lunes, 21 de julio de 2014

[MiniFic] Nocturne - Prólogo

Prólogo.

Desde la creación del universo, hace millones de años, el primer astro existente fue el Sol, dominando con su luz e imperando cada rincón al que tuviera alcance, todo aquel planeta naciente que se encontraba con su cálido calor se sentían bendecidos, agradecidos y le veneraban.
En la lejanía se encontraba una pequeña estrella, quien anhelaba sentir ese calor, pero estaba tan lejana que el frío que la rodeaba no hacía más que aumentar. Entre más contemplaba al astro rey desde lo lejos, ese anhelo incrementaba, hasta que llegó el momento en que no podía dejar de contemplarlo, cada vez más ése amor no hacía más que aumentar. Lo anhelaba, lo deseaba, quería estar junto a él, envidiaba su luz, su radiante luz y calidez, no había deseo más fuerte que el poder estar a su lado.
De pronto notó que su luz de estrella desaparecía, sin darse cuenta aquel deseo la llevó a un repentino cambio, no moría, sino evolucionaba. Su anhelo de ser notada la hizo cambiar de cuerpo. Fue así como la Luna nació.

Enamorada del Sol, buscó acercarse a él. A cada siglo su cuerpo celeste se acercaba un poco más, siempre conservando la esperanza y el anhelo de lograr estar a su lado sin pensar en nada más que en ello, ignorando que podría desaparecer si se acercaba demasiado.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, sintió temor, observó más cuidadosamente aquel brillo tan elegante, majestuoso y maravilloso. Sintió pena de ella misma, ella no podía brillar, era un astro obscuro, y sin embargo tan puro al mismo tiempo. Pero era imposible que ella lo notará, el miedo fue más grande que su amor en aquel instante.

“Ilumíname con tu luz, mi amado Sol”

Imploró con su suave voz. El sol se admiró al lograr percibir tan puro sentimiento, era la primera vez que le prestaba atención a la pureza que la Luna irradiaba. Conmovido, juró iluminar esa pureza que la Luna irradiaba. Juró hacerlo por siempre, compartir su luz para corresponder a su amor, aunque este estuviera destinado a jamás unirse puesto que el Sol sabía bien que si la Luna pudiese acercarse más a él, terminaría por calcinar aquel hermoso astro.

“No puedo permitir que estés a mi lado.
¡Oh, mi pura y hermosa Luna!
Si te dejo acercarte más podrías morir y yo sería el único culpable, es por eso que debes permanecer justo en donde estás. No entristezcas y te marches, que no podría soportar no verte y sentir tu pureza tan cerca de mi.”

Fue así que la distancia que reinó y reinaría entre ellos para siempre se conservó intacta. Para la Luna fue suficiente el pensar que al menos se tenían cerca. Que de alguna forma su amado Sol la necesitaba. Ante eso ya no podría desear nada más.
La Luna fue feliz.

Pero no todo es felicidad para siempre, incluso para astros eternos como ellos. Ya que de pronto una extraña acumulación de energía dio origen a un planeta nuevo. No se hubiese considerado un gran inconveniente si no hubiese surgido justo en medio de la distancia entre el Sol y la Luna. Al parecer, este nuevo planeta no sufría al encontrarse más cerca del Sol de lo que estaba la Luna. Todo parecía indicar que la energía del Sol y también de la Luna lo hacían funcionar de una manera especial. La Tierra, ese fue su nombre.

Ahora la Luna no podía observar totalmente a su amado Sol, y al parecer este no sintió tal cambio como una invasión. Desafortunadamente fue todo lo contrario.
La inmediata fascinación del Sol por la Tierra no se hizo esperar. Aquella fascinación no tardó en convertirse en algo mucho más fuerte. El Sol se había enamorado.

Con el paso de los milenios, nacieron los Hijos del Sol, resultado del amor que había adquirido el astro rey por el planeta Tierra, deseando así que seres provenientes de él pudieran habitar tan hermosa superficie, al menos deseaba que una parte de él estuviera en el planeta que ahora tanto amaba.
La Luna era incapaz de sentir celos u odio, simplemente era algo que no estaba en su pura naturaleza. Deseaba que los hijos del Sol no estuviesen solos en aquel planeta tan lleno de vida. Que a pesar de que la Tierra le había arrebatado el amor del Sol, no guardaba rencor alguno. Así que los Hijos de la Luna nacieron.
Estos fueron enviados también a la Tierra para estar junto a los Hijos del Sol.
La Luna deseó que sus hijos fuesen útiles para los hijos del Sol, que fuesen su compañía en caso de no ser aceptados por los hijos de la Tierra; los humanos.

