Cap. 1
“Esa noche no esperaba encontrar a alguien como tu, perfecto en todos los sentidos, no se explicar esto, solo sé que lo que viví contigo es especial y debe repetirse”
Aburrido, en una tarde común y corriente frente al televisor aparentando ver un programa de entretenimiento, a pesar de que tenía deberes escolares, no tenía el animo para realizarlos, estaba cansado, se sentía vacío, con la necesidad de hacer algo diferente, encontrar aquello que llenase su vida o que al menos le diera sentido, sentía que no tenía razón para vivir y lo peor es que no encontraba solución alguna, solo lograba sentirse peor.
-¿Qué te sucede?
La voz de su madre lo saco de aquellos pensamientos.
-Nada, solo tengo sueño
-¿Seguro? No has querido comer, ¿no te sientes bien cierto?
-Estoy perfectamente madre, solo necesito estar solo
Y con fastidio, se puso de pie y caminó rumbo a las escaleras, estaba por dar el primer paso cuando la voz de su madre lo hizo detenerse.
-¿Es por lo del divorcio entre tu padre y yo cierto?
Ligeramente fastidiado miró a su madre y respondió.
-Lo que ustedes hagan no tiene nada que ver conmigo, siempre ha sido así, no tienes por que aparentar preocuparte ahora
Sorprendida, su madre se levanto pero no se acercó a el.
-¿Por qué me hablas así Daiki?
De nuevo con fastidio dejó escapar un suspiro.
-Lo siento madre, no me siento bien, estaré en mi habitación, tengo cosas que hacer.
Y sin más, comenzó a subir por las escaleras rumbo a su habitación, dejando a su madre sola con un semblante de preocupación.
Al estar en su habitación no se molestó en encender la luz, no tenía ánimos, simplemente se dirigió a su cama y se dejó caer bocabajo, hundiendo su rostro en una almohada.
Por más que intentaba convencerse de los deberes pendientes que tenía por hacer, su cuerpo no reaccionaba, lo sentía pesado, esto no estaba bien.
-¿Desde cuando mi vida perdió sentido?
Se dijo en voz baja mientras se volteaba boca arriba, esta vez clavando su mirada en el blanco techo.
De pronto, su teléfono móvil comenzó a sonar, no tenía la más minima intensión de responder a esa llamada, pero la insistencia de la otra persona era demasiada, así que sin más, logró ponerse de pie y tomó el aparato, el cual sonaba y vibraba sin parar sobre el escritorio. Al tomarlo miró el nombre en la pantalla “Takaki Yuya”
“-Ahora que quiere…”
Pensó mientras presionaba el botón para responder, de inmediato se escuchó demasiado ruido y la voz de Takaki gritando.
-¡¡¡Dai-chan!!!
-No grites…
Respondió fastidiado
-¡¡¡¿Qué?!!!
-¡¡¡No grites!!!
-¡¡Tu eres quien grita!!
Ante tal absurdo comentario, dejo escapar un suspiro
-¿Qué quieres?
-¿Estas ocupado?
Al parecer Takaki se había movido de lugar, ahora el ruido era mucho menor y lograba escucharlo con más claridad.
-Hago tarea
Mintió.
-Bueno, deja de hacerla, ven a divertirte un poco
-¿Qué?
-Te hace falta, lo sé, ven, estamos en Roppongi, ya sabes en dónde
-No tengo ánimos Takaki, además ya te dije que estoy haciendo tarea
Volvió a mentir para intentar zafarse.
-Mañana es domingo, no hay escuela, ven a divertirte un rato, te ayudará
-¿Eso como lo sabes? Ni siquiera sabes si necesito ayuda o no
Ante tal comentario Takaki bufó y respondió
-¿Crees que nadie se da cuenta de tu deprimente estado de ánimo? No soy tan idiota como crees Arioka
Daiki se quedó en silencio, no sabía que decir, después de todo Takaki tenía razón, pero no quería admitirlo, ni él mismo sabía el por que se sentía de esa manera.
-¿Quiénes están ahí?
-Están Yabu y Hikaru, yo vine con Chinen, ¿Qué dices? ¿Te animas?
