Capitulo 12
Lentamente despertó al sentir la suave respiración de Kei sobre su cabeza. En cuanto se movió un poco Inoo también despertó.
-Ah… lo siento… me quede dormido…-
Se disculpó con timidez mientras se levantaba.
-Descuida, yo también me quedé dormido, ¿Ahora me dirás por qué llorabas?-
Dijo Kei mientras se reincorporaba y miraba fijamente a Daiki.
-Ya te dije… es que… tuve un mal sueño… y deseaba verte… solo eso… de verdad-
Kei miró curioso a Daiki, mientras que este esperaba que su mentira diera resultado.
-¿Qué soñaste?-
Preguntó mientras se ponía de pie.
-Fue… algo horrible que… prefiero no recordar ahora… solo necesitaba verte y por eso me comporté así… siento si te molesté…-
-No me has molestado, pero si me preocupe-
Dijo Kei con una sonrisa mientras le daba un pequeño golpecito en la frente.
-Bueno, ya no te preguntaré más, ¿Quieres comer algo?-
Daiki sonrió ampliamente, como siempre solía hacerlo.
-¿Aún tienes galletas?-
-Por supuesto-
Le dijo Kei con una sonrisa.
-Iré por ellas, no tardo-
-De acuerdo-
Dijo Daiki con esa enorme sonrisa en el rostro. Así, Kei se dirigió a la puerta y salió de la habitación.
Kei bajó por las escaleras, caminó hacia la cocina con una expresión bastante seria, estaba confundido, ¿Por qué Daiki había nombrado a Yabu en sus sueños? ¿Qué significaba?
Trato de no hacerse ideas tontas y sin sentido aparente, tal vez y solo era que Daiki soñaba algo relacionado con Yabu, si, tal vez era solo eso, no necesitaba darle tantas vueltas al asunto, después de todo amaba a Daiki, deseaba creer en su amor y en que nada extraño ni diferente estaba ocurriendo.
Al quedarse completamente solo, se dejo caer lentamente hasta quedar recostado sobre el sillón, se sentía extraño, ansioso, inquieto y también culpable, le acababa de mentir a Kei, cosa que no le agradaba en lo absoluto, pero tampoco tenía el valor suficiente de decirle que estaba así por Yabu… además, ni siquiera estaba seguro de lo que sentía en estos momentos con respecto a lo sucedido con Yabu, se había marchado de una forma precipitada.
“-¿Me besaste?-
Kota solo desvió la mirada y asintió con la cabeza.
-Sé que no tiene caso recordar cosas como esas, éramos unos niños, tal vez lo hice sin pensar, ya deja de darle importancia-”
Recordó, sentía una opresión en su pecho que le impedía respirar, lo asfixiaba, le dolía.
¿Por qué le afectaba tanto la respuesta de Yabu? A fin de cuentas, en aquel tiempo, ambos eran unos niños, no cabía la posibilidad de que ambos pensaran en algo más que en su amistad pura y joven, sin embargo, aun recordaba la tristeza que le provocó la partida de Yabu. Estaba completamente conciente de que si no hubiese sido por Inoo, él ahora estaría perdido, solo, o tal vez muerto.
“-Kei… me salvó…-”
Pensó mientras clavaba su mirada en aquel blanco techo, estaba a punto de hundirse en sus recuerdos, cuando escucho que la puerta se abría, lentamente giro la cabeza y observó como Kei entraba y detrás de él una criada con una charola la cual contenía un plato con galletas y dos vasos con leche fresca.
-Gracias, puedes retirarte-
Le dijo Kei a la criada, esta se reverencio y se marchó, cerrando la puerta tras de si.
-Regresaste-
Dijo Daiki con una sonrisa mientras se reincorporaba y se ponía de pie para caminar hacia la mesa en donde estaban las galletas, tomo una y le dio la primera mordida.
-Deliciosas-
Dijo tras pasar bocado y miró a Kei feliz.
-Me alegra que te sigan gustando-
Respondió el mayor con la misma sonrisa mientras tomaba asiento en una de las sillas, Daiki hizo lo mismo.
-Las extrañaba, ¿hace cuanto no comemos galletas juntos?-
Kei se puso pensativo y comenzó a hacer memoria.
-Ahora que lo mencionas, hace ya mucho tiempo, como un año-
-¿Tanto tiempo?-
Preguntó Daiki asombrado.
-La ultima vez que comimos galletas juntos fue el invierno del año pasado, ¿lo recuerdas?-
Preguntó Kei curioso, Daiki intentó recordar.
