lunes, 6 de septiembre de 2010

Obsess [Cap. 8]

Capitulo 8

Yabu montaba su hermoso caballo negro mientras que Daiki caminaba a su lado.
-¿Esta bien que hayamos dejado a Yuto-kun?-
Preguntó Daiki un poco preocupado.
-Estará bien, después de todo su amigo esta ahí y no creo que se aburra-
-Tienes razón-
Dijo con una sonrisa y regresó su vista hacia el frente, Yabu lo miró por unos instantes, había algo que lo inquietaba, pero no sabía que era, no se animaba a preguntarle a Daiki, al menos no por ahora, pero estaba seguro de que lo haría más tarde.
-¿Y a donde quieres ir?-
Pregunto Yabu.
-No lo sé-
Respondió pensativo.
-¿A dónde suelen ir Kei y tu cuando salen?-
-Bueno, a veces cabalgamos juntos por los alrededores y regresamos caminando, otras veces solo… estamos en su casa-
Respondió, sonrojándose un poco con lo último.
-Eso quiere decir que continuas sin volver al pueblo ¿cierto?-
Preguntó Yabu preocupado, Daiki bajó la mirada y asintió con la cabeza.
-¿Aún siguen molestando a tu familia con lo mismo?-
-No, desde hace tiempo que no, de hecho mi madre va al pueblo bastante seguido y todo esta bien, pero yo… aún no tengo el valor de volver, sé que exagero con m temor pero no puedo evitarlo-
-No estas exagerando, en verdad que ese día fue terrible… pero no hablemos de esas cosas, mejor dime a donde quieres ir-
-Sabes que si no hubiese sido por ti las cosas habrían salido muy mal… es probable que yo ahora…-
De pronto la mirada de Daiki se torno sombría, asustado, Yabu bajó del caballo y sujetó a Daiki por ambos hombros para sacudirlo un poco.
-¡Ya no pienses en esas cosas! De nada sirve que sigas pensando en eso, recuerda que prometiste olvidar lo ocurrido-
-¡¡Lo sé!!-
Gritó Daiki, provocando que Yabu lo soltara y se alejara un poco.
-Pero es difícil… más cuando esos sueños vuelven todas las noches… es muy difícil olvidarlo…-
Esta vez la voz de Daiki era débil, y tratando de ocultar su rostro deprimido bajó la cabeza.
-Hace poco volví a ir junto con Kei, fue difícil, pero lo intenté, aún así tuve miedo, todo el tiempo que estuvimos ahí tuve miedo, aún lo tengo…-
-Daiki… tranquilo-
Dijo Yabu al observar como Daiki apretaba los puños de ambas manos y cerraba con fuerza los ojos, mientras temblaba un poco, así que sin poder evitarlo, lo abrazó protectoramente, acariciando suavemente su cabeza.
-Tranquilo, no pasará nada, yo te prometí que no iba a permitir que aquello se repitiera de nuevo y lo voy a cumplir, aunque ahora estés con Kei, yo siempre voy a protegerte cuando lo necesites, por que eres mi preciado amigo-
Ante tales palabras, Daiki logró relajarse un poco, pero sin dejar de mostrarse sorprendido.
-¿Cómo… como sabes lo de Kei y yo?-
Yabu solo lo alejó un poco para poder verlo a los ojos y sonreírle amablemente.
-Me dí cuenta anoche, Kei siempre te cuida, más que de costumbre, te ve diferente y tu a el, es algo que simplemente percibí-
-¿Y no estas molesto?-
-A decir verdad me molestó que no me lo hubieran comentado de inmediato, después de todo somos amigos, pero fuera de eso, estoy feliz por ustedes-
Al ver la amable sonrisa de Yabu, Daiki se relajó un poco y sonrió de vuelta.

Ryutaro leía aquel libro, pero de vez en cuando miraba a Kei de reojo, el cual estaba muy concentrado en lo que estaba haciendo.
“-¿Acaso eso se lo dejó su padre?-”
Pensó mientras observaba la seria expresión del mayor, su mirada sin brillo y como dejaba escapar suspiros de vez en cuando.
-Joven Kei… ¿Puedo ayudarle en algo?-
Preguntó con timidez mientras cerraba un poco el libro. Al escuchar la pregunta de Ryutaro, dejó de escribir y lo miro un poco cansado.
-No hace falta, estaré bien, ya me falta poco-
Dijo con una sonrisa fingida, la cual Ryutaro notó de inmediato.
-Joven… ¿Por qué no sale un poco? Al menos a respirar aire fresco, así al menos podrá despejar su mente-
Ante la sugerencia de Ryutaro, Kei sonrió, lo pensó un poco y recordó que una de las criadas le había dicho que Daiki y Yabu lo estaban esperando en la sala.
-Supongo que tienes razón, un poco de aire fresco me servirá de mucho-
Ryutaro solo le sonrió tiernamente, observó como Kei se ponía de pie, estiraba un poco los brazos y se dirigía a la puerta, pero antes de abrir se detuvo.
-¿Te quedarás aquí? Puedo llevarte a tu habitación-
-No, no es necesario, más tarde puedo pedirle a Ryosuke que me ayude-
Kei dejó escapar un suspiro.
-¿Estas seguro?-
-Claro-
Respondió con una sonrisa.
-De acuerdo, le diré a Ryosuke que venga por ti en cuanto se desocupe-
Y sin más, salió de la biblioteca

Ryosuke estaba en el establo, haciendo lo que a Ryutaro le correspondía, alimentar a los caballos. Estaba tan concentrado en lo que hacía, que no se dio cuenta de que alguien lo observaba detenidamente, hasta que terminó con su labor.
-Trabajas muy duro como siempre-
Al escuchar esa voz, un nuevo escalofrío recorrió su cuerpo, lenta y torpemente se giró para ver .
-¿Sigues aquí?-
Preguntó torpemente.
-¿Acaso te molesta?-
Respondió Yuto mientras se acercaba a el.
-No es que me moleste… simplemente pensé que no te quedarías por mucho tiempo-
-Bueno, el joven Kota y el joven Daiki salieron mientras el joven Kei se desocupa, así que estoy aquí para esperar al joven Kota-
-Ja! Eso quiere decir que en pocas palabras se deshizo de ti dejándote aquí-
Comentó Ryosuke con una sonrisa burlona, sin embargo Yuto le devolvió el comentario con un tono ligeramente seductor.
-Yo no lo veo de esa forma, para mi es una oportunidad-
Dicho esto, acarició el rostro de Ryosuke, provocando así que este se ruborizará por completo.
-No… ¡no digas tonterías!-
Logró decir tratando de ocultar su nerviosismo.
-¿Terminaste con tus deberes?-
Preguntó con una sonrisa amable.
-Algo así, ¿Por qué?-
-Pensaba que podíamos salir un rato, ¿Qué dices?-
Ryosuke sonrió animadamente, estaba a punto de aceptar aquella invitación, pero la voz de una de las criadas deshizo aquel agradable momento.
-¡Ryosuke! Al fin te encuentro-
Completamente desganado, logró responder.
-¿Ahora que?-
-No me contestes así pequeño grosero-
Reprochó la criada.
-Lo siento… ¿Qué sucede?-
-Nada, simplemente vengo a decirte que el joven Kei manda a decirte que ayudes a Ryutaro a volver a su habitación, eso es todo-
-Ah claro… lo haré enseguida… ¡¡¿Qué?!!-
Había tardado en comprender aquella indicación y lo que eso significaba.
-¡¡Espera un segundo!! ¿Ryutaro no esta en su habitación?-
-No, esta en la biblioteca, y como no puede volver solo, el joven Kei pide que vayas a ayudarlo, así que anda, no se que esperas-
Molesto, Ryosuke refunfuño.
-Si lo va a sacar de su habitación al menos debería ayudarlo a volver, odio que sea tan irresponsable…-
Todo esto lo murmuró mientras caminaba rumbo a la salida de los establos, silenciosamente Yuto caminaba detrás de el, observando curioso la actitud de Ryosuke.
“-No me gusta nada que se preocupe tanto por el…-”
Pensó Yuto con cierto resentimiento, pero por ahora estaba decidido a no decir o hacer nada, ya encontraría la forma de asegurarse que Ryosuke continuaba pensando solo en el y en nadie mas.

