¡Ryutaro! ¿Qué pasa?-
Le preguntó uno de los chicos.
-¡Lo siento, tengo algo que hacer, iré con ustedes la proxima vez!-
Gritó en respuesta y comenzó a acercarse al auto de Yabu. Se inclinó para ver por la ventanilla, este bajó el vidrio y lo saludó.
-Hola, ¿Qué haces por aqui?-
-Estaba con unos amigos ¿Y tú?-
-Acabo de dejar a alguien y ya me iba cuando te vi ¿Te llevo a casa?-
-De acuerdo-
No tenía fuerzas para negarse, había anhelado tanto el poder verlo que en el fondo estaba feliz, aunque tenía que actuar como si nada, lo cual era duro.
Al subir al auto y ponerse el cinturón de seguridad, Yabu le dijo.
-¿Tienes tiempo de ir a otro lugar?-
-¿A dónde?-
Preguntó Ryutaro con curiosidad.
-Tengo hambre, no he comido, vamos a comer ¿Si?-
Le rogó Yabu con una expresión infántil, aquello fue más que suficiente para no poder negarse a tal petición.
-Esta bien, yo también tengo hambre así que tú invitas-
-¿Y por qué yo?-
Preguntó Yabu mientras arrancaba el auto y se ponian en marcha.
-Porqué tu eres el mayor aqui, no te quejes-
Le dijo Ryutaro con un poco de seriedad pero sin dejar de sonar bromista.

Fue un trayecto corto para llegar al restaurante que Yabu había elegido, ambos entraron y ordenaron.
-Así que hoy tienes antojo de ramen, eso quiere decir que tienes algo que contar-
Dijo Ryutaro con cierta resignación mientras que Yabu casi se atraganta con lo que comía.
-¿Tan obvio es? ¿Desde cuando me conoces tanto?-
Ryutaro soltó una risita burlona y bufó.
-Siempre que quieres contar algo me traes a este lugar-
-Cierto...-
Yabu terminó su bocado, respiró profundo y dijo.
-Pues si, tengo algo que contarte, pero a diferencia de todo lo que te he contado antes, esto es algo diferente-
-¿Qué es?-
Preguntó Ryutaro antes de llevarse unos cuantos fideos a la boca.
-Ya estoy saliendo con alguien-
Yabu fue directo, para esto, Ryutaro masticó bien y después de tragar miró al mayor muy sorprendido.
-¿Desde cuándo?-
Yabu se quedó pensativo y después respondio.
-Mmm... como un mes, bueno, un poco menos, es que tuvimos algo hace un mes y en lo que se acomodaban las cosas pues en realidad llevamos como dos semanas de relación-
-Vaya-
Dijo Ryutaro tratando de mantener tranquilo a su corazón.
-¿Recuerdas que te conté que alguien me gustaba?-
La sonrisa en el rostro de Yabu definitivamente era otra, pudo notarlo rápidamente y aquello dolió.
-Si, recuerdo-
-Bueno, pues las cosas salieron bien, terminó con la persona que salía y ahora está conmigo, creo que el tipo ahora me odia pero no me importa-
Ryutaro no supo como fue capaz de sonreír, su corazón dolía pero aún así se negaba a demostrarlo.
-Que bien, ¿Esta vez si irás en serio?-
-¡Por supuesto! Ya estoy en edad de estar en una relación seria, sin juegos ni nada de esas cosas, además, él me gusta mucho, me siento muy bien a su lado, me divierto, le tengo confianza, siempre estoy pensando en él-
Para Ryutaro ya era suficiente, no deseaba seguir escuchando lo que Yabu tuviese que decir, pero ¿Cómo detenerlo? ¿Como escapar?
No podía, sería infántil, no podía comportarse de esa forma, ni pensarlo.
-Eso es bueno-
Fue lo único que fue capaz de decir, de inmediato perdió el apetito y dejo su plato a un lado.
-¿Ya no vas a comer?-
Preguntó Yabu con sorpresa.
-No, ya... ya estoy lleno-
Respondió con una falsa sonrisa, era lo único que podía hacer.

Después de aquello, sus días fueron grises, tristes, deprimentes, el resto de sus vacaciones pasaron de esa forma hasta que terminaron, después no sabía de donde sacaba la energía para salir e ir a la escuela, para poner un poco de atención en clase, se daba lástima, pero al mismo tiempo se sentía enojado. ¿Por que Yabu no se daba cuenta de sus sentimientos? ¿Por qué buscar en alguien más lo que tal vez él podría darle?
Entonces las respuestas llegaron por si solas, Yabu no se daba cuenta de lo que sentía por el simple hecho de que nunca se lo había dicho, si no hablas, no podrán escucharte.
En respuesta a lo otro, fácil, Yabu buscaba a alguien de su mundo, no pensaba en tener una relación con un niño de bachillerato, sería absurdo, tonto, definitivamente no era lo que el mayor buscaba, así, Ryutaro entendió al fin, que Yabu no era para él.

