sábado, 10 de julio de 2010

En tus manos [Cap. 3]

Capitulo 3

Esa noche, Ryosuke salió de su habitación, después de haber tomado un baño, se sentía mas relajado y sobre todo despejado, intentaba no darle mucha importancia a lo que había sucedido esa tarde con Yuto.
Al llegar al comedor, la cena ya estaba servida, únicamente para dos personas, sus padres ya se habían marchado y no habían tenido la delicadeza de despedirse, simplemente dejándole una nota en su puerta. Pero eso ya no le afectaba, ya estaba acostumbrado después de todo.
Cuando tomo asiento, una de las sirvientas se acercó a el.
-Joven, ¿Desea que sirvamos ahora?-
-No, hace falta mi invitado, ¿Ya lo llamaron?-
La sirvienta bajo la mirada.
-Ya lo hicimos, pero dice que no tiene hambre-
Ryosuke dejó salir un suspiro lleno de fastidio.
-Esta bien, si no quiere bajar que no lo haga, encárgate de que le lleven su cena en cuanto yo lo ordene-
-Si joven-
Dijo la sirvienta, se reverenció y se marcho, segundos después dos meseros se acercaron con la comida y comenzaron a servir, así, Ryosuke comenzó a cenar solo, como siempre. Los meseros y las sirvientas eran su única compañía, si a eso podía llamársele compañía.
En cuanto termino de cenar, se acercó a una de las sirvientas.
-Pueden subirle su cena ahora, yo me iré a dormir-
-Si joven-
Así, estuvo dispuesto a continuar con su camino rumbo a las escaleras, cuando el mayordomo se dirigió a el.
-Joven Ryosuke, tengo lo que me ha pedido-
-Oh, claro, bien, ¿también tienes el uniforme?-
-Si joven, ya esta todo listo-
-Perfecto, déjame una copia de los papeles en mi habitación, lo demás ve a dejárselo a mi invitado, explícale que debe levantarse temprano, y si se niega a tus indicaciones, solo recuérdale que tiene una deuda conmigo-
-Como usted ordene-
Dijo el mayordomo, Ryosuke solo retomo su camino rumbo a su habitación con una sonrisa dibujada en el rostro.

Yuto se encontraba aún recostado sobre la cama, mirando hacia el techo, en cuanto fue la sirvienta a decirle que la cena estaba servida tuvo que inventar que no tenía hambre, no tenía el valor de ver a Ryosuke después de aquel beso, pero en realidad no soportaba el dolor en su estomago, el hambre lo estaba matando. Paso un buen rato, estaba a punto de desesperarse y salir en busca de alimento, cuando escuchó que alguien tocaba a la puerta. Dudó en levantarse y abrir, podría ser Ryosuke, pero después se alivió al escuchar una voz femenina.
-Joven, su cena-
Esas fueron como palabras mágicas para el, se puso de pie rápidamente y corrió a abrir la puerta, así, una de las sirvientas entró empujando una especie de carrito con una deliciosa cena encima, lo dejo cerca de una pequeña mesita, colocó todo sobre la mesa, incluyendo los cubiertos y un vaso con leche.
-El joven Ryosuke ha ordenado que le traigamos su cena puesto que no bajo a cenar con el-
-Lo siento, sentí que no sería cómodo cenar con toda su familia-
Mintió Yuto mientras se rascaba la cabeza y mostraba una torpe sonrisa.
-El joven Ryosuke siempre cena solo-
Declaró la sirvienta con cierto tono de lástima.
-¿Siempre?-
Preguntó Yuto ingenuo.
-Así es, el joven Ryosuke desayuna, come y cena solo desde que era muy pequeño, he de confesar, si me permite el atrevimiento de decirlo joven…-
-Yuto, Nakajima Yuto-
Se presentó torpemente al darse cuenta de que la sirvienta no sabía como llamarlo.
-Joven Yuto, he de confesarle que muchos de nosotros esperábamos que tal vez esta sería la primera vez que alguien le haría compañía además de nosotros, pero es comprensible que no soporte al joven Ryosuke, pero sabe, si lo tratara más, se daría cuenta de lo solo que esta-
Yuto se quedó pensativo, mirando al suelo.
-¿Y que sus padres no viven con el?-
-Los señores viven aquí, pero siempre están ocupados-
-Vaya, ricos-
Dijo Yuto mientras bufaba.
-Espero y usted pueda ser la compañía que el joven Ryosuke necesita, joven Yuto-
Dicho esto, la sirvienta se reverencio y sin más, se marchó.
Yuto se acercó lentamente a la mesa, el olor de la comida era delicioso, sin embargo no sacaba de su cabeza las palabras de la sirvienta.
-¿Yo? ¿La mejor compañía para ese chico? Debe de estar bromeando… no pienso permanecer aquí mucho tiempo-
Dijo en voz baja, suspiró profundo, y al sentir nuevamente e rugir de su estomago, tomó los cubiertos.
-Pero por ahora, gracias por la comida-
Dijo con entusiasmo y comenzó a devorar aquel exquisito platillo.