Al llegar a la sala, confundido, miro a su alrededor.
-Pero si aquí no hay nadie-
Estaba a punto de buscar a alguna criada o empleado para preguntar en donde se encontraban Daiki y Yabu, pero justo en ese momento Ryosuke pasó por ahí, seguido de Yuto. El chico continuaba refunfuñando.
-No puedo creer que se quede tan tranquilo dejando a Ryutaro ahí solo, pero claro, primero esta su preciado amigo Daiki antes que los demás, ese jovencillo mal criado, esta vez si me ha hecho enojar-
Kei se sorprendió mucho al lograr escuchar aquellas palabras, y sin más comenzó a acercarse lentamente hacia Ryosuke, y antes de que este llegase a la puerta de la gran biblioteca, Kei se interpuso en su camino.
-Supongo que tienes razón-
Dijo con un tono amable, mientras Ryosuke se detenía en seco y miraba a Kei completamente sorprendido.
-Jo… joven Kei…-
Yuto observó a Ryosuke y después a Kei, estaba un poco preocupado, tal vez ahora el chico sería castigado o regañado, y lo peor era que no había forma alguna para poder ayudarlo.
-Tienes razón Ryosuke, yo debería encargarme personalmente de ayudarlo a volver a su habitación, disculpa por causarte esa clase de molestias-
-¡¡Para nada joven Kei!! No es ninguna molestia… yo solo hablaba por hablar… de verdad ¡¡Lo siento mucho!!-
Ryosuke se reverenció en forma de disculpa, mientras que Yuto continuaba observando sin decir o hacer nada.
-Tranquilo, no estoy molesto, más bien me siento sorprendido, así que yo ayudaré a Ryutaro a volver a su habitación, mientras tanto pregunta en donde están Daiki y Yabu, ¿de acuerdo?-
-¡¡Si joven!! ¡Enseguida!-
Ryosuke estaba por dar media vuelta y marcharse, cuando Yuto lo detuvo y al fin habló.
-Joven Kei, disculpe la intromisión-
-¿Si? … ¿Tu eres?-
Preguntó extrañado, no había notado la presencia del chico hasta que habló.
-Joven Kei, soy el sirviente del joven Kota-
-¿Yuto-kun?-
Preguntó completamente sorprendido.
-Así es-
-No te reconocí, creciste bastante-
Yuto le sonrió tímidamente.
-Si tu estas aquí, eso significa que Yabu también, ¿o me equivoco?-
-El joven Kota y Daiki estuvieron esperándolo en la sala, pero decidieron salir un momento a los alrededores para que usted pudiese terminar con sus asuntos, volverán pronto-
-Ya veo, por eso te quedaste-
Yuto asintió con la cabeza.
-Bien, supongo que ahora seré yo quien los espere, muchas gracias Yuto-kun-
-No fue nada joven Kei-
-Bueno, supongo que ustedes dos querrán estar juntos un rato, después de todo no se ven desde hace tiempo, así que pueden irse, y no se preocupen por Ryutaro, yo me encargaré de él-
-Muchas gracias joven Kei-
Dijo Yuto con amabilidad, y sin más, ambos chicos se dieron media vuelta y se alejaron, aún así Ryosuke continuaba preocupado.
-No puede ser… de seguro me regañará más tarde… ¿y si se desquita con Ryutaro?-
Ante los comentarios absurdos de Ryosuke, Yuto le dio un golpe en la cabeza, después, molesto, le dijo.
-¡No digas tonterias! El joven Kei no es así, ya deja de preocuparte tanto por Ryutaro-
Y aún con una expresión molesta en el rostro, comenzó a caminar más rápido, mientras que Ryosuke se llevaba ambas manos a la cabeza.
-¿Y a ti que te pasa? No tenías por que golpearme tan fuerte-
Reclamaba mientras trataba de alcanzar a Yuto, el cual caminaba más deprisa, dejando a Ryosuke atrás.
-¡Espera! ¿Por qué te vas así?-
Tras escuchar esa pregunta, Yuto se detuvo en seco, Ryosuke también lo hizo antes de chocar contra su espalda.
-Por que no es muy agradable para mi que te preocupes tanto por Ryutaro, ¡me fastidias!-
-¿Eh?-
Ryosuke estaba sorprendido.
-¿Pero que cosas dices? Ya te dije que Ryutaro es mi amigo, esta lastimado, es normal que me preocupe por el, no tienes por que molestarte por eso-
-¡Pero te preocupas demasiado!-
Esta vez Yuto se giró rápidamente, mostrándole a Ryosuke su expresión llena de molestia.
-Pues es normal, ya te dije que es mi amigo-
-¿Ah si? ¿En verdad es tu amigo o en realidad te gusta tanto que no puedes dejar de pensar y hablar de el?-
Ante tal pregunta, Ryosuke se sorprendió, Yuto estaba actuando muy extraño.
-¿Pero que tonterias estas diciendo?-
En ese momento, Yuto estaba por tomar el rostro de Ryosuke, pero un par de criadas pasaron por ahí, murmurando cosas, entonces, desviando la dirección de sus manos, tomó la mano de Ryosuke y comenzó a llevárselo rápidamente hacia afuera de la casa.
-¿Pero que te sucede? ¡No camines tan rápido!-
Exigía Ryosuke mientras intentaba zafarse del agarre de Yuto, pero le era imposible, el menor sujetaba con fuerza su mano y no iba a permitir que Ryosuke se soltase con facilidad.
Después de caminar un poco más, ambos llegaron de nueva cuenta a los establos, Yuto continuo caminando hasta llegar a uno de los rincones, en donde seguro nadie los vería, y con un poco de brusquedad, soltó la mano de Ryosuke, este, molesto no tardo en reclamar.
-¡¿Se puede saber que te sucede?!-
Yuto no respondió, simplemente trato de guardar un poco la calma.
-¿Vas a responder a mi pregunta o me dejarás sacar mis propias conclusiones?-
Preguntó mientras se cruzaba de brazos y observaba el rostro confundido de Ryosuke.
-No se a que te refieres-
Respondió serio.
-¿En verdad Ryutaro es tu amigo o te gusta tanto que para ti es inevitable hablar todo el tiempo de el?-
-¿Por qué piensas esas cosas?-
-Limítate a responder, no me contestes con otra pregunta-
Dijo con seriedad.
-Ryutaro es mi amigo, no me gusta, eso ya debes saberlo-
-Pues no, no lo sé, ¿Acaso crees que pregunto por simple curiosidad?-
Ante tal pregunta, Ryosuke bajó la mirada.
-¿Y bien?-
-Ya te lo dije, y te lo he dicho muchas veces, Ryutaro es solo mi amigo, no entiendo por que te comportas de esta manera-
Respondió tímidamente mientras desviaba la mirada, después de todo la fría mirada de Yuto lo intimidaba demasiado.
-Por que ya estoy harto de que siempre te preocupes por el, siempre hablas de el, siempre quieres cuidar de el, ¿Aún vas a negar que te gusta?-
Ante tal pregunta, Ryosuke miró molesto a Yuto y con voz firme le respondió.
-No me gusta-
Acto seguido se cruzó de brazos y desvió la mirada.
-Repítelo viéndome a los ojos-
Ante la exigente petición de Yuto, Ryosuke dejó escapar un suspiro y mirando al menor fijamente a los ojos le dijo fuerte y claro.
-Ryutaro no me gusta-
Amos se observaron fijamente por unos segundos, Ryosuke no alejaba su mirada de los ojos de Yuto, quería demostrarle con esto que estaba diciendo la verdad.
-Ahora demuéstralo-
Pidió Yuto conservando su tono frío en la voz, en el fondo sabía que estaba actuando de una forma tal vez muy estúpida y demandante, pero no podía evitarlo, simplemente se estaba dejando llevar por aquel sentimiento que le oprimía el pecho, los celos.
Sin embargo, Ryosuke no dudó, miró a Yuto fijamente, no dijo ni una sola palabra, simplemente se acerco a el, lentamente, sin dejar de mirar aquellos profundos ojos negros.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca de Yuto, sin más, lo tomó por el cuello de su elegante saco, y con suavidad lo jaló solo un poco, se estiró lo suficiente y le regalo un tierno beso en los labios.
Ante aquel delicado contacto, Yuto quedo sin aliento, no sabía que hacer, simplemente no se lo esperaba, estaba maravillado, y solo logró reaccionar cuando los labios de Ryosuke se alejaron de los suyos, pero el chico no lo soltó, al contrario, se acercó un poco más solo para decirle al oído.
-No es posible que me guste Ryutaro, no cuando la persona que me gusta esta justo aquí-
La suave voz de Ryosuke resonaba por su cabeza, acelerando los latidos de su corazón, provocándole cierto revoltijo en el estomago, estaba feliz, y ahora comenzaba a sentirse como un completo tonto por su actitud anterior.
Ryosuke se alejó un poco, soltando el saco de Yuto, sin dejar de observarlo, entonces dijo.
-Ahora soy yo quien te exige una respuesta-
A diferencia de Yuto, la petición de Ryosuke era amable y con cierto tono travieso en la voz. Cuando Yuto logró reaccionar, pudo contemplar la enorme sonrisa que ahora estaba dibujada en el rostro de Ryosuke, acompañada de un ligero rubor en sus mejillas, era hermoso.
-De acuerdo, ganaste esta vez-
Ahora una sonrisa estaba dibujada en el rostro de Yuto, una sonrisa de plena satisfacción, así que sin querer esperar más tomó a Ryosuke de la cintura, pegándolo un poco a su cuerpo, y de forma inmediata, Ryosuke colocó ambas manos sobre el pecho de Yuto, y sin más, ambos se besaron lentamente. Comenzando con un simple contacto, el cual se profundizo en cuanto Yuto abrió un poco su boca, sorprendentemente, de forma casi inmediata, Ryosuke hizo lo mismo, así, ambos se unían más y más, hasta el punto de llegar a entrelazar sus lenguas en un torpe juego, era la primera vez que ambos se besaban de esa manera, sin embargo mantenían aquel ritmo lento y acompasado, acostumbrándose poco a poco a aquel contacto, dominando un poco mejor a cada segundo.
Entre besos cortos y largos, moviéndose a un mismo ritmo, así se besaban, deseando en el fondo de sus corazones que el tiempo se detuviese para siempre, para que así no tuvieran que separarse jamás, no había necesidad de separarse por la falta de aliento, el beso era lento, a tal grado que compartían el mismo aire, para ambos, no había nada más maravilloso que aquel momento.
Pero como nada es eterno, ambos chicos se separaron lentamente, solo para mirarse fijamente a los ojos.
-Espero y ahora ya no te quepa duda de que Ryutaro no es más que un buen amigo para mi-
-Bueno, supongo que con esto es sufriente por hoy-
Dijo en tono sarcástico.
-¿Qué quieres decir?-
-No le des importancia, ahora, ¿por qué no me lo dices más claramente?-
La expresión de Ryosuke se tornó confusa.
-¿A que te refieres?-
Yuto solo sonrió traviesamente y dijo.
-Bueno, es que eso de que la persona que te gusta esta justo aquí, no comprendo bien eso, te pido que seas más claro-
Ante tal petición, Ryosuke se ruborizó por completo, estaba nervioso, sin embargo, al ver la mirada llena de ilusión de Yuto, sabía que escucharlo claramente lo haría feliz, así que suspiró profundo, cerró sus ojos un par de segundos, después lo abrió y dijo.
-Me gustas…-
Logró decir con voz tímida mientras bajaba la mirada. Sorpresivamente, pudo sentir como Yuto tomaba su rostro con ambas manos para levantarlo y así poder ver su rostro.
-Dilo de nuevo, por favor-
Esta vez, la sonrisa en el rostro de Yuto, su mirada, eran diferentes, era algo deslumbrante, algo que lo hipnotizaba.
-Me gustas-
-Gracias-
Y sin más, acercó su rostro al de Ryosuke y lo besó, al igual que antes, tierna y suavemente, beso al cual el mayor respondió de forma inmediata.

