Parejas: Takaki Yuya - Chinen Yuri (TakaChii)
Género: Yaoi, Lemmon, SongFic(?)
Extensión: OneShot
Autora: Ayaa
Nota: Primera vez en la vida (creo) que logro hacer algo para San Valentín *u* Sé que aún faltan 4 días pero ya quería publicarlo por que... inesperadamente, me ha gustado el resultado.
Les dejo aqui una canción que les va a servir para cierta parte del fic (les toca descubrir que parte)
Maroon 5 - Sugar
Sin más por el momento. ¡Disfruten! ^O^
"Strawberry"
Hundido
en una extraña oscuridad. Un calor agobiante lo invadía por dentro. Sentía una
extraña sensación recorrer su cuerpo, no tenía idea de que podía tratarse. Le
parecía imposible abrir los ojos y esa sensación seguía expandiéndose por cada
rincón de su ser, volviéndolo loco.
Gimió.
Y
entonces supo de donde provenía, de su parte íntima. Era placer.
Quería
abrir los ojos, pero se sentía mareado. No tenía idea de lo que le estaba
ocurriendo pero por alguna razón sentía un exquisito placer por todo su cuerpo.
Gimió de nuevo y entonces lo sintió. Dientes, lengua, saliva.
Alguien
le estaba practicando sexo oral. ¿Quién? ¿En dónde estaban? ¿En que momento
ocurrió todo?
No
tenía idea de nada y la sensación de cercanía al orgasmo le nublaba la mente,
estaba seguro de que en cualquier momento se iba a correr.
Mientras
esa experta lengua recorría todo su falo, unas manos masajeaban sus testículos,
duplicando así la sensación de placer.
¿Quién
rayos estaba haciendo semejante maravilla? ¿En dónde se encontraba?
Era
vagamente consiente de estar sobre una cama, pero no estaba seguro de cómo
había llegado ahí, todo continuaba dándole vueltas y estaba a pocos segundos de
correrse.
Gimió
mas fuerte, arqueó la espalda y se corrió.
Intentó
regular su respiración mientras los choques eléctricos provenientes del orgasmo
le recorrían todo el cuerpo.
-Así que ya estás despertando, Yuya-
Escuchar
su nombre lo regresaba poco a poco a la normalidad, quien quiera que fuese
seguro lo conocía. Intentó abrir los ojos pero estos parecían estar pegados.
Pero no lo estaban, fue entonces que comprendió que en realidad los tenía
cubiertos con algo.
-¿Qui… quién eres?-
Logró
decir con gran trabajo. Su respiración seguía agitada, poco a poco comenzó a
sentir el resto de su cuerpo. Notó que sus manos estaban atadas hacia arriba y
que sus tobillos también estaban atados. ¿Por qué? ¿Por quién? ¿Qué estaba
pasando?
-Tan rápido te has olvidado de mi, que malo eres-
Esa
voz, no la reconocía de nada. Era la voz de un chico. ¿Cómo diablos había
llegado a esta situación?
-¿Qué me has hecho?-
Logró
preguntar, después del placer venía la sensación de pánico, no recordaba nada y
quería ver el lugar en que se encontraba, saber porqué estaba atado, saber con
quien rayos se encontraba.
-No he hecho nada que no te gustara. De no haberte gustado
estarías enojado, pero por la forma en que te has corrido sé bien que te gustó-
Respondió
aquel chico desconocido.
-¿Por qué estoy aquí? ¿Quién eres?-
Escuchó
como aquel chico tronaba la lengua, como si lo estuviese corrigiendo.
-No repitas tus preguntas, eso no es
parte del juego-
-¿Juego?-
Yuya
escuchó como aquel chico suspiraba, sintió movimiento en la cama y dedujo que
su captor tal vez había tomado asiento.
-Haces demasiadas preguntas y no he tenido oportunidad de
responder ninguna-
Yuya
pudo percibir la voz mucho más cerca que antes, casi estaba seguro de que
estaba sentado a su lado.
-El juego es el siguiente, Yuya.
Tienes que adivinar quien soy. Si lo haces, te desataré de los pies y
follaremos sin control. Si no adivinas, te dejaré atado, follaremos y esto se
repetirá hasta que llegue el día en que adivines. ¿No te parece un juego de lo
más divertido? De cualquier forma que lo veas, ganamos los dos-
Semejante
información aturdió a Yuya, quería decir algo pero de pronto una húmeda
sensación sobre su mejilla izquierda lo desconcertó. Su captor acababa de
besarlo en la mejilla.
Al
sentir esos húmedos y fríos labios, Yuya sintió un escalofrío extraño, después
percibió un ligero aroma a fresa, un aroma que le resultó familiar pero que en
ese momento era imposible de recordar.
-Tendrás que darme alguna pista…-
Su
captor soltó una risita burlona, era evidente que disfrutaba de la situación.
-Claro, sé bien que eres un poco
lento así que te daré una pista. Sabes quien soy-
-¡Esa no es una pista! ¡Es obvio que
no sé quien eres!-
Exclamó
Yuya de inmediato. Su captor volvió a chasquear la lengua y le dijo al oído.
-Respuesta incorrecta. Supongo que
no lo vas a averiguar hoy así que-
Y la
frase se quedó a la mitad.
Ante
la incertidumbre de no saber que pasaría, Yuya puso mucha atención en escuchar
el menor ruido, pero lo que escuchaba le parecía confuso. Fue entonces que lo
supo, era el sonido de ropa deslizándose sobre piel. Su captor se estaba
quitando la ropa, o al menos una prenda.
-Hoy estoy de buen humor así que te
daré una pista más. Strawberry-
Yuya
quiso comprender, pero justo cuando se disponía a pensar en ello todo ocurrió
muy rápido.
Primero,
unas frías manos se posaron sobre su pecho, en ese momento comprendió que
estaba desnudo. Después algo oprimía su miembro, una estreches que resultó
exquisita. Estaba dentro de su captor.
-Oh Yuya… Hieres mis sentimientos
porque te has olvidado de mi, pero yo haré que me recuerdes. Eso hará de este
juego lo más divertido y placentero que jamás hayas vivido-
Y
antes de que Yuya fuese capaz de decir algo, su captor se movió. Ahora entraba
y salía lentamente. Odiaba reconocerlo pero era tan placentero que no podía
evitar gemir.
Pronto,
su captor se apoyó más en su pechó y comenzó a acelerar el ritmo en que subía y
bajaba el trasero.
Ambos
gemían, uniéndose en un sudoroso y peculiar éxtasis. Yuya deseó tener las manos
libres, no para quitarse el vendaje de los ojos y ver a su captor, si no para
tomarlo de la cintura y guiarlo a un ritmo mejor. Pero al parecer su captor
conocía los gustos de Yuya así que sin decir nada, lo complació.
-¿Te gusta, verdad?-
Le
preguntó su captor en voz baja. Yuya no pudo responder, estaba llegando al
punto máximo. Un nuevo orgasmo.
-Quiero que me recuerdes-
Le
dijo su captor mientras se movía más deprisa. Yuya quiso pensar bien sobre esas
palabras, pero le fue imposible, estaba embriagado en tanto placer.
Y se
corrió.
Gimió
y cerró los puños con fuerza mientras sentía como la soga que mantenía sus
muñecas atadas le escocía la piel.
Estaba
cansado, su respiración estaba acelerada. No tenía fuerzas para moverse y de
pronto se sumergió de nuevo en la oscuridad.
Horas
más tarde despertó en su departamento, sobre su cama, todo estaba en perfecto
estado a su alrededor.
Salió
de la cama y miró cauteloso a su alrededor, esperando ver a alguien, pero
estaba solo. Inspeccionó todo el departamento minuciosamente. ¿Acaso había
soñado todo aquello?
No, no
lo había soñado. Las marcas en sus muñecas se lo comprobaron. La gran pregunta
era ¿Cómo lo habían capturado y devuelto a su departamento sin dejar rastro?
Observó
bien su departamento y todo estaba en su lugar, nada había cambiado. Volvió a
su habitación y esta se encontraba igual, sin ningún cambio.
Trató
de recordar lo que su captor le había dicho.
“-Hoy
estoy de buen humor así que te daré una pista más. Strawberry-“
Lo
meditó por unos minutos.
-Strawberry…
¿Qué significa?-
Sabia
perfectamente que significaba Fresa, pero lo que quería averiguar era que
significaba para su extraño captor. Que secreto ocultaba esta palabra que lo
unía a esa persona que aparentemente conocía.
Recordó
claramente su voz y estaba seguro de no haberlo escuchado nunca. Recorrió en su
mente a todos los que conocía y nadie tenía una voz así.
