Parejas: Inoo Kei - Arioka Daiki (InooDai)
Género: Yaoi
Autora: Ayaa
Notas:
1.- Pues sí, después de un largo descanso que me era sumamente necesario,
supongo que ya volví, pude haber tardado mucho más o menos, pero el detonante
sucedió anoche gracias a los tweets que compartí con mi adorada Satommy ^^
A ella, a Carol, a Ary les agradezco la fé que han tenido en mi, todo el
apoyo que me han brindado durante mi hiatus. Las palabras que me dirigieron
jamás las olvidaré y gracias a ellas poco a poco encontré la fuerza para volver
a lo que me gusta.
2.- Este InooDai va para Satommy, que justo anoche pedía uno (y también
YamaJima xD)
3.- Espero que les guste, ya están habilitados los comentarios de nuevo
para quien quiera dejar algo, y a quien no quiera pues también xD
Por último, gracias por esperarme tanto tiempo, espero no decepcionarles
con esto, creo que mi escritura se ha atrofiado pero supongo que poco a poco
volverá a ser pasable de nuevo ^^
Ahora si, las dejo para
que lean esto que salió en una noche ^^
Broken Arrow
Todo lo que me rodea me trae tristes recuerdos. La
calle por la que camino todos los días, tener que pasar por aquel lugar una y
otra vez, el atardecer, las tardes de lluvia, ese aroma que el viento trae
consigo cada mañana, tarde y noche. Absolutamente todo me recuerda a lo
desafortunado que he sido en el amor.
Si pudiera decir que solo me han lastimado una vez no
me quejaría, no lloraría, no me sentiría tan miserable. Aún así no voy a perder
más mi tiempo en recordar cada una de esas veces, poco a poco mi mente ha
olvidado esos rostros, las voces, el tacto, todo aquello que erizó mi piel, que
hicieron que mi corazón latiera de prisa, que mis piernas temblaran y que mi estomago se sintiera tan revuelto
por culpa de unas posibles mariposas imaginarias.
Todos los días al levantarme sé que tengo que
olvidar, recuperarme y seguir mi vida, pero siempre algo vuelve, solo basta con
mirar algo insignificante, escuchar cierta melodía en la calle o ver a alguna
persona que me parece familiar pero que después compruebo que era mi
imaginación.
Por ahí se dice que todos estamos destinados a
alguien, en algún rincón de este planeta hay alguien esperando por encontrarse
con uno y así sentir ese amor inmenso y enloquecedor. Yo pienso que para mi eso
no aplica.
Tal vez yo esté destinado a vivir solo, sin ser
amado, sin que nadie me note de verdad, sin que nadie me necesite. Lo he
pensado y siempre esa idea resulta aterradora.
No quiero quedarme solo, pero a veces no solo basta
con querer algo para que eso se vuelva realidad.
Supongo que ya me di por vencido. Lo cual resulta
absurdo sabiendo que solo tengo veinticuatro años de vida. Cualquier adulto
podría reírse de mi y decir: “Muchacho, no has vivido ni la mitad de tu
existencia, no has visto el mundo real ¡No seas tan pesimista que la vida es
muy larga!”
Ante eso yo solo puedo pensar que mi vida no será
larga, más bien, no quiero que lo sea. No quiero vivir tantos años en soledad,
me da miedo.
¿Ya me di por vencido? ¿Cómo puedo estar seguro de
que no encontraré el amor?
No hay forma de que pueda responderme estas
cuestiones, simplemente lo sé, lo siento. Aunque una parte de mi no deja de
esforzarse día a día para demostrarme que todo eso es absurdo.
Siento que tan solo cruzo el cielo como una flecha
rota. Así que no creo ser capaz de alcanzar nada. No así.
De pronto el sonido del semáforo me regresa al mundo
real, o más bien a una ciudad llena de gente y automóviles que esperan a que
todos los peatones crucemos la gran avenida para que ellos puedan seguir su
camino.
Un suspiro escapa desde el fondo de mi pecho,
causando el mismo vacío de siempre. Camino a paso apresurado, evitando chocar
contra la gente que lleva demasiada prisa. Entro al lugar que estaba buscando
después de caminar un poco más y desaparezco de la ajetreada ciudad por un
momento. Mi lugar favorito.
-¡Buenos
días!-
Como de costumbre la misma empleada me recibe, sabe
bien que soy un cliente frecuente.