-¿Por qué estás tan triste Ryutaro?-
Le preguntó un chico tan solo dos años mayor, de nombre Yuto.
-No estoy triste-
Le respondió con frialdad mientras tomaba la malteada que el chico le había servido.
-Mientes, todo esta escrito en tu cara, estas deprimido, ¿Qué es lo que te pasa? Si me lo dices, tal vez no pueda ayudarte, pero creo que con escucharte puede ser suficiente, ¿No lo crees?-
Ante las palabras de Yuto, no pudo más que sonreír ya que de alguna manera se sintió identificado con eso.
-Tienes algo de razón, no puedes ayudarme, pero no quiero contarlo-
-¿Es acaso por ese chico que tanto te gusta?-
Ryutaro miró a Yuto sorprendido y completamente sonrojado.
-No te sorprendas así, es bastante obvio que te gusta, cualquiera se daría cuenta-
-¿En-enserio? ¿Quieres decir que yo soy...-
-Bueno, tal vez exageré un poco, pero al menos yo me di cuenta hace tiempo-
Yuto le sonrió a Ryutaro y se marchó, el mayor trabajaba ahí, en aquel restaurante, eran amigos a pesar de que había dos años de diferencia, pero eso no importaba.
Se habían conocido en la escuela primaria, todo gracias a que Yuto le habló primero, tal vez no eran los amigos entrañables de toda la vida, pero lo consideraba un buen chico.
-Ryutaro, ya terminó mi turno ¿Regresamos juntos?-
Le preguntó Yuto con esa habitual sonrisa.
-Esta bien, te espero-
Respondió.

Ambos caminaban de regreso a casa, vivían en el mismo vecindario así que no había problema, se separarían solo una calle antes de llegar a casa de Ryutaro.
-¿Por qué te tiene tan triste ese chico?-
Preguntó Yuto, estaba seguro de que no preguntaba por simple curiosidad, podía darse cuenta de que el chico en verdad estaba preocupado por él.
-Bueno, él es de esas personas que pueden hacerte sentir feliz en un instante y enseguida cambiar por completo ese sentimiento por tristeza-
Explicó Ryutaro mientras continuaba caminando.
-¿A que te refieres? ¿Te rechazó?-
Ryutaro rió débilmente, Yuto continuó observandolo fijamente.
-Ni siquiera se lo he dicho, pero ya no tiene caso, él ahora a encontrado a alguien con quien ser feliz y me dijo que esta vez... esta vez... quiere ser feliz al lado de esa persona... -
Ryutaro se detuvo, su vista comenzó a nublarse debido a que las lagrimas comenzaron a acumularse rápidamente en sus ojos.
Yuto lo observo, no sabía que decir, le dolía ver a Ryutaro así de destrozado, después de todo llevaba queriando a Yabu desde hace tanto tiempo.
-¿Por qué al menos no se lo dices? No creo que pierdas nada, al contrario, puedes sentirte mejor después de decirselo, si no te corresponde al menos no te arrepentirás después de no haberlo hecho-
Por donde lo viera, Yuto tenía razón, sin embargo Ryutaro no se sentía con el valor suficiente de decirlo, menos ahora que sabía que Yabu ya salía con alguien.
-Tengo miedo-
Dijo Ryutaro con voz débil.
-Lo sé, pero si no se lo dices tal vez te sientas peor-
Yuto se acercó a Ryutaro y tomándolo por ambos hombros le dijo con firmeza.
-Tal vez esto no haga que sus sentimientos cambien, pero al menos no te arrepentirás después de no haberselo dicho y podrás olvidarlo con el tiempo-
Ryutaro pensó detenidamente en esas palabras, no le parecía una mala idea del todo, aún así, seguía sin encontrarle sentido al hecho de confesar sus sentimientos sabiendo que era inútil.
-No lo se... voy a pensarlo-
Dicho esto, continuaron caminando.

El verano estaba por terminar y seguía sin saber nada de Yabu, estaba comenzando a desesperarse hasta que un día, un domingo por la mañana, se animó a enviarle un menaje de texto.
-”¿Cómo estás? Supongo que has estado muy ocupado, si estas libre ¿Vamos a comer algo?”-
Lo pensó un poco antes de presionar el botón de enviar, suspiró profundo y recordó lo que Yuto le había dicho, tal vez debería decirle lo que sentía de una buena vez, así sería más fácil comenzar a olvidarlo.
Sin más que pensar, envió el mensaje y espero por una respuesta, la cual no llegó hasta el anochecer.
-”Perdón, deje el telefono en casa y acabo de ver tu mensaje. En forma de disculpa, te invito yo a comer mañana ¿Puedes? Paso por ti a tu escuela.”-
Ryutaro sonrió inevitablemente, le causaba gracia cómo después de preguntar si tenía tiempo daba por hecho que aceptaría e incluso acordaba pasar por él.
-Tonto-
Dijo para si mientras dejaba el aparato sobre su mesita de noche y se disponía a dormir, estaba nervioso y ansioso, estaba seguro de lo que haría y ya no había vuelta atrás.

Todo el día pasó tan lento, sus clases y actividades parecían no tener fin, incluso sentía que el reloj avanzaba más lento, llego a pensar que tal vez estaba descompuesto, pero no era así, simplemente estaba demasiado ansioso.
Pero al fin, cuando la campana del fin de clases sonó, su corazón pegó un brinco y los nervios comenzaron a causar estragos en su interior.
-¿Qué te pasa? ¿Te sientes mal?-
Le preguntó uno de sus compañeros.
-No, estoy bien, tengo que irme, nos vemos mañana-
Respondió lo más natural posible, guardó sus cosas y se fué.
Cuando al fin estaba por salir de la escuela, su corazón latía más y más fuerte, pensaba en mejor no decir nada, pero una parte de él le decía que debía hacerlo, era ahora o nunca, así que juntó todo su valor para continuar.
Al salir, vió de inmediato el auto de Yabu, sonrió feliz de saber que estaba ahí y que no lo dejaría plantado, por alguna razón había tenido ese mal presentimiento, ahora se alegraba de que no fuese así.
-Hola-
Lo saludó Ryutaro asomándose hacia la ventana del auto en donde estaba Yabu.
-Te tardaste, creí que no saldrías-
Reprochó con voz infántil, lo cual solo hizo sonreír a Ryutaro-
-Perdón, ya estoy aqui-
-Súbe-
Le indicó Yabu, así, Ryutaro rodeó el auto y abrió la puerta del copiloto.
-Tanto tiempo sin verme y solo me regañas, ¿Que clase de amigo eres?-
Le dijo Ryutaro aparentando estar serio.
-Pues es que te tardaste, se supone que saldrías lo más rápido posible ya que te estaba esperando ¿no?-
-¿Quien dice?-
-Yo digo, sabes que odio esperar-
Terminó Yabu, después arrancó el auto.
-¿A dónde iremos?-
Preguntó Ryutaro para cambiar el tema.
-No sé, supongo que al mismo lugar de siempre ¿Que dices?-
-Por mi está bien-
Accedió Ryutaro, ante lo cual Yabu sonrió y continuo el camino hacia el restaurante de siempre.

