miércoles, 27 de enero de 2010

Beside You [Cap. 7]

Capitulo 7

-¿Por que huyes de mi?-
Preguntó Ryutaro mientras pegaba más a Chinen contra su cuerpo, este al sentir el calor corporal de Ryutaro no pudo evitar el sentirse cada vez más nervioso.
-Ryu... Ryu-chan?-
Chinen intentó alejarse de el pero de inmediato pudo sentir como Ryutaro lo abrazaba con más fuerza.
-¿Acaso no sientes nada por mi?-
-¿Eh?-
Chinen estaba sorprendido por ese comentario tan extraño.
-Lo sabía-
Y alejando a Chinen de su cuerpo, se dió media vuelta y entro a los vestidores, pero antes de cerrar la puerta dijo.
-No hace falta que me esperes-
Y se encerró.
Chinen estaba confundido y muy nervioso, no lograba comprender la actitud de Ryutaro, era algo realmente muy extraño, sin embargo no iba a irse, estaba decidio a esperarlo para poder hablar con el, tal vez este era el momento adecuado de confesar sus sentimientos, así caminó hasta la recepsión y tomo asiento en uno de los sillones, lo único que quedaba era esperar, mientras lo hacía, a cada minuto que transcurría, el corazón le latía más rápido.

Ryosuke seguía besando dulcemente a Yuto, opacando por completo la angustía que sentía por Daiki.
Lentamente amos se separaron, se miraron fijamente a los ojos, después se regalaron una linda sonrisa.
-Lo siento, no quería angustiarte con mi actitud hacía Daiki-
Ryosuke le sonrio a Yuto y le dio un beso en la mejilla.
-No te preocupes, a decir verdad eres demasiado sensible y te preocupas siempre por todo-
-No tienes por que decirlo de esa manera-
Dijo Yuto mirando a Ryosuke mientras hacía un pequeño puchero.
-No te preocupes, hablaré con Daiki mañana-
-No... no le digas nada, se sentirá incomodo-
-Pero quiero hablar con el-
Insistió Ryosuke.
-¿Y que le dirás? ¿Que descubri que le gustas? ¿No crees que será muy incomodo para el?-
Ryosuke penso en estas palabras, de cierta manera Yuto tenía razón.
-De acuerdo, no le diré nada-
-Bien-
Respondió Yuto con una gran sonrisa.
De repente Yuto miró el reloj que estaba en la pared.
-Woo! Ya pasan de las diez, tengo que regresar a casa-
Decía mientras se ponía de pie rápidamente, pero Ryosuke lo detuvo tomandolo del brazo.
-¿Y si mejor te quedas esta noche?-
-¿Eh?-
-Ya es... tarde... pienso que lo mejor es que te quedes ¿no lo crees?-
-Que me quede a... ¿dormir?-
En ese instante un silencio los invadio y ambos se sonrojaron, obviamente cierta idea paso por sus mentes.
-Puedes.... puedes quedarte en mi habitación y yo en la de mi hermana...-
Dijo rápidamente Ryosuke con el rostro muy avergonzado.
-Es que... ya es tarde.... y no quiero que salgas tan noche-
Dijo timidamente mientras veía a Yuto, este se sintió muy bien al saber que Ryosuke solo se preocupaba por el.
-De... de acuerdo, me quedaré aqui, solo deja llamo a casa para decir que estare... contigo-
-Bien-
Dijo Ryosuke, ambos se miraron con una cara timida y después sonrieron.

Enecerrado en su habitación, sin saber que hacer, con un sentimiento oprimiendole el pecho gritando por salir.
"-¿Por que tenía que hablarle así?-"
Pensaba mientras se levantaba de la cama, no podía más, tenía que hablar con Daiki ahora mismo, así que tomó su telefono y comenzó a marcarle.

Desde que salió del trabajo no tenía animos de volver a casa, las duras palabras de Keito pasaban una y otra vez por su cabeza, sabía que tenía que haber algo extraño en él para que reaccionara de esa manera.
Había estado caminado por las calles sin un rumbo fijo, hasta que llego a un pequeño parque, era de noche así que no había nadie, ni un alma, tomo asiento en una banca, se sentía extraño, no quería estar enojado con Keito, y el haberle respondido con frialdad seguía doliendole.
Hacía frío, y esa noche amenazaba con una tormenta, pero eso a Daiki le daba igual, solo quería estar solo.
Entonces su telefono comenzó a sonar, imaginó que sería una llamada de su casa, así que se apresuró a sacar el telefono de su bolsillo, pero entonces vió el nombre en la pantalla, era una llamada de Keito.
¿Que debía hacer? No estaba seguro para que le llamaba, pero tampoco podía ignorarlo, así que respirando profundo decidió responder.

