miércoles, 31 de agosto de 2011

Obsess [Cap. 15]

Konbanwantsu~ 8D
Bien, me esforcé en terminar lo más rápido que pude, y no saben todo lo que tuve que pasar para terminar este capitulo, desde escuchar tres CD's de BeeGees, uno de Camila y terminar en J-pop LOL tuve que buscar inspiración POR TODAS PARTES!!
Si, me inspiré un música diferente y todo para este capitulo, en donde ocurren cosas nuevas y creo que inesperadas~ donde esa obsesión aumenta más y más y MÁS OwO
Y para que vean que no me gusta hacer sufrir a Ryutaro, ya no lo traté tan mal [?] x'D casi no hay YamaJima~ creo que voy a comenzar a dejarlos un poquito con toda su miel para concentrarme en los principales xD y respecto a HikaTo pues aqui no salen lol no se me ocurrió una forma de juntarlos otra vez, eso me pasa por añadir cosas extra que no estaban planeadas desde el principio lol pero todo lo que hago para complacerlas e__é haber si así me valoran ;__; [dramatica xD] si algo de dramatica por que tengo hambre XD pero ya ahorita voy a comer algo :3
Espero y este capitulo les guste~~

--------------------------------------------

Capitulo 15

Los tres caminaban un poco lento, Yuto iba un poco detrás de Daiki y de Yabu.
-Es increíble lo que Takaki esta dispuesto a hacer por Chinen ¿No lo crees?-
Dijo Daiki mientras continuaba mirando al frente, eso fue lo único que logro decir, el silencio lo estaba poniendo demasiado nervioso y esa fue la única forma de buscar un tema de conversación.
-Lo sé, lo mismo le dije cuando me lo contó todo, supongo que su madre no tardará en hacer algo pero… el sabrá que hacer para evitar ese matrimonio obligado, además, aún tiene a su padre, el puede ayudarlo-
Dijo Yabu quien de igual forma se esmeró por mantener su vista al frente.
Yuto observaba a ambos chicos un poco extrañado, no había que ser demasiado inteligente para darse cuenta de que había una atmósfera extraña entre ambos, sin embargo no dijo nada y continuo caminando detrás de ellos.
-¿Qué crees que ocurrirá si Chinen descubre lo del compromiso?-
Preguntó Daiki.
-No lo se, no conozco tanto a Chinen como para saberlo, pero seguramente intentará alejarse para no causarle problemas a Takaki supongo-
Respondió Yabu.
-Joven Kota, siento interrumpir pero, es por este camino-
Dijo Yuto al ver que Yabu continuaba caminando en otra dirección, Daiki hacía lo mismo, al parecer los dos se estaban desviando sin querer del camino.
-Ah, es verdad, que despistado-
Sonrió torpemente mientras retrocedía.
-Yo tampoco noté que ya habíamos llegado-
Dijo Daiki con la misma expresión torpe. Yuto no dijo nada más y solo los observó fijamente, sabía que algo había cambiado entre ambos, pero no podía atreverse a preguntar.
-Te acompañaré hasta tu casa-
Dijo Yabu dirigiéndose a Daiki.
-No es necesario, ya falta muy poco para llegar-
-No importa, te dejaré ahí. ¿Cómo esta tu madre?-
Al escuchar esta pregunta, Daiki bajó la mirada y su voz se tornó débil.
-Supongo que esta bien, se la pasa con sus amigas casi todo el tiempo, evitando ver a papá… aunque él casi no esta en casa tampoco-
-¿Cómo van las investigaciones de tu padre?-
-No lo sé… no habló mucho con él y cuando lo hago conversamos acerca de otras cosas, yo solo espero y… no tenga más problemas-
Yabu sonrió y esta vez se animo a mirar a Daiki, sonriendo para él.
-Estoy seguro que algún día esta sociedad va a comprender el resultado del trabajo de tu padre, ya lo verás-
Al sentir la mirada de Yabu, no pudo evitarlo y levantó la mirada para verlo, al ver como el mayor le sonreía no pudo evitarlo y le sonrió de vuelta.
-Eso espero-
Así, llegaron a casa de Daiki.
-Gracias por acompañarme, aunque no era necesario-
Agradeció el menor.
-Descuida, nos queda de camino-
Dijo Yabu señalando con la cabeza a Yuto, quien sonrió amablemente.
-Nos vemos… luego-
Así, sin decir más, ambos se observaron fijamente, era demasiado evidente que algo había cambiado entre ambos, por más que lucharan por ocultarlo, cada vez resultaba más difícil.
-Adiós-
Logró despedirse Yabu al sentir la mirada de Yuto, estaba avergonzado.
Sin más, Daiki entró a su casa y Yabu se marchó, esperando a que Yuto le preguntara o dijera algo, sin embargo no ocurrió nada de eso, simplemente se mantuvo en silencio hasta que llegaron a casa.

En cuanto llego dejó al caballo en el establo, le acarició suavemente la cabeza y salió. Atravesó el jardín hasta llegar a la entrada de la casa, en donde fue recibido por el mayordomo.
-Bienvenido joven Kei-
-Estoy en casa-
Respondió un poco indiferente mientras se dirigía a las escaleras, comenzó a subir escalón por escalón, se sentía mal, extraño, preocupado y a la vez desesperado, por alguna razón comenzaba a desagradarle el hecho de que Yabu se acercara tanto a Daiki, podía sentir algo diferente.
-Debe ser mi imaginación…-
Dijo para si mientras abría la puerta de su habitación y entró, todo estaba obscuro, no había una sola vela encendida, así que con cuidado se acercó a la gran ventana y abrió la cortina, de inmediato la tenue luz de la luna iluminó aquella habitación, si bien la luz no era suficiente, para Kei resultaba perfecta, tal vez así podría relajarse un poco y dejar de pensar “tonterias”.
Tomó asiento en el sillón cerca de la cama y recargó su espalda por completo en el respaldo, cerró sus ojos e intentó tranquilizarse, al parecer estaba dando resultado hasta que de pronto alguien tocó a la puerta.
-No quiero ver a nadie-
Respondió sin siquiera abrir los ojos.
-Traigo la cena…-
Escuchó del otro lado, conocía esa voz, era Ryutaro.
-Pasa-
Dijo sin moverse de su lugar.

Torpemente logró abrir la puerta, fue difícil puesto que llevaba ambas manos ocupadas con la bandeja de metal en la cual llevaba la cena para Kei.
Desde que lo había visto llegar pudo notar que no tenía muy buena cara, podía estar seguro de que algo había sucedido, solo rogaba que no se tratase de algo relacionado con el joven Daiki y el joven Kota, en verdad no deseaba ver a Kei sufriendo por algo así.
-¿Quiere que encienda las velas?-
Preguntó Ryutaro al ver que todo estaba casi obscuro, y es que la luz de la luna no era suficiente para iluminar toda la habitación.
-No, quiero estar así-
Respondió Kei.
Sin nada más que hacer, comenzó a caminar torpemente en busca de la mesa, necesitaba caminar con cuidado puesto que llevaba un poco de té, no debía derramarlo.
“-¿Por qué no querrá encender las velas?-”
Pensó Ryutaro mientras avanzaba lentamente, hasta que por fin, con una de sus piernas, pudo sentir la pequeña mesa, con cuidado se inclinó y dejó la bandeja sobre la mesa, a tientas tomó la taza, después la tetera y con un gran esfuerzo comenzó a servir.
Todo estaba en silencio, Ryutaro estaba tan concentrado en no derramar el té hasta que la voz de Kei lo sobresaltó un poco, ocasionando que derramara un poco de té caliente sobre su mano.
-¿Qué trajiste?-
Preguntó Kei, pero como respuesta solo obtuvo un quejido.
-¡Ah!-
-¿Qué sucede?-
Preguntó abriendo los ojos y reincorporándose rápidamente.
-Nada-
Se apresuró a decir mientras se ponía de pie rápidamente y se alejaba.
-¿Entonces por que te quejaste?-
Preguntó Kei intentando ver el rostro de Ryutaro, aunque era muy poco lo que lograba ver.
-Por nada, perdone las molestias, le traje un poco de té, si necesita algo puede llamarme, ahora me retiro-
Ryutaro estaba haciendo un esfuerzo sobre humano por sonar natural, la mano le ardía demasiado, fue entonces que comenzó a arrepentirse de haber calentado tanto el agua para el té.
-¿No vas a decirme que te paso?-
Preguntó Kei, pero fue inútil, el menor salió de la habitación sin decir nada más.
Al quedarse solo, se puso de pie y caminó hacia donde sabía había una vela, siempre junto a una vela tenía una caja de cerillos, al tenerla entre sus manos encendió la vela, y así continuo hasta que toda su habitación estuvo iluminada, fue entonces que Kei miró hacia la mesita de madera en donde Ryutaro había dejado el té, ahí pudo observar como había té derramado y al ver el vapor que salía tanto de la taza como de la tetera pudo comprender que el agua estaba demasiado caliente, y claro era por que a el así le gustaba tomar su té.
-¿Por qué si te lastimas no dices nada?-
Murmuró, después dejó salir un suspiro y sin más que hacer, salió de su habitación en busca de Ryutaro.
-¿Qué acaso lo haces a propósito para que te regañe siempre?-
Se dijo nuevamente mientras bajaba las escaleras, atravesó el gran recibidor, entro al comedor y al mismo paso caminó hasta llegar a la cocina, en donde, antes de entrar, se detuvo al escuchar la voz de Yamada.
-¿Y ahora que te sucedió?
Por alguna extraña razón no se atrevió a entrar, solo se asomó discretamente, así pudo observar como Ryutaro se encontraba sentado en un pequeño banco de madera, estaba con un trapo húmedo sobre su mano.
-No me pasó nada-
Respondió Ryutaro con seriedad.
-¿Ah si? Entonces si no te paso nada ¿Qué haces con eso sobre tu mano?-
Preguntó Ryosuke mientras se acercaba y le quitaba rápidamente aquel trapo, dejando a la vista su mano, la cual se encontraba muy roja.
-¡¿Con qué te quemaste?!-
Gritó Ryosuke mientras se alarmaba.
-Con nada, no es para tanto, ahora devuélveme eso-
Dijo Ryutaro con fastidio mientras se ponía de pie y le quitaba el trapo a Ryosuke.
-No se te va a quitar con solo un trapo húmedo-
Lo regañó Ryosuke, sin embargo Ryutaro lo ignoró por completo.
-¿Cómo fue que te quemaste?-
-Derramé sin querer un poco de té, eso es todo-
Respondió de mala gana.
-¿El té que le llevaste al joven Kei? ¿Cómo es posible que tu hayas derramado algo? Tú mismo calentaste el agua, sabías que estaba muy caliente, ¿En que estabas pensando?-
Ryutaro comenzaba a hartarse de los comentarios de Ryosuke.
-¿Quieres dejarme tranquilo? No eres mi madre-
Este comentario solo hizo enojar a Ryosuke.
-No seré tu madre pero soy mayor que tú y tengo derecho a preocuparme por ti, así que ahora vas a hacer lo que yo te digo-
Dicho esto, Ryosuke tomó la otra mano de Ryutaro y comenzó a jalarlo para salir de la cocina.
-¿A dónde me llevas?-
-Iremos con la señora Yoko, ella siempre tiene algo para este tipo de cosas-
La señora Yoko era la que cuidaba el jardín, en especial las flores.

Al notar que ambos chicos se acercaban, rápidamente se hizo a un lado, y se escondió en un rincón hasta que vio como ambos se alejaban.
No pudo evitar el dejar de notar como Yamada tomaba la mano de Ryutaro.
-Vaya, ¿ahora vas a dejar que él sea quien te cuide? Bien, como quieras-
Se dijo mientras comenzaba a caminar de regreso a su habitación, estaba molesto, él siempre había sido quien cuidaba de Ryutaro, siempre se había empeñado en hacerlo, incluso desde el día en que lo dejó con aquella criada, no había día en el que no preguntara por él, ¿Cómo era posible que ahora alguien más hiciera su trabajo?
Malhumorado, entró a su habitación y se acercó a su cama, comenzó a desvestirse, apagó las velas y se acomodó para dormir, ni siquiera recordó el té que Ryutaro le había llevado, simplemente no tenía ganas de levantarse ahora, sabía que necesitaba dormir para no dejar que aquello continuara afectándole.

Esa mañana llegó muy tranquila, como de costumbre, lentamente abrió los ojos.
-Joven Daiki, el desayuno esta servido-
Dijo una criada mientras corría las cortinas para dejar entrar la resplandeciente luz del sol.
-Gracias, enseguida bajo-
Le respondió mientras salía de la cama y dejaba escapar un gran bostezo.
Poco después, al llegar al comedor, se encontró con su padre y su madre, ambos estaban tomando su desayuno en completo silencio, como de costumbre, a veces Daiki se preguntaba por que sus padres continuaban juntos si apenas y se dirigían la palabra, bueno, en sí la respuesta era bastante obvia, su madre odiaba los rumores y ser la protagonista de los chismes y era seguro que si se separaba de su esposo lo sería.
-Buenos días padre, madre-
Saludó tímidamente a ambos mientras tomaba asiento, no obtuvo respuesta, su padre mientras tomaba un poco de café escribía algo en un pedazo de pergamino y su madre simplemente masticaba con la mirada baja.
Su desayuno fue servido y justo antes de comenzar, su padre se puso de pie y fue así como logró ver a su hijo.
-Daiki, buenos días hijo, no te había visto-
-Buenos días padre-
Saludó nuevamente Daiki, sonriendo al igual que lo hacía su padre.
-Me encantaría poder conversar un poco más contigo pero tengo cosas que hacer, sabes que si necesitas algo estaré en mi estudio, no olvides que siempre estaré ahí-
-Como si pudieras ir a otro lugar-
Interrumpió su madre con bastante frialdad.
-Muchas gracias padre-
Dijo Daiki ignorando el comentario de su madre con un poco de nerviosismo, comenzaba a rogar internamente que no fueran a comenzar una nueva discusión como de costumbre, realmente odiaba escucharlos discutir, gritar, era algo realmente desagradable.
Sin nada más que decir, el señor Arioka se marchó, la madre de Daiki terminó de tomar su té y también se puso de pie.
-¿Vas a salir?-
Preguntó tímidamente Daiki a su madre.
-Voy a estar con mis amigas, seguramente tu harás lo mismo-
Daiki bajó la mirada y no respondió, a su madre poco pareció importarle y se marchó.
En silencio, Daiki terminó de desayunar.

Kei estaba tomando su desayuno tranquilamente, de pronto Ryutaro entró al comedor y se acercó a él.
-Joven Kei, tiene correspondencia-
Así, el menor le entrego una carta. Fue así como Kei pudo notar como Ryutaro tenía vendada una mano, la mano que se había quemado esa noche.
-Gracias-
Dijo con indiferencia mientras tomaba aquel sobre. Sin más, Ryutaro hizo una pequeña reverencia y salió del comedor.
Kei lo miró de reojo, esta vez no iba a reclamarle nada, si el menor no deseaba ser cuidado por el entonces no se iba a molestar más por ello.
Cuidadosamente logró abrir aquel sobre, al comenzar a leer se sorprendió, era una carta de su padre.
“Espero y hayas terminado lo que te deje la última vez que fui a casa, no voy a poder estar en el aniversario luctuoso de tu madre, así que es tu deber ir en mi lugar.
Eso es todo.”
Al leer aquello, los ojos de Kei comenzaron a arder, sentía deseos de llorar, pero no era un llanto de tristeza, era uno lleno de coraje y resentimiento hacia su padre.
-¿Cómo es posible que no puedas ni siquiera tener el tiempo de venir a entregarle flores a su tumba?-
Murmuró mientras doblaba con fuerza aquel pedazo de papel y lo dejaba sobre la mesa.
-Eso es mañana… mamá…-
Se lamentó mientras miraba por la ventana.

Le dolía a sobre manera ver a su joven amo sufrir y no poder hacer nada al respecto. Realmente deseaba poder dar un paso adelante y decir algunas palabras que animaran a Inoo, pero no, Ryutaro era incapaz de hacer algo, tenía temor de ser rechazado o ignorado, además sabía que era algo que a él no le correspondía meterse, así que simplemente pudo observar el triste rostro del mayor mientras sentía un fuerte dolor en su pecho.