-Quiero comer udón-
Ordenó Ryutaro a la mesera.
-Yo quiero ramen, el especial del día-
Pidió Yabu.
Después de un rato, les sirvieron su respectiva comida.
-Parece que has estado muy ocupado últimamente-
Le dijo Ryutaro mientras comenzaba a comer.
-Así es, tengo un proyecto muy importante, estamos en planes pero esa es la parte más complicada, es por eso que casi no he podido comunicarme contigo-
Explicó Yabu.
-Esta bien, de alguna manera comprendo eso, después de todo ya eres todo un adulto-
Bromeó Ryutaro.
-Pues aunque te de risa si lo soy, niño-
Dijo Yabu con cierto tono de berrinche, ante lo cual Ryutaro solo sonrió y continuó comiendo. No podía evitar el darle vueltas al mismo asunto, aún dudaba de lo que pensaba hacer, pero pensando en las palabras de Yuto, no podía seguir guardandose ese sentimiento, aunque no tuvieran futuro, necesitaba expresarlos.
-Yabu... hay algo que quiero decirte-
Dijo Ryutaro al mismo tiempo que dejaba sus palillos sobre la mesa.
-¿Qué?-
Preguntó Yabu después de tragar bocado.
-Ahm... más tarde, primero terminemos de comer-
-¿Por qué? Ya me entró la curiosidad, díme-
-Después-
Dicho esto, Ryutaro continuo comiendo en silencio, podía sentir aquel nerviosismo por todo su cuerpo, más sin embargo debía calmarse, tranquilizarse para poder decir las palabras correctas.

Cuando terminaron de comer y salieron de aquel restaurante, Ryutaro miró a su alrededor, caminó junto a Yabu rumbo al auto y antes de que el mayor entrase, le dijo.
-Tengo que hablar contigo de algo importante-
-¿Qué es?-
Preguntó Yabu mientras se detenía y miraba a Ryutaro.
-Bueno... verás... es que...-
No podía, las palabras correctas se borraron de su mente, ya no las recordaba, no estaba seguro.
-¿Qué pasa? Díme, me preocupas-
Le dijo Yabu mientras lo miraba fijamente, lo que ocasionó que Ryutaro se sintiera más nervioso.
-Pues... verás...-
No, era imposible, pensó que sería mejor no decir nada, decir cualquier tontería y escapar. No, no podía escapar más, debía afrontarlo, solo decirlo, sin importar qué debía decirlo y ya, solo irse, si, eso haría.
Respiró profundo, miró fijamente al suelo por unos instantes, despues, lentamente, miró a Yabu, por un instante se perdió en aquella mirada, podía decirlo, tenía que decirlo, era el momento de hacerlo.
-¿Qué pasa? ¿Es algo malo?-
-No... no es malo, supongo...-
Volvió a respirar profundo, miró fijamente a Yabu y con voz firme, lo dijo al fin.
-¡Me gustas!-
De inmediato sus mejillas se tornaron rojas y luchó por mantener la mirada firme.
Se hizo el silencio, ninguno de los dos dijo nada por unos segundos, hasta que Yabu metió sus manos a los bolsillos del pantalón y con absoluta calma, dijo.
-Ya lo sabía-
Ryutaro se sorprendió y aquello se reflejó en su rostro.
-¿Qué? ¿Ya lo sabías?-
-Si, ¿No te acuerdas? Ya me lo habías dicho, aunque estabas hablando dormido esa vez-
Ryutaro se quedó sorprendido, pero sobre todo confundido al respecto.
-¿Cuándo?-
-Pues verás...-