Ryosuke ya se encontraba en pijama cuando alguien toco a su puerta.
-Adelante-
Dijo y de inmediato la puerta se abrió.
-Joven, aquí esa la documentación del joven Nakajima que pidió, ahora mismo iré a darle sus papeles y su uniforme-
-De acuerdo, gracias por tu trabajo, no olvides decirle que si no esta a tiempo, iré yo mismo por el, y que no se atreva a negarse por que no le conviene-
-Si joven-
Así, el mayordomo se reverenció y se marchó, dejando a Ryosuke solo, el cual se acercó a su buró y encendió la pequeña lámpara, después caminó hacia el interruptor que estaba cerca de la puerta y apagó la luz, volvió a caminar de regreso a su cama y se acomodó para dormir, el hecho de que más diversión lo esperaba al día siguiente lo entusiasmaba, pero no dejaba de sentirse inquieto y ansioso por ver a Yuto cuanto antes.
-¿Qué diablos es esto?-
Murmuró, se recostó lentamente sobre la cama y se cubrió con las cobijas, después se llevó dos dedos a los labios y volvió a recordar aquel beso, aquella sensación.
-Tonterias-
Dijo en voz baja, apagó la luz de la pequeña lámpara y trató de conciliar el sueño, aún con esa sensación extraña en su pecho.

Al fin había terminado de cenar, se sentía realmente bien ahora, con el estomago lleno y satisfecho.
Se levantó de la mesa, estaba por acercarse a la cama, cuando alguien volvió a tocar, así que se desvió y camino rumbo a la puerta, al abrirla se topó con un señor, el cual se reverencio.
-Joven Nakajima, vengo a entregarle algo-
Yuto miró extrañado al señor, pero sin más opción, se hizo a un lado y lo dejo entrar, entonces observó como el señor hacia unas señas y dos jóvenes entraban detrás de el, uno llevaba lo que parecía ser un uniforme en los brazos y el otro con una mochila, el señor llevaba una pequeña carpeta.
-¿Qué es todo esto?-
Joven Nakajima, aquí está su uniforme y sus artículos escolares, estos son los papeles que se enviaran a la escuela, he de decirle que es necesario que usted este listo a las ocho en punto, puesto que a las 8:30 deben partir rumbo al colegio-
-¿Colegio?-
Preguntó Yuto muy extrañado.
-Así es joven, mañana comienza a asistir al mismo colegio que el joven Ryosuke, ¿tiene alguna duda al respecto?-
-¿Qué si tengo dudas? Más bien me niego rotundamente, así que puede regresarle todo eso a su joven Ryosuke-
-Disculpe mi atrevimiento, pero usted no puede negarse, después de todo aún tiene una deuda pendiente con el joven y no creo que tenga más opción, así que repetiré las indicaciones, debe bajar a las 8 de la mañana, desayunar, a las 8:30 debe estar en el auto, todo en el tiempo exacto, así que sin más que decirle, me retiro, buenas noches-
Y sin dejar que Yuto pudiese objetar algo, los dos jóvenes dejaron lo que llevaban sobre la cama y se marcharon detrás de aquel mayordomo.
-¿Pero que rayos le sucede?-
Dijo muy molesto mientras veía aquel uniforme y aquella mochila.
-¿Por qué tengo que ir a su colegio?-
Dejo salir un suspiró y se acercó a la cama, tomo aquella mochila y vio en su interior, ya estaba lista para el día de clases, con otro suspiro tomo el uniforme, aquel mayordomo tenía razón, no podía negarse, así que se puso de pie y puso el uniforme y la mochila sobre un pequeño escritorio que estaba cerca.
-Pero si yo no necesito ir a ningún colegio…-
Dijo malhumorado, regreso a la cama y se dejó caer en ella.
-Necesito irme pronto o lo que Yabu hizo por mi habrá sido en vano… Yabu… te extraño…-
Dejo que un profundo suspiro se le escapara, se levanto, apagó la luz y regresó a la cama, su vista nocturna era buena por lo que no necesitaba la luz de ninguna lámpara. Al estar sobre la cama, sacó las cobijas y poco a poco comenzó a quedarse dormido, tratando de que todo fuese eso, un simple sueño, tal vez así volvería a despertar en aquel horrible lugar, aunque eso no era muy alentador.