-Joven Kota, ¿Necesita algo?-
Preguntó Yuto desde la puerta de la biblioteca, observando al joven completamente concentrado en su lectura.
-No Yuto, no necesito nada más que estar a solas, ¿podrías por favor cerrar la puerta en cuanto salgas?-
Pidió Yabu sin despegar la vista de su lectura, Yuto hizo una reverencia y salió de la biblioteca, cerrando la puerta tras de si tal y como su amo lo había pedido.
A decir verdad estaba pensando en tantas cosas, ni siquiera estaba leyendo, en cuanto escucho la puerta dejó escapar un suspiro mientras cerraba aquel libro y lo colocaba de nuevo en su lugar. A comparación de la biblioteca de Inoo, la suya era mucho más pequeña, no solía leer demasiado y normalmente lo que solía leer estaba en su habitación.
-Necesito… pensar en otra cosa…-
Se dijo mientras leía los títulos de algunos libros para ver si de casualidad uno llamaba su atención, pero era inútil, solo transcurrían unos segundos y Daiki regresaba a su cabeza.
-No puedo… eso no… esta bien-
Se dijo mientras se dejaba caer lentamente al suelo, quedando de rodillas y cubriendo su rostro con ambas manos.
Lo que estaba despertando en su interior se estaba convirtiendo en un verdadero martirio para él, no era posible, desde el día en que tomo la decisión de marcharse al extranjero decidió al mismo tiempo dejar a Daiki en libertad, bueno, no era que existiera algo entre ellos antes, siempre fueron buenos amigos, pero de igual forma siempre estuvo conciente de sus sentimientos, sin embargo no podía rechazar aquella oferta de estudiar en Inglaterra, no podía defraudar a su familia y por ello decidió irse, dejando a Daiki en manos de Inoo, esperando que así el menor se siguiera sintiendo protegido, como tanto lo necesitaba.
Sinceramente le dolía saber que ahora Inoo y Daiki tenían algo más allá de una amistad, de igual forma sabía y le constaba el gran amor que Inoo tiene por Daiki, se sentía realmente un idiota por llegar de pronto y comenzar a sentir cosas que no debían ser.
Y sin embargo, era tan feliz estando a solas con el menor que… se estaba volviendo loco, necesitaba más control sobre sí mismo si no… estaría por cometer alguna locura.
-Ya no debo… estar tan cerca de él…-
Se dijo seriamente mientras se ponía de pie.

La mañana transcurría con demasiada tranquilidad, estaba seguro de que su madre llegaría a primera hora de la mañana con algo, pero no fue así, lo cual le provocaba aún más preocupación y esta estaba evidentemente reflejada en su rostro.
-Yuya… ¿Pasa algo malo?-
Preguntó Chinen mientras recogía los platos sucios de la mesa en los que Yuya había desayunado.
-¿Eh?… Ah… no es nada, descuida… voy a salir un momento ¿quieres venir conmigo?-
Esto era extraño, Takaki no acostumbraba a salir y menos por las mañanas, sin embargo Chinen solo sonrío en forma afirmativa.
Poco después, ambos caminaban tranquilamente por el profundo bosque, alejados de todo aquel que pudiera verlos.
-Yuri-
Lo nombró Takaki al mismo tiempo que se detenía repentinamente. El menor reaccionó y se giró para ver al mayor.
-¿Si?-
-¿Por qué no vas a visitar a tu madre por unos días?-
La verdad era que Takaki odiaba la idea de no ver a Chinen siquiera por un segundo, pero debía buscar la manera de mantenerlo alejado de la casa y esperar a que su madre hiciera algo para poder libremente gritarle en su cara que no estaba dispuesto a casarse con absolutamente nadie.
-No puedo hacer eso… tengo que trabajar-
Respondió Chinen con un semblante de extrañeza mientras trataba de que su mirada se encontrara con la de Takaki, lo cual era casi imposible puesto que el mayor desviaba la mirada.
-Te doy permiso, es bueno que descanses un poco y que mejor lugar que estando en tu casa, por la paga no tienes que preocuparte, te daré el dinero como si todo estuviera normal-
Dijo Yuya con una sonrisa.
-Pero yo no quiero ir a casa, yo necesito estar aquí-
Respondió Yuri en un tono ligeramente desesperado, por alguna razón sentía que Takaki deseaba alejarlo.
-Entonces tendré que ordenártelo, irás a tu casa por al menos cinco días, necesitas descansar, no tienes que preocuparte de nada que para eso están los demás sirvientes, ¿haz entendido?-
La voz de Takaki era ligeramente seria.
-¡No quiero!-
Exclamó Chinen con desesperación, realmente no deseaba alejarse ni un segundo de Yuya, ¿Por qué tenía que obligarlo ahora?
-No te estoy preguntando, te vas a ir a tu casa por cinco días, yo mismo voy a llevarte, es una orden y no puedes desobedecerme-
Poco a poco el tono de voz de Yuya era más frío.
-¿Por qué? ¿Por qué tengo que alejarme de ti? ¿Acaso hice algo mal? ¿Este es un castigo por algo malo que hice?-
Preguntó Chinen con desesperación mientras hacía un gran esfuerzo por no dejar salir aquellas lagrimas que se acumulaban en su ojos.
-No es ningún castigo, simplemente estoy preocupado por ti, trabajas demasiado, casi no descansas y no quiero que enfermes algún día, no pienses que te quiero lejos de mi, pero lo he estado pensando y el que descanses en tu casa un tiempo te hará bien, por favor entiéndeme-
Ahora, la voz de Takaki era amable, como siempre.
-Pero yo me siento muy bien, no necesito ningún descanso… no quiero estar lejos de ti por tanto tiempo-
Esta vez también la voz de Chinen sonó más suave, al mismo tiempo que las lagrimas comenzaban a correr por sus mejillas.
-No, por favor no-
Dijo Takaki mientras se acercaba al menor y lo tomaba entre sus brazos, rodeándolo cálidamente y besando su cabeza con ternura.
-Solo será unos días, yo mismo iré por ti, lo prometo, en verdad estoy preocupado por tu salud y quiero que descanses, hazlo por mi, ¿Acaso quieres verme preocupado?-
Chinen abrazó de vuelta a Takaki con fuerza y lentamente dejó de llorar.
-Esta bien, iré a casa, pero debes prometer que no será más de cinco días-
Takaki alejó un poco al menor de su cuerpo solo para así lograr verlo de frente y regalarle una tierna sonrisa.
-Lo prometo, ni un día más-
Chinen sonrió y así, lentamente ambos se acercaron hasta que se besaron lentamente.
Aquel beso estuvo tan lleno de anhelo y desesperación para ambos, pero más para Takaki, no deseaba alejar al menor de su lado, pero era la única alternativa que le quedaba para que así no se enterara del absurdo compromiso al que su madre estaba dispuesto a obligarlo.

Al saber que el joven Kota no necesitaba nada y que deseaba estar solo sabía que tenía al menos un rato de libertad, así que discretamente salió de la gran mansión y emprendió el camino rumbo al pueblo, necesitaba investigar aún más cosas para el día de su libertad.
Tras haber preguntado por los empleos disponibles y de cuanto podría ganar al día, caminó un poco más y casualmente, no muy lejos de él, estaba Ryosuke.
-¿Por qué siempre que vengo aquí tengo que encontrarte?-
Le pregunto con una sonrisa, el mayor intentaba poder seguir cargando esos costales llenos de carbón que en verdad se sorprendió al escuchar la voz de Yuto detrás de él.
-¡Ah! ¡Yuto!-
Exclamó mientras perdía un poco el equilibrio, al verlo así no pudo evitar sonreír un poco mientras tomaba uno de esos costales.
-Te ayudaré un poco-
-No es necesario… yo puedo solo-
Refunfuñó un poco pero Yuto simplemente sonrió y continuo caminando, a decir verdad le alegraba el hecho de haberlo encontrado, así que sin afán de ocultar su felicidad, se apresuró para alcanzar a Yuto y caminar a su lado.
-¿A que has venido?-
Preguntó Ryosuke con curiosidad.
-Solo a distraerme un poco-
-¿Y el joven Kota?-
-Esta en casa, desea estar solo por lo que ahora no me necesitará-
-Ya veo… últimamente no te necesita demasiado-
Comentó Yamada.
-¿Por qué lo dices?-
Preguntó Yuto un poco extrañado.
-Bueno, ayer también estabas libre-
-Ah, ayer fue un caso especial, el joven Takaki me pidió que me llevara a Chinen lejos de la casa y eso hice, al parecer no deseaba que él en especial llegara a escuchar lo que él y el joven Kota tenían que conversar-
-¿En verdad? ¿Pero por qué?-
Preguntó Ryosuke con curiosidad.
-Bueno, no sé mucho pero creo que el joven Takaki esta comprometido un una doncella y no quiere que Chinen se entere, eso mas o menos pude entender al escuchar al joven Daiki y al joven Kota hablar-
Dijo Yuto con un poco de confusión.
-Vaya… que extraño…-
-Bueno, deja de preocuparte por problemas ajenos, ¿no tienes que llevar esto a la casa del joven Inoo?-
-Ah, si, ¿me acompañarás?-
Preguntó Ryosuke esperando convencer a Yuto.
-Bueno, no tengo mucho que hacer así que… creo que puedo acompañarte-
Dijo Yuto con una sonrisa mientras se acercaba al rostro de Ryosuke y le daba un fugaz beso sobre la frente, ocasionando así que el menor se ruborizara completamente al mismo tiempo que se quedaba inmóvil.
-Si no te das prisa voy a llegar primero que tú-
Le dijo Yuto mientras continuaba caminando, fue así como Ryosuke pudo reaccionar y apresuró el paso para darle alcance.

Encerrado en aquella biblioteca, volvió a leer la carta que su padre le había enviado, no podía perdonar a su padre por comportarse de esa manera ante un suceso tan importante.
-Es solo una vez al año y ni siquiera puede darse el tiempo de venir…-
Dijo con rencor mientras golpeaba con fuerza el escritorio, sin embargo su puño golpeo sin querer la filosa navaja con la que habría los sobres, cortando así sus nudillos, brotando inmediatamente la sangre.
-Lo que me faltaba-
Se quejó mientras se recargaba por completo en el respaldo de su silla y observaba fijamente su mano ahora bañada en sangre.
Sin muchas ganas se puso de pie y salió de la biblioteca, tenía la intensión de dirigirse a su habitación así que lentamente subió por las enormes escaleras, caminó por el pasillo, su mano continuaba escurriendo sangre, no le importaba aquello.
Justo antes de llegar a su habitación, vio como Ryutaro salía de esta.
-¿Qué hacías en mi habitación?
Preguntó con cierto tono de frialdad, dejando así al menor paralizado.
-Ah… joven Kei… yo… estaba limpiando las ventanas…-
Dijo mientras mostraba torpemente sus utensilios de limpieza, un trapo completamente sucio y un balde un agua.
-Bien, continua entonces con tu trabajo-
De nueva cuenta se dirigió a él con frialdad pero justo al pasar a su lado, el menor pudo ver la herida en su mano.
-¡Esta sangrando!-
Exclamó con miedo y sorpresa.
-¿Eh? Ah… esto-
Dijo Inoo mientras levantaba su mano, en verdad poco le importaba ahora lo que le sucediera a su mano.
-Iré por algo para curar esa herida-
Dijo Ryutaro, estaba dispuesto a marcharse corriendo pero la voz de Inoo lo detuvo.
-No hace falta, no quiero que dejes tus deberes ahora, solo déjame tranquilo-
Ante las palabras del mayor, Ryutaro se detuvo en seco, se giró lentamente y con determinación le dijo.
-¡No voy a dejar esa herida sin sanar!-
Así, ignorando por completo las palabras de Inoo, se marchó corriendo en busca de lo necesario para curar al mayor.

Ya un poco más relajado y tranquilo, salió de la biblioteca y justo al pasar por la sala su madre le hablo.
-Hijo, ¿no vas a salir hoy?-
-No lo creo, no hay nada que hacer así que pensé en ir a leer un poco a mi habitación-
Respondió Kota deteniéndose junto a su madre.
-Pero ¿Acaso no vienes de la biblioteca?-
-Ah… bueno… es que no encontré nada interesante y voy a mi habitación para estudiar un poco-
Respondió un poco nervioso.
-Esta bien, como tu digas, pensé que si no estabas ocupado podrías hacerme un poco de compañía, me siento algo sola-
Yabu le sonrió a su madre y sin más tomó asiento en el pequeño sillón de enfrente.
-Supongo que puedo leer después, ¿Qué sucede? ¿Por qué tan aburrida?-
-No estoy aburrida, simplemente pensé que sería bueno convencerte para que estés a mi lado un rato, ¿Qué de malo tiene querer pasar un momento con mi hijo?-
Bromeó la señora y ambos sonrieron para después comenzar una amena platica acerca de la familia.

Al fin terminó de recoger sus cosas, Takaki lo estaba esperando en la entrada de la casa.
Suspiró profundo y salió de la habitación, con lentitud atravesó la gran mansión y al salir se encontró con Yuya.
-¿Listo?-
Chinen solo asintió con la cabeza, aún le entristecía la idea de ir a casa de esa forma.
-Te llevaré a tu casa, le explicaré las cosas a tu madre para que no hayan malos entendidos, ¿esta bien?-
-¿Cómo que mal entendido puede haber?-
Preguntó Chinen curioso.
-Bueno, puede pensar que yo te despedí o algo por el estilo ¿no lo crees?-
-Puede ser…-
-Vamos, creo que aún recuerdo el camino-
Le dijo Yuya con una sonrisa mientras tomaba su mano, al principio Chinen se sorprendió y pensó en soltarse, pero al notar que el mayor tomaba un camino por el cual prácticamente nadie transitaba, se sintió mas relajado y seguro.
Largo rato paso, caminaban a paso lento, a decir verdad, Yuya no tenía ganas de llegar pronto, no deseaba tener que dejar a Yuri, pero debía hacerlo.
De igual forma, Chinen caminaba lentamente, esperando que en cualquier momento Yuya se arrepintiera y emprendieran mejor el camino de regreso, pero eso no sucedió.
-Es aquí ¿cierto?-
Preguntó Takaki deteniéndose no muy lejos de una pequeña casita, la casa de Chinen no se encontraba tan cerca del pueblo, más bien en una zona más tranquila, más adentrada hacia el bosque en donde cerca tenían un pequeño río y el espacio necesario para cosechar sus propios alimentos.
-Si, es aquí…-
Dijo Chinen sin muchos ánimos de acercarse más.
-Anda, entra, yo iré detrás de ti-
Sin más remedio, caminó por delante, justo antes de llegar a la puerta, la voz de su madre lo tomó por sorpresa.
-¡Yuri! ¡Oh mi hijo! ¿Qué haces aquí?-
Al parecer la señora se encontraba lavando un poco de ropa y al ver a Yuri de inmediato dejo sus deberes para correr hacia él y abrazarlo con fuerza.
-Madre, he venido de… visita por un tiempo…-
-¿Visita?-
De pronto la señora pudo notar la presencia de Takaki ya que este habló.
-Buenas tardes señora, he traído a su hijo para que descanse unos días, últimamente tiene demasiado trabajo y me preocupa su salud, volveré por el dentro de unos cinco días, espero los cuales sean suficientes para que recupere fuerzas, por la paga no se preocupe, todo seguirá normal, de eso yo me encargo-
Dicho esto Takaki sacó un pequeño costal lleno de monedas el cual se lo entregó a la madre de Chinen.
-Muchas gracias joven, pero… ¿Te encuentras bien? Te dije que no te esforzaras demasiado o terminarías enfermando-
La señora dijo esto último dirigiéndose a su hijo.
-No estoy enfermo madre, todo estoy fue idea de Yuya… sama….-
-Descuide, yo sé que queda en buenas manos, volveré por él después-
Dicho esto, Takaki le sonrió tiernamente a Yuri y sin más, dio media vuelta y emprendió el camino de regreso a su casa, sintiendo una gran opresión en el pecho por tener que dejar al menor, pero era lo mejor que podía hacer por ahora.

