Capitulo 3
A la mañana siguiente, despertó con mucha facilidad, bueno, siempre lo hacia, después de todo el trabajo era importante, muy importante, y estaba acostumbrado a levantarse temprano. Para su gran sorpresa, mientras se encontraba arreglando su cama, alguien abrió su puerta y entro de una forma escandalosa.
-¡Buenos días Ryu-chan!-
Ryutaro miró hacia la puerta y dijo con fastidio.
-No me digas “Ryu-chan”, ¿entendido?-
-De acuerdo, ya entendí-
Dijo Ryosuke de forma torpe mientras cerraba la puerta tras de si.
-¿Ya estas listo?-
-Si… pero…-
Dijo Ryutaro mientras buscaba algo a su alrededor.
-¿Qué?-
-No encuentro mi boina…-
-¿Ya buscaste bien?-
-Si-
Ryosuke intentó ayudar en la búsqueda, pero de pronto Ryutaro recordó algo.
-Debí haberla dejado en aquel lugar ayer-
Dijo pensativo.
-¿El lugar en el que estuviste todo el día de ayer?-
-Si…-
-Olvídalo, no creo que siga ahí-
-Tienes razón-
Dijo Ryutaro en un suspiro.
-Vamos, no le des demasiada importancia, luces mejor sin esa boina-
-Esa boina era de mi padre…-
Dijo mientras se sentaba en la cama y bajaba la cabeza.
-Oh… lo siento, no quise-
-Lo sé, no te preocupes, ya nada se puede hacer-
Dijo Ryutaro resignado mientras se ponía de pie y salía de la habitación, Ryosuke salió detrás de el y mientras caminaban, le dio una palmadita en la espalda.
-Aún así luces mejor de esta forma-
Ryutaro dejo salir una pequeña sonrisa, Ryosuke hizo lo mismo y así ambos continuaron con su camino rumbo a la cocina en donde les darían algo para trabajar.
Todos los que se encontraban en la cocina no dejaban de mirar a Ryutaro y murmurar unas cosas, era de esperarse que ahora todos estuviesen enterados de lo ocurrido.
-Ryutaro, acompáñame al pueblo ¿si?-
Sugirió Ryosuke al notar el ambiente.
-De acuerdo-
Dijo Ryutaro en un suspiro.
Ambos estaban por salir de la casa cuando una de las criadas que iba entrando a la cocina los detuvo.
-¿A dónde creen que van?-
-Al pueblo, solo vamos a dar una caminata y volveremos-
Explicó Ryosuke.
-Ustedes no irán a ningún lado, al menos tu no Ryutaro, el joven Kei ordeno que no se te permitiera salir de la casa hasta nuevo aviso-
-¿Qué?-
Preguntó Ryutaro sorprendido.
-Así es, y tu Ryosuke, no puedes ir a ningún lado sin antes traer un costal de verdura de la bodega, anda-
Indico la criada a Ryosuke, este sin poder negarse miró a Ryutaro diciendo “lo siento” con la mirada y se marchó.
-¿Entonces que haré? Necesito salir para recibir la correspondencia y además-
-Nada de eso, te pondremos a hacer otras cosas dentro de la casa, no puedes dar un paso fuera, son ordenes-
Ryutaro estaba molesto, si esta era una forma de castigarlo, era demasiado.
-Te lo tienes bien merecido, el joven Kei es demasiado amable contigo, de haber sido el señor ya te hubiesen echado de aquí, así que agradece eso-
Dicho eso, la criada comenzó a llevarse a Ryutaro fuera de la cocina.
-¿Y que se supone que voy a hacer?-
Preguntó con fastidio.
-Limpiaras la biblioteca, libro por libro-
Respondió otra voz que no era la de la criada, Ryutaro se sorprendió y miró a la persona que se acercaba, era Kei.
-Buenos días joven Kei-
Saludó la criada.
-Buenos días-
Le respondió Kei con una sonrisa, Ryutaro se dedico a desviar la mirada, estaba molesto.
-No puede hacerme esto, ese no es mi trabajo-
Reclamó enfadado.
-Pues ahora lo es, así que deja de quejarte, no saldrás de esta casa hasta que yo lo ordene, veo que sigues con la misma actitud grosera y no lo voy a permitir-
Dijo Kei con voz suave.
-Si no le gusta mi actitud la solución es muy sencilla, joven-
Dijo Ryutaro en voz baja, pero no lo sufriente puesto que Kei logró escucharlo.
-¿Si quieres que te despida por que no lo dices? Si ya no deseas estar aquí solo dilo-
Le dijo Kei con la misma voz suave.