Cansado
de tanto misterio, decidió mejor tomar una ducha. Miró el reloj y recordó que
tenía una agenda laboral que cumplir.
-Mierda. Se me hará tarde-
Después
de una agitada mañana llena de llamadas a proveedores y citas con los mismos,
terminó sentado en un cómodo sillón de piel en el lugar que más odiaba. La
oficina de su padre.
-Voy a pedirte un informe de ventas
para esta semana. Si el negocio no va bien tendrás que cerrarlo-
Yuya
sonrió con fastidio y bufó.
-¿Tanto es tu deseo de que fracase?
Para empezar tú me enviaste a trabajar ese lugar, a administrarlo y hasta la
fecha todo va bien. No entiendo ahora tu cambio de opinión-
Su
padre giró un poco sobre su silla, recargó los codos sobre el escritorio, junto
las manos y recargo la barbilla en estas.
-Sabes bien que espero que fracases
solo para que dejes esa tonta idea de ser independiente y tomes tu lugar en
esta compañía. Nada vas a ganar administrando ese pequeño lugar-
-Tengo lo que necesito, estoy
completamente satisfecho con lo que he logrado y solo ayudaste con una mínima
inversión. Todo lo demás lo he logrado por mi cuenta-
Silencio.
Ambos
se miraron fijamente, como si así se desafiaran a decir algo más que el otro
sin lugar a dudas respondería de inmediato.
-Es inútil. Eres tan necio como tu
madre-
Yuya
sonrió, aquello le sabía a una pequeña victoria.
-Lo sé. De hecho iré a cenar esta
noche, ella me invitó. Así que si no tienes nada más que decirme, te veré esta
noche-
Se puso
de pie, hizo una pequeña inclinación de la cabeza y caminó hacia la puerta, la
abrió y salió del lugar.
Discutir
con su padre siempre terminaba así, al final no lograba ceder por ningún
motivo. El negocio que ahora llevaba era prácticamente suyo, marchaba bien.
Todo gracias a cierto entrenamiento que decidió tener en sus años de
adolescente.
Recordar
esos días llenos de errores, regaños y felicitaciones por al fin haber hecho un
buen trabajo lo hacían sonreír. Le gustaba lo que hacía y como lo hacia, así
que nada tenía que salir mal ahora, definitivamente no iba a permitir que su
padre lo agobiara en esos momentos.
Además,
ya tenía algo mucho más importante por lo cual agobiarse. Subió al auto y antes
de ponerse el cinturón de seguridad, volvió a observar sus marcadas muñecas.
Llevaba
toda la mañana tratando de convencerse de que aquello no había sido real, que
tal vez ya se había lastimado con alguna otra cosa, pero era imposible imaginar
con que pudo haberse marcado así las muñecas, era evidente que solo pudo haber
sido con una soga.
Cerró
los ojos y trató de recordar lo que sintió en ese momento, además de un
exquisito placer que, aunque fuese extraño de admitir, con gusto repetiría, la
voz de su captor no lo llevaba a nada. No tenía idea de quien pudiese ser y por
más vueltas que le daba a la palabra Strawberry
no llegaba a nada.
-¿Quién eres… Strawberry?-
Se
dijo en voz baja mientras intentaba pensar en algo, lo que fuese . Pero nada
llegaba a su mente.
De
pronto el sonido de su teléfono celular lo devolvió a la realidad y miró quien
llamaba.
-¿Ocurre algo importante para que me
llames, Yamada?-
La
otra persona al otro lado de la línea rió un poco.
-¿Qué te pasa Yuya? Normalmente no
me respondes en un tono tan… malhumorado. Si estas en un mal momento puedo
llamarte más tarde-
Yuya
cerró los ojos y trató de responder lo más calmado posible.
-Terminamos hace años, te dije
claramente que no quería saber nada de ti y sin embargo sigues llamando sin
falta cada mes. ¿Qué tengo que hacer para que comprendas?-
Silenció
y después una pequeña risita que irritó a Yuya.
-Nunca imaginé que serías tan
rencoroso conmigo. Podemos ser amigos, eso no implica nada serio ¿No lo crees?-
-No quiero ninguna relación contigo,
ni de amistad ni de conocidos. ¡Nada! Quiero que desaparezcas de mi vida. Esta
es la última advertencia que te hago-
-¿O si no qué?-
Conocía
muy bien ese tono de voz, lo estaba retando. Yuya quería gritarle que podía
desaparecer si era necesario, pero evidentemente eso resultaba complicado. Tenía
que responderle con algo, lo que fuese. Y entonces se le ocurrió algo.
-O si no, tu querido novio se va a
enterar de unas cuantas cosas. Estoy seguro de que no te va a convenir que lo
sepa, más aún si acabas de atraparlo y aún no lo estafas con nada que tengas
planeado-
Hubo
silencio. Al parecer había dado en el blanco.
-Puedes intentarlo, pero no creo que
te resulte. Después de todo esta loco por mi. Tal y como tu lo estuviste por mi
hace tiempo ¿O ya lo olvidaste?-
-¡Si! Ya olvidé todo eso porque no fue
real. Descubrí la clase de persona que eres justo a tiempo, así que desaparece
de una vez antes de que esta vez sea yo quien arruine tu vida así como tu
intentaste arruinar la mía-
Colgó.
Botó el teléfono en el otro asiento, se puso el cinturón y arrancó el auto.
Solo la llamada de Yamada Ryosuke era suficiente para alterarlo y hacerlo
enojar.
Ya
era una historia pasada, pero eso no significaba que no fuese dolorosa de
recordar para Yuya. La relación podía resumirse en pocas palabras.
Se
conocieron en los años de adolescencia de Yuya, tenía unos 17 años. Trabajaba a
medio tiempo para adquirir experiencia y Ryosuke trabajaba ahí solo para
entretenerse en los días de verano. Se trataban con bastante frecuencia hasta
que una cosa llevó a la otra y comenzaron a salir. Con el tiempo, Yuya le
confesó a Ryosuke que no era un chico promedio y que realmente trabaja solo
para adquirir cierta experiencia, no porque lo necesitara económicamente. En
ese momento Yuya fue incapaz de ver el brillo en la mirada de Ryosuke que
significaba avaricia. A partir de ahí comenzó a utilizarlo a su antojo, pero
Yuya no se daba cuenta ya que estaba totalmente embobado con Ryosuke.
Pero
poco a poco comenzó a darse cuenta en la obviedad del interés de Ryosuke en las
cosas materiales. Regalos, ropa, dinero. En un principio Yuya no le daba
importancia, pero poco a poco comenzó a sentir que algo andaba mal.
Algo
lo hizo sentir que algo andaba mal.
¿Qué
había sido?
Yuya
trató de recordar mientras conducía y una vaga imagen llegó a su mente. Una
nota que alguien le había dejado.
“Esa persona no es honesta contigo.
Ten cuidado.
Es probable que no seas el único a
quien intenta estafar.”
La
nota no estaba firmada y jamás volvió a recibir algo semejante. Fue entonces
que descubrió que lo que ahí decía era verdad. Prestó más atención a todo lo
que Ryosuke hacía y decía. Entonces decidió terminar con él antes de que
lograra sacarle más dinero. Aparentemente Ryosuke tenía una hermana enferma y
necesitaba una gran cantidad de dinero. Yuya notó de inmediato la mentira y su
intención así que lo terminó de una vez por todas.
Jamás
olvidaría lo devastado que se sintió, frustrado y furioso. Llegó a pensar que
nadie jamás lo querría por lo que realmente era, haciendo a un lado su posición
económica. Aquella idea solo le ayudó a incentivar más su deseo de
independizarse de su padre, a ganar su propio dinero.
-Todo gracias a esa nota-
Se
dijo en voz baja mientras al fin llegaba a su destino. Suspiró profundo.
El
negocio que Yuya administraba era una cafetería bastante popular. Estudiantes,
trabajadores de oficina, parejas, grupos de amigos, todo tipo de gente visitaba
el lugar. Era un lugar famoso por sus postres y la forma en que el café era
preparado. Yuya supervisaba todo él mismo, buscaba café de la mejor calidad y
de diferentes partes del mundo, la mayoría de Sudamérica. Tenía planeado abrir
más tiendas por diferentes puntos de la ciudad, pero aún le faltaba ganar más
dinero.
Le
encantaba su trabajo, y cuando algún trabajador faltaba por alguna cuestión
importante, él mismo atendía a los clientes para que así se mantuviera el
balance de trabajo. Personalmente creaba los diferentes menús y estudiaba las
diferentes técnicas dentro del negocio del café. Aprendía bastante día con día
y continuaba haciendo su trabajo con el mismo gusto.
-Takaki-san, los proveedores llegarán pronto-
Le
dijo uno de los empleados en cuanto lo vio entrar en la cafetería.