No soportaba estar dentro de su casa, por más que intentaba distraerse de alguna forma, las voces de las amigas de su madre lo ponían de mal humor, deseaba salir, así que sin más eso hizo.
Al estar afuera de su casa, miró a su alrededor, más concretamente en dirección a casa de Yabu.
-No… eso no…-
Se dijo mientras sacudía la cabeza y caminaba en dirección contraria, no avanzó mucho cuando se encontró con Yuto.
-Joven Daiki-
Lo saludó el menor con una reverencia.
-Oh… Yuto, ¿Qué haces por aquí?-
Preguntó ligeramente nervioso mientras esperaba ver por algún lado a Yabu, pero eso evidentemente no iba a suceder.
-Bueno yo fui al pueblo y ahora voy de regreso con el joven Kota-
-Ah… ¿no esta contigo?-
Preguntó Daiki con una desilusión más que evidente.
-No, el joven Kota dijo que deseaba estar a solas un momento y por eso no esta conmigo, pero estoy seguro de que si usted va a visitarlo su semblante cambiará bastante-
Comentó tranquilamente Yuto con una sonrisa.
-¿A visitarlo? Ah… no, no puedo…. Eh… tengo que ir a otro lugar pero… puedes saludarlo de mi parte…. Hasta luego-
Así, ligeramente nervioso, Daiki se marchó a paso apresurado.
-¿Pero que es lo que me pasa?-
Se pregunto mientras caminaba rápidamente rumbo al bosque, ni siquiera había considerado en ir a visitar a Kei, por un instante… lo olvido por completo.
Al estar junto a aquel bello lago, se sentó sobre el suave pasto, observando fijamente la hermosa vista que tenía frente a él, pensando en tantas cosas y todo llevándolo a lo mismo, Yabu.

-¿Entonces la tía va a tener un cuarto hijo?-
Preguntó Kota sorprendido.
-Es sorprendente que a su edad este embarazada pero así es-
Le dijo su madre mientras tomaba un poco de té. En ese momento Yuto entró a la sala y se dirigió a Kota.
-Joven, siento mi ausencia, no medí mi tiempo y…-
-¿No estabas?-
Le preguntó Yabu curioso.
-Ah… bueno… yo….-
-Descuida, no me había dado cuenta de tu ausencia, no hay problema, ahora que estas aquí ¡puedes pedir que traigan más té?-
Preguntó Yabu alegremente.
-Si, por supuesto-
Respondió Yuto y se dirigió hacia la cocina.
-Es increíble que haya crecido tanto-
Comentó la madre de Kota.
-Yo lo sigo viendo igual-
-Eso es por que tu lo ves todos los días, desde que llegaron no dejo de asombrarme con lo apuesto y alto que se ha vuelto Yuto-kun en todo este tiempo-
-¿Ah si?-
De pronto Yuto regresó con una de las criadas, mientras esta servía más té, el menor comentó algo.
-Por cierto, joven Kota, me encontré con el joven Daiki hace un rato-
¿Por qué cuando ya había logrado relajarse y olvidarse de esos absurdos pensamientos tenía que volver? Tan solo de escuchar su nombre le causaba un revoltijo extraño en el estomago, más sin embargo hizo todo lo posible por ocultarlo.
-Seguramente iba a ver a Kei-
Comentó de forma natural.
-No lo creo, se dirigía al bosque, me preguntó por usted y le manda saludos, se veía un poco mal-
-¿Mal? ¿Cómo que mal?-
Preguntó Yabu, dejando ver su gran preocupación.
-No sé explicarle… pero no era el mismo de siempre-
Esto llevo a Yabu a pensar en una y mil cosas que tal vez pudieron sucederle a Daiki, así que sin más, se puso de pie.
-Madre, voy a salir un momento, gracias por la agradable conversación pero me temo que tendremos que continuarla más tarde-
Así, sin escuchar lo que su madre le decía, salió de la casa, tras haber dado unos cuantos pasos, Yuto le dio alcance.
-¿Desea que lo acompañe?-
-No, quédate con mi madre, al parecer necesita conversar con alguien, yo volveré pronto-
Sin más que decir, continuo caminando rápidamente, dejando a Yuto de pie solo observando como se alejaba.

Había entrado a su habitación y se encontraba recostado sobre su cama, no se sentía nada bien, la cabeza le daba vueltas y tenía unas incontenibles ganas de soltarse a llorar, el sentimiento de coraje hacia su padre no desaparecía.
Pudo escuchar como la puerta se abría lentamente, sin embargo no se molestó en enderezarse para ver de quien se trataba, con solo escuchar sus pasos pudo saber de quien se trataba.
-Te dije que no necesito que me ayudes-
Dijo de mala gana mientras cubría con su antebrazo sus ojos.
-Y yo le dije que no pienso dejar esa herida así-
Respondió Ryutaro con seguridad, se acercó directo hacia donde Inoo se encontraba, su mano herida estaba sobre la cama, así, se arrodilló al pie de la cama y cuidadosamente tomó su manó.
Al sentir como Ryutaro tomaba de una forma tan gentil su mano, despertó una punzada en su corazón, sin embargo no se movió, no tenía ganas de hacer absolutamente nada.
Con cuidado, Ryutaro limpio la herida de Inoo con un poco de alcohol, esperaba escuchar algún quejido por parte del mayor pero no hubo reacción alguna, lo cual al menos le indicaba que no lo estaba lastimando. Cuando termino de limpiar la herida, tomó un pequeño frasco, y es que había ido con la señora Yoko a pedirle algo que pudiera serle útil, a pesar de que fue regañado no le importó. Gentilmente unto aquel ungüento sobre la herida de su joven amo y después comenzó a vendar su mano con cuidado.
-Listo, con esto debe ser suficiente-
Dijo al fin Ryutaro esbozando una enorme sonrisa de satisfacción, le aliviaba ver que la herida no había sido profunda y que ya no sangraría más.
-No voy a darte las gracias por algo que no te pedí-
Respondió Inoo fríamente sin moverse un centímetro.
-Descuide, no necesito de su agradecimiento, con solo saber que se encuentra bien ahora es suficiente para mi-
Las palabras de Ryutaro sonaron tan firmes que una vez más sintió aquella punzada en el pecho.
-¿Y como sabes que me encuentro bien? Realmente no sabes nada-
Inoo continuaba cubriendo sus ojos con el antebrazo.
-¿Esta así por lo que le envió su padre?-
Preguntó temeroso de ser reprendido por aquella pregunta.
-Ese… hombre… no vendrá para el evento de mañana… es mejor para él dejarme solo-
Poco a poco la voz de Inoo se quebrara más, siendo esto más notorio para Ryutaro.
-Joven Kei… yo no puedo entender del todo como se siente, quisiera poder hacer algo, ese es mi deber… vivir para verlo feliz… si yo pudiera hacer algo por us-
Repentinamente Ryutaro fue interrumpido sorpresivamente, Inoo se reincorporó rápidamente solo para abrazar fuertemente al menor.
Estaba nervioso, sentía que su corazón podría explotar de felicidad en cualquier momento, pero no… debía mantener la calma.
-Ryutaro… gracias-
Sollozó Inoo mientras abrazaba con fuerza al menor, el cual lentamente correspondió al abrazo.
-Se lo dije… para eso estoy aquí-
Sonrió mientras abrazaba a su joven amo, sintiéndose envuelto por aquellos brazos que se negaban a soltarlo.

Lentamente se recostó sobre el suave pasto y clavó su mirada en el cielo.
-¿Por qué me siento así?-
Se pregunto mientras intentaba alejar a Yabu de todos sus pensamientos. Recuerdos de la infancia, sucesos recientes, todo giraba alrededor de Yabu.
Lentamente cerró sus ojos, estaba disfrutando de una agradable tranquilidad cuando escuchó unos pasos acercándose a gran velocidad, lentamente abrió los ojos y se reincorporó buscando quien se acercaba, se sorprendió demasiado al descubrir que esa persona era Yabu.
-¡Daiki!-
Le gritó al verlo y corrió desesperadamente hacia él.
-Ah… Yabu…-
Lo saludo extrañado, el mayor se acercaba rápidamente y justo al estar junto a él se dejó caer de rodillas sobre el pasto y sin más lo abrazó con fuerza.
-¿Estas bien? Por favor dime que todo esta bien-
Daiki estaba confundido y completamente nervioso, ¿Por qué Yabu lo abrazaba tan fuerte ahora? No podía imaginarse que podría estar pasando por la cabeza del mayor así que sin más respondió.
-Estoy… bien… todo esta bien… ¿Qué pasa?-
-Yuto me dijo que te vio extraño y yo… me preocupé… me alegra saber que todo esta bien-
Dijo Yabu sin soltar a Daiki, ahora abrazándolo más delicadamente.
-¿Por qué habría de haber algo malo? Todo esta bien-
Dijo sonriente.
-Ya me di cuenta… me siento mucho mejor al darme cuenta de ello-
Dijo Yabu mientras se separaba del menor y lo miraba sonriente.
-Eres raro ¿lo sabías? No tenías por qué venir hasta aquí corriendo de esa manera, me asustaste-
Le dijo Daiki mientras reía torpemente.
-Lo siento-
Se disculpó Yabu.
De pronto, el silencio se formó entre ambos, solamente se quedaron observándose fijamente, sin saber que hacer o que decir, en ese momento todo la confusión que habían pasado se desvaneció, todo quedó momentáneamente en el olvido quedando tan solo ellos dos.
-Daiki…-
Dijo Yabu con voz suave, este no respondió, solo continuó observando al mayor fijamente a los ojos, mientras sentía que realmente algo estaba cambiando en su interior muy rápidamente.

------------------------------

¿A que se quedaron con las ganas de leer más? Muajajajajajajaa [risa del mal]
si, lo dejé ahi por que de por si me pasé del limite de hojas por capitulo, [solo dos hojas xD] así que hasta AQUI!! por el dia de hoy :3 obviamente dejé el 16 adelantadito para a ver si mañana le sigo~ y lo publico en estos días, no doy fecha por que sé que no la voy a cumplir lol

Esperen ahora por fated que ese también no tarda en salir del horno~ :D

COMENTEN Y HAGAN A ESTA FUJOSHI FELIZ OwO!!!!

domingo, 28 de agosto de 2011

[OneShot] A través de mi ventana

Sigo considerando que no soy buena escribiendo YabuTaro o.o pero esta vez en verdad que hice un gran esfuerzo, tenía muchas ganas de escribir sobre estos dos y creo que no ha quedado taaaaan malo :/
Bueno, eso lo deciden ustes~ yo espero leer sus comentarios de toooodo~ tipo, sean sinceras por favor lol yo sé que no es muy bueno, pero al menos espero y les sea agradable leerlo ^^
Aqui lo tienen~ :D
---------------------------------


Titulo: “A través de mi ventana”
Pareja: Yabu Kota / Ryutaro Morimoto (YabuTaro)
Género: Yaoi-Shouen Ai
Extensión: OneShot
Autora: Ayaa~ :D
Nota1: Yuuna this is for u~ :3
Nota2: Si ven faltas de ortografía o cosas así comprendan que.... hice esto a las 2 de la mañana -w-




A través de mi ventana.

“Todas las mañanas son iguales, despertar, mirar el reloj sobre el buró, bostezar, salir de la cama, estirarme un poco e ir a tomar un baño y así iniciar el día… que aburrido.”
-¡Buenos días!-
Lo saludó alegremente su amigo, quien ahora entraba a su departamento.
-¿Cuántas veces te he dicho que toques antes de entrar?-
-No lo sé, perdí la cuenta desde la número diez-
Respondió tranquilamente mientras tomaba asiento frente a él en el comedor.
-¡Hikaru!-
Exclamó mientras lo miraba fríamente.
-No te enojes Ko-chan, además es tu culpa por dejar la puerta sin seguro, eso es peligroso ¿lo sabías?-
Preguntó el chico de cabello rubio mientras tomaba un pan tostado y le daba una gran mordida.
-No creo que exista algo más peligroso que tú-
Dijo en tono de burla mientras se tomaba el resto de su jugo.
-Si lo dices en ese tono… voy a sentirme mal-
Reclamó Hikaru en forma de puchero mientras continuaba comiendo.
-Solo apresúrate a desayunar que a eso has venido, voy por mis cosas-
Así dejó a Hikaru solo y se dirigió a su habitación, se acercó a su armario, lo abrió y tomo su chaqueta, buscó sobre su escritorio unas hojas, las acomodó en un folder y las guardó en su portafolios, lo dejó sobre la cama para poder ponerse su chaqueta, instintivamente miró el reloj, eran exactamente las siete de la mañana con cuarenta minutos.
Si, era hora, después de ponerse su chaqueta se acercó sigilosamente a su ventana y abriendo solo un poco la cortina, observó a través de esta.
-Aquí viene-
Se dijo mientras sentía de nuevo aquel “bom-bom” en su interior.
Lo que observaba sigilosamente era a un chico, al parecer de preparatoria, el cual caminaba tranquilamente rumbo a la escuela, alto, aunque no tanto como él, cabello negro al igual que sus ojos, los cuales eran hermosos, de mirada siempre seria, refinadas facciones y un aura tan pura y para colmo su sonrisa era lo más bello que había visto en su vida, era rara la ocasión en la que podía verlo sonreír, siempre se acercaba a la ventana para ver si de casualidad tendría la fortuna de ver su sonrisa antes de ir a clases, siempre que eso ocurría extrañamente tenía un buen día, había tomado a aquel chico como su amuleto personal de la buena fortuna, aunque el sabía, en el fondo, que era algo más.
Observó cuidadosamente cada movimiento de aquel chico y de pronto apareció, lo que tanto había anhelado ver, su sonrisa.
Al parecer el chico se había encontrado con un pequeño cachorro, al cual no dudo en acariciar. ¡Lucía tan tierno!
-Ko-chan, si no te das prisa llegaremos tarde-
Le dijo Hikaru desde la pequeña sala, esto lo hizo regresar a la realidad, sacudió torpemente su cabeza, tomó su portafolios y salió de su habitación.

-Ahora vamos a llegar tarde por tu culpa-
Le reclamó Hikaru mientras amos salían del edificio.
-Nadie te dijo que me tenías que esperar-
Le respondió fríamente mientras caminaba.
De pronto, algo llamó su atención, aquel chico… seguía ahí… acariciando a aquel cachorro el cual estaba dentro de una caja de cartón.
Kota intentó ignorarlo, pero algo dentro de él le decía que se acercara, que hablara con el, pero al parecer aquel no era el momento indicado.
-¡Date prisa Ko-chan!-
Le gritó Hikaru, quien ya iba bastante adelantado.

Toda la mañana transcurrió de forma lenta y aburridamente normal para Kota.
-¿Por qué tienes esa cara?-
Le preguntó otro de sus amigos.
-Nació con ella, no lo critiques Inoo-chan-
Bromeó Hikaru, justo después de hacer este comentario esperaba escuchar algún reclamo por parte de Kota, pero no fue así.
-Esto es raro…-
Mencionó Inoo mientras observaba cuidadosamente la expresión distante de Kota.
-¡Hey! ¡Yabu!-
Le gritó al mismo tiempo que golpeaba un poco la mesa. Ante esto, Kota logró reaccionar.
-¿Qué?-
Preguntó ligeramente sorprendido.
-¿Qué es lo que te pasa hoy? Estas muy extraño-
-Nada-
Respondió distante mientras se cruzaba de brazos.