-Buenos
días, espero que mi lugar esté disponible esta vez.-
Traté de sonar un poco amable, pero en realidad
odiaba cuando alguien ya estaba ocupando mi lugar favorito dentro de la
cafetería. Era un establecimiento no muy grande pero aún así era agradable,
además de ser el único lugar en donde encontraba el café tal cual me gustaba.
Mi lugar preferido estaba al final de la barra, lejos de la puerta y de las
ventanas, eso me hacía sentir en un rincón un poco más íntimo, más para mi y mi
soledad.
-Esta vez se
lo hemos reservado, no volverá a pasar lo de ayer.-
La chica parecía un poco apenada, y es que el día
anterior me había enojado bastante al encontrar mi lugar ocupado por una melosa
pareja de novios, tal vez si hubiese sido una sola persona mi enojo no hubiese
sido demasiado, pero últimamente presentaba una especial repulsión por las
parejas. Más que odiarles, les envidaba.
-Bien,
entonces quiero lo de siempre.-
-¡Entendido!
En unos minutos le entregarán su orden.-
La chica sonriente desapareció detrás de la barra y
yo tan solo me dirigí a mi lugar favorito. Era una pequeña mesa de madera, con
dos banquillos altos. Dejé mi abrigo en el banquillo de enfrente, saqué un
libró de mi bolso y me dispuse a leer mientras esperaba.
Aquella mañana todo pudo ser normal, siguiendo la
fina línea de lo cotidiano como siempre, pero esa mañana no estaba dentro de
esa fina línea.
-Vaya! Es
raro encontrar que alguien lea “Orgullo y Prejuicio” y que no tenga más de
treinta.-
Intrigado por ese comentario tan absurdo, levanté la
vista y me topé con un chico castaño, ojos negros y brillantes, quien estaba
demasiado cerca del lugar donde me encontraba, mirándome fijamente y con una
sonrisa en el rostro.
Pudo haber pasado desapercibido para mi de no ser por
esos peculiares hoyuelos en sus mejillas, ese brillo en su mirada y ese aroma a
vainilla que me envolvió en cuestión de segundos.
-¿Cómo
puedes estar seguro de que no tengo más de treinta?-
El chico me miró fijamente, como analizándome. Su
mirada curiosa me hizo sentir un ligero cosquilleo por la espalda, el cual
ignoré de inmediato.
-Tu piel
luce tan tersa y suave, no puedes tener más de treinta, si te quitamos esas
profundas ojeras, podrías parecer de unos diecisiete.-
Sin poder evitarlo solté una gran carcajada. En ese
momento llegó mi café y coloqué la taza entre mis manos tan solo para calentar
mis fríos dedos.
-Que un
chico diga que mi piel luce suave y tersa hace que me den escalofríos.-
-Lo siento,
no quería asustarte.-
Y de nuevo me sonrió, esta vez un poco avergonzado.
No pude evitar encontrarlo mucho más adorable ahora.
-¿Hay algún
problema en que yo lea “Orgullo y Prejuicio” y no sea tan viejo?-
-¡Claro que
no! Es solo que… es mi novela favorita y es raro que encuentre a alguien
leyéndola. Disculpa por acercarme así a ti pero ese detalle terminó por llamar
mi atención hacia ti.-
¿Terminó? ¿Acaso ya había llamado su atención?
-Es raro que
un niño diga que su novela favorita es “Orgullo y Prejuicio”.-
Comenté son una sonrisa sarcástica mientras le daba
el primer sorbo a mi café.
-No soy un
niño. Tengo veintitrés años.-
Estuve por decir algo cuando un mesero se acercó a
el.
-Su café lo
espera o… ¿Prefiere que se lo traiga aquí?-
-Por favor,
creo que aquí tengo mucho que discutir.-
Y sin más, sin consultarme ni nada, se sentó en el
banquillo de enfrente, haciendo a un lado mi abrigo y colgándolo en el perchero
que estaba cerca.
-No recuerdo
haber dicho que podías sentarte e invadir mi privacidad, niño.-
Solté aquello con cierto resentimiento, estaba
molesto. No había peor ofensa en el mundo, para mi, que invadieran mi
privacidad e hicieran cosas sin mi permiso. Pero claro, él no lo sabía.
-Y yo ya te
dije que no soy un niño, tengo veintitrés años. ¿Cuántas veces te lo tengo que
decir?-
Su cara haciendo un puchero fue aún más adorable.
¿Qué acaso su nivel de “soy adorable como un bebé” jamás terminaría?