-Unos cuantos años atrás-

Ryutaro acababa de entrar en la secundaria y Yabu lo había invitado a un campamento. Durante el primer día hicieron un sin fin de actividades, corrieron, jugaron, rieron hasta llorar, en fin, un día bastante divertido para ambos.
Después de lograr armar la casa de campaña entre los dos, Ryutaro estaba muy cansado ya.
-Me iré a dormir primero-
-No puedes ir a dormir ahora, acabo de poner la tienda y no has visto las estrellas, veamoslas un rato mientras comemos malvaviscos ¿Que tal?-
-Come tú solo, yo quiero dormir-
Respondió Ryutaro mientras iba en camino a la tienda de acampar, pero de inmediato Yabu lo detuvo.
-Solo un rato, anda, no seas aguafiestas, te arrepentirás después de no haber visto las estrellas en un lugar tan bonito-
Fue así como Yabu arrastró a Ryutaro cerca de la fogata y logró que se sentara sobre el pasto, le dio una barilla con tres malvaviscos y se sentó a su lado.
-Ponlos cerca del fuego con cuidado de no quemarlos, ¿Me escuchaste?-
-¡Ya te dije que estoy cansado y tu insistes en quemar malvaviscos a esta hora! ¡Ya se que no hay que quemarlos, lo he hecho antes!-
Refunfuñó el menor mientras de mala gana acercaba sus malvaviscos al fuego.
-Ya, ya, deja de quejarte y disfruta, mira, ¿Apoco no es bonita la vista?-
Le dijo Yabu mientras señalaba el cielo nocturno bañado de estrellas. De mala gana Ryutaro levantó la vista y se sorprendió.
-Es hermoso...-
-Te lo dije, todavía de que comparto esta experiencia contigo de enojas, eres un mocoso berrinchudo-
Bromeó Yabu mientras comía sus malvaviscos y observaba el cielo, en ese instante, Ryutaro sonrió, se sintió tan relajado y emocionado, que siguió contemplando las estrellas por un buen rato, pero su cuerpo no aguantó demasiado así que poco a poco se recostó sobre el pasto, dejando sus malvaviscos a un lado, miró fijamente una estrella, cerró sus ojos y el sueño lo venció.
Yabu lo notó cuando le habló al menor y no obtuvo respuesta.
-Este niño, tan pronto y se quedó dormido-
Sonrió al verlo, se veía tan tranquilo y relajado. De pronto, la sonrisa en el rostro dormido de Ryutaro se hizo más grande al mismo tiempo que decía entre sueños.
-Yabu... me gustas mucho-
Sorprendido por aquellas palabras, no hizo más que girarse rápidamente y volver a mirar las estrellas, mientras que inevitablemente una sonrisa se dibujaba en su rostro.

--

-Y así fue como supe-
-¿Y porqué no dijiste nada?-
Preguntó Ryutaro aún sorprendido, ahora sentía que su confesión perdía significado.
-Porque no es algo que digas así de fácil-
Ante la forma tan tranquila de hablar de Yabu, fue como pudo comprender la situación, sin embargo no pudo guardarse la siguiente pregunta.
-¿Acaso... el saber aquello no removió algo en tu interior?-
-¿En mi interior?-
Preguntó Yabu con torpeza.
-Quiero decir que si eso no te hizo sentir algo por mi-
Dijo Ryutaro con cierta desesperación.
-Sabes que no, creí que se te pasaría, después de todo eras más pequeño, no voy a negar que ahora me sorpende saber que tus sentimientos no han cambiado, pero piénsalo por un instante, eres un adolescente, tienes mucho por vivir, no puede gustarte alguien como yo, además, sabes bien lo que yo siento, tengo a alguien que me gusta, te lo dije la otra vez-
Tenía razón, odiaba eso, odiaba tener que darle la razón y más en esta situación, había perdido, sin remedio, estaba derrotado.
-Lo sé... pero aún así quería decirlo-
-Para mí eres alguien importante, mi mejor amigo, casi como un hermano, quiero que así sea siempre Ryutaro, no te sientas mal por esto, mejor, ¿Te parece si vamos al cine? Vamos a divertirnos y a olvidar esto ¿Que tal?-
El entusiasmo de Yabu lo lastimaba, le dolía, quería estar solo, quería llorar.
-Creo que mejor me voy a casa, es tarde, te veo después ¿Te parece?-
-¿Por qué?-
Preguntó Yabu con curiosidad.
-Es que... quiero estar solo, te veo después-
Dicho esto, se dio media vuelta y comenzó a marcharse.
-¡Te llevo!-
Le gritó Yabu, entonces se detuvo y le dijo, fingiendo su mejor sonrisa.
-¡Está bien! ¡Puedo volver solo! ¡Gracias por la comida!-
En el instante en el que sintió una lagrima escaparse de su ojo, se giró rápidamente y aceleró el paso, dio vuelta en una calle estrecha que solo era de paso peatonal por si acaso Yabu lo seguía, pero cuando se dio cuenta, el auto del mayor paso de largo, a la misma velocidad, sin detenerse.
Aquello le dolió, pero estaba bien, aquello significaba que no le importaba tanto como imaginaba, o que tal vez Yabu era lo suficientemente maduro para darle su espacio y respetar su decisión de estar solo. Ahora tenía miedo, miedo de que el mayor ya no le hablase más, núnca.

Sus pasos lo llevaron al restaurante en donde Yuto trabajaba, entró e ignorando al otro trabajador que le daba la bienvenida, tomo asiento en donde siempre lo hacía.
-¿Te pasa algo malo?-
Escuchó la voz de Yuto, lentamente levantó la mirada pero no podía distinguir bien el rostro del mayor, sus ojos, inundados de agua, le impedian ver claramente.
-Ryutaro... ¿Qué tienes?-
Le preguntó una vez más Yuto, pero no hubo respuesta.
-Espera un momento, mi turno terminó, voy por mis cosas, no te muevas-
Se apresuró a decir y corrió a la parte trasera del restaurante.
Como lo había prometido, en poco tiempo, Yuto estuvo de vuelta y tomó a Ryutaro para así, ambos salir del lugar.