Habían caminado bastante, conversando amenamente, riendo, recordando.
-Es increíble que recuerdes tantas cosas-
Exclamó Daiki sorprendido.
-Bueno, el primer día en que te conocí jamás lo olvidaré-
-Deberías olvidarlo, es vergonzoso-
Yabu sonrió ante tal comentario.
-No puedo olvidarlo, simplemente es imposible para mi-
Daiki solo sonrió y suspiro un poco ante tal comentario.
-Creo que deberíamos volver-
Dijo Yabu mirando hacia el cielo.
-Es verdad…
Respondió Daiki, era extraño, por alguna razón había olvidado por completo que había salido con Yabu solo para distraerse y poder esperar a que Kei se desocupara, ¿Por qué lo había olvidado?
Estaba confundido y sorprendido, tal vez se debía a que la platica con Yabu era tan amena, que había perdido la noción del tiempo y de todo lo demás.
“-Si, debe ser por eso-”
Pensó mientras sacudía un poco su cabeza.
-¿Estas bien?-
Le preguntó Yabu mientras se acercaba un poco a el.
-Si, es solo que pensaba cosas-
-¿Cosas? ¿Qué cosas?-
Preguntó Yabu curioso.
-Solo… cosas, mejor volvamos, seguro Kei debe estar esperándonos-
Daiki sonrió para no preocupar a Yabu, este lo miró fijamente un segundo y después, con una sonrisa le dijo.
-Mejor acepta que ya quieres ver a Kei, si es así, tenemos que volver rápido-
-¿Eh?-
Expreso Daiki.
-No tienes por que ocultarlo, anda, te ayudaré a llegar rápido, después de todo no estamos tan lejos de su casa-
Yabu le sonreía amablemente a Daiki y este lo hizo de vuelta, pero después puso una expresión de puchero mientras le decía.
-Sabes que odio correr, así que mejor caminemos, no hay tanta prisa-
Ante tal comentario, Yabu bufó un poco mientras se cruzaba de brazos.
-¿Quién esta hablando de correr eh? ¿Para que correr cuando Jupiter esta con nosotros?-
-¿Eh?-
Volvió a expresar Daiki con esa expresión de confusión mientras observaba como Yabu le daba unas palmaditas a su caballo.
-¿Pero que tanto piensas? Anda, sube-
Y sin más, Yabu tomó a Daiki de la cintura, y con un ligero impulso, lo levantó.
En el momento en que las manos de Yabu tocaron su cuerpo, pudo sentir como un escalofrío recorría su espalda.
Así, Yabu sentó a Daiki en la silla del caballo.
-Listo, ahora es mi turno-
Dijo con entusiasmo, y de un solo movimiento, también subió al caballo, sentándose detrás de Daiki.
-¿Estas cómodo?-
Sin querer, Yabu dijo estas palabras muy cerca del oído de Daiki, y es que se había tenido que estirar un poco para poder tomar las riendas.
“-¿Qué es eso?-”
Se pregunto, era extraño, nunca se había sentido así, primero la sensación que tuvo cuando Yabu lo cargó, y ahora, el sentir su cuerpo pegado a su espalda, su voz entrar por su oído, le causaba un escalofrío extraño que lo dejaba sin habla, así que ante la pregunta de Yabu, no hizo más que asentir con la cabeza.
-De acuerdo, entonces ¡Vámonos!-
Así, ambos se pusieron en marcha de regreso, sobre el elegante y hermoso Jupiter.