A la mañana siguiente, un incómodo “bip-bip” lo sacó de su sueño, aunque en realidad no soñaba nada, aún así era incómodo, así que abrió los ojos y localizo al pequeño despertador.
-¿En que momento pusieron un despertador aquí?-
Miró la hora mientras lo apagaba, eran las siete en punto. Segundos después de haberlo apagado y de sentarse mientras despertaba mejor, tocaron a la puerta.
-Adelante-
Dijo mientras salía de la cama.
-Joven Yuto, buenos días-
Era la misma sirvienta de anoche.
-Buenos días-
-Creí que necesitaría ayuda para despertar pero supongo que no es así-
-Gracias, ya estoy despierto-
Mientras decía esto la sirvienta corría las cortinas y la cálida luz del sol inundó la habitación.
-Pensaba que sería difícil que despertara a esta hora-
-Estoy acostumbrado a levantarme temprano-
Dijo Yuto mientras se rascaba torpemente la cabeza.
-A diferencia de usted, el joven Ryosuke es difícil, necesitamos a tres personas para despertarlo, y eso implica soportar su mal humor por las mañanas, odia que se le despierte, pero es nuestro trabajo-
Declaro la sirvienta con una sonrisa.
-Ya veo…-
Respondió Yuto torpemente.
-¿Algo en especial que desee para el desayuno?-
-Solo pan y leche, estaré bien con eso-
La sirvienta lo miro atónita.
-Que bromista es joven Yuto-
Dijo tratando de reírse, pero Yuto la observó con seriedad.
-Hablo en serio-
Dijo con timidez.
-De… acuerdo, con permiso-
Dijo sorprendida y salió de la habitación. Al estar solo se dio cuenta que había dormido con su ropa, bueno, después de todo con lo que durmiese nunca tenía importancia para él, así que entró al baño, minutos después salió y comenzó a ponerse aquel uniforme.
-Será por poco tiempo… sopórtalo… haz pasado por peores cosas, estarás bien-
Se decía mientras terminaba de vestirse. Cuando estuvo listo, se miró en aquel enorme espejo junto a la puerta del armario.
-Bien, creo que con esto estaré… bien-
Suspiró, tomo su mochila, metió la carpeta con sus nuevos papeles y salió de la habitación.
-Ahora… ¿en dónde está el comedor?-
Se preguntó mientras caminaba, estaba a punto de desesperarse cuando vio como otra de las sirvientas pasaba corriendo.
-Disculpa-
La chica se detuvo.
-¿Si joven?-
-¿Hacia donde esta el comedor?-
-Por allá-
Dijo la sirvienta señalando el camino.
-Gracias-
Dicho esto, la joven se reverencio y continuo con su camino muy a prisa. Yuto decidió no tomarle importancia y continuo por el camino señalado, bajó por las escaleras y pudo ver el enorme comedor casi hasta el fondo. Al llegar, vio que todo ya estaba servido, ubicó cual era su asiento puesto que ahí estaba su pan y su leche que había pedido, estaba a punto de sentare cuando escuchó un grito.
-¡¡Ya estoy despierto así que salgan de aquí!!-
Después se escucharon muchos pasos, después Yuto recordó que la sirvienta le había contado acerca del mal humor de Ryosuke, así que mientras tomaba asiento dejó salir un suspiro y comenzó a tomar su desayuno.
Minutos más tarde, Ryosuke iba entrando al comedor.
-Vaya, ya estas aquí, que puntual-
Le dijo con una sonrisa burlona mientras tomaba asiento.
-Ahora, el desayuno-
Dijo Ryosuke mientras esperaba a que su desayuno fuese servido.
-Ya he terminado, te espero en el auto-
Dijo Yuto muy serio mientras se ponía de pie, tomaba su mochila y salía del comedor, Ryosuke solo se limitó a observar como Yuto salía.
-Sigue así de rebelde, ya pronto me las pagaras-
Murmuró Ryosuke mientras comenzaba a comer, de nueva cuenta, solo.
Yuto salió por la puerta principal y observó el auto que estaba estacionado justo enfrente.
-Es el auto de ayer…-
Dijo en voz baja, en cuanto el chofer vio a Yuto, le abrió la puerta, y sin mas alternativa, subió.
-Aún es temprano joven, ¿a desayunado bien?-
Le preguntó el chofer.
-Si, gracias, me dieron un horario y trato de cumplirlo, si llegamos tarde será por culpa de su joven Ryosuke-
Dijo Yuto con tono de molestia mientras se cruzaba de brazos.
Un poco más tarde, Ryosuke salía de la casa, se acercó al auto y subió, el chofer cerró la puerta.
-Eres bastante descortés ¿no te parece Yuto-kun?-
Dijo Ryosuke con cierta molestia.
-Es solo para demostrarte que no estoy de acuerdo con tus planes de mandarme al ese colegio y con información falsa-
-No te preocupes, además, me lo debes-
Yuto desvió la mirada, odiaba que le echaran las cosas en cara.
-¿Y para que me quieres en ese lugar?-
-Lo sabrás a su debido tiempo, además si te dejo solo en la casa, estoy seguro de que escaparías-
-Por supuesto que lo haría-
Dijo Yuto con fastidio, se sentía de mal humor al saber que estaba a merced de Ryosuke, simplemente odiaba eso. Pero de pronto, el chico hizo algo que provocó que un escalofrío le recorriera la espalda.
-Y es por que sé que escaparías, que te traigo conmigo-
Le susurro al oído con aquella voz llena de seducción.
-¿Qué es lo que realmente quieres de mí?-
Le preguntó Yuto lo más serio que pudo, mirándolo fijamente a los ojos. Entonces, Ryosuke se acercó más a el, Yuto podía sentir su suave respiración sobre su rostro, y antes de continuar, Ryosuke presionó un botón para que un cristal obscuro dividiera el auto y así el chofer no pudiera ver nada.
-No lo sé… tienes algo… pero no se aún lo que es…-
Yuto se sorprendió ante esa respuesta, y antes de poder decir algo, sintió como los labios de Ryosuke se posaban sobre los suyos. Ante tal contacto, no supo como reaccionar, y al parecer Ryosuke deseaba profundizar aquel beso, puesto que comenzó a mover sus labios, y para sorpresa tanto de Ryosuke como para Yuto, este comenzó a reaccionar y respondió a aquel beso, tomando el rostro de Ryosuke entre sus manos para hacer de aquel beso, más intenso. Instantes más tarde, ambos sintieron como el auto se detenía y Ryosuke detuvo aquel beso lentamente, miró a Yuto fijamente.
-Con esto te perdono por no desayunar conmigo, pero no cubre nada de tu deuda-
Y con una sonrisita se alejó y salió del auto, Yuto trató de reaccionar, el corazón le latía con demasiada fuerza, el aliento le faltaba, pero al ver como Ryosuke comenzaba a alejarse y a perderse entre todos los alumnos, decidió salir del auto, aunque todo el cuerpo le temblaba.
Al bajar, fue recibido por un hombre extraños.
-Buenos días joven Nakajima, bienvenido sea a nuestra institución, yo soy el director y le daré un recorrido por la escuela para después llevarlo a clases, ¿de acuerdo?-
Yuto asintió con la cabeza y siguió al director, mientras atravesaban el patio, Yuto no dejaba de escuchar los murmullos.
-¿Es nuevo?-
-Eso parece…-
-Llegó con Yamada-kun-
-Si… ¿Qué serán?-
-Ojala esté en mi clase.. Es lindo-
Todos estos comentarios comenzaban a abrumar a Yuto, era la primera vez que escuchaba esa clase de comentarios.