-Haré mal tercio
Dijo fastidiado y a punto de querer colgar
-¿Por qué dices eso?
En su mente se formulo la siguiente respuesta: “Por que Yabu y Hikaru están juntos y lo tuyo con Chinen es más que evidente aunque ambos lo nieguen aún” Pero no lo dijo, en lugar de eso solo suspiro.
-De acuerdo, estaré ahí en una hora
-¡¡¿Una hora?!!
-¡¡¡Esa es la distancia de mi casa hasta Roppongi, ¿Qué quieres que haga? ¿Qué vuele?
-Deberías intentarlo, en una hora Yabu estará completamente ebrio
-No exageres…
Daiki pudo escuchar las carcajadas de Takaki del otro lado de la línea.
-De acuerdo, pero de verdad tienes que venir
-Si, iré
-¡¡Promételo!!
-Ya te dije que estaré ahí, deja de ser tan desconfiado
Y antes de que Takaki pudiese decir algo más colgó.
Casi después de una hora, estaba llegando al lugar de siempre, el “Blue Light” lugar preferido de Yabu y Takaki, poco después convirtiéndose en el preferido de Hikaru y de Daiki.
Estaba a pocos pasos de distancia, a cada paso que daba lograba escuchar la música del lugar, miró su reloj, eran casi las diez de la noche, cada vez estaba más cerca, sin darse cuenta que también estaba más cerca de la noche que cambiaria algo, lo cual tal vez esa noche no se daría cuenta, la llamada:
“Noche 1”
Entro al lugar, buscó entre toda la gente a Takaki, a Yabu o a Hikaru, sabía que sería difícil lograr ver a Chinen por razones obvias, pero extrañamente fue el primero que logro ver después de caminar un poco y llegar casi al fondo del lugar, el menor se encontraba sentado mirando hacia la pista de baile.
-Chinen-kun
Lo saludó con normalidad mientras tomaba asiento frente a el, al parecer los tres mayores lo habían dejado solo.
-Dai-chan, es bueno verte por aquí
-Bueno, me convencieron
Dijo con una sonrisa débil.
-Los demás fueron por algo de tomar, no tardan
Por alguna extraña razón eso le causo escalofríos, los tres comenzarían a tomar y tendría que cuidar de ellos, así que con pesar dejó escapar un suspiro y mejor decidió ver a la gente bailar para tratar de no pensar en ello.
No miraba a nadie en especifico, solo a la gente moverse al ritmo de la música, otros simplemente intentando bailar y riéndose en el intento, de alguna manera, aquello lo hacia olvidarse un poco de sus problemas.
-¡Dai-chan!
Escuchó decir a Yabu, quien se sentó a su lado y le dio una palmadita en la espalda.
-Hola
-Vaya… si llegaste en una hora
Dijo Takaki sonriente mientras tomaba asiento junto a Chinen y le daba un vaso con lo que parecía ser jugo de naranja.
-¿Quieres algo Dai-chan?
Preguntó Hikaru mientras tomaba asiento junto a Yabu
-No, por ahora estoy bien
-Vamos, no tengas miedo
Dijo Yabu sonriente
-¿Quién te dijo que tengo miedo?
-Bueno, ya, no discutan, estamos aquí para divertirnos, disfrutemos
Dijo Takaki al ver la expresión de molestia en el rostro de Daiki
-Tienes razón, hay que divertirnos
Dijo Chinen mientras levantaba su vaso y sonreía animado, ante tal acto, Hikaru, Yabu y Takaki hicieron lo mismo e hicieron un brindis, Daiki solo los observo e intentó relajarse, después de todo sus amigos no tenían la culpa de su deprimente estado de animo sin razón alguna.
Después de un buen rato de una agradable platica, risas y unos cuantos tragos, Daiki comenzaba a sentirse mucho mejor, estaba relajándose, y disfrutando mucho de la compañía de sus amigos, hasta que de pronto, Yabu y Hikaru se levantaron de la mesa con el pretexto de ir por algo de beber, pero pasaban los minutos y no volvían.
-¿En dónde estarán?