En cuanto Ryosuke y Yuto se alejaron, Kei entró en la biblioteca, dejando la puerta abierta.
Ryutaro aún continuaba leyendo, al parecer estaba tan concentrado en su lectura, que no logró escuchar cuando la puerta se abrió. Sin embargo, logró escuchar unos pasos que se aproximaban a el, y sin apartar la vista de su lectura, dijo tranquilamente.
-Te tardaste, seguramente te quedaste demasiado tiempo en los establos, eres un tonto-
Ante tales palabras, Kei no pudo evitar el dejar escapar una pequeña risita, la cual llamó la atención de Ryutaro.
-¿De que te ríes?-
Preguntó con fastidio mientras bajaba su libro y dirigía su mirada hacia el frente, solo para llevarse una gran sorpresa.
-Joven Kei…-
-Esta es la segunda vez-
Dijo con amabilidad.
-¿Eh?-
Exclamó confundido.
-Esta es la segunda vez que me confundes con Ryosuke-
-Lo siento…-
Dijo avergonzado mientras bajaba la mirada.
-Debí fijarme antes… lo siento-
-No importa, anda, vamos-
Dijo Kei mientras se acercaba a el y extendía su mano.
-¿Irnos? ¿A que se refiere?-
-Te ayudaré a volver a tu habitación-
Respondió con una sonrisa.
-¡¡Eso no es necesario!! ¡Puedo hacerlo solo!-
Exclamó de inmediato, pero Kei no iba a permitir eso.
-Te dije que me dejaras cuidarte, además, aún debo disculparme contigo, anoche no fui a curarte, así que debo recompensarte, después de todo estas bajo mi cuidado y eres mi responsabilidad-
-Pero-
-¿Vas a negarte a lo que digo?-
Preguntó Kei con tono burlón mientras se cruzaba de brazos.
-De acuerdo…-
Dijo Ryutaro mientras bajaba la mirada.
-Perfecto, ahora toma mi mano para que puedas ponerte de pie-
Ante tal petición, Ryutaro hizo todo lo posible para ocultar el rubor de sus mejillas, y con torpeza, logró tomar la mano de Kei, mientras este lo jalaba con cuidado para ayudarlo a ponerse de pie.
-Ahora podemos irnos-
Ryutaro solo asintió con la cabeza, y antes de poder dar el primer paso, pudo sentir como Kei lo tomaba de la cintura y lo pegaba ligeramente al costado de su cuerpo.
-Pero esto no es necesario joven…-
-Tu no me vas a decir lo que es necesario o no, así que vámonos-
Y sin poder objetar más, dejó que Kei lo ayudara, dando pasos lentos y un poco torpes, sintiendo como el mayor lo tomaba con fuerza.
“-Contrólate…. Contrólate….-”
Se repetía una y otra vez mientras cerraba con fuerza sus ojos, Kei no se daba cuenta de esto, solo continuaba ayudando a Ryutaro para poder llegar a su habitación.
Al llegar, Kei abrió la puerta con dificultad, y ayudó a Ryutaro para que tomará asiento sobre la cama. Cansado y sin aliento, sin pensarlo, Kei se dejó caer sobre la cama de Ryutaro, primero sentándose a su lado y después recostándose.
-Disculpe las molestias joven Kei, prometo que me recuperaré más rápido-
Ante las palabras de Ryutaro, Kei se reincorporó y le dijo.
-Solo recupérate bien, no importa el tiempo que te tome-
-Pero…-
-Tranquilo, no pasa nada, solo descansa. Así te recuperarás más rápido-
-Siento que ya puedo mover mejor mi pie-
Dijo con una enorme sonrisa, al verla, Kei se alegró.
-¿De verdad?-
-Si, solo es cuestión de tiempo para que pueda apoyarme bien en el-
-Esa es una muy buena noticia-
Dijo Kei tranquilo.
-Así es-
Ambos se sonrieron, y de pronto Ryutaro no pudo evitar el preguntar.
-¿Aún recuerda su promesa?-
Ante la tímida mirada de Ryutaro, Kei no pudo evitar el sonreír.
-Por supuesto que la recuerdo, prometí tocar para ti en cuanto te recuperes, ¿tan ansioso estas de escucharme?-
-¡Por supuesto que lo estoy!-
Respondió de inmediato con una ligera desesperación en la voz. Ante esto Kei no pudo evitar el sonreír con un poco de melancolía.
-No es para tanto… es probable que haya perdido mi talento-
-Eso es imposible, lo suyo no es solo talento, es un don, y esos no desaparecen de la noche a la mañana-
Ante el comentario de Ryutaro, Kei no pudo evitar el sorprenderse un poco para después sonreírle amablemente.
-Si tu lo dices-
Dicho esto le revolvió un poco el cabello al menor.
-Ahora tengo que irme, debo esperar a Yabu y a Daiki, pero vendré en la noche, lo prometo-
-No es necesario que venga, yo puedo solo-
-¿Eh? ¿Tu solo?-
Preguntó Kei curioso.
-Así lo hice anoche, solo me trajeron el agua caliente y yo hice el resto, no es necesario que se preocupe tanto por mi, usted debería descansar, dormir bien, estoy seguro que piensa desvelarse para lograr terminar lo que su padre le ha dejado-
Kei sonrió débilmente ante las palabras de Ryutaro.
-¿Por qué me conoces tan bien?-
Ante tal pregunta, Ryutaro se ruborizó mientras que la respuesta estaba en su mente.
“-Por que siempre lo observo-”
Sin embargo no dijo nada y solo sonrió tímidamente.
-Supongo que todos en esta casa ya me conocen muy bien, menos mi padre, eso no me extraña-
De nuevo aquella mirada vacía había aparecido.
-No diga eso, estoy seguro que su padre algún día comprenderá que debe dejarlo libre-
Nuevamente el comentario de Ryutaro era extraño, pero alentador.
-No te creas tan maduro, pequeño niño-
Dijo Kei mientras sonreía y le revolvía de nueva cuenta los cabellos a Ryutaro, después se puso de pie.
-Debo irme, nos veremos en la noche-
Ryutaro estaba sin habla, simplemente continuo observando a Kei mientras sentía como su corazón latía con fuerza.
Y con una sonrisa, Kei salió del cuarto de Ryutaro, dejándolo solo, con un sentimiento a punto de explotar dentro de el, mientras que el, con una sonrisa en el rostro mientras se alejaba y caminaba de regreso a la sala.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

[oneShot] Un verano... Nuestros recuerdos




Titulo:
"Un verano... Nuestros recuerdos"
Genero:
Yaoi
Pareja: Yuto Nakajima - Yamada Ryosuke (YamaJima)
Capitulos: -One Shot-
Autora: Ayaa
Nota: Este fic va dedicado especialmente para Sora.chan, si, este fic es de ella, ahahaha, para subirle el ánimo~ Sora-chan!!! Espero y te guste!!!! *-----*


“Un verano… nuestros recuerdos”

Despertó gracias a los cálidos rayos del sol que lograban filtrarse por su ventana, con un perezoso bostezo se levantó de la cama, se estiró un poco y le echó un vistazo a su calendario de pared.
-El verano a iniciado oficialmente, ¡perfecto!-
Dijo con ánimo, acto seguido se quitó la pijama y se puso un poco de ropa cómoda.
Con una sonrisa dibujada en el rostro corrió las cortinas y dejó que la cálida luz del sol entrase por completo, abrió la ventana y estiró sus brazos.
-Definitivamente este verano debe ser inolvidable-
Dicho esto escuchó como su madre lo llamaba.
-¡Ryosuke! ¡El desayuno esta servido!-
-¡Ahora voy!-
Con ánimo salió de su habitación y bajó corriendo las escaleras, tomó asiento junto a su hermana y comenzó a desayunar.
-Estas de muy buen humor el día de hoy… me das miedo ¿lo sabías?-
Dijo su hermana mientras tomaba un poco de jugo.
-¡Cállate! Es normal que este de buen humor, después de todo ya son vacaciones-
Dijo un poco molesto mientras mordía su pan tostado.
-¿Qué harás hoy Ryosuke?-
Preguntó su madre.
-Saldré, quiero pasear un poco-
-Ya veo, no regreses tarde-
-No te preocupes, no tengo la costumbre de regresar tarde-
Dijo con una amplia sonrisa.
-Pero nunca es tarde para comenzar-
Dijo su hermana con tono burlón.
-¡No te metas en lo que no te importa!-
Ryosuke infló los cachetes en forma de puchero mientras su hermana continuaba riéndose de él por su infantil actitud.