La llamada había entrado, sonaba y sonaba pero Daiki no contestaba, estaba a punto de colgar cuando escucho una voz.
-¿Si?-
-¿Daiki?-
-¿Que quieres?-
Respondió con una voz fría.
-Yo... yo quiero disculparme contigo... todo lo que dije, la forma en que lo dije yo...-
-Es lo que de verdad piensas ¿cierto?-
-¡No! En verdad, no se lo que pasó, pero no quería decir todo eso, es solo que cuándo veo que estas con Ryosuke no puedo evitar pensar que aún alguna esperanza y eso me... me hace enojar...-
-Estas loco-
Respondió Daiki con un poco de enojo.
-¿Por que habría de molestarte si estoy o no con el?-
Keito se quedó en silencio, no sabía que responder.
-¿Que problema tienes si aún lo quiero? Eso no tiene nada de malo-
Keito pudo escuchar como la voz de Daiki se quebraba.
-Lo que más me duele es que seas tan hipocrita conmigo, primero me dices que estas para apoyarme, para sonreir siempre para mi, y despues haces todo lo contrario, solo juzgandome por mis sentimientos-
Daiki tenía toda la razón, Keito pudo escuchar unos leves sollozos, despues el sonido de un camión.
-¿En dónde estas?-
-En casa...-
Dijo Daiki rápidamente, pero entonces el sonido del viento que pegaba contra la vocina le indico todo lo contario.
-No estas en tu casa, no mientas, ¿En donde estas y por que sigues en la calle?-
Pero Daiki no estaba dispuesto a responder esa pregunta, así que para terminar rápido solo dijo.
-Eso no tiene nada que ver contigo, solo dejame tranquilo, si eso es todo lo que tienes que decirme, adiós-
Y sin más, Daiki colgó.
Pero a Keito lo inundó un sentimiento de preocupación, Daiki estaba solo, en algun lugar de la ciudad y lo que era peor aún es que estaba llorando.
Estaba congelado, de pie junto a su cama, hasta que escucho un ruidito tintineante, se asomó por la ventana, había comenzado a llover, sin pensarlo dos veces se puso una chamarra y tomo otra, tomo su paragüas y salió de prisa de su habitación.
-Keito! ¿A dónde vas a esta hora?-
Le grito su madre, pero ignorandola por completo salió corriendo de casa, tenía que encontrar a Daiki.

Estaba esperando a Ryutaro, este de verdad estaba tardando más de lo normal, estaba cansado, pero no estaba dispuesto a irse, sin querer, se acomodó en el sillón y comenzó a quedarse dormido.
Mientras que en los vestidores, Ryutaro ya estaba listo, desde hace mucho tiempo que lo estaba, solo que no quería salir, se sentía como un completo idiota por lo que había hecho.
"-Ya no puedo con esto...-"
Pensó mientras con una mano se presionaba el pecho, minutos después escucho un sondio extraño.
-¿Lluvia?-
Se preguntó, se acercó a una de las ventanas y efectivamente había comenzado a llover, no llevaba un paragüas, inquieto miró a su alrdedor, era su día de suerte, al parecer alguien había olvidado uno, así que lo tomo prestado, ya no podía quedarse más ahí, así que aún sintiendose mal consigo mismo, salió de los vestidores.
Caminaba lentamente por los pasillos, pensando en que tal vez debió decirle a Chinen lo que sentía de una vez por todas.
En eso pensaba cuándo, al pasar por la recpesión, un pequeño bulto llamó su atención, curioso, se acercó para hechar un vistazo, pero cuál fue su sorpresa al ver a Chinen ahí, recostado y dormido.
-¿Pero que hace aqui?-
Murmuro mientras lo observaba, al mismo tiempo que lentamente Chinen abría los ojos y respondia a aquella pregunta.
-Te estaba esperando-
Dijo con voz suave mientras se reincorporaba y se tallaba los ojos para despertar bien.
-¿Eh?-
Ryutaro estaba sorprendido.
-¿Para que me esperas? Te dije que no era necesario-
Le dijo malhumurado.
-Tengo que hablar contigo-
Respondió firmemente mientras se ponía de pie, en esos momentos la lluvia comenzo a caer con más fuerza.

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