Después de unas cuantas clases más al fin era tiempo de marcharse a casa.
-No olvides la información para nuestro proyecto-
Le dijo a Hikaru mientras guardaba cuidadosamente sus cosas dentro de su portafolio.
-Ya lo sé, te llevaré todo más tarde, a las siete, ¿esta bien?-
-De acuerdo-
Así, Yabu tomó su chaqueta y salió del aula de clases, atravesó el gran patio de la universidad y caminó tranquilamente hacia la parada del autobús.
Mientras observaba a través de la ventana, recordó de nuevo a aquel chico. No sabía su nombre, ni siquiera conocía su voz, solo sabía que algo en él le gustaba, y mucho.
Así, el autobús se detuvo y Kota bajó de el con normalidad, caminó rumbo al edificio donde vivía, pensativo hasta que de pronto se detuvo en seco.
¿Estaba soñando? ¿No estaba viendo bien? ¿Por qué estaba ese chico ahí de nuevo?
Bueno, después de meditarlo unos segundos notó que no estaba soñando y logró comprender el por que aquel chico estaba ahí de nuevo, era por aquel perrito.
Al verlo sonreír mientras acariciaba al cachorro lo enterneció tanto que sin darse cuenta el también estaba sonriendo, en verdad lucía tan adorable.
De pronto alguien se acercó corriendo.
-¡Ryutaro! ¿Qué haces ahí?-
Aquella voz hizo que Yabu regresara a la realidad y notó que estaba de pie a mitad de la calle observando a aquel chico como un idiota, lo cual lo avergonzó un poco e intento disimular que miraba en otra dirección, mientras que de reojo observaba como ahora ese chico respondía al nombre de Ryutaro.
-Solo le doy de comer-
Respondió el menor con tranquilidad mientras miraba al chico que recién había llegado.
-¿No pensaras llevarlo a tu casa o si?-
-No lo se… ya tenemos un perro, no estoy seguro de que a mi mamá le agrade la idea-
-¿Entonces que vas a hacer?-
-No lo sé… no quiero dejarlo-
El ver la cara llena de preocupación de Ryutaro le provocó una opresión extraña en el pecho, sabía que tenía que hacer algo así que sin importarle lo extraño que se viese, se acercó a aquellos chicos.
-Yo puedo cuidarlo-
A decir verdad nunca había cuidado de un perro, pero no parecía ser una mala idea.
-¿Tu quien eres?-
Preguntó el otro chico un poco extrañado.
-Mi nombre es Yabu, Kota Yabu, vivo en este edificio, a decir verdad vi a este cachorro desde esta mañana y estaba pensando en la posibilidad de cuidarlo-
Obviamente estaba mintiendo, la única razón por la que había visto a aquel pequeño perro era por que Ryutaro estaba con el.
-Entonces estará bien si se queda contigo-
Dijo Ryutaro en tono serio mientras se hacia a un lado.
-Si quieres puedes venir a verlo-
-No es necesario, cuídalo bien por favor-
Dicho esto, Ryutaro recogió su mochila del suelo y se alejó a paso apresurado, su amigo corrió detrás de él.
Yabu no sabía que pensar, era extraño, había reaccionado de una forma completamente diferente a la que se había esperado.
-Así que ahora tengo que cuidarte… espero y la dueña no se enoje conmigo por llevarte a mi departamento-
Le dijo al cachorro mientras lo cargaba entre sus brazos y comenzaba a caminar rumbo al edificio.

Después de rogarle a la dueña que le permitiera tener al perro, jurando que no causaría molestia alguna, logró con éxito quedarse con él.
-Voy a tener que comprar algunas cosas…-
Se dijo mientras bajaba al perro y este comenzaba a explorar el departamento.
-Lo que tuve que hacer para no ver tu cara de tristeza… Ryutaro…-
Se sentía torpemente feliz ahora por saber su nombre.
-Su voz es más grave de lo que imaginé…-
Continuo murmurando mientras tomaba asiento en el pequeño sillón negro de la sala.

-¡¿Por qué corres?!-
Le gritó su amigo mientras intentaba darle alcance, logrando así que Ryutaro se detuviera lentamente.
-Lo siento, es que tengo algo que hacer en casa y… acabo de recordarlo, nos veremos mañana-
Y sin más por decir, continuo con su camino, esta vez solo caminando.
En cuanto llegó a casa, subió directamente a su habitación, ignorando por completo lo que su madre le decía, simplemente deseaba estar solo, necesitaba tranquilizarse.
-¿Cómo es posible que se presentara de esa forma tan… fácil?-
Dijo para sí mientras se recostaba sobre su cama y hundía su rostro en su almohada.
-Es evidente que ya no me recuerda…-
Dicho esto, cerró con fuerza sus ojos y comenzó a recordar.

--FB--
Acababa de mudarse a aquella ciudad, tenía tan solo 13 años, trataba de familiarizarse con las calles, los lugares en donde podía comprar comida o golosinas.
En su travesía, encontró una tienda lo bastante grande y surtida de dulces y otras cosas que no pudo evitar la tentación y entro sin pensarlo dos veces.
Miró cuidadosamente los anaqueles, no tenía mucho dinero así que debía pensar detalladamente lo que quería comprar, había tantas cosas, cuando llegó a la sección de revistas había unas cuantas que llamaban su atención, estaba decidido a tomar una para darle una ojeada, había un artículo de béisbol que le parecía interesante pero necesitaba cerciorarse de si valía la pena antes de decidirse a comprarla.
Justo cuando iba a tomarla, alguien más también lo hizo, sorprendido miró a la persona que la había tomado, era una escena un poco graciosa, ambos chicos habían tomado la revista al mismo tiempo.
-Ah, lo siento-
Se disculpó con una torpe sonrisa mientras la soltaba. Ryutaro no sabía explicar lo que sintió en aquel momento, todo le dio vueltas y se sintió torpemente avergonzado.
-¡No importa! ¡Puedes tomarla!-
Exclamó mientras le entregaba la revista.
-Descuida, hay más de esas, además no voy a comprarla, de todos modos, gracias-
La sonrisa de aquel chico alto y delgado lo cautivo por completo, ¿Cómo era posible?
--FB--

-Solo por eso terminé comprando esa revista-
Murmuró mientras se reincorporaba, abrió el cajón del buró que se encontraba junto a su cama y ahí estaba aquella revista.
Desde ese día no pudo sacárselo de la cabeza y ahora que había entrado al una nueva escuela casualmente aquel camino lo llevaba a pasar justo frente al lugar donde vivía, siempre que pasaba buscaba algún tonto motivo para quedarse unos segundos frente a la ventana que daba a su departamento, podía verlo alistar sus cosas completamente concentrado y justo cuando sentía que el mayor se acercaba a la ventana, continuaba con su camino tranquilamente, con una torpe sonrisa en el rostro.
-Yabu-san…-
Murmuró mientras sentía algo extraño en su estomago, ahora entendía por que su amigo rubio lo llamaba “Ko-chan”
-La abreviatura de Kota…-
Nuevamente se desplomó sobre su cama.

-¿En verdad vas a cuidarlo?-
Le dijo Hikaru con una sonrisa burlona mientras observaba como Yabu abría un sobre con comida para perro y la servía en un plato.
-No es una mala idea, me gustan los perros-
Respondió tranquilamente.
-Por eso estabas tan pensativo desde esta mañana ¿cierto? ¡Estabas preocupado por el perrito!-
Exclamó Hikaru.
-¿Eh? ¿Cómo has llegado a esa conclusión?-
Preguntó Yabu mientras dejaba el plato con comida en el suelo para que el cachorro comiese.
-Desde esta mañana, cuando lo vimos, actuabas de forma extraña, ¡Oh Ko-chan! ¡Eres tan tierno!-
-No soy tierno-
Respondió mientras se reía un poco ante la forma de pensar de Hikaru, bueno al menos su amigo no se había dado cuenta de su verdadero interés lo cual estaba bien.

A la mañana siguiente, como siempre, despertó, miró su reloj y salió de la cama, se dio un refrescante baño y saludó al pequeño cachorro, el cual aún no tenía nombre.
De pronto, mientras terminaba de vestirse, escuchó al perro ladrar.
-¿Qué sucede?-
Le preguntó extrañado, como si el perro pudiese responderle, después de verlo ladrar hacia la puerta pudo ver como Hikaru entraba.
-Ahora veo quien va a avisarme cuando entres clandestinamente a mi departamento-
Dijo Yabu en tono de burla mientras observaba el asustado rostro de Hikaru ante los ladridos del perrito.
-¿Qué le pasa? Ayer estaba muy tranquilo-
-Lo entrené para que no te deje entrar sin permiso-
Mintió Yabu mientras disfrutaba de la asustada expresión de Hikaru.
-¡Ko-chan! ¡dile que se calle y que me deje pasar!-
Después de reírse un poco más, Yabu tomó al perro entre sus brazos y así Hikaru pudo entrar.
-Eres muy cruel conmigo ¿lo sabías?-
Yabu no respondió y solo sonrió mientras terminaba de tomar su jugo.
-Voy por mis cosas-
Bien, debía admitir que su día había comenzado de una forma diferente y divertida, más sin embargo había algo que esperaba y no cambiase.
Como de costumbre miró su reloj, de nueva cuenta eran las siete con cuarenta minutos, la hora en la que Ryutaro solía pasar por ahí.
Disimuladamente caminó rumbo a su armario, lo abrió y sacó su abrigo.

Una vez más, Ryutaro pasó frente a aquella ventana, se acercaba a paso lento, mientras pasaba observaba como Yabu abría su armario y tomaba su abrigo, observó como se lo ponía y como tomaba su portafolio, de pronto, sin darse cuenta, se quedó de pie, sin moverse, solo observando fijamente, hasta que algo lo sorprendió y lo dejo completamente inmóvil.

Yabu ya había tomado su portafolio y se acercó a su ventana, corrió un poco la cortina y para su sorpresa se topo de frente con aquellos ojos tan hermosos observándolo fijamente.
Esto lo puso extrañamente nervioso, ahora ambos se observaban fijamente.

Ryutaro comenzó a sentirse tonto, ¿ahora que pensaría de él? Seguramente que era esa clase de niños metiches que les gustaba mirar por las ventanas de la gente.
No pudo aguantar más su vergüenza y comenzó a caminar rápidamente.

Al ver como el menor se decidía a alejarse lo inquietó, así que sin pensarlo más, salió rápidamente de su habitación, atravesó la sala sin decirle absolutamente nada a Hikaru, solo abrió la puerta y salió del departamento, bajó por las escaleras y salió del edificio.
Al visualizarlo comenzó a correr detrás de él.
-¡Espera!-
Le gritó esperando a que se detuviera.

Al escuchar como Yabu le gritaba lo hizo sentirse aún más avergonzado, seguramente le iba a reclamar por estar observándolo de esa forma tan extraña, no deseaba ser regañado y menos por él así que comenzó a correr.

Por otra parte, Yabu pensaba que el chico había descubierto que era constantemente observado por él y pensó que sería buena idea explicarlo todo, pero ahora tal vez y el menor se sentía acosado y perseguido por algún pervertido, necesitaba alcanzarlo para aclarar las cosas.

Después de correr por un buen rato, al fin logró darle alcance y para detenerlo logró tomarlo del brazo.
-Espera… un momento… por favor…-
Estaba cansado, hace mucho que no corría así, necesitaba recuperar el aliento.
De igual forma Ryutaro también estaba cansado, sin embargo su nerviosismo solo aumento al sentir que Yabu sostenía con fuerza su brazo.
-¿Qué quieres?-
Preguntó fríamente pero sin atreverse a mirar al mayor.
-Yo… espera…-
Aún necesitaba recuperar el aliento, estaba muy agotado, sin embargo no soltó a Ryutaro, necesitaba asegurarse de que el menor no fuese a escapar.
-Yo…-
Dijo Yabu, mirando al chico fijamente.
Al sentir la mirada del mayor, no pudo evitarlo más e hizo lo mismo, quedándose inmediatamente con la mente en blanco.
-¡Lo siento!-
Exclamaron al mismo tiempo, al darse cuenta de lo que había sucedido se miraron nuevamente, esta vez confundidos.
-¿De que te disculpas?-
Preguntó Yabu.
Al parecer esta pregunta incomodo a Ryutaro haciéndolo desviar la mirada rápidamente.
-Por observarte… de esa manera…-
Respondió Ryutaro tímidamente.
-¿Me estabas observando? Yo creí que corrías por que yo te estaba observando-
Escuchar las palabras de Yabu confundió mucho a Ryutaro.
-Siempre te he observado-
Volvieron a decir al mismo tiempo. Nuevamente se observaron sorprendidos. ¿Acaso habían escuchado bien?
-Tu… ¿Me observas?-
Preguntó Ryutaro tímidamente.
-Todas las mañanas, desde que comenzaste a pasar frente a mi ventana… no puedo evitar observarte…-
En ese momento las mejillas de Ryutaro se tornaron rojas, ¿Cómo era eso posible? Nunca lo había notado.
-Yo… desde que descubrí que vivías ahí… te he observado a través de tu ventana…-
Dijo el menor mientras bajaba la mirada.
-¿Eh?-
-Lo sabía… no me recuerdas ¿cierto?-
Esta pregunta sorprendió aún más a Yabu, quien ahora observó más detenidamente a Ryutaro.
-¡Te conocí hace tres años!-
Exclamó el menor.
-¿Recuerdas esa vez en la tienda que esta cerca de tu edificio? Tomamos la misma revista…-
Extrañamente ahora se estaba sintiendo demasiado torpe por mencionar aquello, en verdad no esperaba que Yabu lo recordara, no era posible que lo hiciera.
-¿Hace tres años?-
Pensativo, Yabu soltó lentamente el brazo de Ryutaro y comenzó a hacer memoria.
-No… lo recuerdo…-
Respondió torpemente mientras aún intentaba recordar.
-Olvídalo, no tendrías porque recordarme-
Dijo Ryutaro fríamente mientras se disponía a marcharse, se sentía demasiado tonto por haber mencionado aquello que ahora lo único que quería era marcharse lo más rápido posible, sin embargo, Yabu lo detuvo nuevamente y de una forma poco común puesto que lo abrazó por la espalda, pegándolo tiernamente a su cuerpo.
-Perdóname, no tengo buena memoria… además han pasado tres años… debiste haber cambiado mucho en ese tiempo-
Ryutaro se quedó inmóvil al mismo tiempo que su corazón comenzaba a latir con demasiada fuerza.
-No tienes que disculparte por algo así-
-Quiero conocerte más, ¿Puedo llamarte por tu nombre?-
Le preguntó Yabu mientras lo abrazaba con un poco más de fuerza.
-¿Sabes mi nombre?-
Preguntó Ryutaro tímidamente mientras sentía como espalda se erizaba al sentir la respiración de Yabu tan cerca de su oído y de cómo su voz resonaba por su cabeza.
-Ryutaro-kun-
Esto provocó que las mejillas de Ryutaro enrojecieran aún más.
-Esta bien… Yabu-san…-
Yabu sonrió al escuchar aquello.
-Dejemos las formalidades a un lado-
Ryutaro solo sonrió y no dijo nada, así se quedaron por unos minutos más, sin decir nada, Ryutaro se sentía realmente bien al estar tan cerca de Yabu, era algo que ni siquiera había soñado. Por otro lado el mayor encontraba agradable abrazar así al menor.
-Tengo… que ir a clases…-
Dijo de pronto Ryutaro percatándose de que ya era tarde.
-Es verdad…-
Dijo Yabu y sin muchas ganas de hacerlo, soltó al menor.
-Siento haberte entretenido…-
Ryutaro solo movió su cabeza en forma negativa dando a entender que no había problema alguno.
-¿Puedes venir a mi casa cuando tus clases terminen? Digo… supongo que querrás ver al perro… además creo que podrías ayudarme a ponerle un nombre-
Esto era una completa sorpresa para Ryutaro, en verdad tenía una oportunidad más de estar cerca de Yabu, ante lo cual respondió con una sonrisa.
-Vendré más tarde-
Así, sin más, comenzó a marcharse. Yabu lo observó por unos segundos hasta que la voz de Hikaru lo regresó a la realidad.
-Lo que haces es un delito ¿lo sabías?-
Bromeó el rubio mientras le lanzaba su portafolio.
-¿Eh? ¿Estabas observando?-
Preguntó completamente avergonzado.
-Solo vi lo suficiente para deducir que eres un pedófilo, pervertido-
Sonrió burlonamente Hikaru mientras comenzaba a caminar.
-¡Oye! ¡No es lo que estas pensando! ¡Hikaru!-
Le gritó intentando que su amigo se detuviese para así explicarle las cosas, pero este solo continuo con su camino mientras sonreía burlonamente.