-Lo sé. ¿Todo está listo?-
-El espacio esta preparado-
Yuya
asintió y se dirigió al fondo de la tienda, en donde había una puerta oculta
que daba a su pequeña oficina. Casi no pasaba el tiempo ahí, prefería estar
afuera, viendo como todo funcionaba. Esta vez tuvo que entrar para dejar unos
papeles sobre el escritorio, los cuales terminaría de revisar por la noche.
Todo
hubiese permanecido en la normalidad de su vida cotidiana de no ser por una
nota que encontró pegada al monitor de su computadora.
“¿Te
divertiste anoche?
¿Pensaste
en mi?
Sé
que pronto me recordarás. Espero verte pronto.”
La
nota no estaba firmada pero estaba claro de quien provenía. Strawberry tuvo acceso a su oficina de
alguna forma. ¿Podría tratarse de un empleado? Eso ponía las cosas más
sencillas y más obvias. Tenía que ser un empleado puesto que era alguien que al
parecer lo observaba todo el tiempo, que sabía donde vivía y que pudo entrar a
su oficina sin ser notado.
A
partir de ese momento Yuya decidió poner el doble de atención a sus empleados,
como era evidente que debía de buscar a un chico, de inmediato descartó a las
dos empleadas que trabajan ahí a medio tiempo. Ya solo quedaban tres
sospechosos. La lista no era larga pero estaba ansioso por averiguar de quien
se trataba.
Salió
de su oficina completamente decidido a observar detenidamente a sus empleados
cuando de pronto algo llegó a su mente, algo que pasó por alto y que rompió por
completo con su teoría.
La
voz.
Podía
recordar con claridad la voz de Strawberry,
así que estaba seguro de que no pertenecía a ninguno de sus empleados.
Con
desilusión salió de su oficina, con aquella nota en el bolsillo del pantalón.
Intentó concentrarse en sus labores, en apartar aquello de su mente, pero
mientras recordaba la nota que llevaba consigo, más angustiado se sentía.
No
le tenía miedo, estaba casi seguro de que la intención de Strawberry no era causarle daño, de haber sido así lo hubiese hecho
desde aquella vez. Su objetivo era diferente, pero no le quedaba muy claro.
¿Qué
ganaba con que Yuya supiese de él? ¿Acaso tenían algo en común? ¿Qué clase de
pensamientos llevaban a Strawberry a
realizar semejantes actos?
Entre
más lo pensaba más le dolía la cabeza. Estaba cansado de pensar y con ello
también estaba descuidando su trabajo.
-Takaki-san, ¿Se encuentra bien?-
Le
preguntó uno de los empleados mientras le acercaba un vaso con agua.
-Si, estoy perfectamente. Solo un poco cansado-
Para
evitar más preguntas, decidió ponerse de pie y tratar de organizar el
inventario que tenían de café. Al menos eso mantendría su mente ocupada por
algún rato.
Cuando
llegó la hora de cerrar, Yuya se quedó al ultimo como de costumbre, le gustaba
quedarse a terminar de limpiar y dejar todo en orden para el día siguiente. Ya
casi había olvidado del todo la nota de Strawberry
cuando de pronto encontró otra pegada por debajo de la barra.
¡¿Cómo
era posible?!
Miró
a su alrededor, temía estar siendo observado por alguien, sin embargo el lugar
estaba completamente solo. Sin más, se acercó a la barra, despegó la nota y
leyó.
“Estoy deseando verte
de nuevo.”
Era
todo lo que decía. Suspiró y guardó la nota junto con la anterior, en su
bolsillo. Terminó de ordenar, de hacer algunas anotaciones y de cerrar bien la
puerta trasera. Después cerró bien el establecimiento y con paso decidido
caminó hacia su auto.
Condujo
con cuidado, más del normal. Miraba fijamente por el retrovisor, esperando ser
seguido por alguien, pero eso jamás ocurrió.
Llegó
a su departamento como de costumbre. Revisó cada rincón y comprobó que estaba
solo. Tal vez esperaba encontrar a alguien oculto en algún lugar, pero entre
más lo pensaba más absurdo le parecía.
Totalmente
cansado, se cambió de ropa, cenó y después de ver un rato la televisión se fue
a su habitación. Necesitaba un largo y profundo sueño para descansar por
completo y olvidar por una noche las extrañas notas de Strawberry.
Estaba
en la más profunda oscuridad cuando de pronto el suave roce de unas manos frías
sobre su torso lo regresaron a la realidad.
Intentó
abrir los ojos pero le fue imposible, de nuevo estaban vendados. Así que Strawberry había decidido aparecer de
nuevo esa noche después de todo. Antes de preguntarse como diablos había
entrado en su departamento, mejor se cuestionó si realmente estaba en su
departamento, así que optó por preguntar.
-¿En dónde estoy?-
Escuchó
una suave risita traviesa y después una respuesta.
-Estas conmigo, no te preocupes, no
voy a hacerte daño. Pero eso ya lo sabes-
Yuya
tragó saliva con dificultad, las manos de su captor seguían acariciando su
pecho con suavidad.
-¿De nuevo eres tu?-
De
nuevo esa risita y después una respuesta.
-Sigues desperdiciando tus
preguntas. Claro que soy yo, a menos que haya alguien más que te dé este trato
tan especial. Si es así me gustaría saber quien es y decirle que no es justo
que haga lo mismo que yo, ya que me esfuerzo al máximo para que termines tan
complacido como yo-
Esta
vez Strawberry estaba más conversador
que la última vez.
-Bueno, hasta ahora eres el único-
Bromeó
Yuya para intentar relajarse un poco y lograr sacarle un poco de información a
su captor, quien al parecer sonrió con su comentario, al menos esa impresión le
daba.
-Me gusta tener exclusividad.
¿Tienes alguna pregunta?-
-Tengo millones de preguntas. Pero
sé que no vas a responder con claridad así que no sé si debería preguntar-
Su
captor rió de nuevo, al parecer esa era una buena señal. Por alguna razón
sentía que no estaba en peligro, incluso le gustaba esa peculiar sonido alegre
que salía de la boca de su captor, parecía un poco… adorable.
-Deberías esforzarte un poco más,
intenta con algo que no sea lo obvio-
Yuya
se lamió los labios, tragó saliva y tras respirar profundamente logro
preguntar.
-Al parecer sabes en donde trabajo,
¿Hay algo más que sepas de mi?-
Silencio.
Yuya deseaba saber que estaba haciendo su captor, pero esta respuesta llegó en
cuanto sintió movimiento en la cama y después una suave respiración cerca de su
oído derecho. Un ligero peso sobre su cuerpo le reveló que Strawberry debía estar encima de él.
-Buena pregunta. No sé muchas cosas,
sé lo suficiente para tener este gran interés en ti-
Dicho
esto, le besó la mejilla con una dulzura que Yuya no se esperaba. Aquello
resulto sumamente agradable y… tierno.
-No es la respuesta que esperaba
pero esta bien, me conformo-
Una
vez más esa dulce risa se coló por su oído derecho hasta retumbar
melodiosamente por toda su cabeza.
-¿Otra pregunta?-
No
tenía idea de a cuantas preguntas tendría derecho, así que esta tenía que ser
una buena, algo que le diera información reveladora. Sin embargo era difícil
concentrarse debido al dulce aroma de su captor y además de que lo estaba
besando dulcemente por el cuello. Esto lo estaba volviendo loco, pero debía
mantener un poco de cordura para pensar un poco.
-Dices que te conozco, pero por más
que hago un esfuerzo no te recuerdo. ¿Acaso era yo muy joven? ¿O solo
apareciste esporádicamente en mi vida?-
Strawberry dejó de besar el cuello de
Yuya y respondió dejando sus labios muy cercanos a los de él.
-Sé bien que no tuve la
participación necesaria en tu vida para permanecer en tu memoria, más aún
cuando ha habido personas más importantes, incluso quien te hizo tanto daño
sigue en tu mente. Sobre la época en que nos conocimos, si, éramos más jóvenes,
pero no demasiado-
Yuya
necesitaba hacer más preguntas, pero de pronto Strawberry lo besó en los labios. Fue un contacto suave y delicado.
-Se terminó el tiempo para las
preguntas, Yuya-
En
ese instante, algo en su interior dio un brinco, tal vez fue la dulce voz que
su captor empleó, o la forma tan melodiosa en la que su nombre fue pronunciado.
Muy diferente a la vez anterior, esta vez no había solo deseo, estaba seguro de
que había algo más. Pero de pronto fue incapaz de pensar más en el asunto,
puesto que las hábiles manos de Strawberry
se deslizaban por su pecho mientras que continuaba besándolo suavemente.