Al terminar el desayuno Ryosuke ayudó a levantar la mesa.
-Volveré en la tarde-
Dicho esto se puso sus tenis y salió de casa.
Estando afuera una cálida brisa acarició su rostro.
-Definitivamente esto es vida-
Se dijo mientras estiraba ambos brazos nuevamente y comenzaba a caminar rumbo a la parada del autobús.
-¿A dónde será bueno ir?-
Se preguntó mientras observaba la lista de horarios de la parada, no tenía ningún plan en especifico, no tenía ganas de llamar a sus amigos para verse, quería estar solo, simplemente vagar por ahí un rato, disfrutar de su libertad temporal.
-¿Debería ir a Shibuya? ¿O mejor a Akihabara?… o tal vez…-
No podía decidirse, de pronto, alguien se dirigió a el.
-Disculpa, ¿puedes hacerte a un lado un poco?-
-¿Eh?-
Exclamó confundido al sentir que esa persona le tocaba el hombro.
-Ah…. Lo siento-
Dijo avergonzado mientras se apartaba de aquel letrero, observando así a un chico alto, cabello negro, delgado, apuesto.
Ryosuke no podía apartar la vista de aquel chico alto, no se explicaba por qué pero algo le llamaba la atención.
-Perfecto, el de Shibuya llegará en dos minutos-
Comentó el chico con una sonrisa triunfante mientras se alejaba del letrero, se alejó un par de pasos y Ryosuke continuo observándolo.
-¿Shibuya…?-
Se dijo echándole un vistazo al horario.
-Supongo que también puedo ir…-
Al decir esto se alejó del letrero y tomó asiento en la pequeña banca. Con un poco de curiosidad, miró discretamente a aquel chico alto, el cual estaba recargado en un poste, esperando la llegada del autobús.
De pronto, como si aquel chico hubiese sentido la mirada de Ryosuke, lo miró curioso y le regaló una hermosa sonrisa, acto que provocó un sonrojo evidente en el rostro de Ryosuke y que este desviara de inmediato la mirada.
“-¿Pero que rayos estaba haciendo? No tengo por que estar viendo a personas extrañas-”
Pensó mientras su expresión se volvía ligeramente confundida y sacudía su cabeza en forma negativa.
Casualmente aquel chico alto continuaba observándolo y no pudo evitar el reír con la actitud de Ryosuke.
-Eres gracioso-
Dijo mientras reía, Ryosuke se sorprendió bastante y miró a aquel chico.
-¿Te refieres a mi?-
-¿Quién más podría ser? Aquí solo estamos tu y yo-
Torpemente Ryosuke miró a su alrededor.
-Es verdad…-
Esto provocó que el chico alto riera de nuevo.
-De verdad que eres muy gracioso-
Al escuchar estas palabras y al ver la sonrisa de aquel chico, Ryosuke se ruborizó un poco mientras se formaba una expresión de puchero en su rostro.
-¡No soy gracioso!-
Y aparentando estar molesto, se cruzó de brazos y desvió la mirada.
-Sabes… te pareces a alguien que conocí hace tiempo-
Confundido ante tal comentario, Ryosuke miró a aquel chico.
-¿Yo?-
-¿Acaso hay alguien más aquí?-
Preguntó con ironía mientras se cruzaba de brazos y esbozaba una sonrisa burlona.
-Pues debes estar equivocado, yo no te conozco, jamás de había visto y jamás he visto a alguien como tú-
Alegó ligeramente molesto.
-Tranquilo, solo dije que te parecías, no te lo tomes tan personal-
Ryosuke no dijo nada y se limitó a desviar la mirada, justo en ese momento el autobús llegó y el chico alto fue el primero en subir, Ryosuke dudó un poco, no sabía si subir o no, no quería quedarse ahí sentado más tiempo a esperar a otro autobús, así que sin más se puso de pie y también subió al autobús.
Tomó asiento en un lugar pegado a una de las ventanas, mientras que el chico alto se sentaba en uno de los lugares del fondo.
Ahora que no podía observarlo, Ryosuke se sentía inquieto, pero trató de concentrarse en otra cosa, aunque de vez en cuando tenía el presentimiento de estar siendo observado, decidió no darle demasiada importancia, así que se limitó a solo observar por la ventana y distraerse.

Al llegar a Shibuya, aquel chico alto fue el primero en bajar, y después de dos personas Ryosuke logró bajar.
Al mirar a su alrededor pudo observar como aquel chico se acercaba a otro, el cual era un poco más bajito que el y al parecer lucía molesto.
-¡Yuto! ¡Llegas tarde!-
-Lo siento, no fue a propósito-
-Olvida tus excusas, mejor vámonos de una vez-
-De acuerdo-
Así, el chico bajito se dio media vuelta y comenzó a caminar, Yuto, el chico alto, estaba por hacer lo mismo cuando sintió la curiosa mirada de Ryosuke, así que se giró para verlo, le sonrió y con lo mano se despidió de el.
Completamente sorprendido y avergonzado se sorprendió al ver como aquel chico se despedía de el.
“-Así que… te llamas Yuto eh… ¿por qué se me hace familiar?-”
Pensó Ryosuke mientras se llevaba la mano a la barbilla.
-Disculpa, ¿te puedes hacer a un lado?-
Al escuchar esa voz se sorprendió, era una señora la cual intentaba bajar del autobús, avergonzado, se hizo a un lado mientras se disculpaba torpemente.
“-Mejor dejo de pensar en tonterias-”
Pensó, y con un suspiró se dio media vuelta, caminando en dirección contraria a la que aquel chico llamado Yuto se había marchado.

-¿Quién era ese chico Yuto?-
Preguntó el bajito mientras caminaba junto a el.
-Un chico gracioso-
Respondió con una sonrisa.
-¿Lo conoces?-
-No, creo que no-
-¿Otra vez hablando con desconocidos?-
-¿Cómo que otra vez? No lo hago seguido-
Alegó Yuto mientras se cruzaba de brazos.
-¿Ah no? ¿Acaso me vas a negar que cada verano le hablas a alguien desconocido pensando que es alguien que conoces? ¿Lo vas a negar?-
Ante tales preguntas Yuto bajó la cabeza y dejó escapar un suspiro.
-Es que no puedo evitarlo, en verdad deseo verlo otra vez-
-Yuto… reacciona, ya han pasado cinco años desde que viste a ese niño, francamente no creo que lo vuelvas a ver, solo sabes su nombre, no sabes en donde vive, no sabes nada-
-Pero es que estoy seguro de que puedo encontrarlo-
Dijo con decisión, el más bajito dejo salir un suspiro de resignación.
-¿Y cuando lo encuentres que vas a hacer eh?-
Ante tal pregunta Yuto no supo que responder, así que el más bajito continuo hablando.
-¿Acaso vas a decirle que estas enamorado de el? ¿Qué lo has estado buscando por cinco años? ¿Qué cada verano tienes la esperanza de encontrarlo? ¿Eso le dirás?-
-¿Por qué no?-
Dijo tranquilamente, provocando que su amigo tratara de guardar la calma.
-Pensará que estas loco y se alejará de ti, además, ¿cómo lo vas a reconocer? En cinco años pudo haber cambiado bastante, es posible que ya lo hayas tenido en frente y tu no te has dado cuenta-
-Sé que lo puedo encontrar, después de todo hicimos una promesa-
Declaró sonriente.
-¿Y como sabes que el aún recuerda esa promesa?-
-¿Por qué no mejor te guardas tu pesimismo y te concentras en encontrar lo que quieres de una vez?-
-Solo quiero que veas las cosas con realismo Yuto, eso es todo-
Declaro el bajito.
-Chinen, no es necesario que intentes cambiar mi forma de pensar, solo déjame, si jamás lo encuentro pues entonces podré vivir con ello-
Chinen miró resignado a su amigo.
-De acuerdo, no te diré nada más, ahora mejor ayúdame a encontrar lo que necesito-
-Me parece una mejor idea-
Dijo Yuto con una sonrisa, así, ambos chicos entraron en una tienda de regalos.