Al llegar a casa, después de sus clases, dejó su portafolio sobre el sillón y suspiró profundo. En verdad fue difícil conseguir que Hikaru continuara burlándose de el.
-Yo no soy ningún pervertido-
Dijo para si mientras acariciaba al pequeño cachorro el cual estaba feliz de que Yabu volviera a casa.
Poco tiempo paso y escuchó algo golpear su ventana, extrañado caminó hacia su habitación y miró a través de la ventana, encontrándose con Ryutaro afuera, quien le sonrió tímidamente.
“-Esa aquí-”
Pensó al verlo y algo en su interior se revolvió, estaba realmente feliz de ver al menor así que no esperó más y salió para recibirlo.
-Me alegra que vinieras-
Le dijo Yabu con una amplia sonrisa mientras salía del edificio.
-Espero no llegar tarde, tuve que hacer unas cosas antes de poder venir-
-Descuida, pasa, mi departamento esta por aquí-

Así, ambos entraron y fueron recibidos por el pequeño cachorro, quien corrió hacia Ryutaro como si lo hubiese extrañado.
-Vaya, a ti no te ladrará como a Hikaru-
Comentó Yabu en tono de burla.
-Se ve saludable-
Dijo Ryutaro mientras lo acariciaba.
-Come demasiado, si no estuviera saludable sería un problema ¿no lo crees?-
Ambos solo sonrieron.
Ryutaro se sentó sobre el suelo para jugar un poco con el cachorro, Yabu hizo lo mismo pero en lugar de jugar con el perro solo observo el alegre rostro de Ryutaro.
-Después de todo es mucho mejor verte sonreír-
Dijo Yabu sin pensar muy bien lo que estaba diciendo, provocando así un ligero rubor en las mejillas de Ryutaro.
-Ryutaro… ¿Me dejarías conocerte?-
Preguntó Yabu con un poco de seriedad y anhelo en la mirada. Tímidamente Ryutaro levantó la mirada para verlo y su sonrojo aumentó considerablemente, no podía hablar, estaba muy nervioso para hacerlo así que simplemente asintió con la cabeza.
-Me alegra saberlo-
Dijo Yabu mientras sonreía, fue así como ambos se quedaron en silencio, tan solo observándose fijamente. La atmosfera que se había formado entre ambos era tan tranquila, ambos se sentían tan bien estando tan cerca, que sin notarlo, sus cuerpos comenzaron a reaccionar en contra de su voluntad, acercándose más y más hasta que la única manera en la que lograron reaccionar fue cuando sintieron la respiración del otro sobre su rostro, sin embargo no tuvieron la más mínima intensión de retroceder, estaban tan envueltos por aquella atmosfera que simplemente comenzaron a dejarse llevar por aquel momento.
Lentamente Yabu acercó más su rostro al del menor mientras cerraba sus ojos poco a poco hasta que de pronto, sus labios se encontraron con los del menor en un suave y delicado contacto.
Al sentir los cálidos labios del mayor sobre los suyos, reaccionó de forma automática, cerrando sus ojos y esperando el siguiente movimiento.
Torpemente Yabu logró tomar entre sus manos el rostro de Ryutaro, sus labios estuvieron en la misma posición durante unos segundos más hasta que lentamente y al mismo tiempo, ambos abrieron un poco más sus bocas, profundizando más aquel contacto, convirtiéndose así en un beso más profundo y delicado.
Comenzaron a besarse lentamente, como si así pudieran lograr que el tiempo transcurriera de la misma manera y no tuvieran que separarse jamás. Sin embargo no todo es para siempre, y justo en el momento en el que se separaron, Yabu pudo observar como las mejillas de Ryutaro estaban ligeramente ruborizadas, lo cual le pareció demasiado adorable y tiernamente besó su frente.
Ryutaro abrió lentamente sus ojos y se topó con la tierna mirada de Yabu.
-Me gustas mucho Ryutaro-
Le dijo Yabu en voz baja, esto hizo que el corazón del menor pegara un brincó, estaba feliz por escuchar aquellas palabras.
-Yabu… tú siempre me has gustado mucho-
Respondió completamente ruborizado mientras desviaba torpemente la mirada.
-Me alegra saberlo-
Dijo Yabu con una sonrisa mientras abrazaba al menor con fuerza, dejándose caer al suelo para tener al menor encima de él.
Ryutaro estaba un poco sorprendido, pero al escuchar como el corazón de Yabu también latía con la misma intensidad que el suyo, solo lo abrazó de vuelta y sonrió.

De pronto, el pequeño cachorro comenzó a ladrar y ambos escucharon como la puerta se abría. Sorprendidos observaron como Hikaru entraba al departamento y se asombraba con aquella escena.
-¡Ah! ¡Siento interrumpir!-
Dijo torpemente mientras salía y cerraba la puerta con fuerza.
Inevitablemente Yabu comenzó a reír al igual que Ryutaro.

Al día siguiente Hikaru no entró a su departamento, lo cual solo hizo sonreír a Yabu mientras terminaba de tomar su desayuno, después se dirigió a su habitación para tomar sus cosas como de costumbre y justo al mirar por la ventana, ahí estaba Ryutaro, esperándolo con una amplia sonrisa, hecho que hizo sonreír al mayor.
Al salir del edificio, lo saludó.
-Buenos días-
-Buenos días-
Respondió Ryutaro tímidamente.
-Es temprano, ¿puedo acompañarte a tu escuela?-
Ryutaro lo miró un poco sorprendido pero terminó por aceptar.
-Bien, pues vayamos-
Dijo Yabu sonriente y sin pensarlo dos veces, tomó la mano de Ryutaro, entrelazando así sus dedos.
El menor se sintió avergonzado, pero al ver lo feliz que lucía Yabu no pudo resistirse y también sujeto con fuerza la mano del mayor.
-Sabes… creo que ya recuerdo el día en el que te ví por primera vez, en verdad eras pequeño y tierno-
Le dijo Yabu con una sonrisa.
-¿En verdad lo recuerdas?-
Le preguntó Ryutaro un poco incrédulo.
-Lo siento, aún no, pero estoy seguro de que lo recordaré pronto-
Sonrió Yabu torpemente mientras Ryutaro intentaba no molestarse por aquello.

Después de aquel día, Yabu miraba atento por su ventana, esperando a que Ryutaro llegase para dejarlo entrar a su departamento, comenzaban a conocerse más y más hasta que en verdad fue inevitable querer permanecer juntos todos los días, siempre observándose primero a través de aquella ventana.

F I N

--------------------------------------------

Si~ yo sé que no fue bueno lol pero fue lo mejor que pude hacer! Prometo mejorar más en mi YabuTaro lo prometo ;A;
Quería ponerlo por que... aunque ustedes no lo crean, a mi me gustó como quedó aunque suene un poco contradictorio xD
¡¡Denle gracias a TaeYang y su album SOLAR que yo hubiese escrito esto!! O en su efecto maldiganlo por hacerme crear algo tan malo u_ú
Eso lo dejo a su criterio y espero lo expresen en sus bellos comentarios :D
Nunca me cansaré de pedir leer comentarios, los leo TODOS y TODOS me hacen inmensamente feliz :D
Creo que como "escritora de fics" es lo único que puedo pedir a cambio~ comentarios :D

Ahora si para la próxima actualizo un serial que ya sé que se mueren por alguno de los dos [obsess y fated] así que no sean impacientes que ya casi actualizo ambos :D

martes, 23 de agosto de 2011

[OneShot] A part of Me

Les dije que había vuelto y no era mentira XD
Ando muy centrada en actualizar y logré terminar este oneshot~ el cual considero que quedo laaaargoo~ ahí se nota que tarde meses haciendolo :D
En verdad espero que les guste, hace mucho que no hacia algo TakaChii [además de Obsess] y espero de verdad que haya quedado de su agrado ^^
No comento más por que luego se aburren con tanta cosa que pongo XD así que aqui lo tienen~

-------------------------

Titulo: “A Part Of Me”
Parejas: Takaki Yuya / Chinen Yuri [TakaChii]
Extensión: OneShot
Genero: Yaoi/Lemmon
Autora: Ayaa



A Part Of Me

-Nueva York 2010-

Acababa de llegar a aquella ajetreada ciudad, en donde todo le era desconocido, llevando consigo tan solo una pequeña maleta y su guitarra. ¿Qué más podía necesitar ahora?
Con un pesado suspiro, sujeto bien su guitarra y salió del subterráneo, las piernas le pesaban tanto, era como si estuvieran llenas de plomo, escalón tras escalón hasta que al fin logró ver la luz del sol, era un día despejado, claro, era verano.
Atónito, miró a su alrededor, había demasiada gente, todos hablando en inglés, definitivamente estaba en un lugar desconocido y completamente nuevo para él, sin embargo eso no le importaba puesto que ahora no le quedaba otra alternativa más que tratar de continuar su vida, comenzar de nuevo, o al menos intentarlo.
-A vivir sin ti…-
Se dijo en voz baja mientras caminaba por aquella acera llena de gente, dispuesto a dejar aquellos recuerdos atrás e intentar comenzar de nuevo.

-Tokio 2010-

-Se ha ido, ¿En verdad todo termino entre ustedes?-
Preguntó un chico alto, delgado, tomando asiento a su lado.
-Tenía que ser así, si no… le hubiese arruinado la vida… no hubiese podido vivir con ese remordimiento-
Respondió el bajito mientras dejaba escapar un pesado suspiro.
-Chinen-kun… ¿Crees que hiciste lo correcto?-
-Sé que lo hice… ¿Tu que hubieses hecho Yuto?-
Preguntó al alto mientras miraba hacia el despejado cielo nocturno.
-Ni siquiera soy capaz de imaginar una situación así en mi vida… pero de algo estoy seguro, Takaki-kun no quería alejarse de ti, sin importar las consecuencias el deseaba quedarse a tu lado, ¿Lo sabes cierto?-
Chinen solo asintió con la cabeza y fijó si mirada en el brillo de aquellas distantes estrellas clavadas en el cielo nocturno.
-Aún así, hubiese sido muy egoísta si no lo dejaba ir…-
Yuto dejó escapar un suspiro y también miró al cielo.
-Es probable que jamás vuelva ¿Estas conciente de eso?-
Chinen no respondió, tan solo se limito a mirar el cielo, tratando así de contener las amenazantes lagrimas, soportando el doloroso nudo que se formaba en su garganta.
-Yo… jamás voy a amar a alguien más que a él, sin importar que no vuelva nunca… gracias a el pude conocer la felicidad… es por eso que no puedo arrancarle las alas de esa manera, yo… deseaba retenerlo a mi lado, ser egoísta, tenerlo solo para mi… pero me di cuenta que no era justo, Yuya me había dado tanto y yo nunca pude hacer nada por él, quien me cuidaba siempre era Yuya… así que… lo mejor que pude haber hecho fue… dejarlo ir…-
Dicho esto, una lágrima corrió por su mejilla, a pesar de su dolor, sonrió a su amigo, quien lo miraba con tristeza y preocupación.
-¿Qué harás ahora?-
Preguntó Yuto.
-Bueno, mañana debo ir a clases, el examen a la Universidad será pronto, esto es lo único que puedo hacer-
Dicho esto, se puso de pie y estiro sus brazos hacia arriba.
-¿Irás a buscarlo?-
De nuevo Yuto preguntó sin moverse de su lugar.
-Con todo lo que le dije, no creo que quiera verme en un buen tiempo, y cuando el tiempo haya pasado… sé que el ya me habrá olvidado-
-Chinen…-
-No importa, no me arrepiento de lo que hice-
Sonrió el bajito, acto seguido se dio media vuelta.
-Es hora de irme a casa, es hora de cenar, nos vemos mañana Yuto-kun-
Así, despidiéndose tranquilamente, emprendió el camino hacia su casa.

-Nueva York-

Con un gran esfuerzo logró rentar un pequeño departamento, después de todo tenía bastante dinero ahorrado, además, no estaría solo.
Al entrar a aquel vacío departamento, dejó su maleta sobre el suelo junto con su guitarra, aquel vacío, silencio, soledad, se identificaba tanto con aquellos sentimientos. Lentamente miró a su alrededor, aquel lugar era iluminado por los rayos del sol, lo único que a él no le ocurría.
-Porque tu eras la luz de mi vida… Yuri…-
Deseaba tanto ver aquella sonrisa, no podía olvidar lo bien que podía sentirse con tan solo verlo sonreír, escuchar su voz decir su nombre, sentir su cuerpo entre sus brazos, poder besar aquellos labios que eran tan adictivos, dulces, simplemente deliciosos. Aquel ser tan significativo para el ya no estaba a su lado, y no lo estaría nunca.
-Yuri… Yuri…-
Dijo para sí mientras podía sentir un fuerte dolor en su pecho, era una opresión que no lo dejaba respirar, lo necesitaba tanto, el hecho de tan solo recordarlo le provocaba unas enormes ganas de llorar, que no pudo contenerse, dejando así caer aquellas furiosas lagrimas, acompañadas de gritos, gritos de dolor, desesperación, anhelo.

El tiempo transcurrió, sin darse cuenta ya habían pasado tres meses, había logrado establecerse mejor en aquella gran ciudad, su inglés mejoraba considerablemente y se sentía realmente feliz de tener a alguien con quien hablar en su propio idioma.
La fama de aquella banda de rock aún no era suficiente, aunque poco a poco tocaban en más lugares, aunque solo fueran bares, con algo debían comenzar para si lograr avanzar.
Una noche, antes del espectáculo.
-Yuyan, no olvides que terminando debemos ir a grabar el demo-
Le recordó un chico delgado, de cabello castaño.
-Me lo has repetido todo el día Yabu, lo sé-
Respondió con una sonrisa torpe, después tomó un poco de agua fresca.
-¿Extrañas Japón?-
Preguntó Yabu mientras tomaba su bajo.
-¿Extrañar?… bueno, sabes la respuesta-
Dijo con melancolía mientras se ponía su chaqueta de cuero color negro.
-¿Piensas volver?-
-No-
Respondió rápidamente mientras miraba a Yabu con seriedad.
-Me alegra escucharlo, temía que nos abandonaras-
Takaki esbozó una sonrisa fingida.
-No pienso hacerlo-
De pronto, el representante de la banda entro a aquel camerino.
-¡Chicos ya es hora!-
-¡Si!-
Respondieron los dos al mismo tiempo y salieron.
Ya estando frente a la gente de aquel bar, frente al micrófono, no pudo evitar el recordar la pregunta de Yabu, llegando a su mente el recuerdo de aquella persona que en un tiempo lo había hecho tan feliz y que ahora… ya no estaba más a su lado.
-Yuri…-
Dijo en voz baja antes de acercarse más al micrófono, suspiró profundo y comenzó a cantar.

-Tokio 2009-

Aquel verano, parecía ser como todos los demás, caluroso, pasando el tiempo con sus amigos, simplemente disfrutando de las vacaciones.
-¡Vayamos al parque de diversiones!-
Exclamó Yuto con entusiasmo hacia sus amigos.
-No es una mala idea, después de todo necesitamos divertirnos más-
Respondió Keito de forma animada.
-Si, opino lo mismo-
Dijo Ryosuke con una sonrisa.
-¿Tu que dices Chinen-kun?-
Le preguntó Yuto, esperando ansioso la respuesta del menor.
-No suena mal-
Dijo sonriente, así, todos emocionados comenzaron a planear aquel día.
-Nos veremos el domingo, a las 10 en punto, no lo olviden ¿de acuerdo?-
Indicó Yamada con entusiasmo, todos asintieron y emprendieron su camino de regreso a casa.

-¡Estoy aburrido!-
Exclamó Takaki mientras estiraba sus brazos hacia el cielo.
-Hagamos algo de dinero, ¿Te parece?-
Sugirió Yabu mientras sonreía, Takaki entendió muy bien lo que su amigo quería decir, así que sonrió en forma de respuesta, sacó su guitarra de aquel estuche, lo mismo hizo Yabu con la suya, ambos tomaron asiento sobre la acera y comenzaron a tocar.
La gente que pasa frente a ellos quedaba prendida de su pequeño espectáculo, ambos cantando con voces realmente buenas y un ritmo que contagiaba. Poco a poco el estuche de ambos comenzaba a tener unas cuantas monedas dentro, hecho por el cual ambos sonreían mientras continuaban cantando.
No faltaba que una que otra chica notara lo apuestos que eran, tomando fotografías e incluso videos, lo cual ayudaba a atraer a más y más gente.