-Muy bien,
adulto con cara de niño. ¿Con que libertad te has sentado en mi mesa?-
-Esta no es
tu mesa, es un establecimiento público. Además, estamos por tener una conversación
bastante interesante sobre “Orgullo y Prejuicio”.-
¿Acaso estaba hablando en serio? Definitivamente yo
no quería tener una discusión sobre un libro con alguien a quien no conocía.
Además, ni siquiera había pasado del capitulo tres del libro, no podíamos
discutir de nada en lo absoluto.
-No puedo
hablar de un libro que ni siquiera he terminado de leer.-
-Eso es
cierto, pero al menos podemos discutir el porque no hay que ser un viejo para
leer ese libro.-
-Claro, eso
suena aún más interesante…-
Di otro sorbo a mi café y el mesero llevó el de mi
nuevo e inesperado acompañante. Al parecer era el tipo de persona que amaba las
cosas dulces. Pude adivinar que se trataba de un cappuccino de caramelo con
doble crema batida. El solo oler esa bomba de azúcar hizo que se me revolviera
el estómago.
-Tienes
veintitrés y tomas algo que un niño de diez años pediría.
-Y tu parece
que prefieres lo que un viejo deprimido pediría en una tarde de otoño. Un
americano doble sin azúcar. ¿Me equivoco?-
¿Cómo diablos lo sabía? No pudo haberlo escuchado
puesto que los encargados ya sabían lo que pedía cada mañana, entonces… ¿Cómo?
-Debo asumir
que eres muy inteligente o tienes simple suerte de principiante.-
-O podrías
asumir que no eres el único que viene aquí cada mañana. Te he visto antes y
siempre sé lo que pides.-
Así que tenía una especie de acosador justo frente a
mi. Eso era bastante nuevo para mi pero no dejó de ser divertido.
-Así que…
¿Hasta hoy tuviste el valor de hablarme?-
-No fue
valor, más bien atrevimiento. Te había visto pero no habías llamado mi atención
hasta hoy.-
-¿Y debo
suponer que todo es gracias a Jane Austen? ¡Que gracioso!-
Exclamé con cierta burla y señalando el libro, todo
esto me parecía tan divertido. Pero él no se rió, ni siquiera sonrió. Solo me
miró fijamente, como intentando decir algo más, pero se estaba conteniendo.
-Ahora que
ya estamos conversando, considero que debemos presentarnos. Mi nombre es Daiki
Arioka, mucho gusto.-
-No hace
falta que yo me presente, considero que es innecesario puesto que no creo
volver a hablar contigo de nuevo.-
-¿Por qué
no? ¿Acaso para la próxima simplemente me ignorarás?-
-No te
ignoraré, pero tal vez tu lo hagas.-
En verdad me estaba esforzando por eliminar toda
esperanza, este encuentro no tenía que significar algo especial. No dejaba de
repetírmelo una y otra vez.
-Tal vez lo
haga si no me dices tu nombre ahora-
Me quedé callado, tomé un poco de mi café, suspiré y
lo miré fijamente a los ojos.
-Kei Inoo-
El no dijo nada, esperaba que exclamara algo pero
solo me miró tan fijamente como yo lo hacía. No supe cuanto tiempo estuvimos
así, pudieron ser segundos que dentro de mi cabeza fueron horas. No encuentro
palabras para describir lo que sentí en ese momento. Me quedé sin aliento y mi
corazón dejó de latir. Estoy seguro que desde ese momento Daiki Arioka me robó
el alma.
Cuando llegué al trabajo me sentía diferente, no
caminaba sobre nubes ni tampoco el mundo había cambiado de color. Simplemente
no podía dejar de pensar en él.
-Es raro que
llegues tarde ¿Pasó algo?-
La voz de mi mejor amigo y colega me regresó a la
realidad, parpadee un par de veces para enfocar bien mi mirada y le respondí lo
más tranquilo que pude.
-No mucho,
solo me quedé desayunando más tiempo del de costumbre-
-Pero si tu
solo desayunas café. ¿Acaso me estás ocultando algo?-
Sentí el color subir a mis mejillas y me oculté
detrás del monitor de la computadora.
-Era un café
más grande esta vez. Eso es todo.-
-Kei, te
conozco lo suficiente para saber que ha pasado algo.-
Suspiré. Nada se le escapaba a Kota, absolutamente
nada.