Preguntó Takaki
-¿Aún lo preguntas?
Agregó Daiki con el ceño fruncido mientras tomaba un poco de su bebida
-No creo que estén…
Dijo Chinen un poco asustado de tan solo imaginar la situación de esos dos
-No lo menciones… mejor hay que irnos ya
Contestó Daiki mientras miraba su reloj, era casi media noche, no le preocupaba la hora, pero pensó que ya había estado el tiempo suficiente fuera de casa.
-¿Te quieres ir ya?
Preguntó Takaki
-Es tarde, estoy cansado
-Yo no quiero irme
Reclamó mientras se cruzaba de brazos, Daiki comprendió que el chico ya estaba ligeramente ebrio.
-Si no te quieres ir no lo hagas, yo me voy ahora, nos veremos luego
Dijo con resignación mientras se ponía de pie
-¿Te iras solo?
Preguntó Chinen, al parecer el chico estaba más sobrio que Takaki
-No te preocupes, estoy acostumbrado, me he ido mas tarde después de dejar a cada uno de “estos” en su casa
Dijo con cierto tono de reproche, Chinen miró de reojo a Takaki y sonrió un poco
-Cuento contigo para que llegue sano y salvo a su casa
Agregó Daiki mientras miraba a Takaki y después a Chinen
-No te preocupes, cuenta con ello
Dijo con una amplia sonrisa, de la cual Daiki sabía a que se refería, hecho por el cual sintió un poco de envidia, no por el hecho de que esos dos se gustaban, si no por que ambos tenían ese sentimiento en común, eso era algo envidiable de cierto modo.
Como pudo, atravesó la pista de baile, chocando con muchas personas, percibiendo su aliento alcohólico, evitando a algunas chicas que se acercaban demasiado provocativas para bailar con el.
Cuando al fin lo logró, atravesó el resto del lugar y al fin salió del ruidoso Blue Light, sintiendo el fresco de la noche.
-Ah~ Hace frío…
Murmuró mientras se frotaba las manos y comenzaba a caminar rumbo a la estación del metro. No podía negar que se sentía ligeramente mareado, puesto que había bebido un poco, y con el aire que le pegaba en el rostro, comenzaba a sentirse más mareado.
-No debí tomar esa última…
Volvió a murmurar mientras sentía como el piso se le movía un poco y su vista se distorsionaba, ante tal sentimiento solo atino a detenerse a mitad de la calle, despacio miró a su alrededor, casualmente, estaba perdido.
-¿En dónde estoy?
Preguntó confuso, había caminado sin rumbo y no se había dado cuenta, estaba perdido y comenzaba a preocuparse por ello.
-¿Ahora que hago? … Tengo que tranquilizarme…
Se dijo mientras respiraba profundo y cerraba los ojos, de pronto escuchó no muy lejos un grito, uno muy fuerte, aquello lo sorprendió de momento, pero después pudo percibir cierta frustración en aquel grito. Ligeramente asustado, miró a su alrededor, no había gente a los alrededores, avanzó unos cuantos pasos y ahí fue cuando no muy lejos logró ver a un chico, alto, delgado, cabello ligeramente alborotado, quien miraba hacia el cielo.
-¿Qué hago? ¿Y si es uno de esos psicópatas?
No podía evitarlo, estaba entrando en pánico, y era natural, estaba en una calle desconocida y no muy lejos de el se encontraba un sujeto que acababa de gritar desesperadamente hacia el cielo. Lo observó detenidamente unos instantes, pensando en que podría hacer, cuando de pronto el chico se giró y lo vio. Era algo maravilloso, un chico apuesto, de facciones finas y mirada penetrante, sin poder evitarlo, Daiki se sonrojó ligeramente al verlo.
Aquel chico también observaba a Daiki, como si estuviese tratando de reconocerlo, o al menos esa fue su impresión, así que sin más que hacer, hizo una corta reverencia y decidió acercarse a el, después de todo, ya no parecía ser un psicópata.
-Disculpa… ¿Vives por aquí?
Preguntó tímidamente.
-Depende… ¿Quieres saber en donde vivo?