-Ahora que lo mencionas… es verdad… ¿Por qué?-
-No lo sé… supongo que comenzamos a hacer otras cosas-
-O más bien a comer otras cosas, como por ejemplo aquellos dulces que tanto te gustan-
Kei sonrió ante tal comentario.
-Pero definitivamente hay algo que me gusta mucho más que aquellos dulces y que todas las galletas del mundo-
Ante las palabras de Kei, Daiki intentó pensar, estaba confundido y sorprendido.
-¿Qué puede gustarte más que eso? Nunca lo habías mencionado-
Replicó en forma de puchero mientras se llevaba otra galleta a la boca, Kei solo sonrió ampliamente al ver la expresión de Daiki, y aprovechándose de que este se encontraba sentado a su lado, se acercó lentamente, tomo su rostro con una mano, delicadamente, lo levantó un poco y mirándolo fijamente a los ojos le dijo.
-¿No lo adivinas?-
Ante la dulce mirada de Kei, soltó la galleta que tenía en las manos, provocando que esta cayese de nuevo al plato. No sabía que responder, estaba completamente cautivado por la mirada de Inoo, en el fondo le gustaba que lo mirase de esa forma. Así que, sin poder articular palabra alguna, en forma de respuesta, solo movió la cabeza de forma negativa.
-Es el sabor de tus labios Daiki, es lo que más me gusta en este mundo, tú-
Dicho esto, comenzó a acercarse poco a poco hasta que pudo rozar sus labios con los de Daiki, este, de forma instintiva, cerró los ojos tímidamente, y cuando al fin Kei lo besó, Daiki solo respondió lenta y torpemente.
En ese instante, algo cálido invadió el interior de Daiki, un sentimiento de nostalgia, fue así como los recuerdos comenzaron a llegar lentamente a su cabeza.
“Toda su infancia había estado con Yabu, eran los mejores amigos, inseparables, un buen día, este le presento a un chico llamado Kei, al principio le costaba trabajo, no estaba acostumbrado a socializar con los demás niños, además, Kei era mayor que él, eso le complicaba un poco más las cosas.
-¿Pero por que te comportas tan tímido? Yo también soy mayor que tu-
Le dijo Yabu una tarde mientras jugaban ajedrez en el jardín.
-Pero a ti te conozco desde hace mucho tiempo, es difícil comenzar a charlar con alguien nuevo…-
-¿Eso quiere decir que en la escuela no tienes amigos?-
Daiki negó tristemente con la cabeza.
-Ya veo… pero ¿sabes algo? Kei es un chico muy agradable y noble, su madre murió hace poco más de un año, su padre es muy duro con él y sin embargo se conserva tan amable y sonriente, es un chico admirable en ese sentido, quiero que sea tu amigo-
-Eso no lo sabia…-
Dijo Daiki mientras bajaba la mirada.
-¿Cómo planeas saberlo si no te ánimas a conversar con él?-
-Tienes razón… lo voy a intentar-
-Debes tratar de ser más sociable Daiki, me preocupa que solo estés conmigo-
Dijo Yabu tranquilamente mientras movía una de las piezas sobre el tablero.
-¿Por qué? No tiene nada de malo-
-Si lo tiene… verás… la razón por la que quise estar contigo es para decirte que terminando mis estudios aquí… me iré a Inglaterra a continuar… no sé bien cuando regresaré y me preocupa dejarte solo-
Daiki quedo completamente sorprendido, era algo que simplemente nunca se espero escuchar.
Semanas después de aquello, Inoo y Daiki se llevaban bien, el menor ya era capaz de mantener una charla agradable con Kei y este lentamente comenzaba a sentirse realmente bien con la presencia del menor.
Así paso el tiempo, Kei era muy amable con Daiki, siempre se ofrecía a ayudarle con sus estudios, a hacerle compañía, siempre haciéndolo reír, y sin embargo Daiki continuaba sabiendo muy poco de Kei, nunca encontraba la oportunidad para poder preguntarle acerca de su familia, de su vida un poco más privada, le resultaba complicado hacerlo.
Un día, la partida de Yabu llegó, fue realmente muy triste para Daiki, quien no deseaba que por nada del mundo el mayor se marchase tan lejos, era un golpe demasiado fuerte de superar.
Esa tarde, mientras estaba sentado a la orilla de aquel río, llorando y extrañando a Yabu a tan solo pocas horas de su partida, Kei apareció sigilosamente. Daiki esperaba que comenzara a hacerle preguntas y a decirle que todo iba a estar bien, simplemente palabras de ánimo, sin embargo, para su sorpresa, no fue así, solo se limitó a tomar asiento a su lado, le dio un pañuelo y miro hacia el frente mientras Daiki limpiaba sus lagrimas.