Yuya
quería tocarlo, sentir su calidez, acariciar su cuerpo de igual forma, pero al
igual que la vez pasada, estaba atado de manos y pies.
-Quiero… quiero tocarte-
Logró
decir Yuya en medio del beso. Su captor se quedó inmóvil por un instante, tal
vez pensando en si hacerle caso o ignorarlo.
-No… aún no-
“Aún
no” significaba que pronto podría hacerlo. Que desesperante resultaba para
Yuya. Sin embargo no insistió, no tuvo oportunidad siquiera para pensar en
hacerlo. Su captor continuo besándolo y sus manos recorriendo cada rincón de su
cuerpo.
Poco
a poco Strawberry fue deslizándose hacia
abajo mientras dejaba un camino lleno de besos por todas partes. Se detuvo para
mordisquear un poco los pezones de Yuya y después continuo bajando, hasta que
llegó a la parte inferior en donde, con delicadeza, despojó a Yuya de su ropa
interior y sin más, comenzó a succionar de ese erecto miembro como si fuera un
dulce.
Yuya
arqueó la cintura y cerró los puños. Estaba totalmente extasiado. La forma en
la que la lengua de su captor recorría su falo, como lo oprimía ligeramente con
los dientes hasta juguetear con la punta, lo estaba volviendo loco. Después
sintió como sus manos masajeaban con
placer sus testículos, incrementando al doble, o hasta al tripe, el placer que
jamás había sentido.
Así
continuo hasta que Yuya sintió que estaba a punto de correrse. De alguna manera Strawberry lo supo y se detuvo.
La
respiración de Yuya estaba tan acelerada, necesitaba más y pronto. Con atención
escuchó como su captor se quitaba la ropa y aquello lo excitó aún más.
Estaba
deseoso de que continuara, y para su fortuna su captor también.
Sintió
movimiento en la cama una vez más y eso le indicó que se estaba acomodando.
Sintió esas frías manos sobre su pecho y el suave aliento con olor a fresa muy
cerca de su rostro.
-Yuya-
Dijo
con suavidad. Yuya deseaba más, deseaba penetrarlo de una vez y también…
también deseaba besarlo, intensamente.
-Ya que no me dejas tocarte,
entonces cumple otro de mis deseos-
Pudo
sentir como Strawberry se quedó sin
aliento, aquello le provocó una extraña pero nada incomoda sensación en el
pecho, estaba seguro de que se trataba de una clase de ilusión.
-¿Y cuál es?-
Yuya
no respondió de inmediato, respiró profundo, saboreando el aroma a fresa que
salía de la boca de su captor, mezclado con un aroma a shampoo y jabón.
-Quiero besarte-
Decir
estas palabras provocó que su corazón diera un vuelco. No estaba seguro del
porqué hacía esto, simplemente se estaba dejando llevar por su impulso. El
también quería poseer a Strawberry de
alguna manera, hacerlo suyo, así como él lo hacía.
El
suave sonido de una sonrisa resonó tan cerca de su rostro que él también
sonrió. Sabía que se estaba haciendo adicto a ese sonido tan peculiar y
agradable, quería escucharlo más.
-Este deseo si puede cumplirse…
Yuya-
Y de
nuevo hubo algo en la forma en la que Strawberry
pronunció su nombre. Algo que lo hizo sentir extraño, diferente y… feliz.
Las
manos de Strawberry tomaron su rostro
y se fue acercando poco a poco hasta que sus labios se rozaron. Yuya disfruto
de esta sensación, levantó un poco la cabeza y antes de unir sus labios con los
de su captor, abrió la boca solo un poco y logró morder ligeramente el labio
inferior de éste.
Después
lo besó con intensidad, entrelazando su lengua con la de él, disfrutando de un
peculiar sabor a fresa que le recordaba a algo, pero en esos momento no podía
pensar claramente de donde.
Aún
unidos por ese apasionado beso, Strawberry
se movió un poco, sin separar sus labios ni un milímetro de los de Yuya y
entonces, con cuidado dejó que el erecto miembro de Yuya entrara lentamente en
él.
Compartieron
gemidos de placer y detuvieron su beso solo para disfrutar de ese nuevo placer.
Cuando Strawberry estuvo dentro,
volvieron a besarse y no tardo en comenzar a moverse lentamente, de arriba
hacia abajo, a un ritmo suave, sin prisas.
Yuya
deseaba con todas sus fuerzas poder tocarlo, pero no quiso insistir, estaba
dentro del juego de Strawberry y no
le molestaba en lo absoluto seguir sus reglas.
Muy
pronto los movimientos acompasados se aceleraron y Yuya, al igual que su
captor, estaba embriagado de placer. Lo gemidos de los dos invadieron la
habitación hasta que el momento culminante llegó.
Todo
el cuerpo de Yuya sintió ligeros espasmos de placer y sintió que el cuerpo de
su captor pasaba por la misma situación.
De
pronto, Yuya sintió como el cuerpo de Strawberry
se dejaba caer sobre el suyo, mientras su agitada respiración se regulaba poco
a poco.
-Tu… ¿Por qué haces esto?-
Logró
preguntarle mientras tragaba saliva y disfrutaba de la calidez del cuerpo de su
captor sobre el suyo.
-Cuando averigües quien soy, te lo
diré todo-
Con
estas ultimas palabras y un dulce beso sobre su frente, Yuya cayó en un
profundo sueño, perdiendo noción de todo lo que ocurría a su alrededor.
Un
insistente sonido lo arrancó de su sueño, el cual no era tan especial como
parecía. Poco a poco abrió los ojos y todo parecía normal, a excepción de que
estaba desnudo y solo cubierto por una fina sabana blanca.
Con
pereza estiró su brazo y apagó la alarma del despertador. Salió de la cama y
sintió un extraño escalofrío por todo el cuerpo, después estornudó con fuerza.
-Al menos pudo haberme dejado con
una cobija o algo, aún estamos en invierno y a él no parece importarle…-
Murmuró
para sí mientras caminaba hacia el baño, necesitaba una ducha. Mientras el agua
caía caliente por todo su cuerpo, recordaba perfectamente las caricias, los
besos y todas las sensaciones provocadas por Strawberry.
Lo
que más despertaba en él esa extraña sensación en el pecho, era aquel beso. En
él había algo más que simple placer, no, era algo más… algo más profundo.
Continuó
enjuagando su cuerpo y se miró las muñecas, las cuales continuaban marcadas.
-¿Cuándo vas a dejar que te
toque?... ¿Cuándo voy a poder verte?-
Y
entonces lo supo, deseaba saber de quien se trataba. Ya no quería pensar en el
como Strawberry, necesitaba saber su
nombre, sus gustos, lo que lo hace feliz, lo que lo hace llorar o lo que lo
hace enojar. Necesitaba conocer a la persona detrás de Strawberry así que se decidió a poner más empeño y escarbar muy
bien en sus recuerdos. En algún lugar debía estar ese rostro… esa voz… ese
sabor a fresa…
-Ese sabor…-
Se
dijo mientras salía de la ducha y se lamía los labios, recordando ese peculiar
sabor que le resultaba extrañamente familiar, pero no podía recordar bien de
donde.
Estaba
terminando de alistarse cuando de pronto sonó su teléfono móvil. Revisó el
número y descubrió que llamaban de su casa.
Respondió
rápidamente, pensando en que podía tratarse de algo importante, pero no lo fue,
al menos no tanto.
-¡Yuya!-
La
voz de su madre sonó de inmediato.
-¿Ocurre algo, madre?-
-¿Puedes explicarme el por qué no
llegaste anoche a cenar? Prometiste que lo harías y tu padre y yo estuvimos
esperándote durante mucho tiempo-
Su
madre sonaba ligeramente molesta. Y era entendible, pero con todo este asunto
de Strawberry había olvidado por
completo que había quedado de ir a cenar la noche anterior con sus padres.
-Lo siento, me surgieron cosas
importantes y me fue imposible ir, lo compensaré después, ¿De acuerdo?-
Escuchó
a su madre refunfuñar un poco para después terminar aceptando la propuesta.
-Yo quería que esta fuera una buena
oportunidad para que tú y tu padre hablaran tranquilamente, que arreglaran sus diferencias
y llegaran a un mejor acuerdo-
-Sabes bien que no pienso dejar la
cafetería por nada del mundo, madre. No importa lo que tu o mi padre piensen al
respecto. He tomado mi decisión y así voy a seguir de ahora en adelante. Así
que por favor no intentes nada, ¿De acuerdo?-
Sin
más opción, su madre terminó aceptando. Después platicaron un poco más hasta
que ambos colgaron.