Pregunto el chico con una sonrisa coqueta en el rostro.
-En lo absoluto, es solo que… estoy perdido… ¿podrías ayudarme?
-¿Perdido?
-Si…
-¿Hace cuanto me estas vigilando?
Preguntó un poco más serio, Daiki se sorprendió ante tal pregunta
-¿Yo? ¿Vigilarte? Estas equivocado, ¿Por qué habría yo de vigilarte?
-No lo se, dímelo tú
Respondió aquel chico un una leve sonrisa
-Yo no te estaba vigilando
-Claro que lo hacías, te vi, sentí tu mirada, ¿acaso quieres algo de mi?
Al hacer esta pregunta, el chico se acercó un poco a Daiki
-No te estaba vigilando, venía caminando cuando escuche como gritabas, me asusté y no sabía si eras un psicópata
-Bueno, podría serlo
Dijo de inmediato aquel chico, esta vez, con una sonrisa más amplia dibujada en el rostro, de inmediato Daiki frunció el ceño.
-Olvídalo, pierdo mi tiempo contigo
Dijo con fastidio, estaba dispuesto a marcharse, cuando a lo lejos pudo ver como un grupo de chicos mal vestidos se acercaban hacia ellos.
-Oh no… problemas
Dijo aquel chico, asustado, Daiki lo miró de inmediato
-¿Qué quieres decir?
-No los veas, hay que irnos de aquí
-¿Qué?
Pero aquel chico ya no dijo nada más, simplemente tomó a Daiki del brazo y comenzó a llevárselo a paso acelerado hacia quien sabe donde.
Por un momento Daiki tuvo la curiosidad de mirar hacia atrás, pero la voz de aquel chico lo detuvo
-Te dije que no los mires, es peligroso
-¿Pe-pe-peligroso?
Ahora si estaba asustado
-No preguntes ahora y sigue caminando, ya casi llegamos y estaremos a salvo
Respondió el chico con seriedad, Daiki lo observó y con dificultad tragó saliva, ¿en dónde rayos se había metido y por que?
Habían caminado tal vez unas tres o cuatro calles, Daiki no lo supo con certeza, el miedo no lo dejaba fijarse en aquellos detalles. Ambos entraron a un edificio y rápidamente lograron entrar al elevador, dentro, aquel chico dejó escapar un suspiro, Daiki aún sentía un poco de pánico, tanto que no lograba articular palabra alguna.
-Lo logramos
Daiki miró de reojo el aliviado rostro de aquel chico, pero no dijo nada, aún era incapaz de hacerlo.
Al llegar al sexto piso, el chico salió del elevador y torpemente Daiki lo siguió, caminaron por el pasillo y justo a la mitad se detuvo, sacó del bolsillo de su pantalón una tarjeta, la deslizo por un identificador y la puerta se abrió, confundido, Daiki se quedó afuera al ver que el chico entraba.
-Vamos, pasa
Dijo dejando la puerta abierta, extrañado, miró el letrero que estaba en la pared. “Inoo” decía. Suspiró profundo y sin más entró.
-Ponte cómodo, ¿Quieres un poco de agua?
Daiki solo asintió con la cabeza, su garganta estaba demasiado seca y aún no lograba hablar
-¿Aún tienes miedo? Tranquilo, no entraran aquí
Dijo el chico mientras le daba el vaso con agua, al tomarlo, Daiki tomó asiento en una de las sillas del comedor al igual que aquel chico. Con esfuerzo logró pasar el primer trago de agua, aún estaba temblando, y al parecer el chico se dio cuenta de ello, así que con amabilidad, tomó una de sus manos y la apretó ligeramente.
-Tranquilo, todo va a estar bien
Y como si fuera un niño pequeño el cual acababa de despertar de una pesadilla, miró a aquel chico, tomó más agua y respiró profundo.
-¿Quiénes eran?
Logró preguntar
-Es una banda de sujetos que se dedican a molestar a la gente que pasa por su “territorio”, se ponen muy pesados, ya me ha tocado
Dijo con una amarga sonrisa en el rostro.
-¿Y por que si sabes eso vuelves al mismo lugar?