-Hace frío ¿No lo crees?-
-Si… un poco…-
Respondió tímidamente, mirando a Kei con los ojos llorosos, sin embargo este se mantuvo con la vista al frente.
-Hoy hicieron unas deliciosas galletas en casa, ¿Quieres probarlas?-
-¿Eh?-
-Son realmente deliciosas, la cocinera siempre las hace para mi, realmente me conciente, ¿Quieres venir a mi casa a comer unas?-
Justo en ese momento, Inoo se giró para regalarle a Daiki la más hermosa sonrisa que jamás había visto en el rostro de Kei, tan cálida y reconfortante, había algo sumamente especial en aquel chico que sacaba a Daiki de aquella obscuridad en la que creía haberse sumergido tras la partida de Yabu.
-Vamos-
Al decir esto, Kei se encontraba de pie a su lado, extendiendo su mano, sin querer dudarlo más, tomó su mano y se puso de pie.
-Gracias-
Dijo Daiki con un nudo en la garganta.
-No me agradezcas, al menos no hasta que las pruebes, verás que son realmente deliciosas-
Dicho esto, ambos chicos, tomados de la mano, se alejaron y caminaron rumbo a la gran casa de Kei.
Tiempo después el mayor confesó sus sentimientos por Daiki, ante los cuales no pudo resistirse y los aceptó, sentía tanta paz estando junto a Kei.”
Al terminar aquel suave beso, se separaron, Kei sonrió y besó la mejilla de Daiki.
-Definitivamente eres delicioso-
Daiki solo se sonrojó ante tales palabras.
Sin darse cuenta, sus pasos lo llevaron a otro lugar, cuando pudo reaccionar logró darse cuenta que se encontraba frente a la casa de Takaki.
-Joven Kota, que bueno que viene de visita-
La voz de Chinen lo sacó de sus pensamientos de golpe.
-¿Eh?… Ah… si… ¿Esta Yuya?-
-Si, esta en el jardín, iré a llamarlo-
-Descuida Chinen-kun, puedo ir por mi cuenta, gracias-
Dijo con una amable sonrisa mientras le revolvía el cabello a Chinen al pasar a su lado, este imaginó que Yabu deseaba estar a solas con Takaki, puesto que se le veía extraño, así que pensó en no interrumpirlos en un buen rato y mejor dedicarse a terminar sus demás labores.
Al llegar al jardín, logró ver a Yuya sentado junto a una pequeña mesa, leía tranquilamente un libro, sigilosamente se acercó y tomó asiento junto a él.
-Es raro verte por aquí tan temprano-
Dijo Yuya sin apartar la mirada de su libro.
-Es raro verte leyendo, ¿Algo anda mal?-
-Bueno, no voy a negarlo, y mucho menos contigo, las cosas están algo complicadas ¿Y tú? ¿Qué pasa contigo?-
-Bueno, hay algo que no me deja tranquilo-
-Vaya, que complicado-
Dijo Yuya mientras suspiraba.
-Si, un poco, cuéntame que ocurre contigo-
Dijo Yabu mientras se giraba para ver a Yuya y recargaba ambos brazos sobre la mesita.
-Te diré la verdad-
Yuya dejó escapar un suspiró, miró hacia atrás para cerciorarse de que Chinen no rondaba por el lugar, al notar que el chico no andaba cerca, continuo hablando.
-Estoy comprometido-
-¿Qué?-
Preguntó Yabu completamente sorprendido.
-¿A que te refieres?… ¿Acaso tu y Chinen van a…-
-Mi madre me comprometió con una chica-
Lo interrumpió Yuya con voz fría, mirándolo fijamente a los ojos.
-¿Tu madre? Pero no tiene derecho-
-Lo sé… pero esta empeñada, llegará dentro de unos días con esa chica…-
-¿Y que piensas hacer? Estoy seguro de que no te quieres casar con ella-
-Yo amo a Yuri-
Declaró Yuya con sinceridad, tal, que dejó a Yabu sin habla, era impresionante la seriedad y seguridad con la que Takaki decía estas palabras.
-Entonces ¿Qué piensas hacer?-
-Todo lo que este en mis manos, no pienso renunciar a mis sentimientos y a tener que casarme con alguien a quien ni siquiera conozco-
-Lo se y lo entiendo, pero debes de tener algo planeado-
Le dijo Yabu con tranquilidad puesto que Takaki comenzaba a exaltarse.