Una
hora más tarde, Yuya ya estaba en el trabajo, atendiendo los pendientes de la
cafetería como de costumbre. Aparentemente se encontraba bien, pero en el fondo
no dejaba de pensar en la forma en la que podría recordar o encontrar la
verdadera identidad de Strawberry.
-Takaki-san, necesitamos crear un
nuevo menú-
-¿Uno nuevo? ¿Tan pronto?-
El
siempre estaba a cargo y al pendiente en la renovación del menú, estaba seguro
de que aún faltaba para cambiarlo.
-Ya casi estamos en Febrero y aún no
hemos anunciado el menú de San Valentín-
-¡Cierto! ¡Que rápido! Por un
instante lo olvidé. ¿Qué solemos poner normalmente?-
El
empleado se quedó pensativo unos segundos y después respondió.
-Es cuando sacamos más postres de
fresa, las bebidas de ese sabor se mantienen pero siempre sacamos una nueva.
¿No ha investigado aún nada?-
-Eso es evidente. Tráeme una muestra
de las bebidas que tenemos con sabor fresa, y que venga el repostero para que
planifiquemos el diseño de los pastelillos-
-En seguida-
Y
con una ligera reverencia, el empleado se marcho. Yuya se fue a su oficina y
comenzó a hacer algunas llamadas.
Veinte
minutos más tarde ya tenía las dos bebidas sabor fresa que servían en la
cafetería.
-El repostero esta ocupado, pero
dice que en cuanto termine con la decoración de unos pastelillos vendrá
enseguida-
Dijo
el empleado tras dejar las bebidas sobre el escritorio.
-De acuerdo. Estaré planificando el
nuevo menú. Si necesitan algo tendrán que arreglárselas solos por un rato.
¿Está bien?-
El
empleado sonrió confiado y respondió.
-Se preocupa demasiado, Takaki-san.
Estaremos bien por un rato-
Dicho
esto, se reverenció y se marchó, cerrando la puerta de la oficina tras de sí.
Con
un pesado suspiro, Yuya trató de aclarar su mente, era el momento de dejar a un
lado todo lo que lo mantenía pensando en Strawberry
y concentrarse en su trabajo.
Y
así lo hizo.
Tomó
una de las bebidas, que era de fresa y otras frutas, una especie de infusión.
Saboreó y enseguida hizo unas anotaciones en su libreta. Luego tomó la otra
bebida, la cual era de fresa con leche y jarabe. La saboreó y entonces ocurrió
algo que no esperaba.
El
sabor le resultó demasiado familiar. Olvidó por completo hacer anotaciones y
volvió a tomar otro poco. Un trago más y la sensación de inquietud se esparcía por
todo su cuerpo.
Ese
sabor le recordaba a algo, pero todo era confuso. Volvió a tomar, esta vez
trató de mantener la bebida más tiempo en la boca y la tragó poco a poco.
Un
sabor demasiado familiar.
Y
entonces no hubo duda alguna.
Ese
sabor era el mismo.
Era
el sabor de Strawberry.
Impactado
con el descubrimiento, salió de su oficina y se acercó a uno de los empleados
que preparaba una bebida en ese momento.
-Tengo que hablar contigo-
-Un segundo-
Respondió
el joven mientras terminaba de poner crema batida sobre la bebida que acababa
de preparar. Los ojos de Yuya se fijaron en aquello y notó que casualmente era
una bebida de fresa con leche y jarabe. Justo la que acababa de probar.
-Aquí tiene su bebida. ¿Desea algo
más?-
Yuya
seguía pensando en lo que acababa de descubrir, completamente absorto en sus
recuerdos, cuando la voz del cliente lo regresó a la realidad en un segundo.
Como si de pronto le hubiesen dado un tremendo golpe en el estomago.
-No, con eso es suficiente-
¡Esa
voz!
No
le cabía duda alguna ¡Conocía esa voz!
Se
giró para mirar al cliente pero este ya estaba de espaldas, con su bebida en la
mano y marchándose del lugar.
Yuya
quiso moverse, correr tras él, comprobar que sus sospechas eran ciertas. Pero
la voz de su empleado lo detuvo.
-¿Qué necesita, Takaki-san?-
Yuya
miraba hacia la salida hasta que el cliente desapareció. Relamió sus labios con
desesperación y miró al joven.
-Ese cliente, ¿Es nuevo?-
-¿Perdón?-
Era
claro que el empleado no se esperaba esa clase de pregunta.
-Dije que si ese cliente es nuevo o
no. ¡Responde!-
Yuya
jamás levantaba la voz, pero era evidente que estaba desesperado por una
respuesta que aclarara sus dudas.
-N-no… creo que no…-
-¿Crees? ¿No estás seguro?-
El
joven comenzó a dudar, mirando hacia el suelo y tratando de no sentirse
intimidado por su jefe.
-Es que no soy el único que atiende
aquí…-
-¡Ya se! Pero seguramente recordarás
haberlo visto antes, ¿No?-
-Creo… me parece que si. Tenemos un
cliente que siempre pide la bebida de fresa con leche y jarabe, si no mal
recuerdo es ese chico-
-Necesito que estés seguro de lo que
dices-
El
empleado comenzó a sudar, jamás le prestaba mucha atención a los rostros de los
clientes y ahora se arrepentía de no hacerlo. Pero es que jamás se imaginó que
su jefe llegara como un torbellino preguntándole sobre un cliente en
específico.
Pero
justo cuando más se sentía en un aprieto, una de las empleadas se acercó.
-Yo si lo recuerdo. Siempre viene, a
veces en la mañana y otras veces en la tarde, no tiene un horario fijo pero
siempre pide lo mismo. Hay veces que se queda aquí y otras que se va. Desde que
trabajo aquí ha venido sin falta todos los días-
Yuya
agradeció el aporte de la joven empleada, haciéndose una nota mental de
recompensarla después con algún bono extra.
Sonrío
aliviado y preguntó.
-¿Y desde cuando trabajas aquí?-
-Un poco después de que inaugurara
el lugar-
Eso
era todo lo que necesitaba saber.
Ya
más tranquilo, sonrió a sus empleados y le dio unas palmadas en el brazo al
joven que aún tenía cara de asustado.
-Gracias a los dos por su
colaboración. Solo quería saber que clase de clientes vienen aquí con mucha
frecuencia y me han sido bastante útiles. Siento haberlos presionado de más,
pueden seguir con su trabajo-
Y
con una radiante sonrisa en el rostro, Yuya se marchó a su oficina, de vuelta
al trabajo.
Ahora
tenía una idea para atrapar a Strawberry.
Tras
haber planificado todo lo que se vendería en la cafetería por motivo de San
Valentín, tuvo la idea de llamar a uno de sus amigos que tenía una pequeña
banda musical.
-¡Anda Hikaru! ¡Será divertido!-
-Cuando te propuse hacer algo con la
banda en tu cafetería te negaste y ahora resulta que si nos quieres ahí. ¿Qué
clase de bicho te ha picado?-
-Uno bastante interesante. Además
servirá para que los conozcan mejor. ¡No puedes negarte!-
-De acuerdo. ¿También tenemos que
hacer lo otro?-
Yuya
sonrió divertido.
-Eso es lo interesante. Además va
muy bien con la temporada de San Valentín-
Tras
platicar unos minutos más, ambos acordaron el día y la hora del evento
especial.
Satisfecho
por su pequeño logro y descubrimiento decidió continuar con su día con la mayor
normalidad posible.
Sabía
bien que en esta ocasión no iba a encontrar ninguna nota como el día anterior.
Ahora era su turno de tramar algo.
Una
semana más tarde y ya todo estaba listo. La decoración de la cafetería era
discreta pero adorable para la época en la que todo esta lleno de corazones. A
cada cliente se le informaba del evento especial que tendría lugar ese fin de
semana. Todo tal cual lo había ordenado Yuya.
Como
cada año, el menú especial de San Valentín era un éxito. Yuya observaba con
cuidado y trataba de mantenerse oculto cada que la puerta se abría para recibir
a un nuevo cliente.
Estaba
esperando a uno en especial y ya tenía un plan para descubrir su identidad. Las
ventajas de ser el jefe del lugar. No necesitaba saberlo por el momento, se
sentía capaz de aguantar y de actuar como si no sospechara nada.
El
día antes del evento entró en marcha su plan.
Se
había puesto de acuerdo con la joven empleada que ubicaba perfectamente a dicho
cliente, así que trató de mantenerla en el mismo puesto toda esa semana para no
levantar sospechas. El plan era simple, la chica debía hacerle una señal a Yuya
cuando dicho cliente apareciese.
Yuya
estaba cuidadosamente oculto en la cocina, pero mirando atentamente hacia la
barra, esperando la señal de la empleada, la cual sería rascarse la nuca justo
en el momento en que atendía a la persona que esperaba.