-Usted sabe que no puedo hacer eso, después de todo yo trabajo para mi familia-
Respondió Ryutaro con frialdad.
-¿Entonces que es lo que quieres?-
-Que deje de tratarme como si fuera un niño-
Kei dejó salir una risita.
-Aún eres un niño, solo tienes quince años, ¿Cómo quieres que te trate eh?-
Ryutaro desvió la mirada.
-Voy a limpiar la biblioteca, con permiso-
Y sin mirar a Kei, se dio media vuelta, estaba dispuesto a marcharse pero Kei lo detuvo.
-Cuando aprendas a saludar correctamente por las mañanas, dejare de tratarte como un niño-
Aún dándole la espalda, Ryutaro respondió.
-Si no deseo saludarlo no puede obligarme-
Dicho eso, comenzó a caminar, Kei solo lo observo y dejó salir un suspiro de resignación.
-¿Yo era así cuando tenía quince años?-
Se preguntó y la criada que aún se encontraba ahí respondió.
-No joven, usted no era así, supongo que anda irritable por que se acerca el día-
Kei miró hacia donde Ryutaro se había alejado.
-Es dentro de una semana ¿cierto?… supongo que cada año es difícil para el-
Suspiró, después se giró para caminar en dirección al comedor.
-¿Ya esta el desayuno?-
Preguntó amablemente a la criada que caminaba detrás de el.
-Estará en unos minutos joven, mientras podemos servirle un poco de fruta fresca-
-Bien, la tomaré-
Dijo Kei mientras tomaba asiento en el enorme comedor y la criada se marchaba a la cocina.
Ryosuke ya había llevado el costal de verduras que le habían encargado, aprovecho que todos estaban ocupados preparando el desayuno y salió de la casa.
-Le traeré algo a Ryutaro, tal vez eso ayude-
Y con paso firme, se marchó rumbo al pueblo. Al estar ahí, comenzó a caminar entre la gente, después de todo siempre estaba agitado por las mañanas. Mientras caminaba por entre los pequeños puestos de fruta, escuchaba los chismes que contaba la gente, en especial, lo que dos criadas decían, se colocó discretamente detrás de ellas simulando escoger la mejor manzana.
-Al fin llegará mañana el joven Kota-
Decía una.
-¿Por eso te piden comprar tanto ahora?-
-Además de eso, harán un baile para mañana en la noche, toda la casa esta vuelta un caos con los preparativos, la señora quiere todo perfecto-
-”¿Un baile?”-
Pensó Ryosuke mientras continuaba escuchando atento.
-Pues debe ser, después de todo su hijo vuelve del extranjero-
-Así es, hoy en la mañana llego la mitad de su equipaje y unos regalos que envió, como siempre los gustos del joven Kota son muy finos-
-¿Qué ha mandado?-
-Solo pude ver unos cuadros y jarrones, me ordenaron venir justo cuando abrían el resto-
Así, ambas comenzaron a reír, Ryosuke continuaba escuchando con atención esperando escuchar alguna señal de la persona que esperaba.
-¿Y que se dice de su prometida?-
-Aún no tiene, al parecer allá tampoco encontró a nadie, simplemente el joven Kota aún no piensa en esas cosas-
-Bueno, pero ya no deben tardar con la noticia de una prometida-
-Debe ser-
-De seguro vuelve más apuesto, después de todo pasaron cuatro años, ahora es un joven de veinte, debe ser realmente apuesto-
-Eso lo veremos mañana, quien me sorprendió fue su sirviente, no se bien como se llama puesto que cuando yo entré a la casa, ellos se iban y solo lo vi una vez-
-¡Ah! Yo si lo conozco, el pequeño que debía hacerle compañía al joven Kota-
Al escuchar eso, Ryosuke tomo una manzana, aparentó observarla con atención mientras trataba de escuchar mejor.
-Si, el volvió junto con el equipaje del joven, me sorprendió mucho ese chico, ahora tiene dieciséis años y también es muy apuesto-
-Tan pequeño que era, ambos si que debieron cambiar mucho-
Dicho esto, ambas criadas continuaron con su camino, mientras que Ryosuke estaba satisfecho con lo que había escuchado.
“-Volvió, ya está aquí-”
Se dijo con entusiasmo mientras se llenaba de ilusión.
“-Quiero verlo…-”
Así, después de ver alejarse a las criadas, miró hacia el frente y el viejo encargado del puesto le preguntó con un tono malhumorado.
-¿Vas a comprarla o seguirás contemplándola?-
Ryosuke rió torpemente, metió la mano a su bolsillo y saco un par de monedas, se las dio al anciano y se alejó.