-Aún no he pensado en nada… estoy esperando a conocer a esa chica para encontrar la manera de que entienda que no deseo casarme con ella-
-¿Y que le dirás? ¿Qué estas enamorado de tu sirviente? ¿Y luego que? Tu madre se enterará y ocurrirá algo de lo que tal vez te arrepientas toda tu vida, tienes que manejar la situación con cuidado-
-¡Ya lo sé!-
Exclamó Yuya con frustración.
-Si en verdad lo amas debes de pensar en la mejor solución para que él no salga perjudicado, supongo que no le has dicho nada ¿cierto?-
Yuya negó con la cabeza y dijo.
-No puedo decirle, sé que se alejará de mí y se pondrá triste, no quiero que eso suceda-
-Te comprendo… quieres… protegerlo…-
Yabu se quedó pensativo tras decir estas palabras, recordando así a Daiki sin poder evitarlo.
-Te ayudaré-
Dijo Kota con decisión, Yuya lo miró sorprendido.
-Pensaré en algo y prometo ayudarte en todo lo que pueda-
A decir verdad, decía esto porque se sentía conmovido, nunca imagino que los sentimientos de Yuya hacia Chinen fuesen tan fuertes y sólidos, de cierta manera lo envidiaba, pero también por la amistad que existía entre ellos, estaba dispuesto a ayudarlo en todo lo posible.
-En verdad gracias-
Dijo Yuya mientras sonreía amablemente, esto definitivamente resultaba de mucha ayuda, el sentirse apoyado por alguien, y si ese alguien era Yabu, lo hacia sentirse mucho mejor ahora.
-Yuya-sama… he traído un poco de té-
Dijo Chinen mientras se acercaba sonriente a ellos minutos después de haber conversado. En un principio Yuya miró ligeramente enfadado a Chinen, pero después comprendió que para el menor era difícil llamarlo por su nombre simplemente delante de la gente, así que decidió no decirle nada.
-Gracias Chinen-kun-
Dijo Yabu con una sonrisa, Takaki solo le sonrió y así el menor se retiró. Ambos chicos disfrutaban de su té cuando Yuya rompió el silencio.
-¿Y a ti que es lo que te ocurre? No es normal verte preocupado-
-¿Preocupado? ¿Acaso me veo así?-
Takaki solo asintió con la cabeza.
-Preocupado… ¿Preocupado?… En realidad… ni yo mismo sé como me siento…-
Yuya observó fijamente a Yabu tras escuchar este comentario.
-¿No será que… tiene que ver con… Daiki?-
Yabu se sorprendió ante semejante pregunta, sin embargo tenía razón, pero solo se quedó en silencio y tomó un poco de su té.
-Tu silencio me dice que estoy en lo cierto-
Kota continuó sin decir una sola palabra.
-¿Algo a sucedido?-
-No… no tiene importancia, no te preocupes-
Yuya lo miró seriamente y le dijo.
-Sabía que algún día te ibas a arrepentir de haber unido a Daiki tanto con Kei, todo con la excusa de tu partida, ahora sientes que no mereces venir a terminar con la felicidad de ambos, lo cual dudo mucho que sea así, tu eres quien a cuidado y protegido a Daiki en los momentos más difíciles-
-Lo sé… pero él y Kei ahora… se aman demasiado… tengo que alejarme-
-No creo que esa sea una buena opción, te recomiendo que pienses mejor las cosas y enfrentes la situación-
Kota río ante las palabras de Yuya.
-Me sorprende verte tan maduro-
-Siempre he sido maduro-
Dijo con orgullo.
-Si claro…-
Yabu sonrió al igual que Takaki.
-Es hora de irme, quiero dar una vuelta por los alrededores-
-Mejor dicho, deseas estar solo ahora ¿Cierto? Esta bien, adelante, gracias por tu visita-
Dicho esto, ambos se pusieron de pie, se sonrieron y sin poder evitarlo, se dieron un fuerte abrazo, uno amistoso, transmitiendo ese cariño fraternal que se tenían mutuamente.
-Nos vemos-
Se despidió Yabu y entro de nueva cuenta a la casa para así marcharse.
-Se ha ido, me alegra ver que se marcha con una sonrisa, llegó demasiado extraño-
Comentó Yuri mientras salía al jardín para recoger las tazas de té vacías.
-Descuida, estará bien, yo sé que pensará lo que le he dicho y tomará la decisión correcta, es muy inteligente-
-Es bueno saber que aprecia a su amistades Yuya-sama-
Al escuchar esto, Takaki tomó del brazo a Chinen y de un solo movimiento lo sentó en sus piernas.