Sus pasos los llevaron a un pequeño parque, solo, tomaron asiento en una de las bancas y antes de que Yuto pudiera preguntar de nuevo, Ryutaro habló.
-Ya... ya se lo dije...-
Yuto se sorprendió.
-¿De verdad?-
No se atrevió a preguntar más, por la actitud del menor se imaginaba el resultado de aquella acción.
-Él ya lo sabía y aún así... me trató como si no lo supiera, para él.... para él siempre he sido su mejor amigo... como su hermano... eso jamás va a cambiar... una parte de mi lo sabe bien, siempre lo he sabido pero... pero entonces... ¡¿Qué hago yo con este sentimiento?!-
Gritó Ryutaro al mismo tiempo que sus lágrimas comenzaban a caer una tras otra. Yuto no sabía que decirle, lo único que pudo hacer fue abrazarlo y tratar de reconfortarlo con eso, era lo único que estaba a su alcance.
Escuchar el llanto desesperado de Ryutaro le partió el alma, jamás se imaginó que los sentimientos del menor hacia Yabu fuesen tan fuertes, tan profundos.
-Es injusto... a pesar de quererlo tanto... él no puede corresponderme y quiere a alguien más... ¿Que se supone que haga? Ni siquiera puedo odiarlo... no ha hecho algo para que lo haga, después de escuchar lo que le dije, no se enojo, e incluso quiso amenizar las cosas... ¿Que se supone que haré ahora?-
Continuó diciendo entre sollozos, era lo único que podía hacer, llorar, con todas sus fuerzas, sacarlo todo, hasta quedarse sin lagrimas. Yuto solo estuvo ahí, a su lado, escuchándolo y dandole palmadas de aliento, era todo lo que podía hacer por él ahora.

Los días siguientes parecía un alma en pena, su madre estaba preocupada pero no se atrevía a preguntar más, puesto que Ryutaro siempre respondía que todo estaba bien, que era su imaginación.
De igual forma, sus compañeros de clase estaban preocupados, pero para Ryutaro no quedo más que aprender a fingir estar bien, sonriendo falsamente, no había más.
Solo había pasado una semana después de aquello y estaba seguro de que Yabu no volveía a hablarle, que seguramente cuando se encontrasen en la calle, éste lo ignoraría, de alguna manera ya se estaba resignando y aceptando esa idea.
Pero justo esa tarde, al salir de la escuela, solo cruzó la puerta y escuchó su voz, no pudo darle crédito a lo que escuchaba, pero después de un segundo llamado, se detuvo y miró al frente. Ahí estaba él, sonriente como siempre, como si nada hubiese ocurrido.
Temeroso, se acercó a él, no se sentía con el valor de ignorarlo y escapar de ahí, puesto que una parte de él estaba feliz de verlo de nuevo, no podía evitarlo, lo quería demasiado como para huir de él.
-Hola-
Lo saludó Yabu como de costumbre.
-Ho-la-
Dijo Ryutaro con voz débil.
-¿Estás ocupado?-
Preguntó Yabu, ante lo cual Ryutaro solo negó con la cabeza.
-Perfecto. ¿Me acompañas a un lugar? Creo que necesito ayuda con algo-
Ryutaro se sorprendió, más aún cuando Yabu le abrió la puerta del auto para que subiera.
-Vamos-
No pudo negarse, aún sin saber porque era requerido, subió al auto.
-Que bueno que estás libre, necesito comprar ropa nueva y sabes lo malo que soy eligiendo algunas cosas, además, es cumpleaños de mi mamá y también quisiera que me ayudaras a encontrar algo que le guste, tú siempre le regalas cosas bonitas a tu madre así que tienes ese instinto de buen hijo, ¿Qué opinas? ¿Me ayudarás?-
Ryutaro miro fijamente a Yabu, al principio creyó que tal vez todo era un sueño, pero no lo era y aún así estaba sorprendido.
-¿Para eso viniste a buscarme? ¿Solo para que te ayude?-
Sin dudarlo, Yabu respondió.
-Así es, por favor-
Todo era como antes, como si Ryutaro jamás le hubiese dicho nada, la actitud de Yabu, su forma de mirarlo, todo en él era tan normal, como si nada. Entonces pensó que aquello estaba bien, no tener que soportar indiferencias que solo lo lastimarían, al contrario, solo actuar normal, como si ese día jamás hubiese existido, estaba bien, ¿Por qué no?
Respiró profundo después de pensar en ello y le dijo con una sonrisa, como de costumbre.
-De acuerdo, eres malo eligiendo cosas para tu mamá y al fin se merece algo decente de tu parte, así que te ayudaré-
Yabu sonrió agradecido.
-Gracias, sabía que podía contar contigo-

Aquella tarde fue como cualquier otra, divertida posupuesto, fueron de tienda en tienda, compraron ropa para Yabu y el regalo de su madre, todo en perfecta harmonía, no habían momentos incomodos, al contrario, habían conversaciónes tontas por parte de Yabu y solo risas de Ryutaro.
Fue entonces que sintió tranquilidad, así estaba bien, no había más, no podía ser exigente y pedir ser algo más para Yabu, si solo podía ser su mejor amigo, como su hermano, estaba bien, se conformaría, y justo en ese instante de tranquilidad, Ryutaro se propuso olvidar, deshacerse de aquel sentimiento, dejarlo a un lado, disfrutar de la amistad de Yabu y no pedir más que eso.