“-Ya esta aquí-”
Pensó mientras caminaba entre la gente y comía de su manzana que acababa de comprar.
“-Esa criada dijo que ahora es apuesto, ¿Qué tanto pudo haber cambiado? Además…-”
De pronto se detuvo y miró su reflejo en un pequeño espejo que estaba sobre la mesa de un puesto que vendía joyas falsas.
“-Yo también soy apuesto-”
Pensó mientras sonreía al ver su reflejo, después se alejó.
“-Supongo que también se sorprenderá cuando me vea-”
Dicho esto, siguió caminando con una sonrisa en el rostro, al terminar su manzana lanzó lo que había quedado y sin querer golpeo a alguien que iba a unos cuantos pasos delante de el. Aquel chico se froto la cabeza y miró hacia atrás, ante esto, Ryosuke no tuvo más que aceptar su culpa y disculparse ante aquel chico.
-Lo siento, fue un accidente-
Dijo mientras reía torpemente.
-No hay cuidado-
Dijo el chico con una sonrisa. Ryosuke lo miró fijamente, algo de el se le hacia ligeramente familiar, algo en la mirada de aquel chico le decía que ya se conocían. De igual forma, aquel chico observaba con curiosidad a Ryosuke.
-¿De casualidad no nos-
Comenzaba a preguntar aquel chico pero fue interrumpido por los gritos de un señor el cual se acercaba a ellos a toda velocidad.
-¡Ryosuke! No es momento de que estés perdiendo el tiempo, hay trabajo por hacer-
-Si, ya voy-
Respondió con firmeza, le hizo una pequeña reverencia a aquel chico y se fue corriendo junto a aquel señor.
-Es el… ha cambiado… Ryosuke…-
Dijo en voz baja aquel chico mientras observaba como Ryosuke se alejaba a toda prisa y un cálido sentimiento lo inundaba por dentro.
“-Supongo que no me reconoces… pero ahora puedo buscarte más tarde…-”
Pensando así, se dio media vuelta y se fue mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.
Kei había terminado de almorzar, se encontraba en el establo cepillando a su caballo, cuando de pronto el mayordomo se acercó a el.
-Joven Kei, tiene visita-
Aquellas palabras provocaron que el rostro de Kei se iluminara, sabía perfectamente quien podría ser, así que dejó de cepillar al caballo, y caminó de prisa de vuelta a la casa.
A Daiki le habían dicho que Kei estaba en el establo y que llegaría pronto, así que decidió esperarlo, caminó rumbo a la sala cuando un estruendoso ruido lo asustó, sabía que aquel ruido provenía de la biblioteca así que antes de tomar asiento caminó hacia aquel lugar. Cuando entró se llevó el susto de su vida al ver a un joven tirado en el suelo con montones de libros sobre de el.
-¿Estas bien?-
Pregunto preocupado mientras quitaba los libros de prisa.
-Eso… creo-
Respondió con dificultad mientras intentaba ponerse en pie, pero eso no fue posible, se había lastimado el tobillo y era realmente doloroso.
-¡Ryutaro-kun! Casi no te reconozco, cambias mucho cuando no llevas aquella boina-
Le dijo Daiki con una amable sonrisa.
-Joven Daiki, buenos días, disculpe las molestias, no tiene de que preocuparse-
Dijo mientras juntaba toda su energía para ponerse de pie, tragándose el fuerte dolor que sentía en su tobillo derecho, mientras se apoyaba discretamente de la escalera.
-No es molestia, ¿de verdad te encuentras bien?-
-Si joven, no se preocupe, de verdad estoy bien-
Dijo fingiendo una sonrisa, pero por dentro estaba gritando por aquel dolor.
-Daiki, ¿Qué haces aquí?-
En ese momento entró Kei, y al ver a Daiki conversando con Ryutaro no pudo evitar preguntar aquello.
-Lo que sucede es que Ryutaro acaba de caerse, escuché el ruido y estaba enterrado en montones de libros, ¿no se supone que su trabajo es recibir y entregar correspondencia? ¿Por qué esta aquí limpiando?-
Dijo Daiki confundido mientras señalaba el trapo y que llevaba Ryutaro en las manos.
-Es su pequeña lección de obediencia, ¿cierto Ryutaro?-
El chico desvió la mirada, Daiki lo miró con preocupación.
-¿Qué ocurrió Ryutaro?-
-Nada de lo que deba preocuparse joven Daiki-
Le respondió con una leve sonrisa, Kei se sorprendió al ver tal actitud.
-Así que solo piensas ser grosero e indiferente conmigo ¿verdad?-
Reclamó Kei con voz ligeramente dura.