-¿Qué sucede ahí?-
Preguntó Keito mientras caminaba junto a Chinen.
-No lo se… hay mucha gente… ¿Qué será?-
Ambos se miraron confundidos y continuaron con su camino, a medida que se acercaban podían escuchar una canción.
-Son músicos-
Declaró Keito sorprendido mientras intentaba mirar por encima de la gente que se encontraba ahí reunida.
-Vaya… hay mucha gente…-
Dijo Chinen un poco fastidiado, a decir verdad no le agradaba estar entre tanta gente.
-¿Te quedarás?-
Le preguntó a Keito, quien continuaba intentando ver algo.
-¡Son buenos! Ven, vamos a acercarnos un poco más-
Así, Keito tomó a Chinen del brazo y lo llevó aún más cerca de aquella multitud, pasando entre la gente, abriéndose paso para llegar al frente.
-Keito… no quiero-
Se quejó, pero no fue escuchado y cuando logró darse cuenta ya estaban al frente, fue entonces que logró apreciar mejor aquella canción.
-Vaya… tenías razón-
Dijo mientras escuchaba con atención, Keito solo sonrió, se cruzó de brazos y continuo disfrutando.
-¿Los conoces?-
Preguntó Chinen.
-No, pero no suenan nada mal-
Respondió Keito. Fue en ese entonces que Chinen miró fijamente a aquellos jóvenes, lucían tan satisfechos con lo que estaban haciendo

Cantaba con los ojos cerrados, siempre lo hacia, era una especie de hábito, pero en esa ocasión había algo que lo llamaba para abrir los ojos y mirar al frente, no se explicaba la razón, simplemente sentía que debía hacerlo así que lentamente comenzó a abrir los ojos mientras cantaba.
Quedó sorprendido, era la primera vez que se sentía diferente a ser observado tan fijamente por alguien.

Aquel chico rubio había llamado su atención, se preguntaba el por qué tenía los ojos cerrados, poco a poco fue observándolo más detalladamente hasta que no pudo despegar la mirada de él. ¿Por qué?
De pronto, cuando aquel chico abrió los ojos y se encontraron con los suyos, algo hizo un “bum” en su interior, dejándolo sin aliento por un instante.

Ambos chicos continuaron cantando, Takaki no podía despegar la mirada de aquel pequeño chico que también lo observaba tan fijamente. Era tan… hermoso… tierno… ¿Por qué no podía apartar su vista de el?
Fue así como la canción llegó a su fin, y con este una ola de aplausos por parte de la gente que se encontraba ahí reunida. Yabu sonreía ampliamente mientras agradecía y Takaki intentaba hacer lo mismo, pero le resultaba realmente imposible dejar de ver a aquel chico.

Keito aplaudía casi de forma frenética, sin embargo Chinen no lo hacía, por alguna razón su cuerpo no reaccionaba.
-¿Qué? ¿No te gusto?-
Le pregunto Keito al notar la inmovilidad de su cuerpo.
-¿Eh?-
Preguntó sorprendido, dejando de ver a aquel chico rubio y mirando a su amigo con una expresión torpe.

En el momento en que el chico apartó la mirada, pudo sentirse como liberado de una atadura, que sin embargo no era incómoda, pero al fin pudo reaccionar y mirar mejor a su alrededor, agradeciendo a la gente por sus aplausos y por sus pequeñas propinas.
-Bien, es hora de irnos-
Dijo Yabu a Takaki.
-¿Eh?-
Preguntó torpemente.
-Es hora de irnos, guarda tu guitarra, juntemos el dinero, lo repartiremos más tarde-
Indicó Yabu mientras guardaba en sus bolsillos el dinero que había caído dentro de su estuche. Con cierta dificultad Takaki logró reaccionar y comenzó a hacer lo mismo.

-Ya vámonos, el espectáculo se ha terminado-
Le dijo Keito mientras le daba una palmadita en el hombro al mismo tiempo que daba media vuelta para marcharse.
-Ah si, es cierto-
Respondió de forma despistada, le echó un último vistazo a aquel joven que de cierta forma lo hacía sentirse inquieto y emocionado, debía aceptar que había quedado prendido de aquella forma de tocar la guitarra y también de cantar.
-¿Qué esperas?-
Preguntó Keito mientas lo observaba fijamente, fue así como pudo darse cuenta lo que tanto llamaba la atención del bajito.
-¿Quieres hablar con él?-
Le preguntó con una sonrisa en los labios, fue así como Chinen logró reaccionar y ruborizándose ligeramente se dio media vuelta y dijo.
-¡Ya! ¡Vámonos!-
Así, comenzó a caminar rápidamente.
-¡Espera Chinen-kun!-
Le gritó Keito mientras le daba alcance.

-¿Qué te pasa?-
Le preguntó Yabu sacándolo de aquel transe.
-Nada…-
-¿Qué tanto miras?-
Le pregunto con curiosidad, mientras que Takaki observaba fijamente como aquel chico, del cual estaba seguro respondía al nombre de Chinen, se alejaba con su amigo. Se sorprendió mucho al ser capaz de ver aquel ligero rubor en sus mejillas, ante esto no pudo evitar el sentirse ligeramente feliz al pensar que él era la razón de aquel sonrojo.
-No es nada, ya mejor vámonos de aquí, ya quiero mi dinero-
Dijo en tono de broma mientras tomaba su guitarra y comenzaba a caminar.
-¡Hey! ¡Espérame Yuyan!

Los días transcurrieron naturalmente, sin ninguna novedad, al menos aparentemente, a Chinen le costó trabajo lograr sacarse de la cabeza a aquel chico, al grado de que de vez en cuando tarareaba la canción que había escuchado en la calle.
Así, el día para ir al parque de diversiones llegó sin mayor contratiempo.
-¡Yo quiero subirme a la rueda de la fortuna, dicen que la vista es sensacional!-
Exclamó Yamada con entusiasmo.
-¿Ah si? Yo prefiero un juego con más emociones-
Dijo Yuto en tono de broma, sabía muy bien que Ryosuke odiaba que contradijeran lo que sugería, igual le resultaba divertido hacerlo enojar.
-¡Pero podemos comenzar con la rueda de la fortuna!-
Alegó Ryosuke mientras se detenía bruscamente frente a Yuto e inflaba un poco sus mejillas en forma de puchero.
-Bueno, tu puedes ir a la rueda de la fortuna, yo quiero ir a ese-
Le dijo Yuto mientras señalaba un juego mecánico.
-Ya, dejen de pelear, vayamos primero a la rueda de la fortuna y después al que dice Yuto-
Indicó Keito mientras los tomaba a ambos de un hombro y comenzaba a llevárselos, Ryosuke esbozaba una sonrisa victoriosa mientras que Yuto sonreía tranquilamente, puesto que la idea no le era del todo desagradable, después de todo estaba satisfecho con ver la amplia sonrisa de Ryosuke.
Chinen los observaba divertido y comenzó a caminar detrás de los tres.

-¿Por qué estamos aquí?-
Preguntó Takaki asombrado mientras bajaba del auto.
-Tocaremos aquí, ¿no es obvio?-
Le dijo Hikaru mientras ayudaba a bajar el equipo de sonido.
-¿En un parque de diversiones? Vaya si que hiciste un buen trabajo Hikaru-
Se burló Takaki.
-Es mejor tocar aquí que solo estar cantando en la calle, aquí nos pagaran más-
Sonrió Inoo mientras le ayudaba a Hikaru a bajar el teclado.
-Además no puedes quejarte, vas a cantar de todas maneras, tu dijiste que mientras pudieras cantar que el lugar no importaba, así que ahora no te contradigas-
Dijo Yabu en un tono ligeramente serio.
-Esta bien, no me quejo, solo que…-
De pronto se quedo sin habla, lo había visto, estaba casi seguro de que era él, el chico de aquella vez.
-¡Ah!… es… es… ¿Cómo era?-
Se pregunto en voz baja.
-¿De que hablas?-
Preguntó Yabu confundido mientras observaba como Takaki intentaba hacer memoria.
-Chinen… si… creo que así era-
Dijo mirando en dirección a donde creía haberlo visto.
-¿De que hablas? ¿Quién es ese?-
Preguntó Yabu sin entender la actitud de su amigo.
-Esperen un segundo, ya vuelvo-
Así, sin más, emprendió el camino hacia donde estaba seguro lo había visto, sin duda se dirigían a la rueda de la fortuna.
Pero, ¿Por qué se sentía tan ansioso por darle alcance? No estaba seguro de poder dirigirle la palabra, no tenía porque hacerlo, ni siquiera lo conocía, entonces… ¿Por qué?
Bueno, estos pensamientos no fueron impedimento para que continuara caminando lo más rápido que podía, tratando de no perderlo de vista de entre toda esa gente que se encontraba en el parque.

-¡Genial! ¡Ya quiero subirme!-
Gritó Yamada con demasiado entusiasmo, Yuto solo sonrió al verlo.
-¿En verdad vas a subir tu también?-
Preguntó Chinen a Keito, puesto que sabía muy bien que este último le tenía cierto desagrado a las alturas y bueno… esa rueda subía demasiado alto.
-No, yo los esperaré abajo, tu sube, sé que te gusta-
Dijo Keito mientras salía de la fila.
-¿Eh?-
Exclamó Chinen y de inmediato alguien llegó a formarse detrás de él, ocupando el lugar de Keito.
-Bien, solo pueden subirse dos personas-
Decía el encargado mientras tomaba los boletos de una pareja.
-¿Solo dos?-
Preguntó Chinen, si hacía bien sus cálculos, él salía sobrando puesto que evidentemente Yuto y Ryosuke subirían juntos.

No supo como, pero llegó corriendo para formarse en la fila, ahora estaba detrás de él, debía esperar un verdadero milagro para ser capaz de ir junto a el, aunque ¿con esto que ganaba?
-Esto es tonto…-
Se dijo en voz baja mientras avanzaba un paso, al ver al frente pudo darse cuenta que efectivamente le tocaría subir con él, ¿Qué podía hacer ahora?
Bueno, tal vez podía intentar actuar como si no se hubiese dado cuenta, como si no lo conociera, aunque eso era verdad, no lo conocía, con solo haberlo visto una vez no significaba que ya eran conocidos.
Con el corazón latiéndole fuertemente avanzó un paso más hasta que vio como un par de chicos entraban primero, quedando ahora como los siguientes en la fila ellos dos.

Al ver como Ryosuke y Yuto entraban se sintió un poco mal, estaría solo y todo por que Keito le temía a las alturas.
Resignado, entro en la siguiente y tomo asiento, dirigiendo su vista rápidamente hacia la ventana, pudo notar como alguien más entraba, pero no le dio importancia, después de todo no importaba.

Ahora estaba de frente a él, ¿Y ahora que seguía? ¿Tratar de hablarle? ¿O simplemente quedarse callado?
Era una situación difícil, sin embargo ya no había marcha atrás, ya había avanzado y lentamente iban hacia arriba, pero al parecer él no parecía notar su presencia, ahora un silencio incomodo comenzaba a molestarlo, intentaba mirar por la ventana, pero su vista siempre regresaba hacia aquel chico.
De pronto su teléfono comenzó a sonar, lo sacó rápidamente de su bolsillo y respondió.
-¿Yabu?-
-¡¡¿En donde demonios estas?!!-
Gritó el mayor, estaba completamente enojado, era algo más que evidente.
-Eh… estoy en… la rueda de la fortuna…-
Sabía que esa era una mala respuesta, pero era la verdad a fin y al cabo.
-¡Estoy hablando en serio! ¡¿En dónde estas?!-
Esta vez tuvo que alejar el teléfono de su oído pues el mayor comenzaba a gritar más fuerte.
-Ya te lo dije… en la rueda de la fortuna-

Cuando Chinen logró escuchar como un teléfono comenzaba a sonar, fue como volver a la realidad lentamente, se había quedado absorto en el paisaje.
Sin mucho interés estaba por mirar a la persona que tenía enfrente.
“-¿A quien se le ocurre hacer una llamada en este lugar?-”
Pensó con cierto fastidio, pero en seguida quedó en un completo estado de shock, era él, no podía creerlo, el chico que había visto cantar aquella tarde, ¿Cómo era posible que ahora se encontrará frente a él?
Nuevamente no podía quitarle los ojos de encima, ni siquiera iban a mitad de recorrido, estaba comenzando a sentirse nervioso, ¿Por qué?

-Si… estaré ahí… no… ah… ¿Puedes dejar de gritar? Puedo escucharte perfectamente… si… lo sé… ya dije que si…-
Al terminar aquella llamada dejó salir un fuerte suspiro, ¿Cómo podía gritar tanto Yabu? No era como si el mundo se fuera a terminar por no estar con ellos, además, aún le quedaba tiempo para ir a reunirse con ellos.
Por ese instante se olvidó del motivo por el cual había llegado ahí, así que cuando pudo sentir la penetrante mirada del chico que tenía enfrente, lentamente levantó la mirada y al fin se cruzó con aquellos ojos negros que lo observaban con un poco de sorpresa.
Lentamente podía sentirse absorbido por aquella mirada, ahora ambos se miraban fijamente sin poder decir una sola palabra.
-Ah… yo te he visto antes…-
Dijo Chinen al fin, después de unos cuantos segundos más de silencio, sabía que su comentario podría resultar tonto, pero necesitaba romper con aquel silencio.
-Yo… yo también te he visto… antes-
A Takaki le temblaba la voz, nunca antes se había sentido tan nervioso.
-¿Eres el chico que estaba tocando la guitarra el otro día en la calle?-
Preguntó Chinen.
-¿Y tu eres el pequeño que me observaba fijamente?-
Preguntó Takaki. Ante esta pregunta Chinen se quedo sin habla.
“-Se dio cuenta de que lo estaba observando-”
Pensó mientras bajaba tímidamente la mirada.
-Descuida, no me molesta, estoy acostumbrado a que todo el mundo me vea-
Se apresuró a decir al ver como el pequeño bajaba la mirada.
-Ah… lo siento…-
Fue lo único que logró decir, sin embargo aún no era capaz de verlo a la cara, estaba demasiado avergonzado.
-Me llamo Yuya, Takaki Yuya ¿Y tu?-
Ante esta inesperada pregunta, Chinen quedó sorprendido, lo cual quedó claramente expresado en su mirada, la cual estaba fija nuevamente en Takaki.
-Ah… Chinen… Yuri… mucho… gusto-
-Vaya, ahora si ya somos conocidos, sabemos nuestros nombres-
Sonrió Takaki.
-Tienes razón-
Dijo Chinen, sintiéndose más relajado y sonriendo tranquilamente.
Al ver la sonrisa de Chinen, quedó completamente sorprendido… era tan… hermoso…
-Es una verdadera coincidencia que ahora estemos aquí ¿No lo crees?-
Comentó Chinen, sintiendo aquel nerviosismo haciendo estragos en su estomago.
-Si… es una verdadera… coincidencia…-
Respondió Takaki con cierta culpa, después de todo no era una total coincidencia puesto que lo había estado siguiendo y por suerte ahora estaban los dos solos en aquel lugar.
El tiempo transcurrió lento para ambos, cuando llego el momento de bajar, Takaki miró su reloj.
-¡No puede ser!-
-¿Ocurre algo malo?-
Preguntó Chinen curioso.
-Me van a matar… ¿Sabes en donde esta el carrusel?-
-¿Eh? Ah… si…-
Respondió extrañado, ¿Acaso vería a alguien en ese lugar? Bueno, eso no tenía nada de malo.
-¡¡Lévame por favor!!-
Pidió Takaki mientras bajan del juego.
-Pero… tengo que…-
-¡¡Es de vida o muerte!! Si no estoy ahí en dos minutos estaré muerto-
Vaya, parecía ser una situación desesperada para Takaki, bueno, no tenía opción, ya se comunicaría con los demás después, ahora debía ayudarle al mayor a encontrar el carrusel en menos de dos minutos y el tiempo corría.
-Bien, te llevaré, ¡Es por aquí!-
Exclamó Chinen, estaba decidido a llegar al carrusel en menos del tiempo pedido por Takaki, así que lo tomó del brazo y sin más comenzó a guiarlo hacia el carrusel.