Y así fue, las veces que hablaba con Yabu fueron como siempre, con normalidad, el tema de aquella tarde, sus sentimientos, ya no volvieron a ser comentados, no había necesidad, sin embargo, al paso del tiempo, Ryutaro fue capaz de darse cuenta de algo, Yabu había dejado de hablarle de sus cosas amorosoas, antes le contaba lo bien que estaba en su relación y de algunos problemitas que llegaban a tener pero nada importante, en esos casos, Ryutaro aprendió a ser fuerte y aconsejarlo debidamente, diciéndole que no se enojara con él tan fácilmente, que si en verdad lo quería tenía que aprender a escucharlo y a expresar, sin peleas, lo que pensaba.
Pero después, ya no hubieron más platicas así, ahora, cuando se veían, solo hablaban de cosas tontas, anecdotas de ambos, paseaban un poco.
Era extraño, sin embargo Ryutaro no se sentía con el valor de preguntar al respecto, comenzó a pensar que si el mayor no tocaba aquel tema era porque entonces todo iba de maravilla, lo cual estaba bien.

-Otoño 2011-

Los meses pasaban y ya estaban a mitad de otoño, el clima ya no era soleado, ahora comenzaba a hacer fresco por las tardes y las hojas caían de los árboles.
-¿Ya casi no hablas con Yabu-san verdad?-
Le preguntó Shintaro una tarde mientras ambos miraban el televisor.
-No-
Respondió secamente mientras miraba fijamente la pantalla.
-¿Por qué? ¿Pelearon?-
-No, él está ocupado, eso todo-
Al menos era lo que suponía, para no saber nada de él en los últimos días, seguramente era por eso.
-¿Por qué no lo llamas?-
Insistió Shintaro.
-No quiero, siempre soy yo quien lo llama y seguramente lo molestaré, así que no lo haré, deja de preguntar cosas tontas y dejame ver el programa-
Shintaro ya no hizo más preguntas. Ryutaro parecía molesto, y en verdad lo estaba, no comprendía nada, se supone que Yabu era quien se quejaba antes si no se coumunicaba con él, pero ahora sentía que se vería muy tonto si le reclamaba, después de todo el mayor ya conocía sus verdaderos sentimientos. Esto realmente lo ponía de mal humor, al grado que ya no fue capaz de poner atención al televisor, así que solo se puso de pie y se marchó.
-¿A dónde vas?-
Le preguntó su hermano, pero no hubo respuesta, tan solo se escuchó la puerta de la casa cerrarse.

No podía soportar más la curiosidad de su hermano, necesitaba caminar para despejar su mente, tenía que dejar de pensar en él, por muy dificil que pareciera, tenía que hacerlo.
Sabía que no podía pasarse todo el tiempo deseando una oportunidad, era un caso perdido, Yabu definitivamente era feliz con otra persona y en su vida... no había espacio para él, ya no más.

-¿Que harás ahora?-
Le preguntó Yuto mientras tomaba asiento frente a él.
-Pues, me concentraré en mis estudios, no puedo bajar mis calificaciones ahora, después de eso solo... intentaré olvidar-
-¿No vas a llamarlo?-
Ryutaro bajó la mirada, suspiró y dijo.
-No, esta vez no lo haré.... solo lo dejaré pasar de una vez, cuando me sienta mejor, más seguro de haber enterrado este sentimiento, volveré a buscarlo si él no lo ha hecho, para ese entonces estoy seguro que podré sonreírle de nuevo y decirle que ya no siento nada por él, hasta entonces, si no lo veo, será mucho mejor para mi-
Yuto observó la expresión triste en el rostro de Ryutaro, sin embargo no pudo hacer más que darle unas palmadas en la cabeza en forma de afecto.
-Cuentas conmigo si en algún momento sientes ganas de llorar o de hablar de él, no te guardes nada, para eso somos amigos-
Ryutaro le sonrió a Yuto como agradecimiento.

Los meses continuaron pasando, lentos y vacíos, aún así, comenzaba a acostumbrarse y a formar un nuevo estilo de vida, nuevos momentos y sonrisas en donde Yabu ya no estaba presente.

-Invierno 2011-

El frío invierno llegó, con él la nieve y muchas luces que iluminaban la ciudad debido a un evento a nivel mundial llamado Navidad.
Se sentía en paz consigo mismo, ya no dolían los recuerdos, tal y como lo había planeado, se concentro por completo en sus estudios, en sus amigos y otras actividades. Comenzó a pintar un poco, solo como entretenimiento, nada profesional, solo le servía para relajarse.
Hubo un instante, un breve instante, en el que se imaginó siendo feliz junto a otra persona, es decir, se sintió capaz de gustar de alguien más, sentía que era capaz de hacerlo, nada se lo impedía, sin embargo no había porque apresurar las cosas.

Su amistad con Yuto se hizo más estrecha, con el tiempo Ryutaro notó que el mayor solo buscaba su tranquilidad, que fuese capaz de sonreír por cualquier tonteria, y agradeció mucho aquello, de no haber sido por Yuto, tal vez se hubiese hundido en una depresión sin fin.
-¿Vamos al cine?-
Le preguntó Yuto una tarde mientras caminaban de regreso a casa. A Ryutaro ya se le había hecho costumbre ir al restaurante en donde trabajaba Yuto y así regresar juntos.
-¿Ahora?-
Preguntó Ryutaro no muy convencido.
-¿Por qué no? Yo invito, ¿Que dices?-
Yuto sonreía ampliamente, ante lo cual Ryutaro no pudo negarse.
-Esta bien, aunque no tengo idea de que peliculas hay ahora, así que tú decides-
Le dijo con una sonrisa resignada.
-¡De acuerdo! ¡Vámos!-
Así, ambos emprendieron el camino hacia el cine.