-Por que a ellos no les pertenece la calle, y ese es el único lugar donde suelo desahogarme
-Vaya…
Dijo Daiki mientras bajaba la mirada
-¿Cómo te llamas?
Preguntó de repente, Daiki lo miró tímidamente puesto que el chico aún tomaba su mano.
-Arioka…
-¿Arioka que?
-Daiki…
-Daiki, suena tierno, mi nombre es Kei, Inoo Kei, mucho gusto
Dijo con una cálida sonrisa, Daiki lo miró confundido, ¿Cómo era posible que sonriera de esa manera después de lo ocurrido hace unos instantes?
Esa mirada, esa expresión tan relajada, lentamente lo hipnotizaba, era extraño, demasiado, pero sin embargo, le resultaba agradable, cálido.
-¿Qué hacías tan tarde en la calle?
Preguntó Kei mientras soltaba su mano y se recargaba en el respaldo de la silla. Ante tal movimiento, Daiki dejó de sentir el calor que la mano de Kei le proporcionaba, dejando en su lugar un poco de frío incomodo.
-Volvía a casa, pero no sé por qué llegue a ese lugar
Respondió un poco pensativo
-¿Volvías a casa? ¿A esta hora?
-¿Qué? ¿Tiene algo de malo?
Preguntó con cierto desafío
-En lo absoluto, simplemente es extraño que alguien de tu edad ande a estas horas solo y en la calle
-Soy lo suficientemente grande para cuidarme solo
Dijo con cierta molestia
-¿A si? ¿Qué edad tienes?
Preguntó curioso mientras se cruzaba de brazos, Daiki lo miró extrañado, sin embargo respondió
-19
-¿De verdad? Luces mucho menor
Dijo Kei bastante sorprendido.
-No digas eso
Reprochó mientras desviaba la mirada
-Disculpa, no quería ofenderte
Se disculpó con una amplia sonrisa
-No importa
Dijo Daiki, tomó un poco más de agua y después miró su reloj, solo faltaban diez minutos para la una de la mañana, era demasiado tarde y aún debía averiguar como volver, así que se puso de pie y dijo.
-Tengo que irme
-¿Ahora?
Preguntó Kei preocupado
-Así es
-Es tarde, además esos sujetos aún rondan por aquí, te aconsejo que te quedes esta noche
Ante tal ofrecimiento, Daiki miró sorprendido Kei
-Ni siquiera me conoces, no puedes ofrecerle tu casa a un desconocido
-Yo no tengo ningún problema con eso
Dijo Kei con tranquilidad mientras se ponía de pie y se acercaba a Daiki
-¿O es que tienes miedo de quedarte con un desconocido?
Ahora la mirada y sonrisa coqueta de Kei provocó en Daiki un revoltijo en el estomago
-¿Por qué habría de tener miedo?
Preguntó con el ceño fruncido mientras desviaba la mirada
-No lo se, tal vez te traje aquí a propósito y no te has dado cuenta
Ante tal declaración, Daiki miró sorprendido a Kei, el cual no pudo evitar el soltar una leve carcajada al ver la expresión de Daiki
-Tranquilo, solo bromeaba, no te haré nada, al menos que quieras, pero si quieres tienes que pagar primero
Daiki miró confundido a Kei, este sonreía tranquilamente, después se dio media vuelta y caminó rumbo a las escaleras.
-Te traeré algo cómodo, espera aquí
Y sin más, Kei comenzó a subir por las escaleras, dejando a Daiki solo completamente sorprendido por estas últimas palabras.
Habían pasado cerca de cinco minutos cuando Kei bajó con lo que parecían ser unas cobijas y ropa cómoda.
-Listo
Daiki lo observó detenidamente.
-Gracias…
Dijo con timidez
-No es nada, ya puedes subir
-¿Eh?
-Que ya puedes subir, es la única habitación, no te perderás, ¿o quieres que te acompañe?
Dijo esto último con una sonrisa traviesa.
-¿Estas diciendo que yo dormiré en tu habitación?