Chinen iba llegando a la escuela junto con Daiki.
-¿Por qué tanto murmullo?-
Preguntó Daiki incomodo.
-No lo sé… ¿Será algo nuevo?-
-Puede ser… se parece al día en que Ryosuke llego ¿no lo crees?-
Al escuchar el nombre de Ryosuke, Chinen bajó la mirada y respondió con indiferencia.
-¿A si? No lo recuerdo-
Daiki miró extrañado a Chinen.
-¿Ocurre algo?-
-Nada-
Respondió con frialdad y continuó caminando, Daiki lo alcanzo y no preguntó más. Unos cuantos pasos adelante iba Ryosuke, al verlo Daiki lo llamó.
-¡¡Ryosuke!!-
Ese se detuvo y se giro para ver a Daiki, después miró a Chinen, el cual desvió la mirada al verlo.
-Hola Daiki, Yuri, buenos días-
Saludo alegremente sin darle importancia a la indiferencia de Chinen.
-Estas de buen humor, eso da miedo, ¿te sientes mal? Debes estar enfermo-
Dijo Daiki en tono de broma.
-No estoy enfermo, solo que hoy es un buen día, ¿no lo creen?-
-Bueno, todas las mañanas son iguales-
Respondió Daiki, Chinen se quedó callado y con fastidio dijo.
-Tengo prisa, nos vemos luego-
Y sin más, se adelantó y desapareció delante de unos alumnos.
-¿Qué le pasa?-
Preguntó Daiki extrañado.
-Debe estar de mal humor-
Respondió Ryosuke con naturalidad.
-Debe ser… Por cierto, ¿Haz notado que todo el mundo esta inquieto?-
-No-
Respondió Ryosuke indiferente.
-Parece que algo esta pasando-
-Solo ha llegado un alumno nuevo, no es para tanto-
Dijo Ryosuke con fastidio.
-¿Y como lo sabes?-
Preguntó Daiki asombrado.
-Bueno, todos lo saben ahora Arioka, que más da si yo también lo se-
Dicho esto, le dio unas palmaditas en la espalda y se adelanto, dejando a Daiki atrás un poco confundido.