Ahí, Yuto compro los boletos para ver una pelicula de comedia, era lo más atractivo que se veía de entre los demás titulos.
-¿Quieres palomitas?-
Preguntó Yuto.
-¿No es demasiado? Ya pagaste las entradas, yo iré por las palomitas-
Dijo Ryutaro dispuesto a ir a comprarlas.
-Te dije que yo te invitaba, no seas así, esperame aqui-
Le dijo Yuto mientras lo sentaba frente a una de las mesas de la cafetería del cine y se marchó corriendo a la dulcería.
Ryutaro lo observó con una sonrisa y por un instante, la idea de poder ser algo más que un amigo para Yuto atravesó su mente, aunque claro, de forma momentanea, después de todo no deseaba prestarle demasiada atención a eso.
Poco después, Yuto regreso con una cubeta grande llena de palomitas.
-Con esto bastará-
-Es demasiado-
Dijo Ryutaro con sorpresa.
-¿Crees eso? Yo digo que es más que suficiente, después de todo suelo comer muchas palomitas cuando vengo al cine-
Yuto sonrió.
-Si tú lo dices, está bien, entonces vayamos, la función no tarda en comenzar-
Dijo Ryutaro con ánimo, así, ambos caminaron rumbo a la sala de cine.

La pelicula resultó ser bastante divertida, ambos reían como niños, en un momento Ryutaro pudo sentir que su estomago le dolía de tanto reír, pero aún así lo disfrutaba, hace tanto que no reía hasta llorar, nuevamente gracias a Yuto, se sentía muy agradecido de contar con un amigo como él.
Al terminar la función, ambos salieron del cine aún limpiando su rostro de lagrimas provocadas por la risa.
-No puedo creer que fueras capaz de reir tan fuerte-
Le dijo Yuto a Ryutaro.
-Lo mismo digo, por un momento creí que nos sacarian de la sala por tú culpa-
-Fue bueno que eso no sucediera-
-Creo que ya es tarde, a penas alcanzaremos el último autobús-
Dijo Ryutaro con una ligera preocupación mientras miraba su reloj.
-Entonces... ¡¡Corramos!!-
Exclamó Yuto con entusiasmo, al mismo tiempo tomó la mano de Ryutaro y comenzó a correr.
Ryutaro no dijo nada y solo se dejó llevar, ¿Qué mas podría hacer, sentir o pensar? No lo sabía, así que solo dejo que todo siguiera su curso.

Cuando llegaron a la estación, Ryutaro tomó asiento primero, estaba exhausto y le faltaba el aliento, no estaba acostumbrado a correr de esa manera.
-¿Te cansaste?-
Le preguntó Yuto mientras también intentaba recuperar el aliento.
-Si... no teníamos que correr... tanto... exageraste... como siempre-
Ambos se miraron y sonrieron torpemente.
-Creo que al fin, pasaste un día tranquilo y reíste de verdad-
Ryutaro miró a Yuto intentando comprenderlo.
-¿Por qué lo dices?-
-Porque habías estado esforzandote demasiado en sonreir y demostrar que todo esta bien, ¿Crees que no me doy cuenta?-
Le dijo Yuto directamente.
-Creo que... no he podido engañarte. Pero me alegra que estés conmigo en estos momentos, gracias a ti he logrado sentirme mejor-
De nuevo, ambos sonrieron. Yuto tomó asiento a su lado y respiró profundo.
-¿Aún te duele recordarlo?-
Ryutaro desvió la mirada hacia el frente.
-Ya no tanto, me estoy acostumbrando a la idea de que él es feliz con alguien más, supongo que el no saber nada de él me ayuda un poco-
-¿Eso crees? ¿No será que eso te hace anhelar verlo más?-
Ryutaro miró a Yuto y sonrió débilmente.
-En ocasiones, me pregunto como estará, si en verdad es feliz... y no puedo evitar el sentirme solo y desesperado, pero sé que lo superaré, algún día, todo será un recuerdo, solo eso-
Se esforzó por sonreir y mirar a Yuto.
-En verdad espero y eso suceda, no es justo que sufras por eso, sé que no debo pero, no puedo evitar odiarlo-
-¿A Yabu?-
Preguntó Ryutaro con asombro.
-Si. No es posible que no pueda ver lo maravilloso que eres-
La mirada seria de Yuto y su voz franca lo hiceron ruborizarse de repente.
-¿Qué... qué cosas dices?-
-Es todo lo que voy a decirte, por ahora, no quiero que las cosas cambien entre nosotros aún así que no diré más. Mira, el autobús esta por llegar-
Yuto cambió el tema, pero Ryutaro tenía cierta curiosidad, además, se sentía ligeramente nervioso, era algo extraño, no se lo esperaba tan de repente, de igual forma no pensaba pensar más en el asunto, no por ahora.

Las festividades pasaron como de costumbre, unas en familia y otras con sus amigos de escuela, hasta que un nuevo año al fin llego y con él, una oportunidad grande.

Continuará...

9 comentarios:

YuukiNii dijo...

NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
QUIERO MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS ;O; POR QUE DEMONIOS NO LO DEJASTE TODO?! NO IMPORTA CUANTAS PAGINAS FUESEN! YO QUERIA MAS! ;;O;; PEGADA LEYENDO, ODIANDO POR UN LADO PORQUE SABIA QUE TENIA SEGUNDA PARTE Y DE SEGURO ME QUEDARIA COMO ME ACABO DE QUEDAR ;;w;; POR QUE?!!
Y de paso maldigo a Yabu por hacer eso ._. pero esta historia es tan real ;__; que me parte el alma, porque por un lado me siento identificada con ryutaro ._. ... maldita adolescencia la mia... es en donde te pegas los traumas de la vida... aparte de que te pones califa(?) comienzas a ponerte sensible con los sentimientos... muy sensible e_e oooh... maldita adolescencia...
Quiero leer mas ;___; te juro que quiero leer mas!! Hasta lloré leyendo, me sentía super triste, pero si ryutaro (ya que es el personaje principal) comienza a sentirse bien, yo tambien lo hago, pero como yuto dijo... odio a kota por un lado ._. o sea, odio a ese mejor amigo que alguna vez me gusto(?) y me dejó de lado... malditos mejores amigos-malos amigos è_e
pero bueno, muchas gracias por dedicarmelo ;___; ultimamente leia poco, me cuesta encontrarle gusto a los fics porque en su mayoria son de solo sexo sexo y sexo, y una quiere algo historico. o tambien son fics donde todo esta muy resumido o las cosas se dan muy rapido. Queria algo mas real, algo como esto ;__; asdadasdadads lo amo, en verdad lo amo, y quiero pronto leer la segunda parte porque me estoy murieeeeeeeendooooooooooooo de la impaciencia! ;O; asdadasdasdasdadsadadads
no es como si me gustara el JimaTaro(?) pero yuto es realmente lindo, se aprende a querer a los personajes y a tener un nuevo vicio de pareja ._. haciendote un revoltijo extraño(?) en tus sentimientos y gustos, no desidiendo si realmente quiere que ryutaro se quede con yuto o que kota aprenda y se fije en ryutaro, quedandose con el.... pero no lo se ;O; lo que la autora(dios) quiera. Quiero leer la segunda parte ;___; -enciende una antorcha- puedo hasta quemar tu universidad con tal de que tengas tiempo para terminar el fic(?)
Aish te agradesco nuevamente por el fic

Ysawo-chan dijo...

bvuoifsdvbjadvljNDSVLNÑWVDJBSFVNFKknvfdfknfdknm quiero másssssssssssssssssssssss >3< no puedo creer que hayas echo un fic así! hace tanto que no leo un fic angust tan bueno!!! T-T me has dejado con la piel de gallina >3< me has echo recordar tantas cosas del pasado con este fic, está hermoso. Estoy segura que las demás competidoras tendrán que esforzarse el doble si quieren vencerte !!!! xD(mi humilde opinión) jijijiji espero con demasiadas ganas la continuación..por fas no hagas sufrir tannnto~ a Ryutaro, me da tanta penita T_____T te deseo ÉXITOS! :D y gracias por tomarte el tiempo de hacerlo...creeme que te entiendo, la universidad te consume demasiado tiempo.

AmiS dijo...

por la bendita!!!! omg omg omg omg omg..... Increible ayaa!! Me encantooooo!! No atendi nada de la clase por estar leyendo... Creo que reprobare.. Pero no importa espero la continuacion desesperadamente ^_^

dalia801 dijo...

kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!! esta tan genial *O* muero por leer la siguiente parte *O* !!!!!!!!!!! me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa porfavor la continuación

Anónimo dijo...

ai esta re buena la historia, se lee muy real senti que mi corazon se iso chiquito cunado yabu le dijo ya lo sabia OOOOOOOOhh pobre de mi nene Ryu T-T,
ya se que esto no se dice porque esta mal, Pero quiero leer mas lo siento pero es la verdad >_<, y que va a pasar con yuto ¿acaso yuto esta enamorado de Ryutaro? enserio se van a dar un besito?

Haruki-chan dijo...

Ok no lo he leído pero creo que lo haré mejor cuando lo termines o moriré de inanición por conti como las demás xDDD

Carol~ dijo...

oh God... los personajes son tan reales, ese tipo de situaciones se da, por eso me encantan tus fics *0*!!
pues ._. el morijima como pareja romántica no se me ha cruzado por la cabeza, pero para este fic podría funcionar... Yuto tiene algo qué decirle.
Por otro lado, creo que ha de ser peor que cuando te confiesas, te respondan con un "ya lo sabía" que con un rechazo, en lo personal no me ha pasado, pero... lo describiste tan bien... que por un momento sentí que me lo estaban diciendo a mí
y por último la pic, me gustó mucho las imágenes que usaste

Anónimo dijo...

Mi kokoro recibió tantas emociones
por esta primera parte
que no se como expresarme u.u
Llore demasiado por el dolor de Ryutaro
y todavía así no se me pasa este sentimiento de tristeza *suspira* me emocione tanto con su declaración q se me escapo mi ♥ pero al saber la respuesta de Yabu fue como un bofetón de agua helada me dejara sin emoción,
Yabu eres un $%&$#&"#"$"#$%$$#%$
Yuto eres un amor <3333
Ryuchan te adoro!
Aya una vez mas me dejas impresionada m(_ _)m
Arigatou!!! ♥

d@nny dijo...

muchas gracias por esta primera parte ayaa, me encanto, la forma de escribir y las escenas stan muy buenas, hiciste que me acordara de una situacion parecida este año xD
pasa casi lo mismo, por eso me identifique mucho con ryutaro :3
muchas garcias de nuevo, por seguir escribiendo, y de esta forma tan linda que me encanta
ganbatte con Obsess, que quiero otro capi ;u;
cuidate y nos vemos
=)
d@nny

Publicar un comentario

Lo has leído y... ¿Te gusto? ¿No? ¿Sientes que algo faltó?
¡Me encantaría saber tu opinión sobre lo que acabas de leer! ^O^ Así que no dudes en hacérmelo saber, así podré mejorar un poquito más :3
De igual forma: ¡GRACIAS POR LEER!