-Conocí a
alguien, eso es todo.-
-¿Conociste
a alguien? ¿Cómo?-
-Por culpa
de un libro, nada extraordinario. Estuvimos conversando un poco y sin querer se
me hizo tarde.-
-Creí que te
estabas volviendo un antisocial-
La sonrisa en el rostro de Kota tras decir aquello me
hizo sonrojar aún más. Si bien me había empeñado en los últimos años a no hacer
amistades nuevas por miedo a enamorarme eso no significaba que era un
antisocial… ¿O si?
-Como sea,
no fue nada especial ni extraordinario, solo una platica casual con alguien que
de seguro no volveré a ver.-
-Si te
sigues empeñando en que no fue nada especial ni extraordinario, terminará por
volverse exactamente eso.-
Kota se marchó con una sonrisa burlona en el rostro,
mientras yo intentaba redactar el mismo texto para un correo electrónico una y
otra vez. Y eso fue solo el inicio de la tortura que Daiki Arioka trajo a mi
vida.
Por la noche llegué más cansado de lo normal, me
había equivocado un montón de veces, hasta Kota tuvo que regañarme. Para
redimir mis errores me salté la hora de comida para trabajar bien en el
proyecto que llevaba a cabo. Era la primera vez que eso me pasaba y justo ahora
moría de hambre.
Me preparé algo rápido en la cocina, llevé mi plató
al pequeño comedor y encendí el televisor, no deseaba ver algo en especifico
pero necesitaba algo de ruido para distraerme y dejar de pensar en el trabajo y
en ese par de hoyuelos tan adorables.
Justo terminaba con mi ensalada cuando las noticias
iniciaron y me quedé a verlas antes de levantar mi plato.
Noticias de política, economía, espectáculos, cultura
y reportajes especiales. Todo era relativamente normal hasta que la última
sección me atrapó.
-“Estamos en
un conocido bar de Shinjuku, el tan famoso lugar llamado “ARROW” ¿Quieren saber
que lo hace tan famoso? Pues acompáñennos a conocerlo.”-
Se vieron tomas del lugar, gente bailando y todo
parecía normal hasta que hicieron un close up al DJ.
Aquello pudo parecerme insignificante si no hubiese
reconocido a la persona que enfocaban…
-“Este
popular DJ, además de ser apuesto, atrapa a los jóvenes que vienen a bailar con
sus espectaculares y únicas mezclas musicales, lo cual no deja de atraer a más
y más público a este lugar. Su nombre es Daiki Arioka y es tan solo un joven de
veintitrés años, que sin embargo tiene talento como todo un profesional”-
De nuevo lo enfocaron, lucía tan diferente en aquel
lugar, tan concentrado y sumergido en la música mientras su cuerpo se movía al
ritmo de ésta. Me quedé sin aliento. Miré con más atención hasta que
proporcionaron la dirección de aquel famoso bar.
Sentí un extraño impulso recorrer mi cuerpo, me
aprendí la dirección y me dirigí a mi habitación, definitivamente necesitaba un
baño y ropa apropiada. Pero… ¿Qué iba a ponerme? Todo en mi armario era común,
no me gustaba usar ropa que llamara la atención, ¿Por qué la deseaba tanto
ahora?
Traté de tranquilizarme, me senté sobre la cama y
respiré profundo. ¿Qué pretendía con ir a ese bar? ¿Qué me viera? ¿Y luego qué?
Aquello era absurdo, una locura. No podía permitirme
soñar, ilusionarme. Fue así como mis ansias y emoción se apagaron tan
rápidamente como se encendieron. Me levanté y volví al comedor, levanté mi
plato y apagué el televisor.
Decidí bañarme y después ponerme a trabajar un poco,
tenía un importante proyecto a mi cargo, no podía estar perdiendo el tiempo en
ilusiones absurdas. Estaba claro que el amor no era algo para mi, hace mucho
que lo había decidido y no iba a cambiar de idea ahora solo porque un chico
lindo me había dirigido la palabra.
Fue así que después de un baño relajante, me sumergí
en mis planos, eso era todo lo que necesitaba, solo eso.
Pero a la mañana siguiente no tuve tanta suerte para
olvidar. Mientras me acercaba a la cafetería me sentía ansioso y nervioso. Me
sorprendió notar que a pesar del frío mis manos sudaban. ¡Que tontería!
Tenía que asegurarme de terminar con eso, seguramente
él no estaría ahí, y si lo estaba no iba a acercarse a mi.
Con esa mentalidad entre a la cafetería, me saludaron
como de costumbre y yo solo me dirigí al lugar de costumbre, pero… vaya
sorpresa… él ya estaba ahí, en mi lugar preferido, justo en el banquillo donde
yo dejaba mi abrigo. ¿Por qué?