-Así es, aunque si quieres que duerma contigo, bueno, todo tiene un precio querido amigo
Daiki observó confundido la sonrisa que se dibujaba en el rostro de Kei.
-No se a que te refieres, pero ya que insistes, muchas gracias, hasta mañana
Y con cierto aire de indignación, caminó rumbo a las escaleras, sin siquiera mirar a Kei, subió lentamente y llegó al primer piso.
Era ligeramente amplio, pero con solo tres habitaciones, una parecía ser el baño, una la habitación de Kei, puesto que la puerta estaba abierta, y la tercera era un misterio, la puerta estaba cerrada y no se atrevía a acercarse a mirar. Así que sin más, entro en la habitación de Kei, cerrando la puerta tras de si.
Al dejarse caer sobre la cama, comenzó a sentir su cuerpo demasiado pesado, la ropa le estorbaba, no se acomodaba, así que aún con la luz apagada, se levantó de la cama y comenzó a quitarse el pantalón, estaba desabrochándose la camisa cuando alguien tocó a la puerta.
-¿Si?
Preguntó sin dejar de desvestirse.
-Dejaste la ropa que te escogí, voy a entrar
Dijo Kei, y sin más, entró, encendió la luz y se llevó una sorpresa bastante grande, Daiki estaba sin pantalón y con la camisa a medio desabrochar.
-¿Qué haces?
Preguntó ligeramente nervioso sin poder apartar la vista del menor.
-Me desvisto, no puedo dormir con este tipo de ropa, olvide que me ibas a prestar algo, ¿eso es para mi?
Preguntó señalando lo que Kei llevaba en las manos.
-Si, toma
Le dijo mientras se acercaba a el y le daba la ropa, Daiki la tomó y le sonrió con gratitud, acto el cual dejó a Kei sin aliento.
-Gracias
Estaba perdido, esos ojos, esa sonrisa, ese cuerpo casi desnudo, lo hacían querer perder el control y hacer cosas, pero no podía, Daiki no era como el resto de las personas.
-Bien, que descanses
Dicho esto, Kei dio media vuelta, estaba por salir de la habitación pero Daiki habló, deteniéndolo.
-¿De verdad vas a dormir afuera? No creo que sea correcto, esta habitación es lo bastante grande para los dos, no tienes por que dormir en la sala
Ante el comentario de Daiki, el mayor simplemente bajó la mirada, y sin girarse para verlo siquiera, respondio.
-Yo no duermo en la misma habitación con alguien a menos que haya un precio, buenas noches
Su voz parecía sombría, demasiado seria, sin embargo, como Daiki no comprendía a que se refería, continuo insistiendo.
-No entiendo que quieres decir con eso de un precio, lo has mencionado varias veces y se me hace algo completamente absurdo, así que deja de decir tonterias, dormiremos los dos aquí y punto.
La voz de Daiki era firme, Kei se quedó inmóvil junto a la puerta, mientras que Daiki se vestía rápidamente, el pantalón y aquella sudadera le quedaban ligeramente grandes, pero no le importó, hizo a un lado a Kei y salió de la habitación, y solo unos segundos después, el chico volvía con las cobijas, para después cerrar la puerta tras de sí.
-Ahora si, todo esta listo, yo dormiré aquí
Dijo mientras acomodaba las cobijas en el suelo, junto a la cama de Kei.
-¿Qué estas esperando?
Preguntó mientras se recostaba en el suelo y se cubría con la cobija, de pronto, sin más, Kei comenzó a reírse.
-¿Qué-que te sucede?
Pregunto Daiki confundido.
-No es nada, simplemente eres bastante interesante
Dijo con una sonrisa más, después se acercó al closet, sacó lo que parecía ser ropa cómoda, mientras se desvestía, avergonzado, Daiki desvió la mirada y le dio la espalda, ¿Por qué se sentía avergonzado? Después de todo el también era un chico, mientras se preguntaba eso, la voz de Kei lo saco de aquellos pensamientos.
-Listo, ¿puedes apagar la luz?
