viernes, 7 de mayo de 2010

Mi melodía eres tú [Cap. 2]

Capitulo 2

A la mañana siguiente Daiki despertó de buen humor, esta vez no le costo demasiado trabajo lograr salir de la cama, el saber que esa persona iba en la misma escuela que el lo emocionaba, y que ya lo había visto lo emocionaba aún más, aunque le hubiese gustado poder ver su rostro más de cerca, así sería mucho más fácil. Lo había estado pensando en casi toda la noche, analizando lo poco que había logrado ver, estaba casi seguro de que era un chico, al principio se sintió extraño, no era muy normal estar tan emocionado por conocer a un chico, sin embargo decidió no darle demasiada importancia a ese detalle y continuo alistándose para ir a la escuela.

Cuando entró al salón, de inmediato Ryosuke lo saludó.
-Dai-chan ¡Buenos días!-
Sin muchos ánimos, Daiki respondió al saludo.
-Buenos días-
-¿Aún con sueño?-
-Un poco…-
-Aún así llegas temprano-
-Lo sé… iré a la biblioteca, no tardo-
Y sin esperar escuchar un comentario de Ryosuke solo dejo sus cosas y salió del salón, aún faltaba tiempo para que la primera clase comenzara.
“-¿Va a la biblioteca?-“
Se preguntó Ryosuke al verlo salir, no quiso decirle nada y prefirió irse con otros compañeros que acababan de llegar.

Mientras caminaba por los pasillos, dirigiéndose a cualquier lugar menos a la biblioteca, se topo con alguien de nuevo, sintió como esta persona caía al suelo, y al ver de quien se trataba se llevó una gran sorpresa.
-¿Tu otra vez?-
Exclamo Daiki mientras veía a Kei tirado en el suelo.
-Que bonita forma de disculparse, estoy bien gracias por preguntar-
Y dicho esto, Kei se puso de pie y se sacudió el pantalón.
-Lo siento-
Se disculpó Daiki torpemente.
-Descuida, esta vez admito que el distraído era yo-
Le dijo Kei con una sonrisa, Daiki estaba consiente de que también caminaba distraído, pero no iba a admitirlo.
-No hay problema, bueno, adiós-
Dijo Daiki, estaba dispuesto a marcharse cuando Kei le habló.
-¿Me dirías tu nombre? Esta ya es la segunda vez que tropezamos y me gustaría saber tu nombre-
-¿Eh?-
-Si quieres me presento yo primero, soy Inoo, Kei Inoo, mucho gusto-
-¿Mucho gusto? Ni siquiera vamos en el mismo salón-
Replicó Daiki un poco molesto.
-Eso no importa, cada vez nos vemos más seguido, tal vez la próxima vez que nos veamos sea diferente-
-No se que quieres decir con eso-
Pronunció molesto, después de todo no tenía por que presentarse con un extraño, sin embargo la mirada del chico eran tan suplicante que no tuvo alternativa.
-Arioka Daiki, mucho gusto-
Y sin ganas de decir algo más, se retiro del lugar, dejando a Kei solo en aquel pasillo.
-Arioka… Daiki… eh… ahora debo seguir intentando que me descubras, esto se pone divertido-
Murmuró Kei, y con una sonrisa dibujada en los labios continuo con su camino.