-Ya estamos solos… ¿Acaso lo olvidaste?-
Chinen se ruborizó ante tal acto.
-Lo siento… no pude evitarlo…-
-Te perdonaré con una condición-
Dijo Yuya con una sonrisa.
-¿Cuál?-
Preguntó Chinen curioso.
-Bésame-
Dijo Yuya con voz suave, Chinen sonrió y con un acercamiento torpe, logró besar tiernamente los labios de Yuya, de inmediato este profundizó aquel contacto tomando el rostro del menor con una mano y tomándolo de la cintura con la otra mano. Aquel beso era lento, suave y agradable para ambos, con movimientos lentos, como si justo en ese momento el tiempo a su alrededor se hubiese detenido, cuanto deseaba Yuya que eso fuese realidad, sin embargo no era así, puesto que sin más, se separaron lentamente.
-Debo volver a trabajar-
-Esta bien, sé cuan responsable eres, solo no olvides que te espero esta noche-
Chinen sonrió y con cuidado bajó de su lugar, marchándose para dejar a Yuya nuevamente solo en aquel agradable jardín.
-Definitivamente no dejaré que nada ni nadie me aleje de tu lado… eso jamás-
Dijo para si mientras observaba como el menor entraba de nuevo a la casa.
En aquella casa, el trabajo no terminaba, sin embargo se encontraba sumamente agotado, así que no dudo en tomar un descanso justo en los establos.
-Esto es demasiado… no sé cuanto tiempo voy a soportar esto-
Dijo para sí mientras se desplomaba sobre una montaña de paja.
-Lo que ocurre es que nunca sabes cuando parar, y cuando lo haces es porque tu cuerpo ya se encuentra en el limite-
Esa voz, estaba completamente seguro de que le pertenecía a Yuto, así que rápidamente se reincorporó, solo para encontrarse con el chico recargado en la puerta con una amplia sonrisa en el rostro.
-¿Qué haces aquí?-
Preguntó Ryosuke confundido, estaba seguro de que el joven Kota no andaba de visita.
-Me escapé para venir a verte, ¿No eres feliz por eso?-
Preguntó Yuto mientras se acercaba y le sonreía tiernamente.
-Si, me alegra verte, pero ¿no crees que tendrás problemas por haberte escapado?-
-Descuida, estaré bien, deja de preocuparte por mi, mejor dime tu si tendrías problemas por escaparte ahora-
-¿Ahora?-
-Si-
-No estoy seguro, tengo demasiadas cosas por hacer-
Respondió Yamada, pensando en el regaño que recibiría si desaparecía todo el día.
-Solo será un momento, ¿Qué te parece?-
Dijo Yuto mientras extendía su mano hacia Yamada, este no tuvo más opción, no podía negarse, no deseaba hacerlo, así que sin más tomó la mano de Yuto, se puso de pie y sonrió.
-Es bueno saber el gran poder de convencimiento que tengo sobre ti-
Sonrió Yuto de forma triunfante mientras ambos salían del establo tranquilamente tomados de la mano.
-No te confíes, puede terminar y ser yo quien tenga poder sobre de ti-
-¿En verdad lo crees?-
Preguntó de forma curiosa sin dejar de sonreír.
-Puede suceder-
Sonrió Ryosuke mientras continuaban caminando.
-¿Qué quieres hacer?-
Preguntó Yuto.
-Me sentiré satisfecho si solo caminamos juntos-
Respondió con tranquilidad.
-Tengo una idea-
Así, tomo con firmeza la mano de Ryosuke y continuaron caminando. Después de un largo camino, llegaron al bosque, a un inmenso prado completamente verde.
-¡Que lugar tan grande!-
Exclamó Ryosuke con ilusión.
-Ven, descansemos justo ahí-
Dijo Yuto señalando un gran árbol a la orilla. Caminaron en dirección a ese lugar y tomaron asiento bajo la refrescante sombra.
-Es realmente agradable-
-Lo que necesitas para descansar, ¿cierto?-
Yamada asintió con la cabeza, se recostó sobre el suave paso, miró hacia arriba, la forma en que la luz lograba filtrarse entre las hojas era hermosa, poco después cerró sus ojos y respiró aquel aire fresco. Estaba tan relajado cuando de pronto, pudo sentir los suaves labios de Yuto sobre los suyos, era una sensación tan única y especial, que sin abrir los ojos comenzó a corresponder a aquel contacto, embriagándose con el suave aroma de Yuto, sintiéndose inmensamente feliz de estar a su lado, de amarlo tanto.