-No lo regañes, ¿Por qué no me dicen que ocurrió?-
Preguntó Daiki intentando calmar a Kei.
-Bien, que él te lo diga-
Dijo Kei en un tono de burla mientras señalaba a Ryutaro con la mano, este solo bajo la mirada, no aguantaba más el dolor, era realmente insoportable, sentía que el pie terminaría por rompérsele de un momento a otro, era un dolor tan punzante, y como reacción a esto comenzó a sudar en exceso.
-No… pasa nada… joven… Daiki…-
Respondió con dificultad.
-Claro que paso, si no lo dices tú se lo digo yo-
-Kei-chan, espera-
Dijo Daiki calmando a Kei quien al parecer comenzaba a molestarse.
-Sabes, Dai-chan, no pierdas tu tiempo con el, mejor vámonos y dejemos que continúe con lo que debe hacer-
Dicho esto, Kei tomó a Daiki del brazo y comenzó a llevárselo, al parecer no lograba darse cuenta del estado en el que su pequeño sirviente se encontraba.
-Espera, ¿Por qué estas tan molesto?-
-No estoy molesto, simplemente no pienso tolerar más las groserías de este muchacho-
Dijo Kei en un suspiro mientras continuaba llevándose a Daiki, quien observaba preocupado a Ryutaro, el cual no dejaba de sudar y de respirar con dificultad, y todo por producto de aquella lesión que no lograba soportar ni un segundo más. Así, Daiki y Kei salieron de la biblioteca y segundos después, Ryutaro se quejó levemente.
-Aght… duele…-
Dijo mientras se recargaba por completo y dejaba que su pie descansara del esfuerzo, después, con dificultad, intentó darse la vuelta, después de todo debía continuar con su trabajo, pero era inútil, el dolor era terriblemente fuerte, de pronto, la vista comenzó a nublarse, los oídos se le taparon y solo escuchaba un zumbido, lentamente todo comenzaba a volverse obscuro, sintiendo un poco de temor, trato recuperarse, pero era imposible, y sin más, calló al suelo, desmayado.
Daiki y Kei estaban en la sala.
-¿Qué fue lo que ocurrió?-
Preguntó Daiki un poco serio.
-Ayer se desapareció, estuvo en los limites del terreno todo el día, al perecer se quedó dormido, preocupando a todo el mundo, después se comportó de una forma muy grosera y por ahora tiene prohibido salir hasta que yo lo ordene-
-¿Y sabes por que se fue a esconder todo el día?-
-Bueno, no sé si se estaba escondiendo o solo escapando de su trabajo, pero lo que hizo fue una falta muy grave-
Daiki dejó salir un suspiro.
-Sabes que Ryutaro no es de los que se escapan del trabajo, debe haber una razón-
Con las palabras de Daiki, Kei recordó las lágrimas de Ryutaro.
-Puede ser… estaba llorando dormido…-
-¿Lo vez?-
-Debe ser por que… el aniversario de la muerte de sus padres se acerca-
-¿Otra vez? No recordaba que fuese tan pronto-
Dijo Daiki con tristeza.
-Si, es dentro de una semana-
Dijo Kei con pesar.
-¿No crees que estas siendo un poco injusto con él?-
Le dijo Daiki mientras se acercaba un poco a Kei.
-Creo que si…-
Dijo con arrepentimiento.
-Joven Kei, el caballo esta listo para la lección del joven Daiki-
-Discúlpate con el más tarde ¿de acuerdo?-
Le dijo Daiki mientras se ponía de pie, Kei le sonrió y afirmo con la cabeza, así, ambos salieron de la casa a tomar la siguiente lección para Daiki en el caballo.
Después de hacer unas cosas que le habían pedido, se dejó caer sobre el suelo.
“-Ese chico… ¿Por qué me es tan familiar?-”
Se pregunto mientras cerraba los ojos.
“-Se lo contaré a Ryutaro-”
Pensó decidido mientras se ponía en pie.
-¿En dónde esta Ryutaro?-
Preguntó Ryosuke a una de las criadas.
-Esta en la biblioteca limpiando-
-Gracias-
Dijo con una sonrisa y se apresuró para llegar al lugar. Pero al abrir la puerta, se llevó una cruel sorpresa, Ryutaro estaba tirado en el piso, completamente inconciente.
-¡¡¡Ryutaro!!!-
Gritó Ryosuke y corrió a su lado, tomó su rostro y trató de despertarlo.
-¡¡¿Qué te ocurrió?!! ¡¡Despierta!!-
Dijo con desesperación, pero el chico no reaccionaba.
-Necesito ayuda-
Y de un solo brinco se puso de pie y salió corriendo mientras gritaba.