-S-si, claro
Respondió Daiki tratando de tranquilizarse, torpemente logró ponerse de pie y caminó hacia el apagador que se encontraba cerca de la puerta, apagó la luz y caminó como pudo hacia el lugar en donde se encontraban las cobijas, como casi no veía nada, se guió al sentir la cama, todo iba bien hasta que de pronto pudo sentir como Kei lo tomaba de la muñeca y lo jalaba hacia la cama, acomodándolo, de un solo movimiento, a su lado, ambos quedando recostados.
Daiki no podía respirar bien, estaba sorprendido, además de que sentía sus mejillas arder, ¿Qué le estaba sucediendo?
Antes de decir algo al respecto de la situación, Kei abrazó tiernamente a Daiki, rodeando su cintura y pegándolo ligeramente a su cuerpo, hundiendo su cara en el cabello del menor.
-¿Qu-que
-Tranquilo, ya te dije que no te haré nada, no creo que puedas pagarlo, toma esto como servicio de cortesía
Daiki no comprendía del todo esas palabras, siempre mencionando un pago, un servicio, ¿Quién era realmente Inoo Kei?
Todo era un misterio, sin embargo, todas aquellas dudas comenzaron a despejarse, el sueño comenzaba a vencerlo, además de que el aroma del mayor lo embriagaba lentamente, y sin darse cuenta, se acomodo mejor junto al cuerpo de Kei, quedando así profundamente dormido.
Las horas habían transcurrido, no estaba seguro de cuando tiempo había pasado, no estaba seguro si era muy tarde o muy temprano, simplemente la suave luz que se infiltraba por la ventana lo hizo despertar, lentamente abrió los ojos y se levantó, miró a su alrededor, estaba completamente solo.
-¿A dónde habrá ido?
Se preguntó Daiki, continuo mirando detalladamente, pero no había nada, ni un rastro, pero al menos estaba convencido de que todo no había sido un simple sueño.
Al quitarse las ropas que Kei le había prestado, se dispuso a ponerse las propias, mientras se acomodaba el pantalón, pudo sentir que había algo extraño en su bolsillo, algo que anoche definitivamente no estaba, metió la mano y del bolsillo sacó una pequeña hoja de papel, al leerla se sintió extraño.
-”Espero y te vayas en cuanto despiertes, no tengo nada que ofrecerte, así que será mejor que solo te vayas.
No nos volveremos a ver, te pido que nunca regreses.”
Daiki estaba sorprendido por aquellas palabras, ¿Por qué tanta frialdad tan repentinamente? No estaba seguro, pero al parecer Kei escondía algo, algo que no deseaba que nadie, absolutamente nadie se enterase, y eso lo intrigaba aún más.
Por el momento no había nada más que hacer, miró su reloj, eran casi las diez de la mañana, ya no había ido a clase, y comenzaba a prepararse para escuchar los gritos de su madre, así que con un suspiro, estando ya bien vestido, salió de la habitación de Kei, solo para dirigirse directamente a la salida, no sin antes dejar también una nota sobre la pequeña mesa del comedor.
-”Muchas gracias por todo.
No entiendo por que dices que no nos volveremos a ver, por alguna razón, yo tengo el deseo de que nos encontremos de nuevo, pero si no deseas que te busque, estaré esperándote en aquel lugar cada noche, al menos me gustaría ser tu amigo.”
No estaba muy seguro de por que había escrito aquella nota, no lo entendía, simplemente se dejo llevar por ese pequeño impulso, cosa que era muy raro en el, pero para ser la primera vez, se sentía demasiado bien.
Ya estando caminando por su calle, a unos cuantos metros de su casa, se estiro, recibiendo los cálidos rayos del sol sobre su rostro, esbozando una cálida sonrisa, después de tanto tiempo, se sentía diferente, y aquello no lo molestaba en lo absoluto, ahora solo quedaba el sentimiento de poder ver a Kei pronto y saber más de él.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Lo has leído y... ¿Te gusto? ¿No? ¿Sientes que algo faltó?
¡Me encantaría saber tu opinión sobre lo que acabas de leer! ^O^ Así que no dudes en hacérmelo saber, así podré mejorar un poquito más :3
De igual forma: ¡GRACIAS POR LEER!