Esa mañana transcurrió aparentemente con normalidad, pero por un lado, Daiki estaba inquieto, aquel chico, Kei, lo inquietaba, su forma de hablar, su mirada.
“-¡Esto es ridículo!-“
Pensó, al mismo tiempo que sacudía la cabeza e intentaba concentrarse mejor.
Por otro lado, Kei tomaba su clase con tranquilidad, solo esperando a hora del almuerzo para ir al salón de música y tocar de nuevo, solo para esperar ser descubierto por Daiki.
“-Esta vez no puedo fallar…-“
Pensó, y con una sonrisa dibujada en el rostro continuo con sus apuntes.
El tiempo pasó y la hora del almuerzo llego, como de costumbre, Daiki pensaba pasársela solo, pero de pronto, mientras terminaba de guardar sus cuadernos en el compartimiento del pupitre, Ryosuke estaba frente a el.
-¿Listo?-
Le preguntó con voz animada.
-¿Listo para qué?-
Preguntó Daiki confundido mientras se ponía de pie.
-Quiero que vengas a mi práctica, casi ya no estoy contigo y no quiero que te alejes de mí-
Y sin esperar la reacción de Daiki, Ryosuke lo tomó del brazo y se lo llevo fuera del salón.
En el camino Daiki buscaba la manera de zafarse del agarre de su amigo, pero no lo lograba, y no podía pensar en una buena excusa, no podía decir que odiaba el futbol, puesto que no era así, sin embargo tenía otros planes y no quería contárselos a Ryosuke.
-Escucha… es que no tengo ánimos… y-
-No permitiré que te quedes solo Dai-chan, debo vigilarte, es malo que te quedes dormido-
-No iba a quedarme dormido-
Renegó Daiki e intentó soltarse del agarre de Ryosuke mientras bajaban las escaleras, al hacerlo, tiró demasiado fuerte y tropezó hacia adelante, chocando con alguien y cayendo al suelo.
-¡Dai-chan!-
Gritó Ryosuke preocupado.
Cuando Daiki reacciono sintió algo suave y cálido debajo de el, algo muy diferente al suelo, se levantó un poco y sorpresivamente ahí
estaba el chico de aquella mañana, Kei.
-No puede ser…-
Murmuró Daiki en voz baja mientras se ponía de pie.
-¿Podrías quejarte más tarde? Estas un poco pesado….-
Logró decir Kei con esfuerzo, Daiki comprendió y se puso de pie rápidamente, después ayudo a Kei a ponerse de pie, pero al parecer
este estaba lastimado, pudo notarlo al ver su pierna.
-Dai-chan, ¿Estas bien?-
Preguntó Ryosuke preocupado.
-Yo estoy bien, pero llevare a Inoo-kun a la enfermería, tu puedes ir a tu practica-
Y de nueva cuenta, sin hacerle mucho caso a Ryosuke, tomó el brazo de Kei y lo paso por su cuello, después lo abrazó por la cintura y
lo ayudo a apoyarse para caminar.
-Apóyate con todas tus fuerzas-
-Gracias…-
Dijo Kei ante la ayuda de Daiki. Después de caminar un poco ambos llegaron a la enfermería, y desafortunadamente no había nadie,
así que se tomó el atrevimiento de entrar junto con Kei y lo recostó con cuidado sobre una cama.
-Parece que no hay nadie-
Comentó Kei.
-¿Te parece? No lo había notado-
Respondió Daiki con sarcasmo.
-Tranquilo, no comprendo por que siempre pareces estar de mal humor-
-No tienes por que comprenderlo-
Respondió fríamente mientras caminaba hacia uno de los botiquines, de ahí saco unas vendas y algo parecido a una pomada.
-Espera, ¿Qué haces?-
Preguntó Kei nervioso al ver que Daiki se aproximaba a el con aquellas cosas en la mano.
-Solo quédate quieto, no te va a doler-
En ese momento Daiki estaba a punto de quitarle el zapato a Kei pero este retiro el pie de inmediato.
-¿Cómo lo sabes?-
Daiki respiro profundo para no perder la paciencia.
-Esto no duele, estoy seguro, ahora déjame curarte-
Kei miró con desconfianza a Daiki al principio, pero al notar la sinceridad en su mirada, termino cediendo.
Entonces Daiki le quito suavemente el zapato, bajo un poco su calcetín y levanto su pantalón solo un poco para dejar bien al
descubierto el tobillo, que era el que estaba lastimado. Primero lo tocó un poco, y al percibir la reacción de dolor de Kei supo en
donde debía aplicar la pomada, y haciéndolo de forma delicada comenzó a frotar gentilmente el tobillo de Kei, despacio para que
este no sintiese dolor alguno. Por otro lado, Kei estaba sorprendido con la habilidad de Daiki, al mismo tiempo que no podía quitarle la
mirada de encima, era tan bello y delicado, como siempre lo veía todas las tardes mientras tocaba el piano solo para el.
Rato después Daiki termino y vendo con agilidad el tobillo de Kei.
-Eres bueno-
Dijo Kei impresionado.
-Bueno, tener un amigo que juega futbol y que se lastima seguido tiene sus ventajas-
-Ahora comprendo por que sabías que medicina usar-
Daiki sonrió ante aquel comentario.
-Antes venía muy seguido, pero ya no es necesario-
-¿A no? Si eres un excelente enfermero-
-Eso no suena muy halagador para mi, solo pasa que mi amigo se volvió más ágil y menos torpe, ahora ya es raro que se lastime, por
lo que no me necesita más-
Kei se quedó mirando a Daiki fijamente.
-¿Y eso te duele?-
-Solo al principio, pero ahora me da igual-
-Ya veo…-
Después ambos se quedaron en silencio, solo observándose fijamente, por alguna razón ninguno de los dos podía apartar la mirada,
era algo extraño, pero al parecer ninguno de los dos deseaba intentar desviar la mirada. Hasta que de pronto, Daiki pareció recordar
algo.
-¡Oh no! Debo irme-
-¿Irte? ¿Y dejarme aquí solo?-
Se quejó Kei.
-Lo siento, es que tengo que ir al salón de música y…-
-Oh ya veo…-
En ese momento la sonrisa se dibujo en el rostro de Kei y antes de que Daiki saliera de la enfermería le dijo.
-Yo acabo de estar ahí-
Entonces Daiki se detuvo en seco y se acerco de forma amenazante hacia Kei.
-¿Y que viste? ¡Dime!-
-Tranquilo, esta el coro de la clase A de primer año, ¿Acaso eres parte del coro?-
Daiki miro fijamente a Kei, estaba confundido.
-¿El coro?-
-Si, yo también iba rumbo al salón de música pero ellos llegaron temprano-
-Vaya…-
Exclamó Daiki dejándose caer sobre una silla.
-¿Qué no te ibas ya?-
Preguntó Kei curioso.
-No… ya no…-
-¿Por qué no?-
-Se me quitaron las ganas-
Respondió Daiki sin mucho ánimo.
-¿Esperabas a alguien ahí?-
-Si…-
Daiki respondió sin pensar, y cuando notó lo que había dicho miró a Kei y este lo miraba muy sonriente.
-Ya veo… de seguro ibas a verte con tu novia para hacer cosas cochinas ¿Cierto?-
Daiki se ruborizó de inmediato y reclamó.
-¡Por supuesto que no! Ni siquiera tengo novia…-
Diciendo esto último como un lamento.
-Sorprendente, entonces estas libre…-
Comento Kei intrigado.
-Yo no lo llamaría libre… pero de cierta forma así es…-
-¿Y te gusta alguien?-
Ante la pregunta Daiki se quedó pensativo, después recordó aquella melodía que tanto amaba escuchar y respondió.
-Si, supongo que si hay alguien, solo que no sé quien es…-
Esta respuesta emociono a Kei, estaba casi convencido de que Daiki se refería a el, ahora solo debía decirle que no tenía que seguir
buscándolo que lo tenía enfrente, pero las palabras no salían.
Entonces, en ese momento alguien entro precipitadamente.
-¡Inoo-chan! ¿Estas bien?-
Daiki se giró para ver a aquel otro chico alto.
-Yuto… ¿Qué haces aquí?-
-Escuche que te tiraron de las escaleras y que estabas lastimado y por eso estoy aquí, ¿Estas bien?-
Yuto estaba demasiado agitado, al parecer había corrido demasiado.
-Tranquilo, no me tiraron, solo tropecé, fue un accidente-
-¿Accidente dices? Si todos en esta escuela son unos salvajes!-
Kei miro nervioso a Daiki, este solo se puso de pie, al parecer Yuto no había notado su presencia.
-Perdona por ser un salvaje…-
De inmediato Yuto miró a Daiki, ahora estaba avergonzado.
-Ah… lo siento-
-No te preocupes, bien, ya no te quedas solo, ahora me voy, tengo hambre-
Y un poco molesto Daiki salió de la enfermería.