Ligeramente aburrido, caminaba por las calles, observando curioso a la gente, como si buscara a alguien.
-¿Pero que rayos estoy haciendo?-
Se preguntó mientras esperaba a que el semáforo se pusiese en verde para poder atravesar la avenida.
“-No lo estoy buscando, no lo estoy buscando….-”
Pensó mientras cerraba los ojos y sacudía su cabeza.
-Necesito distraerme…-”
Murmuró, en ese momento el semáforo se puso en verde y pudo atravesar la avenida, llegando a un local con máquinas de videojuegos.
-Supongo que esto ayudará-
Y con una sonrisa entró a lugar.

Después de haber visitado varias tiendas, Chinen había encontrado lo que buscaba.
-Gracias por haberme acompañado, al fin el regalo perfecto-
Dijo victorioso mientras cargaba con una pequeña bolsa de papel, la cual contenía una cajita.
-No es nada, pero como lo prometiste, debes invitarme un helado-
-Claro, claro, un trato es un trato-
-Así es-
Dijo Yuto con una sonrisa.
-Pues entonces vamos antes de que sea más tarde-
-¿Tarde? Pero si son apenas las tres-
-Para ti no es tarde, pero para mi sí lo es-
Dijo Chinen mientras se ruborizaba un poco.
-Oh ya veo… tienes una cita más tarde cierto-
Dijo Yuto con curiosidad.
-Eso ya no es de tu incumbencia, así que anda, vámonos-
Y jalando a Yuto del brazo comenzó a llevárselo hacia una heladería, al entrar ambos tomaron asiento en una mesita y Chinen fue a comprar los helados mientras Yuto esperaba, con la mirada distante.
“-Tal vez Chinen tiene razón y deba olvidarlo todo…-”
Pensó, suspiró y continuo mirando hacia una de las paredes.

Había jugado por más de una hora, estaba cansado, así que salió de aquel lugar y comenzó a caminar, encontrándose con una heladería en el camino.
“-Supongo que un helado no me caería nada mal-”
Pensó, y sin más, entró al lugar. Curioso, miró a su alrededor, caminó hacia la barra e hizo su pedido.
Minutos después, llevaba en las manos un gran helado lleno de fresas, su preferido, y con una sonrisa muy satisfactoria, comenzó a caminar, tomó asiento y comenzó a devorar aquel helado, sin darse cuenta de quién estaba en la mesa de atrás.

Estaba ligeramente perdido en sus pensamientos, cuando observó como un chico tomaba asiento en la mesa de enfrente, con un enorme helado de fresas, aquel chico le daba la espalda pero se le hacia familiar.
-Fresas… huele a fresas… igual que el…-
Dijo con un suspiro, en ese momento sintió un ligero golpe en la cabeza.
-Deja de hablar solo, asustarás a la gente-
Era su amigo Chinen, el cual volvía con dos helados.
-Lo siento…-
Dijo sin apartar la mirada de aquel chico.
“-Estoy seguro de que es el chico de esta mañana…-”

Aquel rato paso de forma extraña, Chinen hablaba y hablaba pero Yuto no le prestaba la atención suficiente, no dejaba de ver a aquel chico de vez en cuando. Después de mucho, Chinen se fastidió al notar lo distante que estaba Yuto.
-¿Y se puede saber a ti que te pasa?-
Preguntó molesto, Yuto lo miró distraído.
-Nada-
Respondió vagamente.
-A mi no me engañas Nakajima, estas raro, ¿Qué te ocurre?-
Yuto dejó escapar un suspiro, comió un poco de su helado y miro a Chinen.
-Me siento extraño… eso es todo-
-¿Otra vez? Cada verano es lo mismo contigo, ¿hasta cuando piensas seguir así?-
-Lo que sucede es que él… se le parece mucho…-
Dijo Yuto señalando al chico de enfrente, Chinen se giró para poder verlo.
-¿El? Pero esta de espaldas Yuto, ¿Cómo estas tan seguro?-
-No lo sé… solo lo siento-
-Yuto… siempre dices lo mismo, deja de pensar tanto en eso, lo prometiste hace rato, mejor vámonos de aquí antes de que intentes hablar con el y solo logres asustarlo-
Chinen se puso de pie enseguida, tomó su bolsa de compra y se dirigió hacia la puerta.
-Esta bien…-
Murmuró Yuto en voz baja mientras se ponía de pie, y curiosamente, justo en ese instante, el chico de la otra mesa también se puso de pie, Yuto se dio cuenta de ello y se quedo esperando la oportunidad para ver su rostro, gran sorpresa se llevo al ver al chico de esta mañana.
-¡Yuto!-
Le gritó Chinen desde la entrada.
-Vo… voy-
Dijo sin poder apartar la mirada de Ryosuke.
-Vaya, que coincidencia encontrarte aquí-
Le dijo Ryosuke con una sonrisa algo nerviosa.
-Lo mismo digo-
Respondió Yuto, estaba por decir algo más cuando sintió como alguien lo jalaba del brazo y se lo llevaba.
-Te dije que te dieras prisa, ¿Por qué nunca me escuchas y haces lo que te digo?-
Le decía Chinen mientras lo sacaba del lugar, Ryosuke los observó confundido, después murmuró.
-Que sujetos tan extraños…-
Y sin más, también salió de aquel lugar.

-No tenías por que jalarme de esa manera-
Reclamó Yuto mientras se frotaba el brazo.
-Si no hacía algo jamás ibas a moverte, ya deja de pensar en tonterias y date cuenta de que tienes una vida propia, deja de buscar a alguien que de seguro ya ni se acuerda de ti-
Yuto bajó la mirada mientras Chinen continuaba caminando.
-Ya entendí…-
Dijo mientras caminaba junto a su amigo.
-Yo tengo que irme a otro lado, ¿Estarás bien si te dejo solo?-
Le preguntó preocupado mientras se detenía.
-Si, supongo que regresaré a casa solo-
-Perdón que te deje así…-
Dijo Chinen con ternura.
-No te preocupes por mi, después de todo aún tienes algo importante que hacer con eso ¿cierto?-
Dijo señalando la bolsa que cargaba Chinen.
-Es verdad… Entonces, nos vemos después-
-Claro, hasta luego-
Así, con una sonrisa, Chinen continuo por un camino diferente, Yuto observó como se alejaba y después de un minuto, continuo con su camino rumbo a la parada del autobús.
-Necesito un buen baño, hace demasiado calor-
Se dijo mientras se limpiaba el poco sudor que tenía en la frente, curioso, miró su reloj, eran las cinco de la tarde.
-Espero y haya autobús ahora…-

Ryosuke caminaba sin rumbo y un poco inquieto.
-¿Por qué siento que ese nombre se me hace familiar?-
Se preguntaba mientras caminaba.
-¡Hace demasiado calor! ¡Así no puedo concentrarme!-
Gritó desesperado, ocasionando que la gente que transitaba junto a el lo miraran extrañados. Torpemente sonrió y comenzó a correr.
-¿Hasta cuando se me quitará la maña de hablar solo?-
Se dijo mientras continuaba corriendo, sin darse cuenta ya estaba cerca de la parada del autobús.
-¿Será que ya es hora de volver a casa?-
Murmuró mientras miraba su reloj.
-Supongo que si-
Entonces dejó de correr para solo caminar hacia la parada, al estar más cerca pudo distinguir que había alguien sentado en aquella banca, por alguna razón se le hacia familiar.
Trató de no darle demasiada importancia, así que al llegar a la parada, lo único que hizo fue recargarse en uno de los tubos y disfrutar de la refrescante sombra.