En cuanto entro a la escuela, se dirigió a los casilleros para tomar sus libros, los guardo en su mochila y comenzó a caminar por el pasillo para llegar a las escaleras y así subir a su salón, pero sorpresivamente fue jalado por alguien, quien lo empujo hasta meterlo en el pequeño cuarto de limpieza que estaba cerca de las escaleras.
-¿Qué demonios?-
Preguntó conmocionado, pero al ver quien era su atacante su rostro de sorpresa cambió a uno de fastidio.
-¿Qué quieres Chinen?-
Chinen aún lo sujetaba con fuerza, lo pegó a la pared y lo tomó del cuello.
-Vas a pagarme lo de ayer-
-¿Qué?-
Preguntó Ryosuke, pero sin poder decir más, sintió como Chinen lo besaba, se quedó inmóvil unos segundos, no pensaba responder a aquel beso. Chinen notó que Ryosuke no pensaba responder así que se separó.
-Con esto, quiero que te quede claro que conmigo no vas a jugar-
La voz de Chinen era furiosa, y dejó a Ryosuke sorprendido.
-Yo no…-
-Que no se te olvide-
Dicho esto, lo miró fríamente y salió del armario, se sentía mal, le dolía el saber que Ryosuke no respondía a su beso, así que trató de contener las lágrimas, pero sin querer chocó con alguien a mitad del pasillo.
-Perdón-
Dijo con la mirada baja.
-¿Qué tienes?-
Le dijo esa persona, mientras lo tomaba de los brazos, Chinen levantó la mirada y se alegro de ver a Daiki.
-Dai-chan…-
Dijo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, al notar esto, Daiki se llevó a Chinen de ahí y lo metió en el primer cuarto que tuvo a la mano, era un cuarto de dibujo abandonado así que al menos sabía que no llegaría nadie a interrumpir.
-¿Qué pasa?-
Preguntó Daiki con voz suave.
-Nada…-
Y sin poder más, las lagrimas comenzaron a inundar su rostro.
-Ryosuke otra vez… ¿cierto?-
Chinen no respondió, no había necesidad de una respuesta, y sin más, abrazó al menor con fuerza, dejando que hundiese su rostro sobre su pecho mientras acariciaba su cabeza.
-Perdón Dai-chan… arruinaré tu uniforme…-
-No importa-
Dijo Daiki amablemente mientras seguía frotando la cabeza de Chinen.
“-Ese Ryosuke me va a escuchar…-”
Pensó Daiki.

Ryosuke salió de aquel armario, un poco conmocionado por lo que había sucedido.
-No cabe duda de que… los labios de el… son… muy… dulces…-
Dijo en voz baja recordando el beso con Yuto de esa mañana, y sin más, continuo su camino rumbo al salón de clase.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

desgraciado yamada waaa me da ganas de meterme al fic y darle un buen golpe o.ó jejeje
pobre yuri espero que pronto se olvide de yamada y mire al chico que tiene en frente *o* aaaa~~ daiki ♥
este yuto quiere y no ya todos sabemos que quieres nada mas que no das tu brazo a torcer XD

lili kazuya dijo...

AAAAAAAAAAAAAAAA QUE MALO ES YAMA-CHAN PERO ES INEVITABLE NO IMPORTA LA SITUACIÓN "FOREVER YAMAJIMA"

Yahi dijo...

Yutooo deja de hacerte el difícil!!
bien que te gusta!
es que esos labios de Yama-chan son irresistibles!!!!!!
a poco no? *-*

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