-No tenías por que decir eso Yuto-kun-
Le dijo Kei con voz suave.
-Lo siento, no sabía que estaba aquí, pero ¿No es el chico de la otra vez?-
-Si, ¿Sorprendido? El destino a veces juega de una forma interesante ¿no lo crees?-
-¿Eh?-
Yuto no comprendía el comentario de Kei.
-Olvídalo, ahora me iré a casa, no tengo nada más que hacer-
-¿Te acompaño?-
-No hace falta, llamaré al chofer-
-De acuerdo, te visitaré más tarde-
-Gracias-
Dijo Kei con una sonrisa, estaba un poco decepcionado por la interrupción pero después se dio cuenta de que esto solo lo hacía más
divertido, por lo que estaba bien así.

Mientras caminaba por el pasillo, Daiki se sentía de muy mal humor.
-¿Pero quien es ese niño? Llegando tan preocupado y acaparando toda la atención…-
Murmuraba mientras entraba en la cafetería y compraba su almuerzo.
-Todo por culpa de ese Inoo…-
Daiki no dejaba de renegar, estaba fastidiado, tomó asiento junto a una de los ventanales de la cafetería y solo se limitó a observar la
puerta de entrada a la escuela.
Todo lucía normal hasta que de pronto vio como un auto muy lujoso se estacionaba al frente, de el bajaba un sujeto de traje y entraba
a la escuela como si nada.
“-Algún director importante debe ser…-“
Pensó Daiki, continuo comiendo y rato después se sorprendió bastante, aquel señor salía de la escuela con Kei, ayudándolo a caminar
muy despacio, entonces se sorprendió más al ver como lo metía al auto y se lo llevaba.
-¿Es un niño rico?-
Murmuró Daiki mientras le daba una mordida grande a su pan.
-¿Qué hace alguien como el aquí?-
Aquello lo intrigaba, pero tal vez le estaba dando demasiadas vueltas al asunto, a algo sin importancia, aunque la persona que el
buscaba también debía ser alguien de dinero, tenía que estar más al pendiente.

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