Estuve tentado a dar media vuelta y marcharme, pero
él ya me había visto y me sonreía. Malditas sonrisas, deberían estar
prohibidas. Maldije dentro de mi mientras mis pies caminaban hacia él.
-Buenos
días, Inoo-san-
-Vaya
sorpresa… Arioka-kun-
Tomé asiento y en verdad me esforcé por lucir
molesto.
-Dices el
“kun” como si aún sintieras que soy un niño. ¿Cómo te demuestro que soy un
joven adulto?-
-No te
esfuerces, hagas lo que hagas solo basta con ver tu cara para que sienta que
eres solo un niño.-
Pareció molestarse con mi comentario, lo cual era mi
objetivo. Pero eso no fue suficiente para que se fuera.
-Odio que la
gente siempre diga eso de mi. Por cierto, no me has dicho tu edad.-
-Veinticuatro-
Respondí tan rápido que me sorprendí.
-¡Y yo que
pensaba que andabas cerca de los treinta!-
Soltó una carcajada tan estruendosa que la gente
alrededor nos miró de reojo. Pero aquello no me importó en lo más mínimo. Lo
que me cautivo fue el sonido de aquella estruendosa risa, sus labios
separándose en una perfecta sonrisa, sus perfectos dientes, sus ojos cerrados
en una delicada curva y de nuevo ese par de hoyuelos en sus mejillas.
-No entiendo
la gracia en eso.-
Le dije para salir de mi embelesamiento.
-Lo siento,
es que en serio te esfuerzas por parecer una persona fría y seria que solo toma
café sin azúcar que casi me creo que eres un anciano.-
Pude sentirme ofendido con ese comentario, pero no me
sentí así, en lo absoluto.
-No creo que
sea correcto considerar a alguien de treinta años como un anciano.-
-Tienes
razón, supongo que exageré.-
En ese momento llegó el mesero con dos tazas, una
para él y una para mi. De nuevo pidió ese asqueroso cappuccino de caramelo. Sin
embargo esta vez no me revolvió el estomago.
-Anoche te
vi en la televisión. No sabía que eras famoso.-
-Salir en un
reportaje del noticiero de la noche no me vuelve alguien famoso.-
Él tomó de su café y yo hice lo mismo. Nos quedamos
en silenció unos segundos, después él habló.
-Si anoche viste el reportaje ¿Por qué no
fuiste al bar? Pudimos habernos visto de nuevo.-
Y ahí estaba, mirándome fijamente una vez más. No
pude evitarlo y me sonrojé.
-No tengo
tanto tiempo libre como aparento. Tenía trabajo que hacer.-
Le respondí tras aclarar mi garganta y borrar todo
vestigio de vergüenza en mi rostro.
-¿En que
trabajas?-
-¿Para que
quieres saber?-
-Bueno, tu
ya sabes lo que hago, siento que la balanza no está bien equilibrada, me toca
saber al menos esa parte de ti.-
Tomé más café y respondí tranquilamente, después de
todo no tenía porque ocultar mi profesión.
-Soy
arquitecto. Trabajo para una constructora.-
-¿Diseñas
casas y todo eso?-
-Algo así.-
No tenía ganas de entrar en detalles sobre todo lo
que hacía, además de que no consideraba que a él le interesase, así que lo dejé
ahí.
-Sabes,
siempre me he preguntado como es que se construye una casa.-
No pude evitar reírme ante su pregunta. No me burlaba
de él, simplemente me causo un poco de gracia su pregunta llena de ingenuidad.
-Bueno, son
muchos pasos.-
-Ahora veo
que tu y yo tenemos algo en común.-
-¿Además de
leer “Orgullo y Prejuicio” y no ser unos ancianos, según tu punto de vista?-
El sonrió, asintió y recargó ambos codos sobre la
mesa para impulsarse y acercarse a mi. Tener su rostro tan cerca del mío hizo
que mi corazón latiera despacio pero muy fuerte, al grado que hasta podía
escucharlo.
-Los dos creamos
cosas. Tu haces casas y edificios, yo hago música. ¿No sientes que somos
compatibles?-
Tardé unos segundos en recuperar la voz, traté de
regular mi respiración y le pregunté sin rodeos, intentando sostener su mirada
sin que notara mi nerviosismo.
-¿Compatibles?