Yuto escuchó como alguien llegaba, pero estaba tan absorto en sus pensamientos que no tenía deseos de mirar de quien se trataba, hasta de escuchó una curiosa melodía.
-¿Qué quieres?-
Se escuchó una voz algo molesta, esa voz le era conocida, así que sin poder contenerse, se giró para ver de quien se trataba, encontrándose así con Ryosuke, quien hablaba por teléfono con una expresión de fastidio en el rostro.
-No voy a comprarte nada, así que no me molestes…. ¿Qué?… No te creo, mamá no come esas cosas… ¿eh? ¿Mamá?…. Si….. Si…. De acuerdo, lo compraré… si…. No tardo…. Adiós-
Y con un suspiro cerró su teléfono, al sentir que alguien lo miraba se giró solo para encontrarse con Yuto.
-¿Tu otra vez?-
Preguntó sorprendido, Yuto no pudo evitar el sonreír nerviosamente.
-Lo mismo digo-
-¿Qué acaso me estas siguiendo o que?-
-En lo absoluto, yo llegué primero que tu, así que deduzco que eres tú el que me sigue a mi-
Respondió con tranquilidad.
-Por supuesto que no, yo vengo aquí para esperar el autobús que me llevará a casa-
Respondió ligeramente exaltado mientras le daba la espalda para examinar el letrero de los horarios.
-Y me tengo que esperar diez minutos para que llegue el que necesito-
Murmuró mientras observaba bien aquel letrero.
-Igual que yo-
Le dijo Yuto, Ryosuke se sorprendió y se giró de inmediato.
-¿Qué? ¿Tu también?-
-Así es-
Dijo tranquilamente mientras regresaba su vista al frente.
-No puede ser…-
-Es mi imaginación o no te agrado mucho que digamos-
-¿Eh?-
Ryosuke estaba sorprendido, después de todo aquel chico no le había hecho absolutamente nada como para tratarlo de esa manera.
-Lo siento, creo que estoy siendo demasiado grosero-
Se disculpo tímidamente, Yuto lo observo un poco curioso y no pudo evitar el reír un poco.
-¿De que te ríes?-
Preguntó Ryosuke.
-De nuevo me recordaste a alguien… lo siento, no pienses que me estoy burlando de ti-
Respondió tratando de no reírse más.
-Esta es la segunda vez que me dices eso, ¿pues quien es esa persona que según tú se parece tanto a mi?-
Preguntó Ryosuke mientras se cruzaba de brazos.
-Un viejo amigo, pero hace cinco años que no lo veo, lo he estado buscando puesto que hicimos una promesa pero… es inútil, cada verano es lo mismo-
-¿Una promesa?-
Preguntó Ryosuke curioso mientras miraba la expresión triste de Yuto.
-Si… una promesa… pero supongo que el la olvidó, puesto que lo he estado esperando en el mismo lugar cada año y nunca llega…-
Ante tales palabras, el corazón de Ryosuke se detuvo por un momento y un escalofrío recorrió todo su cuerpo.
-Lo… lo esperas… en el mismo… lugar… ¿cada año?-
Algo se le hacía familiar, pero no lograba recordar de que se trataba.
-Si… de hecho, justo ahora me dirijo a aquel parque-
-¿A un parque?-
Preguntó de nuevo Ryosuke aún sorprendido.
-Si que eres una persona muy perseverante-
-¿Lo crees? Mi mejor amigo decide calificar a esto como una tontería-
Dijo con una sonrisa fingida mientras se recargaba en el respaldo de aquella banca.
-¿Pero… por que lo esperas cada año? ¿Qué significa ese chico para ti?-
La mirada curiosa de Ryosuke absorbía a Yuto.
-Bueno, antes de separarnos, prometimos volvernos a ver y estar juntos para siempre, prometí decirle algo importante-
-Vaya… algo parecido me sucedió a mi también-
Yuto miró sorprendido a Ryosuke.
-¿De verdad?-
Ryosuke asintió con la cabeza, Yuto quería preguntar más pero justo en ese momento el autobús llegó.
-Es hora de partir-
Dijo sonriente mientras subía al autobús, dejando a Yuto con las ganas de hablar, después reaccionó y también se puso de pie, subiendo al autobús y tomando asiento hasta atrás, como siempre solía hacerlo, mientras que Ryosuke se sentaba junto a una ventana.

Durante todo el camino la curiosidad invadía a Yuto, pero ahora era imposible tratar de hablar con Ryosuke, había subido más gente al autobús.
Cuando llegaron a su destino, el primero en bajar fue Ryosuke, y sin esperar a que Yuto bajará, emprendió con su camino de regreso a casa. Cuando Yuto bajo, solo observó como el chico se alejaba.
-No le pregunté su nombre… -
Dijo en voz baja mientras observaba al chico alejarse.
-De todas formas, tengo que ir a un lugar…-
Y con un suspiró emprendió su camino rumbo a aquel parque.

Tras haber pasado a una pequeña tienda departamental a comprar el encargo de su madre y hermana, llegó a casa más que cansado.
-Ya estoy en casa-
Dijo mientras se quitaba los zapatos, de inmediato su madre y hermana corrieron a recibirlo.
-¿Trajiste lo que te encargue?-
-Si, aquí esta-
Dijo entregándole la pequeña bolsa de compra a su hermana y sin más subió a su habitación.
-¿Por qué tiene que hacer tanto calor?-
Se preguntó mientras se dejaba caer sobre la cama bocabajo.
-Me daré un baño-
Dijo poniéndose de pie, tomo su toalla y ropa limpia, salió de su habitación y entro al baño.

Yuto estaba llegando a aquel conocido parque, todo era igual, no cambiaba mucho.
-¿Llegaras esta vez?-
Se preguntó mientras se dejaba caer debajo de un gran árbol.
-Si esta vez no llegas… jamás volveré…-
Y mirando hacia el cielo, dejó escapar un suspiró y se dispuso a esperar.

Dentro de aquella tina llena de agua, Ryosuke intentaba relajarse y descansar, pero sobre todo, refrescarse un poco después de tan acalorado día.
-Que extraño… Yuto… Yuto… Yuto… ¿en dónde lo he oído antes?-
Se preguntaba tratando de recordar algo, de pronto una voz femenina bastante peculiar lo sacó de su concentración.
-¿Te refieres al niño que conociste hace mucho?-
-¿Eh? ¿Cuál niño?-
Preguntó confundido, después se percató que su hermana estaba dentro del baño y de inmediato se molestó por ese hecho.
-¡¿Se puede saber que haces aquí?!-
-Vine por una toalla, además no tiene nada de malo-
Dijo su hermana con una sonrisa burlona.
-¡¡¡Sal de aquí!!!-
Gritó bastante molesto, sin embargo la chica no se movió ni un centímetro.
-¿Qué haces aquí solo recordando cosas de tu infancia?-
-¡¡Eso no te importa!!-
Respondió molesto mientras se hundía más en la tina.
-Estabas hablando de Yuto-kun, claro que me importa-
-¿Tu… lo conoces?-
Preguntó extrañado.
-Pues si, era un amiguito tuyo, bueno, solo lo fue durante un tiempo, para ser exacta en unas vacaciones de verano, después de eso nos fuimos de viaje a Osaka y no volvimos en un buen tiempo, ¿lo olvidaste?-
Ryosuke estaba confundido y sorprendido a la vez, ¿Por qué había olvidado algo así?
-Bueno, de todas formas, date prisa que quiero bañarme yo también-
-Si…-
Respondió distante.

Al fin limpio y relajado, de nueva cuenta se dejó caer sobre su cama, miró su reloj, eran las siete con catorce minutos.
-Yuto… ¿será el mismo?… Viví tanto tiempo con los abuelos en Osaka que… no recuerdo bien…-
Lentamente sintió como los parpados le pesaban y lentamente sus ojos se cerraban. Poco a poco cayó en un profundo sueño.