Le
costaba trabajo mantenerse tranquilo, ya llevaba media mañana esperando pero,
tal cual le habían dicho, ese cliente no tenía un horario especifico, pero
seguramente aparecería, así que debía esperar y esperar.
Pasaron
las horas. Para matar el tiempo, a ratos se ponía a ayudar un poco pero sin
perder de vista la barra y de mantenerse en un ángulo poco visible.
Y de
pronto apareció la señal esperada.
Su
corazón dio un vuelco. Se quedó sin aliento y las manos comenzaron a temblarle,
junto con todo el cuerpo y en especial el estomago.
Dejo
de inmediato lo que hacía sin decir una palabra, se acerco un poco más y al fin
pudo verlo.
Lo
observó fijamente mientras el chico esperaba pacientemente por su bebida. Con
anterioridad, Yuya le había pedido a la empleada que le hiciera un poco de
platica, necesitaba escuchar de nuevo su voz para estar completamente seguro.
Y
así fue.
-Tal parece que seguiremos con más
frío, ¿Verdad?-
Preguntó
la empleada mientras fingía tardar con la preparación de la bebida. Debido a la
distancia era evidente que ambos tenían que hablar un poco más fuerte, lo que
le garantizaba a Yuya escuchar bien su voz.
-El invierno se despide con todo-
Bromeó
aquel chico. Su voz resonó en su cabeza y recordó las dos ocasiones que lo
había escuchado hablar tan cerca de su oído. Tragó saliva, necesitaba fuerza
para contenerse y no salir de inmediato. Primero quería observarlo a detalle.
Tenía
la piel blanca, las mejillas y la punta de la nariz ligeramente rojas debido al
frío. Su cabello negro azabache peinado de forma simple. Sus ojos, sus labios,
nariz y su cuello. El chico vestía un abrigo café y una bufanda negra, era lo
que Yuya lograba observar desde su escondite.
-Siempre viene por esta bebida de
fresa, se nota que es su preferida-
Dijo
la empleada mientras le entregaba la bebida. El chico sonrió y el corazón de
Yuya se detuvo.
-Me trae buenos recuerdos-
Dicho
esto, el joven se marchó y lentamente Yuya salió de su escondite. Agradeció a
la chica, quien no terminaba de comprender la situación pero igual no se
atrevería a preguntar.
Con
las piernas como gelatina, Yuya logró llegar a su oficina y cerró la puerta.
Una
vez a solas dejo salir un profundo suspiro y secó su frente con la manga de su
suéter.
-¡Es él! ¡Encontré a Strawberry!-
Celebró
mientras daba un pequeño salto y caminaba hacia la silla frente a su
escritorio.
Su
corazón latía muy fuerte ahora solo faltaba la segunda parte del plan.
Esa
noche llegó a su departamento, estaba tan emocionado que estaba seguro de que
dormir sería algo imposible. Pero tenía que hacerlo si quería que todo
resultase bien. Organizó sus ideas y por primera vez comenzó a desear con todas
sus fuerzas que Strawberry apareciese
esa noche.
Al
fin Strawberry tenía un rostro, eso
de alguna manera lo hacía algo más real. A partir de mañana, si todo salía
bien, tendría un nombre, una vida, un pasado y un futuro.
Tenía
tantas preguntas, quería saber por qué Strawberry
lo había “elegido”, cómo se las ingeniaba para entrar a su departamento, por
qué se había acercado a él de esa forma y sobre todo, deseaba saber qué clase
de recuerdo le traía esa bebida de fresa.
Lo
único que Yuya sabía sobre esa bebida fue que él la preparó por primera vez en
el pasado, en la cafetería donde trabajó y en donde conoció a Ryosuke.
Un
minuto.
Algo
estaba llegando a su mente de golpe y necesitaba tranquilizarse. Estaba frente
a un tremendo descubrimiento que sintió que su cabeza podría explotar.
Cuando
era joven decidió trabajar en una cafetería, con el pretexto de “adquirir
experiencia” en cualquier trabajo, solo para satisfacer a su padre. La elección
de la cafetería no tenía nada de especial.
Recordaba
muy bien el trabajo que le costó aprender muchas cosas, pero era un chico que
aprendía rápido y pronto le encontró el gusto a lo que hacía.
Un
día el dueño del lugar le dijo que podía preparar la bebida que quisiera y que
si tenía éxito la agregaría al menú.
Emocionado,
Yuya creó esa bebida de fresa. Con el corazón agobiado, esperaba que fuese
elegida por el dueño.
-Tiene buen sabor, ahora veamos si a
los clientes les gusta-
Aún
más emocionado y nervioso, Yuya esperó a que dicha bebida fuese pedida por los
clientes.
Al
parecer ese día nadie tenía antojo de algo de fresa, por más que la ofrecieran
como “La bebida especial del día”
Un
poco decepcionado, Yuya continuo con su jornada.
Se
encontraba limpiando una de las mesas cuando de pronto llegó un chico… se dejó
caer sobre la silla y el ruido llamó la atención de Yuya, quien lo vio
cabizbajo y los ojos rojos. Al parecer había llorado y aún podía seguir
haciéndolo.
Como
de costumbre, se acercó con la libreta y pluma en la mano.
-Buenas tardes. ¿Desea ordenar?-
El
chico tragó saliva, tal vez seguía conteniendo las lagrimas. Sin mirar a Yuya
respondió.
-No se… entre aquí sin darme cuenta
de a que lugar entraba-
Yuya
lo miró fijamente, al parecer el chico enfrentaba un momento difícil. Fue
entonces que tuvo la necesidad de ser más amable con él.
-Ya veo que no soy el único que
tiene un mal día. Pero no creo que sea bueno tragarse así el llanto. ¿Puedo
compartir contigo mi creación del día? A decir verdad, no se ha vendido nada y
al parecer mi sueño de que sea elegida no se cumplirá hoy. Sin embargo pienso
que podría ayudar a tu corazón a sentirse mejor, aunque sea por un instante-
Fue
entonces que el chico levantó la mirada y miró a Yuya con ojos llorosos.
-¿Está bien que confíe en lo que
dices? Ya me han traicionado suficiente por hoy, no quiero otra decepción-
Yuya
le sonrió animado.
-Si no se cumple lo que digo, no
tendrás que pagarla-
El
chico sonrió al fin y accedió.
Minutos
más tarde, Yuya le entregó la bebida de fresa y le dijo.
-Espero que la tristeza que hay en
tu corazón desaparezca para siempre-
El
chico sonrió agradecido y Yuya lo dejó solo.
Cuando
Yuya volvió, sobre la mesa estaba el dinero por la bebida y una nota.
“Fue mejor de lo que esperaba.
Si no eligen esta bebida son unos
tontos.
A partir de hoy será mi bebida
favorita para siempre, así podrá desaparecer
para siempre la tristeza de mi
corazón, como tu haz dicho.
Gracias.”
Yuya
tomó la nota, sonrió y la guardó en su bolsillo. Tomó el dinero y fue a hablar
con el jefe, quien accedió a mantener esa bebida un poco más.
Era
un recuerdo lejano pero suficiente. Con toda seguridad el chico habría vuelto,
pero Yuya no estaba a cargo de atender a los clientes la mayor parte del
tiempo. Fue entonces cuando se dio lo de Ryosuke y después recibió la nota en
donde le advertían de la verdadera intensión de éste.
Al
recordarlo, le pareció que era la misma letra. ¿Cómo era posible? De pronto
recordó las notas de Strawberry y en
verdad lucían bastante, si no es que perfectamente, similares. Aquello no era
una coincidencia.
Bueno,
ahora tenía una pregunta más por hacer.
Ya
no podía esperar más por que llegara el día y tener las respuestas que
necesitaba, pero sobre todo, enfrentar a Strawberry
al fin.
El
día llegó. Los preparativos en la cafetería estaban listos. Las mesas estaban
acomodadas y el espacio para la banda estaba listo.
Estaba
terminando de coordinar con unos ingenieros en iluminación cuando escuchó la
voz de Strawberry.
-Lo de siempre, por favor-
Yuya
se giró un poco para que Strawberry
no lo notara. Le hizo una señal a la empleada y esta supo que hacer a
continuación.
Al
momento de entregarle su bebida, pegó una pequeña nota en el vaso y le sonrió a
su jefe para darle a entender que la misión había sido exitosa.
Yuya
aprovechó para desaparecer de escena, tenía cosas que hacer en la parte de
atrás así que se retiró rápidamente, ahora debía esperar a que Strawberry viese su nota.