“He enviado a mis hijos a aquel planeta para demostrarte cuanto te amo. Tus hijos no estarán solos jamás si es que los humanos no llegan a aceptarlos o a quererlos. Que esta sea la ferviente prueba de que mis sentimientos y mi fiel adoración hacía ti, mi amado Sol, jamás morirán.”

Le dijo la Luna al Sol, ante lo cual éste le respondió.

“Te lo agradezco, mi amada Luna, ya que mis hijos probablemente necesiten de su compañía. He observado a los humanos durante mucho tiempo y estoy seguro de que no aceptarán a nuestros hijos tan fácilmente. Es por eso que te estaré eternamente agradecido, por tu amor tan puro, mi corazón se siente afortunado y convencido de que  también te ama de alguna manera.”

Así fue como los Hijos del Sol y de la Luna habitaron el planeta Tierra, junto a los humanos, tan semejantes en apariencia pero tan diferentes en alma.
Los humanos se negaron a creer en su existencia, cerrando no solo los ojos, sino también su corazón y aferrándose a sus propias creencias, por lo que los Hijos del Sol y los Hijos de la Luna se sintieron demasiado desolados.

Un fatídico día, los Hijos del Sol y los Hijos de la Luna pelearon a muerte, pero lo peor no fue aquello ya que de esa pelea nació el odio entre ellos. Todo a consecuencia de que ninguno de los dos lograba ser amado por los humanos. Sentían celos y envidia sin fundamentos. Sus corazones se contaminaron.
Sin embargo, ambos astros; Sol y Luna, lograron hacerlos entrar en razón, fue entonces que encontraron la paz, olvidando y dejando de anhelar el amor de los humanos, para aprender a amarse entre ellos. Hijos del Sol con los Hijos del Sol, Hijos de la Luna con los Hijos de la Luna.
Jamás mezclados.
Esa era su única regla, tan solo unidos con el mismo ideal, vivir en la tierra y formar parte de ella, solo eso. Olvidando el amor, la razón de su existencia, convirtiéndose así mismos en seres mitológicos, mágicos e inexistentes para los humanos.

Pero olvidaron algo sumamente importante, el amor entre el Sol y la Luna, el cual, más allá del cielo, luchaba por prevalecer.
La vanidad los cegó.
Ahora solo viven entre los humanos, aparentando que son como ellos, mezclándose de diferentes formas y al mismo tiempo protegiéndolos en silencio, tratando de no ser notados.
Paulatinamente se dividieron en clanes; Sol y Luna. Reuniéndose cada siglo sólo para mantener la paz que habitaba entre ambas especies, y manteniendo firme su fidelidad al planeta Tierra.

¿Cómo lograrán sobrevivir más tiempo cuando han olvidado su origen, el motivo de su existencia? ¿Acaso no han cometido un grave error al separarse?
El amor los creó y el mismo amor los hizo pelear a muerte, pero… ¿Y si el amor logra unirlos de una forma más especial?

¿Hasta cuando olvidarán ese falso orgullo? ¿Hasta cuando abrirán los ojos a la verdad?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bonito. Profundo y muy bonito.
Me ha gustado un montón.
=)

Ysawo-chan dijo...

OMG OMG OMG!!!! esta genial~~~! muero por que lo comiences! *-* qfirnslofnan me encanta la ficción y suamano JUMP es OMG!! VFHDBJDF lo siento, es que me he emocionado :)

Anónimo dijo...

Que gran historia, me he quedado con ganas de seguir leyendo de lo bueno que está, quiero saber que pasa con los hijos del Sol y la Luna =3

Yuko "I LOVE JUMP"

Juan Alemán dijo...

Como dijiste que regresaramos al prologo, pues lo hice. Amiga escribes de manera muy profesional, me gusta y se nota que tienes talento :3 Aprovechalo, ya sigo tu blog, me encanto el diseño, te invito a que pases por el mio. Nos leemos pronto y espero pasar por aquí mas seguido.

Anónimo dijo...

Maravilloso, admito que al principio me pareció flojo pero luego fue tomando consistencia. tu creatividad es admirable, seguiré tu historia a pesar de que lo hago algo tarde :c

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