Yuto acarició la mejilla de Ryosuke con delicadeza mientras sentía como el mayor suspiraba entre besos. Poco a poco se separaron y se miraron fijamente a los ojos.
-Ahora me alegro de haberme escapado, necesitaba estar contigo-
Dijo Yuto en voz baja y con una sonrisa dibujada en el rostro.
-Yo también necesitaba verte-
Respondió Ryosuke con una sonrisa.
-Algún día pienso dejar la casa de la familia Yabu, será duro dejar al joven Kota, pero quiero hacer muchas cosas, vivir por mi cuenta-
Esto dejó completamente sorprendido a Ryosuke, tanto, que comenzó a sentir miedo.
-Eso quiere decir que… ¿Pronto volverás… a irte?-
Yuto miró hacia el amplio prado, sonrió y asintió con la cabeza.
-Quiero una vida más tranquila… tal vez tenga que trabajar de otra forma pero será solo de media jornada o tal vez y me anime a poner un negocio propio-
La sonrisa dibujada en el rostro de Yuto, de alguna manera, le provocaban un sentimiento de vacío a Yamada.
-Vaya, así que ya lo tienes decidido, eso me alegra-
Logró decir con un nudo en la garganta mientras cubría sus ojos con el ante brazo, trataba de reprimir con todas sus fuerzas aquel deseo de soltarse a llorar salir corriendo, no quería hacerlo.
-Ryosuke-
Dijo Yuto con voz dulce mientras acariciaba el cabello del mayor, este no respondió, solo suspiró amargamente, deseando no escuchar una despedida.
-Ryosuke-
Lo llamó de nuevo, entonces junto fuerzas para responder, sin moverse.
-¿Si?-
Yuto sonrió al verlo, era adorable ver como contenía sus deseos de llorar.
-Ryosuke… si logro hacer lo que planeo… si en verdad puedo hacerlo… tú… ¿vendrías conmigo?-
Esto fue mucho más de lo que esperaba escuchar, de pronto aquel vacío se lleno de una inmensa felicidad, un sentimiento tan calido con el cual solo logró dejar salir todas sus lagrimas, cubriéndose por completo el rostro con ambas manos.
-¿Qué sucede?-
Preguntó Yuto asustado, sin embargo Ryosuke no dijo nada, continuo llorando hasta que junto fuerzas y rápidamente se reincorporó solo para abrazar con fuerza a Yuto, llorando aún descontroladamente mientras sonreía.
-¡Claro que si!-
Logró decir entre sollozos de felicidad mientras se aferraba con más fuerza a Yuto, este sonrió ante tal respuesta y abrazó a Ryosuke de vuelta, acariciando tiernamente su espalda para así lograr calmar su llanto inesperado.
Poco después, ambos se quedaron dormidos, recargados en el tronco de aquel árbol, la cabeza de Ryosuke apoyada en el hombro de Yuto y las manos de ambos entrelazadas.
La tarde transcurrió con normalidad, Kei y Daiki pasaron una tarde agradable llena de recuerdos, sin embargo, de vez en cuando Kei sentía a Daiki extraño, más cuando mencionaban a Yabu, sin embargo no era lo suficientemente valiente para preguntar nada, sentía y esperaba que solo se tratase de su imaginación, intentaba convencerse de ello plenamente.
-Es hora de irme-
Dijo Daiki con una sonrisa mientras estiraba sus brazos.
-Te acompaño a casa-
Sugirió Kei.
-Descuida, puedo volver solo-
Dijo el menor con una amplia sonrisa.
-Bien, entonces ¿te veré mañana?-
Preguntó curioso.
-Por supuesto, mañana estaré aquí-
-Te estaré esperando-
Kei sonrío y miró a Daiki, este sonrió de vuelta.
-Hasta mañana-
-Hasta mañana-
Dijo Kei por ultimo, así, Daiki se marchó, en ese momento Kei deseaba detenerlo, que no se marchase, que se quedará a su lado, era un sentimiento tan agobiante.
-Tengo que tranquilizarme-
Se dijo tras ver como Daiki salía por la puerta principal y el mayordomo cerraba con seguro la puerta.
-Joven Kei, ¿desea cenar?-
Preguntó una de las criadas.
-Si, iré enseguida al comedor-
Respondió aún con la mirada clavada en la puerta.
En cuanto llegó al comedor, las criadas comenzaron a acomodar la mesa y le llevaron su cena, de pronto pudo escuchar un grito proveniente de la cocina.