-¡¡Ayuda!! ¡¡Alguien que me ayude!! ¡¡Rápido!!-
De prisa dos criadas se acercaron alarmadas, Ryosuke estaba muy alterado.
-¡Ve por un médico! ¡¡¡Ryutaro no despierta!!! ¡Hay que hacer algo!-
-Cálmate un poco, Haruka, ve por el médico del pueblo, vamos a llevarlo a su habitación, todo va a estar bien, tranquilo-
Dijo la criada mientras trataba de calmar a Ryosuke quien temblaba un poco.
-Si…-
Dijo tratando de calmarse y caminó de prisa de vuelta a la biblioteca, con toda su fuerza tomó a Ryutaro en brazos.
-¿Puedes solo?-
Le pregunto la criada preocupada.
-Si… vamos-
Respondió Ryosuke con esfuerzo y así, salieron de la biblioteca y caminaron de prisa a la habitación de Ryutaro.
Al llegar, Ryosuke lo recostó sobre la cama con delicadeza.
-Ryutaro despierta…-
Dijo mientras un nudo se formaba en su garganta.
-Tiene fiebre… iré por un poco de agua fría, tu quédate con él-
Le dijo la criada mientras salía del cuarto, Ryosuke tocó con delicadeza la ardiente frente de su amigo.
-¿Qué fue lo que te paso?… tienes que estar bien, ahora si quiero hablar de “ese” tema contigo-
De pronto la criada llego con un balde lleno de agua y un trapo, lo humedeció, lo exprimió y lo colocó sobre la frente del chico.
-Estará bien, pronto llegará el médico-
Dijo la criada tratando de tranquilizar a Ryosuke.
Mientras tanto, Daiki y Kei estaban por salir, ahora Daiki montaba solo el caballo y Kei caminaba a su lado, cuando de pronto, una de las criadas llegó corriendo junto con un medico.
-Haruka ¿Qué ocurre?-
-Joven Kei, Ryutaro esta enfermo, no sabemos que tiene, Ryosuke lo encontró tirado en el suelo de la biblioteca, por eso he traído al médico-
-¿Qué?-
En ese momento Kei se quedó congelado mientras la criada se alejaba corriendo junto con el medico.
-Tienes que ir-
Le dijo Daiki quien ya había bajado del caballo y lo miraba preocupado.
-Volveré enseguida, solo espérame aquí-
Daiki asintió, y enseguida Kei se fue corriendo detrás de la criada y del medico.
Al llegar, el doctor ya estaba examinando al chico, se sintió realmente mal al verlo inconciente sobre la cama, las criadas ya se habían marchado pero Ryosuke seguía ahí.
-Joven Kei, ¿Qué hace aquí?-
Preguntó Ryosuke aún con lágrimas en los ojos.
-Eso no importa ahora, ¿Qué fue lo que sucedió?-
-Al parecer tiene fracturado el tobillo derecho, e hizo un gran esfuerzo por ignorar la lesión, se desmayó al no soportar tanto dolor, pero estará bien, solo debe descansar estos días hasta que su pie mejore-
Dijo el medico mientras se ponía de pie.
-Ya lo he vendado, solo no debe hacer ninguna clase de esfuerzo, de preferencia debe estar en cama, deben untarle esta medicina cada noche, antes se debe lavar el pie con agua caliente-
Dijo el doctor mientras dejaba el pequeño frasco de medicina sobre una mesita de madera.
-Muchas gracias doctor-
Le dijo Kei mientras lo acompañaba a la salida. Ryosuke suspiró aliviado y se dejó caer al suelo, Ryutaro aún se encontraba inconciente, después de unos minutos, Kei estuvo de regreso.
-Bien, ahora estará bien-
-No se preocupe por el joven Kei, yo puedo cuidarlo, ahora el joven Daiki debe estarlo esperando-
Dijo Ryosuke amablemente.
-Si, tienes razón, vendré a verlo más tarde-
Dijo fríamente, y sin más, se marchó.
1 comentario:
Kei esta celoso, Kei esta celoso, Kei esta celoso (ok ya, q no tengo 4 años xD)
Este fic me esta dando taquicardia xDDDD por no saber cuales son las parejas pero eso lo hace + interesante..
Gracias Ayaa-san :D
Publicar un comentario
Lo has leído y... ¿Te gusto? ¿No? ¿Sientes que algo faltó?
¡Me encantaría saber tu opinión sobre lo que acabas de leer! ^O^ Así que no dudes en hacérmelo saber, así podré mejorar un poquito más :3
De igual forma: ¡GRACIAS POR LEER!