----- Cinco años atrás…
Estaba desesperado, al borde del llanto, ¿Cómo se había perdido de esa forma?
-Mamá… ¿en donde estas?-
Decía en un sollozo mientras continuaba caminando, de pronto algo lo hizo tropezar, lastimándose un poco la rodilla, un simple raspón. Estaba a punto de soltarse a llorar cuando escuchó una amable voz.
-Disculpa, no era mi intención que te cayeras, ¿te encuentras bien?-
Ryosuke se puso de pie con dificultad y miró a aquel niño, el cual lo miraba preocupado.
-Estoy bien… gracias-
-Debes caminar con más cuidado, ibas muy distraído, si continuas así te perderás-
Ante tales palabras, los ojos del pequeño Ryosuke se llenaron de lágrimas.
-Ya estoy perdido… no encuentro a mi mamá ni a mi hermana…-
Trataba con todas sus fuerzas de contener su llanto.
-No llores, si quieres, puedo ayudarte a encontrarlos, conozco este parque como la palma de mi mano, puedes confiar en mi-
Ante la amigable sonrisa del aquel chico, Ryosuke también sonrió aliviado.
-Muchas gracias, me llamo Ryosuke, Yamada Ryosuke, ¿Y tu?-
Preguntó curioso después de presentarse.
-Yuto, Nakajima Yuto, mucho gusto-
-Igual-
Dijo con una sonrisa, así ambos chicos comenzaron con la búsqueda de los familiares de Ryosuke, a los cuales encontraron en poco tiempo, después de eso, ambos chicos se despidieron y prometieron verse de nuevo al día siguiente.
Y así ocurrió, ambos niños se veían todos los días en aquel parque, jugaban juntos, platicaban, se contaban historias, bromeaban, lentamente se volvían muy buenos amigos, hasta que un día, algo cambió en ambos.
Ryosuke intentaba, por décima ocasión, lograr pasar por aquel pasamanos, pero el resultado siempre era el mismo, no aguantaba y se caía, en cambio Yuto lo pasaba con facilidad y destreza.
-Te envidio, ¿por qué no te caes también?-
-Es cuestión de que le pierdas el miedo, inténtalo, si te caes yo estaré aquí para agarrarte-
Dijo con una amable sonrisa, Ryosuke se ruborizó levemente al ver aquella tierna sonrisa, y con decisión, volvió a intentar subirse, pero como siempre, el resultado fue el mismo, perdió la fuerza y estaba a punto de caer, pero a diferencia de las demás ocasiones, esta vez sentía algo suave debajo de el. Cuando logró abrir los ojos se dio cuenta de que había caído encima de Yuto, el cual lo abrazaba protectoramente.
-Yuto-kun….-
Dijo completamente avergonzado.
-Te dije que te agarraría-
Le sonrió de nuevo y Ryosuke se perdió por completo, Yuto era tan lindo cuando sonreía, que no se explicaba el por qué se sentía tan nervioso estando tan cerca de el.
De igual forma, Yuto lo miraba fijamente, perdiéndose en la profunda y curiosa mirada de Ryosuke. Ambos estaban demasiado cerca, hasta que una voz los hizo reaccionar.
-¡Ryosuke! ¡Es hora de irnos!-
Asustado y completamente avergonzado, se puso de pie de un solo brinco, Yuto hizo lo mismo y ambos se miraron tímidamente.
-Es hora de irme… nos veremos mañana….-
-Por supuesto, te estaré esperando Yama-chan-
Le dijo con una avergonzada sonrisa, Ryosuke le sonrío de vuelta.
-Definitivamente debes venir mañana, tengo algo importante que decirte-
-Claro que vendré, lo prometo-
Y para sellar esa promesa, Yuto se acercó a Ryosuke y le dio un tierno beso en la frente.
-Es una promesa-
Completamente ruborizado, Ryosuke asintió con la cabeza, después se volvió a escuchar otro grito de su hermana y tuvo que partir.

----------

Lentamente abrió los ojos, se reincorporó y se talló un poco la cara, se sentía extraño.
-¿Cómo pude olvidar algo así?-
Se pregunto completamente confundido, sintiendo un punzante dolor en el pecho.
-Después de eso… no regresé por que me llevaron a Osaka… y hace un poco menos de un año regresamos… ¿Ese Yuto… será el mismo?-
De pronto, recordó las palabras que aquel chico le había dicho.
“-Si… una promesa… pero supongo que el la olvidó, puesto que lo he estado esperando en el mismo lugar cada año y nunca llega…-”
-No… no lo olvidé… simplemente nunca pude ir…-
De pronto, un nudo se formó en su garganta y una desesperación comenzó a invadirlo, entonces, miró su reloj, faltaban diez minutos para las ocho en punto, así que sin pensarlo más, tomó un suéter ligero y salió de su habitación.
Salió de casa sin dar una sola explicación, ignorando los gritos de su madre.

Corría lo más rápido que sus piernas se lo permitían, estaba desesperado, deseando que Yuto en verdad estuviese ahí esperándolo.
Al llegar a aquel parque, miró a su alrededor, hace mucho tiempo que no iba y no lo recordaba muy claramente. Comenzó a caminar lentamente, mirando a su alrededor detenidamente, necesitaba encontrar a Yuto cuanto antes.
Después de caminar por unos minutos, a lo lejos visualizó aquel gran árbol, en dónde siempre se encontraba con Yuto, debajo de este había alguien, pero no lograba distinguir muy bien quien era. Lentamente se acercó, estaba ligeramente nervioso, sus latidos se aceleraban más y más.
Estaba ya a punto de llegar a aquel árbol cuando esa persona se puso de pie, se estiró un poco, estaba dispuesto a marcharse.
Y es que ya había estado ahí dos horas, más que suficiente, y con tristeza, se dispuso a marcharse.
Ryosuke no podía permitir que se marchara, así que lo llamó.
-¡Yuto!-
El nombrado se quedó congelado, no estaba seguro de lo que había escuchado.
-Yuto… ¿Eres tú cierto?-
Lentamente Yuto se giro y se encontró con Ryosuke a unos cuantos pasos de distancia.
-¿Qué… que haces aquí?-
Preguntó confundido.
-Cumplo con una vieja promesa-
Respondió con una tierna sonrisa. Yuto lo miró sorprendido a Ryosuke.
-¿Tu… tú eres Yama-chan? ¿En verdad eres tú?-
Ryosuke solo asintió con la cabeza mientras sonreía, y sin poder contenerse más, Yuto caminó de prisa, y abrazó a Ryosuke con fuerza, el cual respondió a aquel cálido abrazo.
-No te reconocí, creciste demasiado, y no es que lo haya olvidado, simplemente no me encontraba en la ciudad hasta hace medio año-
-Eso ya no importa, estas aquí…-
Le dijo Yuto al oído mientras lo abrazaba tiernamente, Ryosuke se acomodó mejor, disfrutando del calor de Yuto.
-Ahora si podrás decirme aquello que prometiste decirme-
Dijo Ryosuke mientras se alejaba un poco. Yuto acarició el rostro de Ryosuke y dijo con voz suave.
-Te quiero-
Ryosuke se ruborizó de inmediato, y antes de poder decir o hacer algo, pudo sentir los labios de Yuto sobre los suyos, un poco sorprendido, se quedó inmóvil por unos instantes, y justo cuando estaba a punto de responder, Yuto se alejó de el un poco y junto su frente con la suya.
-Tal vez es demasiado precipitado, pero este sentimiento lo he guardado durante todo este tiempo-
Ryosuke se ruborizó aún más y por iniciativa propia, acercó su rostro al de Yuto, al mismo tiempo que se aferraba un poco al cuello de su camisa, y sin más lo besó. Esta vez el sorprendido fue Yuto, pero de inmediato respondió a aquel dulce beso, ambos abriendo lentamente sus bocas, haciendo de aquel beso más y más profundo, moviéndose a un solo ritmo, suave y lento.
Al separarse Ryosuke habló.
-Siento mucho que hayas esperado tanto tiempo-
-Eso ya no importa-
Dijo Yuto con una sonrisa. Ryosuke, completamente ruborizado dijo.
-Te… quiero…-
Bajó tímidamente la mirada, Yuto tomó su rostro con ambas manos y volvió a besarlo tiernamente.
-Gracias por regresar-
-Gracias por esperarme tanto tiempo-
Ambos se sonrieron y se abrazaron fuertemente, prometiendo así, no solo encontrarse en cada verano, si no permanecer juntos en cada estación, todos los días de su vida, con aquel profundo sentimiento que a cada segundo, se volvía más fuerte.

F I N