-¡¿En dónde estuviste toda la tarde?!-
Pensando en que tal vez a quien regañaban era a Ryutaro, se puso de pie enseguida y entró a la cocina.
-¿Qué sucede?-
La cocinera se giró, haciéndose a un lado solo pare dejar ver a Yamada, quien con la mirada baja permanecía de pie.
-Este niño se desapareció toda la tarde y acaba de llegar, joven-
Dijo la cocinera en tono más calmado.
-¿En donde estuviste Yamada-kun? ¿Con Ryutaro?-
-No joven, estaba… solo… me quedé dormido en el prado, eso es todo, de verdad lo siento mucho, no volverá a suceder-
La cocinera estaba a punto de seguir regañándolo pero Kei habló primero.
-Esta bien, lo pasaré por esta única ocasión Yamada-kun, sabes que si vas a salir debes al menos avisar y no dejar deberes pendientes, ahora mejor cena algo y ve a descansar, ¿de acuerdo?-
Yamada miró a Inoo con gratitud, se reverenció y dijo sonriente.
-Si, gracias-
-Antes de que te vayas… ¿Sabes en dónde esta Ryutaro?-
-No… lo siento pero no lo se-
Respondió tímidamente.
-¿Y usted sabe algo?-
Preguntó a la cocinera.
-En cuanto terminó sus deberes desapareció, no sé en donde pueda estar-
Kei suspiro profundo.
-¿Lo han buscado en todas las habitaciones?-
-Si joven, pero no esta por ningún lado, ¿Cree que también haya salido?-
-Seguramente ya esta en su habitación-
Dijo Ryosuke rápidamente.
-De acuerdo, dejémoslo así, iré a cenar-
Así, un poco molesto, se dio media vuelta y volvió al comedor para terminar su cena.
Pero justo al terminar, no dejaba de sentirse inquieto, tenía una ligera idea de en dónde podría haberse metido ese niño, así que se puso de pie, mando a todos a descansar aparentando ir rumbo a su habitación, pero justo antes de llegar a las escaleras, se desvío sigilosamente rumbo al salón de música.
-Solo espero estar equivocado-
Al estar frente a la puerta, respiró profundo, giró la perilla y se encontró con la pequeña luz de una vela casi al fondo de la habitación, entró sigilosamente, cerrando la puerta sin hacer ruido alguno.
Caminó despacio hasta encontrarse con un Ryutaro sentado en el suelo con un par de lágrimas recorriendo sus mejillas.
-¿Qué ocurre?-
Preguntó preocupado mientras se sentaba frente a él y limpiaba el rastro de aquellas lágrimas.
-Joven… Kei…-
Dijo sorprendido sin poder moverse.
-¿Te pasa algo malo?-
Ryutaro percibió la preocupación de su joven amo, bajó la cabeza y solo dijo.
-Son los recuerdos del pasado, eso es todo, nada importante-
Kei lo miró preocupado y le dijo con voz tierna.
-Tengo el remedio para aquella tristeza-
Así, con una sonrisa miró a Ryutaro, se puso de pie y con paso seguro caminó rumbo al piano, levantó cuidadosamente la tapa, y sin miedo de ser escuchado, colocó sus dedos sobre las frías teclas, cerró los ojos, respiró profundo y tomando la primera melodía que se le vino a la cabeza y que se sabía de memoria, comenzó a tocar.
Ryutaro se giró lentamente para ver a su joven amo tocar el piano, permaneciendo sentado en el suelo, como solía ser antes, cuando tocaba a plena luz del día.
Aquella melodía era tan hermosa y llena de recuerdos, era la que siempre tocaba en las tardes para él cuando era más pequeño, amaba esa melodía.
Disfrutaba tanto de cada nota, de cada sonido, que en cuanto esta termino, abrió lentamente sus ojos y se puso de pie, con pasos torpes se acercó a Kei y le sonrió agradecido.
-Ha sido maravilloso-
Kei solo sonrió y miró las teclas del piano, se sentía tan bien, extrañaba tanto tocar el piano, que ahora se sentía relajado, liberado y tranquilo, justo lo que tanto necesitaba.
-He cumplido mi promesa contigo, ahora tu debes prometer no volver a este lugar, comprende que no deseo que mi padre te vea aquí, no quiero que nada malo te suceda-
-No tiene por que sucederme algo malo… pero si eso lo mantiene tranquilo esta bien, prometo no volver a entrar sin permiso, aunque sigo pensando que hace falta que usted toque más seguido, realmente extraño escuchar sus hermosas melodías-
Kei sonrió torpemente ante tal comentario, estiró su mano solo para revolver los cabellos del menor.