En cuanto llegaron, exhaustos, alguien se acercó rápidamente a Takaki y lo tomó del otro brazo, alejándolo de Chinen bruscamente.
-¡¡¿En dónde estabas?!!-
-Ya te dije, en la rueda de la-
-Olvídalo, ya es hora, ¡¡ve a prepararte ahora!!-
Fue así como Chinen solo pudo observar como Takaki se alejaba y desaparecía entre la multitud que ahora se reunía poco a poco en aquel lugar.
Poco tiempo después, el presentador habló, pero Chinen solo logró reaccionar por completo cuando la música comenzó a sonar, acompañada de la voz de Takaki, desde ese momento quedó completamente capturado por aquel chico, era como si su voz fuese una clase de hechizo el cual ya le había robado por completo el corazón.

Desde el primer día que se conocieron, ambos no se perdieron la pista, comenzando con una serie de “coincidencias” hechas para encontrarse mutuamente, hasta que de pronto, ya era algo tan normal que comenzaron a llamarse por teléfono, a quedar en ciertos lugares para verse.
Chinen sentía una gran admiración hacia Takaki, tan entregado a la música, estaba seguro de que el mayor se transformaba por completo en el instante en el que sus pies tocaban el escenario, estaba enamorado de él como jamás se espero estarlo de alguien.
De igual forma, Takaki había encontrado aquello que sentía que hacia falta en su vida, ya no habían días aburridos, para él era ya una necesidad el poder ver a Chinen a diario, el saber que el menor siempre estaría ahí para escuchar sus canciones, apoyándolo, sonriendo para él. Cada vez que Chinen sonreía era como si su mundo se llenara de luz, de tranquilidad, la sola presencia del menor era algo tan especial, estaba enamorado, y era un sentimiento que lo llenaba de una felicidad inmensa.

-Unos cuantos meses después-

-¿Aquí vives solo?-
Preguntó el menor asombrado ante aquel sencillo y pequeño departamento, que sin embargo estaba tan ordenado, totalmente impregnado del aroma de Takaki en cada rincón.
-Sí, aquí vivo-
Respondió el mayor mientras cerraba la puerta.
-Es asombroso…-
Dijo Chinen con ilusión sin dejar de observar cuidadosamente a su alrededor.
-¿En verdad te gusta?-
-Si-
Respondió el menor mientras observaba por la ventana la ajetreada ciudad.
-Puedes venir cuando quieras, siempre estaré aquí para ti-
Sonrió Takaki mientras se colocaba a su lado, recargando su espalda en la ventana.
-¿En verdad puedo hacerlo?-
Preguntó Chinen con un ligero sonrojo.
-Claro, cuando quieras-
-Entonces lo haré, vendré-
Takaki se quedó prendido de aquella hermosa sonrisa, así que sin poder contenerse más, acercó su rostro al de Chinen y rozó suavemente sus labios hasta que pudo completar aquel contacto.
Chinen estaba sorprendido, era la primera vez que Takaki lo besaba, lo más que había llegado a suceder entre ambos era que se tomaran de la mano, ahora se sentía extraño, nervioso, incrédulo, pero sobre todo, feliz. Así que lentamente cerró sus ojos y disfrutó de aquel contacto, de los fríos labios de Takaki sobre los suyos.
Lentamente, y al mismo tiempo, ambos abrieron un poco sus bocas, temblorosos, tímidos, pero sin intensión de retirarse, hasta profundizar más aquel beso. Poco después la lengua de Takaki logró infiltrarse dentro de la boca de Chinen, torpemente la del menor hizo lo mismo, comenzando así con un lento juego, un beso que ahora era mucho más profundo.
Cuando menos pudieron darse cuenta, Chinen se encontraba recostado sobre el sillón, con Takaki sobre de él, devorando cada centímetro de su cuello.
-Yu… Yuya…-
Gimió Chinen al sentir como Takaki infiltraba sus manos por debajo de su camisa y comenzaba a acariciar su desnudo pecho. Al escuchar esto, el mayor se detuvo y miró al menor, el cual ya tenía las mejillas completamente sonrojadas y los ojos cristalinos.
-Dilo de nuevo-
Susurro el mayor muy cerca de su oído.
-Yuya…-
Al escucharlo nuevamente, no pudo evitar el sonreír.
-Yuri-
Era la primera vez que Takaki lo llamaba por su nombre, era una sensación tan agradable, sus sentimientos por el mayor desbordaban por todo su ser, y que ahora estuvieran tan cerca lo hacía pensar que no había podido conocer a alguien igual o mejor que Takaki.
Por otro lado, en el instante en el que Chinen dijo su nombre, pudo darse cuenta de lo que desde el primer día había sentido, lo amaba.
Ambos se miraron, con una tímida sonrisa dibujada en el rostro y se besaron nuevamente, comenzando lentamente para después, poco a poco, aumentar el ritmo, aquel sentimiento de deseo comenzaba a invadirlos poco a poco.

De pronto, Takaki dejó de besar los labios de Chinen y sin decir una sola palabra le quitó la camisa que el menor llevaba puesta.
Instintivamente Chinen levanto los brazos para que así fuera más fácil para Takaki, al sentirse expuesto de esa forma no lo pensó dos veces y comenzó a desabotonar la camisa de Takaki. Así, ambos quedaron semidesnudos, el mayor comenzó a besar cada rincón del desnudo pecho del menor, obteniendo como respuesta pequeños gemidos los cuales le satisfacía que estuvieran llenos de placer.
Justo al llegar a la cintura del menor se detuvo y con una de sus manos tocó un poco el bulto que se había formado en la entrepierna del menor, obteniendo en forma de respuesta un gemido más fuerte que los anteriores. Lo tocó una vez más, esta vez acariciándolo en forma circular, después de escuchar el gemido de Chinen nuevamente, se acercó a su rostro y le susurró al oído.
-¿Puedo?-
Esa palabra resonó como eco en la cabeza de Chinen, estaba completamente sonrojado y excitado, la voz de Takaki le producía una sensación extraña en su interior, lo cual le gustaba.
Sin embargo, incapaz de pronunciar palabra alguna, se limitó a asentir solo con la cabeza al mismo tiempo que cerraba los ojos.
Takaki sonrió, le enternecía demasiado la forma en la que Chinen reaccionaba, así que mientras le daba un tierno beso en la mejilla, muy cerca de sus labios, una de sus manos comenzaba a desabotonar su pantalón, bajó el cierre y sin esperar más infiltro su mano dentro de la ropa interior del menor, tocando suavemente el palpitante miembro ya despierto de Chinen.
Al sentir la mano de Takaki sobre su miembro, no pudo contenerse y un fuerte gemido se escapó de sus labios al mismo tiempo que se aferraba un poco a la espalda del mayor.

Poco tiempo después, Takaki se encontraba saboreando la hombría de Chinen, el cual no podía hacer otra cosa más que gemir una y otra vez en diferentes tonos, se estaba ahogando en tanto placer y no faltó mucho para que su blanco liquido se esparciera por la boca del mayor, quien lo saboreo mientras limpiaba los residuos con una de sus manos.
La respiración de Chinen estaba muy agitada, sus ojos estaban cerrados y comenzaba a sudar, tan excitado comenzaba a sentirse que agradeció la iniciativa de Takaki al quitarle por completo el pantalón junto con la ropa interior. Tenía una ligera idea de lo que se aproximaba y sin embargo no tenía miedo, al contrario, estaba ansioso por que sucediera.
Rápidamente Takaki también se despojó del resto de su ropa, dejando expuesto su despierto y necesitado miembro, sin embargo estaba conciente de que no podía continuar tan rápido, así que sin más acercó uno de sus dedos hacia la entrada de Chinen mientras lamía un poco de su cuello.
-Te va a doler-
Le dijo suavemente Takaki, sin embargo Chinen no se negó, al contrario, lo que hizo a continuación fue abrir un poco sus piernas, estaba deseoso de poder continuar.
Así, sin más, Takaki introdujo se dedo lentamente en la entrada del menor, pudo sentir como el cuerpo de este se contraía ante tal invasión.
-¿Te duele?-
Preguntó preocupado mientras dejaba de mover su dedo.
-N-no… continua-
Respondió Chinen entre gemidos mientras cerraba sus ojos con fuerza. En ese momento Takaki comprendió que necesitaba relajarlo un poco, así que mientras continuaba dilatando un poco más la entrada del menor, con su otra mano comenzó a acariciar uno de sus rosados pezones, y el otro comenzó a lamerlo.
Chinen se estaba volviendo loco entre tanto placer, cuando menos logro darse cuenta Takaki había introducido un dedo más, moviéndolos en círculos, entrando y saliendo, sentía que ya estaba listo para sentir a Takaki dentro de él, y no dudo en expresar su deseo.
-Yuya… quiero sentirte-
Dijo con voz suave al mismo tiempo que se dibujaba una traviesa sonrisa en su rostro, Takaki lo miró ligeramente sorprendido, sin embargo, al ver la sonrisa del menor no pudo evitar el sonreír de vuelta. Se posicionó para continuar, al mismo tiempo Chinen abrió más sus piernas.
-Hazlo-
Pidió Chinen mientras rodeaba con ambos brazos el cuello de Takaki, acercándolo más a su rostro y por primera vez, tomo la iniciativa de besarlo. El mayor correspondió de forma inmediata a aquel beso, el cual se profundizaba más y más.
Se separaron un poco y lentamente Takaki acercó su miembro a la entrada de Chinen, este al sentir tal acercamiento, cerró sus ojos, fue así como lentamente el mayor comenzó a penetrarlo.
-Ah…-
Gimió Chinen al sentir como por fin el miembro de Takaki estaba completamente adentro.
-Eres… tan estrecho-
Dijo Takaki, al escucharlo, Chinen abrió un poco sus ojos.
-¿Eso que quiere decir?-
Takaki sonrió y le dijo al oído.
-Quiere decir que eres virgen, ¿esta bien que hagas esto conmigo?-
Escuchar a Takaki hacer semejante pregunta, sus ojos se abrieron más al mismo tiempo que sonreía.
-Esta bien, quiero que seas tu ahora y siempre-
Ambos sonrieron, necesitaban continuar y así lo hicieron.
Poco a poco Takaki comenzó a entrar y a salir, la estrechez de Chinen era deliciosamente placentera, estaba deseoso de aumentar el ritmo, y al parecer Chinen ya estaba acostumbrándose, al fin dejó de sentir dolor solo para comenzar a embriagarse nuevamente de placer, ese placer que Takaki le daba.
Poco a poco comenzó a mover sus caderas, abrió más las piernas solo para rodear la cintura del mayor con ellas, se aferró más al cuello de Takaki y esa fue su forma de pedir más de aquello.
Takaki estaba satisfaciendo por completo el deseo de Chinen, pronto comenzó a embestirlo con más fuerza, con movimientos más rápidos.
La habitación estaba llena de los gemidos de ambos, el sonido de los resortes del sillón sonaban a un solo compás.
El placer que los invadía los estaba llevando al momento culminante, una embestida tras otra, Chinen se aferraba a la espalda de Takaki y el mayor se apoyaba en el respaldo del sillón con una mano mientras que con la otra masajeaba nuevamente el miembro de Chinen. Así, sin más, el momento del más delicioso orgasmo para ambos llegó y Takaki dejó salir su semilla en el interior de Chinen y al mismo tiempo el menor se corrió sobre el abdomen de ambos.
-Yuya…-
Dijo el menor mientras intentaba regular su agitada respiración, lentamente pudo sentir como Takaki salía de su interior.
-Yuri…-
Así, el mayor se dejó caer, agotado, encima del menor e inesperadamente, ambos dijeron al mismo tiempo.
-Te amo-
Sonrieron torpemente, se besaron una vez más, esta vez a un ritmo lento y suave, se acomodaron sobre aquel sillón, abrazados y se quedaron completamente dormidos.

-Semanas después-

-¿Te vas tan pronto? ¿No quieres ir a cenar con nosotros?-
Preguntó Hikaru mientras guardaba su guitarra.
-Lo siento, tengo algo que hacer, nos veremos mañana en el ensayo-
-No olvides la presentación de mañana-
Dijo Yabu de repente.
-Descuida, no lo haré-
Respondió Takaki con una amplia sonrisa.
-Recuerda que mañana habrá gente muy importante Takaki, no podemos fallar-
-Ya entendí Yabu, ¿Qué acaso no confías en mi?-
Preguntó Takaki mientras se reía un poco.
-Yabu esta más nervioso que todos nosotros juntos por lo de mañana-
Dijo Inoo mientras se acercaba a ellos.
-No tienes de que preocuparte, todo va a salir bien-
Dijo Takaki mientras tomaba su guitarra y subía el cierre de su chaqueta.
-De acuerdo, mañana ensayaremos antes de la presentación, no lleguen tarde-
Indicó Yabu, ante lo cual todos asintieron.

Justo al bajar del ascensor, pudo ver a alguien recargado en la puerta de su departamento, lo cual lo hizo sonreír y caminar más deprisa.
-Llegaste temprano-
Le dijo Takaki, de inmediato Chinen levantó la mirada y sonrió.
-Bienvenido-
Takaki sonrió y observó que el menor llevaba consigo unas bolsas de compra.
-Te ayudaré con eso-
Le dijo mientras le quitaba las bolsas, sacó la llave de su chaqueta, abrió la puerta y ambos entraron.
-¿Qué tal el ensayo?-
Preguntó Chinen mientras seguía a Takaki hacia la cocina, en donde el mayor dejó las bolsas sobre la alacena.
-Como siempre, antes de irnos Yabu nos reiteró que la presentación de mañana es muy importante y que no podemos fallar-
-¿Importante?-
Preguntó Chinen confundido mientras se recargaba en la barra y seguía a Takaki con la mirada, ya que este salió de la cocina para ahora dejar su guitarra sobre el sillón.
-Mañana irán unos productores importantes al concierto, es nuestra oportunidad de avanzar como banda-
Respondió Takaki mientras también dejaba su chaqueta sobre el sillón.
-¡Increíble!-
-¿Verdad que si?-
Sonrió el mayor.
-Es una buena oportunidad para todos-
-Así es, por eso debes estar ahí-
Dicho esto, Takaki le revolvió los cabellos a Chinen mientras le sonreía ampliamente.
-Por supuesto-
Respondió el menor con la misma sonrisa.

El concierto de esa noche estuvo lleno de emociones, desde hace tiempo que Chinen escuchaba a la banda de Takaki tocar, pero era la primera vez que se presentaban en un lugar como ese. El escenario era más grande, luces, sonido, todo era diferente, incluso la gente que asistió al lugar lucía diferente. Era una competencia.
En cuanto la guitarra de Yabu se hizo escuchar por todo el lugar, Chinen supo de inmediato que era el turno de ellos, conocía tan bien todas sus canciones, todas le fascinaban, pero lo que mas le encantaba era la voz de Takaki, ese tono seductor en su voz al cantar siempre lo dejaba sin aliento, y esa noche no fue la excepción.
Al terminar, Chinen corrió a los camerinos, deseaba felicitar a Takaki, que, aunque solo obtuvieron el segundo lugar, para él habían sido los mejores de la noche.
-¡Felicidades!-
Le dijo el menor con una sonrisa.
-No ganamos-
Dijo Takaki con un poco de tristeza.
-Para mi ustedes fueron los mejores, seguramente esos jueces tienen algún problema auditivo-
Takaki sonrió ante el comentario de Chinen y lo abrazó tiernamente.
-Gracias-
Chinen se sonrojó pero abrazó de vuelta al mayor.
-Takaki, ven un segundo-
Interrumpió la voz de Yabu, haciendo que ambos chicos se separasen.
-¿Qué ocurre?-
Preguntó curioso.
-Ven, hay algo interesante por aquí-
Chinen observó a Takaki y después a Yabu, en su mirada pudo ver claramente la frase “Tu no puedes venir” así que decidió mejor hacerse a un lado para dejar a Takaki pasar y esperarlo ahí.
No supo cuanto tiempo paso, pero cuando Takaki volvió su semblante había cambiado.
-¿Nos vamos ahora? Te llevaré a casa-
Dijo mientras tomaba su guitarra.
-¿Pasa algo malo?-
Preguntó Chinen preocupado mientras se ponía de pie y caminaba detrás de Takaki, el cual no respondió a la pregunta del menor, simplemente tomó su mano con fuerza y caminaron en silencio.