¿Para qué? ¿Me vas a salir con que quieres ser mi mejor amigo?-
De nuevo sonrió pero no dejó de mirarme. En ese
instante la cafetería desapareció. Fue como si nos hubiéramos sumergido en una
obscuridad que nos excluía del mundo exterior. Una obscuridad que nos brindaba
más intimidad de la que seguramente necesitábamos.
-Creí que ya
te habrías dado cuenta pero parece que mis indirectas no son claras. Vengo a
decirte que me has llamado la atención desde que te vi, que sé que café pides y
que me acerque a ti con el pretexto de hablar de un libro que resulta ser mi
favorito. Te digo que pienso que somos compatibles y aún así no captas nada.-
Tragué saliva con dificultad y busque la taza de mi
café, sin embargo lo que encontré fueron dos cálidas manos que tomaban las
mías. Su rostro se aproximo más al mío y susurró levemente, dejando su aliento
de olor caramelo sumado a la esencia de vainilla que se desprendía de su
cuerpo.
-Me gustas.-
Y soltó la letal bomba. Sin rodeos ni miramientos. Me
miró fijamente mientras que mis manos, y seguramente todo mi cuerpo, comenzó a
temblar. No me lo esperaba y aún dentro de mi cerebro trataba de suprimir ese
par de palabras.
-Debes estar
bromeando…-
Fue lo único que fui capaz de decirle en ese
instante.
-¿Tengo cara
de estar bromeando, Kei?-
Cuando dijo mi nombre un sin fin de diminutas
explosiones invadieron mi cabeza, jamás mi nombre había sonado tan dulce y
lleno de armonía en los labios de nadie. Cerré los ojos, estaba comenzando a
asustarme de todo aquello. Era demasiado irreal. Yo, que he vivido con el
corazón roto tanto tiempo, sin ilusiones ni esperanzas, sin ganas de vivir más
allá de los treinta, de pronto sentía que quería vivir una eternidad si podía
tenerlo a él a mi lado diciendo tan solo mi nombre.
-En serio,
debes estar tratando de jugarme una broma.-
Dije aún con los ojos cerrados y la voz quebrada. Me
estaba desmoronando.
-Entonces te
lo voy a demostrar.-
No me dejó reaccionar, ni siquiera pensar. Solo pude
sentir como unos húmedos, cálidos y dulces labios con sabor a caramelo se
posaban sobre los míos.
Abrí los ojos para tratar de comprender la situación
pero con solo ver su rostro tan apacible, sus ojos cerrados mientras me besaba,
los cerré de nuevo y me dejé llevar por esa abrumadora oleada de caramelo y
vainilla.
Mis labios se separaron instintivamente, mis manos
buscaron su rostro y lo tomé como si fuera a romperse de un momento a otro.
Nos besamos sin importar el lugar, sin importar quien
nos mirara. No era mi primer beso pero sin dudar podría convertir aquel como el
primero en toda mi vida.
Fue un beso suave, lento y con ritmo. Nunca antes me
habían besado así, al menos no que yo recordara.
De pronto, todo el dolor, todas las heridas, las
lagrimas y la frustración parecieron insignificantes. Tal vez sea absurdo que
lo diga pero de pronto todo dejó de estar en blanco y negro para mis ojos, el
color inundó mi mundo al ritmo de ese beso.
Nos separamos y lo miré fijamente, parecía un sueño y
comencé a temer que desapareciera.
-¿Me crees
ahora?-
Asentí con la cabeza sin dejar de mirarle, entonces
formule la pregunta que, si no la soltaba ahora, me atormentaría todo el día.
-¿Por qué
yo?-
Me sonrió, acarició mi rostro con su mano y regresó a
su asiento. Dio un sorbo a su cappuccino y me miro fijamente mientras hablaba.
-Porque
desde el primer día que te vi sentí algo, vi la tristeza en tus ojos, escuché
tu dolor en tu voz cuando pediste tu café, vi el rastro de lágrimas cuando
leías sin parpadear. Al principio quise saber que sería lo que te atormentaría
tanto, que persona sería capaz de causarte tanto dolor. Esa curiosidad se
convirtió en preocupación, después admiré más allá, no solo tu elegante porte
que te hace parecer de la realeza, poco a poco noté detalles fugaces como tu
sonrisa, tu enojo y tu paz. Sentí que necesitaba conocerte, hablar contigo y
tal vez ser esa persona que borrase todo ese dolor que hay en tu corazón. Tal
vez suene pretencioso, pero quiero estar ahí cuando quieras llorar, limpiar tus
lágrimas, abrazarte cuando lo necesites. Hacerte sonreír más a menudo. ¿Me
dejarías hacerlo?-
Un nudo se formo en mi garganta, no pude evitarlo,
cuando sentí una lágrima ya surcaba mi mejilla. Traté de limpiarla pero su mano
fue más rápida, aún desde su lugar limpió mi rostro con ternura.