Las
horas transcurrieron con normalidad, Yuya estaba ocupado preparando cada
detalle que no tuvo tiempo de sentirse ansioso. Hasta que solo faltaban escasos
minutos para que todo iniciara.
Su
corazón latía con fuerza y por su estomago sintió un ejercito de mariposas
revoloteando sin control.
Recibió
a la banda y les indicó su lugar.
-¿Cómo se te ocurrió esto tan de
repente?-
Le
preguntó su amigo Hikaru.
-Bueno, tuve un poco de inspiración
extra-
-Oye, ¿En verdad tenemos que hacer
eso?-
Yuya
le dio una palmada en la espalda a su amigo y respondió con entusiasmo.
-¡Por supuesto! No te atrevas a
omitirlo o no te pagaré ni un centavo. Además, no te estoy pidiendo nada
vergonzoso, es simplemente para animar el ambiente del día-
Su
amigo suspiró resignado y se fue para continuar con los preparativos.
La
cafetería estaba más llena de lo habitual, muchas parejas esperando el gran
evento mientras disfrutaban del menú especial del día.
Cuando
la hora llegó, las luces se volvieron más tenues y en dirección al lugar en
donde estaba la banda había unos cuantos destellos rojos y rosas.
Después
de que la banda se presentara, comenzaron a tocar, animando a los clientes que
en su mayoría eran parejas.
Poco
a poco llegaba más y más gente y Yuya tuvo que apoyar a sus empleados debido a
la gran cantidad de gente que había que atender.
El
corazón de Yuya daba un brinco cada que la puerta del lugar se abría. Miró su
reloj, sabía que Strawberry no
tardaría en llegar.
Justo
cuando pensó en ello, la puerta se abrió y apareció por fin. ¡Strawberry estaba ahí!
Yuya
aprovechó que había mucha gente para ocultarse un poco. Observó como el chico
miraba por encima del hombro, lo estaba buscando.
Sonrío
satisfecho y terminó de tomar la orden de una joven pareja de enamorados. Entregó
el pedido en la barra y después de ayudar a servir un poco más, puso en marcha
su plan.
Miró
su reloj, ya era hora de actuar.
Strawberry se encontraba viendo a la
banda mientras disimulaba observar a su alrededor, era evidente que buscaba a
Yuya entre la gente.
En
cambio, Yuya se movía entre la gente, evitando así ser descubierto. Cuando
llegó el momento, ya estaba en posición.
-¿Cómo están todos en este día tan
lleno de corazones por todas partes?-
Preguntó
Hikaru, provocando que la gente respondiera con risas y aplausos.
-Bueno, si la gran mayoría esta aquí
con sus parejas es evidente que se la están pasando bien. Pero la gente que no
tiene pareja para este día, bueno, sencillamente nos dedicamos a cantar para
parejas como ustedes-
La
gente río como el comentario y aplaudieron.
-Sé que la mayoría vendrá
acompañado, pero si por ahí hay personas valientes que se han animado a venir
solos solo para escucharnos, les tenemos preparado algo especial-
La
gente observaba expectante a la banda. La iluminación cambió, ahora todo estaba
más obscuro y resultaba difícil distinguir a las personas.
-Como sea que vengan hoy,
acompañados o solos. Van a besar a la persona que esté a su lado. Si vienen con
su pareja ya no tendrán que buscar, pero si vienen solos y a su alrededor hay
alguien que también lo está, entonces es su oportunidad. El objetivo de este
día es solo dar amor y vamos a cumplirlo-
La
voz de Hikaru sonaba emocionada. La gente comenzó a mirarse sorprendida y unos
estaban emocionados. Yuya sonrió victorioso, pensó que debía darle a Hikaru un
bono extra por hacer lo que le pidió.
-Ahora ¡Todos a besarse!-
Exclamó
Hikaru mientras comenzaba a tocar junto con la banda un cover de Maroon 5.
“Sugar”
“Azúcar. ¡Si, por favor!
¿No te gustaría venir y poner un
poquito sobre mi?
Justo aquí, porque necesito
Un poquito de amor y comprensión.
Me demuestras buen amor,
Lo haces todo de maravilla.
Necesito un poco de dulzura en mi
vida,
Azúcar. ¡Si, por favor!
¿No te gustaría venir y poner un
poquito sobre mi?”
La
canción perfecta para la ocasión.
La
gente comenzó a sonreír e inevitablemente a besarse con sus parejas. Yuya ya
estaba en el lugar indicado.
Strawberry miró a su alrededor, parecía
ligeramente confundido. Así que era el turno de Yuya para hablar.
-Te encontré-
Sorprendido,
el chico se giró para mirar a quien hablaba. Sus ojos se abrieron como platos
al ver a Yuya a su lado, sonriente.
Misión
cumplida.
Estaba
a punto de decir algo pero Yuya habló antes.
-Creo que debemos integrarnos al
ambiente-
Yuya
señaló a su alrededor, parejas besándose, abrazadas, disfrutando de la canción.
“Mis partes rotas las recoges.
No me dejes colgado, ven y dame un
poco.
Cuando estoy sin ti,
Tan inseguro,
Tu eres lo único por lo que vivo.”
De
nueva cuenta, Yuya sonrió, se inclinó para tener el rostro del chico a su
alcance y cuando estuvo tan cerca de sus labios que prácticamente podía
sentirlos, le preguntó.
-¿Me dirás ahora tu nombre? Ya que
cuando te conocí no me lo dijiste-
El
chico sonrió ligeramente, sus ojos ya estaban casi cerrados cuando respondió.
-Chinen. Chinen Yuri-
Yuya
sonrió y dijo suavemente.
-Yuri. Creo que hasta la letra
inicial de nuestros nombres nos dice algo-
Y
antes de continuar, Yuya dijo por último.
-Me encanta como hueles-
Yuri
se sorprendió y antes de poder pensar con claridad, los labios de Yuya ya
estaban sobre los suyos.
Respondió
de forma lenta y suave. De pronto las manos de Yuya rodearon su cintura y lo
acercaron más a él.
Los
brazos de Yuri se estiraron y rodeó el cuello de Yuya, disfrutando aún más de
aquel tierno y dulce beso. Un beso con sabor a fresa.
La
música seguía sonando en el lugar, había parejas abrazadas, moviéndose al ritmo
de la canción. Mientras que Yuya y Yuri seguían besándose como si fuera la
primera vez.
Al
terminar, juntaron sus frentes y descubrieron que la canción estaba por
terminar
“Quiero ese pastelillo.
Quiero esa dulce azúcar.
No dejes que nadie lo toque.
A menos que ese sea yo.
No quiero jugar ningún juego,
No tengo que tener miedo,
No me des esa mierda de timidez,
Esa es mi azúcar.”
El
evento terminó con éxito y muchas caras sonrientes. Incluida la del jefe.
Yuri
esperaba afuera del lugar mientras Yuya terminaba de arreglar algunos asuntos.
Uno a uno los empleados iban saliendo y cuando la empleada que lo estuvo
atendiendo en la ultima semana paso junto a él, le sonrió.
-Es bueno ver que todo salió bien
esta noche-
Yuri
se sonrojó y sonrío al momento que bajaba un poco la mirada. La chica se marchó
y minutos más tarde Yuya estaba saliendo del lugar.
-¿Nos vamos?-
Y
asintiendo con una sonrisa, Yuri siguió a Yuya.
En
todo el camino reinó el silencio, pero en lo absoluto fue incomodo.
Cuando
al fin llegaron al departamento de Yuya, éste dejó entrar primero a Yuri.
-Supongo que es la primera vez que
entras por la puerta principal-
Sonrió
Yuya mientras observaba fijamente a Yuri.
-Bueno, me las ingeniaba para entrar
por la ventana que siempre has dejado abierta, no ha sido fácil-
Yuya
miró sorprendido a Yuri y recordó que siempre dejaba una ventana abierta sin
querer.
-Bueno, supongo que eso ya no será
necesario. Toma-
Yuri
se giró y vio que Yuya le tendía una pequeña llave.
-De ahora en adelante tendrás que
usarla cada que se te ocurra venir. Y tal vez quieras llamar de vez en cuando
así que toma-
Después
le tendió un pedazo de papel en donde estaba anotado su número.
Yuri
los tomó y sonrió divertido.
-Sabía que esa nota era obra tuya.
“Más te vale venir al evento de esta tarde”. Lo sentí como una amenaza, te
falta tacto para dejar notas-
-Supongo que tendré que aprender del
experto. Primero la nota de agradecimiento aquel día que te conocí, después la
nota de advertencia sobre Ryosuke, luego la nota en mi oficina y después la
nota debajo de la barra. Tengo que admitir que tienes estilo-
Ambos
sonrieron.