“-Tienes tres días para pensarlo-”
Las palabras de Yabu resonaron en su cabeza, lo atormentaba, si bien había recibido una buena noticia para la banda, esta implicaba irse de Japón lo cual significaba alejarse de Chinen, no quería eso pero… tampoco deseaba desaprovechar esta oportunidad.
Con un suspiro se dejó caer sobre su cama y cerró los ojos, necesitaba pensarlo muy bien.

-Tres días después-

-¡¿Qué no vas?!-
Gritó Yabu mientras golpeaba fuertemente la mesa y se ponía de pie, asustando un poco a los otros dos chicos.
-No puedo hacerlo… tengo una razón para permanecer aquí-
-¡¡No seas egoísta!! ¡¡Todos vamos a sacrificar algo!!-
Takaki sonrió débilmente y respondió.
-Pero yo no puedo sacrificar aquello que realmente es importante para mi, moriría-
Yabu miró furioso a Takaki y sin más salio del departamento de Hikaru, azotando la puerta tras de si.
-¿Estas seguro?-
Le preguntó Inoo con tranquilidad.
-Si-
Respondió Takaki con una sonrisa.
-¿Quieres pensarlo un poco más?-
Preguntó Hikaru tímidamente.
-No, estoy decidido, en verdad no quiero irme-

Chinen estaba a punto de irse a dormir cuando su madre toco la puerta.
-Yuri, te buscan-
Por un instante imaginó que podría ser Takaki, así que salió rápidamente de su habitación, bajó las escaleras y abrió la puerta.
Para su sorpresa no era Takaki.
-Yabu-kun ¿Qué sucede?-
Preguntó curioso, era la primera vez que Yabu lo visitaba.
-Quisiera comentar algo contigo, ¿puedes salir un momento?-
Chinen miró extrañado a Yabu pero al final accedió a su pedido.
Poco después, ambos se encontraban en el parque cercano a la casa de Chinen, sentados sobre una banca.
-¿Qué sucede?-
Yabu respiró profundo y comenzó a hablar.
-Hace tiempo, cuando fue la competencia, un productor americano se acercó a nosotros, ofreciéndonos trabajo en su disquera, dijo que le había gustado mucho nuestra música y que deseaba producirnos-
-¡Que buena noticia!-
Exclamó Chinen interrumpiendo a Yabu.
-La condición para trabajar con él es que tenemos que irnos a Nueva York por lo menos cuatro años, todos juntos-
Al escuchar esto, Chinen pudo sentir una punzada en su pecho.
-Todos estamos de acuerdo pero… el único que se niega a ir es Takaki-
Dijo Yabu con seriedad mientras miraba fijamente al menor.
-¿Por qué?-
Preguntó torpemente mientras bajaba la mirada.
-¿No crees que es obvio? Por ti-
Por alguna razón Chinen se sintió feliz de escuchar esto, sin embargo sabía que no era bueno.
-¿Podrías intentar convencerlo para que venga con nosotros? Estarás de acuerdo que no puede abandonar su sueño tan fácilmente, no es justo para él ni para todos nosotros. Por favor, solo haz algo para que venga a Nueva York, te lo pido por su futuro, si tanto lo amas no trunques sus sueños y esta gran oportunidad, en este mundo oportunidades así son pocas y fugaces-
Pidió Yabu mientras se inclinaba para pedirle esto a Chinen, este sin embargo se quedó sin habla.
-Debemos irnos en una semana, por favor haz que Takaki venga con nosotros, te lo suplico-
Estas fueron las últimas palabras que Yabu le dijo antes de marcharse.

Al día siguiente, Chinen se encontró con Takaki en su departamento.
-Bienvenido-
Le dijo como de costumbre, el mayor sonrió, lo abrazó y abrió la puerta.
-¿Qué quieres cenar ahora?-
-Ah… lo que sea-
Respondió distante, estaba demasiado pensativo, deseaba hablar del tema con Takaki pero no tuvo oportunidad.
Paso el rato y después de cenar, como de costumbre, Takaki tomó su guitarra y comenzó a cantar una lenta canción.
Mientras lo observaba, podía notar la pasión que el mayor le entregaba a lo que hacía, sabía de sobre lo que la música significaba para él.

Al caminar de regreso a casa pudo decidirse.
-No puedo cortarte así las alas… Yuya…-
Se dijo mientras se detenía y sentía como sus ojos se llenaban de lágrimas, respiró profundo, tragó saliva para así intentar deshacer el nudo que se hallaba en su garganta y continuo caminando.

La tarde del día siguiente, recibió un mensaje de Chinen, con entusiasmo presionó el botón para leerlo, era un mensaje muy diferente a lo que estaba acostumbrado.
“Quiero hablar contigo. Te espero en el parque que esta cerca de tu departamento.”
-Que extraño…-
Dijo mientras respondía y enviaba una respuesta.
“De acuerdo. ¿Todo esta bien verdad?”
De alguna forma le había preocupado este mensaje, del cual ya no obtuvo respuesta así que ese sentimiento de angustia no lo abandono en todo ese rato.

Al llegar al parque, pudo ver a Chinen en uno de los columpios, balanceándose lentamente, al ver que todo parecía estar en orden, respiró profundo y con una sonrisa se acercó para tomar asiento en el otro columpio junto al menor.
-¿Qué sucede? ¿Por qué aquí?-
Preguntó Takaki en tono travieso, sin embargo Chinen ni siquiera lo miro, se quedó en silencio unos segundos, respiró profundo y le dijo.
-Takaki… hay que terminar-
Estas palabras fueron tan impactantes para Takaki que no sabía si estaba soñando o todo era producto de su imaginación, en verdad deseaba que así fuese.
-¿Eh?-
Exclamó ingenuo.
-Hay que terminar, sabes… ya estoy aburrido-
Respondió Chinen con voz enérgica mientras se ponía de pie.
-¿Qué estas diciendo?-
Preguntó Takaki mientras también se ponía de pie.
-Lo que escuchaste, estoy cansado de estar contigo, ¿Acaso tu no sientes lo mismo?-
Preguntó mientras se daba media vuelta y miraba a Takaki con una sonrisa.
-Por supuesto que no. ¿Qué quieres decir con eso?-
De pronto la sonrisa en el rostro de Chinen desapareció y en su lugar apareció un gesto lleno de fastidio.
-Estoy aburrido de ti, me cansé de jugar al niño tierno y adorable contigo, es tiempo de que encuentre algo más con que divertirme, tu ya me tienes fastidiado-
-¿Qué significa eso?-
Preguntó Takaki aún incrédulo a lo que estaba escuchando.
-Quiero decir que terminamos, no te me acerques de nuevo, estoy harto de ti, simplemente me aburrí así que… adiós-
Dijo cruelmente para después simplemente marcharse, dejando a Takaki completamente solo en aquel parque, deseando con todas sus fuerzas que lo que acababa de escuchar fuese solo una mentira.
Por otro lado, Chinen estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para contener aquellas lagrimas que amenazaban con salir.
-Soy lo peor…-
Se dijo mientras recordaba lo que acababa de decirle a Takaki.

Los siguientes días fueron el infierno para Takaki, por más que llamaba Chinen nunca respondía el teléfono, en su casa nunca estaba y en la escuela no lograba encontrarlo, se estaba volviendo loco, necesitaba verlo una vez más, pedirle una explicación, necesitaba saber que todo era mentira, no podía terminar todo así.
-¿No vas a irte a casa?-
Le preguntó Yuto mientras Chinen observaba fijamente por la ventana del salón de clases, esperando una vez más a que Takaki se marchara.
-Chinen-
Pero el chico no respondió, el nudo en su garganta no le permitía hablar.
-¿Por qué no quieres verlo?-
Preguntó Yuto mientras se acercaba un poco.
-Deseo verlo más que nada en este mundo, pero no puedo…-
Dicho esto, se dejó caer de rodillas al suelo mientras las lagrimas caían furiosas por sus mejillas.

Los días continuaron, pronto Takaki dejó de llamarlo y de ir a la escuela a buscarlo, lo cual de alguna forma, era un alivio para Chinen y al mismo tiempo un tormento.
Takaki estaba deshecho, deprimido, no lograba comprender lo sucedido, las palabras de Chinen resonaban en su cabeza, intentaba creerlas pero le era imposible.
-Nos vamos mañana, ven con nosotros-
Le dijo Yabu.
-Ya no tienes nada que perder ¿cierto?-
Takaki levantó la mirada, esta estaba vacía, no respondió, solo volvió a mirar fijamente por la ventana.

-¡Chinen-kun! ¡Chinen-kun!-
El nombrado se encontraba guardando los balones dentro del almacén cuando Keito llegó corriendo gritando su nombre.
-¿Qué pasa?-
-Hoy… ¡Hoy se van!-
Una punzada dolorosa atravesó el pecho de Chinen, sabía a lo que Keito se refería y sin más, salió del gimnasio de la escuela corriendo lo más rápido que sus piernas se lo permitían.
De pronto, justo antes de salir de la escuela se detuvo.
-No puedo hacer nada…-
Dijo en voz baja, dio media vuelta y emprendió el camino de regreso al gimnasio, caminando lentamente.
-¿No vas a ir?-
Le preguntó Yuto repentinamente.
-No tengo por que hacerlo, no creo que sea una buena idea, además tengo cosas que hacer-
Respondió con un nudo en la garganta mientras continuaba con su camino.

-Nueva York 2010-

Al regresar junto con sus amigos a aquel departamento, entró directo a su habitación, estaba cansado, justo al desplomarse sobre su cama y cerrar los ojos, el recuerdo de Chinen llegaba a su mente, no lograba superarlo aún, lo necesitaba tanto.
-Yuri…-
Dijo para sí mientras cerraba con fuerza sus ojos conteniendo las lagrimas.
-¿Lo extrañas todavía?-
Le dijo Yabu repentinamente.
-Eso ya no importa-
Dijo mientras se ponía de pie y salía de la habitación.

-Tokio 2011-

“-Yuya-”
Pensó mientras caminaba por aquel parque.
-¿Qué haces? Si no te das prisa vamos a dejarte-
Le dijo Yuto con una amplia sonrisa.
-Ya voy-
Respondió sonriente mientras continuaba caminando.

Ninguno de los dos lograba sacarse al otro de la cabeza, el lazo que los unía era tan fuerte que uno era parte del otro.

-Nueva York 2011-

-¿Es enserio?-
-Por supuesto-
Dijo aquel señor.
-¡Genial! ¡Yo muero por volver!-
Exclamó Hikaru.
-Lo mismo digo, extraño el ramen-
Dijo Inoo mientras se frotaba el estomago.
-¿Sucede algo?-
Preguntó Takaki quien acababa de llegar.
-Regresamos a Japón-
Respondió Yabu, escuchar eso provoco un revoltijo en el estomago de Takaki.
-¿Por qué tan pronto? ¿No se supone que estaríamos más tiempo aquí?-
-No tiene caso que sigan aquí, han aprendido lo sufriente y creo que es momento de demostrarlo en Japón-
Respondió el señor.
-¿No iba a producirnos aquí?-
Preguntó Takaki.
-Los traje a aprender, además me he contactado con disqueras de Tokio que están interesadas en ustedes, pueden tomar su estancia aquí como un buen entrenamiento-
Todos festejaron, a decir verdad extrañaban tanto Japón que por muy absurda que pareciese la explicación de aquel señor, estaban felices de poder regresar.

-Tokio-

-¿Qué hacemos aquí?-
-Dijeron que iban a acompañarme-
Respondió Keito ante la pregunta de Chinen.
-Nunca mencionaste que vendríamos al aeropuerto-
-¿Ah no? Creí haberlo hecho-
Dijo Keito torpemente mientras continuaba caminando.
-¿A que hemos venido?-
Preguntó Chinen.
-A recoger a un amigo de Keito-
Le respondió Yamada.
-Dijo que era muy importante venir por él-
Dijo Yuto enseguida.
-¿Y para que hemos venido nosotros?-
Preguntó Chinen con un ligero fastidio.
-¡Ah! ¡Saldrá por ahí!-
Exclamó Keito emocionado.
Sin más opción, Chinen caminó detrás de él tratando de seguirle el paso, al parecer la gente de ese vuelo ya estaba saliendo puesto que poco a poco había más y más gente, lo que provocó que perdiera a Keito de vista.

Mientras intentaba seguirlo, chocó con alguien.
-Lo siento-
Se disculpo mientras se detenía, se había golpeado la cabeza con el pecho de aquella persona.
-Tu…-
Esa voz… a pesar del tiempo Chinen la recordaba perfectamente, así que rápidamente levantó la mirada, no podía creerlo, era imposible.
-Yuya…-
Dijo con voz temblorosa mientras sentía un calor inundar su pecho.
-¿Qué dijiste?-
Preguntó Takaki igual de sorprendido, no esperaba ser llamado así de nuevo y menos por Chinen.
-Ah… lo siento… Takaki-san…-
Dijo bajando la mirada rápidamente.
-Eso no fue lo que dijiste-
Takaki deseaba abrazarlo, en ese momento olvido todo el sufrimiento que había pasado, el tener a Chinen tan cerca de nuevo le hacia olvidarlo todo.
Nuevamente y sin poder evitarlo más, Chinen levantó la mirada y dijo.
-Yuya…-
-Cuando lo dices así… siento que nada ha pasado-
De inmediato Chinen desvió la mirada y dio un paso hacia atrás.
-¿Qué haces aquí?-
-He vuelto-
Respondió Takaki con voz suave.
-¿Eh? ¿Pero no se supone que-
-Yuri-
Lo interrumpió de pronto y sin más, lo abrazó con fuerza.
¿Cómo resistirse a eso ahora? Era imposible, ni siquiera tenía intensión de hacerlo, simplemente cerró sus ojos y abrazó al mayor de vuelta.
En ese instante sus ojos se llenaron de lagrimas y estas no tardaron en salir.
-Regresaste…-
-Yuri… yo Te Amo-
Chinen pudo sentir como Takaki lo abrazaba con más fuerza.
-Yo también-
Respondió al mismo tiempo que se aferraba más a Takaki.
-En verdad… siento lo que dije-
No tuvo oportunidad de continuar, fue completamente interrumpido por los fríos y suaves labios de Takaki sobre los suyos.
Extrañaba tanto esa sensación, sus ojos se cerraron automáticamente y correspondió a ese contacto, convirtiéndose así en un profundo beso, lleno de anhelo.
Al separarse, Takaki miró fijamente a Chinen.
-Ya no digas nada… creo entender lo que sucedió así que ya no importa-
-Yuya..-
-Solo no vuelvas a hacerlo, durante este tiempo no fui capaz de dejar de pensar en ti…-
Escuchar estas palabras hizo que Chinen pensara.
“-Al igual que yo-”
-Eres parte de mi Yuri… no puedo vivir sin ti-
Chinen de inmediato se aferró al cuello de Takaki y lo besó, pudo sentir como las lagrimas salían de sus ojos pero no le importó.
Después de besarse, se abrazaron nuevamente, en medio de la multitud, la cual para ellos no importaba, el tiempo que habían estado separados solo sirvió para fortalecer más lo que sentían el uno por el otro. Ambos se complementaban y habían comprendido que no podrían vivir tranquilos sin el otro.
A partir de ese momento, decidieron estar juntos, siempre, amándose día con día hasta el final.

F I N

-----------------------------

¿Les gusto? ¿Les gusto? ¿LES GUSTO? *------------*
Quiero saber lol

Y bueno, ahora si me voy, ¿cual será la proxima actualización? :3 maa~ veamos que se me ocurre :D

Espero leer sus comentarios *----*