-Jamás me
habían dicho semejantes palabras… y aún así… tengo miedo… yo también he sentido
algo especial en el momento en que te acercaste a mi. He vivido desesperado por
no crear lazos nuevos con la gente, de protegerme, pero tu te has acercado con
tanta facilidad que ni si quera pude rechazarte… invadiste mis pensamientos
tantas horas que sentí tanto miedo… quiero aceptarte, muero por tenerte entre
mis brazos pero… ¿Quién me asegura que no me harás daño? ¿Y si terminas por
hartarte de mi y me dejas solo? No creo poder soportarlo…-
Y ahí estaba, soltando todos mis miedos a un chico a
quien apenas conocía, el chico que acababa de besarme y que se me había
declarado. Las lagrimas no dejaban de correr por mi rostro, hacia tanto que no
lloraba que me sentí como si fuera otra persona, al mismo tiempo que mi pecho
dejaba de sentirse vacío y pesado.
-Eso jamás
lo sabrás si no me dejas intentar. No conozco tu historia, no se quien te han
hecho daño. Lo que si sé es que quiero estar a tu lado, hacerte feliz. No
prometo no dañarte, eso no lo puedo asegurar, tampoco lo puedo prometer. Lo que
si te puedo prometer es dar lo mejor de mi para evitarlo.-
Aquella dulce voz penetro por mis oídos y recorrió
todo mi ser. Fue como si un rayo de luz apareciera en medio de la obscuridad.
¿Acaso ya no iba a estar roto? ¿Podía dejar de surcar
el cielo como una flecha rota y al fin volar directo a mi objetivo, sin fallar?
Lo miré una vez más, me puse de pie tan rápido como
pude y sin dejar que el reaccionara, lo tomé de un brazo, lo levanté tan
fácilmente como si fuera una pluma. Al hacerlo, de inmediato lo abracé. No fue
un fuerte abrazo, puesto que ahora él era algo tan preciado para mi que temí
romperlo, sin embargo me esforcé para transmitirle mi agradecimiento por
aquellas palabras y mi respuesta.
-Puedo
sentir tu calor al fin.-
Aquello lo dijo con tanta felicidad que yo solo pude
cerrar los ojos.
-Daiki…-
Decir su nombre me hizo sentir aún más especial. El
aroma a vainilla me envolvió y no fue desagradable, jamás lo sería.
-¿Está bien
una flecha rota para ti?-
-Yo puedo
repararla-
Su respuesta me hizo tan feliz, como hacía tanto que
no me sentía.
-Entonces te
dejaré repararla. Bienvenido a mi vida, Daiki Arioka-
Sentí como sonreía y su cuerpo tembló ligeramente.
-Será un
placer compartir esta vida contigo, Inoo Kei.-
FIN
--------
Esto fue todo, creo que fue cortito, pero creo que así está bien ^^
Y bueno, como ya es costumbre en mi, el titulo del fic es de una canción que me gusta mucho *^*
Satommy~~ Espero de corazón que te haya gustado aunque sea un poquito UwU
14 comentarios:
Por si acaso... este es mío[?]
1° :'D♥
Mala persona, tan corto que es ;___;
Me ha hecho lagrimear un poco,
porque yo entiendo a la perfección a Inoo y...
me ha hecho acordar a alguien que conozco que asddasasd
No hay forma ;3; Siento que fue un amor a primera vista,
pero más allá de carecer de sentido, a veces simplemente cuando estás destinado a alguien, lo estás y ya.
Si dos seres están destinados a estar juntos,
de cualquier forma lo estarán...
De manera fácil o difícil,
después de mil caídas o sólo con una sonrisa.
GRACIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS ;___;♥
Esta hermoso, tan lindo el inoodai me gusto mucho, se me hiso corto jaja pero completo muchas gracias por compartir espero otro jaja
ky@,!!!! que bn que volviste ayaa sama ^_^ muy muy lindo!!! en verdad que me gusto mucho fue tan hermoso!! -rueda por el blog- como siempre me ha facinado la forma en que escribes muy hermoso esperare siempre tu regreso animo!!!! :3 gracias por compartirlo!!! me ha encantado como todo lo que haces
Besos ^_^o∩_∩o
Antes que nada muchas gracias por regresar!! no sabes como reviso tu blog por si publicas algo en verdad todo lo que escribes me encanta me facina y mas si es Yamajima eso no lo niego, en cuanto a esta hermosa pareja tambien es mi favorita, directo al fic me senti un poco indentificada .... :c aveces solemos perdernos en nuestra soledad que no vemos quien esta a nuesto alrededor, no he sentido aun el dolor de que alguien rompa el corazon pero si la soledad, hasta llegar en momentos supeer deprecibos que ironia, pero bueno me alegra mucho por Inoo que haya encontrado a su persona destinada :) merece ser feliz, no siempre la tristeza es buena debe haber alguien para endulzarte la vida y al parecer ese alguien eS Dai-chan ^w^ que lindo fue tan
tranquilo, romntico, casi casi con ganas de llorar, *w* yo si me considero antisocial :C xD ( Pos me mato) Fria realidad <3 ^~^ *w* Seguire esperando muchas mas lindas actualizaciones tuyas *w* eres mi salvadora casi casi un angel por que cada que leo un fic Tuyo me ayuda a seguir y me pone alegre ne ^^ <3 Kiss
Siempre y para siempre mi escritora favorita! ^^ <3
Una fiel fan tuya a venido! Ten hermoso dia y que te valla bien siempre.
Ayy que bueno que ahora se pueda comentar!! Comencé a seguir el blog y no podía y asfasfas ;A;
Me encantó este fic, de verdad, me encanta como escribes, creo que también he de decirlo... bueno, volviendo al fic, me pareció de lo más tierno y adorable.. el pobre kei despues de tanto sufrir encontró un pequeño daichan para el.. *A* de verdad me encantó, me enamoró.. me dejas sin palabras ♥
asdasdasdasd <3.<3
fue el mejor~
;_; malvada, fue corto!
y bueno, cuando nos llega nos llega.
yo paso por lo de Kei~
creo que me quedare solita ;__;
aunque a mis 19 años es muy pronto x'D
aun pienso en trabajo y luego mi pinshi corashon :3
Es tan genial volver a leer tus fics, los disfruto mucho,que bueno que regresaste =)
Me encanto, a veces todos nos sentimos solos, pero hay que estar alerta para encontrar a la perso destinada, que bueno que Daiki pudo romper esa coraza que Kei se había hecho para no ser lastimado y al final le demostró que él era lo que esperaba, que ternura ^3^♥
Yuko "I LOVE JUMP"
hola. Ya te mandé un mensaje ´por WhatsApp pero aprovecho que PUEDO entrar a tu blog para reafirmar mi gusto por este hermoso fanfic, que ha creado en mi un gran sentimiento, me siento un poco identificada, ojalá encontráramos a alguien a quien amar o quien nos ame gracias a un libro, espero que Mathias Malzieu sea un tipo se "Cupido" y me envíe a algunos de sus lectores xD
PRECIOSOOOOOOOOOOOOOOOOOO....
SUSPIRÉ DEMASIADOOOOOO...AÚN LO SIGO HACIENDO....no hubo necesidad de lemmon...con ese final me mataste de amorrr....
gracias aya ..>_<*
AMO EL INODAIIIII ♥ ♥ ♥ ♥ ♥
hermoso fic *o* <3
perdón por leer y comentar tan tardíamente u__u
la descripción de los sentimientos de Kei es tan profunda, que lo logras llegar a comprender, por otro lado, no te puedes aislar de la gente por más que lo intentes, siempre se conocerán personas interesantes que te ayudaran a crecer o desagradables que te permiten ser más fuertes, uno decide si se quedan en la vida de uno.
me alegra tanto que estés escribiendo nuevamente :DDD toma tiempo
Owwww lloro! ;w; fue tan agsfagsajlsha tentado esto, me gusto aunque estuvo cortito pero valla, para el amor tiene ventajas uwu
Me dio risa lo del café americano xDD se la rifo haha!!
Ay, no fue de nada tampoco, si esto es lo que en realidad amas Ayaa, no lo dejes salvo a que tienes amigas tuyas y lectoras que mueren por más fics tuyos :) Sé que puedes, te merecías tus vacaciones de casi un año :''DD ................(obvio me aguante las ganas de ver de nuevo el blog :'D dioquis venir a qui y leer algo no sé :'D)
Y bueno ya leí, ya me desvelé ya no me hallo aquí xD
byeeeeeeee a la prox :'3
Ay ;_________________________; <3
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