-Ahora, gracias a ti me siento mucho mejor, gracias-
-Joven Kei… ya se lo dije, en cuanto me necesite, siempre voy a estar a su lado… siempre-
Ante la voz y mirada firmes del menor, Kei se sintió extraño, aún era increíble pensar que este niño fuese capaz de ofrecerle protección a él, más cuando el que debía ser protegido era Ryutaro y no él.
-Te agradezco tus palabras, solo recuerda que yo estoy aquí para cuidarte, quiero que tú también cuentes conmigo para lo que sea, no te guardes nada-
En ese momento Ryutaro dejó escapar un doloroso suspiro y miró a Kei con ojos tristes.
-No puedo… hay cosas que definitivamente debo guardar, pero de todas formas, muchas gracias, ya le debo tanto…-
-¿Qué es lo que guardas dentro de ti?-
Dijo Kei mientras se ponía de pie y lo miraba fijamente a los ojos, estando peligrosamente cerca del menor, el cual intentaba contenerse, debía hacerlo.
-Es mejor que me vaya a dormir, mañana debo levantarme muy temprano, con permiso-
Hizo una corta reverencia, estaba dispuesto a salir pero Kei lo tomó del brazo.
-No has respondido a mi pregunta-
Ryutaro no dijo nada, simplemente permaneció inmóvil.
-¿Es algo que no puedes decirme?-
Preguntó Kei con tristeza.
-Es lo que más deseo decir… pero no puedo… debo irme ahora-
Así, se soltó del agarre del mayor y salió rápidamente de aquel salón, dejando a Kei solo y confundido, pensando en aquella respuesta.
7 comentarios:
MIIIIIIIOOOOOOOO *--------*
KYYYYYAAAAAAA
oh siiii
después de tanto el capi 12 ya está escrito :D
Daiki es un niño solitario ;__;
lo del recuerdo de las galletas fue tan lindo
y Takaki ya está decidido a luchar por su amor *O* pero tengan cuidado dónde se besan, alguien los puede ver >_<
ahora falta Yabu, ojalá y pueda pronto tomar una decisión pronto de lo que vaya a hacer.
y el momento yamajima, AMOR <3 Yamada cómo puedes creer que Yuto no te incluya en sus planes?? yamada baka!
y tanto Kei como yo no podemos ver a Ryutaro llorar, se nos parte el corazón ;O;
pero ya tocó de nuevo *-* y Ryu hablaste un poco más de la cuenta, qué hubieras hecho si Kei hubiera seguido insistiendo???
nyaaa~~~~... no me despegooo de lapantalla..
esta hermosooo ... da penitaaa ,, XD
continuala prontoo -- :Y
Ohhh!!! nuevo capi!!! tenia muchas ganas de leerloo!!! Takaki bien, lucha por Chinen, espero que si que no se case, son taan lindos Takaki y Chinen juntos!!Daiki... en serio esta enamorado de Kei o quiere a Yabu¿? O.O, creo que tiene un lio que ni el mismo se aclara... Kei toco para Ryutarooo!!!! siii!!! me alegro de que lo haya hecho, ha cumplido su promesa. Pobre Ryu... es el que mas sufre, creo que se merece una alegria... o varias, porque pobrecito :(.
Gracias por el capi!!! me encanto como siempre, saludos
TTOTT no es justo que los padres decidan por ellos
Yabu Yabu YABU!!! es que estas pensando no no puede pasar que problemas para mas gordo con el que te has metido total embrollo
conti ^^
O.O Me encantaaaaaaaaaaaaaa~
Yabu, ahora te aguantas, pero no rompas el Inoodai ¬¬
Takaki, que lindo~ Por favor, yo quiero uno.
Siguelo pliss *.*
Asesinaré a Daiki... Mira que pensar en Yabu besando a Inoo </3
Por mucho que en el pasado hubiera cuidado de Daiki... Eso no es justo!
Asadads mejor solo que se ocupe de arreglar lo de Chii ;3; y nada más
Yamajima ._. Yo pegaba a Yuto y lo insultaba antes de siquiera terminar
porque decir eso de irse y no pensar en los sentimientos de Yamada e_é
Pero bueno~~ Si quiera lo invitó :D a vivir juntos en futuro bonito~
Me gusta el Inootaro u_u pero ya no soporto pensar Inoodai se separará
adsads XD moriré, me matarás de dolor Aya LOL~ mira que lloro idiotamente!!
Aish~~ Yo y mis locuras jajaja
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