De
pronto Yuri jaló a Yuya del abrigo, acercándolo súbitamente a él.
-Ahora soy yo quien quiere besarte-
Sorprendido
por semejante impulso, Yuya parpadeó y después sonrió.
-Eres pequeño y adorable por fuera,
pero en realidad eres una pequeña fierecilla esperando atacar-
-Nadie mejor que tú lo sabe-
Se
sonrieron y se besaron una vez más.
-Antes de continuar, quiero
respuestas-
Yuri
suspiró, soltó a Yuya lentamente y le sonrío.
-Mejor te cuento la historia-
Yuya
asintió y lo invitó a tomar asiento en uno de los sillones.
-El día en que te conocí acababa de
pasar por un momento difícil en mi trabajo. Soy bailarín de ballet y estaba por
ser nombrado protagonista de una obra, pero como siempre la gente envidiosa
hace todo lo posible por salirse con la suya. Un sujeto que se hacía llamar mi
amigo me tendió una trampa y terminaron por elegirlo a él. Fue entonces que
llegue a esa cafetería sin darme cuenta y recibí tu apoyo.
No
sé, creo que algo despertó en mi interior en ese momento. No suelo tomar cosas
dulces ya que debo cuidar mi peso, pero quería seguir tomando esa bebida de
fresa todos los días, así que visitaba el lugar sin falta. Pero no lograba
verte siempre.
Aún
así, no dejé de ir.
Una
tarde, salí del lugar al mismo tiempo que ese tal Ryosuke y lo escuché hablar
de ti con alguien por teléfono, fue así como descubrí que te engañaba. Ah, supe
tu nombre porque el jefe te gritaba bastante seguido-
Yuya
recordó aquellos días y sonrió. Yuri siguió hablando.
-Tiempo después te marchaste y me
costó averiguar en donde podrías encontrarte. Hasta que alguien que conozco
mencionó la bebida de fresa, resulta que abriste tu cafetería bastante cerca de
donde practico todos los días. Y cuando llegué, ahí estabas, trabajando duro
como siempre. Y volví a ser cliente frecuente.
Pero
yo siempre quise algo más. Pero no tenía forma de acercarme a ti sin parecer
extraño o un acosador-
Al
escuchar esto, Yuya soltó una carcajada.
-Y de seguro lo que decidiste hacer
no te hizo ver como un psicópata-
Yuri
sonrió ante el comentario de Yuya y continuo.
-Quería acercarme a ti de una forma
en la que pudiera permanecer en tu mente todo el tiempo. No sé, jamás lo había
hecho pero… no puedes quejarte, tu también lo has disfrutado bastante-
Yuya
no podía negar aquello. Sonrió y acarició dulcemente el rostro de Yuri.
-Es la primera vez que alguien
quiere llamar mi atención así. Y no voy a quejarme, me di cuenta de que había
algo especial que te hacía hacer aquello y debo confesar que-
Se
interrumpió, miró fijamente a Yuri y lo besó. Tomó su rostro con ambas manos y
al terminar el beso continuo.
-Me atrapaste-
Yuri
sonrió y se mordió el labio.
-Entonces, misión cumplida-
Ambos
sonrieron, se besaron una vez más y se recostaron sobre el sillón.
Lentamente
se despojaron de sus ropas, entre besos y caricias. Al fin Yuya podía disfrutar
de tocar esa cálida y suave piel que tanto había anhelado.
-A partir de ahora, nada de sogas y
vendajes-
Yuri
rió y mientras acariciaba el pecho de Yuya le dijo.
-Quien sabe, eso lo hace aún más
divertido. ¿No crees?-
Yuya
no dijo nada. Solo sonrieron, se besaron y se unieron una vez más. Esta vez en
un acto muy diferente a los anteriores. Esta vez había comunicación, contacto
mutuo.
En
el momento en que el placer lo invadía, mientras acariciaba cada rincón de la
piel de Yuri, no pudo evitar decir.
-Me gusta más Yuri que Strawberry-
FIN
P.D
Ya sé que fic seguro gana para su especial de San Valentín así que me iré leyendo ese para recordar detalles y comenzar a escribir lo antes posible xD
9 comentarios:
Estoy un poco perturbada por las violaciones de Yuri hacia Yuya, pero debo de dale crédito a Chinen XD sabe cómo llamar la atención; pero dejando eso, la historia es dulce, no empalagosa, solo dulce *__________* valió la pena estarla esperando;
hay ocasiones en las que se logra hacer un cambio, una diferencia en los corazones de las personas, con acciones o palabras simples, sin darnos cuenta. Yuya mejoró el ánimo de Yuri (: lo amo y la inesperada inclusión de "Sugar" le da un toque mágico y romántico.
Ryosuke maldito y abusivo ¬¬ lo que no logro entender es por qué Yuya le contesta???? Existe el identificador de llamadas y el botón de rechazar, Yuya baboso ¬¬#
La participación de Hikaru también me gustó. "En serio debo de hacerlo?" cómo si él fuera el que fuera a besar XD él solo dio el anuncio de la dinámica. Espero Yuya sí le entregue el bono extra, y la chica también.
Estaba impaciente por leer el Takachii y la espera ha valido muchísimo la pena, en serio me ha encantado, me ha fascinado y demás, es simplemente magnifico ^3^
Ayaa, haz hecho a esta fan empedernida del Takachii más que feliz, es perfecto para San Valentin, adoro tus fics ;3
Yuko "I LOVE JUMP"
Uy~~ mucho strawberry...
La canción quedo excelente...
Un fic así de dulzón queda bien en estos días previos...
kYA!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Me mega facino *-----------* lo ame estuvo tan adagsdgsdfaghfsa juro que me megaencato >w< fue tan hermoso !!! Pinche chinen no conocia esas mañana como que violarte a Yuya en las noches!!! O.O
soy tu fan *--------* x3 ja ja ja
es que encerio que dulzura de >w< fic amo el Takachii 3 pareja favorita TwT :DDD ay me has alegrado la vida ^^ ese Yamada 7u7 no tiene perdon de Dios mira que jugar con los sentimientos de Yuya >--------< no se vale !! mas seguro iba a llegar Yuto a su vida y le iba a enseñar a valorar o que tenia :v xDD jajaja pero bueno al final todo acabo bien y di digo bien es bien *Q___________* Porfin toco a Chinen *-------* x3 muy hermoso me encto como siempre solo subes cosas hermosas, la paciencia valio la pena ;---; sigue asi esperare tu siguiente fic Omg!! Yamajima *---* por el que vote va gabando soy feliz :DDD
Gracias por compartirnos mas de tus bellos fics ;---; Te reamoadororo!!
Me dejaste sin palabras Ayaa sempaii
de verdad que me ha gustado mucho
este Takachi es tan lleno de emociones
que se viven como si fuese real, es
emocionante ir leyendo y cada vez quedarte mas embobada con el fic,
todo absolutamente todo es hermoso.
Me emocionaba cada vez que Yuya planeaba como iba a descubrir a su violador :v
x3 .w. Yo tambien quiero uno asi pero que sea Yuto u////////u x3 okno ese
e lo dejo a Yamada !
Bueno a lo que voy siemplemente
es hermoso, linsisimo pasando a
mi lista de Takachis favoritos :´3
Ahhhhh que besho!
Pasando al fic, bueno
pues Yamada eres un no se como
llamarte mira que tratar de estafavar a Yuya no tiene nombre, menos mal
que Yuri se dio cuenta y te previno \o/ Yuri Te amo! C: jajaja y bueno
como sedujiste a Yuya Ozhe si eso
no se hace pero si eres tu pequeño travieso se te pasa todo eso ¬///////¬ y bueno como trato de descubrir a Yuya estubo todo bien planeado x3 Hika-chan yo diria que tambien ubieras besado al de alado estoy segura que era Keito o Yabu OuO bueno en fin todo fue realmente dulce y besho!!! espero pronto otro fic
Y va a ser mi adorada Couple ! //o\\ soy feliz, esperare pacientemente Ayaaa <3 kisu!
Hola, he leído tu fic y solo quería
decirte que me encantó, al inicio de la narración pensé que se trataba de Takayama, a decir verdad no me emociona mucho esta pareja, pero debo confesar que al avanzar en la historia, por lo interesante que estaba, este detalle ya no importó;
finalmente al descubrir que en realidad era Takachii resultó perfecta.
Felicitaciones, espero tener la oportunidad de leer pronto otros fics tuyos.
Saludos.
*--* Fue hermoso, nada que decir, escribes increíble (':
Deberías crear mas lemon así ewe quede maravillada sin duda fue fenomenal la verdad fue suculento
No me jodah jajaja Está SÚPER hermoso ¿qué puedo decir? Me encantó ❤
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